Alguna vez me ha preguntado Santi, uno de nuestros amigos, si no pensaba que la intensa actividad de Sarah Palin en los medios de comunicación, entre entrevistas, programas propios y colaboraciones en otros programas, podría perjudicarla al someter al público a una especie de sobreexposición a su imagen y provocar su hartazgo. La pregunta no sólo es buena sino muy pertinente y debo reconocer que he tardado un poco de tiempo en atreverme a darle una respuesta. Y la respuesta es que creo que no porque si nos fijamos, buen cuidado tiene la propia Sarah de espaciar sus apariciones hasta el punto de que podemos distinguir una cierta pauta en ellas: a un tiempo dado (el que sea) de apariciones en los medios de comunicación, le sigue siempre un tiempo mayor de discreto retiro. Eso es algo de lo que he acabado por darme cuenta redactando estas entradas, ya que como quiera que no puedo dedicarme en exclusiva (¡ay!) a esta tarea tan agradable, tengo que aprovechar el escaso tiempo libre del que dispongo y siempre que hay una noticia relacionada con la aparición de Sarah en los medios de comunicación, me desespero pensando que no me dará tiempo de ofrecérsela a todos ustedes antes de que otra nueva suplante la primera… pero es que sí que me da tiempo. Ella misma me lo proporciona. Eso es algo que he acabado por denominar la “táctica de la ola”: Sarah irrumpe como una ola en los medios de comunicación (ya sea con una entrevista en el programa de Oprah Winfrey, una aparición en el de Jay Leno o el estreno de la serie Real American Stories) y golpea contra la costa provocando que los medios de comunicación se pasen los días siguientes comentando su aparición mientras ella se retira por un tiempo, como si tuviera que coger fuerza para el momento en que esté dispuesta a romper de nuevo. Y, al igual que nosotros cuando estamos mirando al mar y esperamos que tras una ola venga otra, de la misma manera tras una intervención de Sarah, el hecho de su propia retirada posterior nos deja siempre con ganas de más hasta el punto de que ya no nos basta con una nota en Facebook, un comentario en Twitter o un discurso en un acto de recaudación de fondos en algún lugar de Estados Unidos del que sólo disponemos de la crónica del periódico local. ¡La queremos otra vez en la tele y la queremos ya!
Una foto “histórica”: Sarah Palin cuando era una niña y llevaba gafotas. La foto está tomada en Fireweed (Alaska) y siempre que veo fotos suyas de jovencita no dejo de recordar la sorpresa que sintieron sus padres al descubrir el interés por la política de su hija. Nunca lo hubieran sospechado. Y es que ella misma es la primera en explicar que se metió en esto por un sentido del deber ante lo que estaba sucediendo en su pueblo de Wasilla y no con la perspectiva de hacer carrera y lucrarse a base de bien que es lo habitual. Por eso, siempre ha ido por libre porque ella no tiene ambiciones sino creencias y valores… ¡y el valor de defenderlas ante quien sea preciso!
PRIMERA NOTICIA: DÁNDOLE AL PRESIDENTE EN TODA LA CABEZA; SI PRIMERO FUE EL “OBAMA’S DEATH PANEL” (comité de la muerte de Obama) AHORA ES EL “CRONY CAPITALISM” (capitalismo de compinches).
A Sarah Palin ya sabemos que no la calla nadie y que, encima, cuando habla, lo hace alto y claro, llamando a las cosas por su nombre. Por eso la odian tanto no sólo los de la Casa Blanca, el Partido Demócrata y los (cojos) medios de comunicación, sino también gran parte de los dirigentes de su propio partido, el Republicano. En su última nota en Facebook, Sarah vuelve a dar un nombre a algo que está sucediendo en Estados Unidos y que tal vez muchos de sus compatriotas no se hayan apercibido todavía: la transformación del sistema económico capitalista en el que siempre han vivido todos ellos y que ha hecho de Estados Unidos el país más rico y próspero de la Tierra en otra cosa que, con el mismo nombre, más se parece al capitalismo entendido al estilo chino: un capitalismo trucado donde las oportunidades están reservadas para una elite y donde a todos los demás, al resto del país, sólo se les guardan las migajas. O sea, un “capitalismo de compinches”. Como aquellas abominables “repúblicas democráticas populares” felizmente desaparecidas que tanto se ufanaban de ser la voluntad de todos y al final sólo eran la voluntad de unos pocos. Nombres, nombres, nombres… ¡la izquierda todo lo arregla poniendo nombres bonitos, cuanto más rimbombantes mejor! Que la realidad se ajuste a su significado, en cambio, les trae sin cuidado. Y lo peor es que la gente les cree aunque yo mantengo la teoría de que lo que en realidad sucede es que tienen tanto miedo de descubrir la verdad del mundo donde viven, aquello que dijo Jefferson una vez de que “el precio de la libertad es la constante vigilancia”, que prefieren vivir drogados que conscientes. Y es que Matrix no era una película de ciencia-ficción, no, sino un reflejo de nuestra realidad diaria. Los que leemos este blog, no, pero ¿cuánta gente por ahí fuera se tomaría voluntariamente la píldora azul? Muchos, ¿verdad? Nosotros optamos por la roja y así nos va… ¡Y a mucha honra!
Sarah Palin en Facebook
La institucionalización del “capitalismo de compinches” (ver la nota original aquí)A raíz de la reciente crisis financiera, los estadounidenses saben que necesitamos una reforma. No sólo muchos individuos han aprendido una lección acerca de la responsabilidad personal a través de ello, sino que hemos sido capaces de entablar un debate sobre el papel apropiado del gobierno.
El debate actual sobre la reforma financiera demuestra lo que sucede cuando los líderes políticos reaccionan ante una crisis con una serie de nuevas regulaciones. En primer lugar, las personas involucradas en la redacción de las regulaciones gubernamentales son a menudo cabilderos de la misma industria que las nuevas leyes se supone que van a regular y eso ha sido el caso aquí. No debe sorprender a nadie que los cabilderos financieros están acudiendo en masa a la capital esta semana. Por supuesto, los grandes jugadores que pueden permitirse cabilderos tornan la normativa a su favor, mientras que sus competidores más pequeños se quedan fuera a la intemperie. El resultado son los reglamentos que institucionalizan la mentalidad del “demasiado grandes para quebrar”.
Por otra parte, el proyecto de reforma financiera da a los reguladores la facultad de escoger a los ganadores y perdedores, la institucionalización de su capacidad para decidir «qué empresas rescatar o cerrar y a qué acreedores recompensar y cómo». ¿Duda alguien de que las empresas con más cabilderos y mayores donaciones de campaña serán las que obtengan asientos en el bote salvavidas? El presidente está tratando de convencernos de que la está tomando con el Wall Street de los «peces gordos», pero empresas como Goldman Sachs están satisfechas con la reglamentación federal porque, como uno de sus cabilderos declaró recientemente: «Nosotros nos asociamos con los reguladores».
Parece que tienen una buena relación con la Casa Blanca también. Goldman hizo llover casi un millón de dólares en contribuciones de campaña sobre el candidato Obama. De hecho, J. P. Freire señala que el presidente Obama recibió alrededor de siete veces más dinero de Goldman que el presidente Bush de Enron. Por supuesto, no se trata sólo de las donaciones; es una puerta giratoria. Usted encontrará el nombre de Goldman Sachs en más de un currículo en la administración Obama, incluyendo el de los jefes de Gabinete Rahm Emanuel y Tim Geithner.
Tenemos que estar en guardia contra semejante capitalismo de compinches. Nosotros luchamos contra la distorsión del mercado en Alaska cuando nos enfrentamos a las grandes petroleras o, más específicamente, a algunos de los jugadores en la industria y en los cargos políticos, que estaban tomando el pelo al 49º estado. Mi administración desafió la laxitud de unas normas que parecían permitir que la corrupción e incluso cuestionó a la empresa más grande del mundo en ese momento por no cumplir con las disposiciones de los contratos que celebró con el estado. Cuando llegó el momento de elaborar un plan de un gasoducto, insistimos en la transparencia y la igualdad de condiciones para asegurar una competencia leal. Nuestras reformas ayudaron a reducir la capacidad de los políticos para tener favoritos y ayudó a limpiar la corrupción. Creamos oficinas de supervisión más estricta y acomodamos un proyecto bipartidista de reforma ética. Lejos de estar en contra de las reformas necesarias, las abrazo.
Los conservadores con sentido común reconocen la necesidad de la reforma financiera y creemos que el gobierno puede desempeñar un papel adecuado en la nivelación del campo de juego y la protección del «dinamismo del capitalismo estadounidense sin descuidar la responsabilidad del gobierno en proteger al público estadounidense». Estamos escuchando de cerca el debate sobre la reforma en Washington y sabemos que el gobierno no debería cargar al mercado con burocracia innecesaria e incentivos distorsionados, ni hacer de una peligrosa mentalidad de «demasiado grande para quebrar» la ley de la tierra.
Sarah Palin
SEGUNDA NOTICIA: MARCO RUBIO, EL DE FLORIDA, CONTINÚA HACIENDO HISTORIA… Y SACANDO DE QUICIO A LOS RINO DEL PARTIDO REPUBLICANO QUE TAN FELICES SE LAS PROMETÍAN ELLOS.
Hace unas semanas, publiqué una breve noticia sobre Marco Rubio (ver aquí), el senador estatal por Florida, que se había convertido en el hombre de moda por su audaz (y algunos dijeron que suicida) intentona de arrebatar la nominación republicana al Senado en Washington a su más directo aspirante, el actual gobernador Charlie Crist. Rubio no sólo es joven e hispano sino que también es un auténtico conservador y cuenta con el respaldo del movimiento Tea Party, respaldo que le ha catapultado en las encuestas de intención de voto hasta una situación tan favorable que a mí, personalmente, me recuerda a la que se produjo en las famosas elecciones a la Cámara de Representantes por la circunscripción electoral de NY-23, cuando el entonces don nadie Doug Hoffman recibió el respaldo expreso de Sarah Palin y comenzó a escalar posiciones llevando a la candidata oficial del Partido Republicano, Deirdre Scozzafava, a perder tanto apoyo y tan deprisa que, al final, tuvo que abandonar la carrera no sin antes cometer la mayor villanía que pueda imaginarse: dar su apoyo público al candidato demócrata. En el caso de Florida, la situación es idéntica salvo que el Scozzafava con pantalones, Crist, todavía no ha decidido qué hacer aunque se rumorea que ante la más que segura pérdida de la nominación republicana igual decide presentarse a las elecciones generales de noviembre como independiente, todo sea por perjudicar a su partido.
Los dos candidatos a la nominación republicana al Senado por Florida durante un debate en Fox News Channel el pasado 28 de marzo: a la izquierda, Charlie Crist, el actual gobernador, y a la derecha, Marco Rubio, el outsider que le ha desbancado por completo. A Crist, después de haber traicionado él a sus votantes, le han traicionado casi todos los que le apoyaban y así está él de compungido. ¡Ah, qué dura es la política!
Sobre la biografía de Rubio, como quiera que ya la relatara en mi entrada anterior dedicada a él, no voy a repetirla. Tampoco voy a decir nada sobre el principio de todo el asunto, cuando Crist decidió que gobernador está bien, pero que senador está mejor. Lo que voy a hacer hoy es continuar desde donde lo dejé y contarles lo que ha sucedido hasta el día de hoy. No olviden que Florida es un estado esencial en las aspiraciones republicanas para 2012 y tal vez aún más importantes en las aspiraciones nuestras, de los conservadores, de devolver al GOP a la senda correcta, la de sus principios tradicionales, antes de que los RINO logren su objetivo de crear un Partido Demócrata light del antaño glorioso partido de Lincoln, Roosevelt y Reagan.
Las primarias republicanas están previstas para el 24 de agosto. En estos momentos, sólo hay dos candidatos con posibilidades reales de ganarlas: el actual gobernador del estado, Charlie Crist, y el senador estatal, Marco Rubio. Desde el principio, el favorito del establishment del Partido Republicano ha sido Crist, pero de pronto apareció Rubio y las cosas se torcieron para el gobernador, especialmente cuando fue uno de los pocos gobernadores republicanos que aceptó encantado el plan de estímulo económico de 787.000 millones de dólares y hasta tuvo la desfachatez de abrazarse en público con el presidente de Estados Unidos en un acto a favor de dicho plan celebrado en Florida, algo que le enajenó definitivamente el apoyo de la base conservadora del partido, quien a partir de entonces brindó su apoyo a Marco Rubio.
Repulsivo, ¿verdad? Un achuchón que le va a costar la carrera a ese sinvergüenza de Crist. ¡Y bien merecido se lo tendrá! ¿Qué se creía? ¿Que a todos se nos puede comprar con treinta monedas de plata?
Los sondeos de intención de voto no dejan lugar a dudas: Crist es un perdedor, habiendo pasado de liderar en agosto del año pasado los sondeos con un apoyo del 53% del electorado a empatar con Rubio en diciembre y a perder claramente por nueve puntos porcentuales en enero de 2010, mientras que Rubio pasa de contar con un apoyo del 31% en agosto del año pasado al 49% en enero de este año. Y subiendo porque desde entonces no ha dejado de estar en ningún momento por debajo del 55%. En la actualidad, según el último sondeo de Rasmussen Reports, los porcentajes son de 33% para Crist y 56% para Rubio a mediados de este mes de abril.
Crist sigue manteniendo el apoyo de los republicanos más liberales, pero los conservadores se han volcado en Rubio. Por lo que se refiere a las elecciones generales, donde el vencedor (Rubio muy seguramente) se las tendrá que ver con el demócrata Kendrick Meek, no hay color: tanto si el candidato republicano es Crist como Rubio, ambos le sacan 14 puntos porcentuales al demócrata. Incluso en el caso de que Crist optara a presentarse como independiente, Rubio ganaría ahora mismo con un 45% de los votos por un 25% de Meek y un 22% de Crist.
La tendencia que dicen ahora los que saben de esto está clara: Rubio es el ganador y Crist, el perdedor. De hecho, todos los que le apoyaron en su momento con entusiasmo se están pasando con armas y bagajes al carro de Rubio y han empezado a decirle claramente a Crist que se retire de la contienda en bien del partido. ¡Si hasta el propio establishment del GOP lo ha hecho! (como tiene que estar la cosa para que ellos hagan eso). Así, en un memorándum redactado por Rob Jesmer, director ejecutivo de la National Republican Senate Commission (NRSC), se dice:
En nuestra opinión, si el gobernador considera que no puede ganar unas primarias, la acción apropiada es retirarse de la candidatura y esperar a otra oportunidad.
¿Qué ha pasado para que quienes antes le daban palmaditas en la espalda ahora de pronto le nieguen el pan y la sal? Primero, que el movimiento Tea Party se ha volcado en Marco Rubio y eso ha inclinado la balanza a favor suyo sin dejar el más mínimo resquicio para que Crist pueda confiar en la victoria; segundo, que después del desastre de New York, cuando el establishment tuvo que ver como su candidata, la falsa republicana Deirdre Scozzafava, era sacada de la carrera electoral por un outsider, Doug Hoffman, que contaba también con el apoyo del movimiento Tea Party, el GOP no puede permitirse que pase algo similar de nuevo; tercero, que Crist parece que ha decidido coger el camino del medio y presentarse como independiente, algo que admitió el pasado lunes 19 de abril por primera vez después de haberlo negado enfáticamente hasta entonces. Si hasta Mitt Romney le ha aconsejado que se largue:
Tengo la esperanza de que permanezca en las primarias republicanas o que, si cree que no puede ganar, que se aparte y apoye a Marco Rubio.
Y no sólo Romney se lo ha dicho sino también Mike Huckabee y Rudy Giuliani (pero lo de éste último es venganza después de que Crist le prometiera su apoyo durante las primarias presidenciales y luego le dijera que tururú y se lo diera a McCain).
Y por fin, el que ha hablado recientemente más claro ha sido Dick Cheney, el antiguo vicepresidente cuando declaró que:
Charlie Crist ha demostrado una y otra vez que no se puede confiar en él en Washington para oponerse a la agenda de Obama porque en un asunto tras otro él apoya de hecho esa agenda. Últimamente parece que no puede confiarse en Charlie Crist ni siquiera para seguir siendo republicano. Le ruego encarecidamente que continúe como candidato a las primarias republicanas o se retire de la carrera. Los únicos vencedores de una candidatura de Crist como independiente serían Barack Obama y Harry Reid.
Me enorgullezco de apoyar a Marco Rubio y ruego a todos los republicanos de Florida, independientemente de a quién hayan apoyado, a que se unan detrás suyo.
Más claro, agua. El resultado, dentro de poco tiempo porque el propio Crist anunció que la decisión de retirarse o no la tomará antes del 30 de abril. Estaremos atentos a ello. Y es que Marco Rubio podría ser el primer senador verdaderamente conservador, verdaderamente Tea Party, que salga elegido en estas elecciones de noviembre dado que Scott Brown va a su aire, algo que algunos ya dijimos en su momento y que no nos coge por sorpresa.
Y hasta aquí la entrada de hoy. En la próxima, vamos a hablar un poco de comentaristas políticos. Les presentaré a unos cuantos de mis favoritos (que estoy seguro que son también los suyos).