¡Habemus census!

06/01/2011

 

¡Por fin lo tenemos! Llevaba tiempo esperándolo. Me refiero al nuevo censo de los Estados Unidos, el correspondiente a 2010. Salió publicado con el Año Nuevo y su importancia es manifiesta porque de sus resultados dependía la nueva distribución de votos en el Colegio Electoral, que es quien elige realmente al presidente de los Estados Unidos por más que se celebren unas elecciones previamente. El caso es que ya tengo sus resultados y después de haberlos estudiado atentamente, mi opinión es que el camino de Sarah Palin a la Casa Blanca se va a ver facilitado por ellos. ¡Ojalá que así sea! Y ahora vamos a ver porqué.

Primero, les pongo en antecedentes. En los Estados Unidos, la Constitución (artículo I, sección 2) establece la obligatoriedad de realizar un censo de todo el país cada diez años con el fin de, según sean sus resultados, distribuir el número de escaños de la Cámara de Representantes (lo que se conoce allí como el apportionment, prorrateo) que actualmente está establecido por una ley de 1911 en un máximo de 435, al considerar que un número superior volvería inoperante a dicha cámara.

Es decir, que según sea el número de habitantes de cada estado, tantos serán sus representantes en la Cámara de Representantes. Por ejemplo, si hace diez años, en 2000, resulta que Florida tenía una población total de 641.156 habitantes (los datos son reales), de acuerdo con la población total de los Estados Unidos de aquel entonces, 281.421.906 habitantes, le correspondían 25 representantes en la Cámara de Representantes. Pero como quiera que ahora en 2010 Florida ha aumentado su población y alcanza ya los 700.029 habitantes, siendo la población total de los Estados Unidos de 308.745.538 habitantes, su peso en el total de la nación se ha incrementado y, en justicia, le corresponden dos escaños más en la Cámara de Representantes, cuya representación pasa de los 25 anteriores a los 27 que serán a partir de las próximas elecciones, las presidenciales de 2012.

Esta redistribución de escaños se produce, tal y como les he dicho, cada diez años y es habitual que suceda así. Les adelanto que el censo de 2010, éste de ahora, ha redistribuido un total de 12 escaños. El anterior, el de 2000, redistribuyó también 12. El anterior, el de 1990, lo hizo con 19. El de 1980, 17. El de 1970, 11. El de 1960, 21. El de 1950, 14. Y así podríamos seguir hasta el primer censo realizado en los Estados Unidos, poco después de su independencia.

Pero electoralmente no es el reparto de escaños en la Cámara de Representantes lo que más nos importa, sino en el Colegio Electoral. Para aquellos de ustedes que aún se líen con el complicado pero apasionante sistema político estadounidense (y a la espera de que publique mi America is Ready! donde trato ese tema con más detalle), les explicaré que en los Estados Unidos, si bien son los propios estadounidenses quienes votan a su presidente cada cuatro años, no es así realmente. Lo que votan es a unos delegados que, en representación de su correspondiente estado y juntamente con los de los restantes estados, constituirán el llamado Colegio Electoral, que será quien realmente elija al presidente y al vicepresidente de los Estados Unidos. Pongamos un ejemplo y para ello vayamos de nuevo a la soleada Florida, ahora que hace tanto frío aquí, ¡brrr! Imagínense que son estadounidenses y viven en Florida y que ya estamos en 2012 y que toca votar. Por supuesto, votarán por Sarah Palin que ha arrasado en las primarias republicanas y es la favorita toda vez que Obama tiene unos índices de popularidad peores aún que los de Bush 43, je, je, je. Usted coge su papeleta y marca el nombre de Palin, pero en realidad usted no está votando por Palin, sino por una lista de 29 personas nombradas en su momento (poco antes de las elecciones) por el Partido Republicano para ser los “electores”, los que irán en su momento al Colegio Electoral en representación de Florida si Palin gana en ese estado y votarán ellos sí por Palin como próxima presidenta de los Estados Unidos y por quien sea (¿Perry?) como vicepresidente. Evidentemente esos “electores” se comprometen desde el principio a votar por Palin si son elegidos como los representantes de Florida. De hecho, están legalmente obligados a ello aunque podría darse el caso de que alguno decidiera dar la campanada y votar por otro candidato, convirtiéndose en lo que se llama un faithless elector, un elector infiel, pero no es habitual que eso suceda y tampoco es éste el sitio para entrar en más detalles.

¿Cuántos electores elige cada estado? Pues la suma total de su representación en el Congreso de los Estados Unidos, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. En el caso de Florida, serán 27 representantes y 2 senadores (todos los estados tienen dos senadores), lo que hace un total de 29 electores. Y así cada estado. El Colegio Electoral se compone pues de 538 electores; 435 por los representantes, 100 por los senadores y 3 electores adicionales que se le conceden al distrito de Columbia, que no es un estado, pero que en el Colegio Electoral tiene consideración de tal. En consecuencia, para ser nombrado presidente de los Estados Unidos un candidato tiene que lograr el voto favorable de 270 electores.

Dicho esto (mira que soy pesado a veces), vamos a ver cómo ha quedado el Colegio Electoral para esta década que viene, que incluirá las elecciones presidenciales de 2012, 2016 y 2020. Les he preparado una tabla indicando cada estado, los votos que le correspondían según el censo anterior, los votos que le corresponden a partir de ahora y la variación que se ha producido, si es que se ha producido alguna. Recuerden que el número de votos incluye los dos de que dispone cada estado en el Senado por lo que para saber los que tiene cada estado en la Cámara de Representantes, bastará con que resten dos de ese total.

En definitiva, se redistribuyen los votos correspondientes a los siguientes estados:

Ganan votos:

Arizona: +1
Florida: +2
Georgia: +1
Nevada: +1
Carolina del Sur: +1
Texas: +4
Utah: +1
Washington: +1

Pierden votos:

Illinois: -1
Iowa: -1
Luisiana: -1
Massachusetts: -1
Michigan: -1
Missouri: -1
Nueva Jersey: -1
Nueva York: -2
Ohio: -2
Pennsylvania: -1

Lo que podemos ver es que los estados de la Costa Este, especialmente los más antiguos como Nueva York, Massachusetts o Pennsylvania no dejan de perder población y con ello representatividad dentro de la nación a favor de estados del Sur y de la Costa Oeste, más jóvenes y vigorosos, demostrando además que es la cuenca del Pacífico la que está llamada a ser el nuevo motor de la economía mundial.

Para que se hagan una idea, les diré que Nueva York tenía 43 representantes en 1900 y que desde 1940, en cada censo, ha perdido como mínimo dos y en alguna década tres y hasta cinco de golpe, quedándose ahora en unos escuálidos 29. Massachusetts tenía 16 en 1900 y aunque su declive es menos acusado, ha perdido casi la mitad de su representatividad, debiendo conformarse ahora con 9. Y Pennsylvania tenía 36 en 1900 y la hemorragia de representantes que sufre es continua, yendo ya por 18 y a la espera de que dentro de cien años tenga los 3 que la Constitución establece como mínimo para cualquier estado. ¡Ah, pobre Atlántico! Háganme caso: si tienen que emigrar a los Estados Unidos, váyanse a la Costa Oeste que es el futuro y casi el presente.

Más cuentas: si las elecciones de 2008 se hubieran celebrado con el nuevo Colegio Electoral, los resultados hubieran sido los siguientes:

Obama-Biden: 359 (365 en 2008)
McCain-Palin: 179 (173 en 2008)

Cambian seis escaños, que favorecen a los republicanos. No es una gran diferencia, pero supone un estado medianito como Kansas o Mississippi, por ejemplo. La diferencia pues se acorta y el Partido Republicano se hubiera quedado a sólo 91 votos electorales de la victoria. Si repasamos los estados y sus votos electorales que en 2008 cayeron en el zurrón demócrata por una diferencia inferior al 5% de los votos (los relaciono por orden de menor a mayor) y que, en consecuencia, bien podría haber sucedido al revés y haberse decantado por los republicanos:

Carolina del Norte: 15 votos electorales
Indiana: 11 votos electorales
Nebraska (1ª circunscripción): 1 voto electoral
Florida: 27 votos electorales (ahora 29)
Ohio: 20 votos electorales (ahora 18)

Suponen un total de ¡74 votos electorales! Lo que dejaría a una candidatura republicana encabezada por Palin a tan sólo 17 votos de la victoria. ¿De dónde podrían salir esos 17 votos? Repasemos la lista de los siguientes estados más reñidos, aquellos en los que la victoria demócrata se decidió por un porcentaje de entre el 5 y el 10% de los votos (de nuevo por orden de menor a mayor):

Virginia: 13 votos electorales
Colorado: 9 votos electorales
Iowa: 7 votos electorales (ahora 6)
Nueva Hampshire: 4 votos electorales

En total, son ¡32 votos electorales en cerrada disputa! Y Palin sólo necesita 17 de ellos. Para que se hagan una idea, Virginia eligió en 2009 a un gobernador republicano (Bob McDonnell), al igual que Nueva Hampshire acaba de elegir a una senadora republicana en 2010 (Kelly Ayotte). Sólo con esos dos estados ya sería suficiente.

Con todo esto, lo que quiero resaltar es que por muy abultada que pudiera parecer en su momento la diferencia entre Obama y McCain, no lo fue en realidad. Nada de landslide (corrimiento de tierras), como lo llaman allí cuando la victoria de un candidato es abrumadora (como las de Reagan). Son cosas del sistema electoral estadounidense en el que el vencedor en cada estado se lleva toda su representación (lo que se llama sistema de winner-take-all, todo para el vencedor). Si se repasan los resultados estado por estado se comprueba que no era inevitable una victoria demócrata como nos han pretendido vender desde entonces y que una buena campaña electoral republicana, con un mensaje claro, creíble y de confianza (o sea, conservador) hubiera podido movilizar a muchos más votantes que, tal y como ha dicho muchas veces, no tenían muchas ganas de votar a McCain sabiendo que después del presidente republicano menos republicano de la historia, Bush 43, iban a tener que soportar al presidente republicano más demócrata de la historia, McRINOCAin. Así pues, hicieron lo mismo que hago yo aquí en España; me quedo en casa el día de las elecciones y hago pajaritas con las papeletas de voto que me envían los distintos partidos políticos por correo (salvo las del PSOE, que ésas son inmediatamente utilizadas en mi cuarto de baño y con gran satisfacción por mi parte). Una campaña electoral de verdad con una candidata conservadora de verdad y contra un presidente medio socialista fracasado de verdad arrojaría un resultado muy diferente, pueden estar seguros.

Pues eso, que este año pinta bien, ¿no? En la próxima entrada, seguiremos con America by Heart si les parece bien. Aunque la actualidad manda, ya lo saben.


LAS ELECCIONES DE 2012… ¿UN 2008 AL REVÉS? (y II)

04/02/2010

 

Empieza febrero y con él la vida política estadounidense entra en una nueva etapa. El presidente ha dado su discurso sobre el estado de la Unión y ha demostrado que no es una persona que aprenda de sus errores ni mucho menos. Pero si él no aprende, los estadounidenses sí y bien que se lo están demostrando día a día. Por su parte, Sarah Palin sigue su camino ajena a expertos, encuestadores y demás bichos perjudiciales que al final sólo hacen que molestar y, lo que es peor, no aciertan ni una. A pocos días vista tenemos la primera convención nacional del movimiento Tea Party y a pesar de la decepción que nos hemos llevado todos al saber que ni Michelle Bachmann ni Marsha Blackburn van a acudir a ella por ciertas dudas que han surgido recientemente con respecto al destino que piensa dar la organización de la convención al dinero recaudado, Sarah Palin sigue anunciada como la oradora principal y como quiera que ella no tiene que rendir cuentas más que a su conciencia, esperamos con ansia su discurso que, por cierto, va a ser retransmitido por la Fox.

Éste es un año electoral y lo que hace unos meses aparecía como algo carente de interés de pronto se ha convertido en todo lo contrario y la excitación que sentimos ya ante la proximidad de las primarias y de las propias elecciones de noviembre resulta difícil de creer. Y es que lo sucedido en Massachusetts ha dado un vuelco al panorama político estadounidense y así, por ejemplo, los que hasta entonces no eran más que “cuatro chalados extremistas” según los medios de comunicación tradicionales, los activistas del movimiento Tea Party, ahora se han convertido en una fuerza a la cual se presta mucha atención.

Lo que puede pasar en las elecciones de 2012

Terminé mi anterior entrada con este título diciéndoles que, en mi opinión, el resultado de las elecciones de 2008 había sido cualquier cosa menos un desastre para el Partido Republicano. Y es que, teniendo en cuenta cómo transcurrió la campaña electoral (en la que pasó de todo y nada bueno para los republicanos, como por ejemplo el estallido de la crisis económica), el tipo de adversario con el que se enfrentaban (el más “telepredicador” que jamás hubiera podido imaginarse uno en una candidatura demócrata), el tipo de candidato que presentaban los republicanos (el menos atractivo para los votantes conservadores, que siguen siendo mayoría en el GOP), la conducta de los medios de comunicación tradicionales (tan sectaria que ya nunca más podrán alardear de su objetividad y su independencia; la campaña de 2008 rompió la última reserva moral que les quedaba para no acabar convirtiéndose en meros elementos de agit-prop comunistoide) y el mal recuerdo que dejó la anterior administración Bush (que fue mala, pero no hasta el punto de la caricatura o de la maldad como pretenden los bufones de los medios de comunicación tradicionales… digo de agit-prop comunistoide), aún pueden dar gracias de lo bien que superaron la prueba.

Hablando en términos meramente numéricos, los resultados fueron los siguientes:

O sea, una abrumadora mayoría demócrata en votos electorales (más del doble), pero no tan abrumadora en cuanto a voto popular (un poco menos de diez millones de votos; un mero 7,2% del total) ni en cuanto a estados (los demócratas vencieron en 8 estados más que los republicanos). Teniendo en cuenta las circunstancias anteriormente apuntadas, lo lógico hubiera sido que se produjera un terremoto electoral al estilo de Ronald Reagan en 1984, cuando Ronald Reagan derrotó a Walter Mondale por 525 votos electorales a 13 (¡ah, aquél fue un buen año para nosotros, los conservadores!), pero no fue así y es por eso por lo que creo que el resultado de 2008 fue bueno en términos generales. Y tal y como reconoció públicamente el propio John McCain meses después, si lograron salvar los muebles fue gracias al “efecto Palin” porque si no, probablemente sí que se hubiera producido el tan ansiado landslide que pronosticaban los demócratas.

Ahora bien, ya sabemos que la revisión decenal del censo de Estados Unidos va a provocar correcciones en el reparto de los votos electorales por estado, correcciones que ya detallé en la tabla de la primera entrada de esta serie. ¿Cuáles hubieran sido los resultados de 2008 si se tuviera en cuenta ese nuevo reparto que será efectivo a partir de las próximas elecciones? Pues el siguiente: el partido demócrata hubiera ganado igualmente con una mayoría de 358 votos electorales (siete votos menos) contra los 180 de los republicanos (siete votos más).

La mayoría para ser nombrado por el US Electoral College está en 270 votos. Si los republicanos consiguen 180 votos, se quedan a 90 votos de esa mayoría. ¿De dónde pueden sacar 90 votos electorales más? Tengamos en cuenta que los estados que en las circunstancias de “tormenta demócrata perfecta” de 2008 se mantuvieron firmes en sus creencias, capearon el temporal como pudieron y votaron por la candidatura republicana, es difícil pensar que en 2012 vayan a cambiar el sentido de su voto y optar por los demócratas, así que podemos asumir sin mayores problemas que esos 180 votos electorales son el mínimo de votos que los republicanos van a obtener en 2012 (su “suelo electoral” que dicen los entendidos). Los otros 90 votos electorales que necesitan es evidente que se los van a tener que arrebatar a los demócratas. ¿Tarea imposible? Más imposible parecía que un conservador como Scott Brown fuera elegido senador por Massachusetts y ya ven…

Arrebatar estados a los demócratas supone repasar nuevamente las estadísticas y comprobar dónde se han producido los menores márgenes de victoria demócrata; o sea, los swing states. Eso ya lo hicimos en la entrada anterior y para que no tengan que buscarla, les repito la tabla que puse en su momento.

Imaginemos que los republicanos consiguen conservar los cinco estados en los que vencieron por menor margen, algo que no debería ser difícil de conseguir dado el descrédito que la administración demócrata lleva ya acumulado desde enero de 2009 y lo que le falta aún por acumular. Quedan otros cinco estados en los que los márgenes de victoria demócratas son escasos: North Carolina con un misérrimo 0,33%, Indiana con un miserable 1,03%, Florida con un escaso 2,81%, Ohio con un razonable 4,58% y Virginia (donde, para empezar, acaba de ser elegido un gobernador republicano, Bob McDonnell) con un moderado 6,30%. Si los republicanos logran dar la vuelta a esos resultados (y es que Indiana y Virginia, por ejemplo, habían votado sin cesar por los republicanos durante las 10 elecciones presidenciales anteriores a 2008 en que, víctimas de una ofuscación mental transitoria, rompieron su tradición y votaron demócrata –pero Virginia ya está haciendo méritos para merecer nuestro perdón, ¿eh?), eso supondrá… ¡85 votos electorales más para ellos! Lo que llevaría el total republicano hasta los 265 votos electorales. ¡A tan sólo 5 votos de la mayoría! Si además los republicanos recuperan el único voto electoral que fue a parar a los demócratas en Nebraska (¡algo bochornoso!), serían 266; a tan sólo 4 del triunfo.

¿Dónde pueden obtener los republicanos los cuatro votos electorales que le faltan? Vamos a repasar la lista de estados y vamos a continuar con los siguientes estados con menor margen de victoria demócrata. Estos son: Colorado (9 votos electorales), que se perdió por un 8,95%; Iowa (6 votos electorales), que se perdió por un 9,53%; New Hampshire (4 votos electorales), que se perdió por un 9,61%; Nevada (5 votos electorales), que se perdió por un 12,49%; y New México (5 votos electorales), que se perdió por un 15, 13%.

Lo interesante de estos cinco estados es que en todos ellos, salvo en New Hampshire, ganó George W. Bush en 2004. O sea, que votaron por los republicanos sin más problemas hace cinco años. Para su información, les detallo los márgenes de victoria de los republicanos en todos ellos incluido el estado de New Hampshire donde venció John Kerry:

  • Colorado: 4,67%
  • Iowa: 0,67%
  • New Hampshire: 1,37 % (a favor de los demócratas)
  • Nevada: 2,59 %
  • New Mexico: 0,79%

No son márgenes abultados, lo que implica que existe un gran porcentaje de independientes entre sus votantes que son los que dan la victoria a uno u otro partido. En 2004, esos votantes se inclinaron mayoritariamente por los republicanos y en 2008 lo hicieron por los demócratas. Sin duda, esos estados podrían volver a votar al Partido Republicano si se les ofrece una candidatura atractiva y un programa electoral sensato que atienda a sus necesidades reales en unos tiempos como estos.

Y es que incluso no es necesario vencer en todos ellos sino que bastaría con hacerlo en Colorado o incluso en Iowa, que son los dos estados con más posibilidades, aunque yo creo que si se logra vencer en uno, se vencerá también en el otro. Y tanto con los 9 votos electorales del primero como con los 6 del segundo, la victoria para la candidatura republicana está asegurada. Pero imaginemos que se vence en los dos. Como resultado, los republicanos obtendrían una mayoría más que sobrada de 281 votos electorales y la victoria en 29 estados, lo que no dejaría lugar a dudas acerca de la legitimidad de su victoria.

Ahora bien, ¿cuál es la condición sine qua non para que se produzca esa victoria? La de que se presente una candidatura republicana lo suficientemente atractiva como para que todos los votantes conservadores (tanto los solamente conservadores fiscales como los conservadores sociales) de Estados Unidos se sientan llamados a votarla. Y que además esa candidatura sea lo suficientemente sólida como para atraer a los votantes independientes que, a pesar de no estar registrados como votantes republicanos, se sienten más cerca de las opiniones políticas conservadoras que de las liberales como no dejan de demostrarnos todas y cada una de las encuestas que se hacen sobre la ideología política de los estadounidenses: la mayoría se declaran conservadores. Y ahora mismo, esa candidatura no hay duda de que sólo puede ser encabezada con posibilidades de éxito por una sola persona: Sarah Palin. Y no hay más que hablar. La actual administración demócrata es vulnerable y existe una posibilidad más que cierta de que en 2012 el actual presidente siga el camino del infame cacahuetero que fue James Carter y hasta le arrebate su puesto como “el peor presidente de los Estados Unidos”, pero para conseguirlo hay que ofrecer a los estadounidenses una alternativa seria y la única alternativa existente es ésa a la que poco a poco va dando forma Sarah y que sin duda se articulará en un programa detallado durante 2011 en un futuro libro que (estoy profetizando) publicará para entonces.

No pretendo ser un genio y estas opiniones que les ofrezco aquí ya han aparecido publicadas en algunas otros sitios por otros autores. Es por ello que me he atrevido a ofrecérselas después de tanto tiempo como llevaba pensando en ellas. La verdad es que el razonamiento es muy simple y basta con analizar con un cierto detenimiento los resultados electorales de 2008 para poder sacar las oportunas conclusiones.  Imagino que es el mismo razonamiento que Sarah, Todd y Meghan hicieron un par de días después del Election Day de 2008, cuando se les pasó el berrinche y se sentaron los tres juntos en la mesa de la cocina de la casa de los Palin con un buen café y algo para picar y las hojas de los resultados por estados delante de ellos y vieron lo que vuelvo a repetirles ahora: que, pese a todo, no salieron mal librados, no.

Esperen a 2012. ¿Mi pronóstico? ¡Uf, espero que nadie guarde esta entrada y me la saque en noviembre de 2012 para avergonzarme! Creo que si Sarah Palin se presenta a las elecciones como la candidata republicana, el resultado se parecerá mucho al de Bush en 2004 y que rondará los 290 votos electorales para Sarah, ganando por lo menos en 30 estados. ¡Ahí queda eso! Y en 2016, repetiremos lo de Reagan en 1984: 525 votos electorales para su candidatura, je, je, je.

Que tengan felices sueños.


LAS ELECCIONES DE 2012… ¿UN 2008 AL REVÉS? (I)

28/01/2010

 

Interesante la que se ha armado por ahí a raíz del triunfo de Scott Brown en Massachusetts. No sólo ha dado moral de victoria a un Partido Republicano tan alicaído que parecía camino del cementerio de elefantes, sino que además ha vigorizado a los conservadores quienes, después de tanto tiempo oyendo que su única posibilidad de supervivencia estribaba en “girar al centro” y “mooooooderarse” (como dice mi admirada Michelle Malkin), han visto como los hechos de Massachusetts les han quitado la razón a los RINO y se la han dado en cambio a ellos. Y es que, recordemos, Estados Unidos sigue siendo un país mayoritariamente conservador, tal y como demuestran todas las encuestas. Y cuando un país se siente conservador, las propuestas que hay que hacerle son conservadoras y llenas de sentido común, para así captar la atención no sólo de aquellos sino también de los votantes independientes. Porque ésa es la única manera de ganarse su confianza y lograr el triunfo en las elecciones. Y el que quiera mooooooderación, que se largue con los demócratas que están mooooooderadamente irritados con lo de Massachusetts y mooooooderadamente asustados con la que se les viene encima en noviembre. Y hacen bien.

Se ha armado también un cierto alboroto con respecto a la decisión de Sarah Palin de apoyar a John McCain en su campaña de reelección (decisión nada sorprendente porque ya llevaba tiempo anunciándola). Una de mis lectoras, Conservadora, se pregunta el porqué de esa decisión cuando todos sabemos que McCain como conservador deja mucho que desear. Es cierto que McCain no es santo de mi devoción y que si no fuera porque para votar a Sarah había que votarle a él, muchos no le hubieran votado (algo que él reconoció públicamente en un gesto que le honra). Mi opinión la ofrecí en una respuesta al comentario de Conservadora (ver aquí) y a ella me remito hasta el domingo en que trataré el tema con un poco más de extensión en mi habitual entrada “La semana de Sarah Palin”. Hasta entonces, les dejo con esta foto de los dos… ¡y mi adorada Piper colándose entre medio de ellos! Y es que ya llevaba mucho tiempo sin sacarla, ¿verdad?

El curioso sistema electoral estadounidense

Lo primero que hay que decir sobre el modo en que los estadounidenses escogen a su presidente y a su vicepresidente (porque escogen a los dos a la vez) es que no lo hacen directa sino indirectamente a través de lo que allí se conoce como el US Electoral College (colegio electoral de Estados Unidos). Y para comprender bien el proceso, lo mejor es empezar por el principio.

Y el principio empieza cuando los dos grandes partidos, el demócrata y el republicano, ya han pasado por su proceso de elecciones primarias y han escogido a sus respectivos candidatos, los llamados tickets. Una vez que los electores ya saben a quiénes pueden votar, se celebra el Election Day (día de las elecciones) una vez cada cuatro años, siempre un martes entre el 2 y el 8 de noviembre (el primer martes después del primer lunes de noviembre; en 2012 el Election Day caerá el día 6).

Las elecciones no son realmente una única consulta nacional sino que más bien se trata de cincuenta y una consultas estatales (las correspondientes a los cincuenta estados y otra más en el distrito de Columbia; los territorios no celebran elecciones presidenciales) en las que los electores votan por uno u otro partido teniendo en cuenta que lo que eligen realmente es a un cierto número de delegados que, pertenecientes al partido que gane las elecciones en ese estado en concreto, lo representarán en el US Electoral College. ¿Y cuántos delegados tiene derecho a acreditar cada estado? Pues exactamente el número que resulte de sumar el total de representantes (que varía según sea el estado) y de senadores (que siempre son dos, sea cual sea el estado) que dicho estado tenga en el Congreso de Washington. Como resultado, el US Electoral College tiene un total de 538 electores, ya que hay 435 representantes en la Cámara de Representantes (House of Representatives) y 100 senadores en el Senado (Senate), además de los 3 electores (el número mínimo que puede acreditar cualquier estado) que se le conceden al distrito de Columbia, el famoso D.C.

Una vez constituido el US Electoral College tras las elecciones, los electores pueden realmente votar por cualquiera de los dos candidatos, pero lo normal es que, salvo que tengan mucha cara o hayan sido elegidos como independientes, se mantengan fieles al candidato del partido al que representan. Así, en las últimas elecciones presidenciales, las de 2008, el partido demócrata obtuvo un total de 365 electores y el republicano, 173. Lo normal es que el partido que gana las elecciones en cada estado designe a todos los electores correspondientes a ese estado (sistema de “winner-take-all”; o sea, que el que gana se lo lleva todo) aunque hay dos excepciones a esta regla: Maine y Nebraska, que siguen el llamado “district system” (sistema de distritos) en que el ganador en el cómputo general del estado se lleva dos votos electorales y los restantes se reparten por distritos, llevándoselos el ganador en cada uno de ellos (en Maine hay dos distritos; o sea, en total cuenta con 4 votos electorales mientras que en Nebraska hay 3; o sea, en total 5 votos electorales). Estos distritos coinciden con los que se utilizan para las elecciones a la Cámara de Representantes.

¿Problemas? Pues que existe la posibilidad de que un candidato haya sido el más votado en todo Estados Unidos (ganador en voto popular), pero que finalmente resulte elegido su rival que, en cambio, cuenta con más votos electorales. Es cierto que puede suceder aunque en la práctica casi nunca pasa. De hecho, en 52 de las 56 elecciones presidenciales celebradas hasta ahora (un 93%), el ganador en votos electorales ha sido también el ganador en voto popular. Las excepciones a esta regla no escrita se produjeron en 1824 (fue nombrado presidente John Quincy Adams a pesar de que el ganador en votos populares fue Andrew Jackson), 1876 (fue nombrado presidente Rutherford B. Hayes a pesar de que el ganador en votos populares fue Samuel J. Tilden), 1888 (fue nombrado presidente Benjamin Harrison a pesar de que el ganador en votos populares fue Grover Cleveland) y 2000 (fue nombrado presidente George W. Bush a pesar de que el ganador en votos populares fue el fantasmón de Al Gore).

Es cierto que se ha intentado cambiar dicho sistema en numerosas ocasiones a través de una enmienda constitucional que permita el voto directo, pero hasta ahora nunca ha conseguido ser aprobada tanto por la Cámara de Representantes como por el Senado.

La importancia de los swing states

Los swing states (estados cambiantes), llamados también battleground states (estados de campo de batalla) o purple states (estado púrpura – por el color resultante de la mezcla del azul demócrata y el rojo republicano) son aquellos estados donde la victoria es tan ajustada que el ganador lo suele ser por unos pocos miles de votos lo que implica que, a fin de cuentas, lo podría haber sido su rival también.

Existen nueve estados que han votado siempre por los republicanos en las últimas once elecciones presidenciales (lo que supone un período de tiempo de 44 años): Alaska, Idaho, Kansas, Nebraska, North Dakota, Oklahoma, South Dakota, Utah y Wyoming, disfrutando los republicanos de holgadas mayorías todas las veces.  Otros estados como Alabama, Arizona, Mississippi, Montana y South Carolina sólo han votado una vez por el candidato demócrata durante el mismo período de tiempo (y ninguna de ellas fue en 2008). Por su parte, los demócratas sólo pueden presumir de la fidelidad de cinco estados: Hawaii, Maryland, Massachusetts, Minnesota y New York, en los que se ha tendido a votar por ellos entre el 70 y el 90% de las veces desde 1964. Una prueba más que evidente de que Estados Unidos es fundamentalmente conservador, que no liberal.

Un swing state es, por tanto, un estado en el que las últimas elecciones presidenciales se han decidido por un estrecho margen, inferior incluso al 1% de los votos emitidos. El caso más famoso, el que todos recordamos, se produjo en 2000 en Florida, cuando George W. Bush ganó en ese estado por un mero 0,01% (537 votos), llevándose en consecuencia sus 25 votos electorales y, con ello, la elección como presidente. Sin embargo, un swing state también puede ser considerado como tal por otras razones. Por ejemplo, por ser el estado natal de uno de los candidatos en liza. Así, si en alguna ocasión se presentara un candidato demócrata a la presidencia nacido en Alaska, este estado a pesar de su historial sería considerado un estado que igual cambia su tendencia y vota esta vez a favor de su paisano, por mucho que éste sea un demócrata (¡Dios no lo quiera!).

En consecuencia, y a causa del sistema de elección indirecta que rige en Estados Unidos, los estados que cuentan al fin y al cabo son los swing states, ya que cada candidato se concentra en lograr la victoria en ellos, dando prácticamente de lado aquellos en los que sabe que va a ganar de todas todas. Así, por ejemplo, es triste (dicho sin retintín, ¿eh?) ser un votante demócrata en Wyoming cuando sabes que por mucho que te empeñes en votar al Partido Demócrata, el resto de votantes conservan su cordura y lo hacen en su mayoría por el Partido Republicano y nunca vas a tener el placer de que los votos electorales de tu estado vayan a parar a tu candidato favorito. Y aún así, los swing states que realmente importan son aquellos que tienen el mayor número de votos electorales. Y es que, por ejemplo, un swing state con tres votos electorales es mucho menos apetitoso que un swing state con quince, que es donde ambos candidatos redoblarán sus esfuerzos, ¿no?

¿Y  por qué un estado tiene más votos electorales que otro? Porque se ajustan a la población de ese estado. Los estados más habitados tienen más votos electorales. Así, los estados con más peso en ese sentido son California con 55, Texas con 34, New York con 31, Florida con 27 y Pennsylvania e Illinois con 21 cada uno. Por el contrario, Alaska, Delaware, el distrito de Columbia, Montana, North Dakota, South Dakota, Vermont y Wyoming sólo cuentan con el mínimo legal de tres votos electorales. Una circunstancia importante que se va a afectar a las elecciones de 2012 es que el número de votos electorales de cada estado se revisa cada 10 años, coincidiendo con la revisión del censo de Estados Unidos que se produce cada 10 años también. Aún está por confirmar, pero existen unos dieciséis o diecisiete estados que ganarán o perderán representación en atención a que han ganado o perdido población y eso va a suponer que el mapa de votos electorales de 2012 sea algo diferente al de 2008. Pero de cualquier manera, lo que no cambia es el número total de votos electorales del US Electoral College: 538. Lo cual implica que para ser investido presidente de Estados Unidos, un candidato debe obtener un mínimo de 270 votos.

Las elecciones de 2008

Antes de empezar con mis “predicciones” para 2012 (¡ay, ay, ay, que igual no acierto ni una!), vamos a repasar lo que pasó en 2008. En la siguiente tabla les indico para la totalidad de estados el número de votos electorales con que contó en las elecciones de 2008, los que posiblemente cuente en 2012 de acuerdo con el nuevo censo, los porcentajes de voto para cada partido, pintando en azul la casilla correspondiente si ganó el Partido Demócrata y en rojo si lo hizo el Republicano y la diferencia que hubo entre ambos partidos, dibujando en azulado o en rojizo la casilla correspondiente si esa diferencia favoreció a los demócratas o a los republicanos (sí, ya sé que me complico mucho la vida, pero es que yo soy así).

El resultado es el siguiente:

(*) En Maine los cuatro votos electorales fueron a parar al Partido Demócrata mientras que en Nebraska, de los cinco, cuatro fueron para el Partido Republicano y uno para el Demócrata.

El resultado final fue que el candidato demócrata venció en 29 estados y cosechó 365 votos electorales mientras que el republicano lo hizo en 22 y cosechó 173 votos electorales.

Por otra parte, aquí les dejo otra tabla extraída de la anterior en la que detallo los diez estados con menor margen de victoria en 2008, ordenados de menor a mayor.

En total, se trata de cinco estados para cada partido, habiéndole correspondido al demócrata 86 votos electorales y al republicano, 42.

Y con esto es suficiente de momento. En la próxima entrada y gracias a estos datos les explicaré cuáles son mis impresiones sobre lo que puede pasar en las próximas elecciones presidenciales de 2012. Tan sólo les adelanto una cosa: en noviembre de 2008, yo ya pensé (pero no tengo pruebas porque entonces no había empezado con el blog todavía) que, tal y como se había desarrollado la campaña, el resultado de las elecciones no era nada malo para el Partido Republicano. Y me ratifico en ello, ¡ea!


LA SEMANA DE SARAH PALIN: MASSACHUSETTS BLUES

23/01/2010

 

Está claro que esta semana sólo podía tener un protagonista: Scott Brown. Y así lo ha reconocido la propia Sarah, rindiendo homenaje al coraje de un hombre que no sólo ha tenido el valor de desafiar la opinión de todos presentándose a las elecciones con un mensaje claramente conservador en el estado menos propicio tal vez de toda la Unión para eso sino que además ha logrado vencer. La historia de cómo lo ha hecho se ha repetido una y otra vez durante estos últimos días, siendo una de esas pocas ocasiones en las que nuestros medios de comunicación nacionales se han hecho eco de un acontecimiento tan exclusivo de Estados Unidos como lo es éste, algunos con gran alegría por lo que tiene de esperanzador para aquellos que amamos la libertad por encima de todo y otros, la mayoría, con llanto y rechinar de dientes, temiendo que el Obamato de los Mil Años apenas vaya a durar cuatro pelados. De cualquier manera, ha sido esta una semana de esas trepidantes, llena de emociones, de las que me gustan a mí… y de las que no les gustan nada a los progres. ¡Pues mejor entonces!

Scott Brown, el flamante senador republicano por Massachusetts. Sí, es cierto que en 1982 posó desnudo (aunque con el antebrazo izquierdo estratégicamente colocado) para la revista “Cosmopolitan”. Entonces tenía 23 años (ahora tiene 50 realmente bien llevados), trabajaba ocasionalmente como modelo y acababa de ser elegido como “El hombre más sexy de Estados Unidos”. ¿No es increíble? Alto, guapo, inteligente, tío bueno… ¡y common sense conservative! Si esto no es el renacer de la derecha en Estados Unidos que venga Dios y lo vea.

Primera noticia: SARAH PALIN FELICITA PÚBLICAMENTE A SCOTT BROWN, TRIUNFADOR EN MASSACHUSETTS.

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El Sr. Brown se va a Washington… ¡en una camioneta ni más ni menos!
Martes, 19 de enero de 2010

¡Felicidades al nuevo senador electo de Massachusetts! La victoria de Scott Brown demuestra que el deseo de soluciones reales trasciende las nociones de “estado azul” [demócrata] y “estado rojo” [republicano]. Los estadounidenses están de acuerdo en que tenemos que pasar cuentas a nuestros políticos y llevar el sentido común a la capital.

Las recientes elecciones nos han enseñado que cuando un partido en el poder se descarría, el pueblo de Estados Unidos le pasará cuentas en las urnas. Hoy, bajo los demócratas, el gasto gubernamental es de hasta casi el 23% y el desempleo es mayor de lo que ha sido en un cuarto de siglo. Durante el pasado año han completado un historial de promesas incumplidas, gordos rescates, reuniones a puerta cerrada con grupos de presión, buenos acuerdos para compinches corporativos y votaciones a medianoche durante los fines de semana sobre una importante legislación que ni siquiera se habían leído. Los buenos ciudadanos de Massachusetts han recordado a los demócratas que no deben dar nada por sentado.

Los estadounidenses aclamaron la campaña  del débil Scott Brown porque vieron su candidatura como un voto en contra del proyecto demócrata de atención de la salud. Ustedes ya saben que algo va mal con esta legislación cuando la oposición que despierta inspira una victoria republicana en un estado que no tiene actualmente republicanos en el Congreso y que la última vez que envió a un republicano al Senado fue hace casi 40 años.

Es evidente que esta victoria es un referente de la gran noche electoral de dentro de diez meses. En el espíritu de bipartidismo, permítanme ofrecer algunos consejos a los demócratas sobre la forma de controlar esta oleada populista. Desháganse de su actual proyecto de ley de atención de la salud y empiecen de cero. Todos queremos una verdadera reforma, pero un seguro obligatorio forzado por el gobierno no es eso. Scott Brown hizo campaña en contra de este auténtico lío burocrático. Necesitamos soluciones de sentido común tales como la reforma de las leyes por negligencia, permitir a la gente adquirir un seguro en otro estado, dar a los compradores individuales las mismas ventajas fiscales que los que reciben cobertura a través de sus empleadores y dejar que las pequeñas empresas se pongan de acuerdo para proporcionar un seguro a sus empleados. Concentren sus esfuerzos en los empleos, no en una legislación mortal para los empleos. Este cambio de enfoque demostrará a los estadounidenses que están escuchando.

Mis mejores deseos para el senador electo Brown. Cuando vaya a Washington, que nunca se olvide de los ciudadanos corrientes que conoció mientras conducía esa camioneta a través de la gran Comunidad de Massachusetts.

Sarah Palin

Para los que no entiendan la referencia a la “camioneta”, les diré que Scott Brown conduce desde hace cinco años una 2005 GMC Canyon, una pick-up (camioneta), con la que lleva recorridos la friolera de 320.000 kilómetros. En uno de sus anuncios televisivos, la camioneta fue el centro de atención ya que para Brown, gracias a ella había podido hablar más de cerca con la gente de Massachusetts a lo largo de toda la campaña, así como escuchar cómo se quejan de que el gasto está fuera de control en Washington y lo preocupados que están por el camino que está tomando el país. Brown quiere ser una voz para la gente y acabar de una vez con los negocios (la política) de siempre en Washington. El anuncio termina cuando su hija, Arianna, le saluda con un “Hey, Dad!” (¡Hola, papá!) al regresar a casa después de otro día de campaña. A los demócratas no les gustó lo de la camioneta (evidentemente, ellos sólo conducen Cadillacs) y se burlaron, algo que hizo personalmente el presidente de Estados Unidos cuando fue a Boston a apoyar públicamente a su fracasada candidata, Martha Oakley. Pues bien, a los de Massachusetts se ve que sí que les gustan las pick-ups y los que las conducen, ¿no? Para que se diviertan, les dejo aquí el anuncio de marras. Ríanse pensando en David Axelrod aconsejándole al presidente que a partir de ahora se olvide del Lincoln presidencial y que empiece a pensar en comprarse una igual, ja, ja, ja.

 

Segunda noticia: SARAH PALIN SACA CONCLUSIONES DE LO SUCEDIDO EN MASSACHUSETTS Y ANUNCIA MÁS SORPRESAS COMO ÉSTA.

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¡Súbanse a la ola de los candidatos del sentido común!
Miércoles, 20 de enero de 2010

¡Quiero volver a agradecer a la buena gente de Massachusetts el que hayan impulsado una agenda independiente, de sentido común! Ojalá que el hombre y la mujer trabajadores se sientan ahora más incitados que nunca a participar en su gobierno y así podamos poner a este gran país en el camino correcto.

El año pasado continúa ofreciendo la promesa de un gobierno de sentido común en tantos aspectos. Hay pasos que todos podemos dar para llegar allí, uno de los cuales es apoyar a los candidatos que prometen luchar por el pueblo y en contra de la política de siempre. Me emociona el poder salir a ayudar a elegir a los candidatos que llevaran esos principios a los pueblos de nuestra nación, las asambleas y directamente a Washington D.C. Ya estamos haciendo planes para apoyar a los candidatos que nuestro país necesita para cambiar las cosas y hablar por los estadounidenses corrientes.

Espero poder ayudar a los gobernadores como Rick Perry en Texas, representantes como Michele Bachmann en Minnesota y héroes y estadistas como el senador John McCain. Vamos a apoyar a estos candidatos y otros para que puedan seguir luchando por nuestros valores estadounidenses.

La elección especial de ayer en Massachusetts fue verdaderamente sorprendente. Es una indicación clara de lo que vendrá y una demostración del impulso que todos compartimos en la lucha por los valores y políticas que pondrán a nuestro país a trabajar. Los principios conservadores de sentido común de libertad y responsabilidad fiscal están en auge y por eso voy a salir a hacer campaña tanto como pueda para cambiar las cosas. No puedo esperar para reunirme con todos ustedes y dar mi apoyo a esos grandes candidatos y a muchos más en los próximos meses.

Mientras tanto, visite los sitios web de Rick Perry, Michele Bachmann y John McCain. ¡Y únase a nosotros ahora que nos embarcamos en un viaje por Estados Unidos en noviembre!

Sarah Palin

Las elecciones en Massachusetts han abierto de alguna manera la veda electoral. Estamos en 2010, comienza el período previo a las primarias de los dos partidos, hay un buen montón de puestos en juego y la sorpresa de Scott Brown ha demostrado que ninguno de estos puestos está asegurado (ni para los demócratas ni para los republicanos). La gran ola demócrata que empezó en 2006 y que alcanzó su máxima altura en 2008 cuando amenazó con arrasar al Partido Republicano y a sus votantes ha perdido tanta fuerza que se ha convertido en un mero chorrito disparado por la pistola de un niño maleducado. Ha bastado un año de presidencia demócrata para que incluso los propios votantes demócratas se hayan dado cuenta del error que han cometido y sean ellos los primeros en pararle los pies al presidente. Ciertamente, sería un error creer que en Massachusetts se han vuelto todos conservadores. La clave de la campaña ha estado en la “nacionalización” de las elecciones, convirtiéndolas en una especie de plebiscito sobre la gestión de la Casa Blanca, algo que no deja de ser lógico cuando se trata de unas elecciones al Senado en Washington que es donde se discuten políticas nacionales; otra cosa hubieran sido unas elecciones a la alcaldía de Boston, por ejemplo, en que sí que hubiera sido más desconcertante ese giro. Y como quiera que esa gestión no gusta prácticamente a nadie, si no hubiera sido por eso, muy probablemente Scott Brown no hubiera ganado. Tiene razón Sarah Palin al decir que la propuesta que ha triunfado ha sido la del sentido común porque es eso precisamente lo que ha pasado. Massachusetts lo ha dicho bien clarito: ¡no al socialismo! Y si lo han dicho ellos, imagínense lo que puede ser el resto del país.

Tercera noticia: SOBRE SCOTT BROWN, UN TIPO CORRIENTE AL QUE HASTA AHORA APENAS CONOCÍA NADIE.

Y a todo esto, ¿quién es Scott Brown? Nada más fácil. Scott Philip Brown nació en Wakefield (Massachusetts) el 12 de septiembre de 1959. Sus padres se divorciaron cuando él tenía apenas un año de edad, habiéndose casado cada uno por su parte desde entonces hasta tres veces más. Su padre, C. Bruce Brown, concejal durante 18 años en el ayuntamiento de Newburyport (Massachusetts), es republicano y le gusta contar que su hijo se aficionó a la política mientras le acompañaba en una de sus campañas electorales a mediados de 1960.

Su infancia no fue privilegiada ya que su madre, Judith, tenía que trabajar para ganarse la vida, habiendo tenido incluso que recurrir a la asistencia social durante un corto período de tiempo. A temporadas, el pequeño Brown tuvo que vivir con sus abuelos y con su tía. Una historia interesante sobre él es aquella que refiere como Brown, cuanto tenía 12 años, fue detenido por la policía por robar discos de una tienda de Salem (Massachusetts), siendo llevado ante el juez Samuel Zoll. Éste le preguntó si  a su familia le gustaría verle jugar al baloncesto en la cárcel; Brown respondió que seguramente no y el juez Zoll condenó en consecuencia al muchacho a escribirle una redacción de 1.500 palabras sobre esa cuestión. Debió de salirle bien porque el juez Zoll le dejó libre y Brown declaró recientemente que ésa fue la última vez que robó algo e incluso la última vez que se le ocurrió  pensar en hacerlo siquiera.

Apartado oportunamente del mal camino, Brown se esforzó en labrarse un futuro y se graduó en el Wakefield High School en 1977, pasando a la Tufts University donde se licenció en Derecho, especialidad de Derecho Inmobiliario, en 1981, doctorándose posteriormente por el Boston College Law School en 1985.

Su entrada en la política se produjo en 1998 cuando fue elegido representante por el distrito de Norfolk (Massachusetts) a la Cámara de Representantes de Massachusetts, puesto que ocupó hasta 2004, habiendo sido reelegido dos veces más. En ese año, Brown fue elegido senador por el distrito de Norfolk, Bristol & Middlesex al Senado de Massachusetts, siendo reelegido en otras dos ocasiones. Éste es el puesto que ocupa todavía a la espera de que haga efectiva su dimisión para ocupar el escaño senatorial que acaba de conseguir en Washington.

Aparte de eso, destacar que Brown es teniente coronel de la Guardia Nacional de Massachusetts, habiéndose alistado en ella a los 19 años. Después de 30 años de servicio, Brown es actualmente el abogado defensor en jefe de la Guardia Nacional para toda Nueva Inglaterra (Maine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut), procurando asistencia legal a los miembros de la Guardia Nacional que se meten en líos con la Justicia así como proporcionando consejo sobre su testamento y demás cuestiones legales a aquellos que van a ser desplegados en zonas de guerra. Su esfuerzo a favor de los veteranos de guerra durante todos estos años ha sido ampliamente reconocido por todos, partidarios y adversarios.

Por lo que se refiere a  su vida privada, Brown está casado con Gail Huff, una periodista de la cadena de televisión WCVB-TV (que está asociada a la ABC). El matrimonio tiene dos hijas, Ayla y Arianna. La primera, Ayla, es una estrella del baloncesto universitario femenino y ha sido participante en American Idol (el “Operación Triunfo” estadounidense), concurso en el que llegó a ser semifinalista; Arianna, por su parte, es una amazona reconocida. La familia reside en Wrentham (Massachusetts). Su religión es protestante, pero la familia tiene una estrecha relación con el convento de monjas católicas trapenses de Mount St. Mary’s en Wrentham a las que han ayudado constantemente a lo largo de los años y cuya hermana Katie McNamara ha declarado que rezan por ellos todos los días.

La familia Brown: Ayla, Gail, Scott y Arianna. ¿Qué les parece si casamos a Ayla con Track Palin?

Las aficiones deportivas de Brown son exigentes: es un practicante de triatlón (natación, ciclismo y carrera a pie) y duatlón (carrera a pie y ciclismo) y ha sido un buen jugador de baloncesto durante su juventud. De hecho, la noche de las elecciones desafió al presidente de Estados Unidos a un partido de baloncesto cuando éste le llamó por teléfono para felicitarle por su triunfo.

Cuarta noticia: MÁS SOBRE SCOTT BROWN Y LA QUE HA ARMADO EN SU TIERRA DONDE, DE NUEVO, UN TIRO EN BOSTON RESUENA EN TODO EL MUNDO.

Ya sabemos quién es Scott Brown. Ahora, ¿qué piensa Scott Brown? Un breve resumen de su ideario político nos dice que se trata de un conservador fiscal que se opone rotundamente al despilfarro que se está promoviendo en Washington actualmente así como a cualquier subida de impuestos especialmente en estos tiempos de severa recesión.  O sea, que nada de más planes de estímulo.

Brown es partidario de mandar tropas a Afganistán siguiendo las recomendaciones del general Stanley McChrystal, comandante en jefe de las fuerzas de Estados Unidos allí. También es partidario de que a los terroristas se les juzgue en tribunales militares y no en tribunales civiles. Apoya el empleo de las técnicas de interrogatorio que tanto han dado que hablar últimamente, incluido el “waterboarding” (simulación de ahogamiento). En cuanto al problema de Oriente Medio, es partidario de la coexistencia pacífica de dos estados, el israelí ya existente y otro palestino que debería ser creado.

En cuestiones energéticas, Brown apoya las energías alternativas, pero también la nuclear y la perforación en suelo estadounidense o en la costa en busca de más yacimientos con los que reducir la dependencia nacional del petróleo extranjero. Es cierto que votó a favor de combatir el calentamiento global, pero reconoce que le timaron entonces y que después del escándalo “Climategate” se ha replanteado su postura al respecto.

Apoya sin fisuras la pena de muerte como castigo penal. También se opone a dotar de derechos a los inmigrantes ilegales, apoyando la mejora de las fuerzas de patrulla fronteriza y endureciendo la ley contra las empresas que contraten inmigrantes ilegales como trabajadores.

En Massachusetts existe matrimonio homosexual y Brown no quiere reabrir el debate, entendiendo que la cuestión ya está zanjada. Él, personalmente, no está a favor de que dichos matrimonios se consideren un “matrimonio” sino una “unión civil”, pero tampoco está a favor de una ley que establezca expresamente que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer aunque respeta el derecho de cada estado a decidir sobre ello. Por lo que se refiere al aborto, Brown considera que Roe vs. Wade es ley firme y no tiene tampoco ningún interés en reabrir el debate. Está en contra de que se deniegue asistencia médica a los bebés que logran sobrevivir a un aborto y a favor del consentimiento paterno para las menores de edad que quieran abortar. También se opone a dotar de fondos federales la práctica del aborto.

Quinta noticia: EL MUNDO AL REVÉS O COMO SCOTT BROWN HA METIDO EL MIEDO EN EL CUERPO A LOS DEMÓCRATAS, QUE YA TIENEN A ALGUIEN MÁS QUE ODIAR ADEMÁS DE A SARAH PALIN.

Y por fin, ¿cuáles son las consecuencias de la victoria de Scott Brown en la antaño azul, más que azul Massachusetts? La primera y más inmediata es que los demócratas pierden la mayoría cualificada de que gozaban hasta ahora en el Senado gracias al infame Arlen Specter, senador por Pennsylvania, que se cambió de chaqueta tan pronto como vio que las cosas pintaban mal para él en las primarias republicanas de este año. Esta mayoría de 60 votos (ahora reducida a 59) permite a los republicanos optar por el filibustering para evitar la aprobación de una ley.

Para aquellos que no lo sepan, el filibustering, una argucia legal permitida por el reglamento del Senado, consiste en que un senador o una serie de senadores se pongan a hablar tanto tiempo como deseen sobre cualquier asunto, tenga o no que ver con el objeto del debate. Esta táctica dilatoria no puede ser evitada a menos que 3/5 partes del Senado (60 senadores) exijan que el debate se cierre de una vez. Como quiera que con la elección de Brown la mayoría demócrata carece de esos 60 votos indispensables, los senadores republicanos ya deben de estar haciendo gárgaras a marchas forzadas porque sin duda esta va a ser una de las legislaturas en las que mayores hazañas oratorias se van a producir en la cámara.

Evidentemente, la primera víctima del filibustering va a ser el proyecto de ley de reforma de la Sanidad, un proyecto que ha marcado la campaña de Scott Brown, cuya oposición a dicho proyecto es firme y que por ello se ha ganado el voto de sus conciudadanos justamente con ese propósito: decir “Hell no!” al maldito proyecto ese de una sanidad soviética en Estados Unidos. Por supuesto, los demócratas han respondido inmediatamente y han propuesto hacer trampas directamente, sin el más mínimo rebozo. Y es que como ya dijera en su momento aquí en España el infame Pablo Iglesias, fundador del PSOE, la legalidad es algo que respetarán mientras les convenga; cuando no les convenga, se la saltarán.

La segunda consecuencia de todo este jaleo estriba en el hecho de que el presidente de Estados Unidos ve su figura empequeñecida. Después de cuatro elecciones importantes en Estados Unidos, resulta que los demócratas han perdido tres y media (echen cuentas: NY23 fue una media derrota demócrata porque el vencedor moral de aquellos comicios fue el conservador Doug Hoffman; en New Jersey y en Virginia fueron elegidos gobernadores los candidatos republicanos; y ahora han perdido el escaño senatorial por Massachusetts que ya es perder, ya). Ni siquiera la presencia del presidente en Massachusetts pudo contrarrestar el empuje de Brown, quien recuperó más de 30 puntos de diferencia con respecto a su rival demócrata, Martha Coakley, en apenas un mes. Si el presidente de Estados Unidos no sirve de ayuda para que sus partidarios ganen elecciones, ¿para qué sirve entonces? Además, dejando aparte que van a crucificar a Coakley por haber perdido, la verdadera causa de que lo haya hecho no estriba en que ella fuera tan mala candidata sino en que las políticas que está aplicando la Casa Blanca en todo Estados Unidos empiezan a ser tan detestadas que a un año escaso desde su investidura, la gente corriente (e incluyo en ellos a muchos votantes demócratas) se siente tan asqueada que ya sólo piensan en votar en contra de los demócratas, aunque sea para elegir al delegado de los estudiantes en el instituto local. ¿Hará esto rectificar al presidente? Lo dudo. Temo incluso que le mueva a radicalizarse más, siguiendo aquello tan castizo de “si no quieres caldo, toma dos tazas”. El presidente no es un pragmático sino un fanático, vive anclado en los años 70 y sin duda se cree que es una especie de “elegido” para llevar a Estados Unidos al “buen camino” y que ésa es su misión a pesar de tantos “palurdos aferrados a sus armas y a su religión” que se oponen a ello. Además, antes de pensar siquiera en dar un golpe de timón a sus políticas tendría que deshacerse de la rama izquierdista feroz que dirige actualmente el Partido Demócrata y que se verían entonces abocados a la miseria. Y es que como Sarah Palin no deja de repetir una y otra vez, actualmente sólo existen soluciones de sentido común, pero ésas son precisamente las últimas que aplicarán los demócratas porque para ellos antes muertos que republicanos.

La tercera consecuencia la veo yo no tanto en la moral de victoria que los acontecimientos de Massachusetts han insuflado al alicaído Partido Republicano (que tampoco debería alegrarse demasiado por mucho que pretendan ahora los gerifaltes del GOP que Scott Brown es un RINO y que su victoria demuestra que su apuesta por la “mooooooderación” es la correcta; para empezar, Scott Brown es tan conservador que la comparación con cualquier RINO supondría la muerte inmediata de éste último del susto que se llevaría y, en segundo lugar, Scott Brown es, al igual que Sarah Palin, una rara avis en el Partido Republicano de ahora, tanto que en su largo y meditado discurso de aceptación de la victoria no mencionó ni una sola vez al Partido Republicano quien, por otra parte, tampoco le apoyó demasiado que digamos, contribuyendo con unos miserables 50.000 dólares a su campaña lo que tampoco está tan mal si tenemos en cuenta que el Partido Republicano de Alaska sólo contribuyó con 5.000 dólares a la de Sarah Palin en 2006, cuando fue elegida gobernadora). Con Brown ha empezado a fraguarse una nueva alianza entre activistas del movimiento Tea Party (que han llevado el peso del apoyo a Brown, sobre todo el económico al conseguir para él un millón de dólares diario y que ya han despertado el temor entre los demócratas quienes ya no se los toman tan a risa como solían), trabajadores que votaban tradicionalmente al Partido Demócrata, conservadores e independientes (que de votar a los demócratas en 2008 han pasado a votar a los republicanos en 2010), todos ellos unidos en su apoyo a los principios de responsabilidad fiscal por parte de Washington, gobierno reducido, fortaleza a la hora de defender a la nación de sus amenazas y voluntad de acabar con la “política de siempre”. Y esta alianza es la que ya se intuyó en NY23 y la que ahora sí que ha tenido su oportunidad en Massachusetts y a la que le quedan muchas oportunidades más. El mes de noviembre se acerca y la ola demócrata de 2008 ha resultado ser un boomerang que recorrerá todo el país hasta llegar a Washington, D.C. y entrar por la ventana del Despacho Oval y darle al presidente en toda la coronilla. Y es que con un mandato de este tipo ya habremos tenido más que suficiente, ¿no?

SARAH PALIN: DÍA Y LUGAR

La agenda de Sarah Palin cada día tiene más entradas. Por descontado, aquí sólo puedo detallar aquellas de las que me entero por lo que si alguno de mis lectores descubre una que yo no conozca, le agradeceré mucho que me lo diga. Y es que Sarah está embalada y una persona sola (y tan limitada como yo encima) es poco para seguirla.

(*) Tea Party Nation es un conjunto de asociaciones entre las que se incluyen las siguientes: Tea Party Emporium, Judicial Watch, Eagle Forum, The Leadership Institute, Vision America, SurgeUSA, Smart Girl Politics y National Taxpayers Union.

Y el próximo día, la transcripción de otra entrevista a Sarah. Que ésta es una página palinista, no brownista, ¿eh?


LAS ELECCIONES DE 2010 (y IV)

21/01/2010

 

¡Gran noticia en Massachusetts! El candidato republicano Scott Brown logra ganar las elecciones al Senado y hacerse así con el escaño que hasta ahora ocupaba el difunto Ted Kennedy. Los votantes de este estado han mandado un aviso estruendoso a la actual administración: no nos gusta lo que estáis haciendo y no os lo vamos a tolerar, les han dicho. Después de los desastres demócratas en las elecciones a gobernador de los estados de New Jersey y Virginia del pasado 3 de noviembre, ahora llega esto: la pérdida del escaño más azul (color de los demócratas en todos los mapas electorales) en el estado más azul. Y no es sólo el significado simbólico de esta hazaña lo que cuenta, sino que también tiene una serie de efectos prácticos que repasaremos con más calma este fin de semana en una edición especial de “La semana de Sarah Palin”. Y es que esta semana, la noticia ha estado en Massachusetts, tal y como ha reconocido la propia Sarah (que está más contenta que unas Pascuas).

Una imagen de la campaña electoral de Scott Brown, concretamente de su página en Twitter. Su mensaje está claro: nada de componendas. Brown es un conservador concienzudo, más liberal en temas sociales de lo que a mí personalmente me agrada, pero por descontado mucho más que cualquiera de los RINO que campan por sus anchas actualmente en el GOP. Seguiré su carrera atentamente, pero ya les adelanto que no es en absoluto mi preferido de entre los jóvenes valores que están surgiendo recientemente y que ondean la bandera conservadora sin complejos.

Las elecciones a gobernador

Estados Unidos está dividido en 50 estados (¿a que parece el inicio de La guerra de las Galias de Julio César?), aunque de hacer caso a su actual presidente serían 57 (recuerden su gloriosa e inolvidable pifia). Los estados no son en absoluto una mera división administrativa del territorio sino que cada estado es cuasi-soberano, poseyendo su propia legislación civil y criminal y gestionando su propio gobierno. Para ello, cada estado cuenta con un gobernador como jefe del estado, ejerciendo el poder ejecutivo pero sin estar directamente subordinado a las autoridades federales de Washington.

Abundando en esta idea, la Constitución de Estados Unidos reconoce expresamente que el país es una federación de estados y que todos los poderes que no hayan sido específicamente reconocidos al gobierno federal son competencia de los estados. Más específicamente, los gobernadores suelen tener un considerable poder sobre la elaboración del presupuesto general del estado, la potestad de nombrar a diversos tipos de funcionarios (que pueden ser jueces incluso) y un considerable papel a la hora de impulsar la legislación estatal, siempre moderado por la asamblea estatal. En algunos estados, además, el gobernador es el comandante en jefe de la Guardia Nacional y tiene el poder de conmutar o perdonar una sentencia criminal. Todos los gobernadores sirven en mandatos de cuatro años, salvo en New Hampshire y Vermont donde lo hacen por solo dos. Anualmente, los gobernadores suelen dar un discurso sobre “el estado del estado”, detallando la condición en que se encuentra el estado y sus perspectivas de futuro.

Durante este año, se celebrarán elecciones en 37 estados, 36 por haber concluido el mandato del actual gobernador y 1 (Utah) especial por haber sido nombrado el anterior gobernador, Jon Huntsman, embajador de Estados Unidos en China. Aparte de esos 37 estados, dos territorios (Guam y US Virgin Islands) celebran también elecciones. Por lo que se refiere a los 37 estados que celebran elecciones, 19 tienen ahora mismo un gobernador demócrata y 18 lo tienen republicano. En la siguiente tabla puede verse con detalle de qué estados se trata, quién es su actual gobernador y a qué partido político pertenece y si dicho gobernador ha anunciado ya oficialmente que se presentará a la reelección o no.

 (*) Los gobernadores de New Hampshire y Vermont, al contrario que en el resto de estados, sirven por mandatos de 2 años.

Además de los 50 estados, existen cinco territorios y un distrito que también celebran elecciones en su momento. Son estos:

Por lo que se refiere a los estados cuyas elecciones son más interesantes, yo destacaría los siguientes:

  • CALIFORNIA: El desastroso gobernador republicano, Arnold Schwarzenegger, llega al final de sus dos mandatos, estando prohibido por la ley del estado de California el que pueda optar a un tercero (¡gracias a Dios!). De momento, no está muy claro quiénes van a optar a ocupar su puesto, pero después de haber dejado el estado hecho una ruina, y no es una frase hecha, mal pinta para los republicanos en este estado. Aunque tal vez si se presentara un candidato conservador de verdad, no un RINO como Schwarzenegger, podríamos contar con mantener este estado entre los de color rojo del mapa.
  • FLORIDA: El actual gobernador republicano, Charlie Christ, podría presentarse a la reelección si quisiera, pero ha preferido optar al puesto de senador. El actual fiscal general del estado, el republicano Bill McCollum, ha anunciado su candidatura y de momento lidera las encuestas de opinión. Otros tres candidatos demócratas han expresado su voluntad de competir con él. Recordemos todos lo importante que es Florida en cualquier elección presidencial. Sus 27 votos electorales deben permanecer en el bando de los buenos y para ello es imprescindible que sus cargos electos más importantes sean buenos conservadores.
  • MASSACHUSETTS: Después de la reciente y espectacular sorpresa de Scott Brown, cualquier cosa puede pasar en este estado. Su actual gobernador demócrata, Deval Patrick, se presenta a la reelección y se las prometía muy felices tras haber ganado las anteriores con un 56% de los votos. Ahora, ya no lo tendrá tan claro y estoy seguro de que ahora mismo siente unas irrefrenables ganas de volver al campo con su familia. Si los republicanos de Massachusetts presentan un buen candidato, un candidato conservador, un candidato que hable claro y no tema la pelea, el otrora más azul entre los estados azules puede acabar convertido en un bastión del conservadurismo… ¡Ay, los Kennedy se revolverían en sus tumbas entonces!
  • ALASKA: ¡Alaska debe seguir siendo republicana! Su actual gobernador republicano, Sean Parnell, era el vicegobernador con Sarah Palin y ésta cuando dimitió le traspasó el bastón de mando a él. De momento, no parece que vaya a haber ningún problema porque Parnell tiene unos buenos índices de popularidad y lidera las encuestas de opinión. No es extraño ya que está siguiendo las mismas políticas que su mentora.
  • TEXAS: La ley tejana no establece un límite a los mandatos de sus gobernadores por lo que el actual gobernador republicano, Rick Perry, opta a su tercer mandato. De momento, Perry lidera todas las encuestas, siendo uno de los miembros del Partido Republicano que más se han destacado desde el primer día en su oposición a la política de la actual administración, algo que le ha hecho tener una “relación especial” (special relationship) con otra miembro del Partido Republicano tan protestona como él, Sarah Palin. Para que lo sepan, Rick Perry es mi favorito para ocupar el ticket republicano en una eventual candidatura liderada por Sarah. Palin-Perry 2012… suena bien, ¿no?

Al igual que  en el caso de las elecciones a la Cámara de Representantes o al Senado, es demasiado pronto todavía para hacer pronósticos aunque de una cosa sí que podemos estar seguros: las cosas pintan mal para los demócratas. Massachusetts y la victoria sorprendente y casi imposible de Scott Brown les ha hecho mucho daño, más del que están dispuestos a reconocer y a partir de este mismo momento cualquier previsión que se haya podido hacer ha quedado completamente desfasada. Repasaremos todo esto con un poco más de extensión este próximo fin de semana. Mientras tanto, quedémonos con la magnífica noticia de que Massachusetts, tierra de los Kennedy, se acostó demócrata y se levantó republicana… ¿o sería mejor decir conservadora? ¿Conservadora con sentido común?

Esta imagen les debería de sonar porque es la residencia oficial de los gobernadores de… ¡Alaska! ¿Qué mejor ejemplo para representar a todos los gobernadores de Estados Unidos? No se dejen impresionar por la pinta que tiene; por fuera es muy bonita, pero por dentro deja mucho que desear. Los que hayan leído Going Rogue sabrán perfectamente que el estado de la fontanería era deplorable.

Y como que lo prometido es deuda, aquí va mi mención encomiástica a los dos lectores de este blog que acertaron con la respuesta a mis preguntillas de entregas anteriores: “El primo tonto” y “Santi”. Muchachos, sois unas hachas. Hacéis honor a este blog. Mejor todavía, deshonráis a este triste bloguista con vuestra sabiduría. A veces pienso que no me merezco los lectores que tengo, ¡snif, snif!


LAS ELECCIONES DE 2010 (III)

13/01/2010

 

El segundo factor que supone toda una sorpresa en estas próximas elecciones es el surgimiento del movimiento Tea Party. Un movimiento completamente popular (grassroots que se dice allí), surgido sobre todo a través de Internet y que ha desbordado todas las previsiones (y espantado a más de un politicastro de ambos dos partidos). Miles de estadounidenses, tanto republicanos como demócratas e independientes, han salido a la calle a demostrar a sus representantes elegidos que ya están más que hartos de que hagan lo que les dé la gana con su voto y que es cada día cuando han de ganarse su confianza y responder de su gestión y no sólo cada vez que hay elecciones. Después del éxito que supuso la Marcha sobre Washington del 12 de septiembre del año pasado, ahora toca organizarse adecuadamente para que puedan hacer oír su voz en este año electoral y es lo que se va a hacer a partir del 4 de febrero próximo en Nashville (TN), donde se va a celebrar la primera convención nacional del movimiento Tea Party. Y ciertamente más de uno va a oírles y va a ser a grito pelado. Y lo que va a oír se va a parecer mucho a esto: ¡Fuera de este escaño, sinvergüenza!

Una tea party protest celebrada en Washington, el mismo corazón de la nación, durante el año pasado. Ciudadanos anónimos unidos todos en su deseo de no hipotecar su futuro ni el de sus hijos por culpa de una caterva de malditos politicastros que se creen que ser elegidos es todo lo que necesitan para hacer lo que les venga en gana. Hell no! A ver si se enteran esos sinvergüenzas que son nuestros empleados y que nosotros somos sus jefes y que como no nos guste lo que hacen en nuestro nombre, la patada en el culo que les vamos a dar va a ser para enmarcarla y colgarla en el salón principal del Pro Football Hall of Fame.

Las elecciones en el Senado (Senate)

Tal y como ya he explicado en la entrada anterior, entre 2006 y 2008 los republicanos se dejaron arrebatar la mayoría en el Congreso de Estados Unidos, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Es cierto que gran parte de la culpa la tuvo un segundo mandato de George W. Bush que sólo puede calificarse como horroroso, pero eso es lo que suele pasar cuando los republicanos pretenden hacerse pasar por demócratas que es ni más ni menos lo que significa eso de compassionate conservatism. Sea como fuere, el Partido Republicano se encontró convertido en la minoría en el Senado, ocupando actualmente 40 escaños y siendo otros 58 demócratas y los 2 restantes independientes (pero pertenecientes a senadores que votan conjuntamente con los demócratas). En estas próximas elecciones, salen al mercado… digo se renuevan 37 escaños (19 demócratas y 18 republicanos) aunque podrían ser 38 (19 y 19) si finalmente se confirma la dimisión de la senadora republicana Kay Bailey Hutchison (Texas) para presentarse a las elecciones como gobernadora del Estado, algo que de momento todavía no ha sucedido.

Visto como está el patio, vamos a repasar los puestos de mando, tal y como hemos hecho ya con la Cámara de Representantes. ¿Quién dirige el Senado? Ja, ja, ja. El genial Joe Biden, senador por Delaware. Ésta es una de las funciones constitucionales del vicepresidente; la otra es preguntar cada mañana por la salud del presidente y alegrarse de que esté bien, no vaya a ser que la diñe y le pongan a él de presi (¡menuda la que se armaría entonces!). Sin embargo, el vicepresidente preside pocas sesiones del Senado, solamente algunas muy específicas y que, casualmente, son las que más lucen ante la tele. Quien las suele presidir ordinariamente es el llamado president pro tempore, el senador más veterano del partido de la mayoría; en este caso, se trata de Robert Byrd (West Virginia). Pero es que incluso él preside poco porque la verdad es que el cargo de presidente efectivo suele rotar entre los miembros más jóvenes del partido de la mayoría, quienes ocupan el puesto por tandas de una hora para que así se vayan acostumbrando a las normas y el procedimiento de la cámara.

Por lo que se refiere a los que cortan el bacalao, o sea, los demócratas, el majority leader es Harry Reid (Nevada), asistido por el majority whip, Richard Durbin (Illinois). En cuanto a los que sirven de bacalao, el minority leader es Mitch McConnell (Kentucky), asistido por el minority whip, Jon Kyl (Arizona). Al igual que en el caso de la Cámara de Representantes, existen muchos más cargos, pero no vale la pena detallarlos.

Como ya sabemos, existen 50 estados en la Unión y cada estado tiene derecho a enviar a dos senadores al Senado, sea cuál sea el tamaño del estado o su población. Esto hace un total de 100 senadores que, en la actualidad, se reparten así (indico el nombre y apellidos de cada senador, su adscripción demócrata o republicana (aunque en este último caso a veces me las he visto y me las he deseado para convencerme de que es republicano – ojo con Maine) y cuáles son los escaños en concreto que están en juego. Además, les marco con un asterisco los estados que son republicanos del todo, es decir, los dos senadores (o sea, aquellos en los que uno podría pensar en establecerse si fuera a emigrar a Estados Unidos):

Nota: Los dos senadores con la indicación “(ID)” son los dos independientes presentes en la cámara, pero como quiera que votan conjuntamente con los demócratas, los he puesto en la columna correspondiente a estos.

Actualmente se consideran seguros (a saber qué pasará finalmente) para cada partido los siguientes estados:

  • Para el Partido Demócrata: Hawaii, Indiana, Maryland, Oregon, Vermont, Wisconsin y Washington. Además, con muchas posibilidades Massachusetts (donde pese a todo podría darse una sorpresa con el candidato republicano, Scott Brown)y New York (al menos, un escaño).
  • Para el Partido Republicano: Alabama, Alaska, Arizona, Georgia, Idaho, Iowa, Kansas, Oklahoma, South Carolina, South Dakota y Utah. Además, con muchas posibilidades Florida y Louisiana.

En cuanto a los cambios que se han producido durante este último año en la composición del Senado, son estos:

  • 3 de enero de 2009: El demócrata Barack Obana (Illinois) dimite de su puesto como senador al ser elegido presidente de Estados Unidos. Su sucesor, nombrado por el gobernador del estado, es el también demócrata Roland Burris.
  • 15 de enero de 2009: El demócrata Joe Biden (Delaware) dimite de su puesto como senador al ser elegido vicepresidente de Estados Unidos. Su sucesor, nombrado por el gobernador del estado, es el también demócrata Ted Kaufman.
  • 20 de enero de 2009: El demócrata Ken Salazar (Colorado) dimite de su puesto como senador al ser elegido Secretario del Interior. Su sucesor, nombrado por el gobernador del estado, es el también demócrata Michael Bennet.
  • 21 de enero de 2009: La demócrata Hillary Clinton (New York) dimite de su puesto como senadora al ser elegida Secretaria de Estado. Su sucesora, nombrada por el gobernador del estado, es la también demócrata Kirsten Gilibrand.
  • 30 de abril de 2009: El republicano Arlen Specter (Pennsylvania), un RINO perdido, se quita la careta por fin y descubre a todos que no es más que un demócrata bochornoso, así que se pasa al Partido Demócrata.
  • 25 de agosto de 2009: El demócrata Ted Kennedy (Massachusetts) fallece. Su sucesor, nombrado por el gobernador del estado, es el también demócrata Paul G. Kirk, quien ocupará el puesto hasta que se celebren unas elecciones especiales el día 19 de enero de 2010.
  • 9 de septiembre de 2009: El republicano Mel Martinez (Florida) dimite de su puesto como senador por razones personales. Su sucesor temporal, nombrado por el gobernador del estado, es el también republicano George LeMieux.

Las previsiones sobre lo que puede pasar están todavía demasiado dentro del reino de la fantasía como para tomárselas en serio. ¡Si ni siquiera sabemos quiénes van a ser los contendientes en cada estado! Aún tienen que pasar las primarias de cada partido (aunque las realmente interesantes van a ser las republicanas) y después ver qué tipo de campaña decide hacer cada candidato. En algunos estados, como Florida, la competencia está siendo reñida ya a estas alturas y siempre en el mismo sentido: candidato del establishment como el hasta ahora gobernador Charlie Christ con cierto tufo a RINO que se las prometía muy felices, sobre todo si Sarah Palin accedía a bajarse a su estado y celebrar un rally con él se encuentra de pronto con que aparece otro candidato de impecables credenciales conservadoras como el senador estatal Marco Rubioque no sólo le critica y le pone a caer de un burro sino que encima parece ser que podría contar con el apoyo de Sarah Palin, lo que es casi como darle perejil a un loro para Christ… ¡lo mata fulminantemente! Ojalá pase en muchos más estados y se limpie un poco el GOP de todas esas excrecencias que se le han añadido durante estos últimos veinte años.

De todas formas, hay unos cuantos estados en los que las elecciones tienen un especial interés. Estos son:

  • Alaska: Lisa, la hija del gran trapacero, Frank Murkowski, se presenta a la reelección. Como quiera que Alaska es un estado casi seguro para los republicanos, la duda que tengo no es si ganará o no, sino si Sarah Palin la apoyará públicamente o se quedará calladita. A ver, a ver… Si ya se las tuvo con el padre, no se las va a tener ahora con la hija.
  • Arizona: Otro estado seguro. John McCain se presenta a la reelección en lo que igual son las últimas elecciones de su vida (es que ya tiene una edad este hombre) y sus paisanos no van a amargarle la vejez, caramba. Perder dos elecciones seguidas puede ser muy duro, ¿no creen? En lo que sí que no tengo ninguna duda es que en este caso sí que estará Sarah Palin junto a él en un rally. Siquiera por agradecimiento. Vamos, eso de todas todas. Los que vivan en Arizona, ya pueden prepararse porque verán a Sarah. Son los únicos que lo tienen apalabrado.
  • Nevada: El líder de la mayoría en el Senado, Harry “yo-esta-ley-la-paso-como-sea” Reid se enfrenta a su reelección sin tener muy claro que vaya a ganar. No sólo tiene la competencia de un par de precandidatos republicanos sino también de otro par de candidatos independientes, siendo estos últimos su mayor amenaza porque le pueden privar de los votos necesarios para el triunfo. Ya le estaría bien empleado al bicho este quedarse sin escaño después de todas las maldades que ha perpetrado con nocturnidad y alevosía durante este último año.
  • New York: De los dos escaños puestos en liza, uno parece ciertamente asegurado para los demócratas, pero el antiguamente ocupado por Hillary Clinton peligra y podría ser que cayera en el zurrón republicano. Sería toda una vergüenza, ¿eh? Pues igual pasa. Sigamos atentos, roguemos a Dios y aún así, mantengamos seca la pólvora.
  • Pennsylvania: Hermoso estado que tiene la desgracia de verse representada por un caradura como Arlen Specter, antiguo republicano ahora convertido en demócrata tan pronto como vio que había demasiada gente de valía dispuesta a retarle en las primarias republicanas. Sería un broche de oro perfecto a unas buenas elecciones el que tanto Reid como Specter se quedaran donde deberían estar desde hace mucho tiempo: ¡en la calle! Lo dicho: atentos y a Dios rogando pero con el mazo dando.

Más cosas, en una lista publicada por la American Conservative Union (ACU) y que se repasa cada año (salvo cuando tocan elecciones presidenciales), se puntúa a los senadores de 0 a 100 según sea su conservadurismo; 0 es ser liberal perdido; 100 es ser buena persona… digo conservador de confianza. De entre los senadores que renuevan su escaño, les dejo con los cuatro menos conservadores. ¿Adivinan quiénes son los RINO estos? Vean, vean:

  • George Voinovich (Ohio): 52 puntos (sin problemas porque no se presenta a la reelección)
  • Lisa Murkowski (Alaska): 58 puntos.
  • John McCain (Arizona): 63 puntos (si es que todos lo sabemos que el bueno de McCain de conservador tiene lo justito).
  • Robert Bennett (Utah): 64 puntos.

Y sólo por curiosidad, ¿quiénes son los dos RINO más RINO de toda la cámara? Pues ni más ni menos que Olympia Snowe y Susan Collins, ambas senadoras por Maine (¿qué habrá hecho este pobre estado para merecer esto?). La primera tiene una puntuación de… ¡12 puntos! (¡Cáspita, Hillary Clinton la tiene de 11 y Harry “esta-ley-pasa-porque-a-mi-me-da-la-gana” Reid, 16) y la segunda de 20.

¿Y el más conservador? Un conservador como Dios manda. Un conservador que dice que es conservador y que además se comporta como tal. O sea, un conservador de toma pan y moja: Jim DeMint (South Carolina) con una puntuación de… ¡100! El conservador perfecto. DeMint se presenta a la reelección, o sea, que a votarle, ¿eh? El segundo al mando es Tom Coburn (Oklahoma) con una puntuación de 96 y también se presenta a la reelección

Y para terminar por hoy, les dejo con una foto del Senado. Es cierto que no es el romano, pero es que Biden tampoco es Cicerón que digamos; si acaso Charlot.

Me encantan los pupitres que utilizan. Parecen un  montón de niños a la espera de que el profesor les diga que se callen y se sienten. Por eso, Sarah Palin jamás podría ser senadora; a ella no hay quien le diga eso y conserve los dientes en su sitio.

Y tal y como hice en mi entrada anterior, les dejo con una pregunta algo más difícil esta vez para que no se quejen: ¿Cuál es la capital del estado al que representa (indignamente, por descontado) la senadora republicana más demócrata de toda la cámara? Les doy una pista sobre la interfecta: le encantan los Juegos Olímpicos y la nieve. ¿El premio? El que lo acierte será mencionado elogiosamente en mi próxima entrada, la que dedicaré a repasar las elecciones a gobernador que se van a celebrar también en 2010. Y es que para salir mencionado en este blog, estimado el primo tonto, hay que hacer más méritos, ja, ja, ja (pero no desesperes; sigue insistiendo). Por cierto, la respuesta a la pregunta anterior era efectivamente Texas, el estado de la estrella solitaria. ¡Ay, lo que daría yo por poder desposar a una tejana republicana!

P.S. Sí, sí, ya sé que Sarah ha sido fichada por la Fox. ¡Excelente noticia! Les emplazo para el fin de semana en que lo comentaremos largo y tendido.


LAS ELECCIONES DE 2010 (II)

11/01/2010

 

De las tres circunstancias que nadie se esperaba que fueran a producirse en estas próximas elecciones, la más espectacular es la que se refiere al vertiginoso descenso de popularidad del presidente de Estados Unidos. Y todo ello en tan sólo un año. Ya no es que los votantes independientes se estén dando cuenta de su error al confiar en un vendedor de peines para calvos, sino que los propios demócratas que no son intrínsecamente malvados empiezan a albergar dudas acerca de su capacidad para dirigir algo más grande que un puesto callejero de hot dogs. Las recientes elecciones a gobernador en los estados de New Jersey y Virginia demuestran que los mantras de “Yes, we can” (be a plague for America) y “Change we can believe in” (because we are that naive) están perdiendo todo su efecto. Ahora lo que cuenta es lo que hace y ya no más lo que dice. Y hacer, lo que se dice hacer, dejando aparte lo que no hace y lo que hace mal (rematadamente mal), ¿alguien me puede decir algo que haya hecho bien en todo este año que lleva sentando sus indignas posaderas en sillón del Despacho Oval? ¡Pues claro que va a hacer olvidar a Bush 43 el tipo este! ¿Qué otro presidente puede presumir de una pérdida de la confianza de sus compatriotas tan rotunda como la suya?

Esta entrada la he redactado en el ordenador de una amiga mía porque el mío está averiado (aunque no es nada grave y seguirá dando guerra) y mientras tecleaba se ha puesto a leer por encima de mi hombro y me ha sugerido que podría poner una foto del presidente de Estados Unidos para ilustrar la entradilla. Me ha dado tal ataque de nervios que mi amiga ha salido de estampida jurando que lo había dicho en broma y que hay que ver cómo me pongo, que sólo era una broma y que nunca más volverá a sugerirme nada y que por ella como si quiero poner la foto de Dumbo y que hay que ver qué poco sentido del humor tengo y que en cambio venga a poner fotos de la Palin esa a troche y moche y que… En definitiva, que se ha ido de compras y me ha dejado solo para que pudiera escribir a mis anchas. Pues eso, foto de Sarah que te crío (gracias a Santi por habérmela proporcionado).

Las elecciones en la House of Representatives (Cámara de Representantes)

En 2006 se celebraron las últimas elecciones de este tipo, del midterm, y entonces era presidente Bush 43 y su popularidad y con ella la del Partido Republicano estaba cayendo en barrena. Lógicamente, fueron un desastre y los republicanos perdieron el control de ambas cámaras, la de Representantes y el Senado, que tan trabajosamente habían logrado años atrás (aunque no todo fueron malas noticias porque en esa misma fecha resultó elegida como gobernadora de Alaska nuestra adorada Sarah). Dos años después, durante las elecciones presidenciales, el desastre en el Congreso acabó de redondearse aumentando la diferencia entre los demócratas y los republicanos en ambas cámaras que quedaron definitivamente constituidas así: 256 demócratas y 178 republicanos, siendo el total de la cámara de 435 escaños. Es decir, una diferencia de 78 escaños a favor de los demócratas, sobrándoles 38 para conservar la mayoría.

Unos datos adicionales para que puedan situar a cada persona en el lugar que ocupa: el presidente de la cámara se denomina tradicionalmente Speaker y actualmente ocupa dicho puesto la demócrata Nancy Pelosi (8º distrito electoral de California), estando asistida por lo que sería un vicepresidente, el Assistant to the Speaker, el también demócrata Chris Van Hollen (8º distrito electoral de Maryland). La cámara se divide en dos partes: la mayoría (majority), los que aporrean, y la minoría (minority), los que son aporreados. Innecesario creo aclarar qué partido ocupa actualmente cada parte. La mayoría está dirigida por Steny Hoyer (5º distrito electoral de Maryland), el majority leader, siendo secundado en sus funciones de “pastor del rebaño” por Jim Clyburn (6º distrito electoral de South Carolina) , el majority whip o “perro-pastor-siempre-presto-a-soltar-alguna-dentellada-a-la-oveja-que-se-descarríe”, habiendo una serie más de responsabilidades dentro del grupo, pero sería farragoso detallarlos todos. Por lo que se refiere a la minoría, ésta está dirigida por John Boehner (8º distrito electoral de Ohio), el minority leader, siendo secundado por Eric Cantor como el minority whip (7º distrito electoral de Virginia).

Cada estado de la Unión está dividido en una serie de distritos electorales, cada uno de los cuales elige a su propio representante en la Cámara de Representantes. En total, existen 435 en todo el país aunque eso es algo que suele variar ya que la pauta utilizada para distribuirlos es el correspondiente censo, siendo el actualmente vigente el que se llevó a cabo en 2000 que será pronto sustituido por otro más reciente a elaborar durante 2010. La distribución de escaños en la cámara por estados sigue la siguiente pauta (el asterisco señala los estados con mayoría de representantes republicanos):

Como novedades más importantes producidas durante este último año de 2009, podemos detallar las siguientes:

  • 3 de enero de 2009: Rahm Emanuel, representante demócrata del 5º distrito electoral de Illinois dimitió de su puesto para pasar a ser Jefe de Gabinete de la Casa Blanca. Se celebraron unas elecciones especiales en su distrito y su escaño fue cubierto por otro demócrata, Michael Quigley.
  • 26 de enero de 2009: Kirsten Gillibrand, representante demócrata del 20º distrito electoral de New York dimitió de su puesto para pasar a ser senadora por el estado de New York en sustitución de Hilary Clinton, quien pasó a ser Secretaria de Estado. Se celebraron unas elecciones especiales en su distrito y su escaño fue cubierto por otro demócrata, Scott Murphy.
  • 24 de febrero de 2009: Hilda Solis, representante demócrata del 32º distrito electoral de California dimitió de su puesto para pasar a ser Secretaria de Trabajo. Se celebraron unas elecciones especiales en su distrito y su escaño fue cubierto por otra demócrata, Judy Chu.
  • 26 de junio de 2009: Ellen Tauscher, representante demócrata del 10º distrito electoral de California dimitió de su puesto para pasar a ser Subsecretaria de Estado para el Control de Armas y la Seguridad Internacional. Se celebraron unas elecciones especiales en su distrito y su escaño fue cubierto por otro demócrata, John Garamendi.
  • 21 de septiembre de 2009: John McHugh, representante republicano del 23º distrito electoral de New York dimitió de su puesto para pasar a ser Secretario del Ejército. Se celebraron unas elecciones especiales en su distrito y su escaño fue cubierto por un demócrata, Bill Owens.
  • 22 de diciembre de 2009: Parker Griffith, representante demócrata del 5º distrito electoral de Alabama ve la luz después de andar toda su vida perdido en las tinieblas y se pasa al Partido Republicano… ¡Ya se necesita valor!
  • 3 de enero de 2010: Robert Wexler, representante demócrata del 19º distrito electoral de Florida dimitió de su puesto para pasar a ser presidente del Centro para la Paz en Oriente Medio y la Cooperación Internacional. El escaño está vacante a la espera de que se celebren unas elecciones especiales en su distrito el próximo 13 de abril de 2010. Por eso, en la cuenta total de escaños sumando los demócratas (256) y los republicanos (178) que les ofrezco falta uno para llegar a los 435.

Además, está previsto que el próximo 28 de febrero, el senador Neil Abercrombie, representante demócrata por el 1º distrito electoral de Hawaii dimita de su puesto para presentarse a las elecciones a Gobernador de Hawaii, dejando el escaño vacante hasta que se celebren unas elecciones especiales en su distrito. Pero de momento sigue calentando el escaño.

Por lo que se refiere a las previsiones sobre los resultados, aún es muy pronto para hacerlas cuando ni siquiera se sabe con certeza quiénes van a ser los contendientes en cada distrito electoral. Sin embargo, lo que parece fuera de toda duda es que el Partido Republicano remontará sus resultados de hace cuatro años y recuperará escaños. ¿Cuántos? La mayoría de analistas políticos coinciden en señalar que es prácticamente imposible que los suficientes como para dar un vuelco y recuperar el control de la Cámara de Representantes, algo para lo cual necesitarían un mínimo de 40 escaños más de los que disponen actualmente. Ciertamente, es difícil. Sin embargo, como quiera que esos malditos analistas no aciertan ni una y mejor harían dedicándose a otra cosa, vamos a ser optimistas y pensar que la combinación de esos tres factores que ya les he comentado antes: el descrédito del Partido Demócrata y su presidente, el surgimiento de una fuerza política incontestable en el movimiento Tea Party y la galvanización de los conservadores gracias al ejemplo y el empuje de Sarah Palin, pueden dar la sorpresa y tal vez, tal vez darle al presidente de Estados Unidos un disgusto de los que no se recupera uno en una semana. Todo va a depender mucho también de los candidatos que presente el Partido Republicano; si presenta RINO, adiós muy buenas; si en las primarias se imponen auténticos conservadores, tiembla demócrata que te vas a enterar. La verdad es que ardo en deseos de que empiece todo porque va a ser de lo más divertido comprobar a quién presta su apoyo Sarah Palin y, sobre todo, a quién no se lo presta. Ya saben ustedes que mi opinión es que se está librando una guerra civil dentro del GOP entre los RINO acaudillados por Mitt Romney y los conservadores acaudillados por Sarah Palin y que las elecciones de noviembre de 2010 van a marcar la batalla principal de esa guerra. Un éxito electoral del Partido Republicano basado en candidatos conservadores y un programa anclado firmemente en los principios tradicionales del partido, los de toda la vida, supondría que el aparato del GOP se vería forzado a trabajar en esa dirección y a favor de Sarah Palin y ésta contaría con una base de apoyo muy importante por todo el país en la que basar su (elevemos nuestras oraciones a Dios) propia candidatura presidencial en 2012.

Ciertamente, todos los escaños son importantes, pero me gustaría que prestáramos atención a tres en concreto:

  • Alaska, distrito electoral único: El único representante alasqueño en la Cámara de Representantes, el republicano Don Young, lleva ocupando ese escaño desde 1973 (¡18 mandatos seguidos lleva!) Último ejemplar de una saga de políticos alasqueños, junto con los ínclitos Frank Murkowski y Ted Stevens, conocidos sobre todo por su rapidez a la hora de poner la mano, Young tendrá que soportar unas difíciles primarias en su propio partido y, en el caso de que lograra superarlas, unas elecciones en las que tiene muchas posibilidades de perder el escaño frente a un candidato demócrata mínimamente aceptable. A ver qué pasa y si el Partido Republicano de Alaska decide despeñarse todos cogidos de la mano o dar una patada a su pasado y entrar en la vía de la sensatez y el sentido común (esto último tiene doble lectura, je, je, je) de una vez por todas. Su distrito electoral es más republicano que un elefante, pero no tonto y tienen poca paciencia con los sinvergüenzas, así que cualquier cosa puede pasar.
  • Minnesota, 6º distrito electoral: La ocupante del escaño es la republicana Michele Bachmann, una de las más combativas políticas conservadoras de toda la Unión. Recordemos que fue ella la primera en dar la voz de alarma en la propia Cámara de Representantes sobre lo que significaba el plan de reforma de la Sanidad que preparaban los demócratas y que la famosa y digna de ser enmarcada nota en Facebook de Sarah Palin del 7 de agosto de 2009 la mencionaba expresamente. Con pocos pelos en la lengua, Bachmann es una de las políticas conservadoras más odiadas por los demócratas (y, en consecuencia, por los medios de comunicación), algo que le preocupa poco ya que es también una de las políticas más queridas por el movimiento Tea Party, siendo ella junto con Sarah Palin una de las invitadas a su próximo congreso a celebrar durante este mes de febrero. Sería especialmente positivo que Bachmann conservara su escaño en la Cámara de Representantes, algo que no parece demasiado difícil ya que su distrito electoral es fuertemente conservador y ella hace honor a sus electores.
  • New York, 23º distrito electoral: El distrito electoral más famoso de todo el país después de todo lo que sucedió el año pasado. Saliendo de la nada y sin más apoyo que el que pudo proporcionarse por sí mismo y el que le brindó para sorpresa de todos la valerosa Sarah Palin, el conservador Doug Hoffman desafió no sólo al candidato demócrata sino también al republicano, perdiendo las elecciones por unos miserables 3.024 votos, pero con la satisfacción de haber obligado a la candidata republicana a retirarse de la campaña. En consecuencia, NY23 es un distrito donde las espadas están todavía en alto y donde los RINO del Partido Republicano saborearon el futuro que les espera a partir de este año: ser expulsados ignominiosamente de donde quiera que pretendan presentarse. Posiblemente, Hoffman será esta vez el candidato del Partido Republicano y aunará los votos de estos y del Partido Conservador, debiendo ganar fácilmente en un distrito electoral aún más republicano que Alaska y que no había sufrido el bochorno de ser representado por un demócrata desde mediados del siglo XIX. ¡Qué vergüenza! Semejante mancha en su historial no hay lejía que la lave.

Y para terminar, una imagen de la Cámara de Representantes. Es cierto que ya la hemos visto muchas veces en televisión y en las películas, pero está bien el volver a verla.

Y en la próxima entrada, el Senado. Y para que no se aburran mientras tanto, les hago una pregunta de examen: ¿A qué estado me estoy refiriendo con las siglas “TX”? (Una pista: Sarah Palin por poco da a luz a Trig allí).


LAS ELECCIONES DE 2010 (I)

07/01/2010

 

Se han terminado las fiestas navideñas y ya de estamos de nuevo metidos en otro año, el 2010. Y es un año importante, muy importante, para nosotros, los palinistas. Tras un 2009 en el que Sarah no ha dejado de recibir palos día sí y día también, por fin ha llegado el momento en que ya no está condicionada por nada ni nadie, ni por McCain ni por su antiguo cargo como gobernadora de Alaska, y puede ser ella misma. Se acabó el sentirse atada y este año va a demostrar a aquellos que todavía tienen dudas (porque a los demás ya no nos tiene que demostrar nada) de lo que es capaz. NY23 fue un aviso de hasta dónde puede llegar su poder y a fe mía que vamos a tener más ejemplos igual de divertidos porque llegan las elecciones del midterm, unas elecciones marcadas por tres factores que hace un año nadie podía imaginarse siquiera: la estrepitosa caída de popularidad del presidente, el surgimiento de un movimiento popular de oposición (los tea parties) al partido actualmente en el poder pero que también tiene palos que dar a los de la oposición, y la confirmación de Sarah Palin como la única abanderada de una gran parte del país que se niega a que Estados Unidos deje de ser lo que siempre ha sido: la tierra de la libertad.

 

Una imagen vale más que mil palabras. Una manifestante en un tea party expresa con toda claridad cuáles son sus esperanzas y ésas no están puestas ya en el Partido Republicano, como debería ser lógico ya que se trata del partido en la oposición, sino en Sarah Palin, la única política estadounidense que ha sabido hacer suyo ese espíritu de rebeldía que les anima. Pues bien, ya estamos en 2010, ¡por fin! Ahora sólo falta que llegue noviembre… ¡Se van a enterar!

¿Qué son las elecciones del midterm? Después de tanto tiempo hablando a mis lectores sobre ellas y animándoles a que presten atención a lo que va a pasar entonces, no es hasta ahora cuándo me he dado cuenta de que podría ser que alguno de ustedes no conozca con profundidad el sistema político estadounidense y sus peculiaridades y se le escape la importancia de dichas elecciones. Reconozco que a veces me dejo llevar por el entusiasmo y doy por supuestas cosas que no debería, pero ya les he dicho que yo no soy más que una cheerleader de Sarah Palin y que este blog es un blog absolutamente partidista (¡Lo conservador es bello!), nada equitativo (¡Demócratas KK!) y lleno de esperanza (¡Palin 2012!), además de ser el peor blog palinista de toda la galaxia, ja, ja, ja. Por tanto, reconozco mi error y me apresto a ponerle remedio inmediatamente. En esta entrada y las siguientes, vamos a repasar en qué consisten las tan cacareadas elecciones del midterm, unas elecciones que se celebran justo a mitad de mandato del presidente actual, y analizar un poco cuál es su importancia. ¡Manos a la obra!

Las elecciones del midterm

Será el próximo martes día 2 de noviembre cuando los estadounidenses sean convocados a las urnas para elegir a una larga serie de cargos públicos. En concreto, se trata de los siguientes:

  • En la Cámara de Representantes (House of Representatives), la cámara baja del sistema legislativo estadounidense, todos sus escaños, 435 en total, representando a los cincuenta estados del país, además de los delegados por el distrito de Columbia (que es el distrito en el que se encuentra la capital, Washington, que por eso es más conocida como Washington, D(istrict of).C(olumbia) y cuatro de los cinco territorios (demarcaciones que todavía no han alcanzado la condición de estado) que componen los Estados Unidos (el único que no se ve afectado por las elecciones es el de Puerto Rico, que lo hará el año que viene). Estos delegados no tienen derecho a voto en la asamblea, llamándose pues non-voting delegates (delegados sin voto) o, en el caso de Puerto Rico, un resident commisioner (comisionado residente).

Actualmente, existe una propuesta (la HR 157 y S160, District of Columbia House Voting Rights Act) pendiente de aprobación todavía por el Senado por la cual se concedería derecho de voto al delegado del distrito de Columbia, la cual si llegase a ser promulgada finalmente modificaría el total de miembros de la Cámara de Representantes, pasando a ser uno más.

Actualmente, el reparto de escaños entre demócratas y republicanos es el siguiente: 256 demócratas – 178 republicanos, siendo la mayoría de 218 votos. Los demócratas tienen 78 escaños más que los republicanos y les sobran 38 para conservar la mayoría.

  • En el Senado (Senate), la cámara alta del sistema legislativo estadounidense, 36 de sus 100 escaños. En concreto, son 34 puestos que se renuevan por haber llegado a su término su mandato y otros 2 que se someterán a unas elecciones especiales por haber sido dejados vacantes por sus actuales ocupantes al haber pasado estos a ocupar un puesto en el gabinete de la Casa Blanca (son los escaños por Delaware que ocupaba Joe Biden, el ahora vicepresidente de Estados Unidos, y por Nueva York que ocupaba Hillary Clinton, la ahora Secretaria de Estado). Estos dos escaños están ocupados ahora mismo por sustitutos designados temporalmente por el gobernador del Estado en cuestión, a la espera de que se celebren esas elecciones especiales.

Podría ser que se celebraran también elecciones por el escaño de Texas ocupado actualmente por Kay Bailey Hutchison (R), quien ha anunciado su deseo de presentarse a gobernadora de Texas y su intención de dimitir de su puesto como senadora antes, pero dado que todavía no lo ha hecho y que según la ley estatal de Texas no tiene por qué hacerlo, pudiendo ser senadora en Washington y candidata a gobernadora de Texas simultáneamente, la cuestión queda pendiente.

En cuanto al escaño por Massachusetts ocupado por el difunto Ted Kennedy, las elecciones tendrán lugar el próximo día 19 de enero por lo que no se verá afectado por el proceso electoral general.

Actualmente, el reparto de escaños entre demócratas y republicanos es el siguiente: 58 demócratas – 40 republicanos – 2 independientes (que suelen votar junto a los demócratas), siendo la mayoría de 50 votos. Los demócratas tienen 18 escaños más que los republicanos y les sobran 8 para conservar la mayoría.

  • En cuanto a los estados, 36 de los 50 puestos de gobernador son renovados también, así como los puestos de gobernador de dos territorios. Además, se celebrarán elecciones a muchas asambleas legislativas estatales, cuatro asambleas legislativas territoriales y numerosos cargos estatales y locales.

La jerga local

Como quiera que en Estados Unidos son muy suyos y tienen 50 estados, para hacerlo breve suelen referirse a ellos por abreviaturas de dos letras, las cuales muchas veces no dejan nada en claro. Es por ello que se me ha ocurrido que antes de meternos en harina y empezar a nombrar representantes, senadores y gobernadores y sus correspondientes estados, estaría bien que hiciéramos un repaso de la lista de estados que componen Estados Unidos, así todos tendremos la misma información y nadie se sentirá despistado más adelante. Además, ya sé que es muy popular el burlarse del poco conocimiento de geografía política de los estadounidenses, algunos de los cuales son capaces de situar Austria en el Mediterráneo y España por Marruecos (algo en lo que no andan muy desencaminados, no), pero como quiera que soy demasiado consciente de mis propias limitaciones, debo decir que nunca he compartido esa opinión porque si bien ellos puede que no sepan de qué país es capital Praga, yo tampoco sé de qué estado es capital Tallahassee, así que no tolero burlas a menos que quien las haga me demuestre que sabe situar correctamente sobre el mapa Arkansas, Idaho y Minnesota.

Dicho esto, aquí está mi tabla de estados, capitales y, ya puestos, población más populosa, algo que en la mayoría de los casos no suele coincidir y que resulta de lo más curioso comprobar.

 

En cuanto a los territorios, estos son los siguientes:

  • American Samoa (en el Océano Pacífico).
  • Guam (en el Océano Pacífico).
  • Northern Mariana Islands (en el Océano Pacífico).
  • Puerto Rico (en el Mar Caribe).
  • US Virgin Islands (en el Mar Caribe).

¡Vale, se acabó la lección por hoy! En la próxima entrada, empezaremos con lo interesante: la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Lo más importante que se juega en estas elecciones.


SARAH PALIN TOMA PARTIDO… Y NO ES POR EL GOP PRECISAMENTE

30/10/2009

 

Hace un tiempo, haciendo cábalas sobre cuáles podrían ser los próximos pasos de Sarah Palin, aventuré la posibilidad de que pudiera optar por desmarcarse completamente de un Partido Republicano que no la apoyaba en absoluto y con el que no había tenido más que conflictos y disputas e ir por libre al mejor estilo de Theodore Roosevelt en 1912 cuando, descontento con la política desarrollada por su sucesor, William Howard Taft, trató de conseguir de nuevo la nominación del Partido Republicano y, al no obtenerla, se unió al recién creado Partido Progresista y se presentó finalmente a las elecciones presidenciales de ese año, obteniendo mejores resultados que Taft, pero favoreciendo indirectamente al candidato demócrata, Woodrow Wilson, al dividir el voto republicano.

PressConference

Doug Hoffman, candidato del Partido Conservador de Nueva York al puesto de representante en la Cámara de Representantes (House of Representatives) en Washington por el 23º distrito de la ciudad, y que desde el pasado jueves día 22 cuenta con el apoyo expreso de Sarah Palin. ¡Oído al parche! Candidato del Partido Conservador de Nueva York, no del Partido Republicano, quien presenta a su propia candidata, Dierdre Scozzafava. ¿Qué significa esto? ¿Acaso el GOP se está cuarteando?

Primero, los antecedentes

Todos sabemos que este no es año electoral así que, ¿qué es eso de que en Nueva York va a haber elecciones? ¿Y a la Cámara de Representantes ni más ni menos? ¿Se ha muerto alguien acaso? No, en absoluto. Ahora les explico por qué.

El 23º distrito de Nueva York estaba representado en Washington hasta hace poco por el republicano Johh M. McHugh (había sido reelegido en 2008), el cual tuvo que dimitir de su puesto al ser nombrado el 21 de septiembre pasado (habiendo sido confirmado previamente por el Senado) United States Secretary of the Army (que en España sería algo así como Subsecretario de Estado para el Ejército), algo no demasiado sorprendente si recordamos que el United States Secretary of Defense (que en España sería algo así como el Ministro de Defensa) es el también republicano Robert M. Gates, nombrado inicialmente para el cargo por el anterior presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y confirmado en él (imaginamos que al coste de una úlcera sangrante) por el actual.

Debido a las circunstancias, el puesto de representante de McHugh, pese a que el año que viene será uno de los cargos que se cubrirán dentro de las elecciones del midterm, no podía quedar vacante durante tanto tiempo, un año prácticamente, y una vez que el gobernador de Nueva York, el demócrata David Paterson, fue informado oficialmente de ello, anunció el pasado 29 de septiembre la apertura de un proceso electoral especial para cubrir el puesto, proclamando la fecha del 3 de noviembre de este año para ello (lo que coincide con la fecha del Election Day de este año, el martes después del primer lunes de noviembre).

Después, un poco de historia (electoral)

El 23º distrito de Nueva York es uno de los 29 distritos en los que está dividida la ciudad de Nueva York a efectos políticos para la elección de sus miembros de la Cámara de Representantes (House of Representatives), una división que está en vigor desde el año 2000, cuando se suprimieron dos de ellos. Situado al nordeste de la ciudad, abarca los siguientes condados:

  • Clinton
  • Essex (parcialmente)
  • Franklin
  • Fulton (parcialmente)
  • Hamilton
  • Jefferson
  • Lewis
  • Madison
  • Oneida (parcialmente)
  • Oswego
  • Saint Lawrence

NY23

Plano del 23º distrito electoral de Nueva York. Un safe seat (escaño asegurado) de toda la vida para los republicanos que, ahora mismo, no está tan asegurado como dicen. Y es que cuando se tira demasiado de la cuerda, ¿qué pasa? Que, al final, se rompe.

Poíticamente, tiene un historial de republicanismo que llama la atención en una ciudad tan asociada desde siempre con los demócratas, ya que un demócrata no ha representado al distrito desde 1871, habiendo partes del distrito que retrasan tal marca hasta 1851 (deben de ser los aires o tal vez el agua, que preserva la sensatez de sus habitantes). John M. McHugh ha mantenido tal historial ganando una elección tras otra en este distrito desde 2003 y nunca bajando del 60% de los votos.

A priori, no parecía que fuera a ser una elección muy interesante, cantada como estaba la victoria republicana. Sin embargo, no hay que fiarse nunca y todo comenzó cuando el Partido Republicano decidió nominar a Dierdre Scozzafava, representante republicana en la asamblea del Estado, como su candidata a sustituir a McHugh mientras que el Partido Demócrata hacía lo mismo con Bill Owens, abogado y hombre de negocios. El caso es que la nominación de Scozzafava no sentó demasiado bien entre los conservadores (“conservador” no es lo mismo que “republicano” y en estos tiempos que corren cada día se parecen menos lamentablemente) y algunos de entre ellos se negaron en redondo a apoyar a Scozzafava. Uno de esos grupos “rebeldes”, el constituido por el Partido Conservador del Estado de Nueva York (del que hablaremos acto seguido), decidió que tururú y que a Scozzafava la iba a votar su señora madre y que ellos nominarían a su propio candidato, lo que al final hicieron nombrando candidato a Doug Hoffman, un contable y hombre de negocios.

¿Existe un Partido Conservador del Estado de Nueva York?

Pues sí que existe y es ciertamente muy activo. De hecho, fue fundado en 1962 por una serie de personas indignadas con la creciente inclinación hacia posturas liberales (entendido a la estadounidense; es decir, izquierdistas) que percibían en el Partido Republicano del Estado de Nueva York. Para ello, aprovecharon el llamado “fusion voting”, un arreglo que permite a dos o más partidos políticos apoyar a un mismo candidato, recogiendo los votos de ambos partidos. Este sistema, que sólo se admite en ocho Estados de los Estados Unidos (Connecticut, Delaware, Idaho, Mississippi, Nueva York, Oregon, Carolina del Sur y Vermont), permite que partidos políticos minoritarios puedan tener alguna influencia en los programas políticos de los candidatos de los dos partidos mayoritarios.

En Nueva York, el “fusion voting” es una característica propia, existiendo partidos minoritarios tales como el Working Families Party, Right to Life Party, Liberal Party, Independence Party y el que ahora nos interesa, el Conservative Party, un partido que ha contado con el apoyo de William F. Buckley, el fundador de National Review, que se presentó en 1965 como su candidato al puesto de alcalde de Nueva York. En 1970, su hermano, James, se presentó al Senado como el candidato del Partido Conservador y fue elegido frente a los candidatos republicano y demócrata, aunque en 1976 perdió la reelección ante el candidato demócrata, Daniel Patrick Moynihan.

No es habitual que el Partido Conservador presente a sus propios candidatos, pero tampoco inusual. De hecho, suele apoyar a los candidatos del Partido Republicano, pero hay ocasiones en que se le hace demasiado cuesta arriba y entonces se plantan. Una de esas ocasiones se produjo cuando Rudy Giuliani se presentó como candidato a alcalde de Nueva York en 1989 (y en 1993 y 1997, para su reelección) con el apoyo del Liberal Party, otro de esos partidos minoritarios típicos de Nueva York y que, como bien podemos todos suponer, con semejante nombre no puede ser que un conservador de bien se sienta demasiado a gusto si su candidato lo es también de ellos. Su apoyo es considerado esencial por parte del Partido Republicano, dado que desde 1974 nunca un candidato republicano ha ganado unas elecciones a un cargo estatal (como es el caso de un congresista) sin el apoyo del Partido Conservador. ¡Ah, y para que no se diga! En ocasiones, el Partido Conservador ha apoyado al candidato demócrata si ha considerado que se trataba de un demócrata de fiar (por ejemplo, Jimmy Griffin como senador estatal entre 1967 y 1977; Frank Hogan como fiscal del distrito entre 1941 y 1973; y Michael McNulty como congresista en Washington por el 21º distrito entre 1989 y 2009), lo cual aleja de ellos la fácil acusación de sectarios. Para ellos, los principios son lo primero y antes prefieren a un demócrata moderado que a un republicano liberal (a la manera estadounidense, o sea, un RINO).

En 2008, el Partido Conservador apoyó expresamente la candidatura republicana presentada por John McCain y Sarah Palin. Actualmente, su presidente es Michael R. Long, teniendo su sede en Hamilton Station (NY).

Los candidatos de los partidos mayoritarios: pena, penita, pena

Antes que nada, aclarar que para la selección de los diferentes candidatos no se recurrió al habitual procedimiento de las primarias sino que fueron elegidos por los dirigentes locales del distrito que se reunieron a puerta cerrada y lo escogieron a dedo, tanto en el caso del Partido Demócrata como del Republicano.

Por parte demócrata, hubo algunas dudas sobre su candidato ya que los dos más valiosos, los senadores estatales David Valeski y Darrel Aubertine, tenían el problema de que en caso de victoria dejarían un escaño vacío en la asamblea estatal cuando sólo tienen una mayoría de dos votos (32 a 30) frente a los republicanos. Una mayoría exigua dado que durante este mes de junio y julio dos senadores demócratas (Pedro Espada Jr. y Hiram Monserrate) se aliaron con los republicanos para crear una nueva mayoría, lo que fue todo un espectáculo (de los lamentables, por supuesto) que terminó con los dos “traidores” volviendo al redil. Además, por si fuera poco, uno de esos senadores (Monserrate) ha sido condenado recientemente por agredir a su novia y está pendiente de ser destituido o no de su cargo, lo cual es un punto más a favor de que no se presente ningún senador estatal a las elecciones por lo que pudiera pasar. En consecuencia, la nominación fue a parar a Bill Owens, un abogado de Plattsburgh.

¿Quién respalda a Bill Owens? Pues como es de suponer, el presidente de Estados Unidos además de el anterior presidente Bill Clinton.

Por lo que se refiere a los republicanos, estos se decidieron ràpidamente a favor de Dierdre Scozzafava, una senadora estatal, descartando durante el proceso de selección, entre otras, la candidatura de Doug Hoffman (de quien hablaremos acto seguido). En cuanto a Scozzafava, no se trata simplemente de que tenga poco de conservadora, ya que es partidaria del aborto, del matrimonio homosexual y de subir los impuestos, sino que además hay habladurías según las cuales su marido había tenido conversaciones con miembros del Partido Demócrata con el objetivo de pactar el pase de su esposa a dicho partido antes de ser nominada, lo cual es toda una garantía para el futuro, ¿verdad? ¡Ah! Y para que quede claro lo mucho que confían los dirigentes nacionales del GOP en ella, el National Republican Congressional Committee (Comité Nacional Republicano del Congreso) ha contribuido con cerca de un millón de dólares a su campaña.

Si será progre ella que Mark Steyn la ha calificado de DIABLO (Democrat In All But Label Only, demócrata en todo salvo en la etiqueta), creando un nuevo neologismo que está llamado a tener éxito. ¿Que si un DIABLO es peor que un RINO? Por ahí, por ahí… Tal vez sea peor ciertamente. Lo que es seguro es que no es bueno, no.

¿Y quién respalda a Dierdre Scozzafava? Pues aparte de la NRA (National Rifle Association) y de Newt Gingrich en lo que parece una espectacular metedura de pata por parte de éste si realmente quiere postularse como candidato a las presidenciales de 2012 como parece que tiene la intención, ni más ni menos que… Markos Moulitsas, fundador del blog Daily Kos, el más izquierdista de entre todos los blogs izquierdistas. ¡Chúpate ésa! Con semejantes apoyos, cualquiera que sea conservador tiene más de un motivo para pensárselo, ¿no? Por cierto, los supuestos “presidenciables” del GOP no han dicho ni pío todavía sobre la candidatura de Scozzafava alegando que “no siguen las noticias al respecto”. Así pues, Mitt Romney, Mike Huckabee y Tim Pawlenty, tal vez conscientes de que salir avalando públicamente la candidatura de Scozzafava puede causarles más perjuicios que beneficios, han preferido callarse lo que no ha hecho Gingrich quien anda por ahí defendiendo su apoyo a la DIABLO ésa y jurando que a pesar de sus posturas de izquierda, Scozzafava es una auténtica conservadora. ¡Ay, quién te ha visto y quién te ve, Newt!

El tercero en discordia o los conservadores de verdad se lo piensan

Y como quiera que hay más que motivos para pensárselo, los del Partido Conservador del Estado de Nueva York decidieron que no estaban ellos para comulgar con ruedas de molino del tamaño de Scozzafava y negaron su apoyo al Partido Republicano en estas elecciones. ¿Y a quién postularon ellos como su candidato? Pues a Doug Hoffman, uno de los anteriores candidatos a la nominación por parte del Partido Republicano. Había otros candidatos, pero los tres se pusieron de acuerdo en retirar sus respectivas candidaturas y apoyar la de Hoffman

¿Quién es Doug Hoffman? Se trata de un contable (cualificado como censor jurado de cuentas) y hombre de negocios residente en Lake Placid (NY). Casado desde 1973, tiene tres hijos y cuatro nietos a pesar de no tener todavía 60 años. Antiguo miembro de la Guardia Nacional (1970-1973) y de la Reserva del Ejército de Estados Unidos (1973-1976), Hoffman participó en la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno que tuvieron lugar en Lake Placid en 1980.

¿Quién respalda a Hoffman? Pues entre otras personas e instituciones, las siguientes:

  • El antiguo senador Fred Thompson.
  • Steve Forbes, editor del semanario Forbes y antiguo candidato a la nominación por el Partido Republicano a la presidencia en 1996 y 2000.
  • La asociación de conservadores fiscales Club for Growth.
  • La asociación pro-vida The Susan B. Anthony List.
  • Mi admirada comentarista política Michelle Malkin (¡hurra!).
  • El editor del semanario The Weekly Standard, Bill Kristol.
  • El periódico The Wall Street Journal, a través de un editorial.
  • La revista National Review.
  • El comentarista de radio Mark Levin.
  • El comentarista de radio Rush Limbaugh.
  • El comentarista de radio y televisión Glenn Beck.
  • El comentarista de radio Hugh Hewitt.
  • El antiguo líder de la mayoría republicana en la House of Representatives (Cámara de Representantes), el texano Dick Armey.
  • La representante Michelle Bachmann.

y…

  • ¡SARAH PALIN!

Y es que donde para algunos impera el “Party first, principles second” (Gingrich, por ejemplo), Sarah se presenta ante todos como la única conservadora con firmes convicciones y redaños para defenderlas contra viento y marea. ¡Tres hurras por Sarah! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra!

Totos

Bonita foto de familia. Los tres rivales para el puesto de representante por el 23º distrito de Nueva York. Dos progres y un conservador. ¿Adivinan cuál es el conservador? Una pista: lleva gafas.

Dos programas a cuál más diferente

Para muestra, un botón. Y para comprender más fácilmente porqué los conservadores de verdad neoyorquinos han desenterrado el hacha de guerra contra Dede Scozzafava, nada mejor que comparar los programas de los dos candidatos supuestamente republicanos en liza. Dicho y hecho, helo aquí (tomado de la propia pàgina del candidato conservador, Doug Hoffman):

Doug Hoffman, candidato conservador (pero conservador de verdad):

  • Cree que las actuales leyes sobre impuestos favorecen la corrupción.
  • Cee que los déficits son un error.
  • Cee que el aborto es un error.
  • Cee en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
  • Se opone a la ley del “card-check” (por la cual, todos los trabajadores se verán obligados a afiliarse a algún sindicato aunque no quieran).
  • Se opone a que se derogue el sistema de “don’t ask, don’t tell” (en el Ejército, a los homosexuales no se les pregunta expresamente si lo son y a cambio se espera de ellos que no revelen públicamente su condición).
  • Apoya la reforma de las leyes sobre pleitos en lo que se refiere a las supuestas negligencias médicas, una de las medidas apoyadas por Sarah Palin para reformar de verdad el sistema sanitario estadounidense.
  • Se opone al proyecto de reforma de la Sanidad Pública propuesto por los demócratas.
  • Apoya firmemente la guerra contra el terrorismo.
  • Se opone a las leyes de cuotas de emisión de CO2.

Dede Scozzafava, candidata republicana (pero liberal, ¿eh?)

  • Ha votado ya dos veces a favor de legalizar el matrimonio homosexual.
  • Apoya el aborto en todos los casos.
  • Apoya que el aborto sea costeado por la Seguridad Social.
  • Apoya la ley del “card-check”, la misma a la que se opone su rival.
  • Apoya el gasto masivo por parte del Estado aunque ello suponga subir los impuestos.
  • Apoya a los sindicatos.
  • En una escala de 0 a 100, puntuó sólo 15 puntos como conservadora (menos aún que muchos demócratas en la asamblea estatal).
  • Apoya subir los impuestos a los “ricos”, sea lo que sea que ella entienda por tales, aunque ello suponga castigar a quienes crean puestos de trabajo levantando empresas.
  • Votó a favor de que los maestros de escuela sindicados puedan jubilarse anticipadamente sin merma en su pensión.
  • Tiene el apoyo expreso de una de las organizaciones afiliadas a ACORN (en concreto, el Working Families Party).

La gran sorpresa… ¿o no tan grande?

El pasado jueves día 22 saltó la sorpresa y como viene siendo habitual últimamente, saltó por Facebook. Sarah Palin había publicado una nota desmarcándose de la candidata republicana oficial, Dede Scozzafava, y prestando su apoyo (moral y económico) al candidato del Partido Conservador del Estado de Nueva York, Doug Hoffman. El texto de la nota en su original en inglés lo pueden leer aquí, pero les ofrezco su traducción al español.

¡La gente del 23º distrito congresional de Nueva York están listos para cambiar las cosas y Doug Hoffman se vuelve cada vez más fuerte según se va acercando el gran día de las Elecciones! Él necesita de nuestra ayuda ahora.

Los votos de cada miembro del Congreso afectan a todos los estadounidenses, lo que es importante que todos nosotros prestemos atención a esta importante campaña congresional en la parte alta del Estado de Nueva York. Estoy muy satisfecha de anunciar mi apoyo a Doug Hoffman en su lucha para ser el próximo representante del 23º distrito congresional de Nueva York. Es un honor para mí el apoyar a Doug y hacer todo lo que pueda para ayudarle a ganar, incluyendo el que mi comité de acción política, SarahPAC, doné a su campaña la contribución máxima permitida por la ley.

Nuestra nación está en una encrucijada y es de nuevo «tiempo para elegir».

El gobierno federal toma, gasta e imprime demasiado dinero mientras nuestra deuda nacional alcanza un nivel récord. El gobierno crece mientras que el sector privado se reduce y el desempleo aumenta. Doug Hoffman se ha comprometido a poner fin al derroche irresponsable en Washington, DC, y al enorme aumento en el tamaño y alcance del gobierno federal. También está plenamente comprometido a apoyar a nuestros hombres y mujeres de uniforme que tratan de completar sus misiones en el extranjero con honor.

Y lo mejor de todo, Doug Hoffman no ha sido ungido por ninguna maquinaria política.

Doug Hoffman representa los principios que deberían compartir todos los republicanos: un gobierno más pequeño, impuestos más bajos, una defensa nacional fuerte y el compromiso con la libertad individual.

Los partidos políticos deben estar para algo. Cuando los republicanos cruzaban el desierto a finales de los años 70, Ronald Reagan sabía que la doctrina de la «difuminación de las líneas» entre las partes no era un medio adecuado para ganar las elecciones. Lamentablemente, el Partido Republicano de hoy ha decidido elegir a un candidato que difumina más que sobradamente las líneas y que no supone ninguna diferencia real entre los demócratas y los republicanos en esta carrera. Esta es la razón por Doug Hoffman se presenta por el Partido Conservador.

Los republicanos y los conservadores de todo el país están enviando un importante mensaje al establishment republicano con su excelente apoyo a Doug Hoffman: no más política como siempre.

Usted puede ayudar a Doug visitando su sitio web oficial indicada debajo y unirse a mí en el apoyo a su campaña: http://www.doughoffmanforcongress.com/donate3.html.

 Sarah Palin

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¿Puede ganar Doug?

La respuesta es que lo tiene ciertamente difícil aunque no es de descartar la sorpresa. De hecho, la candidatura de Hoffman ha despertado mucho entusiasmo entre los buenos votantes conservadores de Nueva York que se han volcado en su apoyo, recolectando cientos de miles de dólares y teniendo un plan preparado para estos últimos días antes de las elecciones con el que se pretende emitir 800 cuñas publicitarias radiofónicas, repartir 80.000 panfletos y reclutar más de 200 voluntarios para trabajar en los colegios electorales el próximo martes.

Algunos protestan contra Hoffman alegando que su candidatura resta votos a la republicana (aunque poco republicana la veo yo; si acaso demócrata bis) y puede terminar favoreciendo la elección de Owens, el candidato demócrata. Es cierto, pero todos son conscientes de ello y les parece un riesgo asumible porque no es realmente la elección de un demócrata o de un republicano lo que está en juego en estas elecciones sino otra cosa que Marilyn Musgrave, antigua representante republicana por Colorado, ha señalado perfectamente al decir:

This is the shot that needs to be fired to Republican leaders to wake them up.

(Éste es el tiro que necesitamos disparar a los líderes republicanos para que despierten de una vez).

O como ha señalado Marjorie Dannenfelser, presidente de la The Susan B. Anthony List, la organización pro-vida:

The No. 1 victory will be to defeat Dede.

(La principal victoria sera derrotar a Dede).

A lo que la susodicha, Dede Scozzafava, ha replicado muy ufana ella:

All of this outside noise, it’s a distraction. But it does add a little fuel to my fire.

(Todo este ruido molesto de fuera no es más que una distracción. Pero si que añade un poco de gasolina a mi fuego).

Réplica a la que el propio Hoffman ha contestado recordando sencillamente cuál es la causa de su candidatura:

She certainly doesn’t hold the Republican values that I hold which is smaller government, less taxes, fiscal responsibility and not spending money you don’t have.

(Ella ciertamente no respalda los valores republicanos que yo respaldo y que son un gobierno más pequeño, menos impuestos, responsabilidad fiscal y no gastarte el dinero que no tienes).

El meollo de la cuestión no está en si Hoffman resulta elegido o no, sino en que si resulta elegida Scozzafava, que de conservadora no tiene nada, el año que viene cuando se vuelva a elegir al representante del 23º distrito, será muy difícil que lo logre un conservador. Y eso sin contar con la posibilidad de que Scozzafava acabe cambiando de chaqueta y pasándose a los demócratas llevando como “precio de la novia” el codiciado escaño. Si ganase en cambio Hoffman, no solo tendríamos a un conservador de verdad en el escaño, sino que además se habría mandado un mensaje estruendoso a la asténica dirección del GOP en el sentido de que basta ya de blanduras y centrismos y un poco más de principios conservadores o vais a acabar todos de patitas en la calle porque no os vamos a votar. Algo que sería estupendo, la verdad sea dicha porque hay cada uno por ahí diciendo que es conservador que es como para pensárselo…

¿Y si al final gana Owens? ¿Qué pasa entonces? Pues nada. Los demócratas tienen tal mayoría en la Cámara de Representantes (alrededor de 70 votos) que uno más o uno menos no supone ninguna diferencia. Pero la diferencia sería que aún en el caso de perder, Hoffman se convertiría en la major baza para derrotar a Owens el año que viene, el único que supondría una diferencia con respect o a lo que ofrece Owens a sus votantes.

O sea, que ésta no es realmente una elección entre demócratas y republicanos sino, y tal y como ya dije hace tiempo en una de mis entradas, el primer tiro de la guerra civil que se va a vivir en el GOP entre conservadores y no conservadores (o RINO o DIABLO o malbichos) y que terminará, sea cual sea su resultado, con una nueva definición del partido, ya sea para convertirse en un Partido Demócrata bis (Dios no lo quiera) o para volver a los viejos principios conservadores que nunca debió abandonar y ser de nuevo el partido de Reagan, ojalá que con Sarah Palin como figura relevante. Y es que como ha declarado recientemente Dick Armey, el president de FreedomWorks y antiguo líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes:

I think the Republican Party missed its first big opportunity to differentiate itself from big government liberalism and get back to being the party of Reagan. When we’re like us, we win. And when we’re like them, we lose.

(Creo que el Partido Republicano ha perdido su primera oportunidad de diferenciarse claramente del liberalismo del gran gobierno y volver a ser el partido de Reagan. Cuando somos como somos, ganamos. Y cuando somos como ellos, perdemos).

En definitiva, una gran apuesta de Sarah Palin que nos demuestra que sabe perfectamente lo que hace. El martes sabremos el resultado. ¿Habrá sorpresa? ¿Será el “efecto Palin”? Estaremos atentos a ello.