UN POCO DE SABIDURÍA POPULAR: QUIEN DICE DE MÍ, MÍRESE A SÍ (II)

29/05/2009

 

Sarah declaró públicamente que tanto la guerra de Irak como la construcción del gasoducto de Alaska eran “voluntad de Dios”

Con esta calumnia entramos de lleno en aquellas que pretenden que Sarah es una fanática religiosa y que si por ella fuera andaríamos todos llevando cilicio y preparando la próxima Cruzada para recuperar Tierra Santa de manos del infiel. La verdad es que tiene gracia que los fanáticos acusen a Sarah de ser una fanática, sobre todo religiosa, cuando ellos son los primeros que se han postrado de rodillas frente a su nueva divinidad, el actual presidente de los Estados Unidos, y le adoran de un modo que daría vergüenza ajena a un inquisidor medieval. Pero ¿qué se puede esperar de semejante ralea? Es por eso que escogí como encabezamiento de esta serie el refrán de arriba porque me parecía muy apropiado.

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Los izquierdistas son como son y no hay nada que hacer. No escuchan, simplemente embisten. No atienden a razones, simplemente insultan. No razonan, simplemente babean de placer por una caricia de su amo. Las declaraciones a que hacen referencia para justificar la calumnia que desmontamos hoy se produjeron en junio de 2008, durante una reunión en Wasilla de la Wasilla Bible Church en la que Sarah fue invitada a dirigirse a la congregación. Ésta accedió y llamó a los feligreses a orar por su hijo mayor Track y por el esfuerzo de guerra de los Estados Unidos en Irak, además de por el éxito de la construcción del gasoducto de Alaska y la unidad entre personas y compañías involucradas en el proyecto.

La Associated Press fue la primera en levantar la veda, pero la noticia original ya ha sido retirada de Internet, sin duda porque están lo bastante corridos y avergonzados como para seguir manteniéndola. Gracias a Dios (esto es más irónico que nunca), aún quedan algunos basuriblogs por ahí que no tienen vergüenza y que continúan manteniendo la entrada correspondiente.

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Página del Dallas Morning News. Hasta en el estado de la estrella solitaria hay tontos. A ver si Chuck Norris logra que se independicen porque sería divertidísimo. Igual escogían al antiguo Bush 43 de embajador en Washington.

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Otro basuriblog. La verdad es que me da pena tener que llenar estas entradas de porquería, pero alguien tiene que hacer el trabajo sucio, ¿no?

Y con estos fundamentos, los dementes edificaron un edificio enorme de intolerancia religiosa y fanatismo, poniendo en la azotea a Sarah. Por un lado, es lógico que pasara ya que esto, lo de rezar por los demás, es una cosa que los izquierdistas tienen tan olvidada –no creo que hayan vuelto a pisar una iglesia desde que dejaron de llevar pantalones cortos- que sencillamente no lo comprenden. Es algo que está fuera de su capacidad mental. Y como que les da mucha rabia no entenderlo e incluso pienso que en su interior saben que es bueno y meritorio, lo odian y en seguida tratan de desacreditar a quien reza como si fuera un fanático a punto de degollar a todos los que no profesan su misma fe… ¡Cielos, estoy hablando de los musulmanes! ¡Pero si los izquierdistas aman a los musulmanes! Entonces, ¿de qué se quejan? No, si es lo que yo digo, los izquierdistas están más locos que una cabra.

 

¿Qué dijo Sarah en esa reunión? ¿Qué fue eso que tanto irritó a la izquierda y que casi le ganó el título de Miss Inquisición? Pues una cosa tan normal y corriente como pedir a su comunidad que se uniesen a ella en sus rezos por su hijo Track y todos los hombres y mujeres del ejército de los Estados Unidos destinados en Irak:

Pray for our military. He’s going to be deployed in September to Iraq. Pray for our military men and women who are striving to do also what is right for this country –that our leaders, our national leaders are sending them out on a task that is from God-. That’s what we have to make sure we are praying for, that there is a plan and that that plan is God’s plan.

(Rogad por nuestros militares. [Track] Va a ser desplegado en Irak en septiembre. Rogad por nuestros hombres y mujeres militares que están esforzándose por hacer también lo que está bien para este país –que nuestros dirigentes, nuestros dirigentes nacionales los están enviando a una tarea que es de Dios-. Eso es de lo que tenemos que asegurarnos que rezamos, que existe un plan y que ese plan es el plan de Dios).

Luego, pidió que rezaran también por el futuro y la prosperidad de Alaska, una prosperidad que ella cree que vendrá de la mano del futuro gasoducto que tanto esfuerzo le ha supuesto para convertirlo en una realidad:

I do my part in doing things like working really, really hard to get a natural gas pipeline; about a 30 billion dollar project that’s going to create a lot of jobs for Alaskans because it will have a lot of energy flowing through here. And pray about that also. I think God’s will has to be done in unifying people and companies, so pray for that.

(Me esfuerzo en hacer cosas como trabajar muy, muy duramente para conseguir el gasoducto; un proyecto de 30.000 millones de dólares que va a crear un montón de puestos de trabajo para los alasqueños porque tendrá una enorme cantidad de energía fluyendo por él aquí. Y rogad por ello también. Creo que Dios tendrá un papel a la hora de unir a las personas y a las compañías involucradas, así que rogad por ello).

Como podemos ver, en ninguno de los dos párrafos Sarah declara que ella conozca la voluntad de Dios y que esa voluntad sea la guerra de Irak o el gasoducto. Sarah sólo pide rogar porque la voluntad de Dios coincida con lo que están haciendo los dirigentes del país, en el caso de la guerra de Irak, o porque quiera Dios que los alasqueños puedan obtener finalmente su ansiado gasoducto como un medio de traer prosperidad.

Una cosa es rezar por algo y confiar en que esa sea la voluntad del Señor y otra muy distinta decir que ésa es la voluntad del Señor. Como cristiano y como católico, entiendo perfectamente la intención de Sarah al ofrecer su plegaria al Señor, pidiéndole ante todo que esté actuando correctamente y que las personas que dirigen su amado país lo estén haciendo también. Es la soberbia satánica de los izquierdistas la que convierte una oración de esperanza en una afirmación sacrílega de conocer la voluntad de Dios. No es extraño porque desde que su dios(ecillo) ha descendido a la Casa Blanca, están desesperados porque no logran entender que los demás nos neguemos a adorarle. Tal vez deberían leer la historia del becerro de oro para entenderlo, digo yo… Está en un libro que se llama “Biblia”, en el capítulo “Exodo”, en los apartados 32 a 34, por si acaso alguno siente curiosidad.


UN POCO DE SABIDURÍA POPULAR: QUIEN DICE DE MÍ, MÍRESE A SÍ (I)

27/05/2009

 

Sarah no vendió el jet del gobernador de Alaska en eBay

Recordemos que uno de los momentos estelares del discurso de aceptación de Sarah durante la pasada convención republicana de septiembre de 2008 fue éste precisamente:

While I was at it, I got rid of a few things in the Governor’s Office that I didn’t believe our citizens should have to pay for. That luxury jet was over the top. I put it on eBay.

(Cuando conseguí el cargo [de gobernadora], me libré de unas cuantas cosas del puesto que no creía que nuestros ciudadanos tuvieran que pagar por ellas. Ese avión de lujo era lo primero de la lista. Lo puse en eBay).

Los dementes esos que se pasan el día persiguiendo a Sarah a ver si pueden pillarla en un renuncio rápidamente saltaron clamando que era mentira y que de ninguna manera había vendido el avión que compró el antiguo gobernador, Frank “Mucholujo” Murkowski, en eBay. ¿Y saben qué? Por una vez tenían razón. Por una vez estaban en lo cierto. Y por una vez, no voy a poner el rótulo de “Palin Smear” porque no se trata de ninguna calumnia. Lo que sí que hay es mala intención al no explicar el final de la historia: Sarah puso el avión en venta en eBay, pero no logró venderlo por ese medio… ¡así que lo vendió por otro! Y para repasar la historia del avión ese de las narices, voy a autocitarme, algo que me hace mucha ilusión porque esta historia ya la traté cuando repasé la biografía de Sarah. Hela aquí:

Además, Sarah cumplió con otra de sus propuestas de campaña al deshacerse del avión, un Westwind II, que el anterior gobernador, Frank Murkowski, había comprado en 2005 por 2,7 millones de dólares para sus viajes a través del estado en contra de la opinión de los legisladores y de la opinión pública. En agosto de 2007, el avión fue anunciado en eBay al precio de 2,5 millones de dólares, pero al no poder venderse se recurrió finalmente a los servicios de una empresa privada, Turbo North Aviation, quien sí que logró venderlo por 2,1 millones de dólares a Larry Reynolds, un hombre de negocios. (Una nota sobre el asunto del avión: Alaska es un estado enorme y en su mayor parte no urbanizado y con pocas carreteras, por lo que no es en absoluto extraño que los miembros de la administración utilicen un avión para sus viajes; lo que sí que es inusual es que reclamen para ello un avión de lujo como lo es el Westwind II en lugar de conformarse con los aviones más pequeños y sencillos de que dispone la administración; eso es lo que irritó a todos: la arrogancia de Murkowski, no el hecho en sí de viajar en avión). Y como quiera que Murkowski era un hombre a quien le gustaba vivir realmente bien, Sarah prescindió también de los servicios del chef personal del gobernador y de su chófer.

Pues ya está. Qué fácil, ¿no?

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La verdad es que es un pedazo de avión. He puesto otra vez la foto a ver si hay suerte y la ve Murkowski, que todavía tiene que estar furioso por no poder disfrutarlo, y le da una pataleta: «¡Yo quiero mi avión, yo quiero mi avión, yo quiero mi avión…!»


UN POCO DE SABIDURÍA POPULAR: AL EMBUSTERO, NI VERLO QUIERO (V)

25/05/2009

 

Sarah dejó una deuda de 20 millones de dólares cuando terminó su mandato como alcaldesa de Wasilla, además de un complicado pleito

¿No era Sarah la mayor defensora del gasto responsable y de cortar de raíz cualquier despilfarro? ¿No es ella precisamente la que va por ahí dando lecciones de gestión eficiente de los recursos públicos? ¿No pretende que su mandato como gobernadora ha supuesto una gran mejora con respecto a la manera de ejecutar el presupuesto de sus predecesores en el cargo? Pues anda que no estaría bien que se demostrar que durante su segundo mandato como alcaldesa en Wasilla fue una manirrota y casi provocó la quiebra del ayuntamiento… Sí, es cierto; sería divertido si no fuera porque es mentira. Y los dementes que soltaron esta paparrucha bien que lo saben. Pero como que les puede una mentira más que a un tonto un lápiz, pues eso.

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Todo empezó durante el segundo mandato de Sarah como alcaldesa, en 2002, cuando propuso la construcción de un pabellón polideportivo que ayudase a mejorar el nivel de vida de los ciudadanos de Wasilla. Como quiera que el gasto implicado era muy elevado para las arcas municipales, estaba claro que la única manera de conseguir la financiación necesaria era pidiendo un préstamo. Para devolverlo, Sarah pensó que la mejor manera sería a través de un aumento temporal de impuestos. Y para ello propuso incrementar en un 0,5% el impuesto de ventas ya existente en la localidad (que estaba en el 2%) durante los próximos 10 años para así conseguir los 14,7 millones de dólares que se previó que costaría la obra. Por descontado, en la propuesta de Sarah quedaba expresamente recogido que el dinero recaudado con ese incremento de la tasa sólo podría utilizarse para financiar la construcción del polideportivo y no para cualquier otra cosa.

Sarah hizo la propuesta al consejo municipal, basándose en que el sector privado no se había mostrado dispuesto en ningún momento a emprender la obra y en que un pabellón polideportivo ayudaría a luchar contra el consumo de drogas la delincuencia juvenil. Una vez aprobado por el consejo municipal, se convocó un referéndum para que fueran los propios habitantes de Wasilla los que decidieran si estaban dispuestos a embarcarse en este proyecto o no. El referéndum arrojó un resultado positivo, es cierto que por unos escasos veinte votos, y el ayuntamiento se puso en marcha para hacer realidad el Wasilla Multi-Use Sports Complex.

Lo malo vino después cuando una vez construido el pabellón polideportivo, el ayuntamiento se encontró metido en un complicado pleito referido a la titularidad de los terrenos sobre los que se había construido el edificio, lo que provocó un gasto adicional de 1,3 millones de dólares.

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El primer basuriblog haciéndose eco de que Sarah arruinó al ayuntamiento y casi hunde Wasilla en el mar.

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Y como no podía faltar, un medio de (des)información pretendiendo arruinar la campaña electoral de McCain-Palin.

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La verdad, como siempre, está ahí afuera para quien se preocupe por buscarla. Y esa verdad es tan simple como que los propios ciudadanos de Wasilla aprobaron en referéndum el incrementar durante 10 años en un 0,5% la tasa del impuesto sobre las ventas para recaudar el dinero necesario para construir el pabellón polideportivo.

El pabellón polideportivo se construyó finalmente y abrió sus puertas el 6 de marzo de 2004, justo cuando estaba previsto que lo hiciera y el coste final resultó más barato que los 14,7 millones de dólares presupuestados. Además, por si eso fuera poco, la cantidad de dinero recaudada por el incremento de la tasa del impuesto sobre las ventas estaba siendo superior a lo previsto y la entonces alcaldesa de Wasilla en 2008, Dianne Keller, anunció que muy probablemente el equipamiento estaría completamente pagado con dos años de antelación sobre los diez previstos. Genial, ¿no?

En cuanto a la controversia legal en que se vio envuelto el ayuntamiento, pues resulta que Sarah tampoco es culpable en absoluto de ello. El caso es que ya antes de emprender la construcción del pabellón polideportivo existían algunas dudas legales acerca de la propiedad de los terrenos sobre los que se iba a asentar el edificio. En 2001, esas dudas fueron llevadas a juicio y un juez federal falló a favor de la ciudad de Wasilla, dando pie a que acto seguido el abogado municipal diera luz verde para que se iniciaran las obras. Tiempo más tarde, ese mismo juez se volvió atrás y revocó su decisión inicial, provocando el embrollo al que se refieren los medios de (des)información, explicándolo como si Sarah hubiera sido una okupa que se hubiera construido por la cara un chalet en un solar que no era suyo. ¡Maldita sea! ¿Cuándo terminaremos con todo esto? Y esperen a que Sarah se presente a la reelección en 2010. Imagínense la que se va a armar.


UN POCO DE SABIDURÍA POPULAR: AL EMBUSTERO, NI VERLO QUIERO (IV)

22/05/2009

 

Sarah Palin apoyó la candidatura presidencial de Pat Buchanan en 2000

Y como quiera que Pat Buchanan es considerado un ultraconservador por la izquierda, lindante casi con el nazismo por sus opiniones, además de ser racista y antisemita (¿más que los propios izquierdistas?), el que Sarah Palin le diera su apoyo ese año descalificaba automáticamente a ésta para ser vicepresidente. Sin embargo, las cosas no son siempre lo que parece. Esta mentira tiene las alas muy cortas y apenas da para llenar un par de folios con ella. ¡Bah, qué manera de perder el tiempo!

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La calumnia apareció durante la campaña electoral, pero el suceso al que se refiere es mucho más antiguo: en concreto, se trataba de una noticia del 17 de julio de 1999 de The Associated Press (AP) que contaba como durante una comida a favor de la candidatura de Pat Buchanan que éste celebró en Wasilla, durante su gira por el estado, Sarah Palin era una de las 85 personas presentes y que (¡oh, oh, oh!) llevaba puesta en la solapa una chapa de “Buchanan 2000”.

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El tal Pat Buchanan. El hombre tiene una reputación, ciertamente.

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La chapa ésa de las narices. Por lo que parece, marca como un hierro candente. Y encima es fea.

Buchanan, además, tuvo la desfachatez de contar poco después, el 29 de agosto, a los periodistas de la revista The Nation que estaba convencido de que la entonces alcaldesa de Wasilla, Sarah, era una partidaria suya. Evidentemente, el tipo se tiró un farol, pero no le salió bien. Mal jugador de póquer debe ser.

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A Sarah maldita la gracia que le hizo que todos la consideraran entonces una “buchanita”, así que, tan pronto como saltó la noticia de la Associated Press, escribió una carta al director del Anchorage Daily News que fue publicada el 26 de julio. Entre otras cosas, la carta decía que:

As mayor of Wasilla, I am proud to welcome all presidencial candidates to our city. This is true regardless of their party, or the latest odds of their winning. When presidential candidates visit our community, I am always happy to meet them. I’ll even put on their button when handed one as a polite gesture of respect.

Though no reporter interviewed me for the Associated Press article on the recent visit by a presidential candidate (Metro, July 17), the article may have left your readers with the perception that I am endorsing this candidate, as opposed to welcoming his visit to Wasilla. As mayor, I will welcome all the candidates in Wasilla.

(Como alcaldesa de Wasilla, me enorgullezco de dar la bienvenida a nuestra ciudad a todos los candidatos presidenciales. Esto es así a pesar de su partido o por muy pocas posibilidades que tengan de lograr la victoria. Cuando un candidato presidencial visita nuestra comunidad, me alegro siempre de recibirle. E incluso me pongo una chapa de su candidatura cuando me la ofrecen como amable gesto de respeto.

Aunque ningún periodista me entrevistó para el artículo de la Associated Press sobre la reciente visita de un candidato presidencial (Metro, 17 de julio), el artículo puede haber dejado en sus lectores la impresión de que respaldo este candidato en concreto, cuando simplemente le estoy dando la bienvenida en su visita a Wasilla. Como alcaldesa, daré la bienvenida a Wasilla a todos los candidatos).

Por si aún no quedara claro que no es una “buchanita”, un mes después de toda esta bobada, Sarah fue nombrada copresidente de la campaña en Alaska de otro de los entonces candidatos a la presidencia, Steve Forbes, a favor del cual hizo campaña hasta que éste decidió retirarse.

La misma The Associated Press dio la noticia en su momento, pero nunca la relacionó con la anterior que proclamaba por su cuenta a riesgo a Sarah como “buchanita” de pro.

The Associated Press, Aug. 7, 1999: State Sen. Mike Miller of Fairbanks will head the Alaska campaign chairman for Republican presidential candidate Steve Forbes, campaign officials said. Joining the Fairbanks Republican on the leadership committee will be Wasilla Mayor Sarah Palin, and former state GOP chairman Pete Hallgren, who will serve as co-chairs.

(The Associated Press, 7 de agosto de 1999: El senador estatal por Fairbanks, Mike Miller, encabezará el comité de campaña en Alaska del candidato presidencial Steve Forbes, según han dicho fuentes de su campaña. Junto con el republicano de Fairbanks estarán en el comité directivo la alcaldesa de Wasilla, Sarah Palin, y el antiguo presidente del GOP del estado Pete Hallgren, que colaborarán como copresidentes).

Forbes

La verdadera opción de Sarah en esas elecciones. Por cierto, que John McCain también fue candidato ese año… y Sarah no le apoyó.


UN POCO DE SABIDURÍA POPULAR: AL EMBUSTERO, NI VERLO QUIERO (III)

20/05/2009

 

Sarah Palin obligó a las víctimas de violaciones a que pagaran de su bolsillo los exámenes forenses necesarios

Si fuera cierto, no hay duda de que se trataría de una salvajada. Pero es que no es cierto. Al menos, tal y como la quisieron presentar en su momento los mentirosos de costumbre. La política al respecto, habitual en todo Estados Unidos, en miles y miles de localidades aparte de Wasilla, es que el coste de dichos exámenes sean cargados al seguro médico de la víctima, no a la propia víctima. Por supuesto, los medios de (des)información, cuando dieron la noticia, la dieron como si hubiera sido idea de Sarah y se aplicara en exclusiva en Wasilla. ¡Cómo no!

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Como ya hemos señalado, los blogs izquierdistas que dieron primero la noticia no se preocuparon mucho en comparar dicha política con la que se seguía en el resto de localidades de Estados Unidos (o sí que se preocuparon, pero como quiera que el resultado les hubiera estropeado la calumnia, prefirieron callarse).

ABrape

Un basuriblog. Sin comentarios. O tal vez sí: tápense la nariz, por favor.

ARrape

Otro basuriblog. Repito lo de antes: tápense la nariz, por favor.

Siguiendo el circuito habitual que ya llevamos tiempo viendo en esto de las Palin smears, en este caso la mentira también acabó saltando de los blogs a los medios de (des)información entre los cuales el The New York Times se lleva la palma, siempre tan presto a publicar cualquier noticia que tuviera que ver con Sarah con tal de que fuera mala (lo de si es falsa, eso ya no tiene ninguna importancia).

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¡Demonios! ¿Qué sería de mí sin el The New York Times? ¿Con qué ilustraría yo entonces esta serie sobre mentiras y mentirosos?

La novedad que presentaba esta calumnia sobre las anteriores que ya hemos visto estriba en que ésta permitía atacar también a John McCain, aunque fuera de carambola, porque él, como senador, se había opuesto en dos ocasiones en el Senado a votar a favor de dos propuestas legislativas,  la HR 3355 (1994) y  la HR 3093 (2007), que proveían de fondos federales a los estados para sufragar el coste de los exámenes forenses necesarios. Sin embargo, como quiera que esas dos propuestas eran propuestas colectivas que se votaban en conjunto y que incluían muchas más partidas presupuestarias que las meramente destinadas a ese objetivo, nunca se pudo demostrar que McCain votara en contra de ellas por ese punto en concreto, el del coste de los exámenes forenses.

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¿Cuál es la verdad en esta ocasión? La verdad es que el coste de los exámenes forenses necesarios para acreditar una violación oscilaban entre 500 y 1.200 dólares en la fecha en que Sarah fue alcaldesa de Wasilla (1996-2002). La política de cargar el coste al seguro médico de la víctima, no a la víctima, era una política tradicional del estado de Alaska desde mucho antes de que Sarah llegara a la alcaldía y que nunca provocó ninguna queja ni ningún debate durante las reuniones del consejo municipal ni en los períodos electorales, cuando cualquier candidato podría haber puesto el tema sobre el tapete si es que tanto malestar provocaba, lo que no se produjo. Es más, en el caso concreto de Wasilla, ninguno de los abogados dedicados a este tipo de casos o a la defensa de los derechos de las mujeres pudo recordar un solo ejemplo durante los dos mandatos de Sarah en que se hubiera cargado el coste de los exámenes forenses a la víctima. De hecho, el presupuesto municipal para el departamento de Policía contemplaba siempre una partida destinada al pago de “evidence collection for sexual assaults” (recogida de muestras en casos de violación) dotada con un total de 1.000 dólares, habiendo sido recortada en más de la mitad de su importe habitual durante el mandato de Sarah.

En el año 2000, la cámara legislativa de Alaska estudió el caso y propuso una ley (HB 270) por la cual serían los distintos departamentos de policía de cada localidad los que asumirían obligatoriamente el coste de los exámenes forenses. Dicha propuesta fue finalmente aprobada y convertida en ley (SB 177) en 2001. Es cierto que el entonces jefe de Policía de Wasilla, Charlie Fannon, expresó públicamente su preocupación porque dicha obligación fuera a suponer un aumento de la carga fiscal del municipio:

In the past we’ve charged the cost of exams to the victim’s insurance company when possible. I just don’t want to see any more burden put on the taxpayer. Ultimately it is the criminal who should bear the burden of the added costs.

(En el pasado hemos cargado el coste de los exámenes a la cuenta del seguro médico de la víctima cuando esto ha sido posible. Simplemente no quiero echar más cargas fiscales sobre los hombros de los contribuyentes. En última instancia, es el criminal quien debería cargar con ese coste).

El jefe de Policía estimó entonces el coste que tendría para el municipio la nueva obligación entre unos 5.000 a 14.000 dólares anuales, lo que tal vez fuera una previsión exagerada dado que ese año 2000, Wasilla comunicó al FBI un único caso de violación.

Así pues, no es cierto que Sarah se inventara esa supuesta política de cargar a las víctimas con el coste de su reconocimiento médico. De todas formas, a partir del año 2000 cada municipio se vio obligado por ley a asumir esos costes, como hizo Wasilla sin que pasara absolutamente nada.

Otra mentira menos. Y van…


UN POCO DE SABIDURÍA POPULAR: AL EMBUSTERO, NI VERLO QUIERO (II)

18/05/2009

 

Sarah Palin quiso prohibir libros de la biblioteca municipal de Wasilla; no lo consiguió y despidió a la bibliotecaria en venganza por ello

¡Ah, ya tenía yo ganas de que le llegara el turno a ésta! Se la tengo jurada, ciertamente. De todas las calumnias que se han lanzado sobre Sarah, ésta es la más popular de todas a pesar de ser una de las más fáciles de refutar. Y es además representativa de la manera como la izquierda fabrica una calumnia: buscan algo, lo retuercen, le dan un aire siniestro, lo sueltan, inventan mentiras para sostenerlo y cuando finalmente se descubre la superchería y nadie con dos dedos de frente puede creérselo ya, van y dicen que de acuerdo, que no es cierto, pero que algo habría de verdadero en ello porque ya se sabe que cuando el río suena, agua lleva. ¿Les cuento una adivinanza? Ahí va: ¿en qué se parecen un puritano y un izquierdista? En que ninguno de los dos puede tener un buen pensamiento ni por casualidad. Y en que si lo tuvieran, los dos correrían a confesarse, uno a su pastor y el otro al Comité Central. ¡Dios (o Marx) les libre de ello!

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La bazofia ésta la cocinó la otrora respetable revista Time en su edición del 2 de septiembre de 2008, en un artículo titulado “Mayor Palin: A Rough Record” (Alcaldesa Palin: un accidentado historial). De ahí pasó rápidamente a ser reproducido en multitud de basuriblogs, incluyendo la página web del entonces candidato demócrata a la presidencia (tranquilos, que ya lo ha borrado, ya).

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Si los del New York Times hubieran puesto tanto interés en sacar los trapos sucios del entonces candidato demócrata a la presidencia como pusieron en inventarse trapos sucios de Sarah, ¿qué hubiera podido pasar a la hora de las elecciones?

Según reza la calumnia, Sarah amenazó a la entonces bibliotecaria de Wasilla, Mary Ellen Emmons (ahora Baker), que además era presidente de la Alaska Library Association, con el despido si se negaba a retirar ciertos libros que no le gustaban de la biblioteca municipal de Wasilla, los mismos libros que aparecen detallados en una supuesta lista que pronto empezó a circular por ahí. Como que ésta se negó a practicar la censura, Sarah la despidió de su puesto.

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Mentira, mentira y mentira. Todo es mentira y lo vamos a ver en cuatro partes:

Sarah nunca exigió a la bibliotecaria que retirase libros

Es cierto que Sarah habló del tema de la censura con la bibliotecaria al menos en dos ocasiones (tres según otras fuentes). Según la propia Emmons, la primera vez fue entre el 1 de octubre de 1996 (fecha en que Sarah fue elegida alcaldesa de Wasilla) y el 14 de octubre del mismo año (fecha en que tomó posesión), mencionándole el tema de pasada, y la segunda el 28 de octubre, cuando trataron el tema ya de manera más detallada.

Fue en esta segunda ocasión, siempre según Emmons, cuando Sarah le preguntó directamente cómo reaccionaría si le ordenara que retirara libros de la biblioteca municipal. La respuesta de Emmons fue clara: se opondría a ello. Sarah insistió en el asunto preguntándole si su respuesta sería la misma en el caso de que hubiera ciudadanos protestando ante la puerta de la biblioteca. Emmons asintió y Sarah se limitó a tomar nota y ahí quedó la cosa. Curiosamente, fue la propia Sarah quien reveló esta conversación cuando la empleó durante una entrevista como ejemplo del tipo de conversaciones que estaba manteniendo con sus jefes de departamento para cerciorarse de su grado de comprensión y voluntad de cumplimiento de la nueva política municipal que pretendía imponer en el ayuntamiento. Sarah describió posteriormente sus preguntas como meramente hipotéticas, pensadas para conocer qué tipo de personas eran esos jefes de departamento con los que iba a trabajar a partir de entonces (recordemos que Sarah acababa de ser nombrada alcaldesa y aún estaba decidiendo cuál sería su equipo de gobierno). Sarah afirmó además que no tenía ningún libro en particular o lista de libros en mente cuando le hizo la pregunta a Emmons.

Ningún libro fue retirado nunca de la biblioteca de Wasilla

Cuando surgió la controversia, el Anchorage Daily News, un estúpido periódico que todavía anda preocupado por saber si Trigg es realmente el hijo de Sarah, hizo su propia investigación sobre el asunto y le preguntó a June Pinell-Stephens, presidente de la Alaska Library Association’s Intellectual Freedom Commitee desde 1984, si tenía constancia de que se hubiera producido algún caso de censura en la biblioteca municipal de Wasilla. La respuesta de ésta fue negativa. No le constaba ningún caso de censura y ni siquiera la más mínima conversación telefónica con Emmons acerca de un asunto similar.

La supuesta lista de Sarah de libros a prohibir es una falsificación

La supuesta lista de libros que Sarah tenía la intención de prohibir, sacada según el bloguista que la publicó de “las actas oficiales del consejo de dirección de la biblioteca de Wasilla”, es una copia descarada de otra que aparece en la web de la biblioteca del Florida Institute of Technology como la lista de “Libros prohibidos en alguna ocasión en los Estados Unidos”. De hecho, la copia es tan descarada como para no ser más que un ejercicio de cortar-y-pegar, pues aparecen exactamente los mismos errores de transcripción de la lista original. Y, por si fuera poco, en esa lista aparecen libros que en 1996, la fecha de la supuesta intentona censora de Sarah no se habían publicado todavía, como los cuatro primeros ejemplares de la serie de Harry Potter. ¡Condenación! ¿Aún hay quién necesite más pruebas de que no es más que una mentira todo esto?

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La dichosa lista. Si es divertida la lista esta que hasta está incluido Huckleberry Finn. Pero La audacia de la esperanza no, ¿eh?

La bibliotecaria no fue despedida por negarse a retirar libros

Cuando Sarah llegó a la alcaldía en 1996, se encontró en el ayuntamiento, entre otras cosas que no le hicieron ninguna gracia, a cinco jefes de departamento contratados todos ellos por su antecesor, John Stein. Como es evidente, Sarah quería contar con su propio equipo de gobierno para llevar a cabo sus proyectos y no estaba en absoluto convencida de que esos cinco tipos fueran a secundarla en sus intenciones, más aún cuando dos de ellos, la bibliotecaria y el jefe de Policía, habían hecho campaña a favor de su rival.

Cuatro días antes de tomar posesión como alcaldesa, Sarah dirigió una carta a cada uno de ellos requiriéndoles una carta de dimisión y un currículo actualizado, quedando en sus manos la decisión final de aceptar esas dimisiones o no. Emmons remitió esa carta y fue en ese contexto que Sarah  se entrevistó con ella de cara a evaluar su profesionalidad y su buena voluntad a la hora de llevar a cabo los cambios que tenía pensados en la administración municipal. Sarah describió posteriormente su petición de dimisiones como un test de lealtad (lo último que quería, lógicamente, eran bichos que le pusieran palos en las ruedas). En principio, cuatro de esos cinco jefes conservaron sus puestos (sólo cesó uno en atención a que Sarah eliminó su departamento por innecesario), a pesar de que el jefe de Policía se negó a redactar su carta de dimisión (para repasar la divertidísima historia del jefe-de-Policía-grande-como-un-oso-que-amedrentaba-a-la-pequeñita-Sarah, vea esta entrada anterior). Luego, en enero de 1997, Sarah decidió despedir a la bibliotecaria, junto con el jefe de Policía, alegando que no creía que estuviera plenamente comprometida con su programa de gobierno y, como quiera que era potestad suya despedirla o no, la despedía. La bibliotecaria, imaginamos que muerta de miedo al ver que Sarah iba en serio, tuvo ese mismo día una entrevista con ella y al día siguiente, Sarah reconsideró su postura y volvió a contratar a Emmons, ahora que muy probablemente había prometido ser leal y dejar de incordiar de una vez por todas. Al menos, eso es lo que interpretó de las declaraciones posteriores de Sarah diciendo que ahora sí que sentía que Emmons respaldaba su política. Por descontado, la bibliotecaria no dijo en ningún momento que el motivo de su despido fuera su negativa a retirar libros de la biblioteca, lo que podría haber hecho perfectamente de haber sido cierto, provocando un escándalo. De hecho, Emmons continuó sirviendo en su puesto hasta agosto de 1999 en que dimitió, poco antes de que Sarah fuera reelegida para el cargo de alcaldesa.

Y colorín, colorado, esta bobada se ha acabado.


UN POCO DE SABIDURÍA POPULAR: AL EMBUSTERO, NI VERLO QUIERO (I)

15/05/2009

 

Sarah Palin es miembro (o al menos simpatizante) de la John Birch Society

Después de haber repasado las calumnias referidas a la vida privada de Sarah, vamos a hincarle el diente a las que se relacionan con el tiempo que desempeñó el cargo de alcaldesa de Wasilla. No son demasiado imaginativas y resultan muy sencillas de refutar, pero tienen su aquel. Y alguna de ellas es de las más populares aún hoy en día (y lo seguirá siendo hasta el 2012, si es que se da el caso de que Sarah se presente a las elecciones presidenciales de ese año). Sea como fuere, no podemos obviar ninguna porque mi principal intención a la hora de iniciar esta serie fue la de dejar testimonio en algún lugar de la blogoesfera hispanoparlante para que quien busque la verdad pueda hallarla.

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Esta calumnia no fue ideada directamente como tal, sino que vino inducida por una fotografía de Sarah cuando era solamente concejal de Wasilla que, facilitada por la propia familia Heath (la familia de Sarah), fue publicada en el New York Times (¡puaj!) el 13 de septiembre de 2008 para ilustrar uno de sus infectos artículos sobre ella. (¡Maldita sea! ¿Dónde habré puesto el Primperan?).

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El artículo de marras. Basura, of course. No se merece ni un triste comentario.

Desk

Y hela aquí la dichosa foto. Venía en el artículo de arriba. Sarah Palin en 1995, a poco de ser alcaldesa ya. ¿Saben qué? Tengo una amiga que se parece mucho a ella. Nunca me había fijado y ahora que lo he hecho, creo que la voy a querer más.

La foto es una foto como cualquier otra en la que Sarah luce su sempiterna sonrisa, pero como quiera que siempre los hay que gustan de buscarle tres pies al gato, a alguien se le ocurrió darle la vuelta a la foto para ver qué estaba leyendo Sarah en ese preciso momento y que parece un periódico o algo así. Y aquí se armó la de Troya porque el papel en cuestión, que lleva un encabezamiento que reza “Con-Con Call”, fue identificado como un ejemplar del America Opinion Magazine, en concreto de su número del 19 de septiembre de 2005, la publicación oficial de la John Birch Society (JBS), con lo que se dedujo inmediatamente que Sarah debía ser una miembro del grupo (una “John Bircher”, como se les conoce popularmente) o, como mínimo, una simpatizante.

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Ya tenemos la foto al revés, el “Con-Con Call” delante y toda la izquierda coreando entusiasmados: ¡Sarah es una bircher, Sarah es una bircher…! Penoso, realmente.

¿Y qué es la JBS? ¿Es grave, doctor? ¿Es contagioso? ¿Tiene remedio? Pues la JBS es una sociedad conservadora estadounidense, la verdad es que muy conservadora, fundada en Indianápolis en 1958. Considerada como perteneciente a la derecha más radical del país, la JBS defiende a ultranza los derechos individuales, la propiedad privada y la economía de libre mercado (no me extraña que a la izquierda le dé escalofríos), además de oponerse a que los Estados Unidos formen parte de la ONU o de cualquier otra organización internacional que pueda asimilarse a un gobierno mundial. Por descontado, su anticomunismo es feroz y no se corta ni un pelo a la hora de proclamarlo. ¡Seguro que están encantados con el actual presidente de los Estados Unidos!

El artículo que supuestamente estaba leyendo Sarah en 2005 es una reimpresión de un artículo publicado en marzo de 1995 por un tal Don Fotheringham en The New American, una publicación también de la JBS y la antecesora del America Opinion Magazine. El artículo exhibía una foto del entonces gobernador de Utah, Mike Leavitt, quien había lanzado la propuesta de una convención constituyente (la dichosa Con-Con) que reformara la Constitución como medio para quitar poderes al gobierno federal para devolvérselo a los estados. En su artículo, el autor no se fiaba ni un pelo de las verdaderas intenciones de Leavitt y sostenía aquello que en su momento hiciera famoso Aznar: “La Constitución, ni tocarla” (¡Cielos, ahora resultará que Aznar es también un John Bircher, jua, jua, jua!).

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El intento de convertir a Sarah en una John Bircher (lo que para los izquierdistas sería casi como haberla descubierto poniendo a secar en el tendedero de su casa un capirote del Ku-Klux-Klan) no prosperó entre otras cosas porque la propia JBS rechazó rotundamente la posibilidad de que Sarah hubiera estado involucrada alguna vez en el grupo, además de dejar claro que no necesitaba ser miembro ni simpatizante para poder leer sus publicaciones. Así, el entonces presidente, John McManus, hizo las siguientes declaraciones:

Any attempt to link her to the John Birch Society would be ridiculous.

(Cualquier intento de vincularla a la John Birch Society sería ridículo).

Por otra parte, el entonces portavoz de Sarah, Michael Goldfarb, declaró:

This photo from the early to mid 90s shows the Governor having her photo taken in front of a three ring binder of information from local citizens presented regularly to Wasilla council members by the town clerk. These binders featured material given by members of the public to all council members.

(Esta foto de principios a mediados de los 90 muestra a la gobernadora haciéndose una foto delante de un portafolio de tres anillas con información procedente de conciudadanos que se presentaba regularmente a los miembros del consejo municipal de Wasilla por el oficinista municipal. Estos portafolios reunían material aportado por miembros del público a todos los miembros del consejo municipal).

Y el presidente de la JBS recalcaba además:

We sent thousands of copies of that newsletter out to all kinds of people trying to forestall the constitutional convention. The plan at that time was for us to send copies of that newsletter to county commissioners, mayors, state legislators, local officials.

Enviamos miles de ejemplares de esa publicación a toda clase de personas intentando impedir la convención constituyente. Nuestra intención entonces era la de enviar un ejemplar de la publicación a todo comisionado del condado, alcaldes, legisladores estatales, directivos municipales.

Y hasta aquí llegó el asunto. No dio para más. Estoy un poco decepcionado, la verdad. En fin, otra vez será.


OTRO CUENTO

13/05/2009

 

Dedicado a todos los bloguistas pro-Sarah Palin. Never surrender!

Érase una vez una candidata republicana a la presidencia de los Estados Unidos que se llamaba Sarah. Sarah era una mujer joven y muy inteligente que ya se había visto metida en un berenjenal similar una vez. Había sido cuatro años antes, cuando John, el entonces candidato republicano (aunque de republicano tenía poco), le pidió que le acompañase en su ticket como candidata a la vicepresidencia. Sarah, con toda su buena fe, aceptó y seguro que en las semanas siguientes se arrepintió más de una vez de haberlo hecho.

Tan pronto como se anunció su presencia en el ticket republicano, los medios de comunicación estadounidenses, que estaban casi todos entregados en cuerpo y alma al candidato rival, fascinados por su labia y su mensaje de paz y amor universales, se lanzaron sobre ella como fieras, mintiendo sin rubor. Sarah lo pasó mal, sobre todo cuando vio que no se detenían siquiera ante su familia, que era lo que ella más quería, pero como quiera que es una luchadora nata y sabe que nunca hay que darse por vencida, lo soportó todo sin perder la sonrisa por más que la procesión fuera por dentro.

Tanto mintieron sobre ella que todas las buenas personas de Estados Unidos no pudieron sino darse cuenta de que realmente existía un complot en su contra. Y como quiera que los ataques no cesaban, muchas de esas mismas buenas personas empezaron a preguntarse asombrados el porqué de ese odio. Así pues, se pusieron a investigar y dado que no podían fiarse ya de los medios de comunicación, tuvieron que buscar la información en otros sitios, en Internet, por ejemplo. Y fue allí donde la encontraron. La encontraron precisamente en cientos de blogs creados con mucho esfuerzo por personas anónimas que, animados por el mensaje de esperanza que Sarah encarnaba, surgieron desde el primer día en que se conoció la noticia de su candidatura para contrarrestar a esos medios de comunicación tan empeñados en hundirla. Gracias a ellos, la verdad sobre Sarah fue poco a poco abriéndose paso y alcanzando a todos aquellos que no se conformaban y que aún conservaban en sus corazones un atisbo de coraje para rebelarse.

Llegó el día de las elecciones y la candidatura republicana, acosada por los medios  de comunicación, fue derrotada por la de su rival. El pobre candidato John fue rápidamente olvidado, como siempre pasa con los perdedores que además de perder juegan un mal partido. Pero ¿y Sarah? ¿Sarah también fue olvidada? Todo lo contrario. Sarah surgió de la derrota más fortalecida que nunca pues su imagen y su mensaje habían calado en los votantes republicanos como nunca lo había hecho nadie desde el gran presidente Ronald. Sarah había llegado al corazón de la gente humilde desde el primer día, cuando se dio a conocer con un memorable discurso. Y sólo con ese discurso, se había convertido en la esperanza de millones de personas para quienes su fe en Estados Unidos como una tierra de libertad es mucho más que una frase hecha. Ese día, Sarah hizo la promesa de ser la abanderada de todos ellos para devolver al pueblo el gobierno que una élite avariciosa hacía tiempo que les había arrebatado y el pueblo la había creído y confiaba en ella para convertir esa promesa en realidad. Todos sabían que no era todavía el momento y que las cosas aún tenían que empeorar mucho más antes de empezar a mejorar; lo sabían y sabían que debían esperar. Y esperaron. Y Sarah esperó con ellos también.

Sin embargo, el momento acabó por llegar. Pasó lo más oscuro de la noche y empezó a vislumbrarse el amanecer. Un día, el pueblo se dio cuenta de que el gobierno casi había triunfado en su empeño por arrebatarles su libertad. Con una u otra excusa, el gobierno pretendía arrogarse el derecho a decidir por ellos, pretendía que su camino en la vida ya estaba escrito y que lo habían escrito precisamente en alguna oficina del gobierno, y pretendía también que no tenían derecho a perseguir sus sueños y ni siquiera a soñar. Cuando la gente comprendió lo muy cerca que estaba el gobierno de unos pocos de destruir la nación de todos, recordaron a sus antepasados, miraron a sus hijos, se miraron a sí mismos y el genio americano que forjó una nación y la dotó de la mayor prosperidad que jamás conoció el mundo en toda su historia despertó de su letargo y demostró que los hijos de hoy no desmerecían en absoluto de sus padres de ayer. Como en 1776, la nación se alzó contra el gobierno tiránico y como en 1776, cuando necesitaron un líder que los condujera a la victoria, ésta vez también lo encontraron. Cientos de bloguistas anónimos habían mantenido su recuerdo vivo durante todos este tiempo para que cuando llegase este momento, supieran adónde dirigirse. Sarah estaba lejos, pero no lo estaba realmente porque llevaba todos estos años en el corazón de todos ellos. Estaba esperando, como ellos habían esperado también, y mientras esperaba, se había esforzado en mejorar y hacerse más fuerte, más sabia y más humilde. Ahora, por fin, había llegado su momento. Otras elecciones, el momento de la verdad. El destino del mundo libre estaba en las manos de todos ellos, en las del pueblo y en las de Sarah. Era una gran responsabilidad, pero ninguno tenía miedo. Ellos porque confiaban en Sarah y sabían que no les defraudaría; lo sabían desde aquel día. Y Sarah tampoco tenía miedo porque amaba a su patria y a sus compatriotas y sabía que todos marchaban ahora juntos en pos del mismo objetivo, un objetivo tan simple como lo era la defensa de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. El mismo objetivo que en 1776 sirvió para romper un imperio y crear una nación. Ni más ni menos.

God bless America.

President

Falta poco para 2012. Entonces llegará la hora de los gigantes. Y será el momento de Sarah. No doubt about it.


NOTICIA CONFIRMADA: SARAH PALIN DA LA TALLA

11/05/2009

 

¿Pero qué dice este hombre?

Tranquilos, no me he vuelto turuta (todavía). Sencillamente, estaba tan harto de escribir entradas sobre calumnias que he pensado que bien me merezco un descanso y es por ello que he preparado un par de entradas que creo yo que podrían calificarse como “jocosas”. Me he divertido mucho escribiéndolas y confío en que a mis lectores (si tuviera alguno, ¡buaaa!) les diviertan también.

¿Cuánto mide Sarah Palin?

A todos los que no somos de Alaska y nunca hemos tenido el placer de que Sarah nos pida el voto en persona siempre nos ha picado la curiosidad: ¿cuánto mide Sarah? ¿Es una gigantona o es más bien chiquita? Intentar apreciar la altura de alguien a través de una foto o de un vídeo no es fácil a menos que se cuente con un punto de referencia y aún así, la realidad suele hacer añicos las estimaciones más seguras. O al menos eso es lo que me sucede a mí que estoy increíblemente incapacitado para echar edades, medir cinturas y descubrir a ojo mujeres que me convengan. Calcular una altura no es fácil pues y es ahora, después de muchas y sesudas investigaciones, cuando finalmente puedo proclamar al mundo que yo, Moosecon, he vuelto a pifiarla una vez más y que pensaba que Sarah era más alta de lo que es en realidad. ¡Ah, qué ojo tengo! Si es que me tendría que haber dedicado a leer la buenaventura, ya me lo decía mi abuela.

No es ningún misterio: Sarah Palin mide alrededor de 5’ 5’’ (cinco pies y cinco pulgadas), lo que en centímetros equivale a 165 cm, más o menos. No es una mujer alta, pero tampoco un tapón. Y además resulta que es mi altura favorita en las mujeres. Qué bien, ¿no?

Sarah petita

La mejor foto que he podido encontrar para valorar la estatura de Sarah. Sin moño y sin tacones y con un aire de fashion woman que me hace estremecer. Reconozco que es una mis fotos favoritas suyas.

La foto anterior también tiene otra ventaja y es que permite tomar un punto de referencia para hacer un cálculo con ciertas posibilidades de éxito. En este caso, se trata del coche que tiene Sarah detrás, un Chevrolet Suburban 2009, el coche que, como gobernadora de Alaska, tenía asignado para sus desplazamientos por el territorio del estado antes de que renunciara a él a causa de las quejas de la estúpida oposición y decidiera pasar a utilizar el suyo propio, un Volkswagen Passat, con el consiguiente enfado de los miembros de su servicio de seguridad que piensan (con toda la razón, creo yo) que el Chevy es un vehículo más robusto que ofrece mayores garantías de seguridad para la gobernadora en caso de accidente (que ya ha tenido alguno).

En cualquier caso, lo que nos interesa ahora son las medidas del Chevy; en concreto, su altura. Ésta es de 76,8 pulgadas, o sea, 195 centímetros. En la foto se aprecia que el coche está detrás de Sarah y en mi opinión dicha distancia es de medio metro más o menos. Haciendo algunos cálculos sencillos, he calculado que si el Chevy y Sarah estuvieran uno al lado del otro, la altura de ésta  se correspondería perfectamente con los 165 cm que damos como buenos.

De todas formas, para los que no aprecien mi manera de calcular (algo que mis profesores de Matemáticas tampoco hicieron nunca), les daré otra prueba. Y esta vez el punto de referencia sí que estará situado a su lado: John McCain. Tengo estas dos fotografías de ambos, Sarah y John, en un acto público durante la pasada campaña electoral.

Sarah y McCa 1

Sarah y McCa 2

John McCain, el punto de referencia, mide 5’9’’ (o sea, 175 centímetros) según su expediente médico y en ambas fotos Sarah aparenta ser de su misma altura. Evidentemente, Sarah lleva tacones y se ha hecho el pedazo de moño ese que tanto le gusta y que según algunos se lo hace ex profeso para aparentar ser más alta. Si le concedemos a los tacones una altura de dos pulgadas (unos 5 centímetros) y otras tantas al moño, yo creo que bien se puede concluir que Sarah mide 165 centímetros. De todas formas, cuento con pasar mis próximas vacaciones en Alaska, darme una vuelta por Wasilla y pillar a Sarah volviendo de correr para presentarme (seguro que ha oído hablar de mí), darle dos besos y sacarme una foto junto a ella que disipe todas las dudas que mis lectores (¿de verdad tengo alguno?) puedan tener y que guardaré como mi más preciado tesoro. Palabra de Moosecon.


UN POCO DE SABIDURÍA POPULAR: ANTES SE COGE AL MENTIROSO QUE AL COJO (y VI)

08/05/2009

 

Otras calumnias… ¿o ridiculeces tal vez?

Ya para terminar con esta primera parte de las cuatro que dedicaré a detallar las calumnias que se han lanzado sobre Sarah, me voy a hacer eco de tres más que son tan tontas que no merecen siquiera el esfuerzo de dedicarles una entrada completa. Y es que más que calumnias, se trata de hechos de la vida de Sarah o de su familia que se pretenden hacer pasar por vergonzosos aunque como mucho se quedan en ridículos, pero ridículos para el calumniador, ¿eh?, no para Sarah. Si ni siquiera se merecen que les ponga la etiqueta de “This is a genuine Palin smear”. ¡Faltaría más!

Primera ridiculez: Todd Palin, el marido de Sarah, fue multado por conducir en estado de embriaguez

Nada que objetar. Es cierto. Sucedió hace 22 años, en 1986, cuando Todd tenía 22 años y era un jovenzuelo. He estado pensando en algún comentario lo bastante sarcástico para dedicárselo al imbécil que pretendió que esto provocaría una imparable oleada de clamor popular contra Sarah, pero reconozco que no se me ha ocurrido nada que pueda superar el comentario que le dedicó Rillot en su momento (20 de septiembre de 2008), así que, amparándome en su benevolencia, lo transcribo acto seguido, dándole las gracias de antemano por permitirme reproducirlo.

“Todd, el marido de Sarah, tiene una multa por haber conducido ebrio. VERDADERO. Fue hace 22 años, y me imagino que este hecho, junto con los cromos que debió robar en el colegio, los caramelos que se comió a escondidas de sus padres, y las veces que se tiró faroles jugando a las cartas, claramente inhabilitan a su mujer no ya para ser Vicepresidenta, sino para ser siquiera dueña de un puesto de castañas”.

Sencillamente genial. Gracias de nuevo, Rillot. ¡Ah, por cierto! Que no se me olvide. La propia Sarah fue multada en una ocasión por pescar sin licencia. Creo que ya oigo a las masas indignadas lanzarse a la calle para exigir su encarcelamiento inmediato y sin posibilidad de perdón. ¿No las oyen ustedes también? Escuchen, escuchen… (silencio atronador).

Segunda ridiculez: Sarah y Todd se casaron estando ella embarazada de Track, su primer hijo

Nada que objetar tampoco. Es cierto también. ¿Y qué? ¿Pasa algo? ¿A quién le importa un pimiento que se casaran estando ella embarazada? ¡Vaya tontería!

Tercera ridiculez: Sarah fumó marihuana

Nada que objetar tampoco. Es cierto de nuevo. El consumo de marihuana, fuera de su utilización terapéutica, fue legal en Alaska hasta 1990. Sarah era muy joven cuando la probó y, tal y como ella misma confesó posteriormente, no le gustó así que ya no volvió a probarla. Prefiere irse a correr. Y aquí acaba la historia.

Necesito un descanso. Si sigo con esto voy a acabar volviéndome tonto, memo o izquierdista. Me tomaré un respiro pues y la próxima entrada la dedicaré a algo más inteligente que a relatar calumnias, ¿vale? Incluso creo que será divertido. Ya lo verán.

sarah-motera¡A la bim, a la bam, a la bim, bom, bam; Sarah, Sarah y nadie más!