Tras Rush Limbaugh y Glenn Beck, le llega el turno a Sean Hannity, tal vez mi preferido y el periodista a quien seguramente me parecería más yo si algún día tuviera la oportunidad de convertirme en locutor radiofónico (cosa que no creo porque tengo mala voz para la radio, falta de fuerza). Sin embargo, Hannity es de los tres quien más esfuerzos ha dedicado al medio televisivo y con más éxito. De hecho, yo lo conocí a raíz de la entrevista televisiva que realizó para Fox News Channel a Sarah Palin durante la pasada campaña electoral, la única entrevista decente que le hicieron, y ya entonces me impresionó por su profesionalidad y su saber hacer. Así pues, a pesar de que admiro la contundencia tanto de Limbaugh como de Beck, auténticas máquinas de machacar las tonterías de la izquierda, me quedo con el puño de hierro envuelto en un guante de seda de Hannity. Y es que coincidirán conmigo en que no hay mayor placer que llamar idiota a un izquierdista y que éste no sólo no se dé cuenta de lo que le han llamado sino que además se quede pensativo intuyendo que algo ha pasado… y que no sabe muy bien qué ha sido.
El tercero de la fama: Sean Hannity. La foto es de 2004, pero por lo que he visto últimamente, Hannity no ha envejecido apenas. Y es que se mantiene en forma con el mejor deporte del mundo: atizar a la izquierda sin desmayo. Deberían probarlo nuestros políticos pretendidamente de derechas, digo yo; pero como quiera que todos pertenecen a la misma casta, bien se guardarán de ello. Y es que ya saben el refrán: “Perro no come perro”.
Nota del autor: Mi amiga L., que ha accedido gentilmente a ser mi correctora de estilo a partir de ahora, me reprocha que uso demasiado la expresión “como quiera que”, así que le he prometido contenerme y no usarla más de dos veces por entrada. Y ya llevo una, ¡glups! Como sobrepase el límite, me reñirá y cuando mi amiga L. riñe, riñe mucho. Así que mucho ojo o me obligará a copiarla a mano doscientas veces seguidas para hacérmela odiosa.
Sobre Sean Hannity
Sean Hannity nació el 30 de diciembre de 1961 en New York City (New York), hijo de Hugh y Lillian Hannity, cuyos respectivos padres, los abuelos de Sean, eran emigrantes irlandeses. Tiene dos hermanas, Joanne y Therese. Está casado desde 1993 con Jill Rhodes, una periodista también, y tienen dos hijos.
Al igual que sus dos colegas, Limbaugh y Beck, Hannity sintió la llamada de la radio desde muy joven, pero en su caso, no fue hasta 1989, con 28 años, cuando logró cumplir su sueño. Por aquel entonces, ya hacía tiempo que había abandonado sus estudios universitarios en aras de lograr abrirse camino en el mundo de la comunicación y estaba trabajando en Santa Barbara (California) como contratista de obras, cuando le surgió la oportunidad de hacer un talk show semanal en la radio de la universidad de California, la KCSB-FM, una experiencia que, cuando él la recuerda, no duda en confesar que fue “terrible” y que “no lo hizo nada bien”, exactamente lo mismo que sentimos todos los hombres cuando le damos nuestro primer beso a una chica y comprendemos por fin que las películas mienten porque allí todo parece más fácil.
El caso es que el programa no tardó en ser cancelado antes de un año por la dirección de la emisora debido a que algunos comentarios controvertidos de Hannity referidos a los gays y las lesbianas, lamentando su condición, habían levantado ampollas entre estos colectivos. La emisora finalmente se desdijo de su decisión y ofreció a Hannity el reincorporarse a su programa, pero éste rechazó la oferta y, ni corto ni perezoso, puso un anuncio en las revistas especializadas ofreciéndose como locutor de radio, aprovechando que el incidente con la emisora le había hecho conocido en todo el país.
Finalmente, la WVNN de Athens (Alabama) respondió a su anuncio y le contrató para su propio talk show y, tras una temporada allí, pasó a la WGST de Atlanta (Georgia). Su buen hacer acabó llamando la atención de Fox News Channel y, en septiembre de 1996, la cadena de televisión le ofreció el presentar un programa que iba a ser el famoso Hannity & Colmes, a lo que él accedió, pero sin abandonar su programa de radio, que pasó de la WGST a la WABC de New York City (New York), donde lleva desde 1998.
El programa de radio de Hannity, The Sean Hannity Show, es un programa típico en el sentido de ser un talk show dirigido y presentado por un periodista de opiniones conservadoras en el cual se comentan las noticias del día bajo ese prisma. No tengo datos acerca de lo que está ganando actualmente Hannity con su programa, pero sí sé que en 2004 firmó un contrato con la entonces ABC Radio (que en 2007 fue vendida a lo que ahora es Citadel Media, una división de Citadel Communications) por cinco años y un total de 25 millones de dólares, lo cual es justo si tenemos en cuenta que su programa es uno de los primeros en cualquier lista de programas más escuchados.
Por lo que se refiere a sus aventuras televisivas, Hannity ha sido uno de los pocos locutores de radio que ha logrado dar el salto a la televisión sin perder en el cambio (aunque él sigue combinando ambos medios). Su primer programa, Hannity & Colmes, era casi un programa de debate en Fox News Channel presentado por dos personas representando cada una de ellas una postura política diferente: Hannity representaba la postura conservadora y su compañero, Alan Colmes, la liberal. El programa duró en antena desde octubre de 1996 hasta enero de 2009, lo cual ya es. Su estructura era muy simple: se presentaba una noticia de actualidad que era interpretada de una u otra manera según fuera Hannity o Colmes quien la comentara, y a veces se incorporaba al programa un invitado especial que hacía su propio comentario. También se trataban otro tipo de noticias, ya no políticas, o se entrevistaba a algún político, tarea que quedaba en manos de aquel de los presentadores que más próximo estuviera a la ideología política del entrevistado.
Por supuesto, los de la izquierda no estaban en absoluto satisfechos con el programa y clamaban contra su “representante”, Colmes, a quien acusaban de ser demasiado moderado, algo que él mismo reconocía que lo era, habiendo llegado a apoyar a Rudy Giuliani como candidato a la alcaldía de New York City o el uso de técnicas de interrogatorio cercanas a la tortura por parte del gobierno de Estados Unidos en casos de terrorismo. Imagino que hubieran preferido que Fox News Channel contratara a un tipejo como Keith Olbermann en lugar de Colmes, pero es que hay un límite a todo, ¿verdad? De cualquier forma, Colmes, a pesar de no formar parte ya del programa de Hannity, continúa siendo comentarista político en Fox News Channel, teniendo su propio programa, Liberaland, y participando habitualmente en otros tales como el de Bill O’Reilly, The O’Reilly Factor, siendo si es que se puede decir así el «liberal de plantilla» de la cadena.
Además de Hannity & Colmes, Hannity tuvo desde enero de 2007 y hasta enero de 2009 un programa exclusivo para él titulado Hannity’s America. En él, Hannity daba su opinión sobre lo que estaba sucediendo en ese mismo momento en Estados Unidos, además de otros apartados en los que Hannity y otro invitado conservador debatían con otros dos invitados liberales sobre alguna cuestión política, se trataba alguna controversia en la que hubiera estado involucrado Hannity con otra persona a la que se invitaba para solventarla (o enconarla, según fuera el ánimo del invitado), se trataba sobre algún suceso (generalmente, un crimen) reciente o incluso se hablaba sobre asuntos espirituales, tales como los ángeles o los fantasmas, terminando con alguna historia ligera de las que no suelen ser tratadas por los medios de comunicación tradicionales.
Finalmente, tras el último programa de Hannity & Colmes, Hannity dio paso en enero de 2009 a su nuevo programa que, adivínenlo, se titula Hannity (si es que no se matan mucho buscando títulos para los programas, no). En esta ocasión, desembarazado ya de su colega Colmes, Hannity se dedica a entrevistar en exclusiva a sus invitados y a dar su propia opinión, habiendo sido su primer invitado Newt Gingrich, el antiguo speaker de la Cámara de Representantes, y habiendo sido el segundo su colega Rush Limbaugh, tan exuberante él que necesitó de dos programas para completar la entrevista.
Pero no sólo de radio y televisión vive el periodista conservador; a Hannity aún le queda tiempo para escribir libros, habiendo publicado tres hasta el momento:
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Let Freedom Ring: Winning The War Of Liberty Over Liberalism (2002)
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Deliver Us From Evil: Defeating Terrorism, Despotism And Liberalism (2004)
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Conservative Victory: Defeating Obama’s Radical Agenda (2010)
Por fin, Hannity destaca también por su participación en la organización de festivales de música country que, bajo el nombre de Freedom Concerts, recaudan fondos para ayudar a Freedom Alliance Scholarship Fund, una organización benéfica que otorga becas a hijos de militares cuyos padres hayan resultado mutilados o muertos en combate. Estos conciertos llevan celebrándose desde 2003 y, hasta ahora, llevan recaudados más de 9 millones de dólares. Entre los artistas que han contribuido a ellos destacan Charlie Daniels, Billy Ray Cyrus (sí, sí, el papá de Hanna Montana), Hank Williams, Jr., Ted Nugent, Montgomery Gentry, la grandísima Martina McBride, Lee Greenwood, etc. Como quiera que (¡oh, oh, lo he dicho otra vez y ya van dos!) este bloguista es un apasionado de la música country, no podía dejar de resaltar este aspecto de la personalidad de Sean Hannity que le hace más meritorio a mis ojos. Por supuesto, los de la izquierda, irritados por todo lo que tenga que ver con el orgullo de ser estadounidense, han pretendido que es todo una tapadera y que el dinero no va a becas sino vete tú a saber dónde. Por supuesto, esos cretinos no han aportado la más mínima prueba de que sus infundios sean ciertos y como que bien sabemos todos que no lo son, no vale la pena siquiera señalar cuáles son esas organizaciones que se aplican tanto y con tanto entusiasmo a eso de “piensa mal y acertarás”, aunque en su caso no acierten ni una.
Y para terminar, un epílogo algo tristón
Con esto doy por concluida esta serie dedicada a aquellos periodistas orgullosamente conservadores que se están batiendo el cobre en Estados Unidos por mantener a su amado país libre de la estupefaciente decadencia a la que los políticos europeos nos han entregado sumisamente desde hace ya tantos años. Resulta un consuelo saber qué existe todavía un lugar donde uno puede defender sus ideales públicamente y no verse acosado, perseguido y silenciado, algo que cada vez es más difícil, sobre todo en España, donde el pensamiento único es más fuerte a cada día que pasa y un blog como éste que les ofrezco resulta, me temo, una gota de agua en el desierto.
Es cierto que tenemos a una gran pequeña empresa de comunicación como lo es Libertad Digital que, a través de sus medios en internet, televisión y radio ha logrado que no esté todo perdido todavía para aquellos que amamos la libertad y que sabemos muy bien que, tal y como dijo Jefferson, “el precio de la libertad es la constante vigilancia”. Es triste que muchos hayan decidido que ése es un precio demasiado alto y que se está mejor durmiendo que velando por el futuro de los nuestros, pero así es la gente y así es este país, España, que tanto se cree y tan poco es y donde vamos de caudillo en caudillo, ya sea de una u otra manera, con elecciones de por medio o sin ellas, pero siempre sin libertad y, lo que es peor, sin el valor para reclamarla.
Por mi parte, desespero ya de que España sea algún día un país libre de hombres y mujeres libres y creo que no hay nada que hacer. España es un inmenso corral de ovejas donde los pocos que no queremos ser esquilados lo tenemos cada día más difícil y simplemente se nos deja estar a la espera de que nos vayamos muriendo o desistamos finalmente, como una escala de funcionarios a extinguir. De verdad que si estuviera en mi mano, emigraba a Estados Unidos donde al menos la gente está dispuesta a luchar por lo que cree y a no dejarse arrebatar su libertad sin oponer resistencia y echar mano a la escopeta.
¿Pesimista? Tal vez. ¿Realista? Seguramente. Pero es que como decía aquél, a mí también me duele España. Seguiré en la brecha, por eso no se preocupen, pero no puedo dejar de sentirme como uno de los últimos de Filipinas, tal y como me calificó uno de nuestros amigos recientemente. ¿Ustedes tienen esperanza de que las cosas puedan cambiar algún día? Yo ya no, pero como leí hace un tiempo en una pintada en la calle (auténtica perla de sabiduría popular): “Cuando todo está perdido, sólo queda molestar”. Seguiré molestando pues. Todo lo que pueda, Y cuento con ustedes para ello también, para que todos juntos molestemos más que una docena de niñatos maleducados celebrando una fiesta en el piso de arriba. Y mientras tanto, pongamos toda nuestra fe en Sarah Palin, que es la única persona que puede cambiar el rumbo que está tomando el mundo, algo de lo que no tengo la más mínima duda, pero que me asusta porque queda mucho todavía hasta 2012 y quién sabe lo que puede haber sucedido para entonces.
Esperemos que nada irremediable. En fin, que como decía Edmundo Dantés, sólo podemos confiar y esperar. Confiemos y esperemos pues… y mientras tanto, molestemos todo lo que podamos. El jueves, vamos a hablar sobre los libertarios, ¿les parece?