Lo prometido es deuda. Aquí tienen lo que pretende ser el vigésimo tercer capítulo de nuestro libro America is Ready! Disfrútenlo pues. Y recuerden que es sólo un borrador, ¿eh? (¿Cómo que soy un pesado? ¿En serio soy un pesado? Sí, eso me temo. Mi última novia decía lo mismo, snif, snif. Y encima era de izquierdas. Muy de izquierdas).
Hong Kong, Going Rogue y otras cosas: los estadounidenses redescubren a Sarah Palin
En agosto de 2009, Sarah Palin se limitó a dar su opinión como simple ciudadana particular que era y, sin nada más que eso, rápidamente se adueñó del debate político entonces en vigor, que giraba en torno a la naciente reforma sanitaria, logrando que el propio presidente Obama se viera obligado a responderle personalmente, pero sin éxito, puesto que fue ella quien al fin y a la postre acabó saliendo vencedora de la disputa mantenida por ambos por más que indirectamente. Fue la vuelta de Sarah Palin al primer plano del panorama político estadounidense, pero ahora fiel a su estilo y con sus propias reglas; ya no dependiente de otros que le señalasen cuál era el “guión” al que se tenía que ceñir y que le reprocharan que se salía de él, fuera o no cierto. Y así, al mes siguiente, en septiembre, Sarah Palin volvió a copar todos los titulares cuando el día 23 reapareció públicamente tras su dimisión como gobernadora de Alaska, por más que no fuera en Estados Unidos sino en Hong Kong, la antigua colonia británica que es ahora territorio chino de nuevo, para pronunciar un discurso.
El discurso de Sarah Palin en Hong Kong
Después de tantas críticas como se le hicieron durante la campaña electoral en el sentido de que cómo iba a ser vicepresidente alguien cuyo pasaporte estaba en blanco porque no había viajado ni una sola vez al extranjero (lo cual no era cierto) y que carecía por completo de cualquier experiencia internacional (lo cual tampoco era cierto), que Sarah Palin reapareciera en público precisamente con un discurso mayoritariamente sobre asuntos exteriores pronunciado en el extranjero y ante un selecto auditorio internacional parecía un movimiento sabiamente calculado para dar con un canto en los dientes a esos que tanto le criticaron entonces.
Y es que para su estreno como conferenciante, Sarah Palin escogió precisamente la invitación que le había hecho en su momento CLSA Asia-Pacific Markets, una empresa privada de servicios financieros para inversores corporativos e institucionales de todo el mundo que está considerada como una de las más relevantes en su especialidad: el mercado asiático. Fundada hace veinticinco años, en 1986, CLSA Asia-Pacific Markets (las siglas iniciales corresponden a Crédit Lyonnais Securities Asia) tiene su sede central en Hong Kong, así como oficinas en otras diecinueve ciudades, fundamentalmente de la zona asiático-pacífica, pero también en Nueva York, Londres y Dubai y cuenta con 1.350 empleados, entre los que se cuentan más de 130 analistas financieros que se ocupan de controlar la andadura de más de 1.200 compañías asiáticas que abarcan 13 sectores económicos diferentes. Uno de esos analistas, tal vez el más conocido para quienes conocen el sector, es Christopher Wood, un antiguo periodista económico a quien el Telegraph de Londres atribuye el mérito de haber sido “el primero en predecir el colapso de las hipotecas subprime en los Estados Unidos”.
Fundada y dirigida desde el principio por antiguos periodistas económicos, ese hecho ha marcado de alguna manera el devenir de la empresa, provocando que su manera de hacer no se limite a las cifras sino que también preste atención a lo que se oculta en realidad tras ellas, fundamentalmente hechos y personas. Así, sus informes económicos son mucho más que eso, tratándose de auténticos estudios cuyo análisis abarca mucho más que la habitual retahíla de estadísticas y que en verdad “cuentan una historia” como si de un reportaje periodístico se tratara.
Con este historial, no sorprende en absoluto saber que CLSA Asia-Pacific Markets celebra todos los años un foro donde se reúnen sus inversores y que es mundialmente reconocido por la categoría de sus conferenciantes, entre los cuales se han contado, por ejemplo, el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el ex director de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan. Ese año, la invitada era Sarah Palin, lo cual no es ninguna tontería siquiera por la categoría de los asistentes, cientos de los más importantes inversores mundiales, personas que no están para perder el tiempo escuchando a un don nadie. Así que si CLSA Asia-Pacific Markets quería escuchar a Sarah Palin y conocer sus opiniones es porque les interesaba y mucho.
En su presentación, el director de CLSA Asia-Pacific Markets, Jonathan Slone, declaró que si se había invitado a Sarah Palin fue debido a la posibilidad de que se convierta en la próxima candidata republicana a la presidencia de Estados Unidos, una posibilidad que a ellos no les parecía nada descabellada, además de por el hecho de su cada vez más influyente papel en la política de su país. Así, le rogaron que en su conferencia hablara no sólo sobre la política exterior de Estados Unidos, especialmente en lo que se refiere a China, sino también de su visión general sobre el mundo y la política. Tal y como reveló el mismo Slone, fue la propia Sarah Palin quien les comentó que si al acto se permitía la asistencia de la prensa se vería obligada a hacer un tipo de discurso diferente por lo que la propia organización decidió no permitir la asistencia de los medios de comunicación, una decisión muy razonable ya que permitió a los asistentes escuchar a una Sarah Palin sin la menor reticencia, pudiendo hacerse una idea cabal sobre ella.
En consecuencia, no existe una grabación completa de su discurso, pero sí que existe la transcripción de una parte de él, gentileza de la propia Sarah Palin, quien pocos días después lo publicó en su propia página de Facebook. Es cierto que existen otras fuentes que pretenden tener más partes, pero como quiera que no es posible comprobar la veracidad de esa afirmación, no se les puede otorgar crédito. Por lo que se refiere al fragmento publicado por Sarah Palin, constituye seguramente la segunda mitad de su discurso y versaba fundamentalmente sobre política exterior, aunque al final de todo Sarah Palin vuelva de nuevo a la política estadounidense (que trató en su primera mitad, la que desconocemos) y haga sus primeros comentarios sobre lo que estaba sucediendo entonces en Estados Unidos, fundamentalmente la contestación popular a los planes del presidente Obama, lo que constituye su primera toma de postura frente a ese fenómeno que es el movimiento Tea Party. Esto es lo que dijo en concreto:
Bueno, CLSA, mi país está, sin duda, ante una encrucijada. Las encuestas en los Estados Unidos reflejan que la mayoría de los estadounidenses ya no creen que sus hijos vayan a tener un futuro mejor del que han tenido sus padres… Y eso es la primera vez que sucede.
Cuando los miembros de la generación más grandiosa de los Estados Unidos – la generación de la Segunda Guerra Mundial – pierden sus hogares y los ahorros de toda su vida debido a que sus fondos de jubilación fueron borrados tras el colapso financiero, la gente siente una gran ira. De repente, hay un sentimiento creciente de «echar a los vagos a patadas» de Washington, D.C. – y por vagos se refieren a republicanos y demócratas. Los estadounidenses sufren recortes salariales y pérdidas de empleo, y quieren saber por qué sus líderes electos no se están apretando el cinturón. No ha pasado desapercibido a la gente que el Congreso votó a favor de eximirse del plan de salud al que están forzando al resto de la nación. Hay un creciente sentimiento de frustración en el ciudadano corriente. Pero incluso en medio de la crisis y la desesperación, vemos signos de esperanza.
De hecho, es un cambio radical en Estados Unidos, creo. Recientemente, ha habido protestas por parte de estadounidenses comunes y corrientes que marcharon sobre Washington para exigir a su gobierno que deje de hipotecar su futuro. ¡¿Un gran número de personas corrientes, de clase media, demócratas, republicanos e independientes de todo el país, marchando sobre Washington?! ¡Entonces sabes que está pasando algo!
Éstas son las mismas personas que acudieron a los ayuntamientos este verano para encararse con sus funcionarios electos que estaban en sus hogares, descansando de esa capital distante y que tuvieron que enfrentarse con la gente a la que representan. Grandes reuniones en el ayuntamiento – fragmentos de video que circularon cubriéndolo todo – con gente vigilante, sintiéndose que ya no volverían a estar solos nunca más.
Los ayuntamientos y el movimiento Tea Party son ambos parte de una creciente toma de conciencia popular entre los estadounidenses comunes y corrientes que han decidido que si quieren un verdadero cambio, deben tomar la iniciativa y no esperar a ser conducidos a él. El cambio real – y ustedes lo saben, es uno que no necesita de un título para provocarlo.
El “movimiento Tea Party” se bautizó muy apropiadamente para recordar a la gente la Revolución Americana – de los patriotas coloniales que se sacudieron el yugo de un gobierno lejano y declararon su libertad de los indiferentes – elitistas – dirigentes que limitaban su progreso y no les mostraban ningún respeto. Hoy en día, los estadounidenses corrientes ven Washington en términos similares.
Cuando mi país alcance de nuevo la estabilidad financiera y el crecimiento económico – cuando volvamos a rugir como vamos a hacer – será en gran parte gracias a la ardua labor y el sentido común de estos estadounidenses normales y corrientes que exigen que el gobierno gaste menos e imponga menos impuestos y permita al sector privado crecer y prosperar.
No nos interesan los apaños del gobierno, ¡estamos interesados en la libertad! ¡Libertad! Nuestra visión es hacia el futuro. Las personas pueden sentirse frustradas ahora, pero también estamos muy esperanzadas.
Y, después de todo, ¿por qué no deberíamos? Somos estadounidenses. Siempre tenemos esperanza.
Gracias por dejarme compartir parte de esa esperanza y la visión de una estadounidense normal y corriente con ustedes. Dios les bendiga.
El discurso causó una muy buena impresión entre el auditorio y, a la parte que conocemos, es difícil encontrarle una sola pega, demostrando que todas esos rumores que se habían producido durante la pasada campaña electoral en el sentido de que la elección de Sarah Palin como compañera de ticket de John McCain había provocado una fractura en el equipo de asesores que gestionaban la campaña de este último, una fractura que separaba a los que pensaban que era tonta (el equipo encargado de las cuestiones de comunicación) y los que pensaban que simplemente era alguien que carecía de los conocimientos necesarios pero que tenía la suficiente inteligencia como para adquirirlos (el equipo encargado de las cuestiones políticas), eran ciertos. Algo confirmado también por el hecho de que su nuevo asesor en política exterior, Randy Scheunemann, que le había ayudado a preparar su intervención, había sido uno de esos últimos.
En definitiva, el efecto causado bien puede resumirse en la opinión de Jonathan Slone, su anfitrión, quien declaró una vez que hubo terminado:
Ha sido un gran discurso. La gente ha obtenido mucha información y ahora estamos enterados de los puntos de vista de Sarah Palin.
O como dijo, por ejemplo, Doug A. Coulter, de LGT Capital Partners:
Ella no sonó en absoluto como una extremista de derechas. Parecía más bien tomar postura como libertaria o una simple conservadora.
Por cierto, que fue justamente en este discurso cuando Sarah Palin anunció por primera vez la etiqueta bajo la que quería ser conocida: una “commonsense conservative” (conservadora con sentido común). Y desde entonces, cada día más gente se siente también una de esas personas.
Going Rogue
Y apenas se habían calmado las aguas tras su discurso en Hong Kong cuando Sarah Palin volvió a sacudirlas a finales de mes con el anuncio de la próxima publicación de su autobiografía, un libro titulado Going Rogue: An American Life (Yendo por libre: una vida americana). Por lo que se supo entonces, ese libro le fue encargado hacía cuatro meses por la editorial HarperCollins, que le había dado de plazo hasta el 15 de septiembre para terminarlo, plazo que cumplió sobradamente, entregando un manuscrito de alrededor de 400 páginas, siendo su primera edición de 1,5 millones de ejemplares y estando previsto que saliera al mercado el siguiente 17 de noviembre.
Más cosas que se supieron entonces fueron que Sarah Palin empezó a trabajar en él inmediatamente después de su dimisión como gobernadora de Alaska, habiéndose trasladado para ello a vivir durante varias semanas a San Diego (California) junto con su marido, Todd, y su hijo, Trig. Allí, trabajó junto a su colaboradora, Lynn Vincent, quien reside allí, en la primera versión del libro, que pulió y dejó lista para imprimir tiempo más tarde en New York City (New York).
De momento, y a la espera de que fuera publicado, Going Rogue se convirtió inmediatamente en el libro más encargado en las librerías virtuales de Amazon y Barnes & Noble, superando a The Lost Symbol de Dan Brown, Arguing with Idiots de Glenn Beck y True Compass, las memorias de Ted Kennedy. Tal y como confesó entonces una fuente de la editorial, la expectación que despertó era sencillamente increíble; nunca antes había pasado algo semejante con un libro de no ficción.
Por fin, Going Rogue salió al mercado el 17 de noviembre y todas las previsiones hechas por parte de la editorial quedaron desbordadas, puesto que transcurridas apenas dos semanas desde su lanzamiento había vendido ya un millón de ejemplares, 700.000 de los cuales lo fueron durante la primera semana, habiendo sido encargada una nueva edición de otro millón de ejemplares y aún otra de otros trescientos mil, lo que elevó el total de la tirada hasta los 2,8 millones de ejemplares. Para aquellos que gustan de comparaciones, el libro de Barack Obama, The Audacity of Hope, vendió 182.000 ejemplares durante sus primeras tres semanas a la venta (tres, no dos) y ello a pesar del favorable tratamiento que obtuvo por parte de la crítica y de los medios de comunicación, algo de lo que no pudo disfrutar Sarah Palin, por ejemplo, a quien la crítica trató con bastante condescendencia a pesar de que su libro es bastante mejor que el de Obama (por más que hubiera quien dijera a raíz de su publicación que Obama era “el escritor más poderoso desde Julio César” y no se le cayera la cara de vergüenza).
Rápidamente, Going Rogue se enseñoreó de las listas más reputadas de libros más vendidos, tales como las del USA Today o la del New York Times, cuyas primeras posiciones en la categoría de libros de no ficción ocupó durante seis semanas seguidas. Sólo la autobiografía de 2004 de Bill Clinton, My Life, vendió más ejemplares durante el primer mes. De cualquier forma, Going Rogue acabó 2009 siendo el libro de no ficción más vendido en los Estados Unidos y el segundo entre todos los libros, ficción y no ficción, siendo superado únicamente por The Lost Symbol de Dan Brown.
En cuanto al propio contenido del libro, dejando aparte el interés que tiene el conocer la opinión de la propia protagonista sobre muchos de los hechos que le ha tocado vivir, lo mejor estriba en que permite conocer a la propia Sarah Palin, la verdadera y no la que los medios de comunicación han fabricado a partir de sus propios prejuicios. Y ése era sin duda el objetivo principal de Sarah Palin al escribirlo: proporcionar a la gente los medios para que pueda llegar a conocerla a través de sus propios hechos y de sus propias palabras, “sin filtros” como le gusta decir a ella. Así, la dedicatoria va dirigida a:
(…) all Patriots who share my love of the United States of America. And particularly to our women and men in uniform, past and present – God bless the fight for freedom.
El libro está bien escrito y se lee rápida y fácilmente a pesar de tratarse de la primera obra de su autora. Los medios de comunicación rápidamente acusaron a Sarah Palin de no haberlo escrito ella misma sino de ser obra de su colaboradora, Lynn Vincent, algo que los expertos descartaron cuando se comprobó la existencia de ciertos errores gramaticales (el uso ocasional de “I” en lugar de “me” para el objeto directo) que un escritor profesional como Vincent jamás hubiera cometido. En cuanto al hecho de que la Associated Press (AP) lograra hacerse ilegalmente con un ejemplar del libro antes de que éste saliera a la venta y dedicara un total de once periodistas a la tarea de comprobar la veracidad de todas y cada una de las afirmaciones que se hacían en el libro (el ”fact checking” que se llama), es algo demasiado ridículo como para hacer el más mínimo comentario sobre ello.
Una curiosidad que tiene su miga es el hecho de que el libro carece de un índice onomástico como es habitual en este tipo de obras. Tras la sorpresa inicial, se supo que había sido cosa de la propia Sarah Palin quien, sabiendo que los periodistas más importantes no leen libros políticos sino que se limitan a consultar en el índice onomástico cuántas veces son mencionados en el texto, decidió omitirlo para así obligarles a leer el libro, sabiendo que eso sería algo que les disgustaría sobremanera; más incluso que una mención desaprobatoria.
Por fin, no pudiendo agarrarse a nada más para criticarlo, los medios de comunicación se volcaron en el anecdótico hecho de que Sarah PAC, el PAC de Sarah Palin, había gastado 63.000 dólares en comprar alrededor de 4.700 ejemplares del libro para regalarlos firmados a cambio de donaciones. Algo que no deja de ser un hecho habitual entre políticos en la misma situación que Sarah Palin, habiendo escrito un libro y contando con un PAC propio. Consultada al respecto, la Federal Election Commission (FEC) decidió que puesto que Palin no era entonces ni miembro electo ni candidata a ningún puesto público, su PAC podía hacer eso si quería y sin violar ningún tipo de ley. De todas formas, los medios de comunicación se negaron a darse por vencidos por un tiempo y pretendieron explicar con ello el motivo de la persistente presencia de Going Rogue en lo más alto de la lista de best-sellers. Sin embargo, el hecho de que Going Rogue haya vendido más de 2,5 millones de ejemplares contra los 4.700 escasos que adquirió Sarah PAC no pareció darles en qué pensar. Tampoco el hecho de que para obtener uno de esos ejemplares adquiridos por Sarah PAC hubiera que realizar, tal y como explicaba su propia página web, una donación a la Republican Governors Association (RGA) de al menos cien dólares, lo cual teniendo en cuenta que el libro cuesta 13,50 dólares en cualquier librería es una manera muy tonta de pretender vender más ejemplares, ¿no?
Oprah Winfrey entrevista a Sarah Palin
De cualquier forma, Going Rogue era un éxito indiscutible y Sarah Palin estaba en la cresta de la ola. Por más que la odiasen, los medios de comunicación eran conscientes de su atractivo para el espectador y, habiendo anunciado que se iba a embarcar en una larga gira por todo Estados Unidos con el fin de promocionar su libro, había peleas por ser la primera en contar con su presencia en una cadena de televisión. Al final, la afortunada fue Oprah Winfrey, la presentadora de «The Oprah Winfrey Show», el principal talk show de los Estados Unidos. Ciertamente, Oprah ha reconocido ser votante demócrata, tanto que en 2008 rompió su tradicional neutralidad y apoyó expresamente a Barack Obama, haciendo incluso campaña con él. Muchos se temieron que pudiera volver a producirse una encerrona como la que le preparó Katie Couric durante la pasada campaña electoral, pero como quiera que esta vez era la propia Sarah Palin quien ponía sus condiciones, no hubo ningún problema y la entrevista fue correcta, un poco aburrida incluso dado que no se tocó ni un solo tema político, pero dado que el programa de Oprah no es de actualidad política, es lo que podía esperarse. Así, por ejemplo, no se abordó la oposición de Palin a la reforma sanitaria, pero sí el embarazo de Bristol. Con estas premisas, la entrevista de Oprah merece ser recordada meramente como la primera concedida por Sarah Palin en la que ésta pudo actuar sin cortapisas, lejos ya de tener que “ceñirse al guión”.
Incluso la propia Sarah Palin pareció estar satisfecha de los resultados puesto que tras haber grabado la entrevista publicó una nota en su página de Facebook explicando que estaba en Chicago con sus hijas Willow y Piper, que ya había grabado su entrevista y que se lo pasaron tan bien que incluso sobrepasaron el tiempo que tenían asignado para ello. En cuanto a la propia Oprah, Sarah describió su trato como muy “hospitalario y amable”.
Going Rogue Tour
Sin embargo, lo realmente sorprendente de Going Rogue no fueron sus cifras de ventas, sino su gira de presentación. Sabiamente alternada con una entrevista tras otra en los medios de comunicación más fiables para alguien que como Sarah Palin se define a sí misma como una “conservadora con sentido común”, su arranque el 18 de noviembre en Grand Rapids (Michigan) fue una muestra de lo que iban a ser ese par de meses de absoluta locura que vivieron todos sus partidarios en los Estados Unidos.
La gira abarcó 26 estados, parando en 32 ciudades distintas, la mayoría de las cuales no eran en absoluto las habituales en este tipo de giras. Así, por ejemplo, no hubo paradas en Massachusetts, Nueva York o California, estados claramente liberales. Pero sí las hubo en Ohio, Florida o Idaho, además de otras dos especialmente pensadas para encontrarse con los militares estadounidenses, una en Fort Bragg (Carolina del Norte) y otra en Fort Hood (Texas). ¿Qué es lo que pasó en cada una de esas paradas? Pues lo lógico: la gente, los estadounidenses normales y corrientes, se volcaron con Sarah Palin como nunca lo habían hecho antes por nadie y convirtieron el sitio de que se tratara en verdadero “territorio Palin”. Colas de hasta mil personas o más que pasaban doce, veinticuatro o treinta y seis horas esperando en el exterior de una librería en pleno noviembre o diciembre, pasando frío y sin dormir, sólo por el placer de ser uno de los favorecidos en tener su libro firmado por ella. Y si hacía falta, la propia Palin se preocupaba de que nadie perdiese su oportunidad de conseguir su autógrafo, tal y como hizo en Columbus (Ohio) el 20 de noviembre cuando tras terminar de firmar los libros de todos aquellos que habían logrado ser unos de los admitidos al interior de la librería, salió inesperadamente fuera de ella e invitó a unas doscientas personas más que se habían visto obligadas a quedarse fuera a entrar ellas también. O como hizo más de una vez, llegando al lugar de la firma antes de lo previsto y marchándose de él más tarde para así tener tiempo de firmar más libros. O como sucedió en Richland (Washington) el pasado 30 de noviembre cuando se bajó de su autocar bastante antes de llegar al lugar de la firma para así poder hacer el resto del camino a pie, saludar a sus partidarios y darles las gracias personalmente por haber venido.
Sarah Palin no hizo el recorrido sola, sino que le acompañaron algunos miembros de su familia como sus hijos menores, Piper y Trig, éste último toda una estrella en esta gira en lo que supuso un espaldarazo a la causa de los niños con necesidades especiales en un país, Estados Unidos, en el que nueve de cada diez embarazos anunciados de niños con síndrome de Down acaban en aborto. Los padres de Sarah, Chuck Sr. y Sally, la acompañaron también y fueron tan saludados y felicitados como su hija, pidiéndoles muchas personas que les firmaron ellos también el libro. Y es que como la propia madre de Sarah no pudo menos que reconocer durante su parada en Richland (Washington):
Es una verdadera sorpresa. Estábamos preocupados; mira que si aparecemos y resulta que no viene nadie. Estamos verdaderamente entusiasmados de ver todo este apoyo en el estado de Washington.
Durante la gira, fueron muchos los que animaron a Sarah Palin a que se presente a las elecciones de 2012. Y muy posiblemente no fueran desencaminados porque el Going Rogue Tour bien puede suponer un ensayo a pequeña escala de una campaña electoral basada en el contacto directo e inmediato con los votantes.
Para empezar, tomemos la gira en sí. Una gira por 26 estados, uno más de la mitad de los que componen los Estados Unidos. En esos 26 estados, se detuvo en 32 localidades distintas, pocas de las cuales son las grandes capitales en las que todos piensan habitualmente: Nueva York, Los Ángeles, Boston, Chicago, Miami, etc. Sí que ha habido grandes localidades como Cincinnati (Ohio), Phoenix (Arizona), Minneapolis (Minnesota), Salt Lake City (Utah) o Reno (Nevada), pero no son las habituales en una gira de este tipo. Sarah Palin ha dejado aparte lo que podría denominarse como la América “liberal” y se ha volcado en la “conservadora”, la que todavía siente su bandera como propia y no se avergüenza de ella, la que en palabras del presidente Obama “se aferra a sus armas y a su religión”, la que no quiere que el gobierno federal les dé la sopa boba y a cambio sólo aspiran a que les deje en paz para ganarse la vida con el sudor de su frente. Es decir, sus votantes naturales. Los que tienen claro desde el año pasado que Sarah Palin es “una de ellos” y que no han cejado en darle su apoyo desde entonces.
Después, podemos ver como esta gira no ha sido una mera gira de carretera y manta que diría un castizo, sino que ha estado salpicada de apariciones, muchas apariciones, ante los medios de comunicación. De hecho, los medios de comunicación se han dado de tortas para conseguir la presencia de Sarah Palin en sus programas y el que no lo ha conseguido… bueno, es un dato para reflexionar. La víspera de empezar la gira, Sarah Palin apareció en el programa de Oprah Winfrey. La entrevista fue buena desde el punto de vista de Sarah Palin, pero para Oprah, en cambio, fue un regalo de Navidad por adelantado ya que obtuvo sus mejores resultados de audiencia en los últimos dos años.
Una vez que Sarah Palin dio el aldabonazo con su aparición en el programa de Oprah Winfrey, empezó la gira y con ella una larga serie de apariciones en programas de periodistas, ahora sí, “serios”: Barbara Walters, Rush Limbaugh, Mark Levin, Sean Hannity, Eddie Burke, Bill O’Reilly, Greta Van Susteren, Laura Ingraham, Dennis Miller, Gretchen Carlson, etc. Con todos ellos, Sarah Palin pudo centrarse por fin en sus propuestas políticas. ¿Qué fue lo bueno de todo esto? Pues fundamentalmente que borró de la memoria del público estadounidense aquella malhadada entrevista de Katie Couric que hasta entonces ocupaba la mente de todo el mundo cuando recordaban a Sarah Palin, volviéndola tan vieja que parece un mal chiste que alguien pretenda recordarla a estas alturas.
Por otra parte, la gira tenía como objetivo fundamental el promocionar un libro, ciertamente. Pero es que la autora es una política y, en consecuencia, es inevitable el hablar con ella de política. ¿Qué hizo Sarah Palin durante sus entrevistas? Aparte de referirse al libro, por supuesto, buena maña se dio en hacer hincapié en su mensaje de “commonsense conservative” (conservadora con sentido común), centrando su mensaje en unas pocas ideas: la cuestión de la economía (no a más impuestos), la cuestión de la energía (Drill, baby, drill!), la cuestión de la seguridad nacional (estamos en Afganistán, y donde haga falta, para ganar), la cuestión de la reforma sanitaria (no a los “death panels”) y la cuestión de una clase política que vive a espaldas de sus representados y que pretende aumentar aún más su poder (no al crecimiento del gobierno federal). Es decir, unas pocas ideas, cierto que negativas en su mayoría, o sea centradas más en oponerse a la actuación del gobierno federal que en presentar sus propias propuestas, pero algo que es lógico puesto que ella está en la oposición y no se presenta todavía a ningún cargo público por lo que no hay motivo de que presente un programa político. De esta manera, va configurando el núcleo de una futura propuesta política, repitiendo unas pocas ideas para que acabasen calando en la mente del público, distinguiéndola así de sus competidores, tanto demócratas como republicanos.
Cena con Billy Graham
Y entre los momentos más destacados de la gira, cabe destacar, por ejemplo, el que se produjo el 22 de noviembre, cuando Sarah Palin, sus padres, su tía materna Katie y sus hijos Piper y Trig acudieron a cenar a Montreat (North Carolina) a casa del reverendo Billy Graham, uno de los predicadores más conocidos de los Estados Unidos y aún del mundo entero, y sus hijos Franklin y Anne
Durante un aparte de alrededor de media hora que mantuvo con el propio Graham, Palin habló sobre su vida en Alaska y su fe, mientras que él, que ha sido consejero espiritual de muchos presidentes y políticos estadounidenses, recordó la vez en que fue a predicar a Anchorage (Alaska) en 1984. Tal y como declaró él mismo:
Ha sido un honor el haber tenido a la gobernadora Palin y su familia en nuestro hogar esta noche. Yo, como mucha gente, me he sentido impresionado por su fuerte compromiso con su fe, la familia y su amor al país.
Billy Graham firmó unas Biblias para todos los miembros de la familia Palin presentes en la cena y dos especialmente para ella: una pequeña de viaje y otra grande. Posteriormente, todos rezaron juntos. Con esta visita y, especialmente, con la “bendición” que Graham le dio cuando su hijo Franklin declaró que su padre ha seguido su carrera y le gusta su fuerte compromiso con la fe, así como que siente que Dios la está usando para despertar a los Estados Unidos, ésta bien podría contar con el apoyo entusiasta del electorado tradicional para el cual la religión no es algo vergonzoso que esconder sino todo lo contrario. Y el apoyo electoral por parte de estos votantes a un candidato supone prácticamente el triunfo de éste en muchos estados del sur de los Estados Unidos, el llamado “Bible belt” (“cinturón de la Biblia”).
Cena en el Gridiron Club
Y otro momento destacado de la gira, dejando aparte el 26 de noviembre, el Thanksgiving Day (Día de Acción de Gracias), cuando Sarah Palin y otros miembros de su familia participaron en una carrera de 5 quilómetros en Kennewick (Washington) a beneficio de la Cruz Roja, y el 2 de diciembre, cuando pronunció un discurso en la Universidad de las Ozarks en Point Lookout (Missouri), se produjo el 5 de diciembre en que cenó en el Gridiron Club de Washington, D.C, el más antiguo, selecto y prestigioso club de… ¡periodistas! En él, los más importantes miembros de los principales medios de comunicación se reúnen una vez al año en una cena especial a la que invitan a una personalidad política republicana y otra demócrata para que pronuncien sendos discursos con la única condición de que sean lo más jocosos posibles. En la cena de ese año, los invitados eran Sarah Palin, por parte republicana, y el representante Barney Frank, de Massachusetts, por parte demócrata.
Muchos pensaban que Sarah Palin no se atrevería a aceptar la invitación que le hicieron, pero no fue así y su discurso resultó tan hilarante que, con todo el pesar de su corazón, los asistentes, muchos de ellos apasionados opositores suyos, tuvieron que reconocer que se había convertido en la vencedora de la noche. Desgraciadamente, ese discurso está tan lleno de referencias a todas y cada una de las controversias en las que se ha visto envuelta Sarah Palin durante ese último año que resulta difícil de comprender si no se es un buen conocedor de ellas. Aún así, merece la pena leerlo:
Buenas tardes. Es fenomenal estar en Washington y me encanta el tiempo que hace. ¡He desafiado a los elementos y he salido a echar una carrera! O como lo llama Newsweek, una foto de portada.
Desde la habitación de mi hotel, desde allí puedo ver la embajada de Rusia, ahí mismo. Es un privilegio el estar aquí esta noche en la librería Barnes & Noble de Washington, D.C. Esta noche voy a leer extractos de mi nuevo libro. ¿Han oído hablar de él quizás? Going Rogue.
En el Yukón no estaban seguros de si elegir ese título y alguien sugirió que siguiese las tendencias de autoayuda de la Costa Este y eligiese Cómo parecer multimillonaria… por sólo 150 de los grandes.
A Todd le gustaba La audacia de la Ladera Norte.
¡Eh! Yo consideré el que no tuviera título en absoluto. Ya lo he dicho antes, pero vosotros, los del Beltway, parece que no os enteráis. No necesitas un título para tener impacto.
Pero de todos modos, vamos a empezar. Voy a empezar mi primera lectura en la página 209:
Estaba completamente oscuro cuando aterrizamos tarde en Arizona el 27 de agosto de 2008. A la mañana siguiente fuimos al rancho de John McCain en Sedona. John estaba esperando en el porche. Antes de que pudiera decir una palabra, le digo — y cito textualmente: “Sé por qué estoy aquí y estoy lista. Pero estoy preocupada. El coste de la protección del crédito de los principales bancos de Estados Unidos está aumentando vertiginosamente. ¿Has pensado algo sobre la especulación de las entidades en el sistema bancario paralelo? ¿Te das cuenta de la vulnerabilidad creada cuando estas instituciones piden préstamos a corto plazo en los mercados de liquidez para invertir a largo plazo en activos no líquidos? John dijo: «You betcha!». Yo pensé: «You betcha? ¿Quién puede hablar así?”.
Bueno, a veces sólo tienes que confiar en tu instinto. Cuando no lo haces, acabas en lugares como éste. ¿Quién se hubiera imaginado que estaría haciendo migas con este grupo? Por lo menos ahora puedo poner un rostro a todos los periódicos que leo.
Está bien el estar aquí, delante de esta audiencia de importantes periodistas e intelectuales. O como yo lo llamo, un comité de la muerte.
Para ser honrada, tenía serias reservas acerca de venir a visitar a su pequeño y acogedor club. El Gridiron todavía no le ha ofrecido el ingreso a nadie de mi periódico local en Wasilla, el Matanuska-Susitna Valley Frontiersman. Y mi padre pensaba que era una mala idea dejar la gira de promoción del libro por un partido de fútbol. ¡Puede que tenga razón!
He estado de gira por este gran, gran país nuestro en las últimas semanas. Tengo que decirlo, ¡la vista es mucho mejor desde el interior del autobús que debajo de él!
Pero, en realidad, me siento emocionada de estar con ustedes. Y me gustaría dar las gracias al Gridiron por la invitación y a Dick Cooper por su presentación. Parafraseando a John F. Kennedy, ésta debe de ser la reunión más extraordinaria de personas que jamás se han reunido para atacarme con saña desde la última reunión corporativa de la CBS.
A pesar de lo que han leído, o más probablemente, a pesar de lo que han escrito, siento un vínculo real con todos ustedes. Estudié Periodismo, obtuve un título en Comunicación y durante un tiempo sólo quería ser periodista. Incluso fui comentarista deportiva de televisión cuando volví a casa. Supongo que algunos de ustedes probablemente comenzaron de la misma manera… una vez que hubo televisión.
Déjenme volver al libro. Sé que muchos de ustedes están todavía molestos porque no quise entrar en ese juego tonto de Washington. Ya saben, aquel en el que todos ustedes leen un libro en su totalidad, desde la primera página del índice hasta la última.
Pero piensen en ello porque, como no han tenido más remedio que leer el libro entero con la vana esperanza de encontrar su nombre, ¡ahora lo saben todo acerca de Denali, mi madre, mi padre, los globos oculares de los ungulados, pescar salmón en el Nushagak y Ugashik, cerca de Alegnigak, donde hacemos agootak y moose chili! ¡De nada!
Sin embargo, quiero hacer algo muy especial por esta audiencia de la elite de Washington. Por lo tanto, voy a leer algo del índice – que opté por no incluir en la edición de tapa dura. ¿Me creerían si dijera que no lo incluí porque queríamos salvar árboles?
En la A tenemos… “Alaska, incomprensión de los medios de comunicación”. Páginas 1-432.
En la letra B… “Tendenciosos, medios de comunicación”. Páginas 1-432.
Y en la C… “Conservadores, medios de comunicación”. Ver agradecimientos.
Voy a dejarlo aquí. Sé que ésta puede ser una larga noche y como que lo entiendo, vamos a romper con una tradición del Gridiron. Normalmente, el orador demócrata pronunciaría un discurso después de mí. Pero en cambio, el equipo de la campaña de John McCain me ha preguntado si podrían utilizar ese tiempo para refutarme.
Mucho se ha dicho acerca de algunas relaciones de la campaña. La cercanía. Los cálidos sentimientos. John y yo estamos de acuerdo en que todos esos empleados simplemente deberían dejarlo estar. Es historia.
Digamos que si alguna vez necesito un director de campaña calvo, me parece que todo lo que me queda es James Carville. No quiero decir que haya quemado un puente, pero lo sé todo sobre eliminar puentes hacia ninguna parte.
Ese orador demócrata al que me he referido es, por supuesto, el único e irrepetible Barney Frank. ¿Y yo soy la polémica? Barney, la nación tiene con usted y con el gobierno una deuda. Una deuda enorme, histórica e increíble. Sin embargo, es bueno estar aquí con usted, señor presidente. Porque al llamarle presidente no me refiero sólo al Comité de Servicios Financieros de la Cámara. Por lo que puedo decir, Barney es también presidente de AIG, Citibank y Bank of America.
No quiero decir que el gobierno de Estados Unidos esté asumiendo el papel del sector privado, pero tengo que admitir que, en el vuelo hacia aquí, hojeando una revista y mirando una foto del presidente Obama con el presidente de China, la persona que se sentaba a mi lado la señaló y dijo: “Hu es un comunista”. Yo pensé que estaban haciendo una pregunta.
Sin embargo, cuando veo la actuación de esta administración, no puedo dejar de pensar en lo que podría haber sido. Yo podría ser la vicepresidente que supervisa la firma de los cheques para los rescates. Y Joe Biden podría estar de gira, vendiendo su nuevo libro, Going Rogaine.
Y hablando de libros…. ¿He mencionado el mío? Going Rogue. Es un excelente regalo de Navidad. Disponible ahora en una librería cerca de usted. Oigan, de alguna forma tengo que pagar la factura de la campaña por la investigación de mis antecedentes.
En serio, la respuesta ha sido fantástica. Así que voy a cerrar con la lectura de un pasaje final. Página 403:
Me han preguntado mucho últimamente: «¿Qué vas a hacer ahora?» ¡Buena pregunta!
Dondequiera que vaya sé que, como cualquier persona en el ojo público, voy a seguir teniendo mi cuota de desacuerdos con quienes trabajan en los medios de comunicación. Tal vez incluso más de lo que me toca. No sorprenderá a nadie que no crea que se me dio siempre un trato justo o equitativo.
Pero a pesar de eso, respeto mucho los medios de comunicación. Son importantes. ¡Una prensa libre permite un debate vigoroso! Y dicho debate es absolutamente vital para nuestra democracia.
Así que por muy difícil que a veces pueda ser, todos debemos mirar más allá de los agravios personales. Tenemos que avanzar más allá de las pequeñeces de la política. Y debemos permitir que estos hombres y mujeres de increíble talento y esforzados trabajadores hagan las preguntas difíciles y nos hagan rendir cuentas a nosotros y a nuestro gobierno. Porque su misión es tan cierta como el sol naciente sobre el Talkeetna y los montes Susitna.
Vale – nada de eso está realmente en el libro. Ni una palabra. ¡Pero realmente lo creo!
Y creo que vivimos en un hermoso país bendecido con tantas personas diferentes que quieren que lo mejor para sus hijos, para sus familias y para nuestra gran nación. Estoy muy orgullosa de ser estadounidense.
Y de eso es de lo que voy a seguir hablando adónde viaje, sea donde sea que me dirija. No hay mejor lugar que aquí para anunciar adónde voy. ¡Voy a lowa! Estaré allí mañana desde el mediodía hasta las 3.00 pm en la librería Barnes & Noble en Sergeant Road en Sioux City. Lleguen temprano. Se esperan largas colas.
Gracias a todos. ¡Que Dios bendiga a los Estados Unidos!
Cuesta imaginarse lo inimaginable, lo que se produjo al final de la cena: que los periodistas más cínicos de los Estados Unidos saltaran de sus sillas y corrieran a pedir autógrafos a Sarah Palin como si fueran una pandilla de adolescentes ante Hanna Montana. Pero así fue.
Sarah Palin contra William Shatner
Y, por fin, el último momento memorable de la gira de Sarah Palin por todo Estados Unidos tuvo lugar cuando apareció por sorpresa en el programa estrella de la NBC “The Tonight Show with Conan O’Brien” donde se divirtió de lo lindo dándole la réplica al actor William Shatner, el recordado capitán Kirk de la serie “Star Trek”.
El motivo de su presencia en el programa estribaba en que Shatner había hecho ya varias apariciones en él durante los últimos meses mofándose tanto del anuncio de su dimisión como gobernadora de Alaska como de los mensajes que publica cotidianamente en su página de Twitter, que él releía como si fueran poemas. Aquella noche en concreto, estaba previsto que Shatner hiciera lo mismo, pero esta vez releyendo algunos párrafos de Going Rogue.
Así pues, Shatner empezó a leerlo los párrafos seleccionados y lo hizo con su tono burlón habitual e incluso acompañamiento de música, mientras sujetaba el libro en sus manos. Fue entonces cuando apareció Sarah Palin en escena y le dio la réplica siendo ella esta vez quien hiciera poesía leyendo algunos fragmentos de la propia autobiografía de William Shatner, Up Till Now, publicada ese mismo año, también con tono burlón y acompañamiento musical en una escena que permitió que Palin mostrara una de sus facetas que más se han empeñado en ocultar sus críticos: su simpatía y enorme sentido del humor. La escena resultó de lo más hilarante y ambos protagonistas, Palin y Shatner, abandonaron el escenario cogidos de la mano.
Por una vez, un medio de comunicación dejaba de reírse de Sarah Palin y se reía con ella, cambiando lo que hasta entonces era el paradigma de esos mismos medios de comunicación: Palin sólo puede ser tomada a broma. De este modo, O’Brien demostró que Sarah Palin no sólo es un auténtico “animal televisivo” al que la cámara simplemente adora, sino también que tiene una capacidad natural de ganarse al público, especialmente a ese amplio fragmento del llamado “centro” que suele juzgar a los políticos no tanto por sus programas electorales como por su personalidad. ¿Era ése pues un nuevo comienzo? Tal vez. Sólo el tiempo lo dirá, pero no está de más recordar que no es Sarah Palin quien depende de los medios de comunicación para construir su imagen puesto que eso ya lo ha hecho e incluso se ha visto obligada a hacerlo teniendo a esos mismos medios de comunicación en su contra, sino que son los medios de comunicación los que dependen de Sarah Palin para revigorizar sus programas, algo que comprobó Oprah Winfrey y que una futura aparición de Palin en el programa de Jay Leno acabará confirmando. Llegados a este punto, Palin ya no necesitaba a nadie, bastándose ella sola para situarse como un punto de referencia en el panorama político estadounidense. Y eso iba a tener consecuencias.