¿Quién quiere a Sarah Palin en el GOP?

24/07/2010

 

Pues la verdad es que mucha gente. Lo que pasa es que esa gente no suelen ser dirigentes del partido, sino meros afiliados de base. Los dirigentes, salvando alguna honrosa excepción, sencillamente la detestan. Y no es de extrañar si recordamos el historial de enfrentamientos de Sarah Palin con los “intereses creados” desde tan pronto como fue elegida por primera vez concejal de su pueblo, Wasilla (Alaska). Al día siguiente de tomar posesión de su puesto, ya estaba enfrentada con quienes habían patrocinado su candidatura en la confianza de que sería una buena chica, de esas que “se sientan y se callan”. Grave error de juicio el que cometieron los aprendices de brujo esos. No podían haber dado con alguien menos dispuesto a ser un mero engranaje en la máquina. Al contrario, Sarah Palin tenía vocación de ser el grano de arena que lo descuajaringaba todo y a fe que lo hizo. Y si no, que se lo pregunten a los good ol’ boys de la política de Alaska, los del “Corrupt Bastards Club” (CBC), miembros del Partido Republicano como ella, que acabaron todos fuera de juego tan pronto como Sarah Palin ocupó su puesto como gobernadora de Alaska. Y eso todavía no se lo han perdonado. Ni lo harán nunca. Porque tienen mucho miedo de que pueda hacer lo mismo en Washington, DC. Que lo hará.

Una foto que agradezco especialmente que me la hayan enviado porque me viene como anillo al dedo para ilustrar la entrada de hoy. Quiera Dios que esté profetizando y que a partir de enero de 2013 podamos ver una imagen semejante a diario y durante los próximos ocho años (después Piper ya tendrá 19 años, pero me temo que aún será demasiado joven como para presentarse a las elecciones… Sí, no hay duda. Tendremos que esperar un poco más para ver a otra Palin en la Casa Blanca. Esperemos que no tengamos que sufrir mientras a Chelsea Clinton, ¡glups!).

Hace pocos días, el pasado 22 de julio, se hicieron públicos los resultados de una de tantas encuestas como suelen realizarse en Estados Unidos. Encargada por The Economist, entre otras cuestiones, una de las preguntas, tal vez la más interesante era la siguiente: “Si usted tuviera que escoger a uno, ¿cuál de las siguientes personas quisiera que fuera el nominado republicano para la presidencia en 2012?”. Las respuestas fueron las siguientes:

  • Sarah Palin (antigua gobernadora de Alaska): 28%
  • Mitt Romney (antiguo gobernador de Massachusetts): 18%
  • Newt Gingrich (antiguo speaker de la Cámara de Representantes): 17%
  • Mike Huckabee (antiguo gobernador de Arkansas): 13%
  • Mitch Daniels (actual gobernador de Indiana): 4%
  • Tim Pawlenty (actual gobernador de Minnesota): 1%
  • Mike Pence (actual representante por Indiana): 1%
  • Haley Barbour (actual gobernador de Mississippi): 1%
  • John Thune (actual gobernador de South Dakota): 1%
  • Sin preferencia por ninguno de ellos: 17%

Ciertamente no se trata más que de una encuesta como hay cientos a diario y no vale la pena hacer mucho caso de ninguna de ellas, ya que la única encuesta que importa es la del día de las elecciones, pero si la he traído a colación se debe a que en ella aparecen además (y por enésima vez) una serie de datos que, de tanto repetirse en cada encuesta que se realiza, ya pueden darse casi como verdades indiscutidas: primero, que los partidarios del movimiento Tea Party prefieren a Sarah Palin antes que a cualquier otro candidato (entre los que se declaran así en esta encuesta, un 26% la prefieren a ella, un 19% prefieren a Romney, un 16% a Gingrich y un 15% a Huckabee); segundo, que entre los votantes republicanos, su popularidad es abrumadora, lo que la convierte en su principal apuesta de cara a las primarias de 2012 (entre los que se declaran así en esta encuesta, un 77% tiene una visión favorable de Sarah Palin sobre un 17% que la tienen desfavorable).

En consecuencia, uno no debería estar muy lejos de la verdad si considerase a Sarah Palin como la personalidad más influyente dentro del Partido Republicano. Sin embargo, en este caso en concreto eso no es cierto. Sarah Palin no es una personalidad influyente dentro del Partido Republicano si a lo que nos referimos es a la maquinaria del partido, el establishment republicano, como lo llaman algunos para hablar solamente de los órganos directivos del Partido Republicano, o el Beltway GOP, como lo llaman otros por la autopista de circunvalación que rodea Washington, D.C. y con lo que se pretende englobar además a todos los cargos electos republicanos que prestan servicio allí, ya sea en el Senado o en la Cámara de Representantes. Dónde sí que es influyente Sarah Palin, y aquí sí que no hay ninguna duda de que es la más influyente de todos con diferencia, es fuera de la organización del Partido Republicano, entre la base social. Dentro de la organización, mi opinión es que Sarah Palin delega en Fred Malek, un peso pesado del partido (muy pesado realmente) que forma parte de su círculo íntimo y que pienso que es quien asume su defensa ante ellos e intermedia si es menester.

Sin embargo, no parece que esa mala opinión que puedan tener de ella dentro del partido le preocupe mucho a Sarah Palin, quien desde que terminó la pasada campaña electoral, buen cuidado ha puesto en mantener las distancias con esas dos instancias, el establishment y el Beltway GOP. Perfecta conocedora por experiencia de cómo se cocinan las cosas en los despachos de los altos cargos del Partido Republicano, casi siempre por haber sido el pollo que no la cocinera, ya mencioné una vez que Sarah Palin es casi una tercera vía que, sencillamente, no se ha molestado todavía en romper su carnet del partido públicamente. De hecho, estoy convencido de que le trae bastante al fresco lo que puedan pensar las altas esferas del Partido Republicano sobre ella, decidida como está a no volver a ser el muñeco de nadie y conservar su libertad, una libertad que perdió voluntariamente cuando accedió a integrarse en el ticket de John McCain y que para lo único que le sirvió es para que la abandonaran a su suerte durante toda la campaña electoral y que aún después de ésta pretendieran cargarle el muerto del fracaso electoral. Sarah Palin va por libre e incluso el propio título de su libro, Going Rogue, parece haber sido escogido ex profeso (yo creo que ésa es la idea) para mandarles un mensaje a los budas del Partido Republicano y decirles que la han perdido definitivamente, que vuelve a ser la Sarah Palin que el año 2006 en Alaska triunfó en las elecciones a gobernador aún con la oposición de ellos quienes (recordemos que el Partido Republicano de Alaska sólo contribuyó a su campaña electoral con 5.500 $) y que nunca más lo dejará de ser.

Así las cosas, el que hace poco, a raíz de la última metedura de pata de Michael Steele, el chairman del Partido Republicano, diciendo que la guerra de Afganistán es “una guerra elegida por Obama” y sugiriendo que no es posible ganarla, hayan surgido muchas voces criticando sus palabras (entre ellas, las de los senadores John McCain, de Arizona; Jim DeMint, de South Carolina; y Lindsey Graham, de South Carolina también), así como otras clamando por la destitución de Steele (entre ellas, las de Bill Kristol, editor de The Weekly Standard; Liz Cheney, cabeza visible de Keep America Safe;  Tom Cole, representante por Oklahoma y antiguo dirigente del National Republican Congressional Committee; y Katon Dawson, antiguo dirigente del Partido Republicano de South Carolina y antiguo rival también de Steele por la dirección del Partido Republicano) e incluso abogando porque sea sustituido por Sarah Palin, no es de extrañar.

El primero en proponer tal solución fue tal vez Kevin Williamson en su blog en National Review, quien dijo:

Palin sería mucho mejor chairman del Republican National Committee que candidata presidencial o “hacedora-de- reyes” por su cuenta. Atraería toneladas de dinero y ayudaría a reclutar buenos candidatos. Por ejemplo, ella sobresaldría haciendo las cosas que Steele debería haber hecho en lugar de nombrarse a sí mismo gurú republicano en jefe.

Una chairman Palin ayudaría a dotar del tono correcto al Partido Republicano sin tener que embrollarse en las minucias del desarrollo político que no son su fuerte. Por seguro, ella es divisiva, pero también lo es Barack Obama y estos son tiempos de división. Y una cosa es tener a una chairman del partido divisiva y otra tener a una candidata divisiva.

En principio, la propuesta resulta de lo más interesante, pero a mí personalmente no me convence porque quien la propone sigue con la manía de que Sarah Palin no es una política capaz de articular un programa electoral serio y consistente, presentarlo ante la opinión pública y ganar unas elecciones basándose en él. En mi opinión, lo que subyace en la idea de Williamson es ofrecer a Sarah Palin un retiro dorado, permitiendo así a Mitt Romney presentar entonces su fracaso de candidatura sin temor alguno a que Sarah Palin pueda derrotarle. Vamos, un timo. Y ese timo no le va a salir bien a Williamson porque estoy convencido de que Sarah Palin tiene medidos todos y cada uno de sus pasos de aquí a 2012 y dudo mucho de que ser chairman del Partido Republicano y meterse en ese avispero lleno de vagos sinvergüenzas y crápulas, politicastros de la peor especie, que es el Republican National Committee, le atraiga en lo más mínimo. Buen intento, Williamson, pero Sarah Palin es demasiado lista para ti. Inténtalo con tu sobrino de diez años a ver si con él cuela.

Pero no fue solamente Williamson quien lanzó la idea; por otro lado, The Daily Constitution, un blog conservador, se mostró igualmente favorable a la idea de una Sarah Palin chairman:

No existe otro republicano hoy en día a quien los progres odien o teman más que a Palin. El GOP necesita desesperadamente su liderazgo, el poder de su estrellato y su capacidad de recaudar fondos para conseguir las victorias políticas en noviembre que el partido está esperanzado en obtener para ganar de nuevo la Cámara o el Senado. Después de la última metedura de pata por parte del líder del RNC Michael Steele, la hora de Palin puede estar cerca si es que ella está dispuesta.

De nuevo, opino que no está en absoluto dispuesta. Sarah Palin no va a meterse en ningún sitio donde ella no sea la única jefa. Y punto.

De cualquier manera, recordemos que el mandato de Steele es por dos años, que éste concluye en enero del año que viene y que su puesto depende de la voluntad de los miembros del Republican National Committee. Tras las recientes protestas por parte de algunos de los pesos pesados del partido, la cuestión de su conveniencia en el cargo ha saltado a la luz pública y estos miembros deben de estar ya considerando la cuestión que se reduce a si echar a Steele antes de las elecciones de noviembre puede ser beneficioso o no de cara a las perspectivas electorales del partido. Y si finalmente deciden que sí que lo es, ¿a quién poner en su lugar? 

Ciertamente nombrar a Sarah Palin chairman del GOP (y que ésta lo aceptara) sería un movimiento de lo más inteligente para un Partido Republicano con la voluntad de volver al camino correcto, depurar el partido de los RINO que lo infestan actualmente (y que, con la eterna cantinela de que “hay que ganar el centro, o sea a los independientes” lo único que logran es enajenarse el apoyo de los conservadores) y convertirlo en un partido con verdaderas posibilidades de triunfo en 2012 ya que dondequiera que vaya Sarah Palin va con ella el apoyo de la base política más entusiasta que existe actualmente en Estados Unidos: los teapartiers republicanos (y muy seguramente muchos de los teapartiers independientes y hasta de los demócratas). Y es que, si nos ponemos a pensarlo, ¿qué otro nombre dentro del Partido Republicano puede a día de hoy concitar tanto apoyo por parte de los votantes? ¿Puede alguien imaginarse un nombre siquiera? ¿Romney? ¡No me hagan reír! ¡Él es precisamente el candidato del establishment! ¿Gingrich? Su tiempo ya ha pasado y aunque nadie niega su sabiduría política, no es un candidato creíble porque ya demostró en NY-23 que antepone antes los intereses del partido a los del movimiento conservador lo que le valió la repulsa del Tea Party. ¿Huckabee? No tiene ninguna posibilidad de ganar por lo que lo único que hará será animar las primeras primarias para dejar paso a una Sarah Palin que se le comerá todo su apoyo tradicional. ¿Daniels? ¿Pawlenty? ¿Pence? ¿Barbour? ¿Thune? ¿Quiénes son esos? ¿Jindal? ¿Jeb Bush? ¿En serio pretenden que le regalemos la reelección a Obama más de lo que le regalamos ya la primera elección en 2008? Aparte que otro Bush no sé si podríamos soportarlo. Dos y no más, Santo Tomás.

Es muy posible que este próximo mes de noviembre tengamos el placer de contemplar una avalancha republicana en el Senado y en la Cámara de Representantes que libere a Estados Unidos de los peores temores causados por unos demócratas medio socialistas, medio locos. Las cosas no marchan bien y los estadounidenses lo saben. Y Obama lo sabe también. O al menos lo debería saber porque seguro que Rahm Emanuel, su jefe de Gabinete, le informa de que a cada día que pasa sus índices de popularidad están un poco más bajos y que en los dos años que faltan todavía para que concluya su mandato hay tiempo de sobras para que lleguen al sótano de la Casa Blanca, rozando la red de alcantarillado público, una proeza que no logró Bush 43 siquiera. Si finalmente se produce esa avalancha, ¿quién se llevará el mérito de ello? ¿Una Sarah Palin que se ha partido la cara por una serie de candidatos por los que nadie daba ni un centavo hasta que ella los respaldó y los puso en boca de todos o un inane Partido Republicano que, si por él fuera, a estas alturas en lugar de avalancha estaríamos hablando de catástrofe bis, a imagen y semejanza de la que se produjo en 2006? El triunfo de una buena cantidad de candidatos “palinistas” en noviembre no repercutirá de ninguna manera en el GOP; antes al contrario, será el aviso por parte de sus votantes de que la brecha entre ellos y la dirección del partido es tan ancha y profunda ya que no hay puente que pueda salvarla. En diciembre, Sarah Palin puede encontrarse con que es la candidata indiscutida para obtener la nominación republicana en 2012 y Mitt Romney bien haría en preguntarse si vale la pena correr otra campaña electoral para ser de nuevo un elegante perdedor.

Todos sabemos que para el establishment republicano, a pesar de lo mucho que la detestan, Sarah Palin es perfecta para mantener “a los tipos del Tea Party dentro de la tienda”. Sin embargo, ni Sarah Palin piensa que ella esté para eso ni los del Tea Party tienen ninguna intención de seguir dentro de la tienda quietecitos porque la intención de ambos es realmente hacerse con la tienda y echar de allí a los que tan mal la montaron. Y ya lo dijo claramente en su discurso en Nashville cuando la convención del movimiento. Para Sarah Palin, los del Tea Party son el partido y son ellos los que están en la buena dirección y en tanto que ellos la acepten como su abanderada, su objetivo será que el Partido Republicano se vuelva como el Tea Party y no que el Tea Party se vuelva como el Partido Republicano. Y es que todas esas miles y miles de personas que lo componen no se van a contentar con pegar sobres y llamar por teléfono pidiendo el voto para el candidato republicano que sea sino que lo que pretenden es, en primer lugar, recuperar su partido, un partido descarriado desde hace muchos años, y luego, en segundo lugar, recuperar su país, el Estados Unidos del sueño americano. Y saben que sólo Sarah Palin puede garantizarles eso.

Y para terminar hoy, les dejo con otra aportación que me ha llegado recientemente. Un magnífico esquema explicativo sobre qué es la democracia entendida a la manera progre. Vale por media docena de sesudos manuales de ciencia política. Por cierto, yo no he pasado del primer “Racist!”. Qué le vamos a hacer.


LO QUE SARAH PALIN YA SABÍA

23/04/2010

 

Cuando empecé a colaborar en Semanario Atlántico, recuerdo que mi primer artículo llevaba por título: “Lo que Sarah Palin ha aprendido” y trataba sobre la habilidad que estaba demostrando Sarah a la hora de situarse dentro del panorama político estadounidense como un punto de referencia. Aquello fue en septiembre del año pasado y desde entonces ha llovido mucho. Sin embargo, ya por entonces era de la opinión de que si bien Sarah tenía que ampliar sus conocimientos y hacerse fuerte en algunas materias como, por ejemplo, la política exterior, eso no quería decir en absoluto que fuera una ignorante. De hecho, en mi opinión, Sarah es una de las políticas más inteligentes de Estados Unidos y ya lo era en 2008, cuando McCain la escogió como su compañera de ticket, por más que los (cojos) medios de comunicación pretendieran entonces que era una zoquete que parece salida de un episodio de “The Beverly Hillbillies”. Es por eso que aprovechando esta semana de calma chicha (algo habitual en Sarah, quien después de una semana de intensa exposición pública, afloja el paso durante las dos o tres semanas siguientes para evitar la sobreexposición y, en consecuencia, la sensación de saturación por parte de la opinión pública), se me ha ocurrido esta entrada en la que vamos a repasar un poco lo que supuso el año 2006 para ella, sobre todo los primeros ocho meses del año, cuando tuvo que competir por la nominación republicana a gobernadora de Alaska. Una historia de lo más apasionante y en la que Sarah demuestra con claridad todo lo que ya sabía entonces y que le sirvió para batir a todos sus rivales dentro del GOP primero y al candidato demócrata después, contra el pronóstico de todos.

Por otra parte, me gustaría agradecer a aquellos de mis lectores que me han dado ánimos durante estas dos semanas tan malas que he pasado. Por fin todo ha terminado; mal para mí porque entre la opción mala y la peor que les comenté en su momento al final ha resultado ser la peor: trabajaré más horas, cobraré menos dinero y encima he experimentado una cierta humillación durante el proceso. Gracias de nuevo a todos ellos y gracias muy especialmente a esa maravillosa amiga mía, C., cuya bondad conmigo no me merezco, por haberme sostenido moralmente durante todo este tiempo. Es cierto que hoy he sido pisoteado impunemente, pero la vida da muchas vueltas y como que ya saben lo mucho que me gusta a mí el citar la sabiduría popular, solamente les diré que arrieros somos y en el camino nos encontraremos. Hoy es hoy; ya veremos qué sucede mañana.

Y dicho esto, ni una palabra más sobre ello. Nosotros a lo nuestro: vamos a palinear.

Como quiera que esta historia tiene final feliz (y ese final ya lo conocemos todos), aquí está el testimonio gráfico de ese final: Sarah Palin en el momento de su juramento como gobernadora de Alaska. Es una foto que ya había publicado en una de mis primeras entradas, pero que me gusta especialmente… ¡y es la favorita también de alguna de mis amigas quien sólo piensa en lo guapísimo que está Todd y en lo mucho que le gustaría que le sostuviera la Biblia a ella también (y eso que es atea)! Pues qué quieren que les diga, ¿realmente es tan guapo este hombre? Yo es que de belleza masculina no sé; yo sólo sé de belleza femenina (aunque empiezo a dudarlo porque esa misma amiga me reprocha que sólo me gusten las mujeres que no le gustan a nadie).

Nota del autor: Mi acostumbrado artículo en Semanario Atlántico ya ha salido. Se titula: “Y Obama volvió a picar”. Confío en que les guste. ¿Y saben qué les digo? Que cada día me gusta más escribir allí. Me siento un privilegiado al poder hacerlo. Y si encima algún día consiguiera escribir un artículo bueno de verdad. Pero, de momento, uno no da para más.

Tal y como ya les he dicho, en su momento traté sobre el tema de lo que Sarah Palin había empezado a aprender desde que perdiera las elecciones presidenciales de 2008. Ahora bien, si eso es lo que estaba aprendiendo, ¿qué es lo que ya sabía entonces? Pues algo que todos aquellos que nos habíamos molestado en averiguar quién era ella y cuál era su historia sabíamos con certeza: que Sarah sabe de sobras cómo ganar unas elecciones. Y no sólo ganarlas, sino hacerlo teniendo en su contra no sólo al candidato del partido rival, el Demócrata, sino también a los dirigentes de su propio partido, el Republicano, a los que batió limpiamente durante las primarias.

Pues eso es precisamente lo que me interesa destacar ahora, la lucha que tuvo que afrontar hasta lograr la nominación. Y si lo traigo a colación es más que nada para que nadie se llame a engaño: si Sarah tiene pensado presentarse como candidata a las elecciones presidenciales de 2012 (¡que sí, hombre, que sí!), lo que menos le preocupan son las primarias republicanas porque sabe perfectamente cómo ganarlas. O sea, que aquellos de ustedes que puedan haber oído por ahí que Palin y Romney pueden aliarse y presentar una candidatura conjunta, ya pueden descartarlo de buenas a primeras. Eso no pasará jamás. Sarah es la candidata de la buena gente conservadora mientras que Romney es el candidato del establishment. Y dentro de poco será el candidato derrotado porque será Sarah quien gane la nominación mal que les pese (que les pesará mucho) a los del Republican National Committee, empezando por su chairman Michael Steele, la mayor decepción que uno puede imaginarse después de tantas y tantas expectativas como había despertado en el momento de su nombramiento.

Repasemos un poco la historia de aquel año, 2006. Y para ello, nada mejor que las palabras de la propia Sarah tal y como nos las podemos leer en Going Rogue (pág. 109):

Hacia finales del verano [de 2005], el momento de la decisión se presentaba ante mí: los votantes querían un cambio y deberían tener una opción sincera acerca de qué tipo de cambio podría ser ése. Como siempre, Todd me apoyó y me animó a presentarme. Así pues, en el Día de Alaska, el 18 de octubre de 2005, di inicio a la campaña gubernatorial con alrededor cincuenta amigos, familiares y periodistas en el salón de mi casa. Era también el decimoquinto aniversario de Bristol, así que por supuesto que tuvimos pastel también.

Sobre su estrategia electoral, Sarah dedica un párrafo a describirla y creo que si uno lee esas palabras pensando en 2010 y no en 2005, no resultan en absoluto anacrónicas.

En 2005, yo fui la primera republicana en lanzar mi candidatura porque no quería jugar al juego político de “espera tu turno en la cola” hasta que se viera si Murkowski, el [gobernador] que estaba en el cargo, buscaría la reelección. Sabía que no iba a contar con el apoyo de la maquinaria del partido de todas maneras, así que mi confianza en un esfuerzo popular requería una rápida definición antes de que los otros empezaran a alinearse. (Going Rogue, pág. 110).

Quitando la mención a Murkowski, quien no haya sentido que estaba hablando de hoy mismo y del movimiento Tea Party es que lleva hibernado los dos últimos años y acaba de despertarse. Y aún abunda más en lo mismo:

En las primarias, competía contra el gobernador Murkowski, por supuesto, y su amigo Randy Ruedrich era todavía el chairman del GOP estatal –un mal presagio para algunos pero para nosotros, al contrario, un desafío motivador. Para ganar las primarias tenía que pasar por encima de los dos. Eso significaba también que no iba a tener el respaldo del partido estatal. Encontré mi condición de candidata más débil y la etiqueta de no ser favorita muy liberadora. Si había tan sólo unos cuantos políticos lo suficientemente audaces como para unirse a nosotros, eso era perfecto también. Construimos una red de alasqueños no afiliados políticamente y trabajadores incansables que estaban cansados de los políticos acomodaticios. (Going Rogue, págs. 110-111).

¿Seguro que siguen sin oír los ecos del movimiento Tea Party? ¿Seguro que tienen el sueño tan pesado? ¿Acaso no creen que Sarah es tan sincera que simplemente nos está explicando lo que tiene pensado hacer de aquí a 2012, basándose en su experiencia de 2006 y sabedora de que los de la izquierda no sólo no van a leer su libro sino que son capaces de pasarse meses y meses discutiendo cuál va a ser su estrategia cuando bastaría con dedicar un par de minutos a leer la página adecuada del libro apropiado? Pero claro, eso es pedirles mucho, ¿verdad?

El tema de mi campaña del “cambio” era palpable y sincero y lo llevamos a rajatabla cada día de la carrera. A partir del momento en que no pretendíamos tener todas las respuestas –lo cual ya es un cambio en sí mismo, por supuesto-, dejé claro a todos los votantes que reuniríamos toda la información que necesitáramos y que basaríamos nuestras decisiones en los principios y en ideas sólidas, no en chanchullos o conveniencias políticas. Me basé en mi historial como gestora y les dije a los votantes alasqueños que gobernaría de acuerdo con principios conservadores y que si iba a equivocarme, sería siempre del lado de esos principios. (Going Rogue, págs. 112-113).

Y una vez dejados claros los principios, la ejecución. Para esto también hay un párrafo específico que incluye una curiosa reflexión que a mí personalmente, cuando la leí por primera vez, me hizo estallar en carcajadas. Juzguen por ustedes mismos:

Cada parte de nuestra campaña gritaba: “¡Cambio!”. Un cambio en la manera de financiarnos: funcionábamos a base de pequeñas donaciones procedentes de todo el estado, la mayoría de personas que era la primera vez que donaban a una campaña política, y devolvimos algunos cheques por cantidades abultadas de donantes importantes si percibíamos la sombra de un conflicto de intereses. Cambio en las paradas para hacerse meramente una foto a tener conversaciones honradas con los votantes. Un cambio de poner el énfasis en las políticas a ponerlo en la gente. Un cambio de hablar melosamente a decir las cosas claras – incluso entonces.

Nos divertimos mucho un par de años más tarde cuando Barack Obama – uno de cuyos asesores más importantes (ahora que lo pienso) tenía raíces en Alaska- adoptó el mismo tema. Kris [Perry] y yo bromeábamos acerca de ello: “¡Hey! ¡Ya éramos el cambio cuando el cambio no estaba siquiera de moda!”. (Going Rogue, pág. 114)

Con estas premisas, Sarah y su alegre cuadrilla se lanzaron por toda Alaska a hacer campaña, una campaña que desquició a los dirigentes del Partido Republicano de Alaska conforme iban comprobando cómo la candidatura de alguien como ella, sin padrinos ni respaldo (y por eso mismo totalmente incontrolable) iba calando cada vez más entre los alasqueños y ella se iba situando en una posición de privilegio. Sobre todo, les enloquecían sus partidarios, gente sin complejos, entusiastas y osados, que llevaban pancartas con el emblema de campaña de Sarah por todas partes, gritaban: “Sa-rah, Sa-rah, Sa-rah” sin cesar y llevaban sus coches y sus bicicletas llenos de pegatinas suyas. Hasta tal punto detestaban a esa gente que Bill Large, un abogado del Partido Republicano, llegó a enfrentarse en público con un grupo de ellos a los que insultó llamándoles “camisas pardas” primero y “comunistas” después (demostrando además su confusión mental porque las dos cosas no se pueden ser simultáneamente por más que las dos sean igual de despreciables). Luego, otro tipo de la misma calaña que Large, el senador estatal Ben Stevens, uno de los good ol’ boys, los calificó directamente como “la basura del valle”.

Durante la campaña, Sarah hizo lo que hacen todos los buenos políticos en elecciones: se centran en su mensaje (en este caso, el cambio), no se dejan enredar en cuestiones de detalle, se las apañan para dirigir cualquier debate o conversación hacia los principios que defienden y se esfuerzan por que parezca que se lo están pasando la mar de bien si es que no se lo están pasando realmente. En el caso de Sarah, eso le supuso muchas horas hablando sobre la Constitución de Alaska, su firme creencia en que el mejor gobierno es el más pequeño, que la competencia es sana y que sería un honor para ella el poder servirles a todos. Si a esto le añadimos la pasión que despierta Sarah entre la gente corriente (doy fe de ello por mi propia experiencia) el resultado es que el candidato que logra eso se convierte en virtualmente invulnerable a los ataques de sus rivales, quienes por más que lo intenten lo único que logran es quedar ellos en mala posición.

Y, finalmente, ¿cuál fue el resultado de las primarias republicanas en Alaska en 2006? Pues éste que aquí les detallo:

  1. Sarah Palin: 51.443 votos (50,59%)
  2. John Binkley: 30.349 (29,84%)
  3. Frank Murkowski: 19.412 (19,09%)
  4. Gerald Heikes: 280 (0,28%)
  5. Merica Hlatcu: 211 (0,21%)

Una victoria por todo lo alto. Indiscutible. O tal como lo dice ella misma:

El día de las elecciones, dejamos boquiabiertos a todo el mundo. Ganamos las primarias llegando hasta el 51% de los votos en unas elecciones con cinco candidatos. Ganamos por encima de los intereses enquistados y de la maquinaria política. Sin negatividad y con una campaña popular llena de energía, pasamos a las elecciones generales, donde continuaríamos teniendo la pelota. Le había echado veinticuatro horas al día, con Todd y mis niños a mi lado. (Going Rogue, pág. 116).

Sarah lo hizo una vez: venció contra todo pronóstico y contra todos. Nadie más lo hubiera podido conseguir. ¿Por qué no iba a hacerlo otra? ¿Acaso es menos capaz ahora que entonces? Por supuesto que no; todo lo contrario. Ahora es más sabia, tiene más experiencia y está mejor preparada. Cada día lo está más. No lleva ni un solo error cometido desde que concluyó la pasada campaña electoral. Sarah es lista, endiabladamente lista y sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Y da la casualidad de que es lo mismo que queremos nosotros: verla en la Casa Blanca, pero no de visitante sino de ocupante del Despacho Oval. ¡Y lo vamos a ver! ¡Y tanto que sí!

Y para terminar, les dejo con unas cuantas fotos de Sarah Palin haciendo campaña en 2006. Si no recuerdo mal, ésta es de la campaña para gobernadora, cuando ya había ganado la nominación republicana.

Ésta, por su parte, corresponde a la noche de las primarias republicanas, cuando subió al estrado a pronunciar su discurso agradeciendo la confianza depositada en ella. Creo que a más de uno de los gerifaltes del partido se le indigestó la cena, je, je, je. Pobrecillos, ¿no?

Y, por fin, una de Sarah haciendo campaña formal, ya con Sean Parnell en su ticket.

Y hasta aquí este pequeño repaso a un buen año para Sarah, el 2006. Ahora que ya he logrado resolver mis cuitas, cuento con recuperar lo antes posible el ritmo perdido. En la próxima entrada, vamos a echar un vistazo a lo que está pasando en Florida, ¿les parece? Anoten este nombre: Marco Rubio. Apunta alto. Algunos creen que igual llega tan alto como hasta la candidatura a vicepresidente en el ticket de Sarah Palin. Pues vamos a verlo aunque yo sigo apostando por Rick Perry. Y es que ya saben que tengo cierta querencia por Texas. (¿Será porque he visto mucho Walker, Texas Ranger?)

Por cierto, nuestro amigo Gonzalo tiene razón: estaría bien que nos hiciéramos todos unas camisetas con la foto de Sarah para el verano. Podríamos empezar a hacer propuestas: ¿qué foto y qué lema? Venga, vamos a animarnos; podría ser de lo más divertido. Quien quiera hacer una propuesta, que la haga y cuando tenga varias, las recogeré todas en una entrada y haremos una votación. Y la que gane, nos la ponemos todos y a ver si nos encontramos por la calle. Igual sí, ¿eh?


PALIN EN NEW ORLEANS, PALIN EN BOSTON, PALIN EN TODAS PARTES…

18/04/2010

 

Después de una semana de silencio, vuelvo a la carga. El caso es que estoy teniendo un montón de problemas en mi puesto de trabajo y aún estoy a la espera de ver cómo se resuelve todo aunque lo de “resolverse” es más bien un eufemismo. Resumiendo, tengo dos opciones: una mala y otra peor. Y lo más irritante de todo es que no soy yo quien va a tomar la decisión final, sino otra persona a quien mi opinión sobre lo que más me conviene le trae sin cuidado y así mismo me lo ha dicho. ¡Ah, qué coraje! Sin embargo, todo esto no me ha quitado en lo más mínimo las ganas de seguir la actualidad sobre nuestra adorada Sarah, quien, afortunadamente, parece estar cada día en un sitio diferente y a veces hasta en dos sitios al mismo tiempo. Así pues, les pido perdón por mi ausencia, que ha sido obligada por las circunstancias, y les ruego que aquellos de ustedes que quieran rezar una pequeña oración por mí pidiendo que no tarde mucho en llegar el día en que Sarah me ofrezca formar parte de SarahPAC, lo hagan. Y es que uno está muy necesitado de ayuda porque en mi trabajo, sea por la causa que fuere, la incompetencia parece ser condición sine qua non para disfrutar de un puesto de dirección. Y para los que piensen que tal vez exagero, que no puede ser todo tan malo y que algo bueno me habrá pasado durante estos días, les diré que es cierto: el viernes quedé por fin con L., mi amiga favorita. Hacía cuatro meses largos que no nos veíamos y a decir verdad estaba más bonita que nunca, especialmente atractiva. Lástima que no pueda hacerme ilusiones con respecto a ella, pero de verdad que por un momento me asaltó la tentación de hacérmelas. ¡Ay, qué dura es la vida! Suerte que no me lee que si no menudo rapapolvo me iba a echar…

¿Recuerdan esta foto? Sarah Palin en Minneapolis, apoyando a Michele Bachmann. Como bien dice Manuel Pastor, colaborador de Semanario Atlántico, si la primera es la mujer más odiada por la izquierda en Estados Unidos, la segunda le sigue muy de cerca en la clasificación, para orgullo suyo y nuestro. Y la tercera es sin duda Ann Coulter, la comentarista política, aunque Michelle Malkin también reparte leña a base de bien y es mi preferida. Y es que son las mujeres las que acabarán salvando a Estados Unidos del suicidio al que está abocado si los estadounidenses no hacen algo lo antes posible y corrigen su grave error de las últimas elecciones, cuando tuvieron la humorada de nombrar presidente a un niño a quien le gusta jugar no con cerillas, sino con un lanzallamas.

SARAH PALIN EN NEW ORLEANS: LA 2010 SOUTHERN REPUBLICAN LEADERSHIP CONFERENCE (8-11 de abril)

Sarah Palin pronunciando su discurso en la SRLC. También andaban otros importantes republicanos por ahí, pero que nadie tenga ninguna duda: era ella quien copaba el interés de todos. De hecho, lo menos importante del famoso straw poll (sondeo de opinión) era quién lo ganaba; lo que todos querían saber era en qué posición quedaba ella. Pero es que a Sarah le traen al fresco todos los sondeos de opinión que se hagan. Ella tiene puesta su fe en Dios y no en los “expertos” (que, por otra parte, la mayoría de las veces no son más que unos metepatas).

En la SRLC, celebrada en New Orleans (Louisiana) se reunieron unos 3.800 activistas republicanos procedentes de 14 estados diferentes. Su inicio fue el jueves 8 de abril, cuando pronunciaron sus discursos Newt Gingrich y Liz Cheney, mientras que el viernes 9 de abril lo hicieron Sarah Palin, Bobby Jindal (gobernador de Louisiana) y Rick Perry (gobernador de Texas), y el sábado 10 de abril fue el turno de Haley Barbour (gobernador de Mississippi) y Tim Pawlenty (gobernador de Minnesota), además de Michael Steele, el lamentable chairman del Partido Republicano, en quien tantas esperanzas habíamos depositado y que tan poco fundadas se han demostrado finalmente.

Por lo que a nosotros se refiere, lo único que nos interesa es el discurso de Sarah Palin, un discurso de algo menos de media hora de duración en el que dio un buen repaso a la actual administración demócrata y, especialmente, al propio presidente, como cuando se burló de su conocido lema electoral:

Faltan sólo siete meses para las elecciones. Ahora, cuando ellos digan: “Sí, podemos”, nosotros nos plantaremos y diremos: “Oh, no, no podéis”. La libertad es un derecho otorgado por Dios y merece la pena luchar por él. Éste es un partido que nos introducirá en una nueva era de prosperidad. Comienza con nosotros. Y puede comenzar hoy. Yo digo que permanezcamos unidos y recuperemos nuestro país.

Además, gracias precisamente al presidente y a las ganas que le tiene a Sarah y que no se priva de demostrar nunca, le regaló la mejor frase del acto cuando, a raíz de la reciente revisión de la estrategia nuclear estadounidense, criticada abiertamente por Sarah, el presidente replicó a ésta en el programa Good Morning, America de la ABC diciendo que “la última vez que lo comprobé, Sarah Palin no era precisamente una experta en asuntos nucleares”. La respuesta de ésta no se hizo esperar y fue demoledora, refiriéndose:

(…) a la vasta experiencia nuclear que adquirió él como organizador comunitario, senador a tiempo parcial y candidato a tiempo completo.

Y siguió diciendo que se trataba de una experiencia que, a día de hoy, le ha permitido “no haber conseguido nada con Irán o Corea del Norte”. Ya puestos, Sarah criticó también el trato que se está dispensando a Israel, que calificó de “bochornoso”. Para Sarah, Jerusalén no es un asentamiento e Israel es amigo de Estados Unidos y toda su política exterior “desafía el sentido común”.

Sin embargo, el meollo del discurso de Sarah estuvo dedicado a la energía, un tema que ya había anunciado ella previamente que trataría.

Los republicanos necesitan lanzarse a la carretera en 2010 y mostrar a Estados Unidos lo que significa en realidad una política energética seria. Es un asunto que realmente afecta a cada desafío al que nos enfrentamos.

Así, Sarah propuso incrementar la producción nacional de petróleo y de gas, al tiempo que ponía en evidencia a la actual administración por sus continuas maniobras dilatorias a la hora de permitir el desarrollo de nuevas iniciativas privadas en relación con la energía nuclear o eólica, unas energías a las que pretendidamente apoya, aprovechándose para ello de la existencia de un exceso de normas legales y recurriendo al abuso de los estudios preliminares para entorpecer su aprobación. A este respecto, y sobre el reciente anuncio de la Casa Blanca de abrir a la exploración amplias porciones del Golfo de México y de la costa occidental, Sarah se mostró escéptica temiéndose que todo eso acabaría en nada enterrados en una montaña de “más estudios preliminares”. En consecuencia, reiteró su apoyo al lema “drill, baby, drill” (perfora, nena, perfora) por oposición al que parece ser el de la administración demócrata: “stall, baby, stall” (Entorpece, nene, entorpece”).

Y para concluir, Sarah se mofó de nuevo de sus críticos, sobre todo de los que le reprochan el haber calificado como “objetivos” algunas circunscripciones electorales demócratas en las próximas elecciones de noviembre al decir que “los conservadores con sentido común pueden confiar en algunos lemas… como “revocar y reemplazar” [en referencia a la ley de reforma de sistema sanitario] o mi favorito: “Nada de retirada, recargar”, puntualizando jocosamente que esto “no es una llamada a la violencia”.

Para ver y escuchar el discurso de Sarah Palin en la 2010 SRLC, haga clic aquí.

En definitiva, su discurso fue excelentemente acogido por los asistentes, lo que demuestra que no son sólo los miembros del movimiento Tea Party quienes la apoyan, sino también la base del Partido Republicano, excitada ante la posibilidad cierta de arrebatar el control del Congreso al Partido Demócrata, un partido que se halla pasando su peor momento en los últimos 18 años, tal y como demuestra una reciente encuesta de Gallup en la que sólo el 41% de los estadounidenses tienen una opinión favorable del Partido Demócrata mientras que el 42% la tiene del Partido Republicano, algo alarmante si se tiene en cuenta que el año pasado la diferencia era de 11 puntos porcentuales a favor de los demócratas.

De los demás oradores, sólo cabe destacar la frase de Newt Gingrich calificando al presidente como el más radical de la historia del país y acusándole de construir una “maquinaria socialista, secular” para expandir el gobierno a costa de los contribuyentes, a Liz Cheney resumiendo la esencia de su política exterior como “pedir perdón en nombre de Estados Unidos, abandonar a nuestros aliados y apaciguar a nuestros enemigos” y  a Rick Perry alabando a los activistas republicanos que además son miembros del Tea Party y poniendo claro que lo importante ahora son las elecciones de noviembre y no las de 2012:

El momentum se está construyendo. De hecho, si me hubierais dicho hace un año que veríamos este poderoso resurgimiento, dejadme decirlo (…) nunca han habido unas elecciones más importantes para nosotros como personas que las de 2010.

En cuanto al famoso straw poll (encuesta de opinión) que se celebra en todas estas reuniones y que algunos se lo toman casi como un oráculo cuando en realidad no es más que una simple porra entre amigos, pues los resultados, por mera curiosidad, son los siguientes:

  • Eran nueve las alternativas por las que votar (por orden alfabético): Newt Gingrich (antiguo speaker de la Cámara de Representantes), Mike Huckabee (antiguo gobernador de Arkansas), Gary Johnson (antiguo gobernador de New Mexico), Ron Paul (representante de Texas), Tim Pawlenty (gobernador de Minnesota), Mike Pence (representante de Indiana), Sarah Palin (antigua gobernadora de Alaska), Mitt Romney (antiguo gobernador de Massachusetts) y Rick Santorum (antiguo senador de Pennsylvania).
  • Sólo podían votar los asistentes registrados a la SRLC. El cuestionario incluía cinco preguntas: primera elección en las primarias de 2012, segunda elección en las primarias de 2012, estado de residencia, edad y a quién había votado en las primarias de 2008.

Los resultados fueron los siguientes:

Si las elecciones primarias para 2012 se celebraran hoy, ¿por quién votaría?

1. Mitt Romney: 439 votos
2. Ron Paul: 438 votos
3. Sarah Palin: 330 votos
4. Newt Gingrich: 321 votos
5. Mike Huckabee: 80 votos
6. Mike Pence: 58 votos
7. Tim Pawlenty: 54 votos
8. Rick Santorum: 41 votos
9. Gary Johnson: 3 votos

¿Quién sería su segunda opción?

1. Newt Gingrich: 339 votos
2. Sarah Palin: 332 votos
3. Mitt Romney: 242 votos
4. Mike Huckabee: 178 votos
5. Mike Pence: 141 votos
6. Rick Santorum: 125 votos
7. Tim Pawlenty: 114 votos
8. Gary Johnson: 104 votos
9. Ron Paul: 98 votos

Como ya he dicho, entre esto y una porra futbolera entre mis amigos y yo hay poca diferencia. Apenas poco más de 1.700 votos muchos de los cuales pertenecen a partidarios registrados de alguno de los candidatos que acudieron sólo para eso. En consecuencia, me niego a sacar ninguna conclusión de todo ello a pesar de que dispongo de algún sesudo informe que escudriña hasta el último voto y pontifica sobre la fortaleza de Mitt Romney, la decadencia de Huckabee y el resurgimiento de Gingrich. Y es que las organizaciones tanto de Romney como de Paul compraron respectivamente 500 y 800 entradas (a 119 dólares cada una) para regalárselas a sus partidarios con la condición de que votaran por ellos. De hecho, la organización de Romney, camuflada bajo el disfraz “Evangelicals for Romney” incluso regalaron ejemplares del libro de Romney (ése que lo poco que vende es porque lo compra el propio Romney como así certifican las propias librerías al reportar que están recibiendo “bulk orders” [órdenes de compra masivas], algo que no pasó ni una sola vez con el libro de Palin) a cambio de direcciones de correo electrónico que luego se utilizaron para hacer la oferta que he mencionado arriba: si me votas, te regalo una entrada. A mí eso me parece lo mismo que si alguien me dice que si le voto, me paga cinco dólares… ¡Eso es compra de votos aquí y en Katmandú y Romney es un sinvergüenza por haber recurrido a algo tan bajo! Indignante, ¿no? Pues vaya con el chulo ése.

¡Ah, y que nadie se piense que Sarah hizo lo mismo! De hecho, si bien Romney se gastaron 59.500 y 95.200 dólares respectivamente comprando votos en una ridícula porra y movilizaron a todas sus fuerzas para llenar la SRLC de partidarios suyos y así dar la impresión de que son más de los que realmente son, Sarah no movilizó apenas a nadie de su organización, no compró ni una sola entrada y seguro que la dichosa porra le traía sin cuidado. Lo único que hizo fue regalar unos 500 paquetes con delicias de caribú a los asistentes que le costaron 1.500 dólares en total, un mero detallito cortés sin la más mínima importancia y que a buen seguro que no movería a nadie a cambiar el sentido de su voto, ¿verdad?

Y para concluir esta parte, les dejo con la traducción de un artículo publicado en The Daily Caller el pasado día 13 de abril y firmado por Jedediah Bila, un comentarista conservador de New York, en el que resume, y muy bien, lo que ha supuesto esta aparición de Sarah en la SRLC.

Palin hace diana en el Big Easy [pseudónimo de la ciudad de New Orleans]
Por Jedediah Bila

El discurso de Sarah Palin en la 2010 Southern Republican Leadership Conference en Nueva Orleans demostró que una cosa es segura: Palin está preparada para dar el siguiente paso, sea cual sea éste.

Armada con su sencillo encanto habitual, su atractivo de persona normal y corriente, y auténtica entrega (con la cantidad justa de comedia y sarcasmo), Palin pronunció un discurso que fue fuerte en política interior y exterior, con especial énfasis en la energía. Un homenaje al ingenio de Estados Unidos, su laboriosidad y su excepcionalidad, un destello de la escritura en su mano y una rápida suplantación de Bill Clinton adornaron los veintiocho minutos de intervención de Palins. La multitud estaba loca por ella desde el principio, animando y gritando “¡Sarah!” intermitentemente y «¡Preséntate, Sarah, preséntate!»

Palin comenzó con lo que se ha convertido en su introducción típica: «¿Amáis vuestra libertad?» Fue seguida por su saludo habitual a cualesquiera veteranos militares presentes. De acuerdo con su prioridad de mostrar su aprecio por el estado que graciosamente la hospeda, se lanzó con un pequeño «Who Dat?» y «Go Saints» antes de darle fuerte a la política.

Arremetió contra la política interior de Obama, desde la redistribución de la riqueza y el gasto excesivo hasta la cuadruplicación de la deuda nacional y la monstruosidad de Obamacare. Rápidamente pasó a su política exterior, «los ingredientes de la Doctrina Obama» de «mimar a los enemigos y distanciarse de los aliados», incluyendo la mala gestión por parte de la actual administración de aspectos de nuestras relaciones con China, Cuba, Honduras, Corea del Norte, Irán e Israel. Nota para la elite de los medios: ella conoce su propia política exterior y tiene una visión muy clara, patriótica, pro-democrática y anti-dictatorial de lo que deberíamos estar haciendo.

Palin instó a los estadounidenses a «… recordar a nuestro presidente, Jerusalén no es un asentamiento e Israel es nuestro amigo» y criticó la retórica con la esperanza y el cambio con el que salió victorioso en 2008, afirmando que, «Así pues, sí podemos rendir pleitesía a los enemigos, criticar a los aliados, dudar, doblegarnos, vacilar. Sí, podemos, pero alguien necesita decirle al presidente que sólo porque podamos no quiere decir que debemos hacerlo.»

Respondió suavemente a la declaración de Obama en una entrevista con ABC News que «la última vez que lo comprobé, Sarah Palin no es precisamente una experta en cuestiones nucleares», afirmando esto: «Ahora el presidente, con toda la vasta experiencia nuclear que adquirió como organizador comunitario y como senador a tiempo parcial y como candidato a tiempo completo, toda esa experiencia, todavía no ha logrado nada hasta la fecha con respecto a Corea del Norte e Irán”. Como sucede siempre en el universo Palin, ella no tenía miedo de decirlo tal y como lo ve.

El controvertido lema de Palin: «¡No te retires, recarga!» resurgió con un atronador aplauso al recordar a los estadounidenses que nuestra fuerza reside en nuestros votos y que «… la agenda de Obama-Pelosi-Reid… está fuera de la realidad. Está caducada. Y se están quedando sin tiempo”. Ella entretejió hábilmente las preocupaciones de los independientes, los demócratas de Reagan y los republicanos con respecto a la desastrosa política tanto de la actual administración como de la salida del Partido Republicano de sus raíces conservadoras. Sin embargo, recordó a los oyentes que «… el partido de Lincoln, el partido de Reagan ha vuelto y tenemos los ojos bien abiertos…». La Sarah Palin que repetidamente se enfrentó al Partido Republicano en su estado natal todavía no tiene miedo a enfrentarse al establishment sus errores, pero se mantiene firme en los pilares fundamentales de su partido y cree que está bien situado para volver a casa.

La antigua gobernadora de Alaska y presidente tanto de la Alaska Oil and Gas Conservation Commission y de la Interstate Oil and Gas Compact Comission dedicó bastante tiempo a la política energética. Izquierdistas, ¿qué era eso acerca de la experiencia que decíais? Afirmó que «hay un vínculo intrínseco entre energía y seguridad, y energía y prosperidad, y energía y libertad. Necesitamos energía asequible, nacional, fiable, respetuosa con el medio ambiente y hay una diferencia tan grande, sin embargo, entre cómo los republicanos y los demócratas quieren lograr ese objetivo”. Habló en contra de la izquierdista «guerra de varios frentes a los recursos convencionales”, con tasas impuestas a la producción nacional, cerrando las tierras federales ricas en reservas y la propuesta de cap-and-tax [límites máximos e impuestos] que aniquilaría a la productividad y el empleo. Criticó lo distinto de la retórica de Obama y la realidad de lo que ha apoyado y destacó la importancia de perforar aquí y ahora, de alentar a los estadounidenses a utilizar la energía más eficientemente a través de incentivos fiscales, de abogar por la innovación y de crear un «clima competitivo para la inversión…”. En pocas palabras «… no hay nada que nos impida lograr la independencia energética que unas buenas elecciones, unas elecciones al viejo estilo, no puedan arreglar».

Aquí hay un puñado de otras citas de Palin dignas de mención:

  • Sobre el discurso del presidente Obama en la base aérea de Andrews: «La única cosa que faltó en esa ceremonia fue la banda sonora de Top Gun y a Joe Biden en un mono de piloto».
  • Sobre energía: «Del mismo modo, la izquierda puede deciros que está a favor de fuentes renovables como la eólica y la solar y la hidroeléctrica, y eso es genial, pero Dios no quiera que usted trate de poner un molino de viento en Nantucket o un panel solar en algún lugar del desierto de Mojave porque alguien podría verlo o un lagarto chochar contra él y ya saben. ¡Oh, Cielos!».
  • Sobre el gran gobierno: «El crecimiento desmesurado del gobierno no empezó con la administración Obama, pero terminará con la administración Obama».

Palin concluyó con una fuerte declaración de apoyo al retorno del Partido Republicano a sus principios primarios mientras nos dirigimos hacia las elecciones de 2010 y de 2012: «Éste es el partido que puso fin a la esclavitud… Y éste es el partido que nos llevó a la victoria en la Guerra Fría… Éste es el partido que defiende la competencia y la igualdad y la responsabilidad y el respeto de la vida y la libertad. Y éste es el partido que marcará el comienzo de una nueva era de prosperidad, de nuevas oportunidades para todos…».

Por si acaso quedaba alguna duda antes, no nos engañemos: Sarah Palin ha llegado finalmente. Y sean cuales sean sus planes de futuro, estén seguros de que su voz será resuelta, su enfoque refrescante y su contribución fundamental.

SARAH PALIN EN BOSTON: RALLY DEL MOVIMIENTO TEA PARTY Y PENÚLTIMA PARADA DEL TEA PARTY EXPRESS III (14 de abril)

Joven teapartier diciendo alto y claro qué es lo que piensa. De nuevo, una mujer. Todo esto me está llevando a sacar ciertas conclusiones que seguramente desarrollaré más adelante, bien en una entrada, bien en un artículo en Semanario Atlántico. ¿Por qué son tantas y tantas las mujeres que están saliendo a la calle para tomar parte en estas manifestaciones y expresar su opinión? ¿Y por qué cuando la expresan, resulta que es una opinión conservadora en la estela de las que mantiene alguien como Sarah Palin, una mujer a quien las dirigentes del movimiento feminista consideran, y así lo han dicho, como una desgracia para su sexo? Interesante cuestión. Prometo ocuparme de ello.

Y las fotos que todos esperábamos: Sarah Palin en Boston, descendiendo primero del autocar del Tea Party Express III y  luego justo antes de empezar su intervención en el rally del movimiento Tea Party, haciéndole una señal a su marido, Todd, quien también estaba allí con ella. Como podemos comprobar, las cazadoras de cuero se han convertido definitivamente en la prenda oficial de las mujeres conservadoras. Con el ejemplo de la negra que lució en Phoenix, la amarilla que lució Michele Bachmann en Minneapolis y ahora ésta roja, mis lectoras ya saben cómo reconocerse entre ellas por la calle, pero ¿y los chicos? ¿Cómo nos reconocemos nosotros? ¿Chupa de cuero también? Se admiten sugerencias.

Y si el viernes, día 9, Sarah estaba en New Orleans (Louisiana) en la 2010 SRLC, el miércoles siguiente, día 14, estuvo en Boston (Massachusetts) en un rally del Tea Party. ¿Recuerdan aquel otro rally del Tea Party celebrado en Searchlight (Nevada), localidad natal del maligno Harry Reid, el pasado 27 de marzo? Sirvió no sólo para sacar de quicio al interfecto sino también para dar la salida al Tea Party Express III, una caravana de autocares fletados por el movimiento que iban a recorrer gran parte de Estados Unidos llamando a los estadounidenses a protestar contra la voracidad impositiva del gobierno federal.

El caso es que la caravana iba a concluir el pasado 15 de abril en Washington, DC, la guarida de la Bestia, el último día hábil del calendario fiscal estadounidense para entregar lo que entre nosotros se conoce como la declaración del IRPF (¡maldita sea su estampa!) y la penúltima etapa de su recorrido la llevaba a Boston justo el día antes. Es allí donde Sarah Palin había prometido asistir y participar en el rally que se iba a celebrar.

Como quiera que Sarah es una mujer de palabra, allí estaba. Su intervención estaba prevista hacia las 10.40 h y para aquel entonces se habían reunido en Boston Commons (el enorme parque municipal de la ciudad) alrededor de 6.000 personas aunque hay fuentes que hablan de hasta 10.000 y más. Sarah iba acompañada de su marido, Todd, y vestida con esa cazadora de cuero rojo que pueden ver en las fotos y que empiezo a pensar si llamar “cazadora Tea Party”.

Para ver la intervención de Sarah Palin en Boston, haga clic aquí.

El acto fue sencillo y Sarah fue presentada a la multitud por el comentarista de radio Michael Graham. Sarah subió pues al estrado y agradeció la oportunidad de estar en Boston, el lugar del Tea Party original:

Hoy es el día antes del Tax Day. El día antes de que venga el hombre de los impuestos. Los bostonianos no han sentido nunca miedo de levantarse y hablar claro a favor de los principios en los que creen. Y mirad lo que hizo Massachusetts en enero sacudiendo el Senado. Boston, si alguien sabe como lanzar un tea party esos sois vosotros. Existe un creciente movimiento por toda la nación y vosotros estáis en él. Aquellos de vosotros que no estáis dispuestos a sentaros y callaros estáis haciendo resonar la campana de alerta.

Después comenzó a atizar a los demócratas en el poder, calificando al presidente como alguien “irritante” y acusando a los medios de comunicación (sí, aquí hay leña para todos) de “complicidad” en su intento de “transformar sustancialmente” el país, además de advertir contra la “borrachera de gasto” y “futuros aumentos de impuestos”, reclamando la reducción del gasto federal, crédito para los creadores de empleo y un mayor papel del sector privado:

Nosotros creemos en ampliar la libertad y las oportunidades para todos, no en que el gobierno se entrometa cada vez más en nuestras vidas y en nuestros negocios.

Necesitamos reducir los impuestos para que nuestras familias puedan conservar más de lo que ganan y producen y que nuestros negocios familiares  puedan reinvertir de acuerdo con nuestras propias prioridades y contratar a más personas y permitir que el sector privado crezca, prospere y medre.

¿Es esto finalmente en lo que consiste el “cambio”? Pues entonces les quiero decir que nanay, que nosotros continuaremos aferrándonos a nuestra Constitución y a nuestras armas y a nuestra religión y que ellos  pueden quedarse con el cambio. Porque los votantes están al llegar. Desde hoy hasta noviembre cuando ellos digan “Sí, podemos” nosotros vamos a decir “Oh, no, no podéis”.

Lo que tenemos aquí es una diferencia en la manera de contemplar el mundo, una diferencia de opinión. Y eso está bien porque no es algo que no pueda arreglarse en unas elecciones.

Tras unos veinte minutos de discurso, manteniendo la esencia de su anterior discurso ante la 2010 SRLC, pero con mayor énfasis, Sarah posó para fotos con los asistentes, firmó autógrafos a diestro y siniestro y hasta se abrazó con quienes son sus mayores y más fieles partidarios, los miembros del movimiento Tea Party.

Con respecto a la ausencia del recientemente nombrado senador por Massachusetts, Scott Brown, éste fue disculpado por los propios organizadores del acto debido a que estaba ocupado en el Senado con las sesiones dedicadas al programa nuclear iraní: “Eso es mucho más importante que el que esté aquí”, dijo al respecto otro de los oradores, Mark Williams, comentarista de radio. Más relevante en mi opinión fue su afirmación posterior acerca de que el movimiento Tea Party no favorece a un partido en detrimento de otro: “Ya os enseñaré la cantidad de puñaladas por la espalda que llevo recibidas del Partido Republicano”. Y abundando sobre ello, Amy Kremer, responsable del Tea Party Express III, declaró: “Cuando vamos a votar, votamos sobre principios y valores, no sobre las siglas al lado del nombre del candidato. No se trata de ser republicano o ser demócrata, sino de ser estadounidense”.

Algo de razón tendrá cuando la última encuesta de Rasmussen ha ampliado el porcentaje de estadounidenses que se sienten parte del movimiento Tea Party del 16% hasta el 24% en sólo un mes, con un 55% de miembros que se declaran republicanos y un 14% demócratas, y un 75% de esos republicanos coincidentes en que los líderes del GOP han perdido el contacto con su base. ¡Ah, qué primarias más interesantes nos esperan!

Y hasta aquí esta entrada. Y ahora a ver si resuelvo lo mío. Deséenme suerte, ¿quieren?


PALIN Y BACHMANN EN MINNEAPOLIS: ¡CHÚPATE ÉSA, SO PROGRE!

10/04/2010

 

Sarah Palin ha arrancado finalmente su campaña de apoyo a aquellos de los diversos candidatos republicanos en estas próximas elecciones de noviembre que considera merecedores de su respaldo. Y lo ha hecho con una fuerza extraordinaria. Es cierto que su primera parada, Arizona, nos dejó a todos un cierto regusto agridulce, para qué lo vamos a negar; agrio porque John McCain no es precisamente el candidato de nuestros sueños, pero dulce porque Sarah no sólo estuvo todo lo fuerte, valiente y combativa que nos gusta ver en ella sino que además estaba guapísima con esa inolvidable chaqueta de cuero que escogió para la ocasión (sí, ya sé que éste comentario no viene al caso, pero yo soy un hombre soltero y admirador de la belleza además). Sin embargo, una vez cumplido el trámite de Arizona, digamos que un preámbulo al que le obligaban las circunstancias, la campaña de apoyo de Sarah comienza ahora de verdad y lo ha hecho en uno de los lugares más interesantes actualmente para celebrar unas elecciones en Estados Unidos, el estado de Minnesota, y en apoyo de una de las mujeres que, esta vez sí, más nos ha llegado al corazón durante este último año y es una de nuestras favoritas sin duda alguna: Michele Bachmann.

Las dos estrellas de la velada: Sarah y Michele. No dejen de prestar atención a la magnífica chaqueta de cuero amarillo de ésta última (la verán mejor en las siguientes fotos). Después de la que lució Sarah en Arizona, tal vez esta prenda acabe convirtiéndose en la nueva seña de identidad de las mujeres conservadoras. Por si acaso, yo les aconsejaría a aquellas de mis lectoras que aún no tengan una que vayan pensando en comprársela. Será una manera de reconocernos por la calle, ¿no creen?

Nota del autor: Acaba de salir publicada una nueva colaboración mía en Semanario Atlántico titulada: “Cuando la experiencia ya no es un grado”. Confío en que les guste.

Un poco sobre Minnesota para empezar

Minnesota es un estado del centro de Estados Unidos, en lo que es el Medio Oeste, que limita al norte con Canadá, al sur con Iowa, al este con Wisconsin y al oeste con las dos Dakotas, la del Norte y la del Sur. Tiene unos 218.600 km2 de extensión y una población de alrededor de 4.375.000 habitantes. Su capital es Saint Paul y una de sus ciudades más importantes es Minneapolis con 371.000 habitantes. Como estado, es muy conocido por los innumerables lagos que lo salpican, causados por el río Mississippi y algunos de sus afluentes, y que hacen que se le conozca como la “tierra de los 10.000 lagos”.

Políticamente, Minnesota es un estado tirando a demócrata en el que sus dos representantes en el Senado, Klobuchar y Franken, pertenecen a este partido y de sus ocho representantes en la Cámara de Representantes, cinco son demócratas (Walz, McCollem, Ellison, Peterson Collin y Oberstar) y sólo tres, republicanos (Kline, Paulsen y Bachmann), de los cuales Kline y Bachmann han recibido recientemente por parte de la American Conservatives Union (ACU) la máxima calificación, 100 puntos, mientras que Paulsen sólo ha llegado a 88. ¡Ah! Y por lo que se refiere a Kline, éste el año pasado obtuvo una puntuación de 88. (Bachmann, por su parte, obtuvo 100 puntos también). O sea, que conservadora de primera, Bachmann; Kline, de esos que están a lo que dicta la moda; y el otro, Paulsen, que acaba de llegar a la Cámara de Representantes y por eso no se le calificó el año pasado, poco conservador parece que es.

En cuanto a Michele Bachmann, todos la conocemos ya, pero no estaría de más que repasáramos un poco su vida antes de empezar, ¿verdad? Pues vamos allá. Michele Bachmann se llama realmente Michele Marie Amble y nació el 6 de abril de 1956 en Waterloo (Iowa). Actualmente es la tercera mujer, y la primera republicana, en representar a Minnesota en el Congreso de Estados Unidos, después de haber sido senadora estatal desde 2001 hasta 2007. Bachmann ganó su escaño en 2006 derrotando a Patty Wetterling, la candidata del Minnesota Democratic-Farmer-Labor Party, que así se llama el Partido Demócrata en aquellos lares, por un porcentaje de votos del 50% contra el 42%, y siendo reelegida en 2008, derrotando a Elwyn Tinkleberg, su rival del DFL, por el 46,41% contra el 43,43%.

Bachmann es descendiente de emigrantes noruegos. Sus padres, David John Amble y Jean Johnson se divorciaron y ella se quedó con su madre en Anoka (Minnesota) mientras que su padre se mudaba a California. Buena estudiante, es doctora en Derecho y especialista en Derecho Fiscal. Casado con Marcus Bachmann, el matrimonio tiene cinco hijos (dos varones y tres mujeres) además de haber acogido temporalmente a otros 23 niños a lo largo de su vida.

Desde su llegada a Washington en 2007, Bachmann ha estado siempre en el punto de mira de los demócratas por sus dos principales virtudes: sus fervientes convicciones religiosas, que le impiden disimular su fe como hacen tantos otros, y su incapacidad congénita para nadar y guardar la ropa, lo que le lleva a decir siempre lo que piensa e importarle un pimiento si lo que dice es “correcto” o no. Así, después de más de una controversia con los medios de comunicación, en octubre del año pasado, Bachmann declaró que se niega a “arrodillarse asustada” ante los medios de comunicación, a los que calificó de “irrelevantes” y se enorgulleció de que “no está dispuesta a jugar con sus reglas”. Tenaz opositora a la política de la nueva administración demócrata, no tiene ningún reparo en proclamar que el presidente está conduciendo a Estados Unidos a un estado de “decadencia”.

Sarah Palin y Michele Bachmann hacen su entrada en el escenario.

Los prolegómenos del rally

El rally estaba anunciado para el miércoles 7 de abril a las 14.00 h en el Minneapolis Convention Center que, curiosamente, está ubicado en una de las circunscripciones electorales, la 5ª (recordemos que Bachmann es la representante de la 6ª circunscripción electoral), más liberales de todo el estado. El programa era el siguiente: Michele Bachmann, Sarah Palin, Tim Pawlenty (gobernador del estado), Erik Paulsen, (representante en la Cámara de Representantes por la 3ª circunscripción electoral) y John Kline (representante en la Cámara de Representantes por la 2ª circunscripción electoral). Un cartel de lo más atractivo que movió a cerca de 11.000 personas a desplazarse hasta Minneapolis para asistir a lo que sin duda iba a ser todo un acontecimiento en la historia del estado. En cuanto al hecho de que se celebrara el acto en “territorio enemigo” (el representante de la 5ª circunscripción electoral es el demócrata Keith Ellison), el motivo fue simplemente que era un sitio mucho más adecuado para los habitantes de la muy extensa 6ª circunscripción, la de Bachmann, además del hecho de que el centro de convenciones estuviera muy próximo al Hilton Hotel, que era donde se iba a celebrar un acto de recaudación de fondos además de una cena una vez concluido el rally. (Por cierto, que la recaudación de fondos fue todo un éxito calculándose que se recogieron más de medio millón de dólares, pues las entradas iban desde los 500 hasta los 10.000 dólares que daban derecho a poder hacerse una foto con Bachmann y Palin).

Así pues, hubo gente que, como Joan Peron de Coon Rapids, a las 5.30 h de la mañana ya estaba haciendo cola ante las puertas del centro de convenciones porque “no quería perderme nada de todo esto”. Y no fue la única. En principio, los que llevan la campaña de Bachmann pensaron en un acto mucho más pequeño, pero a partir del momento en que se anunció que Sarah Palin iba a acudir, la demanda se disparó de tal manera que al final se encontraron con que de pequeño nada. El rally era gratuito, pero gratuito de una manera un poco peculiar: para conseguir una invitación, uno tenía que comprometerse a participar como voluntario para el Partido Republicano durante la próxima campaña electoral de noviembre, algo que no disuadió a nadie prácticamente de solicitar su invitación y que, al final, llenó el centro de convenciones de conservadores (que no de republicanos), gente que tal y como reconocía Tony Sutton, el presidente del Partido Republicano en Minnesota, eran en su gran mayoría personas que no constaban en la lista de correo del partido. Por ejemplo, Bill Birckweg de Brooklyn Park, que no sólo pidió el día libre en su trabajo sino que además a las 9.30 h ya estaba en el centro de convenciones, esperando a que se abrieran las puertas al mediodía para conseguir un buen asiento en la primera fila. “Soy un conservador independiente y estoy aquí para apoyar a Michele Bachmann”, declaró a los periodistas. “Está siendo acosada por el Partido Demócrata. Todo lo que ha hecho ha sido defender los valores estadounidenses. Es por eso que la apoyo”.

Una vez que se abrieron las puertas, para hacer menos pesada la espera, además de la música ambiental, los asistentes pudieron disfrutar de la actuación de Goldfish Guys, un grupo de rock cristiano que se caracteriza porque sus tres miembros llevan todos ellos camisetas de hockey con el número 10 en honor a los Diez Mandamientos, tocan el “Ten Commandments Boogie”  y se enorgullecen de “usar nuestra música para proclamar el evangelio de Jesucristo”.

Fue tras su actuación cuando se cantó el himno nacional y dio inicio el acto. Eran las 14.00 h y la aparición de Bachmann y Palin se esperaba hacia las 14.45 h y ya los dirigentes del Partido Republicano en Minnesota reconocían que nunca habían visto semejante multitud en un rally para unas elecciones a la Cámara de Representantes y que incluso en unas elecciones presidenciales es difícil de tener un éxito de público así.

Sarah Palin y Michele Bachmann saludan a los asistentes.

Los teloneros

Y así empezó el acto. El primer orador fue el representante de la 3ª circunscripción electoral en la Cámara de Representantes, Erik Paulsen, quien afirmó que “Washington se había vuelto algo peor de lo que nunca se hubieran imaginado”. El público se lo agradeció con aplausos y adiós muy buenas.

Tras él, otro representante, John Kline, de la 2ª circunscripción electoral, quien insistió en lo mismo aseverando que los demócratas “están rugiendo por todas partes, haciendo desaparecer nuestras libertades… Unas libertades que nos fueron dadas por nuestro Creador y que nos están siendo arrebatadas a un ritmo terrible”. De nuevo, aplausos y adiós muy buenas también.

Era el turno de Tim Pawlenty, el gobernador del estado, quien en su momento fue visto como compañero de ticket de John McCain y que aún hoy en día es considerado como un posible candidato a la nominación republicana en las elecciones presidenciales de 2012. Para muchos de nosotros resultaba de lo más interesante el comprobar in situ su poder a la hora de rivalizar con Sarah Palin. El resultado fue desastroso para él. Es cierto que tuvo algunos buenos momentos como éste, en que interactuó con el público:

Vivimos en unos tiempos en los que el gobierno federal está apropiándose de nuestras empresas. Nuestras compañías aseguradoras, tienen el control de nuestras compañías hipotecarias, se han apropiado de los préstamos estudiantiles y ahora se han apropiado de una buena parte del cuidado de la salud… ¿No habéis tenido ya bastante?

¡Sí!

Tenemos un déficit demasiado grande como para poder pagarlo y líderes nacionales demasiado pequeños como para hacer algo al respecto… ¿No habéis tenido ya bastante?

¡Sí!

El caso es que por muy inspirado que estuviera, su mayor aplauso lo consiguió cuando se calló de una vez, dijo que estaba encantado de compartir escenario con “dos grandes líderes” (a la fuerza ahorcan, digo yo) y se esfumó entre las sombras porque había llegado la hora de las estrellas y él no era una de ellas. Carinda Horton, de Duluth, así lo reconoció cuando declaró a la prensa que “él [Pawlenty] era el telonero. Creo que fue interesante porque es también un aspirante con posibilidades y me preguntaba cómo se sentiría, pero era un “momento de mujeres”. La gente del escenario detrás de los oradores eran como cuatro hombres y sesenta mujeres”.

Por fin, el presentador del acto anunció:

Ciudadanos de Minnesota amantes de la libertad, por favor, demos la bienvenida a la congresista Michele Bachmann y a la gobernadora de Alaska Sarah Palin.

Y Michele y Sarah aparecieron en el escenario las dos juntas a los sones de la música country de Martina McBride: “This one’s for the girls” (Ésta es para las chicas”) y el centro de convenciones pareció venirse abajo ante el inenarrable entusiasmo que su presencia provocó entre la multitud. Y es que como dijo después del acto una de las asistentes, Sarah Jane Nicoll de Sartell, quien lucía una camiseta con el lema “Girl Power” (una gran parte de la multitud que acudió al acto eran mujeres) “la gente trata de hundirlas, pero ellas se mantienen firmes por sus convicciones”.

Tras su aparición, Palin se retiró hacia el fondo del escenario y cedió todo el protagonismo a Bachmann quien fue saludando sonriente a la multitud, recorriendo de un lado a otro el escenario. “Bienvenidos a Minneapolis” fueron sus primeras palabras. Por fin, mientras el estruendo seguía siendo ensordecedor, Bachmann miró a la multitud y, disfrutando sin duda del momento, les mandó un recado a los demócratas diciéndoles: “¡Chupaos ésa, so progres!”, para inmediatamente citar a Sean Hannity, el periodista de Fox News Channel que estaba también presente diciendo: “Como dice Sean Hannity: No dejéis que vuestro corazón se atormente. ¡Este país es nuestro!”.

Y si entonces el centro de convenciones no se vino abajo finalmente, fue sin duda por un milagro.

Sarah Palin durante su intervención. Detrás de ella, Michele Bachmann.

La hora de las estrellas

A pesar de ser la anfitriona, Bachmann fue la primera en tomar la palabra y lo hizo para dejar claro lo ultrajada que se sentía por los atentados terroristas producidos en Texas y en Arkansas y aún más ultrajada por el hecho de que la Casa Blanca declarase al respecto que “no vamos a utilizar el término “terrorista islámico” nunca más”. Como respuesta, Bachmann le recordó al presidente de Estados Unidos que “podía cambiar la terminología, pero no puede cambiar la realidad”. Además, arremetió contra Eric Holder, el fiscal general que osó “conceder al terrorista suicida de los calzoncillos los mismos derechos que a un ciudadano de Estados Unidos”.

Luego pasó a atacar la nueva política sobre la utilización de armas nucleares por parte de Estados Unidos, que restringe su uso, diciendo:

Si, de hecho, hay un país que cumple con todas las reglas… si ellos disparan contra Estados Unidos un arma nuclear, un arma biológica o tal vez nos lanzan un ciberataque, nosotros no les responderemos disparando un arma nuclear. ¿Y eso hace que nos sintamos más seguros?

Al público no se lo debió de parecer vista la manera como se rieron.

Atacó también Obamacare prometiendo que “vamos a revocar Obamacare”, lo que le ganó una fortísima ovación por parte de la multitud. Y aún remachó más el clavo mandando otro mensaje a los demócratas al asegurar: “Haríais mejor creyéndooslo, niños. Revocar es lo que esta chica [refiriéndose a sí misma] tiene pensado hacer a partir de noviembre. Vamos a revocar todo Obamacare”.

Era el turno de los dirigentes demócratas, a los que criticó fuertemente, tanto el presidente como la speaker Pelosi y el líder del Senado Reid. Incluso se burló del conocido lema electoral del primero diciendo: “Hay esperanza. Hay cambio. Un verdadero cambio que llegará al país en noviembre”. En cuanto a la economía, dijo que “durante los últimos 18 meses, lo único que hemos visto es a un policía económico ante nuestros ojos”. Sobre el despilfarro federal, prometió recortarlo: “¡Empezaremos por matar de hambre a la bestia!”. Y aún más: “Nos ha dicho el gobierno con respecto a este alto desempleo, ya por encima del 10%, que ésta es la nueva normalidad. ¿Es ésta la nueva normalidad? La nueva normalidad empezará cuando la speaker Pelosi pierda sus privilegios. La nueva normalidad empezará cuando Harry Reid se incorpore a la cola del paro”.

Bachmann concluyó su intervención con el siguiente intercambio con el público:

El gobierno se ha metido con la Constitución, se está apropiando de la empresa privada. Se está metiendo incluso con Dios. ¡Dios nos dio nuestros derechos!

¡Sí!

El gobierno no puede quitárnoslos.

¡No!

Los primeros que deben marcharse: Pelosi y Reid.

¡Sí!

Después Obama. Haremos de él un presidente de un único mandato.

¡¡¡Sí!!!

Dentro de dos años, el presidente Obama será un presidente de un solo mandato porque vamos a elegir al más valiente, fuerte, audaz y firmemente constitucionalista presidente conservador que este país haya visto nunca. Eso es lo que este país tiene en mente.

Y tras esto, Bachmann presentó a Palin diciendo de ella que “es tanto una de nosotros. Tan maravillosa como es por fuera, estoy aquí para testificar que lo es veinte veces más por dentro”, además de recordar a todos que se trata de “una mujer de extraordinaria fortaleza”.

Palin ocupó su sitio ante el estrado y agradeció el estar allí “en la tierra de los 10.000 lagos con patriotas que aman a su país y donde todavía estáis orgullosos de vuestras armas y de vuestra religión”. Y aún más: “Me encanta estar en Minnesota. Todos vosotros habláis como yo. O yo hablo como vosotros”, deleitando al público.

Rápidamente y para que no quedara duda acerca de qué clase de público era ése, Palin preguntó si había miembros del Tea Party entre ellos, provocando una gran respuesta por parte de estos: “Os agradezco el que seáis parte de este hermoso movimiento popular que está barriendo por todo nuestro país y que está lleno de conservadores de sentido común dispuestos a recuperar nuestro país” y que “son personas que no se asustan a la hora de hablar. Como Michele”. Y preguntó acto seguido al público: ¿Qué me dices, Minnesota? ¿Le harás un favor al resto del país y elegirás a Michele Bachmann?”.

La respuesta, evidentemente, fue que sí. Pese a todo, Palin reconoció los obstáculos a los que se enfrentaban: “No va a ser fácil. Es un desafío. Lo primero será restaurar el equilibrio y el sentido común y la primera prueba será ante las urnas en noviembre”.

Sobre el compromiso de Bachmann con la seguridad de la nación: “Ella sabe que la libertad bien vale la pena luchar por ella y va a hacer todo lo posible para que nuestros militares tengan lo que necesitan. Ella sabe lo que necesitamos para mantener seguro a Estados Unidos durante la próxima generación”.

No pudo faltar una referencia a su gusto por escribirse notas en la palma de la mano, cuando confesó que hoy también lo había hecho. En concreto, había tenido que anotarse el número de hijos que tiene Bachmann (cinco) y el número de niños a los que ella y su marido han acogido en su casa a lo largo de los años (veintitrés). “Para esto sirve la mano muy bien”, dijo al tiempo que se la enseñaba a la multitud. “Tuve que anotarlo en mi palma, la versión de los pobres del teleprompter. Siempre de la vieja escuela yo”.

Tuvo tiempo para recordar a Margaret Thatcher repitiendo su conocida frase: “En política, cuando quieres que algo sea dicho, pídeselo a un hombre. Cuando quieras que algo sea hecho, pídeselo a una mujer. Mi propio lema es que detrás de cada buen y productivo hombre hay una muy sorprendida mujer”. Luego confesó que era una simple broma y que no es ella de las que se toman en serio lo de la “política de género”.

También cargó contra el gobierno diciendo que “hay demasiada gente hoy lo bastante ciega como para creer que todo ese dinero es gratis y que de alguna manera mágica todo va a salir bien. Lo que les pasa a los políticos, especialmente en Washington, es que se están volviendo adictos al opium [opio]. O sea, al O-P-M, Other People’s Money [el dinero de los demás]. Hay una adicción por ahí”.

En cuanto a la acusación demócrata de que los republicanos son el partido del no, Palin se preguntó qué había de malo en ello: “Los republicanos han sido criticados últimamente con este erróneo concepto… una especie de que los republicanos son el partido del no. Y nosotros nos preguntamos, ¿qué hay de malo en ser el partido del no cuando estás viendo lo que Obama, Pelosi y Reid están haciendo a este país? ¡Seámoslo pues!”.

El cariño que sienten mutuamente ambas mujeres saltaba a la vista, sobre todo cuando Palin alabó a Bachmann diciendo: “Vuestra congresista tiene valor. Michele no les dice simplemente que no. Ella les dice: ¡No, demonios!”. Reconoció además que era ella la que estaba liderando la lucha contra Obamacare: “Ahora es Michele la que está dirigiendo la carga para retirar esa cosa”.

Y ya en un tono más distendido, Palin recordó la manera como se conocieron ellas dos:

Cuando nos conocimos la primera vez, ella había viajado hasta Alaska para ver qué podíamos hacer nosotros para ayudar a conseguir la independencia energética. Y yo supe que íbamos a ser amigas inmediatamente porque ella dijo: “¡Perforar aquí, perforar ahora!”. Y yo repliqué: “Perfora, nena, perfora”. Y entonces las dos dijimos al unísono: You betcha!

Y finalmente, alabó de nuevo a su compañera: “Hay un montón de mujeres conservadoras como Michele que están luchando y están levantando la voz a favor de soluciones conservadoras de sentido común y están listas para recuperar su país. 2010 está tomando forma de ser el año en que las mujeres conservadoras se juntan para devolvernos este país… y Michele está liderando la estampida”.

La despedida no pudo ser más emotiva: “Mi bendita y gloriosa Minnesota, Michele tiene el valor de luchar por ti. Minnesota, eres alucinante. Molas un montón. Gracias por enviar de vuelta a Michele Bachmann al Congreso de Estados Unidos”.

Sean Hannity entrevistando a Michele Bachmann y a Sarah Palin tras el rally para su programa en Fox News Channel.

Y para finalizar, consciente de lo importante que iba a ser un acto en el que se iban a reunir dos de las mujeres más queridas por el movimiento conservador estadounidense, Sean Hannity, que de tonto no tiene ni un pelo, se las arregló para poder hacerles una entrevista nada más concluido el acto y en el mismo escenario del Minneapolis Convention Center para emitirlo ese mismo día en su programa. Y es que más de uno de los asistentes al rally llevaba puesta una camiseta con el lema: “Palin-Bachmann: Our Dream Team” (Palin-Bachmann: Nuestro equipo de ensueño).

Las reacciones

Por lo que se refiere a las reacciones que suscitó el acto en sí, la más relevante tal vez sea la de un bloguista demócrata, Chris Bowers de Open Left que publicó:

Si Sarah Palin se presenta a la presidencia, entonces ganará la nominación republicana. El rally que está celebrando hoy junto a Michele Bachmann es asombroso… Si Sarah Palin se presenta a la presidencia en 2012, me cuesta imaginarme  que alguien pueda arrebatarle la nominación republicana… Con una economía persistentemente débil – lo cual es muy posible –, eso podría de hecho hacerla presidente a menos de tres años a partir de hoy.

Mejor no se puede decir. Y me alegra que haya sido un demócrata quien lo haya dicho. No todos son tan estúpidos como Keith Ellison, el representante demócrata de la 5ª circunscripción electoral de Minnesota, que tuvo la desfachatez de declarar que “es una señal de nuestra fortaleza y de nuestro poder el que hayan tenido que traer a esa persona [por Sarah Palin] aquí”.

Por otra parte, Carinda Horton de Duluth, alguna de cuyas declaraciones ya hemos leído antes, sintetizó muy bien todo lo que se había vivido en Minneapolis ese día diciendo: «Es sencillamente la energía que tiene ella. Utiliza muchas declaraciones cortas, pero habló sobre el poder que tenemos las mujeres y las mujeres que dirigen el movimiento conservador».

En definitiva, que tanto Bachmann como Palin demostraron una extraordinaria habilidad en hacer comprensible su mensaje de que sólo mediante unas victorias republicanas en 2010 y en 2012 se podrá reparar todo el daño que están causando la Casa Blanca y el Congreso a la economía y la seguridad de Estados Unidos. Y ello será así gracias no al Partido Republicano, que está cada día más cogido a contrapié, sino gracias a muchos líderes como ellas dos: líderes conservadores, conscientes de sus valores, dispuestos a defenderlos contra viento y marea, con el marchamo del anti-establishment marcado en ellos, populistas y respaldados por el movimiento Tea Party. Si las cosas van bien, el próximo mes de noviembre podremos celebrar la aparición de docenas de Palin y Bachmann que se dirigirán a Washington y provocarán el mayor relevo generacional en décadas, un relevo que no hay que entender exclusivamente en términos de edad sino de concepción de la actividad política, que ya no será una oportunidad para medrar y sí un compromiso con la comunidad al que hay que hacer honor. Muchos no lo quieren ver así todavía y se empeñan en que los del Tea Party no son más que una panda de descerebrados. Pues mala suerte. Noviembre les abrirá los ojos finalmente, pero entonces será demasiado tarde para ellos… afortunadamente para nosotros.

Y para despedirnos, ¿qué mejor que esta foto de Sarah Palin sonriendo satisfecha de saber que cuenta con el amor de tantos y tantos de sus compatriotas? Y con el nuestro también. Que Dios te bendiga, Sarah.

Y como quiera que la anfitriona era Michele Bachmann, justo es que la última foto sea una suya, ¿verdad? Que Dios bendiga a Michele también.

Y como colofón, para aquellos de ustedes que no hayan tenido bastante todavía, les dejo con este enlace (al menos mientras se arregla Palin TV, que está fuera de servicio temporalmente) que les permitirá ver el video de las intervenciones de Tim Pawlenty, Michele Bachmann y Sarah Palin.  Disfrútenlo como lo he disfrutado yo. ¡Ah, qué envidia me dan los estadounidenses! Ellos tienen a Sarah y nosotros no.


OPERACIÓN HELPING McCAIN: SARAH PALIN EN ARIZONA

31/03/2010

 

Después de la que se armó cuando se supo que Sarah Palin iba a apoyar a John McCain en su campaña para la reelección como senador por Arizona y una vez que se calmaron las aguas, cuando todos comprendimos que Sarah no podía hacer otra cosa si no quería que cayera sobre ella la fea mancha de la ingratitud, ha sido durante este viernes y este sábado pasado cuando Sarah ha viajado hasta Arizona para cumplir con su palabra. Y a fe que lo ha hecho con el mismo entusiasmo y el mismo buen ánimo que siempre. Fred Malek, una de las pocas personas cuyo consejo Sarah escucha y muy atentamente, siempre ha sostenido que Sarah y John se tienen un gran cariño y no dudo de que eso sea cierto. Y es que una cosa son los rifirrafes que se puedan haber producido durante la pasada campaña electoral, que la verdad dudo que tuvieran su origen directamente en McCain sino en el tarugo de Schmidt, y otra muy distinta la relación que mantuvieran entre ellos los dos cabezas de cartel, que estoy seguro que era de lo más cordial. En fin, que sea lo que sea que pasara, Schmidt está out y Sarah y John están in. Y Sarah más in que nunca. Y cuando necesite a un director de campaña seguro que no llamará a Schmidt o tal vez sí… ¡para que le traiga los cafés! ¡Ah, el café se toma caliente, pero la venganza se sirve fría!

¡Guau! ¡Vaya foto! Sarah con chupa de cuero y con una pinta de chica mala que no puede con ella a pesar de lo buena que sabemos que es. ¡Qué bárbaro! Reconozco que esta foto me ha impresionado tanto que acabo de ponerla como fondo de pantalla en mi ordenador (sí, lo confieso: he recortado a McCain y sólo he puesto la parte de Sarah, lo reconozco). Y mira que tengo fotos suyas, pero no hay remedio: ha tenido que ser ésta. Y es que Arizona sigue siendo un estado muy bravo y conviene ir vestido para la ocasión: cuero, botas y un Colt a la cintura (y si pueden ser dos, mejor).

Nota del autor: De nuevo, les anuncio la aparición de un artículo mío en Semanario Atlántico titulado: «¿Podrá Sarah Palin evitar que EE.UU. abandone a Israel?”. Confío en que les guste.

McCain no convence a casi nadie, pero…

Tras perder las elecciones presidenciales, John McCain regresó a Arizona y en una fecha tan temprana como el 18 de noviembre, justo dos semanas después de las elecciones, anunció su voluntad de volver a presentarse a la reelección como senador en lo que sería su quinto mandato consecutivo en caso de triunfo, algo que confirmó oficialmente a los pocos días, el 25 de noviembre.

Sin embargo, ésta vez no iba a ser todo tan fácil como en ocasiones anteriores porque McCain había demostrado una preocupante debilidad para captar votos en su propio estado (recordemos que en las pasadas elecciones presidenciales, a pesar de ser Arizona el estado natal de McCain, éste sólo pudo ganar allí por un escaso 8,48% de los votos), lo que provocó rumores acerca de posibles rivales en las primarias.

El primero en saltar a la palestra fue el locutor de radio y antiguo representante en Washington, J. D. Hayworth, animado sobre todo por sus propios oyentes. McCain empezó a verle las orejas al lobo y respondió con una fiera oposición al plan de estímulo que entonces se debatía en Washington, lo que apiñó a los conservadores a su alrededor, pero no demasiado porque ya en 2009, otros dos rivales anunciaron su intención de competir contra McCain: Jim Deakin, un hombre de negocios, y Chris Simcox, cofundador del Minuteman Civil Defense Corps, un grupo de voluntarios civiles que se dedica a patrullar la frontera con México aunque evita todo posible enfrentamiento con los inmigrantes que pretendan cruzarla y se limita a dar parte a las autoridades de esas intentonas. Éste último fue quien tuvo palabras más duras en contra de McCain, a quien acusó de:

(…) haber fracasado miserablemente en su deber de asegurar las fronteras de esta nación y proteger a la gente de Arizona de la creciente violencia y falta de ley. (…) Junto con su voto para el temerario gasto del rescate y a las soluciones de gran gobierno a los problemas de nuestra nación, John McCain ha perdido de vista las necesidades de los habitantes de Arizona. Ya es suficiente.

Duras palabras que muchos compartieron, entre ellos Hayworth que declaró, a su vez:

Hay una gran cantidad de respeto por John McCain como figura histórica. Pero ya hace tiempo que rompió con la base conservadora del Partido Republicano y más recientemente con los habitantes de Arizona.

En noviembre, una encuesta asombraba a todos al anunciar que McCain y Hayworth estaban empatados en intención de voto de cara a las primarias republicanas. Algo de cierto debía de tener esa encuesta cuando inmediatamente McCain respondió con anuncios televisivos negativos contra Hayworth, un recurso de emergencia en estos casos. Sin embargo, no debieron de asustar demasiado porque en enero de 2009 Hayworth dejó su trabajo como locutor de radio para poder presentarse como candidato, algo que hizo oficialmente en febrero.

Hayworth rápidamente se hizo con el apoyo de algunos miembros del movimiento Tea Party, pero no de todos porque muchos prefirieron no tomar partido. La creciente amenaza que suponía Hayworth movió a McCain a mostrarse más conservador que nunca en cuestiones como el rescate bancario, la seguridad nacional, la reforma de la financiación de las campañas electorales y la admisión o no de gays en el ejército, asuntos en los que McCain siempre ha sido más bien tibio, hasta el punto de mover a Hayworth a comentar burlonamente que McCain estaba experimentando “una conversión en plena campaña”. Sin embargo, nada de esto engañaba a nadie porque la fuerza de McCain ha estado siempre entre los votantes “centristas” (o RINO) y los independientes, más que entre los conservadores a quienes no nos va a engañar a estas alturas poniéndose la piel de conservador cuando todos sabemos de sobra de qué pie cojea.

De cualquier manera, el hecho de que Hayworth lanzara oficialmente su candidatura movió a Simcox a retirar la suya con la intención de que los conservadores pudieran presentar un frente común. Ahora mismo, Hayworth tiene el apoyo expreso de una gran parte de los miembros de su gremio, los locutores conservadores de radio, incluyendo a Glenn Beck, Mark Levin y Michael Savage. A esto responde McCain con el  apoyo expreso no sólo de Sarah Palin (a quien se lo perdonamos de todo corazón) sino también de Mitt Romney (a éste, no), Tim Pawlenty, Scott Brown, Fred Thompson, Dick Armey, Grover Norquist y Jeb Bush. Y no sólo eso sino que también cuenta con una probada capacidad de recaudación de fondos que le ha permitido recaudar ya más de cinco millones de dólares, sin contar los 20 millones que le sobraron de su campaña electoral de 2008.

De momento, las encuestas son todas favorables a McCain, tanto en lo que se refieren a las primarias (la más reciente, del 18 de marzo, le da una diferencia de 7 puntos porcentuales sobre Hayworth aunque en enero esa diferencia era de 22 puntos porcentuales y aún faltan cinco meses para el día de la votación) como en las elecciones generales en que, a falta de saber quién va a ser el candidato demócrata, el partido republicano saca más de 25 puntos porcentuales sobre el demócrata. Y es que Arizona es un estado seguro para los republicanos… y si encima el republicano fuera conservador, no vean.

Sarah Palin, de Alaska a Arizona y tiro porque me toca

 Pues no, no me he podido resistir a poner otra foto de Sarah con chupa. Ésta me la ha mandado Santi (¡gracias!) y en ella no sale McCain para que podamos recrearnos la vista a gusto, je, je, je.

Tres eran los actos en los que iba a participar Sarah en Arizona: un rally con picnic incluido en Tucson, una recepción seguida de una cena en Phoenix y otro rally en Mesa. El picnic fue el primero de los tres y en él Sarah cosechó estruendosas ovaciones por parte de las más de mil personas que allí se congregaron. Por ejemplo, cuando dijo que “no somos el partido del “no”, sino el partido del “no, demonios”. Y es que muchas de las personas que acudieron al picnic lo hicieron, según propia confesión, para volver a verla a ella (porque sólo por los perritos calientes y las chuletas, por muy buenos que estuvieran, no). Sarah hizo un discurso muy combativo, muy de campaña electoral, en el que aprovechó para responder tanto a los que la critican por su feroz oposición a la reforma de la Sanidad aprobada recientemente en Washington como a los que la acusan estúpidamente de incitación a la violencia por su llamamiento a echar del Congreso a veinte representantes demócratas en las elecciones del próximo noviembre. De hecho, la respuesta del público fue tan positiva que sin duda debió de hacer sentirse algo tonto a McCain al pensar en lo que podría haber pasado en 2008 si sus directores de campaña hubieran confiado realmente en ella y le hubieran dejado hablar alto y claro. Tal vez otro gallo les hubiera cantado a todos. Y así lo reconoció más o menos disimuladamente cuando confesó durante su turno que ciertamente podría haberlo hecho mejor durante la pasada campaña electoral advirtiendo al país de lo que iba a pasar si finalmente resultaba elegido el candidato demócrata. Algo en lo que Sarah remachó cuando dijo: “¿Por qué caer en la trampa del bipartidismo cuando los demócratas están haciendo lo incorrecto?”.

Y para concluir con este repaso a la excursión que ha hecho Sarah a Arizona para ver a los amigos, les ofrezco la traducción de un artículo a favor de McCain que el Arizona Republic (ver el original aquí) publicó el pasado 25 de marzo y en el que Sarah explica sus razones para apoyar a su antiguo jefe y mentor, ahora más necesitado que nunca de su ayuda. Y es que ya sabemos todos que a la larga los discípulos acaban superando a los maestros y Sarah ha salido alumna aventajada.

El deseo de servir define a McCain
por Sarah Palin

Fue uno de los mayores privilegios de mi vida el servir como compañera de candidatura del senador John McCain en el ticket republicano de 2008 que trataba de conducirnos a la presidencia de Estados Unidos. Y es un honor el estar junto a él ahora mientras se presenta a la reelección al Senado de Estados Unidos.

Mucho antes del verano de 2008, respetaba al hombre conocido como “el rebelde del Senado.» Desde allí arriba, en el estado de la Última Frontera [Alaska], había visto con profunda admiración como luchó incansablemente contra el despilfarro y la corrupción. Me inspiré en su buena disposición para enfrentarse a su partido político -y hasta a su presidente- para hacer lo que él creía correcto para este país. Y como la madre de un hijo que pronto iba a ser desplegado en Irak, me sentí reconfortada pensando que el senador McCain estaba allí para asegurarse de que nuestros hombres y mujeres uniformados tenían la estrategia, los recursos y el apoyo incondicional que necesitaban para completar su misión.

En la campaña, tuve la oportunidad de ver de cerca las cualidades que yo siempre había admirado desde lejos. Según viajábamos por todo el país, llegué a conocer a John McCain personalmente. Él es un hombre de fe, un hombre de honor y -sobre todo- un hombre del pueblo. Está profundamente dedicado a su estado, la patriótica y trabajadora Arizona que le llama a casa, y a los principios fundamentales que le son tan queridos.

El deseo de servir a sus conciudadanos ha definido toda la carrera del senador McCain -y ha sido probado de manera que pocos pueden imaginar-. Como un hombre joven, fue a la guerra para luchar por nuestra libertad. Fue capturado, torturado y retenido en una celda solitaria lejos de casa como un prisionero de guerra. Cuando sus captores le ofrecieron la pronta libertad, la rechazó, insistiendo en que sus compañeros prisioneros de guerra fueran liberados en el orden en que fueron capturados. Era lo honorable, valiente y heroico que se debía hacer. Fue un sacrificio que le costó casi seis años de su vida.

Como un joven congresista, John era un soldado raso en la “Revolución de Reagan”. Sabía ya entonces que Washington estaba roto y se dispuso a arreglarlo. Desde aquellos primeros días en el Congreso, condujo la carga contra los earmarks y el gasto en pork-barrel. Ha sido un fuerte defensor de la Segunda Enmienda y ha perseguido un enfoque justo para satisfacer nuestras necesidades de energía. Y ha trabajado para crear una cultura que valora la vida humana inocente en todos los sentidos, en cada etapa.

Cuando se trata de cuestiones de guerra y la paz, el senador McCain ha sido una voz líder en los más importantes debates sobre seguridad de nuestro tiempo. Cuando muchos en Washington querían huir en estampida de Irak, el senador McCain defendió el incremento. Cuando la gente le señaló que esta postura le podría costar la presidencia, les dijo que estaba bien, que prefería perder una elección a perder una guerra.

Es ese tipo de coraje el que hace de John uno de los mejores funcionarios que este país haya conocido jamás. Un hombre de principios, no tiene miedo a tomar posturas difíciles y no rehúye una pelea. Él no está preocupado acerca de lo que es popular o partidista o personalmente ventajoso. Está guiado sólo por el deseo de hacer lo correcto para la gente a la que sirve y el país al que ama.

Después de la campaña de 2008, el senador McCain no perdió comba. Desde noviembre de 2008, ha presentado 15 proyectos de ley y cientos de enmiendas. Está liderando la leal oposición en el Congreso en contra de una agenda equivocada de que nos está haciendo menos seguros, nos hunde aún más en la deuda y nos vuelve más dependientes de regímenes extranjeros.

Cuando la administración de Obama propuso una ley de estímulo de casi un billón de dólares, el senador McCain les dio un poco de su hablar claro. Les dijo que el proyecto de ley era un robo generacional y votó «no».

Cuando el presidente comenzó a flaquear en Afganistán, John sabía que nuestros hombres y mujeres uniformados merecían algo mejor. Pidió al presidente que escuchara los consejos de sus comandantes sobre el terreno.

Cuando se trató de Obamacare, el senador McCain se puso de pie y habló en contra de esta asunción por parte del gobierno de una sexta parte de nuestra economía. Y le dijo al presidente que la transparencia en el proceso legislativo debía ser más que una promesa de campaña.

Ese es el tipo de liderazgo que necesitamos si vamos a convertir los retos de hoy en las oportunidades de mañana. En 2008, yo creía firmemente que John McCain era el hombre adecuado para Estados Unidos. Hoy en día, sé que él es el hombre adecuado para Arizona. Su estado se merece algo más que retórica; ustedes se merecen un líder con un verdadero récord de logros. Por eso, en nombre del senador McCain, estoy pidiendo su voto. Por el bien de todo nuestro país y el futuro de su estado, por favor envíen de nuevo a John McCain al Senado de los Estados Unidos.

John McCain, ¿héroe o villano?

Este artículo apareció en la revista American Thinker (lea el original aquí) en enero de 2010 y llevo desde entonces guardándolo a la espera de encontrar la ocasión adecuada para ofrecérselo a todos ustedes. Creo que ya conocen mi opinión: McCain no es santo de mi devoción, pero ¿quién de nosotros no preferiría a McCain en la Casa Blanca antes que al actual presidente? De todas formas, si McCain tiene un solo punto a su favor para merecer nuestra benevolencia es que si no hubiera sido por él, todos nosotros seguiríamos sin saber nada de una tal Sarah Palin, gobernadora de Alaska y completa desconocida por parte del resto del mundo. Por lo que a mí se refiere, suscribo todas y cada una de las palabras de Gene Schwimmer, el autor del artículo, y reconozco que si viviera en Arizona, votaría por McCain sólo por eso: por agradecimiento por habernos dado a todos a Sarah Palin y con ella la esperanza de verla en la Casa Blanca en 2012. Sólo por eso, sí, pero es que ya es mucho.

Alabando a McCain
por Gene Schwimmer

Todo nuestro debate político actual, cuando se reduce a su esencia, se centra en responder a una sola pregunta: ¿Es la “Revolución de Reagan” permanente? Por esta época en el próximo año, después de que se conozcan los resultados de las elecciones del midterm de 2010, se sabrá. Mi predicción es que “Nosotros, el Pueblo” confirmará las elecciones de 1980 como un realineamiento político con un rotundo «¡sí!». Y por permitirnos por fin responder a esa pregunta -y por la respuesta en sí-, un hombre se merece nuestro agradecimiento especial: John McCain.

Amigos, estadounidenses, compatriotas, préstenme sus ojos. Escribo para alabar a John McCain, no para enterrarlo. No, en serio.

De la misma manera que la más profunda oscuridad precede al más brillante amanecer, también las victorias más grandes vienen a menudo precedidas por una gran pérdida – a veces incluso una cadena de ellas-. Mientras escribo esto, los jóvenes iraníes son golpeados en las calles de Teherán, pero no puede haber ninguna duda de que cada golpe sirve para acercar el día en que los oprimidos triunfen sobre sus opresores. Del mismo modo, en política, no puede haber ninguna duda 42 años después de que la derrota de Barry Goldwater en las elecciones de 1964 fueron las elecciones perdidas más importantes de la historia estadounidense.

¿O no? La sabiduría convencional juzga la permanencia de una filosofía política con encuestas de opinión, índices de aprobación y los resultados de las elecciones. La sabiduría convencional está equivocada. La verdadera prueba de la permanencia de una filosofía política es su capacidad para resistir un ataque concertado por sus opositores. Hoy en día, con los republicanos oficialmente fuera del poder y la oposición no sólo en el poder, sino en el poder con una mayoría abrumadora en la Cámara y una mayoría a prueba de filibustering en el Senado [el autor escribe antes de la elección de Scott Brown como senador por Massachusetts], Obama, Reid, Pelosi, y su camarilla de pequeños Bismarcks están la mejor posición posible para completar el trabajo de convertir a América en una distopía del bienestar europeo. Por lo tanto, si, después de los mejores esfuerzos de los liberales, el conservadurismo sigue en pie, nos enviará –y a ellos- un mensaje importante e innegable que los políticos demócratas moderados ignorarán a su propio riesgo político.

«Uno no sabe lo que tiene hasta que lo ha perdido», cantaba Joni Mitchell en «Big Yellow Taxi». Ahora, después de un año de la administración más izquierdista (con la ayuda y la complicidad de una igualmente izquierdista Cámara y Senado) de la historia estadounidense, el pueblo estadounidense sabe muy bien lo que tenía y mayoritariamente lo prefiere a lo que tiene ahora. Hoy en día, vemos los conservadores marchar sobre Washington. Los conservadores están haciendo oír su voz en los town hall meetings, las tea parties y -pronto- en las urnas. De hecho, en una encuesta, el tea party, aunque no oficialmente un partido, obtuvo más apoyo que el Partido Republicano. Esto sitúa  los republicanos y a los demócratas en otro ámbito. Los votantes republicanos han estado enviando bolsitas de té en lugar de cheques a la sede del partido.

Nada de eso -nada de eso- estaría sucediendo si McCain hubiera ganado.
 
Artículo de alabanza número 2: Los defensores de Obamacare gustan de marcar a los republicanos como el “Partido del No”, acusándoles de oponerse al plan de los demócratas sin proponer un plan propio. No importa que cualquiera con un ordenador y acceso a Internet pueda leer las propuestas republicanas on line. De las cuatro propuestas principales que comprende el plan republicano, la primera es «dejar que las familias y las empresas compren sus seguros fuera de su estado» es, en opinión de este escritor, la mejor. Pero a medida que alabamos la idea, también debemos tomarnos un momento para recordar a quien ofreció esto por primera vez: John McCain. De hecho, el fracaso de McCain para hacer de esta propuesta abrumadoramente popular (hasta el 82% en una encuesta) el eje central de su campaña podría quedar como una de las oportunidades más trágicamente perdidas en la historia política estadounidense. Si nada más, un martilleo incesante de esta cuestión por McCain podría haber forzado a Obama a responder con sus propias propuestas antes de la elección.

Y por último, pero ciertamente no menos importante (si me perdonan el cliché), está Sarah Palin. McCain realmente se ganó sus galones de rebelde cuando hizo caso omiso de los consejos de los «expertos» y la escogió como su VP. Antiguos miembros de la campaña de McCain lamentan abiertamente el día en que McCain eligió a Palin y al parecer lo único que deleita a estos burros más que condenar la elección de McCain es atacar a la propia Palin, lo que hacen en cada oportunidad con un celo impropio. Pero consideren la alternativa. Si McCain hubiera ganado, entonces sí, Palin sería hoy vicepresidente -al igual que Joe Biden-. Sabríamos de ella con la misma frecuencia, y cada una de sus intervenciones sería manipulada para que resultara tan vacua como las intervenciones de Biden lo son en realidad.

Pero incluso en las mejores circunstancias, ¿cuántas de las declaraciones de Palin representarían a Palin? El trabajo del vicepresidente es promover los puntos de vista del presidente, no proferir los suyos propios. Esto no sería un problema con, digamos, un presidente Cheney. ¿Pero con un presidente McCain? Consideren también que muchos de los que con saña, pero impotentes, atacan hoy en día a Palin serían miembros de la Casa Blanca, posiblemente en posición de sabotear sus aspiraciones políticas. Pero debido a que McCain perdió en 2008, Sarah Palin es ella misma a día de hoy, hablando por sí misma con un libro éxito de ventas, amplia cobertura mediática y mayor influencia política que ningún otro en política.

Sólo Sarah Palin sabe si una candidatura presidencial se encuentra en su futuro y nadie puede predecir si ganará y qué impacto va a tener en última instancia sobre la historia. Pero en un tiempo extraordinariamente corto se ha establecido por sí misma como una voz de gran alcance político -una que habla a favor, y ha capturado la imaginación, de una gran parte de la opinión pública estadounidense-. Ella es carismática, influyente y un activo sobresaliente para la causa conservadora. Y John McCain es el único que merece crédito como el que promovió a Sarah Palin a la escena nacional.

Ahora no se equivoquen: nada de esto significa minimizar el daño que Obama y sus compañeros viajeros radicales en la Cámara de Representantes y el Senado aún puede causar a esta nación en el corto -y, sin embargo, dolorosamente largo- tiempo que ejerzan el poder que el electorado estadounidense estúpidamente les ha confiado. Muy bien podemos obtener un plan nacional de salud estatista, una asombrosa deuda nacional que, literalmente, llevará generaciones para pagar, un Irán con armas nucleares y la legitimación de diez millones de inmigrantes ilegales. Pero todas ellas serán cosas que se nos imponen por personas que han obtenido su puesto -que podían obtener puestos- sólo ocultando sus verdaderas intenciones. Si pasa Obamacare y los futuros congresos fracasan a la hora de derogarlo será porque una minoría demócrata del Senado lo obstruyó – una exacta imagen especular de la situación actual donde una firme minoría de senadores republicanos están filibustering un proyecto de ley impopular al que los estadounidenses se oponen abrumadoramente.

Porque si las elecciones de 2008 y sus secuelas han demostrado algo es que el liberalismo como filosofía política de gobierno -es decir, una filosofía que los estadounidenses creen y abrazan- está muerto. Una de las manos que sostienen el martillo que golpea el último clavo en el ataúd del liberalismo será John McCain.

Sí, el aguijón de la derrota política es doloroso, pero «sin dolor, no hay ganancia», como dice el refrán. Así que recrimínenle si deben hacerlo, pero en la plenitud de los tiempos, la fracasada campaña presidencial de John McCain en 2008 puede llegar a ser para el siglo XXI lo que la campaña de Barry Goldwater en 1964 fue en el XX.

Gracias, John.

Anda, venga, no sean así y tengan un poco de compasión hacia McCain. Igual éstas son sus últimas elecciones que el hombre ya tiene una edad y si Sarah, que lo conoce bien, dice que cuenta con él, ¿vamos nosotros a enmendarle la plana? Yo, por mi parte, lo que diga ella.  Además, de todos los bichos infectos que pululan por el Senado no es él precisamente el más perjudicial, no.

Hasta la próxima entrada. En ella, nos daremos una vuelta por Searchligth (Nevada). Verán que paisajes.


DOS ENTREVISTAS DONDE A SARAH PALIN SE LE ENTIENDE TODO

19/01/2010

 

Interesante la que se ha armado en la Fox con la contratación de Sarah Palin. Ahora resulta que todo el mundo allí la quiere tener en su programa como sea y tal vez haya más de un torta por los pasillos entre las estrellas de la cadena. Lógico si tenemos en cuenta que cualquier programa que cuente con Sarah Palin experimenta un incremento de sus índices de audiencia directamente proporcional a la rabia que acumulan los medios de comunicación rivales, y eso es una verdad científicamente demostrada. O si no, repasen los comentarios que han hecho esos medios de comunicación rivales a la noticia del fichaje de Sarah por parte de la Fox. Sobre todo la CNN parece que está sumida en un grave desconcierto y la otrora arrogante “Clinton News Network” está pensando si tirar la toalla y dedicarse a emitir exclusivamente programas del corazón (o de la entrepierna, que viene a ser lo mismo).

Hace un tiempo publiqué una imagen de Sarah triste, aquella de la noche de las elecciones. Cada vez que la veo me da tanta pena que casi me echo a llorar. No puedo soportar el ver a Sarah así y por ello llevo unos días buscando fotos suyas en la que salga sonriente a más no poder. Porque ésa es la Sarah que queremos nosotros y la que nos da ánimos y nos hace sentir que las cosas pueden mejorar y van a mejorar. ¡Sarah, Sarah, Sarah!

La entrada que les tengo preparada para hoy es breve, pero muy sustanciosa. Ya les anuncié hace unos días que les tenía preparada una pequeña sorpresa y confío en que les agrade. Se trata simplemente de dos entrevistas con Sarah que tuvieron lugar en la Fox el pasado miércoles. La primera, consiste en una serie de preguntas que los lectores de la página web de la Fox le hicieron a Sarah. Está muy bien porque son preguntas “no profesionales” y, aunque son pocas, de las que se pueden responder sin que el interrogado, en este caso Sarah, tenga el seguro puesto. Vamos, que son las preguntas que te hace un amigo en la cafetería del pueblo después del trabajo. La segunda es la transcripción de unos breves fragmentos de la entrevista que le hizo Glenn Beck a Sarah Palin al día siguiente de su debut como comentarista de la Fox en el programa de Bill O’Reilly. Son unos pocos párrafos, pero tan reveladores que valen por una entrevista de una hora entera. Les dejo que se las lean y luego les hago un breve comentario explicándoles por qué me parecen tan reveladores.

TIME OUT WITH SARAH PALIN!
Fox News Channel
Miércoles, 13 de enero de 2010

[Las negritas son mías]

FOX FAN: ¿Qué piensan sus hijos acerca de que su madre comience un nuevo trabajo en Fox News? ¿Piensa traerlos a la ciudad a menudo? (Ashley – West Palm Beach, FL).

SARAH PALIN: Mis hijos piensan que esto es genial porque los niños son lo suficientemente agudos como para saber que las preguntas están para ser hechas. ¿Qué haríamos sin Fox News? Y están entusiasmados con todo esto; ellos ven la cadena también! Les gusta New York… Les gusta la energía y la actividad de aquí. En la medida en que pueden seguir sintiéndose arraigados a Alaska, es algo que va a funcionar. ¡Vamos a hacer algunas idas y venidas!

FOX FAN: ¡Es un largo viaje en avión!

SARAH PALIN: Es un largo viaje en avión… ¡con un montón de tiempo para leer!

FOX FAN: ¿Su anterior trabajo como reportera deportiva en Alaska va a ayudarle con su nuevo papel en Fox? (Brian – Marblehead, MA).

SARAH PALIN: Sí – aunque todo ha cambiado mucho en los últimos veinte años. La tecnología ha cambiado tanto. Sí, creo que mis padres finalmente van a poder decir: “¡Muy bien! ¡Al fin estás haciendo servir algo de toda esa educación universitaria!» Por lo tanto, estamos muy emocionados por ello y muy emocionados por ser capaz de emplear algunas de las cosas que aprendí hace tantos años, y me encantó trabajar en el negocio por aquel entonces… ¡y va a encantarme este trayecto también! Quiero decir, ¡teníamos máquinas de escribir en aquel entonces! No teníamos BlackBerry entonces.

FOX FAN: Su libro, Going Rogue, se ha vendido mucho y ha tenido un claro eco entre la gente. ¿Cuál es tu libro favorito? (Victoria – New Jersey).

SARAH PALIN: Team of Rivals de Doris Kearns Goodwin… Cómo formó Lincoln su equipo al tiempo que gestionaba las políticas que ayudaron a asegurar la Unión y ganar la guerra. Goodwin realizó un gran trabajo de investigación y de recopilación de tanta información. Me encanta ese libro.

FOX FAN: Dado el éxito de su libro, ¿vamos a ver otra obra literaria de Sarah Palin pronto? (Chad – Forest City, IA).

SARAH PALIN: Me encantó escribir un libro. Siempre me ha gustado escribir. Es simplemente una parte de mí – he llevado diarios toda mi vida, escribiendo todo lo que podía, siempre que podía. Y voy a escribir otro.

FOX FAN: ¡Tiene una gran familia y aún así está en tan buena forma! ¿Cómo lo hace? (Bonnie – Boston, MA).

SARAH PALIN: OK, vamos a ser honrados… Saliendo de las vacaciones de Navidad, ¡gracias por decir eso! Pero tengo la misma determinación que cualquier otra persona. Voy a dejar un poco aparte la comida basura y voy a trabajar un poco más… Lo necesito. Me encanta correr, me encantan las clases de kickboxing, me encanta el levantamiento de pesas. Sudar es mi cuerda de salvación. Me gusta mantenerme activa. Pero gracias por el cumplido… ¡Aunque no sea completamente exacto!

FOX FAN: ¿Cómo ha afectado el hecho de tener un hijo con necesidades especiales sus puntos de vista tanto como madre como impulsora de políticas? (Pat – Fort Pierce, FL).

SARAH PALIN: Para mi sorpresa, no lo hubiera hecho de otra manera. Cuando nos enteramos de que Trig nacería con síndrome de Down, estábamos aterrorizados, no teníamos ni idea de lo que nos esperaba, tenía miedo incluso de lo desconocido y, sin embargo, cuando nació, descubrí que Dios había respondido a mis oraciones… Mi oración era que Dios, por favor, simplemente haz que mi corazón esté listo para esto. Y mi corazón estaba listo. Me he vuelto más apasionada y una persona más paciente y más comprometida que nunca para asegurarme de que las personas, los grupos, las familias tengan la capacidad de ayudar a estas bellas personas que necesitan y merecen atención un poco más que otros – no necesariamente buscando que sea el gobierno quien se la proporcione, sino dando la posibilidad a esos que tienen un corazón compasivo, y yo creo que cada americano tiene ese deseo, de hacer este mundo más acogedor para esas personas. Yo nunca hubiera tenido ese punto de vista sobre esta cuestión si Trig no se hubiera incorporado a nuestra familia.

FOX FAN: Si usted pudiera decir algo a sus partidarios, ¿qué sería?

SARAH PALIN: Creo que los partidarios del mensaje que he ido articulando, un mensaje de valores, ideales e ideas conservadoras de sentido común – valores e ideas que creo que Estados Unidos puede y debe abrazar de nuevo. Sólo quisiera agradecer a la gente que apoye ese mensaje, no a mí como persona porque no se trata de mí, pero el mensaje que muchos de nosotros compartimos y queremos ver perpetuarse… ¡Sólo darles las gracias por ese apoyo!

BECK (fragmentos)
Fox News Channel
Miércoles, 13 de enero de 2010

[Las negritas son mías]

Sobre Dios y sobre la fe

SARAH PALIN: No hay nada más importante en mi vida que mi relación con Dios y mi fe y en este último año sobre todo – el último año y medio. Me he visto tan obligada a arrodillarme para rezar pidiendo Su orientación, Su sabiduría, Su gracia y Su fuerza. Y yo nunca voy a decirle a nadie cómo vivir, yo nunca voy a predicar a nadie y decirle que debe hacer eso. Pero claro que me gustaría ver a más estadounidenses darle una oportunidad y buscar la orientación que nuestros Padres Fundadores buscaron y consiguieron para [entonces] forjar los documentos que permitieron a América convertirse en la más grande, fuerte, saludable, la nación más próspera de la Tierra.

Sobre las ramificaciones eternas

SARAH PALIN: Creo que hay ramificaciones eternas sobre la base de lo que hacemos aquí.

GLENN BECK: ¿Eso la motiva?

SARAH PALIN: Eso me motiva, lo hace. Me permite saber que lo que hago no se trata de mí y ni siquiera sobre el futuro de mis hijos; es algo mucho más duradero que eso.

¿Futuras aspiraciones políticas?

SARAH PALIN: Yo sería muy feliz volviendo a Wasilla, Alaska, con mis cinco hijos y mi nieto y criar una familia feliz y saludable que compartiese nuestro amor al aire libre – haciendo las cosas que hacemos en Alaska. Pero, si yo creo que de alguna manera puedo ayudar a esta gran nación, voy a estar dispuesta a sacrificarme y cambiar algunas cosas en mi estilo de vida para, con el fin de servir. Eso no tiene que significar, sin embargo, ser el mandamás. Eso no tiene que significar realmente – el tener cualquier tipo de título.

GLENN BECK: ¿Es usted republicana?

SARAH PALIN: Soy afiliada republicana.

GLENN BECK: ¿Cómo se siente sobre eso?

SARAH PALIN: Hay veces en que me siento tentada a distanciarme del partido, ha habido momentos en mi carrera política – hum- y ser una independiente. Pero reconozco que somos un sistema de dos partidos. El Partido Republicano, las maderas de nuestro armazón son, son las mejores, las más fuertes maderas sobre las que construir un gran estado, Alaska, un gran país. Voy a seguir siendo republicana, pero existen esas tentaciones.

GLENN BECK: ¿Eso descarta un tercer partido para usted – no quiero decir una candidatura. ¿Estaría usted a favor de un tercer partido?

SARAH PALIN: No creo que exista esa necesidad de un tercer partido si los republicanos vuelven a lo que dicen las maderas. Ahora bien, si los distintos candidatos, campañas y luego funcionarios electos no van a hacer lo que prometieron hacer – permaneciendo firmemente sobre las maderas de ese armazón – hay que echarlos, hay que deshacerse de ellos.

MI COMENTARIO

Ésta ya es la segunda vez que tengo noticias de que el libro favorito de Sarah Palin es Team of Rivals de Doris Kearns Goodwin. Interesante elección dado que trata de la manera como el presidente Lincoln logró sacar adelante su mandato con un gabinete en el que todos y cada uno de sus componentes eran rivales encarnizados entre ellos. O sea, la aplicación práctica de aquello tan romano de divide et impera, sólo que en este caso no se trató de aplicárselo a los enemigos sino a los amigos. Un virtuosismo prácticamente, algo que sólo un genio de la política como lo fue sin duda el presidente Lincoln pudo llevar a buen término sin que la Casa Blanca se derrumbara sobre sus cimientos. Evidentemente, me ha picado la curiosidad y voy a comprar el libro y leérmelo. Y prometo darles cuenta de lo que me ha parecido tan pronto como lo haya terminado.

Por otra parte, el hecho de que Sarah se haya sentido fascinada por este libro y sabiendo como sabemos que ya ha hecho sus pinitos en esa cuestión de los “equipos de rivales” porque su gabinete en Alaska cuando era gobernadora incluía no sólo a republicanos sino también a demócratas e independientes (aparte del hecho de que la mitad de los republicanos, su propio partido, la detestaban), me lo tomo como una señal de que no está en absoluto dispuesta a encerrarse dentro de las estrechas paredes del Partido Republicano y que tanto una futura, posible y deseable candidatura a la presidencia en 2010 como su presidencia en sí (¡porque si se presenta, ganará!) va a sorprender a más de uno por la heterogeneidad de sus nombramientos e igual vemos a personas que nunca nos hubiéramos imaginado ocupando cargos con ella. Que luego sea capaz de gestionar esa jaula de fieras, ya lo veremos. Pero si ella cree que sí, ¿quién soy yo para dudarlo?

Ya en un tono más jocoso, me ha entusiasmado saber que Sarah practica kickboxing… ¡Ahora sí que no hay ninguna duda de que se está preparando para una campaña electoral! Es una actividad que le será más que útil a la hora de gestionar su futuro gabinete para que no se le salga de madre y de tratar con la oposición demócrata. ¡Y aún dice que no está en buena forma! Pues qué quieren que les diga; yo soy más joven que ella, me machaco a base de correr (que no me gusta nada), levantar pesas (que me gusta más) y darle puñetazos a un saco de boxeo (¡que me gusta mucho!) y ya quisiera yo tener el buen aspecto físico que tiene ella, ya… ¡Si es que es guapísima! (suspiro).

Conmovedora la declaración que hace sobre lo mucho que ha cambiado su visión de la vida desde que tiene a su hijo Trig. Y muy sincera. Un politicastro al uso diría que toda la vida ha estado preocupado por los niños con necesidades especiales y que siempre se ha sentido muy vinculado a ellos y que si patatín, patatán… Todo hipocresía. ¿La verdad? ¿La única verdad? Pues que estas cosas sólo te preocupan cuando te afectan a ti y no hay más. Igual que no te preocupas por los cojos hasta que tienes un accidente y te quedas cojo, nadie se preocupa realmente por esos niños hasta que se ve en la tesitura de tener que hacerse cargo de uno de ellos. Y eso no es ni bueno ni malo; es sencillamente la vida. Y lo honrado es reconocerlo y no pretender dárselas de santo cuando no lo eres. Y que conste que Sarah utiliza también la expresión “más paciente”. Por supuesto que más de una vez se habrá desesperado con Trig, pero poco a poco ha ido aprendiendo y adaptándose a su ritmo de vida que no es el mismo que el de un bebé normal. Y aún tendrá que aprender y adaptarse mucho más según Trig vaya creciendo.  En mi opinión, un rasgo de sinceridad que la honra. ¡Bravo, Sarah!

Dentro ya de la entrevista de Glenn Beck, Sarah deja claro que ella de fanática, nada de nada. Tal y como dice, no le va a decir a nadie cómo vivir, algo que es precisamente lo que más disfruta haciendo la izquierda en Estados Unidos y en todas partes: decirnos lo que tenemos que pensar, decir, hacer… O sea, convertirnos en autómatas que es la única manera en que pueden tolerar a sus conciudadanos. Pero Sarah no. Y ya lo ha demostrado muchas veces, tanto en Wasilla como alcaldesa como en Alaska como gobernadora. Ella no le dice a nadie lo que tiene que hacer, pero tampoco quiere que nadie le diga lo que tiene que hacer ella o, por ejemplo, que le digan que se siente y se calle. Porque la libertad, al final, es eso: que cada uno se responsabilice de sí mismo y tome sus propias decisiones, solo o en comunidad con otros, pero siempre voluntariamente.

Y, por fin, la parte que más me ha entusiasmado es aquella en la que Sarah reconoce que siente tentaciones de mandar al Partido Republicano a freír espárragos. Coincide con la opinión que yo tengo de que Sarah tomó hace ya tiempo la decisión de ser una independiente dentro del Partido Republicano; seguir afiliada, pagar las cuotas, conservar el carnet en buen estado, cambiar la foto si es antigua, pero hacer lo que considere más oportuno y si los dirigentes del partido la respaldan, mejor para ellos y si no, que se aguanten. ¿Fundar un tercer partido? ¿Presentarse como candidata en una plataforma liderada por el Tea Party? ¿Presentarse como independiente? No, de ninguna manera. Pero, ojo, eso mientras el Partido Republicano se mantenga fiel a sus valores tradicionales. A la que el Partido Republicano pretenda convertirse en el Partido Demócrata bis, entonces habrá que pensárselo. Entonces puede que sí que fuera necesario el crear un nuevo partido, que sería el viejo partido, el GOP de toda la vida, el fundado por Abraham Lincoln. Pero mientras las cosas no se vuelvan tan feas, no. Pero no estaría tampoco de más el hacer un poco de limpieza y, aprovechando que este es un año electoral, echar a todos los RINO del partido de una vez por todas. Qué momento mejor que esté para decirles a todos esos sinvergüenzas que han usurpado nuestros votos que ya está bien, que hasta aquí hemos llegado y que arrieritos somos y en el camino nos encontraremos o para ser breves: ¡Fuera de mi escaño, so caradura! ¡No te he votado para eso! ¡Ah, qué ganas tengo que llegue noviembre!

Y en la próxima entrada, concluiré mi repaso a las elecciones de 2010 con las elecciones a gobernador. Que ya llevo retraso.


SARAH PALIN TOMA PARTIDO… Y NO ES POR EL GOP PRECISAMENTE

30/10/2009

 

Hace un tiempo, haciendo cábalas sobre cuáles podrían ser los próximos pasos de Sarah Palin, aventuré la posibilidad de que pudiera optar por desmarcarse completamente de un Partido Republicano que no la apoyaba en absoluto y con el que no había tenido más que conflictos y disputas e ir por libre al mejor estilo de Theodore Roosevelt en 1912 cuando, descontento con la política desarrollada por su sucesor, William Howard Taft, trató de conseguir de nuevo la nominación del Partido Republicano y, al no obtenerla, se unió al recién creado Partido Progresista y se presentó finalmente a las elecciones presidenciales de ese año, obteniendo mejores resultados que Taft, pero favoreciendo indirectamente al candidato demócrata, Woodrow Wilson, al dividir el voto republicano.

PressConference

Doug Hoffman, candidato del Partido Conservador de Nueva York al puesto de representante en la Cámara de Representantes (House of Representatives) en Washington por el 23º distrito de la ciudad, y que desde el pasado jueves día 22 cuenta con el apoyo expreso de Sarah Palin. ¡Oído al parche! Candidato del Partido Conservador de Nueva York, no del Partido Republicano, quien presenta a su propia candidata, Dierdre Scozzafava. ¿Qué significa esto? ¿Acaso el GOP se está cuarteando?

Primero, los antecedentes

Todos sabemos que este no es año electoral así que, ¿qué es eso de que en Nueva York va a haber elecciones? ¿Y a la Cámara de Representantes ni más ni menos? ¿Se ha muerto alguien acaso? No, en absoluto. Ahora les explico por qué.

El 23º distrito de Nueva York estaba representado en Washington hasta hace poco por el republicano Johh M. McHugh (había sido reelegido en 2008), el cual tuvo que dimitir de su puesto al ser nombrado el 21 de septiembre pasado (habiendo sido confirmado previamente por el Senado) United States Secretary of the Army (que en España sería algo así como Subsecretario de Estado para el Ejército), algo no demasiado sorprendente si recordamos que el United States Secretary of Defense (que en España sería algo así como el Ministro de Defensa) es el también republicano Robert M. Gates, nombrado inicialmente para el cargo por el anterior presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y confirmado en él (imaginamos que al coste de una úlcera sangrante) por el actual.

Debido a las circunstancias, el puesto de representante de McHugh, pese a que el año que viene será uno de los cargos que se cubrirán dentro de las elecciones del midterm, no podía quedar vacante durante tanto tiempo, un año prácticamente, y una vez que el gobernador de Nueva York, el demócrata David Paterson, fue informado oficialmente de ello, anunció el pasado 29 de septiembre la apertura de un proceso electoral especial para cubrir el puesto, proclamando la fecha del 3 de noviembre de este año para ello (lo que coincide con la fecha del Election Day de este año, el martes después del primer lunes de noviembre).

Después, un poco de historia (electoral)

El 23º distrito de Nueva York es uno de los 29 distritos en los que está dividida la ciudad de Nueva York a efectos políticos para la elección de sus miembros de la Cámara de Representantes (House of Representatives), una división que está en vigor desde el año 2000, cuando se suprimieron dos de ellos. Situado al nordeste de la ciudad, abarca los siguientes condados:

  • Clinton
  • Essex (parcialmente)
  • Franklin
  • Fulton (parcialmente)
  • Hamilton
  • Jefferson
  • Lewis
  • Madison
  • Oneida (parcialmente)
  • Oswego
  • Saint Lawrence

NY23

Plano del 23º distrito electoral de Nueva York. Un safe seat (escaño asegurado) de toda la vida para los republicanos que, ahora mismo, no está tan asegurado como dicen. Y es que cuando se tira demasiado de la cuerda, ¿qué pasa? Que, al final, se rompe.

Poíticamente, tiene un historial de republicanismo que llama la atención en una ciudad tan asociada desde siempre con los demócratas, ya que un demócrata no ha representado al distrito desde 1871, habiendo partes del distrito que retrasan tal marca hasta 1851 (deben de ser los aires o tal vez el agua, que preserva la sensatez de sus habitantes). John M. McHugh ha mantenido tal historial ganando una elección tras otra en este distrito desde 2003 y nunca bajando del 60% de los votos.

A priori, no parecía que fuera a ser una elección muy interesante, cantada como estaba la victoria republicana. Sin embargo, no hay que fiarse nunca y todo comenzó cuando el Partido Republicano decidió nominar a Dierdre Scozzafava, representante republicana en la asamblea del Estado, como su candidata a sustituir a McHugh mientras que el Partido Demócrata hacía lo mismo con Bill Owens, abogado y hombre de negocios. El caso es que la nominación de Scozzafava no sentó demasiado bien entre los conservadores (“conservador” no es lo mismo que “republicano” y en estos tiempos que corren cada día se parecen menos lamentablemente) y algunos de entre ellos se negaron en redondo a apoyar a Scozzafava. Uno de esos grupos “rebeldes”, el constituido por el Partido Conservador del Estado de Nueva York (del que hablaremos acto seguido), decidió que tururú y que a Scozzafava la iba a votar su señora madre y que ellos nominarían a su propio candidato, lo que al final hicieron nombrando candidato a Doug Hoffman, un contable y hombre de negocios.

¿Existe un Partido Conservador del Estado de Nueva York?

Pues sí que existe y es ciertamente muy activo. De hecho, fue fundado en 1962 por una serie de personas indignadas con la creciente inclinación hacia posturas liberales (entendido a la estadounidense; es decir, izquierdistas) que percibían en el Partido Republicano del Estado de Nueva York. Para ello, aprovecharon el llamado “fusion voting”, un arreglo que permite a dos o más partidos políticos apoyar a un mismo candidato, recogiendo los votos de ambos partidos. Este sistema, que sólo se admite en ocho Estados de los Estados Unidos (Connecticut, Delaware, Idaho, Mississippi, Nueva York, Oregon, Carolina del Sur y Vermont), permite que partidos políticos minoritarios puedan tener alguna influencia en los programas políticos de los candidatos de los dos partidos mayoritarios.

En Nueva York, el “fusion voting” es una característica propia, existiendo partidos minoritarios tales como el Working Families Party, Right to Life Party, Liberal Party, Independence Party y el que ahora nos interesa, el Conservative Party, un partido que ha contado con el apoyo de William F. Buckley, el fundador de National Review, que se presentó en 1965 como su candidato al puesto de alcalde de Nueva York. En 1970, su hermano, James, se presentó al Senado como el candidato del Partido Conservador y fue elegido frente a los candidatos republicano y demócrata, aunque en 1976 perdió la reelección ante el candidato demócrata, Daniel Patrick Moynihan.

No es habitual que el Partido Conservador presente a sus propios candidatos, pero tampoco inusual. De hecho, suele apoyar a los candidatos del Partido Republicano, pero hay ocasiones en que se le hace demasiado cuesta arriba y entonces se plantan. Una de esas ocasiones se produjo cuando Rudy Giuliani se presentó como candidato a alcalde de Nueva York en 1989 (y en 1993 y 1997, para su reelección) con el apoyo del Liberal Party, otro de esos partidos minoritarios típicos de Nueva York y que, como bien podemos todos suponer, con semejante nombre no puede ser que un conservador de bien se sienta demasiado a gusto si su candidato lo es también de ellos. Su apoyo es considerado esencial por parte del Partido Republicano, dado que desde 1974 nunca un candidato republicano ha ganado unas elecciones a un cargo estatal (como es el caso de un congresista) sin el apoyo del Partido Conservador. ¡Ah, y para que no se diga! En ocasiones, el Partido Conservador ha apoyado al candidato demócrata si ha considerado que se trataba de un demócrata de fiar (por ejemplo, Jimmy Griffin como senador estatal entre 1967 y 1977; Frank Hogan como fiscal del distrito entre 1941 y 1973; y Michael McNulty como congresista en Washington por el 21º distrito entre 1989 y 2009), lo cual aleja de ellos la fácil acusación de sectarios. Para ellos, los principios son lo primero y antes prefieren a un demócrata moderado que a un republicano liberal (a la manera estadounidense, o sea, un RINO).

En 2008, el Partido Conservador apoyó expresamente la candidatura republicana presentada por John McCain y Sarah Palin. Actualmente, su presidente es Michael R. Long, teniendo su sede en Hamilton Station (NY).

Los candidatos de los partidos mayoritarios: pena, penita, pena

Antes que nada, aclarar que para la selección de los diferentes candidatos no se recurrió al habitual procedimiento de las primarias sino que fueron elegidos por los dirigentes locales del distrito que se reunieron a puerta cerrada y lo escogieron a dedo, tanto en el caso del Partido Demócrata como del Republicano.

Por parte demócrata, hubo algunas dudas sobre su candidato ya que los dos más valiosos, los senadores estatales David Valeski y Darrel Aubertine, tenían el problema de que en caso de victoria dejarían un escaño vacío en la asamblea estatal cuando sólo tienen una mayoría de dos votos (32 a 30) frente a los republicanos. Una mayoría exigua dado que durante este mes de junio y julio dos senadores demócratas (Pedro Espada Jr. y Hiram Monserrate) se aliaron con los republicanos para crear una nueva mayoría, lo que fue todo un espectáculo (de los lamentables, por supuesto) que terminó con los dos “traidores” volviendo al redil. Además, por si fuera poco, uno de esos senadores (Monserrate) ha sido condenado recientemente por agredir a su novia y está pendiente de ser destituido o no de su cargo, lo cual es un punto más a favor de que no se presente ningún senador estatal a las elecciones por lo que pudiera pasar. En consecuencia, la nominación fue a parar a Bill Owens, un abogado de Plattsburgh.

¿Quién respalda a Bill Owens? Pues como es de suponer, el presidente de Estados Unidos además de el anterior presidente Bill Clinton.

Por lo que se refiere a los republicanos, estos se decidieron ràpidamente a favor de Dierdre Scozzafava, una senadora estatal, descartando durante el proceso de selección, entre otras, la candidatura de Doug Hoffman (de quien hablaremos acto seguido). En cuanto a Scozzafava, no se trata simplemente de que tenga poco de conservadora, ya que es partidaria del aborto, del matrimonio homosexual y de subir los impuestos, sino que además hay habladurías según las cuales su marido había tenido conversaciones con miembros del Partido Demócrata con el objetivo de pactar el pase de su esposa a dicho partido antes de ser nominada, lo cual es toda una garantía para el futuro, ¿verdad? ¡Ah! Y para que quede claro lo mucho que confían los dirigentes nacionales del GOP en ella, el National Republican Congressional Committee (Comité Nacional Republicano del Congreso) ha contribuido con cerca de un millón de dólares a su campaña.

Si será progre ella que Mark Steyn la ha calificado de DIABLO (Democrat In All But Label Only, demócrata en todo salvo en la etiqueta), creando un nuevo neologismo que está llamado a tener éxito. ¿Que si un DIABLO es peor que un RINO? Por ahí, por ahí… Tal vez sea peor ciertamente. Lo que es seguro es que no es bueno, no.

¿Y quién respalda a Dierdre Scozzafava? Pues aparte de la NRA (National Rifle Association) y de Newt Gingrich en lo que parece una espectacular metedura de pata por parte de éste si realmente quiere postularse como candidato a las presidenciales de 2012 como parece que tiene la intención, ni más ni menos que… Markos Moulitsas, fundador del blog Daily Kos, el más izquierdista de entre todos los blogs izquierdistas. ¡Chúpate ésa! Con semejantes apoyos, cualquiera que sea conservador tiene más de un motivo para pensárselo, ¿no? Por cierto, los supuestos “presidenciables” del GOP no han dicho ni pío todavía sobre la candidatura de Scozzafava alegando que “no siguen las noticias al respecto”. Así pues, Mitt Romney, Mike Huckabee y Tim Pawlenty, tal vez conscientes de que salir avalando públicamente la candidatura de Scozzafava puede causarles más perjuicios que beneficios, han preferido callarse lo que no ha hecho Gingrich quien anda por ahí defendiendo su apoyo a la DIABLO ésa y jurando que a pesar de sus posturas de izquierda, Scozzafava es una auténtica conservadora. ¡Ay, quién te ha visto y quién te ve, Newt!

El tercero en discordia o los conservadores de verdad se lo piensan

Y como quiera que hay más que motivos para pensárselo, los del Partido Conservador del Estado de Nueva York decidieron que no estaban ellos para comulgar con ruedas de molino del tamaño de Scozzafava y negaron su apoyo al Partido Republicano en estas elecciones. ¿Y a quién postularon ellos como su candidato? Pues a Doug Hoffman, uno de los anteriores candidatos a la nominación por parte del Partido Republicano. Había otros candidatos, pero los tres se pusieron de acuerdo en retirar sus respectivas candidaturas y apoyar la de Hoffman

¿Quién es Doug Hoffman? Se trata de un contable (cualificado como censor jurado de cuentas) y hombre de negocios residente en Lake Placid (NY). Casado desde 1973, tiene tres hijos y cuatro nietos a pesar de no tener todavía 60 años. Antiguo miembro de la Guardia Nacional (1970-1973) y de la Reserva del Ejército de Estados Unidos (1973-1976), Hoffman participó en la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno que tuvieron lugar en Lake Placid en 1980.

¿Quién respalda a Hoffman? Pues entre otras personas e instituciones, las siguientes:

  • El antiguo senador Fred Thompson.
  • Steve Forbes, editor del semanario Forbes y antiguo candidato a la nominación por el Partido Republicano a la presidencia en 1996 y 2000.
  • La asociación de conservadores fiscales Club for Growth.
  • La asociación pro-vida The Susan B. Anthony List.
  • Mi admirada comentarista política Michelle Malkin (¡hurra!).
  • El editor del semanario The Weekly Standard, Bill Kristol.
  • El periódico The Wall Street Journal, a través de un editorial.
  • La revista National Review.
  • El comentarista de radio Mark Levin.
  • El comentarista de radio Rush Limbaugh.
  • El comentarista de radio y televisión Glenn Beck.
  • El comentarista de radio Hugh Hewitt.
  • El antiguo líder de la mayoría republicana en la House of Representatives (Cámara de Representantes), el texano Dick Armey.
  • La representante Michelle Bachmann.

y…

  • ¡SARAH PALIN!

Y es que donde para algunos impera el “Party first, principles second” (Gingrich, por ejemplo), Sarah se presenta ante todos como la única conservadora con firmes convicciones y redaños para defenderlas contra viento y marea. ¡Tres hurras por Sarah! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra!

Totos

Bonita foto de familia. Los tres rivales para el puesto de representante por el 23º distrito de Nueva York. Dos progres y un conservador. ¿Adivinan cuál es el conservador? Una pista: lleva gafas.

Dos programas a cuál más diferente

Para muestra, un botón. Y para comprender más fácilmente porqué los conservadores de verdad neoyorquinos han desenterrado el hacha de guerra contra Dede Scozzafava, nada mejor que comparar los programas de los dos candidatos supuestamente republicanos en liza. Dicho y hecho, helo aquí (tomado de la propia pàgina del candidato conservador, Doug Hoffman):

Doug Hoffman, candidato conservador (pero conservador de verdad):

  • Cree que las actuales leyes sobre impuestos favorecen la corrupción.
  • Cee que los déficits son un error.
  • Cee que el aborto es un error.
  • Cee en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
  • Se opone a la ley del “card-check” (por la cual, todos los trabajadores se verán obligados a afiliarse a algún sindicato aunque no quieran).
  • Se opone a que se derogue el sistema de “don’t ask, don’t tell” (en el Ejército, a los homosexuales no se les pregunta expresamente si lo son y a cambio se espera de ellos que no revelen públicamente su condición).
  • Apoya la reforma de las leyes sobre pleitos en lo que se refiere a las supuestas negligencias médicas, una de las medidas apoyadas por Sarah Palin para reformar de verdad el sistema sanitario estadounidense.
  • Se opone al proyecto de reforma de la Sanidad Pública propuesto por los demócratas.
  • Apoya firmemente la guerra contra el terrorismo.
  • Se opone a las leyes de cuotas de emisión de CO2.

Dede Scozzafava, candidata republicana (pero liberal, ¿eh?)

  • Ha votado ya dos veces a favor de legalizar el matrimonio homosexual.
  • Apoya el aborto en todos los casos.
  • Apoya que el aborto sea costeado por la Seguridad Social.
  • Apoya la ley del “card-check”, la misma a la que se opone su rival.
  • Apoya el gasto masivo por parte del Estado aunque ello suponga subir los impuestos.
  • Apoya a los sindicatos.
  • En una escala de 0 a 100, puntuó sólo 15 puntos como conservadora (menos aún que muchos demócratas en la asamblea estatal).
  • Apoya subir los impuestos a los “ricos”, sea lo que sea que ella entienda por tales, aunque ello suponga castigar a quienes crean puestos de trabajo levantando empresas.
  • Votó a favor de que los maestros de escuela sindicados puedan jubilarse anticipadamente sin merma en su pensión.
  • Tiene el apoyo expreso de una de las organizaciones afiliadas a ACORN (en concreto, el Working Families Party).

La gran sorpresa… ¿o no tan grande?

El pasado jueves día 22 saltó la sorpresa y como viene siendo habitual últimamente, saltó por Facebook. Sarah Palin había publicado una nota desmarcándose de la candidata republicana oficial, Dede Scozzafava, y prestando su apoyo (moral y económico) al candidato del Partido Conservador del Estado de Nueva York, Doug Hoffman. El texto de la nota en su original en inglés lo pueden leer aquí, pero les ofrezco su traducción al español.

¡La gente del 23º distrito congresional de Nueva York están listos para cambiar las cosas y Doug Hoffman se vuelve cada vez más fuerte según se va acercando el gran día de las Elecciones! Él necesita de nuestra ayuda ahora.

Los votos de cada miembro del Congreso afectan a todos los estadounidenses, lo que es importante que todos nosotros prestemos atención a esta importante campaña congresional en la parte alta del Estado de Nueva York. Estoy muy satisfecha de anunciar mi apoyo a Doug Hoffman en su lucha para ser el próximo representante del 23º distrito congresional de Nueva York. Es un honor para mí el apoyar a Doug y hacer todo lo que pueda para ayudarle a ganar, incluyendo el que mi comité de acción política, SarahPAC, doné a su campaña la contribución máxima permitida por la ley.

Nuestra nación está en una encrucijada y es de nuevo «tiempo para elegir».

El gobierno federal toma, gasta e imprime demasiado dinero mientras nuestra deuda nacional alcanza un nivel récord. El gobierno crece mientras que el sector privado se reduce y el desempleo aumenta. Doug Hoffman se ha comprometido a poner fin al derroche irresponsable en Washington, DC, y al enorme aumento en el tamaño y alcance del gobierno federal. También está plenamente comprometido a apoyar a nuestros hombres y mujeres de uniforme que tratan de completar sus misiones en el extranjero con honor.

Y lo mejor de todo, Doug Hoffman no ha sido ungido por ninguna maquinaria política.

Doug Hoffman representa los principios que deberían compartir todos los republicanos: un gobierno más pequeño, impuestos más bajos, una defensa nacional fuerte y el compromiso con la libertad individual.

Los partidos políticos deben estar para algo. Cuando los republicanos cruzaban el desierto a finales de los años 70, Ronald Reagan sabía que la doctrina de la «difuminación de las líneas» entre las partes no era un medio adecuado para ganar las elecciones. Lamentablemente, el Partido Republicano de hoy ha decidido elegir a un candidato que difumina más que sobradamente las líneas y que no supone ninguna diferencia real entre los demócratas y los republicanos en esta carrera. Esta es la razón por Doug Hoffman se presenta por el Partido Conservador.

Los republicanos y los conservadores de todo el país están enviando un importante mensaje al establishment republicano con su excelente apoyo a Doug Hoffman: no más política como siempre.

Usted puede ayudar a Doug visitando su sitio web oficial indicada debajo y unirse a mí en el apoyo a su campaña: http://www.doughoffmanforcongress.com/donate3.html.

 Sarah Palin

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¿Puede ganar Doug?

La respuesta es que lo tiene ciertamente difícil aunque no es de descartar la sorpresa. De hecho, la candidatura de Hoffman ha despertado mucho entusiasmo entre los buenos votantes conservadores de Nueva York que se han volcado en su apoyo, recolectando cientos de miles de dólares y teniendo un plan preparado para estos últimos días antes de las elecciones con el que se pretende emitir 800 cuñas publicitarias radiofónicas, repartir 80.000 panfletos y reclutar más de 200 voluntarios para trabajar en los colegios electorales el próximo martes.

Algunos protestan contra Hoffman alegando que su candidatura resta votos a la republicana (aunque poco republicana la veo yo; si acaso demócrata bis) y puede terminar favoreciendo la elección de Owens, el candidato demócrata. Es cierto, pero todos son conscientes de ello y les parece un riesgo asumible porque no es realmente la elección de un demócrata o de un republicano lo que está en juego en estas elecciones sino otra cosa que Marilyn Musgrave, antigua representante republicana por Colorado, ha señalado perfectamente al decir:

This is the shot that needs to be fired to Republican leaders to wake them up.

(Éste es el tiro que necesitamos disparar a los líderes republicanos para que despierten de una vez).

O como ha señalado Marjorie Dannenfelser, presidente de la The Susan B. Anthony List, la organización pro-vida:

The No. 1 victory will be to defeat Dede.

(La principal victoria sera derrotar a Dede).

A lo que la susodicha, Dede Scozzafava, ha replicado muy ufana ella:

All of this outside noise, it’s a distraction. But it does add a little fuel to my fire.

(Todo este ruido molesto de fuera no es más que una distracción. Pero si que añade un poco de gasolina a mi fuego).

Réplica a la que el propio Hoffman ha contestado recordando sencillamente cuál es la causa de su candidatura:

She certainly doesn’t hold the Republican values that I hold which is smaller government, less taxes, fiscal responsibility and not spending money you don’t have.

(Ella ciertamente no respalda los valores republicanos que yo respaldo y que son un gobierno más pequeño, menos impuestos, responsabilidad fiscal y no gastarte el dinero que no tienes).

El meollo de la cuestión no está en si Hoffman resulta elegido o no, sino en que si resulta elegida Scozzafava, que de conservadora no tiene nada, el año que viene cuando se vuelva a elegir al representante del 23º distrito, será muy difícil que lo logre un conservador. Y eso sin contar con la posibilidad de que Scozzafava acabe cambiando de chaqueta y pasándose a los demócratas llevando como “precio de la novia” el codiciado escaño. Si ganase en cambio Hoffman, no solo tendríamos a un conservador de verdad en el escaño, sino que además se habría mandado un mensaje estruendoso a la asténica dirección del GOP en el sentido de que basta ya de blanduras y centrismos y un poco más de principios conservadores o vais a acabar todos de patitas en la calle porque no os vamos a votar. Algo que sería estupendo, la verdad sea dicha porque hay cada uno por ahí diciendo que es conservador que es como para pensárselo…

¿Y si al final gana Owens? ¿Qué pasa entonces? Pues nada. Los demócratas tienen tal mayoría en la Cámara de Representantes (alrededor de 70 votos) que uno más o uno menos no supone ninguna diferencia. Pero la diferencia sería que aún en el caso de perder, Hoffman se convertiría en la major baza para derrotar a Owens el año que viene, el único que supondría una diferencia con respect o a lo que ofrece Owens a sus votantes.

O sea, que ésta no es realmente una elección entre demócratas y republicanos sino, y tal y como ya dije hace tiempo en una de mis entradas, el primer tiro de la guerra civil que se va a vivir en el GOP entre conservadores y no conservadores (o RINO o DIABLO o malbichos) y que terminará, sea cual sea su resultado, con una nueva definición del partido, ya sea para convertirse en un Partido Demócrata bis (Dios no lo quiera) o para volver a los viejos principios conservadores que nunca debió abandonar y ser de nuevo el partido de Reagan, ojalá que con Sarah Palin como figura relevante. Y es que como ha declarado recientemente Dick Armey, el president de FreedomWorks y antiguo líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes:

I think the Republican Party missed its first big opportunity to differentiate itself from big government liberalism and get back to being the party of Reagan. When we’re like us, we win. And when we’re like them, we lose.

(Creo que el Partido Republicano ha perdido su primera oportunidad de diferenciarse claramente del liberalismo del gran gobierno y volver a ser el partido de Reagan. Cuando somos como somos, ganamos. Y cuando somos como ellos, perdemos).

En definitiva, una gran apuesta de Sarah Palin que nos demuestra que sabe perfectamente lo que hace. El martes sabremos el resultado. ¿Habrá sorpresa? ¿Será el “efecto Palin”? Estaremos atentos a ello.


EL PARTIDO REPUBLICANO EN LA ENCRUCIJADA (y II)

15/10/2009

 

El Partido Republicano, como todos los partidos en un sistema político democrático, es básicamente una máquina de ganar elecciones. Y nada más. Una organización formada por una minoría de políticos profesionales que aspira a ser la voz reconocida de un conjunto de personas individuales que, sin necesidad de conocerse unas a otras, comparten todas ellas una misma manera de entender la organización de su vida cotidiana en lo que llamamos una sociedad civilizada. En consecuencia, un partido que pierde unas elecciones es un partido que ha fracasado y que lo mejor que puede hacer es analizar muy atentamente lo que ha pasado para así comprender el motivo por el cual la mayoría de los electores le ha negado su confianza. En 2008, el Partido Republicano perdió las elecciones presidenciales y a estas alturas, casi un año después, no parece que haya sabido sacar todavía las oportunas conclusiones de ello. Los ciudadanos de Estados Unidos siguen sin confiar mayoritariamente en él y a este ritmo es muy difícil que pueda tener una oportunidad de victoria en las próximas elecciones presidenciales previstas para 2012.

Palin hands

Sarah Palin estrechando la mano de sus seguidores durante un acto de la pasada campaña electoral (detrás suyo está su hija, Willow). Ella sí que parece haber sacado la lección de lo que sucedió entonces, comprendiendo lo que fue mal y lo que debe hacerse para corregirlo. Y a fe mía que lo está haciendo. Y deprisa. Mucho más deprisa que un glaciar. E igual de arrolladoramente. Y lo que nos falta aún por ver.

La mala gestión de la pasada campaña electoral por parte de los asesores del entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano, John McCain, especialmente en lo que se refiere al aprovechamiento del indudable tirón electoral de su candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, está en el origen del desastre que es el Partido Republicano actualmente. Es cierto que tras ocho años de “compassionate conservatism” por parte de George W. Bush (Bush 43), pocas esperanzas podían tener los del GOP de obtener una victoria electoral, pero eso tampoco quería decir que no hubiera sido posible. Al contrario, existía esa posibilidad ciertamente. La prueba está en aquellas dos semanas de principios de septiembre en que McCain estuvo por delante de su rival demócrata en las encuestas, justo tras la presentación de Sarah en la convención republicana como su compañera de ticket. Un manejo más acertado de su imagen, un mayor compromiso con ella, defendiéndola valientemente de la avalancha de mentiras que se vertieron sobre su persona, y la comprensión de que su falta de conocimientos sobre algunos temas no implicaba su falta de inteligencia hubiera supuesto una diferencia y ya hubiéramos visto qué hubiera pasado entonces. Un ejemplo de lo que podría haber sido lo tuvimos durante el debate entre los candidatos a vicepresidentes cuando Sarah tuvo a Biden a su merced. Su afán de lucha, su voluntad de no dar un estado por perdido hasta el último momento y su disposición a exponer a la luz pública las flaquezas y las incoherencias del candidato a la presidencia por el Partido Demócrata eran un activo de peso. Parece mentira que McCain, que tan bien supo escoger en su momento a su candidato a vicepresidente, lo hiciera tal mal cuando se trató de escoger a sus asesores de campaña. Y resulta enormemente instructivo comprobar ahora cuáles de esos antiguos asesores están pasando a formar parte del equipo de Sarah porque eso nos dice mucho acerca de lo que pasó realmente durante la pasada campaña electoral, cuando tantos dimes y diretes hubo respecto a este tema.

La principal consecuencia de la derrota electoral fue que el Partido Republicano perdió toda confianza en sí mismo. Abrumado por la victoria del candidato a presidente más izquierdista de la historia de Estados Unidos desde George McGovern y corroído internamente por una corriente, la de los RINO (Republican In Name Only, republicanos sólo de nombre), empeñada en convertir al partido en un Partido Demócrata bis, el Partido Republicano se enfrentó entonces a una doble crisis: de liderazgo y de ideales. Incapacitado McCain para presentarse de nuevo en 2012, el partido necesitaba una cara nueva para el cartel, pero por mucho que nosotros tengamos muy claro cuál debería ser esa cara, eso es algo que el Partido Republicano todavía no ha decidido finalmente por lo que, a todos los efectos, en la sede del GOP existe un letrero pegado a la puerta donde se puede leer el siguiente mensaje: “Leader wanted”.

Como aspirantes al puesto, dos son los republicanos que se han postulado ya como candidatos a las presidenciales de 2012: Mitt Romney y Mike Huckabee. El primero es el que cuenta con mayores apoyos dentro de la organización del partido, mientras que el segundo marcha bastante rezagado en ese aspecto. Aparte de ellos, existe también una plétora de posibles candidatos por ahí: desde Bobby Jindal hasta Tim Pawlenty, pasando por Eric Cantor. Lo malo de todos estos nombres es que son meros nombres que poco arraigo tienen en la base social del partido porque, reconozcámoslo de una vez, la base social sólo tiene un nombre en mente: Sarah Palin.

Y es que nunca en la historia de Estados Unidos había sucedido lo que ha sucedido con ella: la candidata a vicepresidente de una candidatura presidencial derrotada supera esa derrota con tanta fuerza que en lugar de desvanecerse, como sería lógico que hubiera pasado, se convierte en la gran esperanza de la base social de su partido para las próximas elecciones. Ciertamente es algo asombroso. Apenas ha pasado un año desde las pasadas elecciones y Sarah Palin, paso a paso, sigue construyendo su propia organización, depurando su mensaje y afinando sus habilidades. Cada golpe que da es todo un golpe de efecto que le hace avanzar un poco más en su objetivo de presentarse ante el electorado como una apuesta de futuro. Y ante un Partido Republicano carente de liderazgo, sin un mensaje claro que ofrecer al electorado, que ciertamente ejerce su labor de oposición en Washington con firmeza aunque también con ciertos claroscuros (su apoyo al “Plan de Estímulo” y a los rescates bancario y automovilístico fueron los principales de ellos) y sin llegar a ofrecer en ningún momento una alternativa verdaderamente creíble y cuyo chairman, Michael Steele, en quien se habían depositado muchas esperanzas, ha resultado ser finalmente una decepción, no es extraño que la base social del Partido Republicano, sus electores, haya desertado… del partido, que no de sus ideales.

La primera señal de que algo iba mal apareció con el movimiento Tea Parties, cuando los ciudadanos se organizaron por su cuenta para protestar por la política de la Casa Blanca sin contar con sus representantes del partido en la oposición (de hecho, a Michael Steele se le negó expresamente la oportunidad de dirigirse a los reunidos en un Tea Party celebrado en Chicago el pasado mes de abril). Los Tea Parties, la fuerte contestación a los planes del gobierno surgida inesperadamente en los Town Hall meetings, el auge de los programas de radio o televisión de comentaristas nada acomplejados tales como Rush Limbaugh y Glenn Beck, la reciente marcha sobre Washington (en la que, de nuevo, Michael Steele fue apartado del estrado de oradores), etc. Todo son muestras de que la ciudadanía estadounidense opuesta al programa de gobierno desplegado por el Partido Demócrata piensa que no es precisamente el otro partido, el Republicano, quien alza la voz por ellos y en defensa de sus valores e intereses y, en consecuencia, tienen que hacerlo ellos por su cuenta. Para bien o para mal (mucho me temo que para mal), el partido republicano ya no es la organización política del movimiento conservador. Y como que no lo es, hay que pensar en alguna manera de cubrir esa grieta que se ha producido y que ha dejado a un gran número de ciudadanos ansiosos de hacer oír su voz sin representación política válida. Y el camino para ello, para encauzar ese legítimo deseo de verdadera representación, no está en ofrecerles más de la misma espantosa incapacidad política que han tenido que soportar durante estos últimos ocho años, sino en ofrecerles un auténtico cambio con respecto a lo que ha sido el Partido Republicano hasta ahora. Un cambio que implica, necesariamente, un nuevo líder y un nuevo mensaje. Y si el líder ciertamente debe ser un rostro nuevo, ajeno a la irritante politiquería de Washington, el mensaje ni siquiera tiene que ser nuevo en el sentido de novedoso, sino que bastaría con un mensaje que retomara el tradicional ideario conservador, el de toda la vida, que tan acertadamente encarnó Ronald Reagan durante los años 80 (y que en mi desgraciada Europa sólo supo encarnar Margaret Thatcher), es decir, un “back to basics”.

Es por ello que el momento está maduro para una figura como la de Sarah Palin, una política probada y cuyo principal activo es la confianza que despierta en todos los que se acercan a ella sin ideas preconcebidas. Una confianza que descansa básicamente en su historial, lleno de enfrentamientos con el establishment, ya fuera el del Partido Demócrata o el del suyo propio, de voluntad de hacer y de promesas cumplidas. Sus dos años como gobernadora de Alaska pueden parecer poca experiencia, pero no debemos perder de vista que lo que realmente importa en un político no es la lista de cargos que ha ocupado sino lo que ha hecho en esos cargos. Los dos años en Alaska de Sarah Palin (cuya pauta fue la misma que la desarrollada por ella durante sus seis años al frente de la alcaldía de Wasilla) serán siempre recordados como los dos años durante los cuales se pusieron las bases para un verdadero desarrollo económico del estado que beneficiase de verdad a sus conciudadanos, sin atender a las exigencias de los poderosos, lo cual era toda una novedad en la política de un estado como el de Alaska.

Y esto es algo que no pasa desapercibido para el electorado, harto ya de toda la patulea de Washington, tanto de uno como de otro partido, afectados todos ellos del mismo mal: el apetito insaciable de poder. Convertidos en una oligarquía en la que las diferencias ideológicas entre ellos parecen más bien un mero juego de niños destinado a complacer a los votantes mientras ellos se mantienen leales únicamente a la casta que constituyen, ha llegado el momento de volverles definitivamente la espalda y recuperar el glorioso legado de la única revolución de la historia de la humanidad que ha traído verdaderamente paz y prosperidad a su pueblo: la Revolución Americana de 1776. Una revolución popular que se opuso a un gobierno impuesto que pretendía mandar demasiado y que fue llevada adelante a pesar de todas las dificultades que surgieron en el camino y a pesar de que se predecía como una locura que acarrearía nada más que desgracias a sus impulsores. Gracias a Dios no fue así y el Tratado de Versalles de 1783 demostró al mundo que era posible cambiar las cosas sin necesidad de un baño de sangre, algo que no ha vuelto a suceder en la historia a la luz de que lo pasó durante la Revolución Francesa de seis años después. Y ése es el mismo espíritu que anima actualmente a los organizadores de los Tea Parties y que anima a tantas y tantas personas que hastiadas de “politics as usual” (la política de siempre) han girado su atención hacia Sarah Palin, una mujer que les ha demostrado que la política puede ser lo que ellos siempre se imaginaron que sería: la voluntad de mejorar la vida de los ciudadanos.

Con su historial de enfrentamientos con su propio partido, no es de extrañar que Sarah sea rechazada por la cúpula del GOP. Tampoco parece que lo lamente mucho ya que poco los necesita. Sin embargo, no deja de ser triste que se haya producido tal escisión dentro de lo que no hace muchos años era una alianza ganadora y que se antojaba invencible a poco que se mantuviera firme en su andar. Tal vez el primer desencuentro se produjera cuando George Bush (Bush 41) mintió descaradamente a sus votantes con aquello de “Read my lips: no more taxes”. ¿Será Sarah Palin acaso la única que puede reconstruir esa alianza, forjándola de nuevo y devolviendo a los estadounidenses la confianza en sus representantes, una confianza que ahora mismo está definitivamente perdida tras muchos años de errores y un último año de Bush 43 tan horroroso que fue casi para hacerse demócrata?

Ésta es la encrucijada en la que se halla ahora el Partido Republicano y que he querido repasar para mis lectores esta semana; una encrucijada que se reduce a saber si el GOP sabrá reconocer a Sarah Palin como su líder y aceptar su mensaje de vuelta al clásico ideario conservador como mensaje del partido, devolviendo así el Partido Republicano al movimiento conservador, o persistir en su error, darse una vuelta  por el “centro” (dondequiera que esté eso, pero dado el izquierdismo radical de la actual administración debe de estar mucho más a la izquierda de lo que estamos dispuestos a tolerar), aislarse en Washington y ver como la base electoral tradicional del partido les da de lado hasta tal punto que no sería extraño que el Partido Republicano acabara desapareciendo a poco que otra opción política supiera aparecer en el momento oportuno y llenar ese abismo que existe entre unos votantes desengañados e irritados y una organización política en la que ya no se ven representados. ¿Estoy exagerando? No veo porqué. Total, existen precedentes: el antiguo Partido Whig que desapareció cuando surgió el Partido Republicano de Abraham Lincoln. Estaría bien que los dirigentes del Partido Republicano tuvieran esto presente. Especialmente porque Sarah Palin no es Ross Perot; ella sí que tendría una posibilidad cierta de victoria.


EL PARTIDO REPUBLICANO EN LA ENCRUCIJADA (I)

13/10/2009

 

Después de un par de semanas marcadas por la resaca del discurso de Sarah Palin en Hong Kong y el anuncio de la próxima aparición en las librerías de su autobiografía, además de la publicación de un nuevo par de notas suyas en Facebook, una sobre la guerra en Afganistán y la errónea manera en que el gobierno de Estados Unidos la está enfocando (ver aquí) y otra sobre el tema de la independencia energética y un posible descarte del dólar por parte de los países productores de petróleo como moneda común para fijar su precio (ver aquí), no tengo la menor duda de que la situación para ella ha dado un giro a su favor. Hong Kong ha supuesto un punto de inflexión y a partir de ahora resulta muy difícil ya para cualquiera pretender sostener con un mínimo de seriedad la opinión de que es tonta.

 

La reacción de Sarah Palin al enterarse de que al presidente de Estados Unidos acababan de concederle el Premio Nobel de la Paz. Imposible contenerse. Si resulta tan increíble que hasta el propio galardonado ha reconocido que no se lo merece. Ante semejante arranque de sinceridad, esperamos ansiosos leer la noticia de que reconoce también que no se merece el puesto que ocupa y dimite ipso facto, pero no creemos que llegue a tanto. Un poco de falsa modestia, bueno… pero un rasgo tal de honradez, ¡jamás! Como ya dije en mi otro blog en Semanario Atlántico (ver aquí), a ese tipo lo harán santo antes que a Juan Pablo II.

Y mientras el presidente de Estados Unidos  se prepara para recoger su inmerecido premio y así de paso tener la excusa para emprender una nueva gira por esa Europa ahíta y decadente que tanto ama como buen snob que es, Sarah Palin sigue haciendo de hormiga hacendosa, al revés que la cigarra laureada del presidente, y construyendo paso a paso lo que serán los cimientos que algún día, confiemos que del año 2012, soportarán el edificio de su candidatura presidencial.

Fue en mi penúltima entrada, la última que dediqué al tema del discurso de Sarah en Hong Kong, donde expliqué lo que en mi opinión suponía el susodicho discurso: la “muerte” por estrangulamiento de la falsa Sarah Palin, ésa que tan bien caricaturizó Tina Fey y que fue publicitada a bombo y platillos por casi todos los medios de comunicación durante la pasada campaña electoral. Después de su discurso, nadie con dos dedos de frente puede seguir sosteniendo que Sarah Palin no está capacitada intelectualmente para ocupar el puesto de presidente de Estados Unidos; otra cosa es que le falte alcanzar aún el necesario dominio de los detalles de algunos temas en concreto, pero eso, una vez demostrada su capacidad, no es más que cuestión de tiempo. No es que yo albergara la más mínima duda al respecto, pero siempre había quien pretendía que si bien tal vez no fuera todo lo tonta que dicen los medios de comunicación, tampoco existía ninguna prueba fehaciente de lo contrario. Pues bien, a estas alturas, poco más de dos meses después de su dimisión como gobernadora de Alaska, ya tenemos esas pruebas. Y superan sobradamente todas las expectativas. No es sólo que con su seguimiento de la actualidad política de su país plasmado en sus notas de Facebook haya suficiente evidencia de que se trata de una mujer inteligente y perspicaz, sino que el discurso de Hong Kong, por la amplitud de temas tratados en él y la audiencia a la que se dirigía, un millar de los hombres de negocios mejor informados sobre economía y política del mundo, bien puede ser considerado como un examen final de curso aprobado con una A alta. Y la lectura de su autobiografía dentro de poco más de un mes nos revelará muchas más cosas sobre ella. Especialmente, confío en que nos aclare muchas de las cosas extrañas que sucedieron durante la pasada campaña electoral y sirva también para poner a más de un antiguo asesor de campaña de McCain en su sitio (que no puede ser otro que en el cubo de la basura con los desperdicios más apestosos como pueden ser, por ejemplo, los periódicos tradicionales y la guía de televisión).

De entre todos los temas que trató en su discurso, me gustaría llamar la atención sobre tres párrafos en concreto en los que Sarah se refería a su postura política general, a su modo de ver la política, definiéndose a sí misma como una “common-sense conservative”, una definición tan plena de referencias chestertonianas que no pudo dejar de producirme un enorme placer cuando la leí. En concreto, los tres párrafos a los que me refiero son los siguientes:

You can call me a common-sense conservative. My approach to the issues facing my country and the world, issues that we’ll discuss today, are rooted in this common-sense conservatism… Common sense conservatism deals with the reality of the world as it is. Complicated and beautiful, tragic and hopeful, we believe in the rights and the responsibilities and the inherent dignity of the individual.

We don’t believe that human nature is perfectible; we’re suspicious of government efforts to fix problems because often what it’s trying to fix is human nature, and that is impossible. It is what it is. But that doesn’t mean that we’re resigned to, well, any negative destiny. Not at all. I believe in striving for the ideal, but in realistic confines of human nature…

The opposite of a common-sense conservative is a liberalism that holds that there is no human problem that government can’t fix if only the right people are put in charge. Unfortunately, history and common sense are not on its side. We don’t trust utopian promises; we deal with human nature as it is.

(Ustedes pueden llamarme una conservadora con sentido común. Mi aproximación a los problemas a que se enfrentan mi país y el mundo, temas que vamos a discutir hoy, tienen sus raíces en este conservadurismo con sentido común (…) El conservadurismo con sentido común brega con la realidad del mundo tal y como es. Complicado y hermoso, trágico y lleno de esperanza, creemos en los derechos y las responsabilidades y la dignidad inherente de la persona.

No creemos que la naturaleza humana sea perfectible; sospechamos de los esfuerzos del gobierno para arreglar los problemas porque a menudo lo que está tratando de arreglar es la naturaleza humana y eso es imposible. Es lo que hay. Pero eso no quiere decir que estamos resignados a, bueno, un destino negativo. En absoluto. Creo en la lucha por los ideales, pero dentro de los límites reales de la naturaleza humana…

Lo contrario de un conservador con sentido común es un liberalismo que sostiene que no hay ningún problema humano que el gobierno no puede arreglar sólo con poner a las personas adecuadas a cargo de él. Lamentablemente, la historia y el sentido común no están de su lado. No confiamos en las promesas utópicas; nosotros bregamos con la naturaleza humana tal y como es.)

Un conservadora con sentido común… Parece una buena definición. Entre otras cosas porque ni siquiera parece una definición; al menos, no al estilo de “neocons” (a los que nunca he llegado a apreciar mucho porque me parecían tipos imbuidos del típico fanatismo de los conversos y que podían hacer más mal que bien, aparte de que exhibían una fuerte tendencia al intervencionismo estatal en todos los aspectos de la vida que me repelía) o de “compassionate conservatives” (que siempre he detestado porque parece implicar que, hasta entonces, los conservadores eran unos crueles desalmados sin el más mínimo rastro de compasión), por citar las dos definiciones más populares (o impopulares, mejor dicho) últimamente.

Para mí, un conservador es un conservador y no hay más que decir porque tampoco es necesario. Desde que Abraham Lincoln fundara el Partido Republicano en 1854 y lo dotará de un ideario basado en el respeto por la libertad individual, la responsabilidad personal y la economía de libre mercado, además de su rechazo frontal del esclavismo (que el Partido Demócrata defendía a uñas y dientes, recordemos), todo el mundo ha tenido claro en Estados Unidos qué implicaba ser conservador durante los últimos ciento cincuenta años. Y de hecho, el sentido común se le daba por supuesto. Sólo la deriva ideológica de estos dos últimos decenios en que la izquierda ha ido ganando posiciones a base de demagogia a granel, ha podido resquebrajar la hasta entonces sólida alianza forjada por Ronald Reagan y que dominó de tal modo el panorama político de Estados Unidos que aún hoy en día la mayoría de los estadounidenses se definen a sí mismos como conservadores. Y ello a pesar de toda la parafernalia mediática del actual presidente de Estados Unidos que pretende que Estados Unidos abomina del conservadurismo cuando de lo único que abomina es del charlatanerismo como empieza a demostrarse poco a poco, ahora que la actual administración tiene que demostrar con hechos concretos lo que hasta entonces no eran más que bonitas palabras. De momento, el plan de reforma de la Sanidad ya no es más que un montón de palabras que no es que se las ha llevado el viento precisamente, sino que ha sido Sarah Palin a golpes de Facebook.

El sentido común es un excelente sentido que  debería ser reconocido como el sexto y desarrollado en todas las personas a través de la buena educación de los jóvenes y el mejor ejemplo dado por sus mayores, y aplicado a la política con preferencia a cualquier ideología. Porque las ideologías, cualquier ideología, no deja de ser un vano intento de adaptar el mundo a una idea y no las ideas al mundo. Por eso, Sarah reconoce que el mundo es como es y no como quisiéramos que fuera y que la gente también es como es y pretender que sea de otra manera es algo cuya imposibilidad ya se demostró con la caída de los regímenes comunistas de casi todo el mundo (faltan China, Corea del Norte y Cuba, que todavía tiran para desgracia de sus ciudadanos). Y es que, tal y como reconoció en su momento un dirigente de la fenecida URSS, el comunismo fracasó sencillamente porque no se avenía con la naturaleza humana. Y es que ésa y no otra es la clave de cualquier actuación política exitosa: no pretender lo que no puede ser. O como decía aquél: “Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible”. Si Sarah Palin tiene asumida esta gran verdad, sólo con ello ya tiene muchas posibilidades de que un futuro gobierno suyo sea fructífero porque sabrá dar respuesta a las necesidades de sus compatriotas sin perder de vista la realidad y no se embarcará en actuaciones imposibles de justificar más que en la mente desquiciada de tantas sabihondos ansiosos de modelar un mundo a su imagen y semejanza, es decir, perfectamente deforme.

Al fin y al cabo, ¿qué otra cosa pedimos a nuestros dirigentes sino que gobiernen la nave del Estado con sensatez? Nadie quiere otra cosa. Y si alguien la quiere, tal vez sea uno de esos que deben ser mantenidos a toda costa lejos del timón para evitar que se regodeen en el naufragio del barco, aun si eso implica su propio ahogamiento.

Así pues, creo que la definición lanzada por Sarah al ruedo político, “un conservadurismo con sentido común”, está llamada a tener éxito. Y lo más curioso de ella es que no sólo le sirve para despegarse de aquellos izquierdistas que la han tildado repetidamente de extremista de derechas sino también de su propio partido, el Republicano, tan confuso y desorientado aún a día de hoy y con el que cada vez parece tener menos relación. Algo que no deja de ser sorprendente si tenemos en cuenta que actualmente Sarah es su mejor activo. Ya sabemos que Sarah no es plato del gusto de la actual dirección del GOP, algo que viene de los tiempos de Sarah en Alaska cuando se enfrentó al GOP de su estado y lo venció. Sarah es una pesadilla para el establishment, cualquier establishment. Y como que ya sabe de qué va la historia porque ya la ha vivido una vez, parece que ha optado por ser una republicana de a pie en lo que se refiere a la organización del partido, limitándose a tener el carnet y estar al corriente de pago de las cuotas, pero manteniéndose aparte de la dirección del partido y casi creando el suyo propio. Entonces, ¿está Sarah pensando en lanzar una candidatura independiente en 2012? ¿O al menos está esperando a que las elecciones de noviembre del año que viene pongan a una mayoría de “palinistas” en el poder para lanzar su ofensiva sobre el partido y lograr su control para que la respalde sinceramente y sin temor a una traición? ¿O más sencillamente, acaso Sarah se ha desentendido por completo del partido y actúa por su cuenta sin importarle lo que puedan pensar los capitostes del mismo? En mi opinión, esta última respuesta es la que tiene más visos de ser real. ¿Los motivos? Se los contaré en mi próxima entrada.