EL TICKET McCAIN – PALIN: LA CAMPAÑA ELECTORAL (primera parte)

30/03/2009

 

Comienza el espectáculo

Tras la convención republicana de Saint Paul (Minnesota), celebrada durante los días 1 a 4 de septiembre de 2008, se dio el pistoletazo de salida a la campaña electoral (recordemos que los demócratas habían celebrado su propia convención en Denver (Colorado), pocos días antes, del 25 al 28 de agosto). Una campaña electoral lamentable por la falta de propuestas serias que debatir por parte de ambos candidatos a presidente y en la que los demócratas se apoyaron exclusivamente en la labia (y un dominio del teleprompter realmente excepcional) de su candidato, al que presentaban prácticamente como una divinidad, mientras que los republicanos se limitaban a luchar denodadamente por quitarse de encima el sonsonete de que McCain iba a ser Bush III.

Fue la irrupción de Sarah Palin como candidata republicana a vicepresidente lo que animó de veras la campaña, devolviéndola al terreno de las ideas, las conservadoras, que tan bien representaba Sarah (al contrario que McCain, que de tanto querer presentarse como un maverick, un independiente, alguien que no seguía al rebaño, tenía a la base conservadora desazonada). Sarah, en cambio, era una mujer en quien esa base podía verse reflejada fielmente y fue la noticia de su nominación la que realmente condujo a las filas de McCain a tantos y tantos buenos republicanos que ya estaban planteándose seriamente el no votar.

Los del otro bando le vieron las orejas al lobo y rápidamente se pusieron manos a la obra para contrarrestar el “efecto Palin” y, de paso, recuperar la delantera en las encuestas de intención de voto que, por primera vez en toda la campaña, habían perdido. Y fueron los errores de la campaña de McCain los que les proporcionaron esa oportunidad. ¿Cómo? Muy sencillo: dudando de Sarah. Sin duda, los estrategas de campaña de McCain se llevaron un susto morrocotudo al saber que éste había encontrado a su compañera de ticket en Alaska, un rincón perdido del mundo en el que evidentemente todos debían de ser paletos y la tal Sarah Palin la más paleta de todos para que la hubieran elegido gobernadora. ¿Conclusión? Ya que el viejo había tenido la humorada de escogerla para que no se le desmandara el rebaño conservador (sin duda esos estrategas compartían la opinión del rival demócrata de su jefe de que se trataba de “tipos amargados aferrados a sus armas y su religión”), al menos que no se le note demasiado el pelo de la dehesa; o sea, que se calle y que no diga nada que no sea única y exclusivamente lo que se le haya enseñado a decir previamente. Resultado: Sarah “Barracuda” convertida en Sarah “Mimosín”. Y la base conservadora nuevamente desazonada al ver a su campeona reducida a ser un loro de repetición, diciendo las mismas tonterías que McCain, ésas que tan poca gracia les hacían.

La entrevista de Charlie Gibson

La primera prueba de fuego a la que se tuvo que someter Sarah vino de la mano de Charlie Gibson, el periodista titular (anchor) del telediario de la noche (ABC World News with Charles Gibson) de la cadena de televisión ABC. Durante los días 11 y 12 de septiembre, la ABC emitió la entrevista que le había realizado a Sarah pocos días antes en la propia Alaska y el resultado fue un verdadero desastre… para los medios de (des)información, que se vieron un poco más muertos de lo que ya nos temíamos muchos de nosotros. Por lo que se refiere a Sarah, su intervención fue correcta y en algunos momentos hasta meritoria, pudiendo calificarse de C+ (un aprobado alto según la tabla de calificaciones escolares estadounidense). Sin embargo, bien que se preocuparon los de la ABC para que los espectadores no sacaran esa misma impresión (¡so sinvergüenzas!).

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El tal Charlie Gibson, ejemplo de periodistas… ¡ejem, ejem! Por cierto, vaya birria de corbata lleva puesta.

La entrevista a la que sometió Gibson a Sarah fue un verdadero escándalo en Estados Unidos, levantando incluso las protestas incluso de los propios compañeros de profesión de Gibson, indignados por la descarada manipulación que se evidenció. Para empezar con el pliego de cargos, a la dichosa entrevista se le reprocha como mayor maldad, el hecho de haber sido editada de tal forma (recordemos que no era una entrevista en directo, sino grabada) que se perjudica intencionadamente a Sarah, al haberse eliminado porciones muy significativas de sus respuestas donde ésta aclara o matiza lo que está diciendo. De esta manera, manipulando sus contestaciones, se da de ella la imagen de una política ignorante y de ideas extremistas.

Por ejemplo, en un momento de la entrevista, Gibson preguntó a Sarah sobre la en aquel entonces reciente crisis de Georgia, la que provocó Rusia cuando invadió parte de ese país. Sarah le respondió que, en su opinión, Georgia no era la responsable de la crisis pues no la provocó de ninguna manera. Esta es la transcripción del momento exacto:

GIBSON: You believe unprovoked.
PALIN: I do believe unprovoked and we have got to keep our eyes on Russia, under the leadership there.

(GIBSON: Usted cree que sin mediar provocación.
PALIN: Claro que creo que sin mediar provocación y tenemos que estar muy vigilantes a Rusia, a su clase dirigente).

Esto es lo que se vio y oyó durante la entrevista; una Sarah Palin amenazadora y sin el más mínimo empacho en tocarle las narices al oso ruso. Sin embargo, la verdad es otra muy distinta. Después de la frase que se transcribe arriba, Sarah continuó hablando y dijo:

PALIN: (…) I think it was unfortunate. That manifestation that we saw with that invasion of Georgia shows us some steps backwards that Russia has recently taken away from the race towards a more democratic nation with democratic ideals. That’s why we have to keep an eye on Russia. And, Charlie, you’re in Alaska. We have that very narrow maritime border between the United States, and the 49th state, Alaska, and Russia. They are our next door neighbors. We need to have a good relationship with them. They’re very, very important to us and they are our next door neighbor.

(PALIN: (…) Creo que fue desafortunado. Esa actuación que vimos con la invasión de Georgia nos muestra que Rusia ha dado recientemente algunos pasos atrás en su carrera hacia ser una nación más democrática con ideales democráticos. Es por ello que tenemos que estar muy vigilantes a Rusia. Y mira, Charlie, estás en Alaska. Tenemos una frontera marítima muy próxima entre los Estados Unidos, y el 49º estado, Alaska, y Rusia. Son nuestros vecinos de la puerta de al lado. Necesitamos tener buenas relaciones con ellos. Son muy, muy importantes para nosotros y son nuestros vecinos de la puerta de al lado).

Pues bien, resulta que todo este último párrafo fue limpiamente eliminado de la versión que se emitió en televisión. Un párrafo que matiza enormemente la frase que sí que se emitió y que revela a una Sarah muy lejos de la imagen de la alegre pistolera que se pretendió dar de ella, descubriéndonos, por el contrario, que se trata de una persona responsable y perfectamente consciente del mundo en el que vive.

¿No se pueden creer semejante desfachatez por parte de la ABC, una de las cadenas de televisión más importantes, respetadas y prestigiosas del mundo? Vamos a dar un nuevo ejemplo de ello. Apenas veinte segundos después, Gibson vuelve a la carga:

GIBSON: What insight does that give you into what they’re doing [the Russians] in Georgia?
PALIN: Well, I’m giving you that perspective of how small our world is and how important it is that we work with our allies to keep good relations with all of these countries, especially Russia. We will not repeat a Cold War. We must have good relationship with our allies, pressuring, also, helping us to remind Russia that it’s in their benefit, also, a mutually beneficial relationship for us all to be getting along.

(GIBSON: ¿Qué impresión le da lo que están haciendo [los rusos] en Georgia?
PALIN: Bien, te estoy dando la imagen de lo pequeño que es nuestro mundo y lo importante que es que trabajemos codo a codo con nuestros aliados para mantener buenas relaciones con todos esos países, especialmente Rusia. No repetiremos una Guerra Fría. Debemos tener buenas relaciones con nuestros aliados, presionando, también, ayudándonos a recordarle a Rusia que es en su provecho, también, una mutua relación muy provechosa para todos si nos llevamos bien).

En esta ocasión, la manipulación fue aún peor. Sencillamente, este fragmento desapareció por completo. ¡Qué casualidad! Justo un párrafo en el que Sarah se compromete firmemente a no repetir la Guerra Fría y a contar estrechamente con los aliados de Estados Unidos para evitar que Rusia pueda desbocarse y volver a los tiempos de la Unión Soviética, pero no con el palo, con amenazas, sino con la zanahoria, recordándoles lo provechosa que pude ser para ambas partes el mantener buenas relaciones.

Estos son sólo dos ejemplos y ni siquiera los más significativos. Quien quiera consultar la transcripción completa de todos los momentos no emitidos (¿no sería mejor decir que “censurados”) durante la entrevista, puede consultarla aquí.

Comprobarán que todos los fragmentos en los que Sarah se revela como una mujer juiciosa o bien desaparecen, o bien se hace “cortar y pegar” con ellos de tal forma que Sarah acaba contestando con frases que corresponden a otras preguntas distintas. Cualquier cosa con tal de que la imagen que diera Sarah a los espectadores fuera la de una paleta que no sabe nada de nada y a la que no se le puede confiar siquiera la responsabilidad de ser la presidente de su comunidad de vecinos.

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Sarah y Charlie Gibson en Alaska, preparando la entrevista. Poco se imaginaba Sarah que había venido el Lobo Feroz a visitarla.

Un segundo reproche que se hace a la entrevista es el hecho de que Gibson abusó de la buena disposición de Sarah, obligándola a pronunciarse expresamente sobre cuestiones sociales, llevándola a hacer declaraciones que algunos de sus espectadores no dudarían en considerar como extremistas. Además, para reforzar esa impresión, Gibson no dudó en manipular declaraciones de Sarah de años anteriores, forzándolas lo que hiciera falta para que encajasen en esa imagen de extremista que se pretendía dar de ella. Este es otro ejemplo:

GIBSON: You said recently, in your old church: “Our national leaders are sending U.S. soldiers on a task that is from God.” Are we fighting a holy war?
PALIN: You know, I don’t know if that was my exact quote.
GIBSON: Exact words.
PALIN
: But the reference there is a repeat of Abraham Lincoln’s words when he said – first, he suggested never presume to know what God’s will is, and I would never presume to know God’s will or to speak God’s words. But what Abraham Lincoln had said, and that’s a repeat in my comments, was let us not pray that God is on our side in a war or any other time, but let us pray that we are on God’s side. That’s what that comment was all about, Charlie. And I do believe, though, that this war against extreme Islamic terrorists is the right thing. It’s an unfortunate thing, because war is hell and I hate war, and, Charlie, today is the day that I send my first born, my son, my teenage son overseas with his Stryker brigade, 4,000 other wonderful American men and women, to fight for our country, for democracy, for our freedoms. Charlie, those are freedoms that too many of us just take for granted. I hate war and I want to see war ended. We end war when we see victory, and we do see victory in sight in Iraq.
GIBSON: I take your point about Lincoln’s words, but you went on and said: “There is a plan and it is God’s plan”.
PALIN: I believe that there is a plan for this world and that plan for this world is for good. I believe that there is great hope and great potential for every country to be able to live and be protected with inalienable rights that I believe are God-given, Charlie, and I believe that those are the rights to life and liberty and the pursuit of happiness. That, in my world view, is a grand — the grand plan.
GIBSON: But then are you sending your son on a task that is from God?
PALIN: I don’t know if the task is from God, Charlie. What I know is that my son has made a decision. I am so proud of his independent and strong decision he has made, what he decided to do and serving for the right reasons and serving something greater than himself and not choosing a real easy path where he could be more comfortable and certainly safer.

(GIBSON: Usted dijo recientemente en su vieja iglesia: “Nuestros líderes nacionales están enviando soldados estadounidenses a una tarea que es de Dios”. ¿Estamos luchando en una guerra santa?
PALIN: ¿Sabes? No estoy segura de que esas fueran exactamente mis palabras.
GIBSON: Palabras exactas.
PALIN
: Pero la referencia es una repetición de las palabras de Abraham Lincoln cuando dijo – primero, él sugería que nunca presumamos de conocer cuál es la voluntad de Dios y que nunca presumamos de conocer la voluntad de Dios o de hablar con su voz. Pero lo que había dicho Abraham Lincoln, y eso es lo que repetía en mis comentarios, fue que no roguemos porque Dios esté de nuestra parte en una guerra o en cualquier otro momento, sino que roguemos porque nosotros estemos del lado de Dios. Eso es a lo que se refería mi comentario, Charlie. Y lo que yo verdaderamente creo, sin embargo, es que esta guerra contra los terroristas extremistas islámicos es correcta. Es una desgracia porque la guerra es el infierno y yo odio la guerra y, Charlie, hoy es el día en que envío a mi primogénito, mi hijo, mi hijo adolescente, más allá del océano con su brigada, otros 4.000 maravillosos estadounidenses hombres y mujeres, para luchar por nuestro país, por la democracia, por nuestras libertades. Charlie, esas son libertades que demasiados de nosotros creemos que nunca peligrarán. Odio la guerra y quiero ver el fin de la guerra. Acabaremos la guerra cuando veamos la victoria y realmente tenemos la victoria al alcance de la mano en Irak.
GIBSON: Un buen argumento sobre las palabras de Lincoln, pero luego usted continuó y dijo: “Existe un plan y es el plan de Dios”.
PALIN: Creo que existe un plan para este mucho y que ese plan para este mundo es bueno. Creo que existe una gran esperanza y un gran potencial para cualquier país de ser capaz de vivir y estar protegido con derechos inalienables que creo que nos son otorgados por Dios, Charlie, y creo que esos son los derechos a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad. Ese, en mi visión del mundo, es un gran – el gran plan.
GIBSON: ¿Pero entonces está mandando a su hijo a una misión que es de Dios?
PALIN: No sé si la misión es de Dios, Charlie. Lo que sé es que mi hijo ha tomado una decisión. Estoy muy orgullosa de esa decisión que ha tomado independientemente y con total seguridad, lo que ha decidido hacer y servir por las razones correctas y servir a algo más grande que él mismo y no escoger el camino fácil donde pudiera estar más confortable y ciertamente más seguro).

En este ejemplo, se combinan los dos tipos de manipulación que ya hemos visto: borrar lo que no conviene de las respuestas de Sarah, por un lado, y sacar fuera de contexto declaraciones anteriores suyas, por el otro. Las frases en negrita del fragmento anterior fueron borradas de la versión televisada. Traten de leer el texto con y sin las frases señaladas y se darán cuenta de cómo cambia la imagen de Sarah y de lo fácil que resulta para los medios de (des)información el influir a la opinión pública simplemente con una cierta habilidad a la hora de usar las tijeras. ¿Y aún hay alguien que discuta que esto se llama “censura”?

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De nuevo Sarah y Charlie Gibson preparando la entrevista. Lo que se ve al fondo no es el metro de Alaska, sino una porción de su oleoducto más importante, el TransAlaska Pipeline.

Un tercer reproche que hacer a la entrevista es el hecho de haber escogido a propósito las peores tomas de Sarah, utilizando ángulos de cámara poco favorecedores para ella, y el que se hayan cortado también las reacciones de Gibson a las respuestas de Sarah en las que éste aparecía haciendo gestos desaprobatorios, algo completamente fuera de lugar.

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La entrevista de Sarah con Charlie Gibson. Fíjense en la toma: Sarah resulta empequeñecida comparada con él. La impresión resultante para el espectador no deja de ser negativa.

Finalmente, el último reproche que se le hace es el más divertido al menos para mí: que Gibson es un ignorante que no sabe de lo que habla, ja, ja, ja. En concreto, el reproche se lo hizo al día siguiente de la entrevista el columnista conservador Charles Krauthammer en su columna de “The Washington Post”. En concreto, Krauthammer acusó a Gibson de ver la paja en el ojo ajeno y de no ver la viga en el propio cuando abochornó a Sarah por no saber qué era la “doctrina Bush”. Siendo Krauthammer el creador reconocido de esa definición, nadie mejor que él para poner los puntos sobre las íes. Así pues, el momento concreto de la entrevista fue éste:

GIBSON: Do you agree with the Bush doctrine?
PALIN: In what respect, Charlie?
GIBSON: The Bush — well, what do you — what do you interpret it to be?
PALIN: His world view.
GIBSON: No, the Bush doctrine, enunciated September 2002, before the Iraq war.
PALIN: I believe that what President Bush has attempted to do is rid this world of Islamic extremism, terrorists who are hell bent on destroying our nation. There have been blunders along the way, though. There have been mistakes made. And with new leadership, and that’s the beauty of American elections, of course, and democracy, is with new leadership comes opportunity to do things better.
GIBSON: The Bush doctrine, as I understand it, is that we have the right of anticipatory self-defense, that we have the right to a preemptive strike against any other country that we think is going to attack us. Do you agree with that?
PALIN: I agree that a president’s job, when they swear in their oath to uphold our Constitution, their top priority is to defend the United States of America. I know that John McCain will do that and I, as his vice president, families we are blessed with that vote of the American people and are elected to serve and are sworn in on January 20, that will be our top priority is to defend the American people.
GIBSON: Do we have a right to anticipatory self-defense? Do we have a right to make a preemptive strike again another country if we feel that country might strike us?
PALIN
: Charlie, if there is legitimate and enough intelligence that tells us that a strike is imminent against American people, we have every right to defend our country. In fact, the president has the obligation, the duty to defend.

(GIBSON: ¿Está Ud. de acuerdo con la “doctrina Bush”?
PALIN: ¿En qué aspecto, Charlie?
GIBSON: La “doctrina Bush”… Bueno, qué… qué considera Ud. que es?
PALIN: Su visión del mundo.
GIBSON: No, la “doctrina Bush”, enunciada en septiembre de 2002, antes de la guerra de Irak.
PALIN: Creo que lo que el presidente Bush ha intentado hacer es librar al mundo del extremismo islámico, terroristas infernales empeñados en destruir nuestra nación. Se han producido errores en el camino, sin embargo. Ha habido equivocaciones. Y con un nuevo liderazgo, y eso es lo hermoso de las elecciones estadounidenses, por supuesto, y democracia, es con un nuevo liderazgo que llega la oportunidad de hacer las cosas mejor.
GIBSON: La “doctrina Bush”, tal y como la entiendo yo, dice que tenemos el derecho de autodefensa anticipada, que tenemos el derecho de llevar a cabo un ataque preventivo contra cualquier otro país que creamos que va a atacarnos. ¿Está Ud. de acuerdo con eso?
PALIN: Estoy de acuerdo con el hecho de que el trabajo de un presidente, cuando pronuncian su juramento de respetar nuestra Constitución, su máxima prioridad es defender los Estados Unidos. Sé que John McCain hará eso y yo, como su vicepresidente, familias que hemos sido bendecidas con el voto de los estadounidenses y somos elegido para servir y nos sea tomado juramento el 20 de enero, esa será nuestra máxima prioridad la de defender a los estadounidenses.
GIBSON: ¿Tenemos el derecho de autodefensa anticipada? ¿Tenemos el derecho a llevar a cabo otra vez un ataque preventivo contra otro país si sentimos que ese país puede atacarnos?
PALIN
: Charlie, si hay suficiente información legítima que nos diga que un ataque es inminente contra los estadounidenses, tenemos todo el derecho a defender nuestro país. De hecho, el presidente tiene la obligación, el deber de defenderlo).

Esto fue lo que se vio y oyó durante la entrevista, con la advertencia de que las frases en negrita fueron borradas de la edición definitiva. Sorprendente, ¿verdad? Pues tal y como escribió Krauthammer en su columna del día 13 de septiembre (lea la columna completa aquí):

“At times visibly nervous… Ms. Palin most visibly stumbled when she was asked by Mr. Gibson if she agreed with the Bush doctrine. Ms. Palin did not seem to know what he was talking about. Mr. Gibson, sounding like an impatient teacher, informed her that it meant the right of “anticipatory self-defense”.” (New York Times, Sept. 12)

Informed her? Rubbish. The New York Times got it wrong. And Charlie Gibson got it wrong.

There is no single meaning of the Bush doctrine. In fact, there have been four distinct meanings, each one succeeding another over the eight years of this administration – and the one Charlie Gibson cited is not the one in common usage today. It is utterly different.

He asked Palin, “Do you agree with the Bush doctrine?” She responded, quite sensibly to a question that is ambiguous, “In what respect, Charlie?”

Sensing his “gotcha” moment, Gibson refused to tell her. After making her fish for the answer, Gibson grudgingly explained to the moose-hunting rube that the Bush doctrine “is that we have the right of anticipatory self-defense.” Wrong.

(…)

Yes, Sarah Palin didn’t know what it is [the Bush doctrine]. But neither does Charlie Gibson. And at least she didn’t pretend to know while he looked down his nose and over his glasses with weary disdain, sighing and “sounding like an impatient teacher”, as the Times noted. In doing so, he captured perfectly the establishment snobbery and intellectual condescension that has characterized the chattering classes’ reaction to the mother of five who presumes to play on their stage.

(En ocasiones visiblemente nerviosa… La Sra. Palin tropezó visiblemente cuando fue preguntada por el Sr. Gibson sobre si estaba de acuerdo con la “doctrina Bush”. La Sra. Palin no parecía saber a qué se refería. El Sr. Gibson, sonando como un profesor impaciente, le explicó que se trataba del derecho de “autodefensa anticipada” (New York Times, 12 de septiembre).

¿Le explicó? Tonterías. El New York Times se equivocó. Y Charlie Gibson se equivocó.

No existe un único contenido de la doctrina Bush. De hecho, ha habido cuatro contenidos distintos, cada uno sucediendo al otro durante los ocho años de esta administración – y el que Charlie Gibson citó no es el que está en boga hoy en día. Es completamente diferente.

Él le preguntó a Palin: “¿Está de acuerdo con la doctrina Bush?” Ella respondió, bastante juiciosamente a una pregunta que era ambigua: “¿En qué sentido, Charlie?”

Percibiendo que su momento “te pillé” había llegado, Gibson rehusó decírselo. Después de hacerle dar vueltas en busca de la respuesta, Gibson le explicó de mala gana a la cazadora de alces que la doctrina Bush “dice que tenemos el derecho de autodefensa anticipada.” Falso

(…)

Sí. Sarah Palin no sabía lo que era [la “doctrina Bush”]. Pero tampoco lo sabía Charlie Gibson. Y al menos ella no pretendió saberlo mientras bajaba la mirada y la contemplaba por encima de sus gafas con aburrido desdén, suspirando y “sonando como un profesor impaciente”, tal y como dijo el Times. Haciendo esto, captó perfectamente el esnobismo del establishment y la condescendencia intelectual que ha caracterizado la irritada reacción de las elites a esa madre de cinco hijos que pretende jugar en su terreno).

¿No es fantástico? Al final quien queda como un zote es Gibson. Justo castigo a su perversidad. Y un reconocimiento a la sinceridad de Sarah. De cualquier manera, Sarah superó dignamente la entrevista, pero fue un claro error por parte de los estrategas de campaña de McCain el que su primera entrevista televisada con difusión nacional fuera concedida precisamente a esa cadena (tan claramente pro-demócrata) cuando ya se podían imaginar todos lo que era más que probable que fuera a pasar.

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Y para finalizar, una nota distendida. En primer plano, Sarah y el cateto presuntuoso de Gibson; en segundo plano, el avión de los Palin. Sí, Todd, el marido de Sarah sabe pilotar y hasta tiene un avion propio. En Alaska es algo muy habitual; no es un lujo en absoluto. Y el embarcadero es la ribera del lago Lucille de Wasilla donde Sarah tiene su residencia particular.


LA VERDADERA SARAH PALIN (cuarta parte)

27/03/2009

 

Sarah, candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos

El 29 de agosto de 2008 en Dayton (Ohio), el entonces ya seguro candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos una vez concluido todo el farragoso proceso de primarias, John McCain, anunció que había escogido a Sarah Palin, la en aquellos momentos gobernadora de Alaska, como su compañera de ticket, provocando un verdadero terremoto en todo el país. Según las primeras noticias, McCain había conocido personalmente a Sarah en la reunión de febrero pasado de la National Governors Association (Asociación Nacional de Gobernadores), que tuvo lugar en Washington. Allí pudo hablar con ella y quedó gratamente impresionado (cosa que no nos creemos ni hartos de vino; imposible que no supiera nada de ella antes y que su conversación no haya sido preparada previamente por su equipo con vistas a tantear el terreno). Más tarde, el 24 de agosto, McCain, decidido finalmente, se puso en contacto con Sarah y le ofreció la posibilidad de ser su compañera de candidatura, siempre y cuando pasara el procedimiento de selección a que le iban a someter los miembros de su equipo. La respuesta de Sarah fue positiva y tres días más tarde, el 27 de ese mismo mes, se reunió con McCain en el rancho de éste en Arizona donde pasó con buena nota el dichoso procedimiento de selección, siéndole ofrecido el puesto que ella aceptó a la espera de hacerlo formalmente en la convención republicana a celebrar en Minnesota pocos días después.

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Sarah en la convención republicana, poco antes de darse a conocer al mundo entero.

Ciertamente había más candidatos en perspectiva, tales como el entonces gobernador de Minnesota Tim Pawlenty; el antiguo gobernador de Massachussetts y curiosamente anterior rival de McCain por la nominación republicana de ese mismo año, Mitt Romney; el antiguo gobernador de Pennsylvania Tom Ridge y el que parecía favorito para todos, el senador de Connecticut (ahora independiente, aunque anteriormente había sido demócrata convicto y confeso) Joe Lieberman, amigo personal de McCain y tal vez la única persona viva que le soportaba el mal genio sin sentir deseos de darle un puñetazo. Sin embargo, Sarah fue la única candidata que llegó a entrevistarse personalmente con McCain, sorprendiendo a prácticamente todos los comentaristas políticos que, francamente, no se lo esperaban a pesar de que ya hacía tiempo que era una de las grandes favoritas para la comunidad republicana en Internet, sólo por detrás de Mitt Romney y con más del doble de ventaja sobre el tercero (pero ya sabemos que para los mandamases del partido una cosa son sus opiniones y otra muy distinta las opiniones de su base social, que suelen rechazar desdeñosamente, lo que pasa en todos los partidos políticos del mundo).

Sarah se convirtió así en la segunda mujer en la historia de Estados Unidos en optar a la vicepresidencia de Estados Unidos (la primera fue la demócrata Geraldine Ferraro en 1984, junto con Walter Mondale, quienes perdieron las elecciones frente a Ronald Reagan y su entonces vicepresidente, George H. Bush, luego Bush 41). El 3 de septiembre de 2008, durante la Convención Republicana de Saint Paul (Minnesota), Sarah hizo su estreno ante la nación con un acceptance speech (discurso de aceptación) de su nominación como vicepresidenta que supuso un verdadero bombazo, mostrando a una Sarah excepcionalmente segura y con verdadera madera de líder, y que puso al otro bando a temblar de miedo. Por su importancia como el preciso momento en que Estados Unidos (y el resto del mundo, que yo también lo vi por Internet) descubrió a Sarah, incluimos el video, seguido de la transcripción del discurso traducida al español (la versión original del discurso está a disposición de quien la quiera aquí), para que nadie pueda perderse sus palabras y compruebe por sí mismo si se trata o no de una gran mujer.

Por cierto, un detalle curioso: durante su discurso, una de las dos pantallas que están puestas al lado del estrado y que reproducen el texto para que el orador pueda leerlo se estropeó, imposibilitando a Sarah el utilizarla. Intenten apreciar durante su intervención si se le nota el contratiempo. ¿No ven nada extraño? Ciertamente, ya le dijo ella al bajar del estrado a su compañero de partido Fred Thompson que no le había causado la menor molestia. Por mi parte, yo pienso que fue un sabotaje por parte de algún demócrata emboscado, pero afortunadamente no le salió bien porque Sarah es mucha Sarah. Disfruten del discurso; son tres cuartos de hora de espléndida oratoria.

DISCURSO DE ACEPTACIÓN DE SARAH PALIN

Muchas gracias, señor Presidente, delegados y compatriotas: Me siento honrada de aceptar su nominación a la vicepresidencia de Estados Unidos.

Gracias. Acepto el envite de ayudar a nuestro candidato a la presidencia a servir y defender a Estados Unidos. Y acepto el desafío de una dura lucha en estas elecciones contra oponentes confiados en una hora crucial para nuestro país. Y acepto el privilegio de servir con un hombre que ha sobrevivido a misiones mucho más difíciles y ha afrontado desafíos mucho más graves y que sabe cómo se ganan las luchas difíciles: el próximo presidente de Estados Unidos, John S. McCain.

Fue hace apenas un año cuando todos los expertos de Washington descartaron a nuestro candidato porque se negaba a moderar su compromiso con la seguridad del país que ama. Con su suficiencia habitual, nos dijeron que todo estaba perdido; que no había esperanza para este candidato que decía preferir perder unas elecciones antes que ver a su país perder una guerra.

Pero los encuestadores, los encuestadores y los expertos, pasaron por alto simplemente una cosa cuando lo borraron de la lista. No tuvieron en cuenta la calidad del hombre; la determinación, la resolución y las agallas del senador John McCain. Los votantes le conocían mejor. Y tal vez sea porque ellos comprenden que hay un tiempo para la política y un tiempo para el liderazgo, un tiempo para hacer campaña y un tiempo para poner a nuestro país en primer lugar.
 
Nuestro candidato a la presidencia es un verdadero ejemplo de valor y gente así es difícil de encontrar. Es un hombre que vistió el uniforme de este país durante 22 años y que se negó a perder la fe en esas tropas en Irak que ahora tienen la victoria al alcance de la mano. Y como madre de uno de esos soldados, ése es exactamente la clase de hombre que quiero como comandante en jefe. Yo soy sólo una de las muchas mamás que rezarán cada noche una oración más por nuestros hijos e hijas que van camino del peligro.

Nuestro hijo, Track, tiene 19 años. Y dentro de una semana y un día, el 11 de septiembre, será destacado en Irak con la infantería del ejército al servicio de su país. Mi sobrino, Kasey, también se ha alistado y sirve en un portaaviones en el Golfo Pérsico. Mi familia se enorgullece de ambos y de todos los buenos hombres y mujeres que sirven al país de uniforme.

Track es el mayor de nuestros cinco hijos. En nuestra familia hay dos chicos y tres chicas en medio: mis fuertes y bondadosas Bristol, Willow y Piper. Y en abril fuimos tan bendecidos; Todd y yo dimos la bienvenida al mundo al más pequeño, un bebé maravilloso que se llama Trig. Ya sabéis: desde dentro, jamás una familia parece típica. Eso mismo pasa con nosotros. Nuestra familia atraviesa los mismos altibajos que cualquier otra, los mismos desafíos y las mismas alegrías.

A veces, hasta las mayores alegrías suponen desafíos. Y los niños con necesidades especiales inspiran un amor muy, muy especial. Para las familias con necesidades especiales, para las familias con niños con necesidades especiales de todo el país, tengo un mensaje: durante años, habéis intentado hacer de Estados Unidos un lugar más acogedor para vuestros hijos e hijas. Me comprometo a que si somos elegidos, tendréis una amiga y una defensora en la Casa Blanca.

Y Todd es una toda una historia por sí mismo. Toda su vida ha sido pescador, y un operario de producción de los yacimientos petrolíferos de North Slope en Alaska, y un orgulloso miembro del Sindicato de Trabajadores Unidos del Acero y un campeón mundial de carreras de motos de nieve. Añadid a eso sus antepasados esquimales yup’ik eskimo y ahí sí que tenéis una buena mezcla. Nos conocimos en el instituto y dos décadas y cinco hijos después sigue siendo el hombre de mi vida.

Mi mamá y mi papá trabajaron ambos en la escuela primaria de nuestro pequeño pueblo. Y entre las muchas cosas que les debo, está esta pequeña lección que he aprendido: que esto es Estados Unidos y que cualquier mujer puede aprovechar todas las oportunidades que se le presenten. Mis padres están aquí esta noche y estoy muy orgullosa de ser la hija de Chuck y Sally Heath.

Hace mucho tiempo, un joven granjero y tendero de Missouri siguió una trayectoria inverosímil hacia la vicepresidencia. Un escritor observó: “Crece buena gente en nuestros pequeños pueblos; gente con honestidad, sinceridad y dignidad”. Y yo conozco exactamente al tipo de gente que ese escritor tenía en mente al elogiar a Harry Truman. Yo crecí con esa gente. Son los que realizan parte del trabajo más duro de América: los que cultivan nuestros alimentos, hacen funcionar nuestras fábricas y luchan en nuestras guerras. Aman a su país, en los buenos y en los malos tiempos, y están siempre orgullosos de Estados Unidos.

Tuve el privilegio de vivir la mayor parte de mi vida en un pequeño pueblo. Yo era la típica hockey mom y me apunté a la Asociación de Padres de Alumnos… Me encantan las hockey moms. ¿Sabéis cuál dicen que es la diferencia entre una hockey mom y un perro de presa? El lápiz de labios… Así pues me apunté a la Asociación de Padres de Alumnos porque quería mejorar la educación pública de mis hijos. Y cuando me presenté a concejal, no necesité grupos de opinión ni perfiles de votantes porque conocía a esos votantes y a sus familias también. Antes de llegar a ser gobernadora del gran estado de Alaska, fui alcaldesa de mi pueblo.

Y puesto que nuestros oponentes en esta elección presidencial parecen menospreciar esa experiencia, dejadme que os explique lo que implica ese trabajo. Imagino que es como una especie de “organizador comunitario”, salvo por el hecho de que tienes responsabilidades reales. Podría agregar que en los pueblos pequeños no sabemos muy bien qué pensar de un candidato que prodiga elogios a la gente trabajadora cuando están escuchando y luego habla de cuán amargamente se aferran a su religión y a sus armas cuando esas mismas personas no están escuchando.

No. Tendemos a preferir candidatos que no hablen de nosotros de una manera en Scranton y de otra en San Francisco. Y por lo que respecta a mi compañero de candidatura, podéis estar seguros de que dondequiera que vaya y quienquiera que esté escuchando, John McCain es siempre el mismo hombre. Bien, yo no pertenezco al establishment. Y he aprendido rápidamente, en estos pocos días pasados, que si uno no es un miembro bien considerado de la elite de Washington, entonces hay quienes en los medios de comunicación le consideran un candidato descalificado por esa sola razón.

Pues ahí va una pequeña noticia de última hora para todos esos periodistas y comentaristas: no voy a Washington en busca de su buena opinión; voy a Washington a servir a la gente de este gran país. Los estadunidenses esperan que vayamos a Washington por los motivos correctos y no sólo para codearnos con la gente correcta. La política no es sólo un mero juego de partidos enfrentados e intereses opuestos. El motivo correcto es desafiar el statu quo, servir al bien común y dejar esta nación en mejor situación de la que la encontramos.

Nadie espera que coincidamos en todo. Pero sí se espera que gobernemos con integridad, buena voluntad, convicciones claras y un corazón servicial. Y me comprometo ante todos los estadounidenses que me guiaré por este espíritu como vicepresidenta de Estados Unidos. Este es el espíritu que me llevó al cargo de gobernadora, cuando me enfrenté al viejo estilo de hacer política en Juneau, cuando me enfrenté a los intereses especiales, los grupos de presión, las grandes petroleras y la red de “los chicos” de siempre.

Comprendí que las reformas súbitas e implacables nunca hacen una buena combinación con los intereses enquistados y los agentes del poder. Por eso es tan difícil lograr una verdadera reforma. Pero con el apoyo de los ciudadanos de Alaska, le dimos la vuelta a todo. Y en poco tiempo volvimos a situar el gobierno de nuestro estado del lado de la gente. Asumí el cargo prometiendo una importante reforma ética para poner fin a la cultura del propio beneficio. Hoy, esa reforma ética es ley. Mientras tanto, me deshice de varias cosas del cargo de gobernador que no consideraba que nuestros ciudadanos debieran pagar por ellas.

Ese jet de lujo era desmesurado. Lo puse en eBay. Me encantar conducir yo misma al trabajo. Y pensé que nos podíamos arreglar sin la chef personal del gobernador, si bien tengo que admitir que seguro que a veces mis hijos la echan de menos. Asumí el cargo prometiendo controlar el gasto: pidiéndoselo a la cámara, si era posible; mediante el veto, de ser necesario. El senador McCain también promete usar la facultad del veto en defensa del interés público y como responsable ejecutiva, les aseguro que funciona.

El presupuesto de nuestro estado está bajo control; tenemos superávit. Y he protegido a los contribuyentes al vetar gastos innecesarios: casi quinientos millones de dólares en vetos. He suspendido el impuesto estatal sobre el combustible y abanderé la reforma para poner fin a los abusos en los gastos para proyectos especiales del Congreso. Le dije al Congreso: “Gracias, pero no, gracias”, por ese “Puente a Ningún Sitio”. Si nuestro estado quiere un puente, lo construiremos nosotros mismos. Cuando los precios del petróleo y del gas subieron drásticamente y llenaron la Hacienda estatal, devolví una gran parte de esos ingresos a donde pertenecían: directamente a la gente de Alaska.

Y a pesar de la oposición feroz de los grupos de presión de las petrolíferas, a las que les gustaban las cosas tal y como estaban, rompimos su monopolio sobre la energía y los recursos naturales. Como gobernadora, insistí en la competencia y en la imparcialidad para poner fin a su control de nuestro estado y devolvérselo a la gente. Luché para desarrollar el mayor proyecto privado de infraestructuras en la historia de Estados Unidos. Y cuando se llegó a un acuerdo, empezamos un gasoducto de casi cuarenta mil millones de dólares para ayudar a llevar a Estados Unidos hacia la independencia energética. Ese gasoducto, cuando se haya instalado la última sección y se hayan abierto las válvulas, conducirá a Estados Unidos un paso más lejos de la dependencia de peligrosas potencias extranjeras a las que no les importan nuestros intereses.

Las apuestas por nuestra nación no podrían ser más altas. Cuando un huracán azota el Golfo de México, este país no debería ser tan dependiente del petróleo importado como para que nos veamos obligados a extraer de nuestra Reserva Estratégica de Petróleo. Y las familias no pueden tirar más y más de sus nóminas para pagar la gasolina y el combustible para la calefacción. Con Rusia queriendo controlar un gasoducto vital en el Cáucaso y dividendo e intimidando a nuestros aliados europeos mediante el uso de la energía como arma, no nos podemos quedar a merced de proveedores extranjeros. Para enfrentarnos a la amenaza de que Irán pueda intentar cortar casi un quinto de los suministros de energía del mundo, o que terroristas puedan atacar de nuevo las instalaciones de Abqaiq en Arabia Saudita, o que Venezuela pueda cancelar sus entregas de petróleo… Estadounidenses: necesitamos producir más petróleo y gas propios. Y creed a una chica que conoce North Slope en Alaska: tenemos montones de ambos.

Nuestros oponentes dicen, una y otra vez, que perforar no va a resolver los problemas energéticos de Estados Unidos, como si nosotros no supiéramos eso ya. Pero el hecho de que perforar no solucione todos los problemas no es excusa para no hacer nada en absoluto. A partir de enero, en una administración McCain-Palin, vamos a tender más gasoductos, construir más plantas nucleares, generar empleos con carbón limpio y avanzar en energía solar, eólica, geotérmica y otras fuentes alternativas.

Necesitamos fuentes de energía estadunidenses, necesitamos energía estadounidense traída para vosotros por el ingenio americano y producida por trabajadores estadunidenses. Y ahora, he notado un patrón en nuestro oponente y tal vez vosotros también lo hayáis hecho. Todos hemos oído sus dramáticos discursos ante sus devotos seguidores. Y hay mucho que apreciar y admirar en nuestro oponente. Pero escuchándole hablar es fácil olvidarse de que es un hombre que ha escrito dos libros de memorias, pero ni una sola ley o reforma importante, ni siquiera en el Senado estatal. Éste es un hombre que puede pronunciar un discurso entero acerca de las guerras que América está librando y no usar nunca la palabra “victoria”, salvo cuando habla de su propia campaña. Pero cuando la nube de retórica ha pasado, cuando se diluye el clamor de la multitud, cuando se apagan las luces del estadio y todas esas columnas griegas de plástico son devueltas al almacén de algún estudio. Cuando pasa todo eso, ¿cuál es exactamente el plan de nuestro oponente? ¿Qué intentar realmente conseguir una vez que haya hecho retroceder las aguas y curado el planeta? La respuesta es hacer más grande el gobierno, llevarse más de nuestro dinero, dar más órdenes desde Washington y reducir la fortaleza de Estados Unidos en un mundo peligroso.

América necesita más energía; y nuestro oponente está en contra de producirla. La victoria en Irak está finalmente al alcance de la mano; y él quiere retirarse. Estados terroristas buscan armas nucleares sin descanso; y él quiere reunirse con ellos sin condiciones previas. Los terroristas de Al Qaeda siguen conspirando para infligir daños catastróficos a Estados Unidos; ¿y él está preocupado porque puedan no leerles sus derechos?

El gobierno es demasiado grande; él quiere que crezca. El Congreso gasta demasiado; él promete gastar más. Los impuestos son demasiado altos; él quiere elevarlos. Sus aumentos de impuestos son la letra pequeña de su plan económico y dejadme ser más específica. El candidato demócrata a la presidencia apoya los planes de elevar el impuesto sobre la renta, elevar las retenciones fiscales, elevar el impuesto de sociedades, elevar el impuesto sobre la herencia, elevar el impuesto sobre los negocios y elevar la presión fiscal sobre el pueblo americano en cientos de miles de millones de dólares.

Mi hermana Heather y su marido acaban de construir una estación de servicio que ya está funcionando, como millones de otras personas que tienen un pequeño negocio.  ¿Cómo van a estar mejor si les suben los impuestos? O tal vez usted esté tratando de conservar su empleo en una planta de Michigan u Ohio, o de crear empleos con carbón limpio en Pennsylvania o en Virginia Occidental, o de mantener una pequeña granja familiar aquí mismo en Minnesota. ¿Cómo va a estar mejor si nuestro oponente añade una masiva carga impositiva a la economía estadunidense?

Así es como veo la decisión a la que se enfrentan los americanos en estas elecciones. En política, hay algunos candidatos que usan el cambio para promover sus carreras.  Y luego están aquellos, como John McCain, que usan sus carreras para promover el cambio. Son aquellos cuyos nombres aparecen en las leyes y reformas que marcan hitos, no sólo en chapas y banderas o en sellos presidenciales diseñados por ellos mismos. Entre los políticos, está por una parte el idealismo de los discursos de altos vuelos, en los cuales se convoca emotivamente a las multitudes a apoyar grandes cosas. Y luego está el idealismo de esos líderes, como John McCain, que verdaderamente hacen grandes cosas. Ellos son los que saben hacer algo más que hablar, ellos son con los que siempre se puede contar para que sirvan y defiendan a Estados Unidos.

El historial de verdaderos logros y reformas del senador McCain ayudan a explicar por qué tantos intereses especiales, grupos de presión y cómodos presidentes de comité en el Congreso han luchado contra la perspectiva de una presidencia McCain, desde las primarias de 2000 hasta hoy mismo. Nuestro candidato no se entiende con la manada de Washington. Es un hombre que está ahí para servir a su país y no sólo a su partido. Un líder que no busca pelea, pero que tampoco le tiene miedo.

Harry Reid, el líder de la mayoría del inútil Senado actual, no hace mucho resumió sus sentimientos sobre nuestro candidato. Dijo, y cito:”No soporto a John McCain”. Señoras y señores, tal vez ningún elogio que escuchemos esta semana sea mejor prueba de que hemos elegido al hombre correcto. Claramente lo que insinuaba el líder de la mayoría es que él no puede hacer frente a John McCain. Ésta es solamente otra razón para tomar al inconformista del Senado y ponerlo en la Casa Blanca.

Compatriotas, no se supone que la presidencia estadounidense sea un viaje de “descubrimiento personal”. Este mundo de amenazas y peligros no es sólo una “comunidad” y no necesita solamente un “organizador”. Y aunque tanto el senador Obama como el senador Biden han estado repitiendo últimamente que están siempre, y cito textualmente, “luchando por vosotros”, afrontemos la cuestión de manera directa. Hay sólo un hombre en estas elecciones que haya luchado verdaderamente por ustedes en lugares donde ganar significa sobrevivir y la derrota significa la muerte y ese hombre es John McCain.

Ya sabéis que en nuestros días, los políticos han estado dispuestos a compartir historias de adversidades menores que el mundo de pesadilla en el que este hombre, y otros igualmente valientes, sirvieron y sufrieron por su país. Hay un largo camino desde el miedo y el dolor y la mugre de una celda de tres por dos en Hanoi hasta el Despacho Oval. Pero si el senador McCain es elegido presidente, ese será el viaje que habrá hecho. Es el viaje de un hombre recto y honorable; la clase de hombre cuyo nombre encontraréis en los monumentos a los caídos en los pequeños pueblos de todo este país, sólo que él estuvo entre los que volvieron a casa.

Al cargo más poderoso de la Tierra, él traerá la compasión que nace de haber vivido alguna vez en la impotencia; la sabiduría que nace incluso a los cautivos, por la gracia de Dios; la especial confianza de aquellos que han visto el Mal y han visto cómo se vence al Mal. Un compañero prisionero de guerra, un hombre llamado Tom Moe, de Lancaster, Ohio, recuerda como miraba a través de un diminuto orificio en la puerta de su celda mientras los guardianes se llevaban al subcomandante John McCain por el pasillo día tras día.

Según cuenta la historia, “cuando McCain se arrastraba de vuelta tras los interrogatorios y las torturas, se giraba hacia la puerta de Moe con una sonrisa en los labios y los pulgares hacia arriba”, como diciendo “vamos a salir de ésta”. Compatriotas, éste es el tipo de hombre que América necesita para guiarnos durante los próximos cuatro años.

Durante una temporada, un orador destacado puede inspirar con sus palabras. Durante toda una vida, John McCain ha inspirado ya con sus obras.

Si el carácter es la medida en esta elección y la esperanza, el tema y el cambio, la meta que compartimos, entonces les pido que se unan a nuestra causa. Únanse a nuestra causa y ayuden a América a elegir a un gran hombre como el próximo presidente de Estados Unidos.

Gracias y que Dios bendiga a Estados Unidos. Gracias.

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Los padres de Sarah aplaudiendo entusiasmados la elección de su hija como candidata a la vicepresidencia. No era para menos; ellos la conocen de verdad.

Gracias a ti, Sarah, por habernos devuelto la fe en todo lo que significa Estados Unidos para aquellos que amamos la libertad. Que Dios te bendiga. Por nuestra parte, volveremos a hablar de este discurso en una próxima entrada porque a nuestro entender (y el de otras personas) no fue sólo un discurso, sino que supuso algo más importante: un punto de inflexión en la historia política estadounidense cuyas consecuencias no se han hecho evidentes todavía, pero lo harán.


LA VERDADERA SARAH PALIN (tercera parte)

25/03/2009

 

Y tras Wasilla, ¿qué?

Una vez concluidos sus dos mandatos como alcaldesa de Wasilla, Sarah se decidió a dar el salto a la política estatal (la de su estado de Alaska, no la nacional). Así, en 2002 se postuló como lieutenant governor (o sea, vicegobernadora) en las primarias de su partido, el Republicano (recordemos que el candidato a este cargo es elegido por cada partido de la misma manera que lo hacen con su candidato a gobernador). Sarah compitió por la nominación junto con otros cuatro candidatos, pero no logró ser la elegida, pues quedó en segundo lugar con el 26,61% de los votos, por detrás del ganador, Loren Leman, que obtuvo el 29,34%. Leman formaría ticket poco después con Frank Murkowski, uno de los dos senadores por Alaska en Washington en aquel entonces (el otro era el también republicano Ted Stevens), y ambos se presentaron a las elecciones a gobernador de ese año, ganándolas. En consecuencia, Murkowski dimitió de su escaño en Washington, pero como quiera que como gobernador de Alaska tenía la potestad de nombrar a su sucesor allí hasta que se convocaran nuevas elecciones a senador, estuvo tentado por un tiempo de nombrar a Sarah, pero al final fue presa del nepotismo más descarado y acabó nombrando a su propia hija, Lisa, quien por aquel entonces ocupaba un puesto de representante en la Cámara de Representantes de Alaska.

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El gran Murkowski, todo un tipo realmente.

De 2003 a 2005, Sarah ocupó un cargo directivo en la “Ted Stevens Excellence in Public Service, Inc.”, un grupo de personas dedicado a proporcionar entrenamiento político a las mujeres del Partido Republicano en Alaska. No debía de ser un puesto muy interesante, pero Murkowski no se olvidó de que Sarah había apoyado disciplinadamente su candidatura a gobernador y en 2003 la nombró además directora de la Alaska Oil and Gas Conservation Comission, haciéndose cargo de la supervisión ética del organismo. Lo que debió de ver Sarah allí para que al año siguiente, en enero de 2004, dimitiera en protesta por lo que ella consideraba “falta de ética” de sus compañeros de comisión.

Pero es que no sólo dimitió, sino que además se dispuso a tirar de la manta. Para empezar, Sarah presentó una queja formal ante el gobernador Murkowski y el fiscal general del Estado, Gregg Renkes, contra uno de los comisionados, Randy Ruedrich, quien además era por aquel entonces dirigente del Partido Republicano en Alaska, acusándole de trabajar en asuntos propios de su cargo como dirigente del partido durante el horario de trabajo de su cargo como comisionado, así como de compadreo con una empresa a la que supuestamente debía controlar. Como resultado de la investigación, unos meses más tarde Ruedrich tuvo que reconocerse culpable de haber violado las leyes sobre ética del Estado y pagar una multa de 12.000 dólares. Sin embargo, Ruedrich no tuvo problemas posteriormente para ser confirmado en su puesto de dirigente del Partido Republicano en Alaska (¿qué sería de uno sin el cariño de sus amigos?), lo que sin duda debió de compensarle bastante por todos sus sinsabores.

Nada de eso arredró a Sarah, quien al año siguiente, en 2005, se unió a Eric Croft, un legislador demócrata, para presentar otra queja formal ahora contra Gregg Renkes, el fiscal general de Alaska, acusándole de haber tenido un conflicto de intereses mientras estuvo negociando un acuerdo comercial de exportación de carbón. Renkes era un antiguo amigo del gobernador Murkowski, a quien llevaba además su campaña electoral de reelección. Hubo un nuevo escándalo y el gobernador Murkowski trató de zanjar la cuestión con una reprimenda pública a Renkes. No lo consiguió y pocas semanas después Renkes se vio obligado a dimitir. Sarah se convirtió definitivamente en la “oveja negra” del Partido Republicano en Alaska, cuyos dirigentes no la querían ver ni en pintura, aunque su reputación de política honrada y valiente ante la gente corriente se disparó.

Fue en 2004 cuando Sarah jugó con la idea de presentarse a las elecciones al Senado en Washington de ese año, las que iban a elegir al verdadero sucesor de Frank Murkowski, puesto que su hija, Lisa, ocupaba el escaño interinamente. Sarah podría haber ganado seguramente, dado que Lisa Murkowski no era precisamente la persona más popular de Alaska después de la manera como había conseguido su cargo, pero finalmente decidió no presentarse ante los ruegos de Track, su hijo de 14 años por aquel entonces, quien, tal y como ella misma explicó posteriormente estaba muy preocupado sobre “cómo podría ser la mamá del equipo si la elegían senadora”. Así pues, no se presentó y Lisa Murkowski pasó a ser senadora ahora sí con todas las de la ley.

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Lisa Murkowski (o Murkowski II). Y es que si no te coloca papá, ¿quién te va a colocar?

Sin embargo, una cosa era irse a Washington, D.C., y otra muy distinta quedarse en Alaska. En agosto de 2006, Sarah se presentó como candidata a gobernador en las primarias del Partido Republicano, venciendo al entonces gobernador Frank Murkowski, que optaba a la reelección, y a otros tres candidatos más. Sarah obtuvo el 50,59% de los votos y formó ticket con el senador estatal Sean Parnell, quien había ganado la nominación al puesto de lieutenant governor. Así pues, Sarah y Sean se presentaron en noviembre de ese mismo año a las elecciones con un programa que hacía hincapié en acabar de una vez por todas con la corrupción en el gobierno, recortar gastos y ofrecer responsabilidad en todas sus decisiones. Sorprendentemente, y aunque gastaron menos en la campaña que su oponente demócrata, el antiguo gobernador Tony Knowles, (de hecho, el Partido Republicano sólo se gastó en ella 5.500 dólares, debiendo Sarah obtener por su cuenta todo el dinero que necesitó –algo lógico si se tiene en cuenta que no era plato de buen gusto para la mayoría de los peces gordos del partido–), ganaron las elecciones con un 48,33% de los votos frente al 40,97% de su adversario. La victoria de Sarah fue una de las escasas alegrías que tuvieron los republicanos ese año, cuando perdieron arrolladoramente en casi todas las elecciones que se celebraron.

Sarah, gobernadora de Alaska

Sarah se convirtió pues en la primera gobernadora de Alaska y, con 42 años, en la más joven de la historia del Estado, siendo además la primera nacida tras el reconocimiento de Alaska como estado de los Estados Unidos y la primera en no jurar el cargo en Juneau, la capital, sino en Fairbanks (por propia decisión) el 4 de diciembre de 2006. Durante estos dos años de mandato que lleva, sus índices de popularidad se han mantenido siempre muy altos, oscilando alrededor del 70%, lo que llevó a algunos medios de comunicación a otorgarle el título de “gobernador más popular de Estados Unidos”. Cabe recordar que en Alaska, por sus circunstancias particulares, el cargo de gobernador implica más responsabilidades que en la mayoría de estados de los “48 de abajo”.

gobernadora

El juramento de Sarah como gobernadora de Alaska. Bonita maceta la que lleva prendida de la solapa, ¿eh?

A lo largo de su campaña, Sarah había abogado por “limpiar” la política de Alaska de todo lo que había supuesto el mandato del anterior gobernador, Frank Murkowski, así que nada más tomar posesión, anuló 35 nombramientos hechos por éste en las últimas horas de su mandato, incluyendo la designación de James Clark, su jefe de campaña, para ocupar un puesto en la Alaska Natural Gas Development Authority, una decisión muy acertada ya que poco después el tal Clark fue encontrado culpable de conspiración por haber usado una empresa petrolífera extinta para desviar dinero a la campaña de reelección de Frank Murkowski (vaya panda estos, ¿eh?).

Además, Sarah cumplió con otra de sus propuestas de campaña al deshacerse del avión, un Westwind II, que el anterior gobernador, Frank Murkowski, había comprado en 2005 por 2,7 millones de dólares para sus viajes a través del estado en contra de la opinión de los legisladores y de la opinión pública. En agosto de 2007, el avión fue anunciado en eBay al precio de 2,5 millones de dólares, pero al no poder venderse se recurrió finalmente a los servicios de una empresa privada, Turbo North Aviation, quien sí que logró venderlo por 2,1 millones de dólares a Larry Reynolds, un hombre de negocios. (Una nota sobre el asunto del avión: Alaska es un estado enorme y en su mayor parte no urbanizado y con pocas carreteras, por lo que no es en absoluto extraño que los miembros de la administración utilicen un avión para sus viajes; lo que sí que es inusual es que reclamen para ello un avión de lujo como lo es el Westwind II en lugar de conformarse con los aviones más pequeños y sencillos de que dispone la administración; eso es lo que irritó a todos: la arrogancia de Murkowski, no el hecho en sí de viajar en avión). Y como quiera que Murkowski era un hombre a quien le gustaba vivir realmente bien, Sarah prescindió también de los servicios de la chef personal del gobernador y de su chófer.

avion

El avión de la discordia: el Murkowski volante. Bonito, ¿eh? Si lo vieran por dentro… Las butacas son de película.

Para terminar de una vez por todas con estas cosas, Sarah firmó en julio de 2007 el resultado de su primera iniciativa legislativa: una ley de reforma ética de la administración pública, la Executive Branch Ethics Act, que fue aprobada con el acuerdo de la oposición demócrata.

Consecuente con su postura, Sarah no tuvo empacho en julio de 2008 en exigir al entonces otro senador de Alaska en Washington, el republicano Ted Stevens, que se presentaba a la reelección, que dimitiera después de saberse que estaba siendo investigado por múltiples acusaciones de tráfico de influencias. En octubre de 2008, el senador Stevens fue oficialmente declarado culpable de todos los cargos, lo que provocó que perdiera lógicamente las elecciones , yendo a parar su escaño al demócrata Mike Begich.

En diciembre de 2008, el legislativo de Alaska propuso que se incrementara el sueldo anual de la gobernadora en 25.000 dólares, pasando de 125.000 a 150.000 dólares, algo que Sarah dejó claro que si se producía no lo admitiría, desechándose pues la propuesta.

La administración Palin

Sobre la residencia oficial de la gobernadora

Como gobernadora, Sarah vive en Juneau, en la residencia oficial del gobernador del Estado (tal y como marca la legislación de Alaska) durante el período legislativo y regresa a su casa de verdad, la de Wasilla, para vivir durante el resto del año, trabajando entonces en las oficinas gubernamentales de Anchorage, a unos 70 km de Wasilla. Dado que las oficinas de Anchorage están muy lejos de Juneau, el Estado la autoriza y prácticamente la obliga en aras de la transparencia fiscal a pasar dietas cuando pernocta fuera de su “residencia habitual” (que es, recordemos, mientras sea gobernadora, la residencia oficial en Juneau). Sarah ha admitido cobrar estas dietas en concepto de “gastos de viaje”, pero se ha negado en cambio a percibir otras a las que también tendría derecho en concepto de “gastos de alojamiento” (pensadas para reembolsar los gastos de hotel), ya que al vivir en su propia casa no las encuentra oportunas. No sólo eso, sino que además conduce personalmente su coche cada día para ir y venir de Wasilla a Anchorage y cuando viaja en avión lo hace siempre en clase turista (es habitual encontrarse con ella en cualquier aeropuerto, esperando para facturar su equipaje o para recogerlo). Puestos a protestar, la oposición demócrata se queja de que cobre dietas en concepto de “gastos de viaje” de los miembros de su familia en las ocasiones en que estos la han acompañado en asuntos relacionados con su cargo. Sarah ha replicado diciendo que no está haciendo nada que no esté contemplado en la legislación estatal, que sus gastos por este concepto son un 80% menores que los de su predecesor, habiendo sido todos ellos justificados debidamente, y que muchas de las invitaciones que recibe incluyen el requerimiento de que traiga a su familia con ella. (Otra nota, esta vez sobre las curiosidades de la política alasqueña: Alaska tiene muchas dificultades de comunicación, por lo que están muy avanzados en lo que se podría llamar “gobierno virtual”. Esto quiere decir que no es necesario para muchos de los miembros de la administración o incluso del poder legislativo el tener que estar físicamente en la capital, pudiendo actuar válidamente desde sus localidades. Es por ello que la gobernadora tiene permitido el dejar la capital cuando su presencia en ella no es estrictamente necesaria).

residencia

La residencia del gobernador de Alaska en Juneau. Es una casa y es blanca. Podría ser premonitorio, ¿no?

Sobre los Presupuestos Generales del Estado

En 2007, el estado de Alaska aprobó un presupuesto de 6.600 millones de dólares, el mayor de su historia. Sarah no estaba conforme con muchos de los gastos previstos y utilizó su poder de veto para recortarlo en 237 millones de dólares, eliminando alrededor de 300 proyectos que consideraba superfluos. Al año siguiente, en 2008, volvió a suceder lo mismo cuando Sarah recortó el presupuesto de ese año en 286 millones de dólares, eliminando esta vez alrededor de 350 proyectos.

Por lo que se refiere a la financiación federal adjudicada directamente por Washington para proyectos que responden a un interés especial (los famosos earmarks), Sarah se ha mostrado siempre contraria a ella y así lo ha demostrado recurriendo a ello lo menos posible y buscando en su lugar financiación federal para proyectos que siguen el procedimiento normal de presentación, debate público y votación (appropriations).

En relación con este asunto, una calumnia repetida habitualmente pretende que Alaska es un estado que vive prácticamente de las subvenciones del gobierno federal. Esto es falso dado que, si bien es cierto que Alaska es uno de los cuatro estados que más dinero reciben habitualmente de Washington, hay que tener en cuenta las razones para semejante dispendio: 1) el 15,9% de la población de Alaska está compuesta de nativos alasqueños, que reciben cuantiosas subvenciones; 2) en Alaska están desplegados un total de 21.000 soldados; y 3) Alaska es el propietario de aproximadamente el 60% del territorio, sobre el cual tiene la obligación de cuidarlo adecuadamente. O sea, que si bien recibe una buena cantidad de dinero anualmente no es para que haga con él lo que quiera, sino para gastarlo en obligaciones contraídas con anterioridad.

Sobre el Bridge to Nowhere

Tal vez la historia más famosa sobre earmarks relacionada con Alaska sea la del famoso Bridge to Nowhere. En resumen, la historia es la siguiente: en 2005, un año antes de que Sarah fuera elegida gobernadora, el Congreso de Washington aprobó una ayuda de 442 millones de dólares para la construcción de dos puentes en Alaska. El Gravina Island Bridge pretendía conectar Ketchikan con la escasamente poblada isla de Gravina, sede de un aeropuerto internacional (el Ketchikan International Airport) con un tráfico de 200.000 pasajeros al año y cuya única vía de comunicación con el resto del estado es un ferry que transporta más de 400.000 usuarios al año. Por otra parte, el Knik Arm Bridge iba a proporcionar una vía de enlace entre Anchorage y el Matanuska-Susitna borough. Durante su campaña electoral, en 2006, Sarah se mostró de acuerdo con el proyecto de ambos puentes. El entonces senador de Alaska en Washington, Ted Stevens, había puesto tanto empeño en lograr los fondos necesarios que pronto fue objeto de interés y fue entonces cuando el Gravina Island Bridge acabó siendo conocido por la opinión pública como el Bridge to Nowhere al saberse que la población fija de la isla es de sólo 50 personas, lo que acabó convirtiendo todo el proyecto (incluyendo el del otro puente) en un símbolo de despilfarro. Sin embargo, todo esto no es más que otra muestra de cómo funcionan los medios de (des)información porque el puente de marras nunca fue previsto para dar servicio en exclusiva a los habitantes de la isla de Gravina, sino a los miles y miles de usuarios del aeropuerto. A raíz de tal campaña, el Congreso revisó su decisión inicial y retiró su apoyo al proyecto de construcción de los dos puentes aunque mantuvo la asignación inicial de 442 millones de dólares para Alaska, ahora dentro del apartado de “proyectos genéricos en el campo del transporte”.

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La isla de Gravina y la vecina península de Ketchikan. El puente iba a unir las dos orillas.

Sarah hizo pues campaña apoyando la construcción del puente, que consideraba esencial para la prosperidad de la zona, así como catalogó como “ofensiva” para los habitantes de la isla de Gravina la denominación de Bridge to Nowhere. De cualquier forma, el Congreso se negó en 2007 a reasignar el dinero al proyecto de los dos puentes y Sarah, que para entonces ya era gobernadora, decidió renunciar a todo el proyecto dado que el resto de los Estados Unidos habían empezado a ver a Alaska como un estado que les “quitaba” el dinero a los demás. Sarah sigue apoyando la construcción del puente, pero su intención ahora es construirlo exclusivamente con sus propios medios, seguramente con un proyecto más económico, pero sin recurrir a la ayuda de Washington.

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Sarah apoyando la construcción del Gravina Island Bridge. El 99901 es el código postal de la zona.

Sobre los asuntos energéticos

Sarah presentó en marzo de 2007 una propuesta titulada AGIA (Alaska Gasline Inducement Act) ante la Cámara de Representantes a favor de la libre competencia en la construcción de un gasoducto que fuera desde los yacimientos localizados en North Slope hasta el territorio de los Estados Unidos. Esta propuesta anulaba un acuerdo al que llegó por su cuenta el gobernador anterior que garantizaba la concesión de dicha obra a una coalición de empresas (Exxon, BP y ConocoPhillips), las mismas que ya poseen la propiedad de las reservas de gas. Solo un legislador votó en contra de esta medida (los hay que no tienen vergüenza realmente), y en junio se convirtió en ley. En agosto, Sarah anunció que sólo había una compañía, la canadiense TransCanada Pipelines Corp., que cumpliera los estrictos requisitos exigidos por el Estado, con lo que en agosto se firmó el acuerdo por el cual se les otorgaba la licencia para construir y operar el gasoducto, adelantando acto seguido 500 de los 2.600 millones de dólares que costará la obra en total y que está prevista que se concluya a finales de 2018.

Para Sarah, las compañías petrolíferas no pueden de ninguna manera pretender dictar la política del Estado, pero los grupos ecologistas tampoco deben pretender impedir que Alaska desarrolle sus recursos naturales. Su principal objetivo en este aspecto es lograr la autosuficiencia de Alaska para no tener que seguir contando con las subvenciones federales, como pasa en la actualidad.

Como respuesta a los altos precios del gas y del petróleo, y como resultado del superávit del Estado, Sarah propuso en 2008 dar a cada habitante de Alaska una tarjeta de débito de 100 dólares mensuales para gastar en energía. Sin embargo, ante la dificultad de gestionar tal cantidad de tarjetas por parte de la administración y dado que serían de poca utilidad en muchas comunidades rurales, Sarah modificó su propuesta inicial y en su lugar propuso pagar directamente a cada habitante 1.200 dólares provenientes del beneficio estatal creado por los altos precios del petróleo, lo que fue aprobado en agosto del año pasado. Además, ha suspendido por un año el impuesto estatal de 8 centavos por galón de gasolina.

El año pasado, el estado de Alaska presupuestó un total de 300 millones de dólares, una cantidad realmente importante, a lo largo de cinco años como subvenciones destinadas a fomentar las energías renovables. Además, el pasado mes de enero, Sarah se marcó como objetivo el que Alaska llegue a generar el 50% de su producción eléctrica a partir de energías renovables, siendo ese porcentaje en la actualidad del 24%.

Sobre el medio ambiente

En 2007, Sarah mantuvo su apoyo a la tradicional política del Alaska Department of Fish and Game de controlar la población de animales depredadores del estado (fundamentalmente, osos y lobos), iniciada en 1994. En 2006, esta política se amplió para permitir la caza de lobos desde el aire por parte de personas expresamente autorizadas por la administración en varias áreas concretas de Alaska donde se había incrementado excesivamente la población de lobos, lo que amenazaba el mantenimiento de la población de alces y caribúes necesaria para el sostenimiento de la población nativa de Alaska, que los cazaba como medio de subsistencia. Como resultado, un total de 607 lobos del máximo de 664 establecido por los biólogos estatales fueron abatidos para el final del programa. En agosto de 2008, los alasqueños votaron en referéndum a favor de seguir manteniendo el programa de control de depredadores dados los excelentes resultados que se habían obtenido, habiéndose constatado un claro incremento de las manadas de alces y caribúes objeto de la medida de protección.

Sobre el Troopergate

En julio de 2008, Sarah cesó a Walt Monegan, Public Safety Commisioner (comisionado de Seguridad Pública), por no estar de acuerdo con su gestión, ofreciéndole a cambio un puesto directivo en otro organismo estatal, que él rechazó. Más tarde, Monegan alegó que había sido cesado por no haber despedido al antiguo cuñado de Sarah, el Alaska State Trooper (policía), Mike Wooten, quien en 2005 se había divorciado de la hermana menor de Sarah, Molly. Wooten era un hombre violento y en ese momento había llegado incluso a amenazar de muerte al padre de Molly y Sarah. Monegan alegó también que tanto la propia Sarah como miembros de su equipo y hasta su marido, Todd, habían estado presionándole constantemente en tal sentido. Wooten no fue despedido en ningún momento y sigue sirviendo como Alaska State Trooper, aunque en su momento fue sancionado por continuas faltas de disciplina que arrastraba desde tan pronto como 2001.

Una investigación abierta por el poder legislativo de Alaska, dirigida por el investigador independiente Stephen Branchflower y concluida en octubre de 2008 (ya en plena campaña electoral a la presidencia de los Estados Unidos, no lo olvidemos, porque fue entonces cuando salió a la luz todo el asunto, ¡dos años y medio después de los hechos!), sentenció que Sarah tenía todo el derecho a cesar a Monegan, pero que había abusado de su poder como gobernador y había violado la Executive Branch Ethics Act, la legislación ética del Estado, al consentir que miembros de su equipo y su marido, Todd, presionaran a Monegan exigiéndole el despido de Wooten. Sin embargo, esta no es la opinión de la State Personnel Board, el organismo estatal competente en materia de ética, que revisó todo el caso a instancias de la propia Sarah. Este organismo contrató a su vez a otro investigador independiente, Timothy Petumenos, y en noviembre de 2008 sentenció que no había motivos para creer que la gobernadora hubiera vulnerado la legislación ética del Estado. De cualquier forma, y como ya hemos dicho, Wooten sigue en su puesto y hasta ha tenido tiempo ya de casarse y divorciarse de nuevo (por cuarta vez, ya que Molly, la hermana de Sarah, fue su tercera esposa).


LA VERDADERA SARAH PALIN (segunda parte)

23/03/2009

 

Sus primeros pinitos políticos

El primer contacto de Sarah con el mundo de la política se produjo cuando ésta tenía tan sólo 28 años (aunque ya debía de tener interés por ese mundo porque en 1982, nada más cumplir los 18 años, se había inscrito como votante republicana). En 1992, Sarah decidió presentarse como candidata a concejal de su ciudad, Wasilla. El motivo que le llevó a dar ese paso fue, según propia confesión, el temor a que los ingresos extraordinarios producidos por un proyecto de nuevo impuesto sobre las ventas que todavía estaba pendiente de aprobación por parte del consejo municipal no se emplearan de la mejor manera posible, lo que revela mejor que cualquier otra cosa su verdadero carácter como política: Sarah es por encima de todo una gestora preocupada por la eficaz utilización de los fondos públicos y esa es una constante en su carrera política como iremos viendo a lo largo de esta serie.

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Localización de Wasilla, ciudad del Matanuska-Susitna borough.

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Vista aérea de Wasilla.

Para no hacerlo demasiado largo, digamos que Sarah ganó las elecciones con el 54,9% de los votos, sirviendo como concejal durante los tres siguientes años (el tiempo establecido expresamente para ello por las ordenanzas municipales de Wasilla) y siendo reelegida para el cargo en 1995, esta vez con el 68,4% de los votos. Sin embargo, no llegó a completar este segundo mandato porque en 1996, con 32 años, decidió presentarse a las elecciones como alcaldesa. Su rival era el entonces alcalde, John Stein, de 52 años, quien ya llevaba tres mandatos consecutivos como tal y aspiraba al cuarto, en contra de la opinión de la mayoría de los habitantes de Wasilla, que habían aprobado recientemente una ordenanza que limitaba a dos como máximo los mandatos consecutivos del alcalde. Con la excusa de que al haber sido aprobada con posterioridad a su última elección no le afectaba a él en concreto, Stein se reía a mandíbula batiente de quienes le censuraban por violar de tal modo sino la letra al menos el espíritu de la ley. Fue principalmente por ello que Sarah se decidió a presentar su candidatura y un programa basado en la reducción de gastos e impuestos (sobre todo porque Stein estaba planeando construir un nuevo edificio para la alcaldía que iba a hacerle sombra a Buckingham Palace y ampliar el museo local de Historia hasta alcanzar las dimensiones del British Museum) y abominando de lo que ella consideraba el “rancio liderazgo” de un ayuntamiento en el que sus conciudadanos sólo encontraban “complacencia, inacción y hasta un total desinterés”. Con estos mimbres y una esforzada campaña puerta a puerta, Sarah no tuvo problemas en alzarse con el triunfo con el 57,6% de los votos, a pesar de la feroz oposición del periódico local, que apoyaba a Stein. Su campaña se basó en el lema de “ideas nuevas y energía para trabajar con la gente para hacer más grande esta ciudad”.

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Sarah en 1992, cuando se presentó como candidata a concejal. Una foto que a mí personalmente me gusta mucho, tal vez porque es de las pocas suyas sin gafas.

De su época como concejal, destaca su oposición a una reglamentación que pretendía recortar el horario de apertura de los bares de la ciudad en dos horas, lo que dejó estupefacto a quien fuera su rival en las elecciones de 1992, John Hartrick, un operario de la compañía telefónica local, ya que de todos era conocida la adscripción de Sarah a una iglesia que abogaba por la abstinencia del alcohol. Este hecho, además de ser extremadamente divertido porque nos recuerda lo bobos que son los izquierdistas en todas partes, aquí y en Alaska, sirve para desterrar de una vez por todas la obsesión de esos mismos izquierdistas por presentar a Sarah como una fundamentalista religiosa. Sarah no es nada de eso en absoluto; es una creyente ferviente, pero por encima de todo, en su vida política, es la concejal, alcaldesa o gobernadora de todos sus conciudadanos, ya sea de Wasilla o de toda Alaska y como más de una vez ha declarado públicamente, jamás consentirá que sus creencias religiosas le dicten su manera de gestionar los asuntos públicos. Sarah cree en el poder del ejemplo y de ninguna manera pretende imponer su manera de ser a los demás. Algo incomprensible para los del otro bando ya que ellos sí que sueñan con imponer su manera de ser a los demás, por las buenas o por las malas. Mejor si es por las malas. Además, su oposición en este caso en concreto se basaba simplemente en que consideraba la medida restrictiva de los derechos individuales de los ciudadanos, no en otra cosa. Ella puede estar de acuerdo en que el alcohol es perjudicial, pero nunca pretenderá imponer sus opiniones por la fuerza.

Y por si fuera poco con esta historia, tenemos otra: la de su primera pelea con un compañero concejal, Nick Carney, que pretendía promulgar una ordenanza que obligaría a todos los habitantes de Wasilla a contratar un servicio de recogida de basuras, prohibiendo que fueran ellos mismos los que la llevaran hasta el vertedero, como venían haciendo hasta ahora. La clave del asunto estribaba en que la única empresa dedicada a esta tarea de recogida de basuras en toda la ciudad era propiedad del susodicho Nick “Espabilado” Carney. Como no podía ser menos, Sarah puso inmediatamente el grito en el cielo y acusó a Carney de “conflicto de intereses” a lo que éste, gentilmente, aceptó abstenerse a la hora de votar la nueva ordenanza, aunque no tuvo el más mínimo problema de conciencia cuando se trató de declarar como “experto en el tema” ante el consejo municipal. Afortunadamente, la propuesta no salió adelante y los conciudadanos de Sarah continuaron siendo libres de elegir lo que querían hacer con su basura: si llevarla ellos mismos al vertedero o pagar para que se la llevaran, pero de poco les fue.

Alcaldesa de Wasilla

Wasilla no es una gran población y, en consecuencia, los deberes del alcalde tampoco son muy exigentes. De hecho, son mucho menores de lo que es habitual en cualquier otra población de los Estados Unidos. Fundamentalmente, se trata de supervisar el departamento de Policía (creado tres años antes, en 1993, y dirigido por Irl Stambaugh) y dirigir los departamentos de Obras Públicas (a cargo de Jack Felton), una oficina de Planificación Económica (a cargo de Duane Dvorak), una biblioteca (a cargo de Mary Ellen Emmons) y el museo de historia local (a cargo de John Cooper). Los bomberos y las escuelas son gestionados directamente por el gobierno del borough (Matanuska-Susitna) y los servicios sociales y la regulación medioambiental por el gobierno estatal.

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Sarah tomando posesión como alcaldesa.

La gestión de Sarah como alcaldesa revela a una mujer con las ideas claras y dispuesta a hacerse valer. Ciertamente podía ser joven, pero en absoluto iba a consentir que la manejasen ni aquellos que tenían intereses creados ni burócratas municipales enquistados en el ayuntamiento. Inmediatamente después de tomar posesión en octubre de 1996, Sarah eliminó el puesto de director del museo local, uno de los cinco jefes de departamento del ayuntamiento que servían a discreción del alcalde. La historia es la siguiente: el museo local de historia estaba dirigido hasta entonces por un conservador (John Cooper) a quien ayudaban en su tarea tres ancianas muy queridas por todo Wasilla, pero bastante incompetentes. Cooper cobraba 70.000 dólares anuales y había presentado un proyecto faraónico de ampliación de un museo que recibía un par de visitas mensuales por lo que Sarah decidió echarlo directamente. En cuanto a las tres comadres esas, Sarah estaba dispuesta a continuar contando con ellas a pesar de todo y sólo les pidió que redujeran en 32.000 dólares el presupuesto anual de 200.000 dólares, dejando a su elección la manera de hacerlo (dimitir una de ellas, pasar a trabajar a media jornada, etc.). En lugar de ello, las tres cogieron la puerta y se largaron… al periódico local  a poner verde a Sarah y tratarla como una vil tacaña de corazón de piedra. Casi fue mejor porque así Sarah pudo librarse de toda la panda de una vez; contrató a otro conservador (con un sueldo más ajustado a la realidad de lo que iba a ser su trabajo) y un empleado a tiempo parcial, redujo las horas de apertura del museo y estableció un día de fiesta comunitaria anual patrocinada por el museo lo que le supondría una oportunidad para obtener ingresos adicionales y abrió nuevas exposiciones, manteniéndolo bajo control presupuestario por primera vez en su historia.

En cuanto al resto de jefes de departamento, les exigió a todos su dimisión, así como un ejemplar actualizado de sus respectivos curriculum vitae, tras lo cual ella decidiría cuál o cuáles de esas dimisiones aceptaría. El entonces jefe de Policía, Irl Stambaugh, que había apoyado a Stein durante la anterior campaña electoral, declinó presentarla alegando que había llegado a un acuerdo con éste por el cual sólo podía ser despedido “por una causa concreta”, una cláusula que no tenía ninguna validez legal y que Sarah no tenía porqué respetar, pero que de momento dejó pasar.

Cuando estas noticias trascendieron, y ante el ostensible malestar de los afectados, el periódico local le preguntó a Sarah si no le preocupaba la posibilidad de tener que hacerse cargo de la gestión municipal sin la ayuda de esos experimentados jefes de departamento, Sarah respondió que no tenía ninguna duda, ya que no se trataba precisamente de “fabricar cohetes, sino simplemente de gestionar 6 millones de dólares y dirigir a 53 empleados”.

En enero de 1997 el jefe de Policía de Wasilla, Irl Stambaugh, fue despedido finalmente por Sarah cuando ésta decidió que no estaba desarrollando adecuadamente su cometido. Se produjo un cierto revuelo en el pueblo por esta decisión y un grupo de alrededor de 60 habitantes de Wasilla autodenominados Concerned Citizens for Wasilla (“Ciudadanos preocupados por Wasilla”, seguramente compuesto por la familia, amigos y compadres de Stambaugh) iniciaron una campaña en contra de Sarah pretendiendo que dimitiera, petición que acabó siendo retirada por sus mismos promotores ante la imposibilidad de que prosperara. Entonces Stambaugh recurrió a los tribunales alegando “quebrantamiento de contrato, despido improcedente y discriminación sexual” (esto último es lo mejor). En concreto, Stambaugh pretendía que había sido despedido por motivos políticos al haber apoyado al rival de Sarah en las elecciones a la alcaldía, así como por ser un hombre que intimidaba a la alcaldesa con su corpulencia (medía cerca de 185 cm y pesaba unos 110 kg). Se celebró pues el juicio y el juez federal estableció en su sentencia que el despido era procedente ya que la alcaldesa tenía todo el derecho a despedir a cualquier empleado municipal por cualquier motivo, ya fuera político o no, e incluso sin motivo. Por si fuera poco, la sentencia condenó al ex-jefe de Policía a pagar los costes del abogado de Sarah que ascendían a 22.000 dólares. O sea, que fue a por lana y salió trasquilado.

Algo parecido sucedió con la bibliotecaria local, Mary Ellen Emmons, quien se pretende que fue despedida por Sarah por haberse negado a prohibir libros de la biblioteca. No hay ninguna constancia de que tal hecho se haya producido nunca y sólo rumores sin fundamento basados en una lista falsa de libros supuestamente a censurar, muchos de los cuales ni siquiera habían sido publicados en la fecha del supuesto escándalo. El caso es que la bibliotecaria fue despedida en la misma fecha que el jefe de Policía, tras lo cual otros dos de los restantes jefes de departamento que quedaban todavía procedentes de nombramientos de la administración anterior dimitieron, pero en el caso de la bibliotecaria, Sarah tuvo una entrevista con ella al día siguiente y accedió a mantenerla en su puesto ya que, según declaraciones de la propia Sarah, sus temores de que la bibliotecaria no compartiera sus puntos de vista se habían disipado después de que Emmons se comprometiera expresamente a apoyar el plan de Sarah para impulsar la biblioteca y el museo municipales. De cualquier forma, la bibliotecaria acabó dimitiendo en agosto de 1999, dos meses antes de que Sarah fuera reelegida como alcaldesa.

Así pues, los primeros meses de Sarah en la alcaldía fueron movidos. Como ella misma recuerda, fueron tiempos que la hicieron madurar muchísimo. Una historia curiosa de aquellos años es la que cuenta como Sarah tenía una jarra en su despacho llena de papeles con el nombre de todos los votantes de Wasilla (no tantos si se tiene en cuenta que en esa época la población total era de unas 5.000 personas) y cada semana escogía un nombre al azar, telefoneaba al agraciado y le preguntaba por su opinión sobre la ciudad.

Utilizando los ingresos generados por aquel impuesto sobre las ventas del 2% que mencionamos antes y que finalmente había sido aprobado con anterioridad a su elección como concejal, Sarah cumplió una de sus promesas electorales y redujo el impuesto sobre la propiedad (el impuesto sobre bienes inmuebles en España) en un 75%, no siendo ése el único impuesto que redujo o incluso eliminó completamente a lo largo de su mandato. Así mismo, lanzó una emisión de bonos municipales cuyos ingresos utilizó para mejorar las carreteras y la red de alcantarillado, además de aumentar el presupuesto de la Policía local. También obtuvo financiación para el tratamiento del agua de lluvia con el fin de proteger los acuíferos de la zona (lagos principalmente) y en el capítulo de gastos, Sarah redujo los costes asociados al museo local y paralizó la construcción de una nueva biblioteca y un nuevo ayuntamiento.

Todas estas medidas debieron parecerles muy acertadas a sus conciudadanos porque en 1999 la reeligieron como alcaldesa frente al mismo oponente de tres años antes, el irreductible John Stein, con un porcentaje de voto del 73,6%. Además, fue elegida presidente de la Alaska Conference of Mayors (Conferencia de Alcaldes de Alaska).

De nuevo alcaldesa de Wasilla

Su segundo mandato fue más audaz ya que una de sus medidas más destacadas fue convocar un referéndum en 2002 para votar la propuesta de construir un pabellón polideportivo municipal, el Wasilla Multi-Use Sports Complex, con un coste de 14,7 millones de dólares, lo que supondría tener que pedir un préstamo y aumentar así la deuda municipal, la única manera posible de lograr los fondos necesarios. Siendo como es Alaska un Estado deportista en grado sumo, la necesidad de un equipamiento así sobre todo para los meses invernales no la discutía nadie en Wasilla. Sin embargo, tratándose de una localidad pequeña, la iniciativa privada no había mostrado durante los últimos diez años ningún interés en hacerse cargo de ello, así que Sarah decidió que la única manera de conseguirlo era haciéndose cargo el ayuntamiento. La propuesta presentada a referéndum preveía pagar la deuda incrementando en un 0,5% el dichoso impuesto sobre las ventas (que pasaría del 2% al 2,5%) durante 10 años. La propuesta fue aprobada, cierto que por unos escasos 20 votos de diferencia, y el pabellón polideportivo de Wasilla se construyó en el tiempo previsto y por menos dinero del que se había presupuestado, aunque hubo con posterioridad un problema legal que acabó en los tribunales referido a los derechos de propiedad de los terrenos sobre los que se construyó el edificio, que no estaban claros. Sin embargo, la responsabilidad de este contratiempo no se le puede achacar en absoluto a Sarah, ya que en 2001, antes de iniciarse las obras, un juez federal había fallado a favor del ayuntamiento con lo que, y siguiendo el consejo del abogado municipal, se iniciaron las obras inmediatamente. Lo malo vino después, cuando ese mismo juez revisó su primera decisión y la revocó. De cualquier manera, Wasilla está amortizando el préstamo anticipadamente y la alcaldesa que sucedió a Sarah, Dianne Keller, contó en su momento con poder hacerlo dos años antes de lo previsto, tras lo cual se devolvería el impuesto sobre las ventas a su nivel anterior del 2%.

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El Wasilla Multi-Use Sports Complex. Un ejemplo de trabajo bien hecho.

Sarah también decidió unirse a varias localidades vecinas en su intención de contratar los servicios de una firma de lobby radicada en Anchorage especializada en la obtención de fondos federales destinados a proyectos especiales (earmarks), objetivo que se cumplió y que proporcionó a Wasilla en concreto un total de 8 millones de dólares para diversos proyectos. Es cierto que Sarah ha sido siempre una opositora a dichos fondos, lo malo es que como alcaldesa no tenía otro medio de obtener financiación, ya que era el único existente. Así pues, se amoldó a lo que había y cuando fue nombrada gobernadora y entonces sí que pudo pasarse sin dichos fondos, lo hizo.

Durante los seis años que Sarah estuvo al frente de la alcaldía, el presupuesto municipal y los ingresos por impuestos se incrementaron mucho, pero dicho incremento fue causado en gran parte por el propio crecimiento de la ciudad que sólo durante los dos últimos años de su mandato había incrementado su población en un 13%, llegando a los 6.300 habitantes.

Como ya hemos dicho, las ordenanzas municipales de Wasilla habían sido modificadas para establecer un límite de dos mandatos consecutivos a su alcalde, así que una vez concluido su segundo mandato, se escogió a una nueva alcaldesa, debiendo elegir los ciudadanos de Wasilla entre Faye Palin, la segunda esposa del padre de Todd Palin, el marido de Sarah, y Dianne Keller, que contaba con el respaldo de la propia Sarah. ¿Adivinan quién ganó? Dianne Keller, por supuesto. A la suegra (más bien “suegrastra”) debió de sentarle como un tiro, digo yo.


LA VERDADERA SARAH PALIN (primera parte)

20/03/2009

 

La joven Sarah

Sarah Palin antes de ser la gobernadora Palin era simplemente Sarah Louise Heath y, sorprendentemente para muchos que aún lo ignoran, no nació en Alaska, sino en Sandpoint (Idaho) el día 11 de febrero de 1964. O sea, que acaba de cumplir los 45 años.

Sarah es la tercera de cuatro hermanos (un varón, Chuck, y dos mujeres, Heather y Molly) y sus padres se llaman Sarah (conocida como “Sally”) Heath (de soltera Sheeran), secretaria en un colegio, y Charles (conocido como “Chuck”) Heath, profesor de Ciencias y entrenador de atletismo en su especialidad de campo a través (cross country).

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Sarah con su madre, Sally.

En 1964, cuando ella apenas tenía tres meses de edad, toda la familia se trasladó a Skagway (Alaska), donde el padre había encontrado trabajo. Algún tiempo después se mudaron a otra localidad, Eagle River, y finalmente se asentaron en Wasilla, a 70 km al norte de Anchorage, que es la localidad con la que se más se asocia el nombre de Sarah Palin y donde ésta y su familia siguen teniendo su residencia habitual.

Es en esta época cuando se aficiona a la caza, gracias a su padre que solía llevársela con él cuando iba a cazar alces. Es también gracias a su padre que empieza a practicar el atletismo, en concreto carreras de 5 y 10 km. En una reciente entrevista concedida a la revista “Esquire”, Sarah reconoce que correr es para ella algo imprescindible para mantenerse serena y que es lo que más echó de menos durante la pasada campaña electoral: el no poder dedicar media o una hora a correr, pero que ahora que vuelve a ser dueña de sus propias decisiones, lo que más le gusta después de un largo día de trabajo es una buena carrera para desconectar de todo.

Por otra parte, la familia de Sarah era muy aficionada a la música y Sarah toca muy aceptablemente la flauta travesera. En la misma entrevista mencionada antes, Sarah reconoce el importante papel que jugó la música en su familia, ya que si no hubiera sido por ella toda su vida social hubiera girado exclusivamente en torno al deporte.

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Sarah “gafotas” con su hermana menor, Molly.

En el instituto

Sarah cursó sus estudios secundarios en el Wasilla High School, donde fue jefa de la Fellowship of Christian Athletes (Hermandad de Atletas Cristianos), así como miembro de los equipos femeninos de cross country y baloncesto, en este último caso llegando a ser incluso la capitana del equipo. Precisamente como miembro del equipo de baloncesto tuvo la satisfacción de ganar el título estatal en 1982. De esa época viene su pseudónimo de Sarah “Barracuda” (un tipo de pez muy voraz y agresivo) por su manera de jugar. El deporte es una parte consustancial de la vida de Sarah y ella misma confiesa que todo lo que sabe sobre la vida lo ha aprendido a través del deporte.

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Sarah “Barracuda” junto con su hermano Chuck y su hermana Heather.

Sarah se graduó en 1982 y suponemos que su fiesta de graduación fue muy feliz ya que por aquel entonces ya estaba enamorada de Todd Palin, un compañero de instituto que se convirtió posteriormente en su marido.

A la hora de escoger una universidad, la elección de Sarah fue irse junto con varios amigos suyos de Alaska al Hawaii Pacific College en Honolulu (Hawaii), donde estuvo un semestre (otoño de 1982). Sin embargo, parece que no se sintió muy a gusto con tanto sol y playa y al semestre siguiente se mudó al North Idaho College en Coeur d’Alene (Idaho), aprovechando que tenía familia allí y donde permaneció dos semestres (primavera y otoño de 1983).

Fue en 1984 también cuando ganó el concurso “Miss Wasilla”, obteniendo además el galardón de “Miss Simpatía”, cuyo premio consistía en una beca escolar además de la posibilidad de competir en el concurso de “Miss Alaska” de ese mismo año, donde quedó segunda. Gracias a la beca pudo ir a la University of Idaho en Moscow (Idaho) donde permaneció dos semestres (otoño de 1984 y primavera de 1985) junto con su hermano, Chuck, que también estudiaba allí.

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Sarah como “Miss Wasilla”. Guapa, ¿eh?

De allí pasó al Matanuska-Susitna College en Palmer (Alaska) durante un semestre (otoño de 1985) y finalmente regresó a la University of Idaho en Moscow (Idaho) por otros tres semestres (primavera de 1986, otoño de 1986 y primavera de 1987), licenciándose finalmente ese año en Periodismo (especialidad de Medios de Comunicación, ja, ja, ja) y Ciencias Políticas.

Soñando con ser comentarista deportiva, Sarah empezó su carrera profesional como periodista deportiva en las cadenas KTW-TV y KTVA-TV de Anchorage (Alaska), así como en el periódico “Mat-Su Valley Frontiersman” de Wasilla (Alaska).

Vida familiar

En 1988, el 29 de agosto, concretamente, Sarah se casó con Todd Palin, su novio de toda la vida, un nativo alasqueño de ascendencia yup’ik eskimo. Sarah y Todd tienen cinco hijos en común:

­- Track (nacido el 20 de abril de 1989). Varón. Alistado en la infantería del ejército de los Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2007, actualmente se halla destinado con su unidad en Irak.
­- Bristol (nacida el 18 de octubre de 1990). Mujer. Protagonista involuntaria de una de las primeras sorpresas de la pasada campaña electoral cuando se supo que estaba embarazada y que ella y su novio, Levi Johnston, un compañero suyo de instituto, esperaban un bebé sin estar casados. El primer nieto de Sarah, un niño llamado Tripp, nació el pasado día 27 de diciembre. Estaba previsto que los padres se casaran este verano, pero finalmente han roto su relación.
­- Willow (nacida el 21 de enero de 1994). Mujer.
­- Piper (nacida el 26 de agosto de 2001). Mujer. Mi favorita, debo reconocerlo, sobre todo después de ver el lametón que le pegó a su hermanito Trig para atusarle el pelo durante el discurso de su madre en la pasada convención republicana.
­- Trig (nacido el 18 de abril de 2008). Varón. Afectado de síndrome de Down.

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Foto de la familia Palin casi al completo en su casa de Wasilla. Faltan Trigg (que estaba durmiendo, como debe ser en un bebé) y Track, cuya foto no publicaré mientras este valeroso muchacho esté corriendo peligro en Irak.

Todd Mitchell Palin nació el 6 de septiembre de 1964, o sea, que tiene 45 años también. Nacido en Dillingham (Alaska), es hijo de James (conocido como “Jim”) Palin, de Seattle, un antiguo gerente de la Matanuska Electrical Association y de Blanche Palin (de soltera Roberts), su primera esposa, secretaria de la Alaska Federation of Natives (Federación de Nativos de Alaska), cuya madre, la abuela materna de Todd, pertenece a la tribu curyung, una de las muchas tribus nativas de Alaska.

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Sarah y Todd, un matrimonio realmente atractivo.

Como ya sabemos, Todd conoció a Sarah en el Wasilla High School, donde ambos estudiaron, pero así como Sarah continuó estudiando en la universidad y acabó licenciándose, Todd tomó algunos cursos universitarios pero no llegó a terminar ninguna carrera. En 1988, ambos se fugaron juntos para casarse, según confesión de la propia madre de Sarah porque ella sabía que su familia “no podía permitirse una gran boda”.

Durante 18 años, Todd ha estado trabajando para la empresa petrolera BP en los yacimientos de North Slope. En 2007, cuando Sarah ya era gobernadora y para evitar un posible conflicto de intereses con el cargo de su esposa, Todd dimitió como supervisor de producción, ya que por aquel entonces BP, junto con otras compañías petroleras, estaba en negociaciones con el gobierno del Estado para la construcción de un gasoducto. Sin embargo, la familia Palin necesitaba de sus ingresos y siete meses más tarde Todd volvió a la compañía, pero ahora como simple operario de producción, no como supervisor, para evitar en todo lo posible el dichoso conflicto de intereses. Además de su trabajo en los campos petrolíferos, Todd dirige un pequeño negocio de pesca de salmón en Bristol Bay.

Voluntario comunitario, suele trabajar con los jóvenes a los que entrena para jugar a hockey y baloncesto. También es un reconocido piloto de motos de nieve, habiendo ganado cuatro veces (años 1995, 2000, 2002 y 2007) la Tesoro Iron Dog, la carrera de motos de nieve más larga del mundo con un total de 3.172 km. Por lo que parece, le hace mucha gracia eso de ser el First Gentleman (“Primer Caballero”) del Estado y según dicen las malas lenguas, él mismo prefiere titularse como el First Dude (algo así como el “Primer Tío”).

En cuanto a Sarah, ésta gusta definirse a sí misma como una típica ama de casa alasqueña, una hockey mom (la versión alasqueña de la soccer mom del resto de los Estados Unidos, es decir, una madre de familia de clase media que tiene hijos en edad escolar y que pone los intereses de su familia, especialmente sus hijos, por delante de todo). Literalmente, deriva de la descripción de una madre que lleva y contempla a sus hijos jugar a fútbol. En Canadá y otras zonas cercanas como Alaska, el deporte escolar preferido es el hockey y no el fútbol (soccer), así que en lugar de una soccer mom, se habla de una hockey mom. Además, los aficionados al hockey reclaman que las hockey moms son más entusiastas que las soccer moms, tanto por el esfuerzo que dedican al deporte de sus hijos como por la intensidad con que los animan (ya saben, recuerden aquello de las hockey moms, los pit bull y el pintalabios).


CALUMNIA QUE ALGO QUEDA

19/03/2009

 

A lo largo de la pasada campaña electoral estadounidense, todos aquellos que la seguíamos cotidianamente nos vimos sometidos de pronto a un constante bombardeo de noticias sobre la por aquel entonces sorprendente candidata republicana a la vicepresidencia con John McCain: Sarah Palin, la gobernadora de Alaska.

La mayoría de esas noticias eran negativas, por no decir muy negativas, y para cualquier persona con dos dedos de frente, no podían ser ciertas a menos que McCain y su equipo se hubieran vuelto todos demócratas de golpe y estuvieran haciéndole la campaña gratis a su adversario. Era imposible que hubieran escogido para completar su ticket a alguien como Sarah si realmente ésta era la mitad siquiera de todo lo que estaban repitiendo machaconamente los medios de (des)información.

Yo no me lo creí, la verdad. Pero reconozco que sentí un cierto malestar hasta que logré encontrar información veraz sobre ella en Internet. Luego, a raíz de mis investigaciones, empecé a comprender que se había desatado por parte de los medios de (des)información la más feroz campaña de descrédito contra una persona de los últimos tiempos.

Y ahora que la campaña electoral ha concluido y la expresión «Palin smears» se ha convertido casi en una frase hecha, soy de los que creen que no se puede consentir que todas esas mentiras permanezcan y es por ello que voy a intentar hacer un poco de luz sobre la verdadera historia de la gobernadora Palin y darle al César lo que es del César y devolverle a los basureros de los medios de (des)información lo que es suyo: la basura.

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Un ejemplo de basura: “Bebés, mentiras y escándalo”. Y ésta portada aún fue de las menos ofensivas.


PERO ¿DÓNDE ESTÁ ALASKA?

18/03/2009

 

Sarah Palin es la gobernadora del estado de Alaska y, en consecuencia, antes de empezar a hablar en detalle sobre ella deberíamos tener claro dónde está Alaska y qué clase de sitio es, para que nadie pueda sentirse confuso más adelante.

Alaska es uno de los 50 estados que, junto con el distrito de Columbia (que es donde se ubica la capital, Washington, que por eso es conocida como Washington, D.C.), que no es un estado, constituyen los Estados Unidos. En concreto, Alaska fue el penúltimo territorio en acceder a esa condición (ocupando pues el puesto 49º), el 3 de enero de 1959 (por aquel entonces, era presidente de los Estados Unidos el republicano Dwight D. Eisenhower), siendo seguido posteriormente por Hawaii el 18 de marzo de ese mismo año. Como curiosidad, digamos que el antepenúltimo estado fue Arizona en 1912, el mismo año que Nuevo México.

Geográficamente, Alaska está situado en el extremo noroeste del continente americano, limitando al norte con el Océano Glacial Ártico, al sur con el golfo de Alaska y el Océano Pacífico, al este con Canadá y al oeste con el mar y el estrecho de Bering (y teniendo a Rusia más allá, ya que las aguas territoriales de Alaska limitan con las aguas territoriales rusas en ese mismo estrecho), y el mar de los Chukostsk.

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Mapa de América del Norte.

Alaska es el estado más extenso de los Estados Unidos con 1.530.700 km2, más de dos veces la extensión de Texas y más de tres veces la extensión de España. Para comprender lo que supone semejante extensión, podemos superponer la superficie de Alaska a la superficie del resto de los Estados Unidos (exceptuando Hawaii, que para el caso es irrelevante). Como se puede comprobar en el siguiente mapa, Alaska es un buen pedazo de estado.

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Mapa comparativo de las superficies de Alaska (en verde) y del resto de los Estados Unidos.

Tres son las regiones en que se puede dividir su territorio: la costera, el interior y la zona ártica septentrional. El clima presenta diferentes características según sea la región. La costera posee un clima oceánico, mientras que el resto del estado presenta un clima continental y ártico, siendo en el interior verdaderamente extremo. De todas formas, no todo es tan terrible pues durante los meses de verano las temperaturas en la costa son bastante aceptables, llegando hasta los 25ºC de máxima.

Su población es de 686.293 personas (según datos del censo de 2008), lo que supone una densidad de población de 0,42 personas por km2, lo que lo convierte en el estado menos poblado de los Estados Unidos (el siguiente es Wyoming con una densidad de población de 1,97 personas por km2).  Su capital es Juneau (con 30.690 habitantes), pero la ciudad más poblada es Anchorage con 279.671 habitantes, lo que supone más del 40% del total de la población del estado.

El 77,5% de la población es blanca y se agrupa en torno a las áreas urbanizadas alrededor de las ciudades de Anchorage, Fairbanks y la zona S-SE del estado, lindando con la frontera canadiense. Otro 15,6% corresponde a población nativa (alasqueña o india) y el 6,9% corresponde a población mestiza. En total, el 20% de la población habita en zonas rurales.

Administrativamente, su superficie se divide en dieciséis boroughs (burgos), a diferencia del resto de estados, que están divididos en counties (condados), salvo Luisiana que lo está en parishes (parroquias). La mayoría de las ciudades más pobladas de Alaska forman parte de alguno de estos boroughs. Sin embargo, estos dieciséis boroughs no cubren la totalidad de la superficie de Alaska, por lo que el resto del estado se agrupa en un unorganized borough (borough no organizado). Para completar el censo de 1970, la Oficina del Censo de Estados Unidos, en cooperación con el estado de Alaska, dividió esa porción denominada unorganized borough en un total de 11 áreas censales (census areas), definidas únicamente con fines estadísticos y sin representación administrativa propia.

En Alaska existen cinco ciudades-borough, que son las ciudades y borough de Juneau, Haines, Sitka, Yakutat, así como la ciudad más grande del estado, Anchorage que, aunque su nombre legal es el de “municipalidad de Anchorage”, la ley estatal le ha dado consideración de ciudad-borough.

boroughs

Mapa administrativo de Alaska.

Los boroughs son los siguientes:

-­ Aleutians East
-­ Anchorage (municipalidad de)
-­ Bristol Bay
-­ Denali
-­ Fairbanks North Star
-­ Haines (ciudad y borough)
-­ Juneau (ciudad y borough)
– Kenai Peninsula
– ­Ketchikan Gateway
– ­Kodiak Island
– ­Lake and Peninsula
­- Matanuska-Susitna
– ­North Slope
– ­Northwest Arctic
– ­Sitka (ciudad y borough)
– ­Yakutat (ciudad y borough)

Además del borough no organizado, que consta de las siguientes áreas censales:

­ – Aleutians West
– ­ Bethel
– ­ Dillingham
– ­ Nome
– ­ Prince of Wales-Outer Ketchikan
– ­ Skagway-Hoonah-Angoon
– ­ Southeast Fairbanks
– ­ Valdez-Cordova
­-  Wade Hampton
­-  Wrangell-Petersburg
­-  Yukon-Koyukuk

Políticamente, Alaska está gobernada como el resto de estados de los Estados Unidos, es decir, en forma de república. Su bandera es la siguiente, en la que se combinan el azul del cielo, la Estrella del Norte (simbolizando que son el estado más norteño de todos los Estados Unidos) y la constelación de la Osa Mayor (simbolizando la fortaleza de sus habitantes):

bandera

Bandera de Alaska.

Evidentemente, el lema oficial del estado sólo podía ser uno como North to the Future (Al norte hacia el futuro), que busca destacar que Alaska es una tierra de oportunidades.

El gobierno de Alaska está dividido en tres poderes:

  • ­Poder ejecutivo: Ejercido por el gobernador de Alaska, actualmente Sarah Palin, y los otros cargos constitucionales elegidos todos ellos independientemente del primero. El gobernador es elegido para mandatos de cuatro años, existiendo además un vicegobernador (lieutenant governor), actualmente el también republicano Sean Parnell. Curiosamente, el vicegobernador no es escogido formalmente por el gobernador, sino que es votado aparte de éste durante el proceso de primarias, pero sí que forma una candidatura conjunta con él (ticket) durante las elecciones generales.
  • ­Poder legislativo: Ejercido por la Cámara de Representantes de Alaska (Alaska House of Representatives) de 40 miembros y el Senado de Alaska (Alaska Senate) de 20 miembros. Por lo que se refiere a la Cámara de Representantes y el Senado nacionales (en Washington), el estado de Alaska dispone de un solo escaño en la Cámara de Representantes, ocupado actualmente por el republicano Don Young, que el año pasado fue reelegido por 19ª vez consecutiva para el puesto (recordemos que el mandato de estos representantes es bianual); mientras que en el Senado sus representantes son los senadores Lisa Murkowski (republicana) y Mark Begich (demócrata), cuyos mandatos son de seis años, habiendo sido la primera elegida en 2004 y el segundo en 2008.
  • ­Poder judicial: Ejercido por la Corte Suprema de Alaska y otros tribunales inferiores.

Alaska es un estado tradicionalmente republicano, lo que dice mucho de sus habitantes. Así, en todas las elecciones presidenciales desde su constitución como estado (es decir, desde 1960), se ha decantado siempre por el candidato republicano, con la única excepción de las elecciones de 1964, cuando lo hizo por Lyndon B. Johnson (la excepción que confirma la regla). Como no podía ser menos, en las últimas elecciones de 2008 los resultados fueron ampliamente favorables a John McCain, que obtuvo un 59,49% de los votos contra el 37,83% obtenido por su rival. ¡Ningún estado ha votado nunca menos por los demócratas! Ciertamente, si no fuera por el frío, parece el lugar ideal para irse a vivir, ¿no?

Finalmente, en el capítulo de curiosidades, señalar que los alasqueños, cuando quieren referirse al resto de estados de los Estados Unidos lo hacen usando la expresión «the lower 48» (los 48 de abajo). En cuanto a ellos mismos, y dado que en los Estados Unidos todos los estados tienen un sobrenombre, gustan denominarse como The last frontier (La última frontera) o Land of the Midnight Sun (La tierra del sol de medianoche). ¡Ah! ¿Y a que no adivinan cuál es el animal oficial del estado? Por supuesto, el alce. Si es lo que yo digo, un sitio ideal para irse a vivir.


UNAS ACLARACIONES ANTES DE EMPEZAR

17/03/2009

 

Este blog es personal; es decir, lo redacto yo en exclusiva y no tiene otra intención que la de permitirme expresar mis propias opiniones sobre Sarah Palin y su actividad política, en la confianza de que alguno de mis lectores las encuentre si acaso interesantes. Por supuesto, no pretendo convencer a nadie de nada, sino simplemente ofrecer mi punto de vista sobre ella. Y es que para mí, tal y como opinaba T. E. Lawrence (1888-1935), el undécimo mandamiento debería ser: “No convertirás”. En consecuencia, nadie debería preocuparse porque pueda intentar captar partidarios para la causa porque nada más lejos de mi intención. Solamente pretendo ofrecer información veraz y opiniones fundadas en hechos ciertos. Otra cosa es que alguien, a la luz de dicha información, sienta voluntariamente la necesidad de revisar, confío en que para bien, su opinión sobre Sarah Palin. Para mí, eso no es en absoluto proselitismo y si se diera el caso, me sentiría muy satisfecho de haber sido la causa de ese cambio de opinión (entre otras cosas porque yo también “funciono” así: me gusta obtener toda la información fiable que pueda sobre el tema de que se trate y sacar luego mis propias conclusiones).

Acto seguido, detallo las cinco premisas a las que voy a ceñirme para el desarrollo de este blog:

1. Me defino políticamente como conservador, identificándome plenamente con esa definición de Edmund Burke (1729-1797) que dice que el conservadurismo muestra “la disposición de preservar y la habilidad de mejorar”. En consecuencia, la mayoría de mis opiniones adoptarán este punto de vista, aunque eso no implica que no pueda dar la sorpresa algún día expresando alguna opinión que no pueda ser considerada claramente como tal. Y es que no pretendo ser la quintaesencia del conservadurismo; de hecho, no creo que nadie pueda pretender arrogarse esa calificación cuando incluso Ronald Reagan fue visto con suspicacia durante la mayor parte de sus dos mandatos por muchos que se consideraban “conservadores de verdad”.

2. Como conservador que soy, constato con tristeza que mis valores no son defendidos por ningún partido político español o europeo, sino únicamente por el Partido Republicano estadounidense (y hablo en general; los republicanos estadounidenses están lejos de ser un bloque monolítico y dentro del partido coexisten diversas corrientes de opinión, pero los que hasta ahora son sus principios tradicionales, esos nadie los ha puesto en duda y es a ellos a los que me adscribo; sobre el resto, admito la discusión). Es una lástima, pero Europa, hastiada de su prosperidad por lo que parece, ha dejado de ser ella misma y de creer, en consecuencia, en la bondad del orden, el respeto a la ley y la necesidad de la moral.

3. Dentro del Partido Republicano estadounidense, y sobre todo ahora que ha terminado la presidencia de George W. Bush y sus funestos compassionate conservatives, veo a Sarah Palin como la figura que mejor encarna esos valores en los que creo, de acuerdo con sus declaraciones públicas y contrastadas con lo que ha sido hasta ahora su actuación como gobernadora del estado de Alaska.

4. No niego que puedan existir dentro del Partido Republicano estadounidense otras figuras tan o más valiosas que Sarah Palin, pero ahora mismo, y eso es algo que debemos agradecer sin reparos a John McCain, es ella la única que disfruta de la proyección nacional necesaria para suponer un rival creíble para el actual presidente de los Estados Unidos.

5. En consecuencia, de poder yo votar en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, Sarah Palin sería ahora mismo mi elección y es a ella a quien dirijo actualmente toda mi atención.

Si en algún momento, alguna de estas premisas se revela falsa, me comprometo a clausurar inmediatamente el blog, ya que a partir de entonces carecería de sentido. Sin embargo, estoy convencido de que no va a ser así y confío en poder desarrollarlo como mínimo hasta el martes después del primer lunes de noviembre de 2012, con la esperanza de poder publicar al día siguiente una entrada con este título:

¡SARAH PALIN, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS!

Quiera Dios que pueda ser verdad y que esté profetizando sin saberlo. Queda un largo camino hasta entonces, pero estoy seguro de que será de lo más interesante y que valdrá la pena.  Dicho lo cual, doy inicio a este blog sin más preámbulos.

¡Ah, se me olvidaba! Mi nombre es Bob Moosecon. Ahí va una foto mía para que me puedan reconocer si nos encontramos cualquier día por la calle.

moose

El autor del blog tomando un tentempié en la calle después de un duro día de trabajo (y no saquen conclusiones precipitadas con respecto a los cuernos porque soy soltero, ¿eh?).


¿OTRO BLOG MÁS? ¿PARA QUÉ?

16/03/2009

 

Este blog nace con una única intención: ayudar a que Sarah Palin, la gobernadora del estado de Alaska, sea mejor conocida en España y con ella, el ideario conservador que representa. ¿Y por qué Sarah Palin precisamente y no cualquier otra persona? Pues porque ella es la única política estadounidense actual cuyos hechos están a la altura de sus principios, que son también los nuestros. Y porque se lo merece además.

Cuando Sarah Palin fue escogida por John McCain como su candidata a la vicepresidencia el pasado día 29 de agosto de 2008, todos aquellos españoles que seguíamos la carrera presidencial (por supuesto, no a través de los medios de (des)información tradicionales, ya que en España carecen de toda credibilidad desde el 11-M) nos encontramos de pronto ante la figura de una mujer de la cual no habíamos oído hablar nunca. Tal vez alguien, algún fanático de “Doctor en Alaska”, pudiera saber que ella era la gobernadora de Alaska y la última responsable del bienestar de Cicely y de sus habitantes (alces incluidos), pero en lo que se refiere al público en general y aún a los que nos preciamos de conocer razonablemente bien la actualidad de los Estados Unidos, Sarah Palin era una desconocida. Se trataba de una jugada sorprendente por parte de McCain y que parecía un verdadero gambito: sacrificar la pieza de la falta de experiencia de su rival en aras de una posición más cómoda para él dentro del espectro de votantes habitualmente identificados con el Partido Republicano. Sí, ciertamente era todo un riesgo, pero ¿valía la pena semejante movimiento? Para decidir la respuesta muchos de nosotros nos lanzamos sobre la Wikipedia a buscar y leer el artículo “Sarah Palin” y luego nos fuimos a la página web oficial del estado de Alaska, que devoramos igualmente. Y lo que vimos y leímos en ambos sitios nos gustó. Y mucho. Sarah era una mujer joven, decidida y con las ideas claras que no había tenido el más mínimo reparo en enfrentarse con la casta política dominante en su propio estado (que, para más inri, estaba compuesta por miembros de su propio partido, el Republicano). Había comenzado como alcaldesa, había sido reelegida y ahora era gobernadora, estando dentro de su primer mandato como tal, y no había ninguna duda de que lo estaba haciendo bien, ya que su índice de aceptación entre los alasqueños, un 68% a principios de septiembre de 2008, era muy elevado. Además, era una mujer que no había sentido en absoluto la necesidad de sacrificar su vida familiar por una carrera política y, en consecuencia, no sólo estaba casada (y su marido, a decir de una amiga mía, es guapísimo y macizo a más no poder, ¡ejem!), sino que tiene cinco hijos, el último de los cuales padece el síndrome de Down, algo que supieron ambos durante la gestación, pero que no les indujo a optar por el aborto.

Según íbamos investigando y conociendo más detalles sobre ella, cada vez nos sentíamos más entusiasmados. Ciertamente, McCain había jugado fuerte y lo había hecho magistralmente. Sólo había que ver la cara que les había quedado a los del otro bando: estaban lívidos. Y cuando Sarah pronunció su discurso de aceptación en la convención republicana de Saint Paul (Minnesota) el 3 de septiembre de 2008 y soltó aquello de las hockey moms y el pintalabios que es la única diferencia entre una hockey mom y un pit bull, todos nos enamoramos de ella. Oh, my God! I wanna vote for her! No se había visto un entusiasmo semejante desde los tiempos de Reagan. Se ve que el frío de Alaska mantiene la mente despejada porque alguien como Sarah es impensable en Washington, Nueva York… o Chicago. Sin embargo, el otro bando no tardó en reaccionar y trataron de recuperar el terreno perdido.

Durante la campaña electoral, prácticamente todos los medios de (des)información se lanzaron sobre Sarah como fieras salvajes. Era un espectáculo repulsivo. Cada día aparecía una calumnia (smear) nueva y cada día esa nueva calumnia era aún más indigna que la anterior. La verdad es que nos sorprendió. No era eso lo que esperábamos. Es cierto que ya suponíamos que habría una cierta cantidad de juego sucio por parte de los habituales medios sensacionalistas, como en todas las campañas electorales, pero lo que nunca se nos hubiera ocurrido es que el juego sucio fuera a ser la norma incluso en los hasta entonces considerados medios “respetables”. Aquello no fue un ejercicio de espíritu crítico, sino mero afán de destrucción, una humillación pública cuya víctima era alguien cuyo único “pecado” era el haberse atrevido a desafiar de nuevo el establishment, tal y como dejó bien claro en su discurso de aceptación:

“I’m not going to Washington to seek their good opinion. I’m going to Washington to serve the people of this country”.

(No voy a Washington en busca de su buena opinión [en referencia al establishment]. Voy a Washington a servir a la gente de este país).

convencion

Sarah Palin durante su discurso de aceptación en la Convención Republicana del pasado año.

Toda esta animadversión era comprensible si se tiene en cuenta que era la primera vez que McCain iba por delante en las encuestas, claramente a consecuencia del empuje proporcionado por Sarah Palin a su candidatura. Pero por otra parte, semejante campaña supuso para muchos de nosotros la publicación del acta de defunción por podredumbre del periodismo tradicional estadounidense, ya fuera en prensa, radio o televisión (el español ya está muerto desde hace cinco años, tal y como mencionamos más arriba). Así pues, dado que ya no podíamos contar con ellos para que nos proporcionaran información objetiva y veraz, no tuvimos más remedio que buscar esa información por otro lado; en Internet, por ejemplo. Y gracias a Dios que la encontramos, principalmente en esos dos sensacionales blogs que son Democracia en América y Sarah Palin en español, a cuyos autores nunca podremos agradecer lo suficiente todo su esfuerzo y dedicación.

La campaña terminó y McCain perdió las elecciones. No es este el momento de repasar los errores cometidos, pero es evidente que uno de los peores fue el de no dejar a Sarah el mostrarse tal y como es, el ser ella misma, la mujer que se ganó por méritos propios el título de the most popular Governor in America. La prueba es que ahora que todo ha terminado es ella quien está en el candelero y quien concita la mayor adhesión por parte de los votantes republicanos mientras que McCain bastante ocupado está él en intentar conseguir que se olvide el hecho de que una vez formó ticket con ella y recuperar así su imagen “centrista”(o sea, medio demócrata). De desagradecidos el mundo está lleno, ¡bah!

En cambio, para Sarah, su verdadera campaña comienza justo ahora. La señal de partida ha sido la creación de SarahPAC, su propio PAC (Political Action Commitee). Es un paso muy importante y que nos dice que es la propia Sarah quien se está moviendo.

sarahpac

La página de presentación de SarahPAC, el nuevo desafío de Sarah Palin.

Evidentemente, todavía no sabemos con certeza en qué dirección lo hace, pero lo más atinado es pensar que va a centrarse en su campaña de reelección como gobernadora en 2010, al tiempo que no renuncia a mantener una cierta presencia en la vida pública nacional, procurando eso sí que no resulte en ningún caso agobiante porque ahora es el momento del actual presidente y estamos seguros de que Sarah es perfectamente consciente de que el suyo todavía está lejos y no llegará por lo menos hasta 2011. Pero mientras esperamos a que sea su turno, todos nuestros esfuerzos se dirigirán a hacer llegar la verdad sobre ella a cuantas más personas mejor para que no vuelva a pasar otra vez lo que ha sucedido durante esta pasada campaña electoral, cuando la mentira se ha enseñoreado de los medios de (des)información y ha calado en tantas personas que no han sabido defenderse de ella. Esa es nuestra meta, la de este blog, y a ello nos comprometemos.


DE ENTRADA, UN CUENTO

15/03/2009

 

Érase una vez, un candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos llamado McBlandito (otros dicen que se llamaba realmente McFlojo, McCastaña o incluso McPatata, pero eso no es lo más importante ahora). Éste, que era un hombre serio, honrado y valiente, tenía tan sólo un problema para ganar las elecciones y es que, a pesar de ser el candidato republicano, él no era republicano, sino medio demócrata, y eso despertaba muchos recelos entre quienes debían ser sus votantes naturales que, hartos ya del presidente republicano menos republicano de la historia (o sea, George W. Bush o Bush 43), no sentían mucho entusiasmo ante la idea de que quien le sucediera fuera el presidente republicano más demócrata de la historia.

McBlandito lo sabía, por supuesto, y listo como era tuvo una idea: buscaría a un candidato a vicepresidente que fuera todo lo republicano que él no era y utilizaría su figura para atraer a esos votantes que no se fiaban ni un pelo de él con la tranquilidad de que una vez elegido presidente, su vicepresidente desaparecería en algún pasillo de la Casa Blanca y nunca más se sabría de él. Así pues, McBlandito se puso a buscar por todas partes y al final dio con una tal Sarah Palin, gobernadora del estado de Alaska, allí donde Santa Claus tiene su cabaña de troncos. Sarah era republicana de verdad (no como él, que lo era de pega), estaba teniendo mucho éxito como gobernadora y encima era mujer y estaba estupenda, lo que añadiría a su candidatura un matiz muy interesante que seguro que fastidiaría mucho a los del otro bando. Sarah aceptó el envite y McBlandito se frotó las manos pensando que había hecho una jugada maestra, lo que era cierto dado que, de repente, pasó a encabezar las encuestas de intención de voto, algo que no le había sucedido nunca hasta entonces.

Sin embargo, todo se vino abajo cuando una terrible crisis económica se desató sobre los Estados Unidos y McBlandito se convirtió en McVeleta, sembrando la duda entre muchos votantes que se temieron que ya estaba un poco chocho. Y mientras McBlandito intentaba capear el temporal, Sarah se veía sometida día sí y día también a una lluvia de calumnias por parte de los medios de (des)información, todos ellos pasados con armas y bagajes a las filas del otro bando, quienes, conscientes de lo mucho que valía y de que era la única carta ganadora por parte de McBlandito, se lanzaron sobre ella a degüello. McBlandito estaba más perdido que un pato en un garaje y bastante tenía él con intentar averiguar por dónde soplaba el viento, a diferencia del otro bando que permanecía tan ricamente a resguardo, pero es que además toda esa carretada de asesores empingorotados que rodeaban a McBlandito parecían tener menos luces que un farol apagado y en lugar de responder y morder ellos también, se desentendieron de Sarah y la dejaron expuesta a la humillación pública, permitiendo que el otro bando consiguiera su objetivo de desacreditarla sin apenas esfuerzo. Naturalmente, McBlandito perdió las elecciones y esto último es probablemente cierto: las perdió él, no es que las ganara el otro. Luego, cuando recapitularon sobre lo que había pasado (todos menos Sarah, a quien ya no querían ver ni en pintura y devolvieron ipso facto a Alaska), comprendieron que habían jugado mal sus cartas y que era precisamente la única baza que no habían querido jugar a fondo la que les hubiera podido salvar: Sarah Palin. Y todos se sintieron tontos y McBlandito más que nadie, ya que se había convertido de pronto en McPifia. Y como que estaban tan avergonzados y muchos de ellos temían que ya no les contrataran como asesores ni para unas elecciones al bebé más mofletudo del condado, algunos de ellos quisieron disimular su estupidez culpando a Sarah e inventando más embustes todavía sobre ella que la hicieran responsable de la derrota.

Así pues, Sarah regresó a Alaska mucho más sabia que cuando salió de allí a ver qué pasaba por ahí abajo y McBlandito volvió a Arizona a contar en el bar del pueblo que una vez estuvo a punto de ser presidente a ver si alguien se lo creía y le invitaba a una cerveza. Pero Sarah, que es una luchadora nata y que tiene más valor ella sola que un pelotón de marines entero, decidió que no iba a quedarse en la tonta del bote de la historia y que la próxima vez que lo intente será ella quien lleve las riendas. Para ello, cuenta con el apoyo de la mayoría de los votantes republicanos, que, a despecho de todo lo que los medios de (des)información han dicho y escrito sobre ella, saben que Sarah es una de ellos y por eso la admiran y esperan el momento en que se decida a regresar with a vengeance, devolviéndoles la fe en una nación como la que soñaron los Padres Fundadores y sus propios antepasados, generación tras generación, antes de que los de la secta esa que se han adueñado de la Casa Blanca puedan arruinar su futuro y el de sus hijos.

Y colorín, colorado, este cuento no se ha acabado…

mcblandito

Sarah Palin y McBlandito cuando éste último todavía no se había convertido en McPifia y hasta parecía McAnudo.