Escribiendo America is ready! (IV) – Diario de una gran aventura

19/10/2010

 

Lo prometido es deuda. Aquí tienen lo que pretende ser el vigésimo tercer capítulo de nuestro libro America is Ready! Disfrútenlo pues. Y recuerden que es sólo un borrador, ¿eh? (¿Cómo que soy un pesado? ¿En serio soy un pesado? Sí, eso me temo. Mi última novia decía lo mismo, snif, snif. Y encima era de izquierdas. Muy de izquierdas).

Hong Kong, Going Rogue y otras cosas: los estadounidenses redescubren a Sarah Palin

En agosto de 2009, Sarah Palin se limitó a dar su opinión como simple ciudadana particular que era y, sin nada más que eso, rápidamente se adueñó del debate político entonces en vigor, que giraba en torno a la naciente reforma sanitaria, logrando que el propio presidente Obama se viera obligado a responderle personalmente, pero sin éxito, puesto que fue ella quien al fin y a la postre acabó saliendo vencedora de la  disputa mantenida por ambos por más que indirectamente. Fue la vuelta de Sarah Palin al primer plano del panorama político estadounidense, pero ahora fiel a su estilo y con sus propias reglas; ya no dependiente de otros que le señalasen cuál era el “guión” al que se tenía que ceñir y que le reprocharan que se salía de él, fuera o no cierto. Y así, al mes siguiente, en septiembre, Sarah Palin volvió a copar todos los titulares cuando el día 23 reapareció públicamente tras su dimisión como gobernadora de Alaska, por más que no fuera en Estados Unidos sino en Hong Kong, la antigua colonia británica que es ahora territorio chino de nuevo, para pronunciar un discurso.

El discurso de Sarah Palin en Hong Kong

Después de tantas críticas como se le hicieron durante la campaña electoral en el sentido de que cómo iba a ser vicepresidente alguien cuyo pasaporte estaba en blanco porque no había viajado ni una sola vez al extranjero (lo cual no era cierto) y que carecía por completo de cualquier experiencia internacional (lo cual tampoco era cierto), que Sarah Palin reapareciera en público precisamente con un discurso mayoritariamente sobre asuntos exteriores pronunciado en el extranjero y ante un selecto auditorio internacional parecía un movimiento sabiamente calculado para dar con un canto en los dientes a esos que tanto le criticaron entonces.

Y es que para su estreno como conferenciante, Sarah Palin escogió precisamente la invitación que le había hecho en su momento CLSA Asia-Pacific Markets, una empresa privada de servicios financieros para inversores corporativos e institucionales de todo el mundo que está considerada como una de las más relevantes en su especialidad: el mercado asiático. Fundada hace veinticinco años, en 1986, CLSA Asia-Pacific Markets (las siglas iniciales corresponden a Crédit Lyonnais Securities Asia) tiene su sede central en Hong Kong, así como oficinas en otras diecinueve ciudades, fundamentalmente de la zona asiático-pacífica, pero también en Nueva York, Londres y Dubai y cuenta con 1.350 empleados, entre los que se cuentan más de 130 analistas financieros que se ocupan de controlar la andadura de más de 1.200 compañías asiáticas que abarcan 13 sectores económicos diferentes. Uno de esos analistas, tal vez el más conocido para quienes conocen el sector, es Christopher Wood, un antiguo periodista económico a quien el Telegraph de Londres atribuye el mérito de haber sido “el primero en predecir el colapso de las hipotecas subprime en los Estados Unidos”.

Fundada y dirigida desde el principio por antiguos periodistas económicos, ese hecho ha marcado de alguna manera el devenir de la empresa, provocando que su manera de hacer no se limite a las cifras sino que también preste atención a lo que se oculta en realidad tras ellas, fundamentalmente hechos y personas. Así, sus informes económicos son mucho más que eso, tratándose de auténticos estudios cuyo análisis abarca mucho más que la habitual retahíla de estadísticas y que en verdad “cuentan una historia” como si de un reportaje periodístico se tratara.

Con este historial, no sorprende en absoluto saber que CLSA Asia-Pacific Markets celebra todos los años un foro donde se reúnen sus inversores y que es mundialmente reconocido por la categoría de sus conferenciantes, entre los cuales se han contado, por ejemplo, el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el ex director de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan. Ese año, la invitada era  Sarah Palin, lo cual no es ninguna tontería siquiera por la categoría de los asistentes, cientos de los más importantes inversores mundiales, personas que no están para perder el tiempo escuchando a un don nadie. Así que si CLSA Asia-Pacific Markets quería escuchar a Sarah Palin y conocer sus opiniones es porque les interesaba y mucho.

En su presentación, el director de CLSA Asia-Pacific Markets, Jonathan Slone, declaró que si se había invitado a Sarah Palin fue debido a la posibilidad de que se convierta en la próxima candidata republicana a la presidencia de Estados Unidos, una posibilidad que a ellos no les parecía nada descabellada, además de por el hecho de su cada vez más influyente papel en la política de su país. Así, le rogaron que en su conferencia hablara no sólo sobre la política exterior de Estados Unidos, especialmente en lo que se refiere a China, sino también de su visión general sobre el mundo y la política. Tal y como reveló el mismo Slone, fue la propia Sarah Palin quien les comentó que si al acto se permitía la asistencia de la prensa se vería obligada a hacer un tipo de discurso diferente por lo que la propia organización decidió no permitir la asistencia de los medios de comunicación, una decisión muy razonable ya que permitió a los asistentes escuchar a una Sarah Palin sin la menor reticencia, pudiendo hacerse una idea cabal sobre ella.

En consecuencia, no existe una grabación completa de su discurso, pero sí que existe la transcripción de una parte de él, gentileza de la propia Sarah Palin, quien pocos días después lo publicó en su propia página de Facebook. Es cierto que existen otras fuentes que pretenden tener más partes, pero como quiera que no es posible comprobar la veracidad de esa afirmación, no se les puede otorgar crédito. Por lo que se refiere al fragmento publicado por Sarah Palin, constituye seguramente la segunda mitad de su discurso y versaba fundamentalmente sobre política exterior,  aunque al final de todo Sarah Palin vuelva de nuevo a la política estadounidense (que trató en su primera mitad, la que desconocemos) y haga sus primeros comentarios sobre lo que estaba sucediendo entonces en Estados Unidos, fundamentalmente la contestación popular a los planes del presidente Obama, lo que constituye su primera toma de postura frente a ese fenómeno que es el movimiento Tea Party. Esto es lo que dijo en concreto:

Bueno, CLSA, mi país está, sin duda, ante una encrucijada. Las encuestas en los Estados Unidos reflejan que la mayoría de los estadounidenses ya no creen que sus hijos vayan a tener un futuro mejor del que han tenido sus padres… Y eso es  la primera vez que sucede.

Cuando los miembros de la generación más grandiosa de los Estados Unidos – la generación de la Segunda Guerra Mundial – pierden sus hogares y los ahorros de toda su vida debido a que sus fondos de jubilación fueron borrados tras el colapso financiero, la gente siente una gran ira. De repente, hay un sentimiento creciente de «echar a los vagos a patadas» de Washington, D.C. – y por vagos se refieren a republicanos y demócratas. Los estadounidenses sufren recortes salariales y pérdidas de empleo, y quieren saber por qué sus líderes electos no se están apretando el cinturón. No ha pasado desapercibido a la gente que el Congreso votó a favor de eximirse del plan de salud al que están forzando al  resto de la nación. Hay un creciente sentimiento de frustración en el ciudadano corriente. Pero incluso en medio de la crisis y la desesperación, vemos signos de esperanza.

De hecho, es un cambio radical en Estados Unidos, creo. Recientemente, ha habido protestas por parte de estadounidenses comunes y corrientes que marcharon sobre Washington para exigir a su gobierno que deje de hipotecar su futuro. ¡¿Un gran número de personas corrientes, de clase media, demócratas, republicanos e independientes de todo el país, marchando sobre Washington?! ¡Entonces sabes que está pasando algo!

Éstas son las mismas personas que acudieron a los ayuntamientos este verano para encararse con sus funcionarios electos que estaban en sus hogares, descansando de esa capital distante y que tuvieron que enfrentarse con la gente a la que representan. Grandes reuniones en el ayuntamiento – fragmentos de video que circularon cubriéndolo todo – con gente vigilante, sintiéndose que ya no volverían a estar solos nunca más.

Los ayuntamientos y el movimiento Tea Party son ambos parte de una creciente toma de conciencia popular entre los estadounidenses comunes y corrientes que han decidido que si quieren un verdadero cambio, deben tomar la iniciativa y no esperar a ser conducidos a él. El cambio real – y ustedes lo saben, es uno que no necesita de un título para provocarlo.

El “movimiento Tea Party” se bautizó muy apropiadamente para recordar a la gente la Revolución Americana – de los patriotas coloniales que se sacudieron el yugo de un gobierno lejano y declararon su libertad de los indiferentes – elitistas – dirigentes que limitaban su progreso y no les mostraban ningún respeto. Hoy en día, los estadounidenses corrientes ven Washington en términos similares.

Cuando mi país alcance de nuevo  la estabilidad financiera y el crecimiento económico – cuando volvamos a rugir como vamos a hacer – será en gran parte gracias a la ardua labor y el sentido común de estos estadounidenses normales y corrientes que exigen que el gobierno gaste menos e imponga menos impuestos y permita al sector privado crecer y prosperar.

No nos interesan los apaños del gobierno, ¡estamos interesados en la libertad! ¡Libertad! Nuestra visión es hacia el futuro. Las personas pueden sentirse frustradas ahora, pero también estamos muy esperanzadas.

Y, después de todo, ¿por qué no deberíamos? Somos estadounidenses. Siempre tenemos esperanza.

Gracias por dejarme compartir parte de esa esperanza y la visión de una estadounidense normal y corriente con ustedes. Dios les bendiga.

El discurso causó una muy buena impresión entre el auditorio y, a la parte que conocemos, es difícil encontrarle una sola pega, demostrando que todas esos rumores que se habían producido durante la pasada campaña electoral en el sentido de que la elección de Sarah Palin como compañera de ticket de John McCain había provocado una fractura en el equipo de asesores que gestionaban la campaña de este último, una fractura que separaba a los que pensaban que era tonta (el equipo encargado de las cuestiones de comunicación) y los que pensaban que simplemente era alguien que carecía de los conocimientos necesarios pero que tenía la suficiente inteligencia como para adquirirlos (el equipo encargado de las cuestiones políticas), eran ciertos.  Algo confirmado también por el hecho de que su nuevo asesor en política exterior, Randy Scheunemann, que le había ayudado a preparar su intervención, había sido uno de esos últimos.

En definitiva, el efecto causado bien puede resumirse en la opinión de Jonathan Slone, su anfitrión, quien declaró una vez que hubo terminado:

Ha sido un gran discurso. La gente ha obtenido mucha información y ahora estamos enterados de los puntos de vista de Sarah Palin.

O como dijo, por ejemplo, Doug A. Coulter, de LGT Capital Partners:

Ella no sonó en absoluto como una extremista de derechas. Parecía más bien tomar postura como libertaria o una simple conservadora.

Por cierto, que fue justamente en este discurso cuando Sarah Palin anunció por primera vez la etiqueta bajo la que quería ser conocida: una “commonsense conservative” (conservadora con sentido común). Y desde entonces, cada día más gente se siente también una de esas personas.

Going Rogue

Y apenas se habían calmado las aguas tras su discurso en Hong Kong cuando Sarah Palin volvió a sacudirlas a finales de mes con el anuncio de la próxima publicación de su autobiografía, un libro titulado Going Rogue: An American Life (Yendo por libre: una vida americana). Por lo que se supo entonces, ese libro le fue encargado hacía cuatro meses por la editorial HarperCollins, que le había dado de plazo hasta el 15 de septiembre para terminarlo, plazo que cumplió sobradamente, entregando un manuscrito de alrededor de 400 páginas, siendo su primera edición de 1,5 millones de ejemplares y estando previsto que saliera al mercado el siguiente 17 de noviembre.
 
Más cosas que se supieron entonces fueron que Sarah Palin empezó a trabajar en él inmediatamente después de su dimisión como gobernadora de Alaska, habiéndose trasladado para ello a vivir durante varias semanas a San Diego (California) junto con su marido, Todd, y su hijo, Trig. Allí, trabajó junto a su colaboradora, Lynn Vincent, quien reside allí, en la primera versión del libro, que pulió y dejó lista para imprimir tiempo más tarde en New York City (New York).

De momento, y a la espera de que fuera publicado, Going Rogue se convirtió inmediatamente en el libro más encargado en las librerías virtuales de Amazon y Barnes & Noble, superando a The Lost Symbol de Dan Brown, Arguing with Idiots de Glenn Beck y True Compass, las memorias de Ted Kennedy. Tal y como confesó entonces una fuente de la editorial, la expectación que despertó era sencillamente increíble; nunca antes había pasado algo semejante con un libro de no ficción.

Por fin, Going Rogue salió al mercado el 17 de noviembre y todas las previsiones hechas por parte de la editorial quedaron desbordadas, puesto que transcurridas apenas dos semanas desde su lanzamiento había vendido ya un millón de ejemplares, 700.000 de los cuales lo fueron durante la primera semana, habiendo sido encargada una nueva edición de otro millón de ejemplares y aún otra de otros trescientos mil, lo que elevó el total de la tirada hasta los 2,8 millones de ejemplares. Para aquellos que gustan de comparaciones, el libro de Barack Obama, The Audacity of Hope, vendió 182.000 ejemplares durante sus primeras tres semanas a la venta (tres, no dos) y ello a pesar del favorable tratamiento que obtuvo por parte de la crítica y de los medios de comunicación, algo de lo que no pudo disfrutar Sarah Palin, por ejemplo, a quien la crítica trató con bastante condescendencia a pesar de que su libro es bastante mejor que el de Obama (por más que hubiera quien dijera a raíz de su publicación que Obama era “el escritor más poderoso desde Julio César” y no se le cayera la cara de vergüenza).

Rápidamente, Going Rogue se enseñoreó de las listas más reputadas de libros más vendidos, tales como las del USA Today o la del New York Times, cuyas primeras posiciones en la categoría de libros de no ficción ocupó durante seis semanas seguidas. Sólo la autobiografía de 2004 de Bill Clinton, My Life, vendió más ejemplares durante el primer mes. De cualquier forma, Going Rogue acabó 2009 siendo el libro de no ficción más vendido en los Estados Unidos y el segundo entre todos los libros, ficción y no ficción, siendo superado únicamente por The Lost Symbol de Dan Brown.

En cuanto al propio contenido del libro, dejando aparte el interés que tiene el conocer la opinión de la propia protagonista sobre muchos de los hechos que le ha tocado vivir, lo mejor estriba en que permite conocer a la propia Sarah Palin, la verdadera y no la que los medios de comunicación han fabricado a partir de sus propios prejuicios. Y ése era sin duda el objetivo principal de Sarah Palin al escribirlo: proporcionar a la gente los medios para que pueda llegar a conocerla a través de sus propios hechos y de sus propias palabras, “sin filtros” como le gusta decir a ella. Así, la dedicatoria va dirigida a:

(…) all Patriots who share my love of the United States of America. And particularly to our women and men in uniform, past and present – God bless the fight for freedom.

El libro está bien escrito y se lee rápida y fácilmente a pesar de tratarse de la primera obra de su autora. Los medios de comunicación rápidamente acusaron a Sarah Palin de no haberlo escrito ella misma sino de ser obra de su colaboradora, Lynn Vincent, algo que los expertos descartaron cuando se comprobó la existencia de ciertos errores gramaticales (el uso ocasional de “I” en lugar de “me” para el objeto directo) que un escritor profesional como Vincent jamás hubiera cometido. En cuanto al hecho de que la Associated Press (AP) lograra hacerse ilegalmente con un ejemplar del libro antes de que éste saliera a la venta y dedicara un total de once periodistas a la tarea de comprobar la veracidad de todas y cada una de las afirmaciones que se hacían en el libro (el ”fact checking” que se llama), es algo demasiado ridículo como para hacer el más mínimo comentario sobre ello.

Una curiosidad que tiene su miga es el hecho de que el libro carece de un índice onomástico como es habitual en este tipo de obras. Tras la sorpresa inicial, se supo que había sido cosa de la propia Sarah Palin quien, sabiendo que los periodistas más importantes no leen libros políticos sino que se limitan a consultar en el índice onomástico cuántas veces son mencionados en el texto, decidió omitirlo para así obligarles a leer el libro, sabiendo que eso sería algo que les disgustaría sobremanera; más incluso que una mención desaprobatoria.

Por fin, no pudiendo agarrarse a nada más para criticarlo, los medios de comunicación se volcaron en el anecdótico hecho de que Sarah PAC, el PAC de Sarah Palin, había gastado 63.000 dólares en comprar alrededor de 4.700 ejemplares del libro para regalarlos firmados a cambio de donaciones. Algo que no deja de ser un hecho habitual entre políticos en la misma situación que Sarah Palin, habiendo escrito un libro y contando con un PAC propio. Consultada al respecto, la Federal Election Commission (FEC) decidió que puesto que Palin no era entonces ni miembro electo ni candidata a ningún puesto público, su PAC podía hacer eso si quería y sin violar ningún tipo de ley. De todas formas, los medios de comunicación se negaron a darse por vencidos por un tiempo y pretendieron explicar con ello el motivo de la persistente presencia de Going Rogue en lo más alto de la lista de best-sellers. Sin embargo, el hecho de que Going Rogue haya vendido más de 2,5 millones de ejemplares contra los 4.700 escasos que adquirió Sarah PAC no pareció darles en qué pensar. Tampoco el hecho de que para obtener uno de esos ejemplares adquiridos por Sarah PAC hubiera que realizar, tal y como explicaba su propia página web, una donación a la Republican Governors Association (RGA) de al menos cien dólares, lo cual teniendo en cuenta que el libro cuesta 13,50 dólares en cualquier librería es una manera muy tonta de pretender vender más ejemplares, ¿no?

Oprah Winfrey entrevista a Sarah Palin

De cualquier forma, Going Rogue era un éxito indiscutible y Sarah Palin estaba en la cresta de la ola. Por más que la odiasen, los medios de comunicación eran conscientes de su atractivo para el espectador y, habiendo anunciado que se iba a embarcar en una larga gira por todo Estados Unidos con el fin de promocionar su libro, había peleas por ser la primera en contar con su presencia en una cadena de televisión. Al final, la afortunada fue Oprah Winfrey, la presentadora de «The Oprah Winfrey Show», el principal talk show de los Estados Unidos. Ciertamente, Oprah ha reconocido ser votante demócrata, tanto que en 2008 rompió su tradicional neutralidad y apoyó expresamente a Barack Obama, haciendo incluso campaña con él. Muchos se temieron que pudiera volver a producirse una encerrona como la que le preparó Katie Couric durante la pasada campaña electoral, pero como quiera que esta vez era la propia Sarah Palin quien ponía sus condiciones, no hubo ningún problema y la entrevista fue correcta, un poco aburrida incluso dado que no se tocó ni un solo tema político, pero dado que el programa de Oprah no es de actualidad política, es lo que podía esperarse. Así, por ejemplo, no se abordó la oposición de Palin a la reforma sanitaria, pero sí el embarazo de Bristol. Con estas premisas, la entrevista de Oprah merece ser recordada meramente como la primera concedida por Sarah Palin en la que ésta pudo actuar sin cortapisas, lejos ya de tener que “ceñirse al guión”.

Incluso la propia Sarah Palin pareció estar satisfecha de los resultados puesto que tras haber grabado la entrevista publicó una nota en su página de Facebook explicando que estaba en Chicago con sus hijas Willow y Piper, que ya había grabado su entrevista y que se lo pasaron tan bien que incluso sobrepasaron el tiempo que tenían asignado para ello. En cuanto a la propia Oprah, Sarah describió su trato como muy “hospitalario y amable”.

Going Rogue Tour

 Sin embargo, lo realmente sorprendente de Going Rogue no fueron sus cifras de ventas, sino su gira de presentación. Sabiamente alternada con una entrevista tras otra en los medios de comunicación más fiables para alguien que como Sarah Palin se define a sí misma como una “conservadora con sentido común”, su arranque el 18 de noviembre en Grand Rapids (Michigan) fue una muestra de lo que iban a ser ese par de meses de absoluta locura que vivieron todos sus partidarios en los Estados Unidos.

La gira abarcó 26 estados, parando en 32 ciudades distintas, la mayoría de las cuales no eran en absoluto las habituales en este tipo de giras. Así, por ejemplo, no hubo paradas en Massachusetts, Nueva York o California, estados claramente liberales. Pero sí las hubo en Ohio, Florida o Idaho, además de otras dos especialmente pensadas para encontrarse con los militares estadounidenses, una en Fort Bragg (Carolina del Norte) y otra en Fort Hood (Texas). ¿Qué es lo que pasó en cada una de esas paradas? Pues lo lógico: la gente, los estadounidenses normales y corrientes, se volcaron con Sarah Palin como nunca lo habían hecho antes por nadie y convirtieron el sitio de que se tratara en verdadero “territorio Palin”. Colas de hasta mil personas o más que pasaban doce, veinticuatro o treinta y seis horas esperando en el exterior de una librería en pleno noviembre o diciembre, pasando frío y sin dormir, sólo por el placer de ser uno de los favorecidos en tener su libro firmado por ella. Y si hacía falta, la propia Palin se preocupaba de que nadie perdiese su oportunidad de conseguir su autógrafo, tal y como hizo en Columbus (Ohio) el 20 de noviembre cuando tras terminar de firmar los libros de todos aquellos que habían logrado ser unos de los admitidos al interior de la librería, salió inesperadamente fuera de ella e invitó a unas doscientas personas más que se habían visto obligadas a quedarse fuera a entrar ellas también. O como hizo más de una vez, llegando al lugar de la firma antes de lo previsto y marchándose de él más tarde para así tener tiempo de firmar más libros. O como sucedió en Richland (Washington) el pasado 30 de noviembre cuando se bajó de su autocar bastante antes de llegar al lugar de la firma para así poder hacer el resto del camino a pie, saludar a sus partidarios y darles las gracias personalmente por haber venido.

Sarah Palin no hizo el recorrido sola, sino que le acompañaron algunos miembros de su familia como sus hijos menores, Piper y Trig, éste último toda una estrella en esta gira en lo que supuso un espaldarazo a la causa de los niños con necesidades especiales en un país, Estados Unidos, en el que nueve de cada diez embarazos anunciados de niños con síndrome de Down acaban en aborto. Los padres de Sarah, Chuck Sr. y Sally, la acompañaron también y fueron tan saludados y felicitados como su hija, pidiéndoles muchas personas que les firmaron ellos también el libro. Y es que como la propia madre de Sarah no pudo menos que reconocer durante su parada en Richland (Washington):

Es una verdadera sorpresa. Estábamos preocupados; mira que si aparecemos y resulta que no viene nadie. Estamos verdaderamente entusiasmados de ver todo este apoyo en el estado de Washington.

Durante la gira, fueron muchos los que animaron a Sarah Palin a que se presente a las elecciones de 2012. Y muy posiblemente no fueran desencaminados porque el Going Rogue Tour bien puede suponer un ensayo a pequeña escala de una campaña electoral basada en el contacto directo e inmediato con los votantes.
 
Para empezar, tomemos la gira en sí. Una gira por 26 estados, uno más de la mitad de los que componen los Estados Unidos. En esos 26 estados, se detuvo en 32 localidades distintas, pocas de las cuales son las grandes capitales en las que todos piensan habitualmente: Nueva York, Los Ángeles, Boston, Chicago, Miami, etc. Sí que ha habido grandes localidades como Cincinnati (Ohio), Phoenix (Arizona), Minneapolis (Minnesota), Salt Lake City (Utah) o Reno (Nevada), pero no son las habituales en una gira de este tipo. Sarah Palin ha dejado aparte lo que podría denominarse como la América “liberal” y se ha volcado en la “conservadora”, la que todavía siente su bandera como propia y no se avergüenza de ella, la que en palabras del presidente Obama “se aferra a sus armas y a su religión”, la que no quiere que el gobierno federal les dé la sopa boba y a cambio sólo aspiran a que les deje en paz para ganarse la vida con el sudor de su frente. Es decir, sus votantes naturales. Los que tienen claro desde el año pasado que Sarah Palin es “una de ellos” y que no han cejado en darle su apoyo desde entonces.

Después, podemos ver como esta gira no ha sido una mera gira de carretera y manta que diría un castizo, sino que ha estado salpicada de apariciones, muchas apariciones, ante los medios de comunicación. De hecho, los medios de comunicación se han dado de tortas para conseguir la presencia de Sarah Palin en sus programas y el que no lo ha conseguido… bueno, es un dato para reflexionar. La víspera de empezar la gira, Sarah Palin apareció en el programa de Oprah Winfrey. La entrevista fue buena desde el punto de vista de Sarah Palin, pero para Oprah, en cambio, fue un regalo de Navidad por adelantado ya que obtuvo sus mejores resultados de audiencia en los últimos dos años.

Una vez que Sarah Palin dio el aldabonazo con su aparición en el programa de Oprah Winfrey, empezó la gira y con ella una larga serie de apariciones en programas de periodistas, ahora sí, “serios”: Barbara Walters, Rush Limbaugh, Mark Levin, Sean Hannity, Eddie Burke, Bill O’Reilly, Greta Van Susteren, Laura Ingraham, Dennis Miller, Gretchen Carlson, etc. Con todos ellos, Sarah Palin pudo centrarse por fin en sus propuestas políticas. ¿Qué fue lo bueno de todo esto? Pues fundamentalmente que borró de la memoria del público estadounidense aquella malhadada entrevista de Katie Couric que hasta entonces ocupaba la mente de todo el mundo cuando recordaban a Sarah Palin, volviéndola tan vieja que parece un mal chiste que alguien pretenda recordarla a estas alturas.

Por otra parte, la gira tenía como objetivo fundamental el promocionar un libro, ciertamente. Pero es que la autora es una política y, en consecuencia, es inevitable el hablar con ella de política. ¿Qué hizo Sarah Palin durante sus entrevistas? Aparte de referirse al libro, por supuesto, buena maña se dio en hacer hincapié en su mensaje de “commonsense conservative” (conservadora con sentido común), centrando su mensaje en unas pocas ideas: la cuestión de la economía (no a más impuestos), la cuestión de la energía (Drill, baby, drill!), la cuestión de la seguridad nacional (estamos en Afganistán, y donde haga falta, para ganar), la cuestión de la reforma sanitaria (no a los “death panels”) y la cuestión de una clase política que vive a espaldas de sus representados y que pretende aumentar aún más su poder (no al crecimiento del gobierno federal). Es decir, unas pocas ideas, cierto que negativas en su mayoría, o sea centradas más en oponerse a la actuación del gobierno federal que en presentar sus propias propuestas, pero algo que es lógico puesto que ella está en la oposición y no se presenta todavía a ningún cargo público por lo que no hay motivo de que presente un programa político. De esta manera, va configurando el núcleo de una futura propuesta política, repitiendo unas pocas ideas para que acabasen calando en la mente del público, distinguiéndola así de sus competidores, tanto demócratas como republicanos.

Cena con Billy Graham

Y entre los momentos más destacados de la gira, cabe destacar, por ejemplo, el que se produjo el 22 de noviembre, cuando Sarah Palin, sus padres, su tía materna Katie y sus hijos Piper y Trig acudieron a cenar a Montreat (North Carolina) a casa del reverendo Billy Graham, uno de los predicadores más conocidos de los Estados Unidos y aún del mundo entero, y sus hijos Franklin y Anne

Durante un aparte de alrededor de media hora que mantuvo con el propio Graham, Palin habló sobre su vida en Alaska y su fe, mientras que él, que ha sido consejero espiritual de muchos presidentes y políticos estadounidenses, recordó la vez en que fue a predicar a Anchorage (Alaska) en 1984. Tal y como declaró él mismo:

Ha sido un honor el haber tenido a la gobernadora Palin y su familia en nuestro hogar esta noche. Yo, como mucha gente, me he sentido impresionado por su fuerte compromiso con su fe, la familia y su amor al país.

Billy Graham firmó unas Biblias para todos los miembros de la familia Palin presentes en la cena y dos especialmente para ella: una pequeña de viaje y otra grande. Posteriormente, todos rezaron juntos. Con esta visita y, especialmente, con la “bendición” que Graham le dio cuando su hijo Franklin declaró que su padre ha seguido su carrera y le gusta su fuerte compromiso con la fe, así como que siente que Dios la está usando para despertar a los Estados Unidos, ésta bien podría contar con el apoyo entusiasta del electorado tradicional para el cual la religión no es algo vergonzoso que esconder sino todo lo contrario. Y el apoyo electoral por parte de estos votantes a un candidato supone prácticamente el triunfo de éste en muchos estados del sur de los Estados Unidos, el llamado “Bible belt” (“cinturón de la Biblia”).

Cena en el Gridiron Club

Y otro momento destacado de la gira, dejando aparte el 26 de noviembre, el Thanksgiving Day (Día de Acción de Gracias), cuando Sarah Palin y otros miembros de su familia participaron en una carrera de 5 quilómetros en Kennewick (Washington) a beneficio de la Cruz Roja, y el 2 de diciembre, cuando pronunció un discurso en la Universidad de las Ozarks en Point Lookout (Missouri), se produjo el 5 de diciembre en que cenó en el Gridiron Club de Washington, D.C, el más antiguo, selecto y prestigioso club de… ¡periodistas! En él, los más importantes miembros de los principales medios de comunicación se reúnen una vez al año en una cena especial a la que invitan a una personalidad política republicana y otra demócrata para que pronuncien sendos discursos con la única condición de que sean lo más jocosos posibles. En la cena de ese año, los invitados eran Sarah Palin, por parte republicana, y el representante Barney Frank, de Massachusetts, por parte demócrata.

Muchos pensaban que Sarah Palin no se atrevería a aceptar la invitación que le hicieron, pero no fue así y su discurso resultó tan hilarante que, con todo el pesar de su corazón, los asistentes, muchos de ellos apasionados opositores suyos, tuvieron que reconocer que se había convertido en la vencedora de la noche. Desgraciadamente, ese discurso está tan lleno de referencias a todas y cada una de las controversias en las que se ha visto envuelta Sarah Palin durante ese último año que resulta difícil de comprender si no se es un buen conocedor de ellas. Aún así, merece la pena leerlo:

Buenas tardes. Es fenomenal estar en Washington y me encanta el tiempo que hace. ¡He desafiado a los elementos y he salido a echar una carrera! O como lo llama Newsweek, una foto de portada.

Desde la habitación de mi hotel, desde allí puedo ver la embajada de Rusia, ahí mismo. Es un privilegio el estar aquí esta noche en la librería Barnes & Noble de Washington, D.C. Esta noche voy a leer extractos de mi nuevo libro. ¿Han oído hablar de él quizás? Going Rogue.

En el Yukón no estaban seguros de si elegir ese título y alguien sugirió que siguiese las tendencias de autoayuda de la Costa Este y eligiese Cómo parecer multimillonaria… por sólo 150 de los grandes.

A Todd le gustaba La audacia de la Ladera Norte.

¡Eh! Yo consideré el que no tuviera título en absoluto. Ya lo he dicho antes, pero vosotros, los del Beltway, parece que no os enteráis. No necesitas un título para tener impacto.

Pero de todos modos, vamos a empezar. Voy a empezar mi primera lectura en la página 209:

Estaba completamente oscuro cuando aterrizamos tarde en Arizona el 27 de agosto de 2008. A la mañana siguiente fuimos al rancho de John McCain en Sedona. John estaba esperando en el porche. Antes de que pudiera decir una palabra, le digo — y cito textualmente: “Sé por qué estoy aquí y estoy lista. Pero estoy preocupada. El coste de la protección del crédito de los principales bancos de Estados Unidos está aumentando vertiginosamente. ¿Has pensado algo sobre la especulación de las entidades en el sistema bancario paralelo? ¿Te das cuenta de la vulnerabilidad creada cuando estas instituciones piden préstamos a corto plazo en los mercados de liquidez para invertir a largo plazo en activos no líquidos? John dijo: «You betcha!». Yo pensé: «You betcha? ¿Quién puede hablar así?”.

Bueno, a veces sólo tienes que confiar en tu instinto. Cuando no lo haces, acabas en lugares  como éste. ¿Quién se hubiera imaginado que estaría haciendo migas con este grupo? Por lo menos ahora puedo poner un rostro a todos los periódicos que leo.

Está bien el estar aquí, delante de esta audiencia de importantes periodistas e intelectuales. O como yo lo llamo, un comité de la muerte.

Para ser honrada, tenía serias reservas acerca de venir a visitar a su pequeño y acogedor club. El Gridiron todavía no le ha ofrecido el ingreso a nadie de mi periódico local en Wasilla, el Matanuska-Susitna Valley Frontiersman. Y mi padre pensaba que era una mala idea dejar la gira de promoción del libro por un partido de fútbol. ¡Puede que tenga razón!

He estado de gira por este gran, gran país nuestro en las últimas semanas. Tengo que decirlo, ¡la vista es mucho mejor desde el interior del autobús que debajo de él!

Pero, en realidad, me siento emocionada de estar con ustedes. Y me gustaría dar las gracias al Gridiron por la invitación y a Dick Cooper por su presentación. Parafraseando a John F. Kennedy, ésta debe de ser la reunión más extraordinaria de personas que jamás se han reunido para atacarme con saña desde la última reunión corporativa de la CBS.

A pesar de lo que han leído, o más probablemente, a pesar de lo que han escrito, siento un vínculo real con todos ustedes. Estudié Periodismo, obtuve un título en Comunicación y durante un tiempo sólo quería ser periodista. Incluso fui comentarista deportiva de televisión cuando volví a casa. Supongo que algunos de ustedes probablemente comenzaron de la misma manera… una vez que hubo televisión.

Déjenme volver al libro. Sé que muchos de ustedes están todavía molestos porque no quise entrar en ese juego tonto de Washington. Ya saben, aquel en el que todos ustedes leen un libro en su totalidad, desde la primera página del índice hasta la última.

Pero piensen en ello porque, como no han tenido más remedio que leer el libro entero con la vana esperanza de encontrar su nombre, ¡ahora lo saben todo acerca de Denali, mi madre, mi padre, los globos oculares de los ungulados, pescar salmón en el Nushagak y Ugashik, cerca de Alegnigak, donde hacemos agootak y moose chili! ¡De nada!

Sin embargo, quiero hacer algo muy especial por esta audiencia de la elite de Washington. Por lo tanto, voy a leer algo del índice – que opté por no incluir en la edición de tapa dura. ¿Me creerían si dijera que no lo incluí porque queríamos salvar árboles?

En la A tenemos… “Alaska, incomprensión de los medios de comunicación”. Páginas 1-432.

En la letra B… “Tendenciosos, medios de comunicación”. Páginas 1-432.

Y en la C… “Conservadores, medios de comunicación”. Ver agradecimientos.

Voy a dejarlo aquí. Sé que ésta puede ser una larga noche y como que lo entiendo, vamos a romper con una tradición del Gridiron. Normalmente, el orador demócrata pronunciaría un discurso después de mí. Pero en cambio, el equipo de la campaña de John McCain me ha preguntado si podrían utilizar ese tiempo para refutarme.

Mucho se ha dicho acerca de algunas relaciones de la campaña. La cercanía. Los cálidos sentimientos. John y yo estamos de acuerdo en que todos esos empleados simplemente deberían dejarlo estar. Es historia.

Digamos que si alguna vez necesito un director de campaña calvo, me parece que todo lo que me queda es James Carville. No quiero decir que haya quemado un puente, pero lo sé todo sobre eliminar puentes hacia ninguna parte.

Ese orador demócrata al que me he referido es, por supuesto, el único e irrepetible Barney Frank. ¿Y yo soy la polémica? Barney, la nación tiene con usted y con el gobierno una deuda. Una deuda enorme, histórica e increíble. Sin embargo, es bueno estar aquí con usted, señor presidente. Porque al llamarle presidente no me refiero sólo al Comité de Servicios Financieros de la Cámara. Por lo que puedo decir, Barney es también presidente de AIG, Citibank y Bank of America.

No quiero decir que el gobierno de Estados Unidos esté asumiendo el papel del sector privado, pero tengo que admitir que, en el vuelo hacia aquí, hojeando una revista y mirando una foto del presidente Obama con el presidente de China, la persona que se sentaba a mi lado la señaló y dijo: “Hu es un comunista”. Yo pensé que estaban haciendo una pregunta.

Sin embargo, cuando veo la actuación de esta administración, no puedo dejar de pensar en lo que podría haber sido. Yo podría ser la vicepresidente que supervisa la firma de los cheques para los rescates. Y Joe Biden podría estar de gira, vendiendo su nuevo libro, Going Rogaine.

Y hablando de libros…. ¿He mencionado el mío? Going Rogue. Es un excelente regalo de Navidad. Disponible ahora en una librería cerca de usted. Oigan, de alguna forma tengo que pagar la factura de la campaña por la investigación de mis antecedentes.

En serio, la respuesta ha sido fantástica. Así que voy a cerrar con la lectura de un pasaje final. Página 403:

Me han preguntado mucho últimamente: «¿Qué vas a hacer ahora?» ¡Buena pregunta!

Dondequiera que vaya sé que, como cualquier persona en el ojo público, voy a seguir teniendo mi cuota de desacuerdos con quienes trabajan en los medios de comunicación. Tal vez incluso más de lo que me toca. No sorprenderá a nadie que no crea que se me dio siempre un trato justo o equitativo.

Pero a pesar de eso, respeto mucho los medios de comunicación. Son importantes. ¡Una prensa libre permite un debate vigoroso! Y dicho debate es absolutamente vital para nuestra democracia.

Así que por muy difícil que a veces pueda ser, todos debemos mirar más allá de los agravios personales. Tenemos que avanzar más allá de las pequeñeces de la política. Y debemos permitir que estos hombres y mujeres de increíble talento y esforzados trabajadores hagan las preguntas difíciles y nos hagan rendir cuentas a nosotros y a nuestro gobierno. Porque su misión es tan cierta como el sol naciente sobre el Talkeetna y los montes Susitna.

Vale – nada de eso está realmente en el libro. Ni una palabra. ¡Pero realmente lo creo!

Y creo que vivimos en un hermoso país bendecido con tantas personas diferentes que quieren que lo mejor para sus hijos, para sus familias y para nuestra gran nación. Estoy muy orgullosa de ser estadounidense.

Y de eso es de lo que voy a seguir hablando adónde viaje, sea donde sea que me dirija. No hay mejor lugar que aquí para anunciar adónde voy. ¡Voy a lowa! Estaré allí mañana desde el mediodía hasta las 3.00 pm en la librería Barnes & Noble en Sergeant Road en Sioux City. Lleguen temprano. Se esperan largas colas.

Gracias a todos. ¡Que Dios bendiga a los Estados Unidos!

Cuesta imaginarse lo inimaginable, lo que se produjo al final de la cena: que los periodistas más cínicos de los Estados Unidos saltaran de sus sillas y corrieran a pedir autógrafos a Sarah Palin como si fueran una pandilla de adolescentes ante Hanna Montana. Pero así fue.

Sarah Palin contra William Shatner

Y, por fin, el último momento memorable de la gira de Sarah Palin por todo Estados Unidos tuvo lugar cuando apareció por sorpresa en el programa estrella de la NBC “The Tonight Show with Conan O’Brien” donde se divirtió de lo lindo dándole la réplica al actor William Shatner, el recordado capitán Kirk de la serie “Star Trek”.

El motivo de su presencia en el programa estribaba en que Shatner había hecho ya varias apariciones en él durante los últimos meses mofándose tanto del anuncio de su dimisión como gobernadora de Alaska como de los mensajes que publica cotidianamente en su página de Twitter, que él releía como si fueran poemas. Aquella noche en concreto, estaba previsto que Shatner hiciera lo mismo, pero esta vez releyendo algunos párrafos de Going Rogue.

Así pues, Shatner empezó a leerlo los párrafos seleccionados y lo hizo con su tono burlón habitual e incluso acompañamiento de música, mientras sujetaba el libro en sus manos. Fue entonces cuando apareció Sarah Palin en escena y le dio la réplica siendo ella esta vez quien hiciera poesía leyendo algunos fragmentos de la propia autobiografía de William Shatner, Up Till Now, publicada ese mismo año, también con tono burlón y acompañamiento musical en una escena que permitió que Palin mostrara una de sus facetas que más se han empeñado en ocultar sus críticos: su simpatía y enorme sentido del humor. La escena resultó de lo más hilarante y ambos protagonistas, Palin y Shatner, abandonaron el escenario cogidos de la mano.

Por una vez, un medio de comunicación dejaba de reírse de Sarah Palin y se reía con ella, cambiando lo que hasta entonces era el paradigma de esos mismos medios de comunicación: Palin sólo puede ser tomada a broma. De este modo, O’Brien demostró que Sarah Palin no sólo es un auténtico “animal televisivo” al que la cámara simplemente adora, sino también que tiene una capacidad natural de ganarse al público, especialmente a ese amplio fragmento del llamado “centro” que suele juzgar a los políticos no tanto por sus programas electorales como por su personalidad. ¿Era ése pues un nuevo comienzo? Tal vez. Sólo el tiempo lo dirá, pero no  está de más recordar que no es Sarah Palin quien depende de los medios de comunicación para construir su imagen puesto que eso ya lo ha hecho e incluso se ha visto obligada a hacerlo teniendo a esos mismos medios de comunicación en su contra, sino que son los medios de comunicación los que dependen de Sarah Palin para revigorizar sus programas, algo que comprobó Oprah Winfrey y que una futura aparición de Palin en el programa de Jay Leno acabará confirmando. Llegados a este punto, Palin ya no necesitaba a nadie, bastándose ella sola para situarse como un punto de referencia en el panorama político estadounidense. Y eso iba a tener consecuencias.


Escribiendo America is ready! (III) – Diario de una gran aventura

18/10/2010

 

Les tenía olvidados. Les pido perdón. Hace ya mucho tiempo desde la última vez que les comenté cómo me iba lo del libro, America is Ready! La verdad es que escribir un libro es un trabajo de los más esforzados, sobre todo cuando uno pretende que se trate de un libro con una cierta calidad y, precisamente por ello, pone mucho cuidado en no decir tonterías. De momento, creo que voy por buen camino, pero aún queda mucho por hacer, lo reconozco.

¡Eh, que yo no llevo gafas! ¿Quién ha puesto esta foto aquí?

¿Cómo voy? Pues, de momento, les puedo decir que ésta es la lista de capítulos que tengo terminados, al menos en una primera versión.

AMERICA IS READY!
Sarah Palin y la revolución del sentido común en Estados Unidos

Introducción: ¿Por qué Sarah Palin?

El nacimiento de los Estados Unidos de América

1776. El año en que todo cambió en América.
Una independencia que ganar: de trece colonias a trece estados.
Una nación que construir: de trece estados a una Unión.

El sistema político de los Estados Unidos de América

La piedra fundamental: la Constitución.
Un sistema bipartidista: El Partido Demócrata y el Partido Republicano.
Eligiendo a sus representantes: el Electoral Day.
Haciendo las leyes: el Congreso.
Aplicando las leyes: el Presidente.
Velando por las leyes: el Tribunal Supremo.
El otro platillo de la balanza: los estados.

Sarah Palin, hija de pioneros

Creciendo en Alaska: la joven Sarah Heath.
Sarah Palin, alcaldesa de Wasilla.
Sarah Palin, gobernadora de Alaska.

El salto a la política nacional

Las primarias republicanas de 2008.
Buscando a su vicepresidente: el ticket McCain-Palin.
La desastrosa campaña electoral republicana.

El surgimiento de una nueva fuerza

Barack Obama: el rival que pudo con Hillary Clinton.
Los primeros cien días de la administración Obama.
La eclosión de los descontentos: nace el Tea Party.

El surgimiento de una nueva líder

La vuelta a Alaska de Sarah Palin y su dimisión como gobernadora.
Avanzando en otra dirección: la reforma de la sanidad y una nota en Facebook.
Hong Kong, Going Rogue y otras cosas: los estadounidenses redescubren a Sarah Palin.

Si la comparan con cualquiera de las listas de capítulos que les he ido publicando anteriormente, no dejarán de darse cuenta de que ha variado bastante. Y es que a medida que me pongo a escribir más y más me voy dando cuenta de que “el libro” tiene su propia opinión y cosas y temas que yo me pensaba que eran de lo más oportuno, al final resulta que no lo son. Sencillamente, no funcionan. Más de una tarde me he pasado en el parque, paseando caviloso, preguntándome por qué no me salía un capítulo hasta que al final me he dado cuenta de que eso era así porque lo estaba enfocando mal y tenía que cambiar mis ideas. Dicho y hecho, de vuelta a casa, nuevamente a escribir pero ahora con el nuevo esquema en la mente y mi bloqueo desapareció como por arte de magia.

De momento, llevo escritas unas 92.000 palabras y calculo que aún me faltan unas 20.000 más. Y es que no se trata únicamente de los capítulos, sino también de una serie de anexos que entiendo que serán imprescindibles a la hora de leer el libro. Helos aquí:

Anexos

La Declaración de Independencia.
La Constitución de los Estados Unidos de América.
Votos electorales por estado.
Presidentes de los Estados Unidos de América.
Estados de los Estados Unidos de América.
Resultados de las elecciones presidenciales de 2008.
Lista de ethics complaints presentadas contra Sarah Palin.
Lista de fechas y localidades del Going Rogue Tour.

En principio, me faltan por redactar los siguientes capítulos, pero ya les advierto que es sólo una previsión a la espera de que me ponga a la labor y vea si efectivamente esos son los capítulos que tienen que ser redactados o habrá que realizar algún retoque:

El surgimiento de una nueva alternativa

La primera prueba de fuerza: NY-23.
Un movimiento encuentra a su líder: Sarah Palin y la I Tea Party Convention.
La lucha por el alma del Partido Republicano: los RINO contra los conservadores.

El largo proceso de primarias

Nuevos líderes para una nueva revolución: Sarah PAC y los respaldos de Sarah Palin.
Cinco momentos cumbre: Michelle Bachmann en Minnesota, Carly Fiorina en California, Nikki Haley en South Carolina, Joe Miller en Alaska y Christine O’Donnell en Delaware.

Las elecciones del midterm

La campaña electoral.
Los resultados.

Conclusión: Lo que queda hasta 2012.

La verdad es que no creo que haya que retocar mucho, pero por lo que se refiere al capítulo sobre las elecciones del midterm es muy posible que sí ya que la trama de ese capítulo se está desarrollando actualmente y estoy a la expectativa de lo que pueda suceder. Por descontado, tan pronto como tenga los resultados de las elecciones se lo contaré y les daré mi opinión y esa entrada o entradas que publique serán la base del capítulo correspondiente.

Por otra parte, mi tarea de búsqueda de una editorial que quiera arriesgarse a publicar un libro así ha resultado infructuosa y desisto de ello. Como quiera que tampoco tengo ninguna intención de hacer dinero con él porque lo mío con Sarah Palin es realmente vocacional, he decidido regalarlo. Lo escribiré, lo maquetaré, lo dejaré preparado como un archivo PDF y lo pondré a disposición de todos aquellos de ustedes que tengan a bien solicitarme una copia. Como que estará en PDF, podrán imprimirlo y hasta llevarlo a una imprenta los que quieran y pedir que se lo encuadernen. La verdad es que no tengo muchas ganas de complicarme la vida con estas zarandajas. Yo sólo quiero ayudar a que Sarah Palin sea mejor conocida por todos aquellos que estén dispuestos a prestar un poco de su tiempo a oír lo que esta extraordinaria mujer tiene que decirnos y la verdad es que me daría mucha vergüenza que alguien pudiera reprocharme que estoy haciendo dinero con ella. Yo no quiero hacer dinero con ella; yo sólo quiero una foto suya dedicada, ¡ea! Así pues, despreocúpense todos aquellos que temían que pudiera ser muy caro lo mío porque va a ser regalado y aún debería ser yo quien les pagara a ustedes por su bondad a la hora de dedicar su escaso tiempo libre a leerme a lo bestia, que un libro de casi 120.000 palabras no es moco de pavo.

¿Cuándo lo podrán tener en sus manos? Pues me temo que aún habrá que tener algo de paciencia porque no puedo trabajar todo lo que quisiera. He calculado que al ritmo que voy lo tendré terminado a mediados del mes que viene (me quedan unos días de vacaciones y los voy a aprovechar para seguir las elecciones del midterm en directo, además de para darle un empujón al librico). Cuando termine, será como si hubiera levantado una enorme pared de 120.000 ladrillos; estará recta, estará bien alineada y no se caerá, pero aún habrá que enlucirla y pintarla. O sea, revisar el manuscrito por lo menos dos veces. No quiero poner a disposición de ustedes el libro antes de que esté lo mejor que pueda garantizarles, que será cuando me vea absolutamente incapaz de mejorarlo. Es lo menos que se merecen, ¿no?

Les voy a dar una fecha límite: el 14 de marzo es mi segundo aniversario como bloguista palinista feroz y a mucha honra. Ésa será la fecha límite. Sí, ya sé que todavía falta un montón, pero se me caería la cara de vergüenza si les ofreciera algo que no fuera lo mejor de lo que soy capaz. Y sé que puedo hacerlo muy bien, pero a base de trabajo, trabajo y más trabajo. Yo no soy ningún genio y a mí las cosas no me salen por inspiración sino por transpiración que decía aquél.

De todas formas, para que no sea tan larga la espera les voy a ofrecer un avance: el borrador del último capítulo que he escrito. Si ven el índice, verán que es uno titulado: “Hong Kong, Going Rogue y otras cosas: los estadounidenses redescubren a Sarah Palin”. ¡Ojo! ES UN BORRADOR. Aún tengo que trabajar bastante en él: enlucirlo y pintarlo, ya saben. Pero me ha parecido que estaría bien el ofrecérselo para que vean por donde van los tiros y puedan hacerse una idea de cómo quedará finalmente. Hace un tiempo les publiqué el primer capítulo, uno titulado “1776. El año en que todo cambió en América”. Bien, ese ya está enlucido y con una mano de pintura; prácticamente concluído. Pues la versión que tengo escrita ahora se parece poco a la que publiqué en su momento. Yo creo que es mucho mejor. De hecho, cuando la leo yo, no me creo que la haya escrito yo. Ésa es la piedra de toque para que yo dé por concluido un capítulo: debe parecerme escrita por otra persona.

Ése capítulo se lo ofreceré a todos ustedes mañana porque es bastante largo (creo que es el segundo más largo de todo el libro) y no quiero hacer hoy una entrada kilométrica. Nuevamente les advierto que se trata de un borrador y que yo ahora mismo no hago más que verle defectos que tengo señalados con lápiz rojo, muy rojo. Sean compasivos y no se crean que es una versión definitiva, por favor. La definitiva será verdaderamente legible. Y, por supuesto, siéntanse libres de hacer todos los comentarios que estimen oportunos, sean buenos o malos. Y si alguno de ustedes localiza un error, dígamelo, por favor. Me gustaría que considerasen este libro tan suyo como mío y que hablásemos a partir de ahora de nuestro libro. Porque, al fin y al cabo, todos estamos aquí por Sarah, ¿verdad? Y todo lo que sea poder echarle una mano lo haremos encantados. Por supuesto que sí.

Hasta la próxima pues.

P.D. Recuerden que es un borrador, ¿eh? Que no es la versión definitiva. Que aún hay que retocarlo mucho. ¿Se lo he dicho ya?  ¿Sí?


De cómo el Tea Party metió la pata en Idaho y Sarah Palin no dijo ni mu (y II)

12/10/2010

 

En la anterior entrada dejamos todo el asunto con el candidato demócrata Walt Minnick más contento que unas Pascuas con su nota de respaldo por parte del Tea Party Express, lo cual le permitía sacar pecho y presumir de “candidato de consenso”, tan estimado por la izquierda como por la derecha. Por su parte, los dos candidatos republicanos, Vaughn Ward y Raúl Labrador, seguían estupefactos e intentando entender qué aire les había dado a los del Tea Party Express para ocurrírseles apoyar al candidato demócrata cuando cualquiera de ellos dos es más conservador que Minnick y aquel es justamente uno de esos escaños de la Cámara de Representantes que más fácilmente pueden volver a manos republicanas, con la falta que eso hace.

La excusa que dio el Tea Party Express es que convenía apoyar a algún candidato demócrata más o menos presentable siquiera para cerrar la boca de aquellos que no hacen más que protestar de que el movimiento Tea Party es un movimiento vinculado exclusivamente al Partido Republicano y que sólo apoya a sus candidatos y sólo ataca a los demócratas. Una excusa bastante pobre porque si el movimiento Tea Party se ve en la tesitura de tener que apoyar sólo a candidatos republicanos por algo será, ¿no? Por ejemplo, que no hay ningún candidato demócrata que se adhiera a los principios del movimiento Tea Party (gobierno limitado, responsabilidad fiscal, patriotismo, estricta interpretación de la Constitución, etc.). Y es que si lo hubiera, ese candidato ya no sería demócrata sino que se hubiera pasado al Partido Republicano. ¡Por eso es imposible apoyar a un demócrata! Parafraseando a Ann Coulter, no existe un demócrata inteligente porque cuando uno lo es resulta que ya se ha pasado a los republicanos, ¡caramba!

De todas formas, y tal como ya les avancé de alguna manera en mi anterior entrada, no hay que confundir al Tea Party Express con la totalidad del movimiento Tea Party. Ya les dije que el movimiento Tea Party no es un partido político organizado y con su correspondiente jerarquía, postulados ideológicos y organización dedicada a la toma de decisiones (eso es lo que no consiguen entender de ninguna manera los periodistas españoles, por ejemplo, que hablan del Tea Party como si fuera precisamente eso). El movimiento Tea Party es un movimiento, la expresión visible de un profundo malestar existente entre los estadounidenses y que se refiere a la manera como su clase política ejerce sus potestades en su nombre. Es el “politics as usual” que tantas veces menciona Sarah Palin. Y como tal, no existe jerarquía alguna, sus postulados ideológicos son muy genéricos y de organización interna nada de nada. Es un paraguas bajo el que se cobijan multitud de organizaciones y particulares que asumen la idea general del movimiento (¡estamos hasta los mismísimos… de nuestros políticos, tanto de los de un lado como de los del otro!) y que aúnan esfuerzos en pro de un cambio de rumbo que limpie Washington de los mismos de siempre y lleve en su lugar a otros nuevos comprometidos con sus votantes y que, ante todo, sean conscientes de que su misión es la de llevar la voz de estos al Congreso de los Estados Unidos, no la suya propia.

El movimiento Tea Party, que actualmente está siendo coordinado en lo posible por la National Tea Party Federation, se compone estrictamente de unas 61 organizaciones así como de otras 21 con las que mantiene buenas relaciones. Entre estas, podemos mencionar como las más conocidas a:

  • ­ Americans For Limited Government
  • American Majority
  • Americans For Prosperity
  • FreedomWorks
  • Independence Caucus
  • Liberty First
  • Our Country Deserves Better PAC
  • Smart Girl Politics
  • Tea Party Nation
  • Tea Party Patriots
  • The 912 Project
  • The Patriot Caucus

De entre ellas, la que nos interesa resaltar ahora mismo es Our Country Deserves Better PAC porque es dentro de ella que encontramos al Tea Party Express. OCDV PAC es eso, un PAC (polítical action committee) y como tal recauda fondos y los distribuye entre los políticos a los que apoya. Así, por ejemplo, fueron ellos los que apoyaron más intensamente la campaña electoral del ahora senador Scott Brown en Massachusetts, pagando hasta 350.000 dólares en anuncios televisivos en su favor. También han organizado los tres Tea Party Express que se han producido hasta ahora, siendo el más recordado por todos nosotros el tercero de ellos, el Tea Party Express III, siquiera porque su salida tuvo lugar en Searchlight (Nevada), la localidad natal del senador demócrata Harry Reid, adonde acudió Sarah Palin a pronunciar un pequeño discurso y dar su apoyo a la iniciativa, así como acudió también a la penúltima parada del recorrido en Boston (Massachusetts). Además, han apoyado exitosamente a Sharron Angle en Nevada en su campaña contra su rival en las primarias republicanas Sue Lowden, gastándose casi medio millón de dólares en anuncios para ella (sí, tienen pasta; ya lo creo). En Utah, apoyaron exitosamente también a Mike Lee contra su rival en las primarias republicanas Bob Bennett, el actual senador, y en Alaska, de nuevo exitosamente, a Joe Miller en Alaska contra su rival republicana en las primarias Lisa Murkowski. En los tres casos, se trata de candidatos al Senado de los Estados Unidos.

Pero como quiera que el movimiento Tea Party no es una organización vertical, organizada de arriba abajo, no tiene una cúpula directiva y no puede dar órdenes a sus afiliados (que tampoco los hay, en realidad; cada persona apoya a su organización local en la medida que le da la gana y ya está). En consecuencia, si los del Tea Party Express deciden que les gusta Minnick y que ya está bien de pasar por ultraderechistas siempre y que van a darles con un canto en los dientes a todos esos que les dicen tantas cosas feas, pues nadie puede hacer nada y ahí va el Tea Party Express metiendo la pata de tal manera que difícil será para ellos empeorarlo. Pero sí que lo empeoraron… y mucho.

Toda la culpa la tiene una carta satírica que el portavoz del grupo, Mark Williams, publicó en su página web en respuesta a una serie de críticas realizadas al movimiento Tea Party por parte de la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), acusando a varias de sus organizaciones de racistas, lo cual es el pan nuestro de cada día. El caso es que Mark Williams se sintió tan ofendido por la acusación que acto seguido publicó esa carta a la que hemos hecho mención y que, pretendiendo estar dirigida al presidente Abraham Lincoln, decía exactamente esto:

Estimado Sr. Lincoln:

Nosotros, la gente de color, hemos votado y decidido que no nos mola toda esa cosa de la emancipación. La libertad significa tener que trabajar de verdad, pensar por nosotros mismos y asumir las consecuencias junto con las recompensas. Eso es demasiado pedir de nosotros, la gente de color, ¡y exigimos que se detenga!

De hecho, tuvimos una gran reunión y una votación en Kansas City esta semana. Votamos a favor de condenar ese revival político del viejo espíritu abolicionista que se denomina “movimiento Tea Party”.

La postura del Tea Party de “poner fin a los planes de rescate”, por ejemplo, es una tontería. Los planes de rescate son simplemente un montón de dinero para el bienestar ¿y no es eso precisamente por lo que toda la gente de color lucha? ¿Qué clase de racista quería terminar con un montón de dinero para el bienestar? ¡Lo que tienen que hacer es empezar a destinar los planes de rescate directamente a nosotros, la gente de color! Por supuesto, la National Association for the Advancemente of Colored People es la única parte responsable a la que debería serle concedido el derecho a asignar los fondos. ¿Y esa ridícula idea de “reducir el tamaño y la intromisión del gobierno”? ¿Qué clase de amo no querría controlar mi vida? ¡Como gente de color alguien debe cuidar de nosotros o de lo contrario estaríamos solos, tendríamos que pensar por nuestra cuenta y tomar decisiones!

El racista Tea Party también exige que el gobierno “detenga el gasto fuera de control”. De nuevo, afecta directamente a la gente de color. Eso significa que nosotros, la gente de color, tendríamos que competir por los puestos de trabajo como cualquier otro y eso no es justo. Tal vez el punto más racista de todos en el Tea Party es su exigencia de que el gobierno “deje de subir los impuestos”. ¡Eso es indignante! ¿Cómo vamos a conseguir nosotros, la gente de color, una televisión de pantalla ancha en cada habitación y a los que no son de color se les permite conservar el dinero que ganan? ¡Totalmente racista! ¿El Tea Party espera que nosotros, gente de color, seamos miembros productivos de la sociedad?

Sr. Lincoln, usted fue el mayor racista de todos. Teníamos una gran situación. Tres comidas, alojamiento, todas nuestras decisiones tomada por el amo de la casa grande. Por favor, derogue las Decimotercera y Decimocuarta Enmiendas y déjenos volver a donde pertenecemos. 

Sinceramente,

Como pueden ver, una carta de lo más ácida que uno puede imaginarse. Personalmente, no me hace gracia porque creo que falla en su intención de concretar a sus destinatarios, que son los de la NAACP, y, en consecuencia, engloba a todos los negros estadounidenses lo que puede hacer sentirse ofendidos a muchos de ellos que no tienen culpa de nada, pero tampoco la considero terrorífica. Desacertada y para de contar. Además, quienes ya llevamos un par de años siguiendo a Sarah Palin hemos tenido la desgracia de leer y escuchar cosas mucho peores que ésta y sin que nadie moviera un dedo en su defensa (aparte de nosotros, bloguistas palinistas). E incluso los “graciosos de turno” se han sentido indignados cuando Palin ha protestado (¿recuerdan los comentarios repulsivos de Jay Leno sobre su hija Willow? Nosotros sí).

Mark Williams, el portavoz de Tea Party Express. Sin comentarios. Que cada uno saque sus propias conclusiones, por favor.

El caso es que la carta es desacertada porque los de la NAACP aprovecharon que Williams picó el anzuelo y montaron una de aquí te espero clamando “¡racista!” a voz en grito. En Idaho, el escándalo provocó que Minnick, el candidato demócrata que tan felices se las prometía, tuviera que tomar partido por la NAACP (por supuesto) y exigiera que el Tea Party Express expulsara a Williams de la organización. El Tea Party Express dijo que no, que tururú, y Minnick replicó por escrito condenando al Tea Party Express y rechazando su anterior apoyo prestado por parte del grupo. De todas formas, Minnick no quiso romper del todo con el movimiento Tea Party y declaró que mientras que la carta de Williams era de muy mal gusto:

Ésa es una razón por la cual mi interacción con el popular movimiento Tea Party aquí en Idaho ha sido muy positiva. Encuentro que la vasta mayoría de sus miembros son cordiales, educados y sinceros. Aunque están fuertemente en descuerdo con el presidente y sus políticas, su pasión tiende a enfocarse en los asuntos y no en las personalidades. Por supuesto, en cualquier movimiento hay algunos que llevan las cosas demasiado lejos y dicen o hacen cosas odiosas o hirientes que dañan la causa de todo el grupo. Sin embargo, aquellos que ascienden o reclaman el liderazgo en esos movimientos tienen la obligación de liderarlos con respeto por el movimiento y sus miembros y en consecuencia ser responsables de sus obras y sus palabras.

Uno sospecha que Minnick nunca se sintió demasiado a gusto con el apoyo de marras y que vio el cielo abierto cuando estalló el escándalo como la excusa perfecta para deshacerse de él quedando tan ricamente con el resto del movimiento así como con sus seguidores izquierdistas tradicionales.

Por su parte, Labrador, el candidato republicano vencedor de las primarias, declaró a su vez que condenaba la acción de Williams también, pero pidió que no se culpabilizara a todo el movimiento Tea Party por lo que no es más que la actuación de una sola persona:

Como alguien que ha experimentado el racismo [Labrador es portorriqueño], condeno las declaraciones de este particular. Pero he conocido a mucha gente de diferentes razas en los actos del Tea Party y no creo que las acciones de esta única persona deban ser representativas del resto de personas del movimiento.

¿Y cómo terminó el asunto? Pues finalmente la National Tea Party Federation tomó cartas en el asunto y exigió a su vez la expulsión de Williams del Tea Party Express y el rechazo por parte de estos de su carta, que calificaron de “claramente ofensiva”. La carta fue finalmente retirada de la página web del grupo, pero Williams fue apoyado expresamente por el Tea Party Express y, en consecuencia, la National Tea Party Federation decidió expulsar a todo el grupo del movimiento Tea Party.

Tras semejante resolución, Williams declaró que era una lástima que la NAACP haya escogido el aprovecharse de la situación en lugar de ayudar realmente a la comunidad negra:

No me sorprende que estén entrando al trapo porque la NAACP acaba de descubrir un pozo de petróleo bien lleno de contribuciones en efectivo que les llegarán después de esta resolución [la de la National Tea Party Federation]. Y sé que Al [Sharpton] y Jesse [Jackson, Jr.] van a querer su parte. Los mercaderes de esclaros del siglo XVI deben de haber sido tan buenos explotando a los africanos como lo son ellos.

 En fin, que finalmente la NAACP logró su victoria y al movimiento Tea Party le han sacudido un estacazo que no debería haber recibido nunca, pero las cosas son así. Por mi parte, ya se lo he dicho: la carta es desacertada, pero nada más. Lo que ocurre que cuando uno es un maestro en utilizar la más mínima excusa para armar lío como lo es la NAACP, estos errores se pagan. Williams tendría que haber sido más listo y no haberse dejado tentar por esos tipos, pero no lo fue y las consecuencias a la vista están.

Una metedura de pata. Nada más. El Tea Party Express seguirá existiendo y seguirá actuando, no lo duden. Ya lo dijo Williams en su momento:

No hay un liderazgo en el movimiento Tea Party, cada miembro del Tea Party es un líder.

Y Sarah Palin siguió sin decir ni mu. Hasta la próxima entrada.


De cómo el Tea Party metió la pata en Idaho y Sarah Palin no dijo ni mu (I)

09/10/2010

 

Lo prometido es deuda (¿lo he dicho alguna vez antes esto?). El caso es que me ofrecí en mi entrada anterior a explicarles el curioso caso del Tea Party apoyando a un candidato demócrata en el estado de Idaho y, a la vista del interés que me han manifestado por saber qué había pasado, voy a cumplir mi palabra para que vean que no soy político ni hijo de político (que lo dice la Biblia).

Antes que nada, darles mi opinión sobre lo que sucedió con Vaughn Ward, el que algunos ya catalogaron en su momento como el peor candidato de la historia de los Estados Unidos. ¡Hombre, tampoco hay que exagerar! Es cierto que Ward metió la pata hasta el fondo y que no lo hizo una ni dos ni tres veces, sino un buen montón, pero tampoco hay que cargar las tintas. Si Ward no hubiera sido respaldado por Sarah Palin, seguro que nadie sabría nada de él y sus pifias habrían quedado para la historia local, o sea para algún ratón de biblioteca y nada más.

En mi opinión, Ward era un buen candidato a quien se le subieron los humos a la cabeza. No pongo en duda la firmeza de sus creencias conservadoras ni la rectitud de sus intenciones, sobre todo porque eso es algo que Sarah Palin y sus colaboradores seguro que comprobaron sobradamente antes de hacer público su respaldo. Sin embargo, la gestión de su campaña demostró una total falta de profesionalidad, fuera la culpa de quien fuera: suya, de su director de campaña o de Perico de los palotes. En un país, los Estados Unidos, donde la dirección de campañas electorales es una profesión y una de las más competitivas que existen, uno no pude cometer errores tan garrafales como hacer una página web de cortar y pegar y confiar en que nadie se dé cuenta de ello, copiar párrafos del discurso electoral de otro candidato y pensar que ya nadie lo va a descubrir y, sobre todo, ir de chulo por la vida y pretender no saber dónde está Puerto Rico, que, para más inri, es el lugar de nacimiento de tu rival, que te pillen no sabiéndolo y encima presumir de que eso no tiene ninguna importancia.

El respaldo de Sarah Palin es uno de los más codiciados actualmente por cualquier candidato aunque por sí solo no garantiza la victoria. Es cierto que puede decantar una elección reñida a favor de uno de los contendientes, pero sólo si ese candidato aprovecha ese plus de popularidad que le otorga el reconocimiento por parte de Sarah Palin para impulsar su campaña electoral y llegar así hasta donde no había llegado por sus propios medios, ya sea a la hora de recaudar fondos, obtener popularidad o lograr la confianza del electorado. Y eso es una cosa que la propia Sarah Palin valora mucho a la hora de hacer públicas sus notas de apoyo: en qué momento es más conveniente para su patrocinado que lo haga. Si Ward se pensaba que sólo porque ella le respaldaba la elección estaba ganada, bien equivocado estaba. Si hubiera gestionado inteligentemente su campaña, ese respaldo le habría supuesto el abrir una brecha insalvable entre su rival y él a poco más de dos meses de la fecha de la votación, lo que a la postre le hubiera dado la victoria, pero no fue así y un tonto apoyado por Sarah Palin no se vuelve listo de la noche a la mañana sino que continúa siendo tonto. Sarah Palin no gestiona las campañas de sus patrocinados ni les ofrece más ayuda que su apoyo público y tal vez una modesta contribución económica a través de SarahPAC; si un candidato ha de ganar, lo hará por sus propios méritos y no porque ella lo avale. O sea, que cuidado porque Sarah Palin no hace milagros y estas primarias en Idaho así lo demuestran.

¡Qué vergüenza! Un demócrata aquí en mi blog… Nunca había pasado y me siento abochornado. En fin, que no hay más remedio. Les presento a Walter (más conocido por Walt) Minnick, el candidato demócrata a la Cámara de Representantes por la 1ª circunscripción electoral de Idaho. Él será el rival de Raúl Labrador, el vencedor de las primarias republicanas.

Walt Minnick, que logró su escaño en 2008, batiendo al republicano Bill Sali, el entonces representante en Washington, no tuvo rivales en estas pasadas primarias demócratas. De 67 años de edad, Minnick empezó su carrera política en tiempos del presidente Nixon y fue uno de los creadores de la famosa Drug Enforcement Administration (DEA) aunque dimitió de su cargo cuando se hizo público el escándalo Watergate, dejando entonces la política y dedicándose a su trabajo como abogado en el sector privado hasta que en 2008 volvió a presentarse para un cargo político, ganando las elecciones.

Su historial hasta ahora es corto, pero nadie puede dudar de que se trata de un blue dog democrat, o sea uno de esos demócratas que votan más veces conservador que liberal. Así, Minnick ha votado contra la ley de estímulo económico (¡bien!), contra Obamacare (¡bien!) y contra la ley de cap-and-trade (¡bien!). Vamos, que Minnick es uno de esos demócratas con los que uno podría hablar y hasta entenderse en un Congreso que no estuviera obsesionado con “transformar” los Estados Unidos, pero de eso a votarlo…

Y eso fue precisamente lo que pasó. En abril, el Tea Party Express, uno de los muchos grupos organizados que componen el movimiento Tea Party, anunció que respaldaba su candidatura por más que hubiera otros dos candidatos republicanos (ya fueran más o menos conservadores) en liza, dejando estupefactos tanto a republicanos como al propio demócrata quien debió de preguntar acto seguido si el infierno se había congelado y si alguien había visto a un cerdo volando. Según uno de los dirigentes del Tea Party Express, Sal Russo, su apoyo se debía al hecho de que es importante que el movimiento apoye a demócratas como Minnick “que tienen la voluntad de hacer frente a Pelosi y a Reid”, sobre todo cuando se trata de cuestiones económicas.

La cara que le quedó a los dos candidatos republicanos fue un poema, por descontado y sus declaraciones fueron en tal sentido: sencillamente no entendían nada y ya estaban hartos de ir con la cabeza levantada buscando a esos malditos cerdos voladores que nadie lograba ver. Pero es que no era sólo a ellos dos, Ward y Labrador, a quienes sorprendía y molestaba esa noticia, sino también a los miembros del Tea Party local, que tampoco entendían nada y no estaban nada convencidos de los argumentos dados por Russo.

Éste, por su parte, seguía defendiendo la bondad de su respaldo y alegó que su grupo habían consultado con una larga serie de grupos y activistas individuales del propio Idaho antes de tomar su decisión y que su objetivo final era el de “animar a otros” demócratas a plantar cara a Pelosi y a Reid. “Cuando encuentras a alguien con la voluntad de plantarse, uno va y se planta con él”, dijo finalmente. Incluso anunció la posibilidad de que no fuera el único demócrata al que apoyaran y que hubiera más ya que “no puede tratarse de una cuestión de un solo partido. La responsabilidad fiscal tiene que estar incrustada en ambos”.

Es cierto que el movimiento Tea Party siempre ha estado por encima de ambos partidos y que ha exigido a ambos que se reformen y asuman los mismos principios, especialmente a la hora de gestionar el dinero público, acabando con el derroche. También es cierto que Minnick no sólo no apoyó la ARRA, la ley de estímulo económico, sino que propuso su propia versión de la misma en la que en lugar de 830.000 millones de dólares se bajaría a 170.000 millones y, lo más interesante, desaparecían todas y cada una de las previsiones existentes en la ARRA de earmarks (ya saben, la pasta esa que se llevan cruda los legisladores a cambio de su apoyo), así como incluía la previsión de que todo el dinero que no se hubiera gastado todavía una vez que empezara la recuperación económica fuera devuelto a las arcas federales.

Sin embargo, si bien Minnick votó en contra de todo esto, también es cierto que votó A FAVOR de que Nancy Pelosi fuera la speaker de la Cámara de Representantes y no hay motivos para dudar de que lo vuelva a hacer en 2011, cuando se abra el nuevo período de sesiones. Y si ella es la speaker, la agenda legislativa será la que ella quiera. No hay ninguna seguridad de que la Cámara de Representantes vaya a ser republicana después de las elecciones de noviembre, así que cada voto cuenta y cada escaño arrebatado a los demócratas también. Apoyar al demócrata Minnick en un estado republicano, especialmente cuando su elección en 2008 fue muy ajustada y algo así como un accidente y existen actualmente dos candidatos republicanos con serias posibilidades de desbancarlo no es un error sino un crimen casi. Minnick puede ser un buen gestor económico y estar en desacuerdo con el despilfarro y demás, pero en cuestiones de principios, en cuestiones de Gran Gobierno, de “estado del bienestar” y de empujar al país hacia el socialismo, no lo está y sólo por eso no se le puede ni dar la mano siquiera por la calle. Y mucho menos un respaldo abierto.

¿Qué hay en realidad detrás de este apoyo tan extravagante? Tampoco hay que buscarle tres pies al gato. Sencillamente, que el Tea Party Express ha querido incluir al menos a un demócrata en su lista de apoyos para así evitar la acusación de ser unos títeres del Partido Republicano. Y para ello han elegido al demócrata menos demócrata que han podido encontrar aunque siga siendo demasiado demócrata para que resulte digerible. Vamos, que los del Express han empezado a acomplejarse, a preocuparse más por lo que digan los demás que por lo que crean ellos que es oportuno y, en consecuencia, a volverse “bizcochables”.

Y a todo esto, ¿qué dijo el interesado, el propio Minnick, cuando se encontró respaldado por semejante gente? Pues en un principio estaba encantado, ja, ja, ja. Si es que un político es un político aquí y en Katmandú y todos son iguales. Por supuesto es lo último que se esperaba, pero una vez que le llegó, lo apreció, tal y como declaró a la CNN:

[Los teapartiers] son simplemente gente ordinaria que cree que el gobierno debería equilibrar su presupuesto. No hay nada radical en ello, así que estoy muy satisfecho de tener su respaldo.

Sin embargo, pasados los primeros días, Minnick y John Foster, su portavoz, empezaron a preocuparse por la repercusión que iba a tener ese respaldo entre sus votantes demócratas tradicionales y aunque éste último descartaba la posibilidad de rechazar el respaldo diciendo que “Walt no tiene la costumbre de rechazar apoyos”, también es cierto que le preocupaba el hecho de que “estar en una lista con Joe Wilson y Michele Bachmann no es algo que nos entusiasme”.

Foster también reveló que Minnick había sido el único representante de Idaho que había acudido personalmente a un town hall meeting organizado por el movimiento Tea Party en agosto del año pasado para tratar del tema de la reforma sanitaria. Según Foster, su jefe se mantuvo firme en sus opiniones y se ganó el apoyo de los asistentes en cuestiones económicas pero no en otro tipo de cuestiones en las que Minnick declaró que estaba DE ACUERDO con lo que estaba haciendo el presidente Obama.

Creo que [el respaldo] es una indicación del trabajo que él ha realizado sobre el terreno pero más importante de su capacidad de hablar con cualquiera y buscar posturas comunes siempre que sea posible.

Pero es que a los teapartiers de Idaho tampoco les hizo gracia el asunto. Así, la organización local del Tea Party en Boise, la capital del estado, declaró que ellos no habían sido consultados en absoluto sobre el asunto por parte del Tea Party Express. Así, tal y como dijo en su momento Russ Smerz, uno de sus dirigentes:

No sabemos de dónde se ha sacado el Tea Party nacional este respaldo de Walt Minnick. Es algo preocupante para nosotros que el Tea Party Express respalde a alguien en el estado de Idaho sin consultarnos primero a nosotros. Nosotros no respaldamos a ningún candidato ahora mismo – ni siquiera a Walt Minnick.

Y todo eso mientras los dos candidatos republicanos, Ward y Labrador, acudían por separado a distintos eventos organizados por el Tea Party local con el objetivo de ganarse su apoyo. Así, Ward declaró que a él los únicos respaldos que le importaban eran los que provenían del propio Idaho (otra metedura de pata porque eso, además de una chulería y de ser falso, implicaría despreciar los respaldos que recibió en su momento tanto de Sarah Palin como del propio Partido Republicano). En cuanto a Labrador, éste estuvo más acertado al quejarse de que el dichoso respaldo no era más que una interferencia por parte de grupos nacionales que no están familiarizados con la política en Idaho y que no asocia ese respaldo con el que puedan otorgar los grupos locales del Tea Party.

Por si acaso, el Tea Party de Boise acabó respaldando a Labrador, pero algunos de sus miembros no estuvieron de acuerdo puesto que ellos preferían a Ward y hubo rumores en su momento de una secesión en el seno del movimiento, lo que no hace más que resaltar de nuevo que el movimiento Tea Party no es en absoluto un partido político al uso, sino un mero paraguas bajo el que se cobijan multitud de organizaciones distintas que abarcan una amplísimo espectro político. Como dijo Ward más tarde, refiriéndose al propio movimiento:

A medida que crece como movimiento nacional, empezaremos a ver una jerarquía que ocupe el puesto correspondiente (…) Habrá un proceso de maduración que llevará su tiempo. Este movimiento está en sus primeras etapas y va a tener que empezar a madurar y organizarse si sus líderes quieren que las cosas se hagan.

No todos opinan en este sentido, como el anteriormente citado Sal Russo del Tea Party Express, quien dijo:

Nuestra creencia es que el movimiento será más fuerte si crece como un movimiento popular y no hay una organización nacional que dicte a los distintos grupos lo que tienen que hacer.

Por su parte, Labrador no veía nada malo en que se produzcan estos roces dentro del Tea Party, lo cual para él es “completamente saludable” para un movimiento que aún está en su infancia.

No veo nada negativo acerca de ello. Lo único que le aconsejaría a la organización nacional es el mismo que le daría a cualquiera que viniera de Washington, D.C.: antes de ponerse detrás de un candidato, hablen con la gente de aquí. Son ellos los que importa. Esto es un movimiento, no un partido.

Y eso es lo mismo que creo yo: el Tea Party es un movimiento y no un partido y como tal no debe pretender convertirse en un partido porque será un fracaso. Pero bueno, ya veremos qué sucede. Por cierto, que la historia no termina aquí porque aún tengo que explicarles más. Y tan apasionante como lo que les he contado hasta ahora. En concreto, el rechazo final de Minnick al respaldo del Tea Party Express y la expulsión del propio Tea Party Express del movimiento Tea Party por… ¡racismo! También les explicaré algunos detalles sobre el movimiento en sí.

¡Ah, que se me olvida! Y a todo esto, ¿qué dijo Sarah Palin? ¿Se acordó de California y lo que le dijeron entonces algunos del Tea Party cuando apoyó a Carly Fiorina? Seguramente, pero se lo guardó para sí y no dijo nada. Ni mu. Sarah Palin es Sarah Palin y mira que ya lo he dicho veces, pero todavía habrá que repetirlo hasta que la gente se acostumbre. Y el Tea Party es magnífico, pero no es un partido sino la expresión de una voluntad de cambio en la política estadounidense que deberá ser realizada por alguno de los dos grandes partidos políticos y no por un tercero que es claramente inviable. Y punto y final.

Y ahora me toca escribir un rato de libro. ¡Ea, al trabajo!


El caso de Vaugh Ward y las primarias de Idaho o cómo meter la pata hasta el fondo y no poder echarle la culpa a nadie más que a uno mismo

06/10/2010

 

¿Quién es Vaughn Ward? Pues se trata de uno de los candidatos republicanos que se presentaron durante estas pasadas primarias con la esperanza de lograr ser nominados por su partido y poder así disputar las elecciones generales al candidato demócrata de turno este próximo mes de noviembre. En concreto, Ward se presentó como candidato a representante en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por la 1ª circunscripción electoral de Idaho.

Sin embargo, Ward no logró su objetivo y fue derrotado, saliendo vencedor su rival, Raúl Labrador, que será quien finalmente dispute el escaño al candidato demócrata, el representante actualmente en el cargo, Walt Minnick. Hasta aquí todo bien, ¿verdad? Un candidato republicano más, un candidato republicano que ha perdido las primarias como tantos otros y un candidato republicano que deberá esperar a una nueva oportunidad quizás dentro de dos años si es que no prefiere cambiar de objetivo y presentarse como candidato al Senado, por ejemplo.

Pero es que Vaughn Ward no era un candidato republicano más porque si lo fuera, no gozaría del honor de ser citado en este blog (perdón por la inmodestia). Vaughn Ward era uno de los 43 candidatos republicanos que tuvieron el aún mayor honor de ser respaldados públicamente por Sarah Palin no sólo con una de sus notas en Facebook, sino que ésta incluso se desplazó en su momento hasta Idaho para celebrar un rally junto a él. ¡Y aún así perdió las primarias! Sí, las perdió. Increíble, ¿verdad? Ward era un buen candidato y prometía maneras, pero la gestión de su campaña electoral fue realmente pésima y ahí Sarah Palin no podía hacer nada; ella puede apoyar a un candidato porque tiene fe en él y cree que sus valores conservadores son sólidos y que los motivos para presentarse que esgrime son los correctos, pero ella no gestiona campañas electorales y si alguno de sus “patrocinados” mete la pata y se hunde, la culpa es exclusivamente suya y no de ella que no ha tenido nada que ver. Y eso es lo que le ha pasado a Ward, tal y como lo vamos a ver acto seguido.

Les presento a Vaughn Ward, una auténtica estrella caída. De los pocos casos en los que alguien respaldado por Sarah Palin no ha logrado su objetivo, el de Ward es el más sorprendente. Nunca hubiera debido de pasar lo que ha pasado, pero ya no tiene remedio. A Ward le toca aprender de sus errores y a nosotros lamentar que esta entrada tenga que ser escrita.

El motivo de redactar esta entrada es la amable petición de uno de nuestros amigos, rojobilbao, que me preguntaba hace poco si sabía lo que había pasado con Ward. Y sí, ciertamente que lo sé, pero como que es demasiado irritante para recordarlo, prefería no hablar sobre ello. De todas formas, no es escondiendo nuestros errores como avanzaremos en el camino de la perfección, así que tal vez no sea tan mala idea el repasar rápidamente lo que sucedió en Idaho estos últimos meses y así poder ofrecer a todos una especie de manual sobre cómo no llevar una campaña electoral. A ver si le sirve a alguien de provecho.

Todo comenzó antes, pero para nosotros, palinistas fervorosos, comenzó realmente el 29 de marzo pasado cuando comprobamos que Sarah Palin había publicado en su página de Facebook una nueva nota de apoyo. En este caso, era una nota colectiva y una en concreto de las más interesantes. Se titulaba “Héroes estadounidenses preparados y dispuestos a servir en el Congreso” y en ella hacía público su apoyo a tres ex militares que habían decidido presentarse a las primarias republicanas de sus respectivos estados: Vaughn Ward (Idaho), Adam Kinzinger (Illinois) y Allen West (Florida). En concreto, la parte de la nota referida a Ward rezaba así:

El primero es el comandante Vaughn Ward, un nativo de Idaho de cuarta generación que creció en la granja de su familia en Shoshone y que se presenta por la primera circunscripción electoral de Idaho. Viniendo de una familia con una orgullosa tradición militar, Vaughn se alistó en el Cuerpo de Marines tras concluir la universidad y estaba a punto de terminar su servicio cuando sucedieron los ataques del 11-S. Puso su vida en juego y atendió la llamada de su país – sirviendo primero como oficial operativo de la CIA y más tarde ofreciéndose voluntario al Cuerpo de Marines para un turno de servicio de combate en Irak, durante el cual fue galardonado con una Estrella de Bronce con la V de combate. Tras regresar de Irak, Vaughn empezó a trabajar en la campaña McCain/Palin. Le estuve agradecida por su apoyo entonces y me siento feliz de apoyarle ahora porque sé que cree en los mismos ideales conservadores de sentido común que apreciamos. Vaughn sabe que el verdadero crecimiento de los empleos viene del sector privado, no del gobierno. Cree en las reformas respetuosas con el libre mercado, el alivio de los impuestos para las familias y los pequeños negocios y el regreso a un gobierno constitucionalmente limitado que viva con sus propios medios. Él llevará la bandera conservadora a Washington y tirará de las riendas del disparatado crecimiento del gobierno para devolverlo a nuestro lado. Y recuerden, votar por Vaughn es votar por quitarle el mango de la sartén a Nancy Pelosi.

Los tres se presentaban a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y de los tres, sólo Ward ha fracasado en su empeño, algo que nunca debería haber pasado, ¡caramba!

Esto sucedía en marzo. En mayo, el día 21 en concreto, Sarah Palin hizo un viaje a Boise (Idaho) para celebrar un rally en apoyo de Ward. Por supuesto, el lugar del rally, el Qwest Arena, vendió todos los asientos disponibles. Y por supuesto también, el rival de Ward, Raúl Labrador, estaba que se subía por las paredes porque Sarah había respaldado a Ward y no a él, así que sus partidarios se habían embarcado en una campaña de ataque contra Sarah Palin que al final tuvo que ser desautorizada poco antes de la celebración de este rally por el propio Labrador a la vista de que era más perjudicial que otra cosa.

¡Sarah, Sarah, Sarah! El de al lado es Ward, pero ¿a quién le importa ése? A nosotros sólo nos interesa Sarah Palin. ¿A que le sienta bien el azul? Es un color tan alasqueño…

La primera circunscripción electoral de Idaho está considerada desde siempre como una circunscripción republicana, pero curiosamente en 2008, aprovechando la marea demócrata que ahogó a medio Estados Unidos, dicha circunscripción cambió de bando y eligió al demócrata Walter “Walt” Minnick como su representante por los pelos (51% de los votos contra el 49% del candidato republicano, Bill Sali, que era el representante entonces en el cargo).

En consecuencia, la campaña de 2010 se abrió bastante y no sólo se presentó el representante estatal Raúl Labrador, sino también estaban el médico Allan Salzberg (quien se retiró y dio su respaldo a Labrador), el representante estatal Ken Roberts (que se retiró y dio también su respaldo a Labrador) y Vaughn Ward, que no era en absoluto un desconocido sino que se trataba de una de las jóvenes promesas del Partido Republicano, un Young Gun (una categoría existente dentro del Partido Republicano para seleccionar a los candidatos más prometedores para los diferentes cargos y así procurar no desperdiciar tiempo ni dinero con candidatos sin posibilidades; ser un young gun implica haber logrado por sí mismo suficiente apoyo, tanto político, económico y popular, como para resultar una apuesta segura prácticamente), habiendo sido etiquetado como tal por el National Republican Congressional Committe (NRCC) en febrero junto con otros nueve candidatos igual de prometedores. De este modo, Ward se beneficiaría de más apoyo económico por parte del Partido Republicano. Tan importantes son las elecciones en Idaho-1 que el propio Ward declaraba entonces:

Éstas son las diez campañas más importantes de la nación que el GOP piensa que puede ganar. Si va a haber un movimiento de péndulo, estos diez escaños lo marcarán.

El apoyo de Palin supuso el toque que le faltaba a Ward para distanciarse definitivamente de su rival, Labrador y tener la oportunidad de recuperar la primera circunscripción electoral de Idaho para el Partido Republicano, algo que debería ser pan comido si tenemos en cuenta que el ticket McCain/Palin arrasó allí con el 62% de los votos en las presidenciales.

Por su parte, Labrador declaró, refiriéndose a Ward y al apoyo obtenido por éste por parte de la cúpula del partido:

Aparentemente cree que porque haya obtenido el respaldo del establishment de Washington eso le importa verdaderamente a la gente de Idaho.

A Labrador no pareció importarle mucho el apoyo dado a Ward por parte del NRCC. El caso es que a la hora de obtener donaciones económicas, Ward aventajaba en mucho a Labrador, mientras que ambos eran claramente superados por el demócrata Minnick.

¿Cómo fue la campaña electoral de Ward? Pues la verdad es que se centró excesivamente en atacar a Minnick, un congresista demócrata que suele votar como conservador (un blue dog democrat) en los grandes asuntos y que votó en contra de Obamacare (si no lo hubiera hecho, ahora sería uno de esos “20” a los que Sarah Palin se la tendría jurada porque la circunscripción que representa fue republicana en 2008), pero que no respaldó la contrapropuesta republicana. Así, Ward declaró:

Mi oponente se encuentra en una encrucijada y no hace nada. No puede conseguir que se haga nada. No apoya a su propio partido y aún así tampoco apoya la alternativa republicana, que está orientada al libre mercado. No puedes estar en misa y repicando al mismo tiempo.

Ward evidentemente se sentía ya el vencedor, pero ni siquiera eso hubiera sido un obstáculo puesto que para finales de abril llevaba una cómoda ventaja sobre Labrador. Lo malo vino en mayo, durante el último mes (las primarias se celebraron el 25 de mayo) cuando a Ward se le acumularon los problemas, problemas que pueden ser detallados uno por uno y la lista casi no se termina nunca.

El principal y más dañino: Ward plagió parte de un discurso de otro candidato. Eso no es malo siempre y cuando no se descubra, lo que no suele suceder a menos que seas tan idiota de plagiar el discurso más famoso de los últimos diez años… el de Obama en la Convención Nacional Demócrata de 2004. Éste es el fragmento del discurso de Obama y el que pronunció Ward (los transcribo en inglés para que lo aprecien mejor):

As we stand at the crossroads of history, we can make the right choices and meet the challenges that face us. If you feel the same urgency that I do, if you feel the same passion that I do, then I have no doubt the people will rise up in November and this country will reclaim its promise and out of this long political darkness, a brighter day will come.

As we stand on the crossroads of history, I know we can make the right choice and meet the challenges that lay before us. If you feel the same urgency and the same passion that I do, then I have no doubt that our voices will be heard in November. And our country will reclaim its promise and out of this darkness, a better day is on the horizon.

Sí, la verdad es que se parecen demasiado. El discurso de Ward fue pronunciado en enero, pero sus adversarios esperaron hasta poco antes de las elecciones para hacerlo público para que tuviera menos tiempo de reaccionar.

Durante un debate celebrado poco antes de las elecciones, Ward trató a Puerto Rico como si fuera un país extranjero cuando es un territorio de los Estados Unidos y… su rival, Labrador, es portorriqueño. Éste así se lo hizo ver:

Labrador: Puerto Rico no es un país. Puerto Rico es un territorio de los Estados Unidos. Ya es hora de que tomemos algunas lecciones y aprendamos lo que es Puerto Rico.

Ward: La verdad es que me da lo mismo lo que sea. No tiene importancia.

Labrador: Obviamente no la tiene para usted.

Pésima respuesta de Ward que no sólo mete la pata sino que luego mete la otra también y ahí se queda. Cuando los periodistas preguntaron a su portavoz de campaña, Mike Tracy, éste alegó que el video del debate había sido manipulado por los asesores de Labrador para hacer quedar mal a Ward y que la cuestión original se refería a “países extranjeros”, lo que hacía la respuesta de Ward más plausible. Además, alegó que por supuesto Ward sabe que Puerto Rico es un territorio estadounidense porque sirvió en Guantánamo durante un tiempo, lo cual a mí todavía no me convence porque uno puede haber hecho la mili en Alicante  y no saber que Mallorca es una isla, digo yo. Además, Guantánamo está en Cuba… ¿Qué tiene que ver eso con Puerto Rico?

Otra pifia fue la revelación de que Ward no votó en las elecciones de 2008. Es cierto que por aquel entonces, estaba trabajando como director de campaña de McCain/Palin en Nevada y alega que estaba tan ocupado que no podía permitirse el coger un avión y volar a Idaho para votar, pero podría haber votado por correo puesto que lo sabía con tiempo suficiente, digo yo también.

A mediados de mayo, un periódico local, el Idaho Statesman, publicó que Ward acababa de ser respaldado por la American Conservative Union (ACU). Lo malo es que ese respaldo no era reciente sino de noviembre del año pasado y la campaña de Ward lo acababa de reenviar al periódico como si fuera de ayer mismo. Con un berrinche de un par de narices por haber picado, los del Statesman reprocharon la mala jugada a Ryan O’Barto, el director de campaña de Ward, y éste explicó que lo había reenviado para refrescar la memoria de los electores:

Según se acerca el día de las elecciones, me gusta reenviar las notas de apoyo. Algunas son de hace mucho tiempo y como que cuando se publicaron originalmente faltaba tanto para las elecciones, la prensa podría no haberlas publicado debidamente.

No debía de gustar mucho la excusa, que algo caradura sí que es, porque una hora después el propio O’Barto llamó al Statesman para cambiar su versión de los hechos:

No estoy intentando echarles la culpa a ustedes. Es la misma nota que antes y no es eso lo que se supone que debería haber sido. Voy a mandar una rectificación. Es culpa mía. Acabo de comprarme un nuevo Mac y aún estoy intentando averiguar cómo funciona.

¡Genial! La culpa es del Mac. Pues haberse comprado otra marca.

Ese mismo día, se reveló también en el periódico Spokesman-Review que la mitad de las diez tomas de postura sobre diferentes cuestiones políticas que Ward exhibía en su página web eran un plagio palabra por palabra de otras tantas de otros candidatos, por ejemplo de Jim DeMint. La campaña de Ward rápidamente las borró y despidió a Ryan O’Barto, no se sabe si por copión, por falta de originalidad, por chapucero, por no enterarse de nada o porque era el único que pasaba por ahí.

Ward también se encontró acusado de cambiar de opinión cuando modificó su postura sobre la 17ª enmienda, la que reserva la elección de los senadores por sufragio universal. En un principio, Ward dijo en televisión que estaría a favor de revocarla, pero tras haber sido presionado por la prensa, cambió de opinión. Él alegó que estaba “clarificando” su postura, pero de decir sí a decir no va mucho más que una aclaración.

En un e-mail enviado a la prensa, Ward incluyó una cita del senador republicano por Idaho, Mike Crapo, que daba la impresión de que respaldaba su candidatura cuando no era así y el propio Crapo le pidió que lo retirara.

Finalmente, se le reprocho a Ward que estuviera en contra del masivo gasto federal cuando su esposa trabaja en Fannie Mae, una de las empresas semipúblicas que han sido rescatadas precisamente con dinero federal y en la cual ocupa un puesto de dirección que le permite a él no trabajar y hasta haber podido dedicarse durante los últimos once meses a su campaña electoral a tiempo completo. Sí, la verdad es que causa un poco de mala impresión, ¿no?

Como resultado de todas estas pifias, el 25 de mayo pasado Labrador venció por un 48% de los votos contra un 39% para Ward. Que conste que Labrador también es un Young Gun, sin embargo, él no ha conseguido cubrir todos los requisitos establecidos para poder ser respaldado completamente por el GOP.

Labrador celebrando su victoria. Ciertamente ha sido toda una sorpresa y está más que claro que ha ganado porque Ward perdió las elecciones por sí mismo. No es un descrédito para él, pero es cierto.

En consecuencia, que en noviembre veremos una campaña electoral entre Labrador y Minnick y no una entre Ward y Minnick. Y que Ward lo tiene crudo para ser elegido para cualquier otra cosa porque todas estas pifias se las recordaran una y otra vez. En fin, que tendrá que buscar otro empleo. Ojo, no digo que sea un mal tipo, sólo digo que ha demostrado ser un pésimo candidato ya sea por culpa suya o por culpa de su equipo. Pero la culpa es suya, no de Sarah Palin. Que ella no ha tenido nada que ver en todo esto. Faltaría más.

Un abrazo, amigo rojobilbao.

P.D. Por cierto, ¿saben quién fue el candidato respaldado por el Tea Party en estas elecciones? ¡Demonios, Walt Minnick, el demócrata! Sí, sí, como lo oyen. Respaldaron a Minnick y éste tuvo la gentileza de rechazar su respaldo después de un cierto rifirrafe que más bien sonaba a excusa para deshacerse de un respaldo que les avergonzaba. ¿Recuerdan cuando Sarah Palin apoyó a Carly Fiorina en California en contra de Chuck DeVore y los del Tea Party le dijeron de todo menos bonita? Bueno, pues si Sarah no fuera una mujer excepcional como lo es, bien que se podría haber tomado la revancha ahora, pero no lo ha hecho. Eso demuestra de qué pasta está hecha. No sé si contarles la apasionante historia de cómo el Tea Party apoyó a un demócrata y éste despreció su apoyo. No sé si les puede interesar. La verdad es que no me interesa demasiado, pero a lo mejor lo hago.

P.P.D. Excelente entrada la de Rillot en su blog: “Señora Presidenta”. No comparto su pesimista punto de vista y estoy seguro de que le gustará que le responda dando el mío, tan optimista siempre. Prometo hacerlo pronto. Y, amigo Rillot, ojalá podamos discutirlo delante de sendas jarras de cerveza un día de estos. Hace ya demasiado tiempo que no nos vemos.