Sarah Palin ha arrancado finalmente su campaña de apoyo a aquellos de los diversos candidatos republicanos en estas próximas elecciones de noviembre que considera merecedores de su respaldo. Y lo ha hecho con una fuerza extraordinaria. Es cierto que su primera parada, Arizona, nos dejó a todos un cierto regusto agridulce, para qué lo vamos a negar; agrio porque John McCain no es precisamente el candidato de nuestros sueños, pero dulce porque Sarah no sólo estuvo todo lo fuerte, valiente y combativa que nos gusta ver en ella sino que además estaba guapísima con esa inolvidable chaqueta de cuero que escogió para la ocasión (sí, ya sé que éste comentario no viene al caso, pero yo soy un hombre soltero y admirador de la belleza además). Sin embargo, una vez cumplido el trámite de Arizona, digamos que un preámbulo al que le obligaban las circunstancias, la campaña de apoyo de Sarah comienza ahora de verdad y lo ha hecho en uno de los lugares más interesantes actualmente para celebrar unas elecciones en Estados Unidos, el estado de Minnesota, y en apoyo de una de las mujeres que, esta vez sí, más nos ha llegado al corazón durante este último año y es una de nuestras favoritas sin duda alguna: Michele Bachmann.
Las dos estrellas de la velada: Sarah y Michele. No dejen de prestar atención a la magnífica chaqueta de cuero amarillo de ésta última (la verán mejor en las siguientes fotos). Después de la que lució Sarah en Arizona, tal vez esta prenda acabe convirtiéndose en la nueva seña de identidad de las mujeres conservadoras. Por si acaso, yo les aconsejaría a aquellas de mis lectoras que aún no tengan una que vayan pensando en comprársela. Será una manera de reconocernos por la calle, ¿no creen?
Nota del autor: Acaba de salir publicada una nueva colaboración mía en Semanario Atlántico titulada: “Cuando la experiencia ya no es un grado”. Confío en que les guste.
Un poco sobre Minnesota para empezar
Minnesota es un estado del centro de Estados Unidos, en lo que es el Medio Oeste, que limita al norte con Canadá, al sur con Iowa, al este con Wisconsin y al oeste con las dos Dakotas, la del Norte y la del Sur. Tiene unos 218.600 km2 de extensión y una población de alrededor de 4.375.000 habitantes. Su capital es Saint Paul y una de sus ciudades más importantes es Minneapolis con 371.000 habitantes. Como estado, es muy conocido por los innumerables lagos que lo salpican, causados por el río Mississippi y algunos de sus afluentes, y que hacen que se le conozca como la “tierra de los 10.000 lagos”.
Políticamente, Minnesota es un estado tirando a demócrata en el que sus dos representantes en el Senado, Klobuchar y Franken, pertenecen a este partido y de sus ocho representantes en la Cámara de Representantes, cinco son demócratas (Walz, McCollem, Ellison, Peterson Collin y Oberstar) y sólo tres, republicanos (Kline, Paulsen y Bachmann), de los cuales Kline y Bachmann han recibido recientemente por parte de la American Conservatives Union (ACU) la máxima calificación, 100 puntos, mientras que Paulsen sólo ha llegado a 88. ¡Ah! Y por lo que se refiere a Kline, éste el año pasado obtuvo una puntuación de 88. (Bachmann, por su parte, obtuvo 100 puntos también). O sea, que conservadora de primera, Bachmann; Kline, de esos que están a lo que dicta la moda; y el otro, Paulsen, que acaba de llegar a la Cámara de Representantes y por eso no se le calificó el año pasado, poco conservador parece que es.
En cuanto a Michele Bachmann, todos la conocemos ya, pero no estaría de más que repasáramos un poco su vida antes de empezar, ¿verdad? Pues vamos allá. Michele Bachmann se llama realmente Michele Marie Amble y nació el 6 de abril de 1956 en Waterloo (Iowa). Actualmente es la tercera mujer, y la primera republicana, en representar a Minnesota en el Congreso de Estados Unidos, después de haber sido senadora estatal desde 2001 hasta 2007. Bachmann ganó su escaño en 2006 derrotando a Patty Wetterling, la candidata del Minnesota Democratic-Farmer-Labor Party, que así se llama el Partido Demócrata en aquellos lares, por un porcentaje de votos del 50% contra el 42%, y siendo reelegida en 2008, derrotando a Elwyn Tinkleberg, su rival del DFL, por el 46,41% contra el 43,43%.
Bachmann es descendiente de emigrantes noruegos. Sus padres, David John Amble y Jean Johnson se divorciaron y ella se quedó con su madre en Anoka (Minnesota) mientras que su padre se mudaba a California. Buena estudiante, es doctora en Derecho y especialista en Derecho Fiscal. Casado con Marcus Bachmann, el matrimonio tiene cinco hijos (dos varones y tres mujeres) además de haber acogido temporalmente a otros 23 niños a lo largo de su vida.
Desde su llegada a Washington en 2007, Bachmann ha estado siempre en el punto de mira de los demócratas por sus dos principales virtudes: sus fervientes convicciones religiosas, que le impiden disimular su fe como hacen tantos otros, y su incapacidad congénita para nadar y guardar la ropa, lo que le lleva a decir siempre lo que piensa e importarle un pimiento si lo que dice es “correcto” o no. Así, después de más de una controversia con los medios de comunicación, en octubre del año pasado, Bachmann declaró que se niega a “arrodillarse asustada” ante los medios de comunicación, a los que calificó de “irrelevantes” y se enorgulleció de que “no está dispuesta a jugar con sus reglas”. Tenaz opositora a la política de la nueva administración demócrata, no tiene ningún reparo en proclamar que el presidente está conduciendo a Estados Unidos a un estado de “decadencia”.
Sarah Palin y Michele Bachmann hacen su entrada en el escenario.
Los prolegómenos del rally
El rally estaba anunciado para el miércoles 7 de abril a las 14.00 h en el Minneapolis Convention Center que, curiosamente, está ubicado en una de las circunscripciones electorales, la 5ª (recordemos que Bachmann es la representante de la 6ª circunscripción electoral), más liberales de todo el estado. El programa era el siguiente: Michele Bachmann, Sarah Palin, Tim Pawlenty (gobernador del estado), Erik Paulsen, (representante en la Cámara de Representantes por la 3ª circunscripción electoral) y John Kline (representante en la Cámara de Representantes por la 2ª circunscripción electoral). Un cartel de lo más atractivo que movió a cerca de 11.000 personas a desplazarse hasta Minneapolis para asistir a lo que sin duda iba a ser todo un acontecimiento en la historia del estado. En cuanto al hecho de que se celebrara el acto en “territorio enemigo” (el representante de la 5ª circunscripción electoral es el demócrata Keith Ellison), el motivo fue simplemente que era un sitio mucho más adecuado para los habitantes de la muy extensa 6ª circunscripción, la de Bachmann, además del hecho de que el centro de convenciones estuviera muy próximo al Hilton Hotel, que era donde se iba a celebrar un acto de recaudación de fondos además de una cena una vez concluido el rally. (Por cierto, que la recaudación de fondos fue todo un éxito calculándose que se recogieron más de medio millón de dólares, pues las entradas iban desde los 500 hasta los 10.000 dólares que daban derecho a poder hacerse una foto con Bachmann y Palin).
Así pues, hubo gente que, como Joan Peron de Coon Rapids, a las 5.30 h de la mañana ya estaba haciendo cola ante las puertas del centro de convenciones porque “no quería perderme nada de todo esto”. Y no fue la única. En principio, los que llevan la campaña de Bachmann pensaron en un acto mucho más pequeño, pero a partir del momento en que se anunció que Sarah Palin iba a acudir, la demanda se disparó de tal manera que al final se encontraron con que de pequeño nada. El rally era gratuito, pero gratuito de una manera un poco peculiar: para conseguir una invitación, uno tenía que comprometerse a participar como voluntario para el Partido Republicano durante la próxima campaña electoral de noviembre, algo que no disuadió a nadie prácticamente de solicitar su invitación y que, al final, llenó el centro de convenciones de conservadores (que no de republicanos), gente que tal y como reconocía Tony Sutton, el presidente del Partido Republicano en Minnesota, eran en su gran mayoría personas que no constaban en la lista de correo del partido. Por ejemplo, Bill Birckweg de Brooklyn Park, que no sólo pidió el día libre en su trabajo sino que además a las 9.30 h ya estaba en el centro de convenciones, esperando a que se abrieran las puertas al mediodía para conseguir un buen asiento en la primera fila. “Soy un conservador independiente y estoy aquí para apoyar a Michele Bachmann”, declaró a los periodistas. “Está siendo acosada por el Partido Demócrata. Todo lo que ha hecho ha sido defender los valores estadounidenses. Es por eso que la apoyo”.
Una vez que se abrieron las puertas, para hacer menos pesada la espera, además de la música ambiental, los asistentes pudieron disfrutar de la actuación de Goldfish Guys, un grupo de rock cristiano que se caracteriza porque sus tres miembros llevan todos ellos camisetas de hockey con el número 10 en honor a los Diez Mandamientos, tocan el “Ten Commandments Boogie” y se enorgullecen de “usar nuestra música para proclamar el evangelio de Jesucristo”.
Fue tras su actuación cuando se cantó el himno nacional y dio inicio el acto. Eran las 14.00 h y la aparición de Bachmann y Palin se esperaba hacia las 14.45 h y ya los dirigentes del Partido Republicano en Minnesota reconocían que nunca habían visto semejante multitud en un rally para unas elecciones a la Cámara de Representantes y que incluso en unas elecciones presidenciales es difícil de tener un éxito de público así.
Sarah Palin y Michele Bachmann saludan a los asistentes.
Los teloneros
Y así empezó el acto. El primer orador fue el representante de la 3ª circunscripción electoral en la Cámara de Representantes, Erik Paulsen, quien afirmó que “Washington se había vuelto algo peor de lo que nunca se hubieran imaginado”. El público se lo agradeció con aplausos y adiós muy buenas.
Tras él, otro representante, John Kline, de la 2ª circunscripción electoral, quien insistió en lo mismo aseverando que los demócratas “están rugiendo por todas partes, haciendo desaparecer nuestras libertades… Unas libertades que nos fueron dadas por nuestro Creador y que nos están siendo arrebatadas a un ritmo terrible”. De nuevo, aplausos y adiós muy buenas también.
Era el turno de Tim Pawlenty, el gobernador del estado, quien en su momento fue visto como compañero de ticket de John McCain y que aún hoy en día es considerado como un posible candidato a la nominación republicana en las elecciones presidenciales de 2012. Para muchos de nosotros resultaba de lo más interesante el comprobar in situ su poder a la hora de rivalizar con Sarah Palin. El resultado fue desastroso para él. Es cierto que tuvo algunos buenos momentos como éste, en que interactuó con el público:
Vivimos en unos tiempos en los que el gobierno federal está apropiándose de nuestras empresas. Nuestras compañías aseguradoras, tienen el control de nuestras compañías hipotecarias, se han apropiado de los préstamos estudiantiles y ahora se han apropiado de una buena parte del cuidado de la salud… ¿No habéis tenido ya bastante?
¡Sí!
Tenemos un déficit demasiado grande como para poder pagarlo y líderes nacionales demasiado pequeños como para hacer algo al respecto… ¿No habéis tenido ya bastante?
¡Sí!
El caso es que por muy inspirado que estuviera, su mayor aplauso lo consiguió cuando se calló de una vez, dijo que estaba encantado de compartir escenario con “dos grandes líderes” (a la fuerza ahorcan, digo yo) y se esfumó entre las sombras porque había llegado la hora de las estrellas y él no era una de ellas. Carinda Horton, de Duluth, así lo reconoció cuando declaró a la prensa que “él [Pawlenty] era el telonero. Creo que fue interesante porque es también un aspirante con posibilidades y me preguntaba cómo se sentiría, pero era un “momento de mujeres”. La gente del escenario detrás de los oradores eran como cuatro hombres y sesenta mujeres”.
Por fin, el presentador del acto anunció:
Ciudadanos de Minnesota amantes de la libertad, por favor, demos la bienvenida a la congresista Michele Bachmann y a la gobernadora de Alaska Sarah Palin.
Y Michele y Sarah aparecieron en el escenario las dos juntas a los sones de la música country de Martina McBride: “This one’s for the girls” (Ésta es para las chicas”) y el centro de convenciones pareció venirse abajo ante el inenarrable entusiasmo que su presencia provocó entre la multitud. Y es que como dijo después del acto una de las asistentes, Sarah Jane Nicoll de Sartell, quien lucía una camiseta con el lema “Girl Power” (una gran parte de la multitud que acudió al acto eran mujeres) “la gente trata de hundirlas, pero ellas se mantienen firmes por sus convicciones”.
Tras su aparición, Palin se retiró hacia el fondo del escenario y cedió todo el protagonismo a Bachmann quien fue saludando sonriente a la multitud, recorriendo de un lado a otro el escenario. “Bienvenidos a Minneapolis” fueron sus primeras palabras. Por fin, mientras el estruendo seguía siendo ensordecedor, Bachmann miró a la multitud y, disfrutando sin duda del momento, les mandó un recado a los demócratas diciéndoles: “¡Chupaos ésa, so progres!”, para inmediatamente citar a Sean Hannity, el periodista de Fox News Channel que estaba también presente diciendo: “Como dice Sean Hannity: No dejéis que vuestro corazón se atormente. ¡Este país es nuestro!”.
Y si entonces el centro de convenciones no se vino abajo finalmente, fue sin duda por un milagro.
Sarah Palin durante su intervención. Detrás de ella, Michele Bachmann.
La hora de las estrellas
A pesar de ser la anfitriona, Bachmann fue la primera en tomar la palabra y lo hizo para dejar claro lo ultrajada que se sentía por los atentados terroristas producidos en Texas y en Arkansas y aún más ultrajada por el hecho de que la Casa Blanca declarase al respecto que “no vamos a utilizar el término “terrorista islámico” nunca más”. Como respuesta, Bachmann le recordó al presidente de Estados Unidos que “podía cambiar la terminología, pero no puede cambiar la realidad”. Además, arremetió contra Eric Holder, el fiscal general que osó “conceder al terrorista suicida de los calzoncillos los mismos derechos que a un ciudadano de Estados Unidos”.
Luego pasó a atacar la nueva política sobre la utilización de armas nucleares por parte de Estados Unidos, que restringe su uso, diciendo:
Si, de hecho, hay un país que cumple con todas las reglas… si ellos disparan contra Estados Unidos un arma nuclear, un arma biológica o tal vez nos lanzan un ciberataque, nosotros no les responderemos disparando un arma nuclear. ¿Y eso hace que nos sintamos más seguros?
Al público no se lo debió de parecer vista la manera como se rieron.
Atacó también Obamacare prometiendo que “vamos a revocar Obamacare”, lo que le ganó una fortísima ovación por parte de la multitud. Y aún remachó más el clavo mandando otro mensaje a los demócratas al asegurar: “Haríais mejor creyéndooslo, niños. Revocar es lo que esta chica [refiriéndose a sí misma] tiene pensado hacer a partir de noviembre. Vamos a revocar todo Obamacare”.
Era el turno de los dirigentes demócratas, a los que criticó fuertemente, tanto el presidente como la speaker Pelosi y el líder del Senado Reid. Incluso se burló del conocido lema electoral del primero diciendo: “Hay esperanza. Hay cambio. Un verdadero cambio que llegará al país en noviembre”. En cuanto a la economía, dijo que “durante los últimos 18 meses, lo único que hemos visto es a un policía económico ante nuestros ojos”. Sobre el despilfarro federal, prometió recortarlo: “¡Empezaremos por matar de hambre a la bestia!”. Y aún más: “Nos ha dicho el gobierno con respecto a este alto desempleo, ya por encima del 10%, que ésta es la nueva normalidad. ¿Es ésta la nueva normalidad? La nueva normalidad empezará cuando la speaker Pelosi pierda sus privilegios. La nueva normalidad empezará cuando Harry Reid se incorpore a la cola del paro”.
Bachmann concluyó su intervención con el siguiente intercambio con el público:
El gobierno se ha metido con la Constitución, se está apropiando de la empresa privada. Se está metiendo incluso con Dios. ¡Dios nos dio nuestros derechos!
¡Sí!
El gobierno no puede quitárnoslos.
¡No!
Los primeros que deben marcharse: Pelosi y Reid.
¡Sí!
Después Obama. Haremos de él un presidente de un único mandato.
¡¡¡Sí!!!
Dentro de dos años, el presidente Obama será un presidente de un solo mandato porque vamos a elegir al más valiente, fuerte, audaz y firmemente constitucionalista presidente conservador que este país haya visto nunca. Eso es lo que este país tiene en mente.
Y tras esto, Bachmann presentó a Palin diciendo de ella que “es tanto una de nosotros. Tan maravillosa como es por fuera, estoy aquí para testificar que lo es veinte veces más por dentro”, además de recordar a todos que se trata de “una mujer de extraordinaria fortaleza”.
Palin ocupó su sitio ante el estrado y agradeció el estar allí “en la tierra de los 10.000 lagos con patriotas que aman a su país y donde todavía estáis orgullosos de vuestras armas y de vuestra religión”. Y aún más: “Me encanta estar en Minnesota. Todos vosotros habláis como yo. O yo hablo como vosotros”, deleitando al público.
Rápidamente y para que no quedara duda acerca de qué clase de público era ése, Palin preguntó si había miembros del Tea Party entre ellos, provocando una gran respuesta por parte de estos: “Os agradezco el que seáis parte de este hermoso movimiento popular que está barriendo por todo nuestro país y que está lleno de conservadores de sentido común dispuestos a recuperar nuestro país” y que “son personas que no se asustan a la hora de hablar. Como Michele”. Y preguntó acto seguido al público: ¿Qué me dices, Minnesota? ¿Le harás un favor al resto del país y elegirás a Michele Bachmann?”.
La respuesta, evidentemente, fue que sí. Pese a todo, Palin reconoció los obstáculos a los que se enfrentaban: “No va a ser fácil. Es un desafío. Lo primero será restaurar el equilibrio y el sentido común y la primera prueba será ante las urnas en noviembre”.
Sobre el compromiso de Bachmann con la seguridad de la nación: “Ella sabe que la libertad bien vale la pena luchar por ella y va a hacer todo lo posible para que nuestros militares tengan lo que necesitan. Ella sabe lo que necesitamos para mantener seguro a Estados Unidos durante la próxima generación”.
No pudo faltar una referencia a su gusto por escribirse notas en la palma de la mano, cuando confesó que hoy también lo había hecho. En concreto, había tenido que anotarse el número de hijos que tiene Bachmann (cinco) y el número de niños a los que ella y su marido han acogido en su casa a lo largo de los años (veintitrés). “Para esto sirve la mano muy bien”, dijo al tiempo que se la enseñaba a la multitud. “Tuve que anotarlo en mi palma, la versión de los pobres del teleprompter. Siempre de la vieja escuela yo”.
Tuvo tiempo para recordar a Margaret Thatcher repitiendo su conocida frase: “En política, cuando quieres que algo sea dicho, pídeselo a un hombre. Cuando quieras que algo sea hecho, pídeselo a una mujer. Mi propio lema es que detrás de cada buen y productivo hombre hay una muy sorprendida mujer”. Luego confesó que era una simple broma y que no es ella de las que se toman en serio lo de la “política de género”.
También cargó contra el gobierno diciendo que “hay demasiada gente hoy lo bastante ciega como para creer que todo ese dinero es gratis y que de alguna manera mágica todo va a salir bien. Lo que les pasa a los políticos, especialmente en Washington, es que se están volviendo adictos al opium [opio]. O sea, al O-P-M, Other People’s Money [el dinero de los demás]. Hay una adicción por ahí”.
En cuanto a la acusación demócrata de que los republicanos son el partido del no, Palin se preguntó qué había de malo en ello: “Los republicanos han sido criticados últimamente con este erróneo concepto… una especie de que los republicanos son el partido del no. Y nosotros nos preguntamos, ¿qué hay de malo en ser el partido del no cuando estás viendo lo que Obama, Pelosi y Reid están haciendo a este país? ¡Seámoslo pues!”.
El cariño que sienten mutuamente ambas mujeres saltaba a la vista, sobre todo cuando Palin alabó a Bachmann diciendo: “Vuestra congresista tiene valor. Michele no les dice simplemente que no. Ella les dice: ¡No, demonios!”. Reconoció además que era ella la que estaba liderando la lucha contra Obamacare: “Ahora es Michele la que está dirigiendo la carga para retirar esa cosa”.
Y ya en un tono más distendido, Palin recordó la manera como se conocieron ellas dos:
Cuando nos conocimos la primera vez, ella había viajado hasta Alaska para ver qué podíamos hacer nosotros para ayudar a conseguir la independencia energética. Y yo supe que íbamos a ser amigas inmediatamente porque ella dijo: “¡Perforar aquí, perforar ahora!”. Y yo repliqué: “Perfora, nena, perfora”. Y entonces las dos dijimos al unísono: You betcha!
Y finalmente, alabó de nuevo a su compañera: “Hay un montón de mujeres conservadoras como Michele que están luchando y están levantando la voz a favor de soluciones conservadoras de sentido común y están listas para recuperar su país. 2010 está tomando forma de ser el año en que las mujeres conservadoras se juntan para devolvernos este país… y Michele está liderando la estampida”.
La despedida no pudo ser más emotiva: “Mi bendita y gloriosa Minnesota, Michele tiene el valor de luchar por ti. Minnesota, eres alucinante. Molas un montón. Gracias por enviar de vuelta a Michele Bachmann al Congreso de Estados Unidos”.
Sean Hannity entrevistando a Michele Bachmann y a Sarah Palin tras el rally para su programa en Fox News Channel.
Y para finalizar, consciente de lo importante que iba a ser un acto en el que se iban a reunir dos de las mujeres más queridas por el movimiento conservador estadounidense, Sean Hannity, que de tonto no tiene ni un pelo, se las arregló para poder hacerles una entrevista nada más concluido el acto y en el mismo escenario del Minneapolis Convention Center para emitirlo ese mismo día en su programa. Y es que más de uno de los asistentes al rally llevaba puesta una camiseta con el lema: “Palin-Bachmann: Our Dream Team” (Palin-Bachmann: Nuestro equipo de ensueño).
Las reacciones
Por lo que se refiere a las reacciones que suscitó el acto en sí, la más relevante tal vez sea la de un bloguista demócrata, Chris Bowers de Open Left que publicó:
Si Sarah Palin se presenta a la presidencia, entonces ganará la nominación republicana. El rally que está celebrando hoy junto a Michele Bachmann es asombroso… Si Sarah Palin se presenta a la presidencia en 2012, me cuesta imaginarme que alguien pueda arrebatarle la nominación republicana… Con una economía persistentemente débil – lo cual es muy posible –, eso podría de hecho hacerla presidente a menos de tres años a partir de hoy.
Mejor no se puede decir. Y me alegra que haya sido un demócrata quien lo haya dicho. No todos son tan estúpidos como Keith Ellison, el representante demócrata de la 5ª circunscripción electoral de Minnesota, que tuvo la desfachatez de declarar que “es una señal de nuestra fortaleza y de nuestro poder el que hayan tenido que traer a esa persona [por Sarah Palin] aquí”.
Por otra parte, Carinda Horton de Duluth, alguna de cuyas declaraciones ya hemos leído antes, sintetizó muy bien todo lo que se había vivido en Minneapolis ese día diciendo: «Es sencillamente la energía que tiene ella. Utiliza muchas declaraciones cortas, pero habló sobre el poder que tenemos las mujeres y las mujeres que dirigen el movimiento conservador».
En definitiva, que tanto Bachmann como Palin demostraron una extraordinaria habilidad en hacer comprensible su mensaje de que sólo mediante unas victorias republicanas en 2010 y en 2012 se podrá reparar todo el daño que están causando la Casa Blanca y el Congreso a la economía y la seguridad de Estados Unidos. Y ello será así gracias no al Partido Republicano, que está cada día más cogido a contrapié, sino gracias a muchos líderes como ellas dos: líderes conservadores, conscientes de sus valores, dispuestos a defenderlos contra viento y marea, con el marchamo del anti-establishment marcado en ellos, populistas y respaldados por el movimiento Tea Party. Si las cosas van bien, el próximo mes de noviembre podremos celebrar la aparición de docenas de Palin y Bachmann que se dirigirán a Washington y provocarán el mayor relevo generacional en décadas, un relevo que no hay que entender exclusivamente en términos de edad sino de concepción de la actividad política, que ya no será una oportunidad para medrar y sí un compromiso con la comunidad al que hay que hacer honor. Muchos no lo quieren ver así todavía y se empeñan en que los del Tea Party no son más que una panda de descerebrados. Pues mala suerte. Noviembre les abrirá los ojos finalmente, pero entonces será demasiado tarde para ellos… afortunadamente para nosotros.
Y para despedirnos, ¿qué mejor que esta foto de Sarah Palin sonriendo satisfecha de saber que cuenta con el amor de tantos y tantos de sus compatriotas? Y con el nuestro también. Que Dios te bendiga, Sarah.
Y como quiera que la anfitriona era Michele Bachmann, justo es que la última foto sea una suya, ¿verdad? Que Dios bendiga a Michele también.
Y como colofón, para aquellos de ustedes que no hayan tenido bastante todavía, les dejo con este enlace (al menos mientras se arregla Palin TV, que está fuera de servicio temporalmente) que les permitirá ver el video de las intervenciones de Tim Pawlenty, Michele Bachmann y Sarah Palin. Disfrútenlo como lo he disfrutado yo. ¡Ah, qué envidia me dan los estadounidenses! Ellos tienen a Sarah y nosotros no.