Nota: Después de todo este tiempo dedicado a comentar la sorprendente dimisión de Sarah como gobernadora de Alaska, reemprendo la serie sobre el Troopergate y otra muy breve posterior sobre las dichosas ethics complaints y así concluiré mi repaso de la biografía de Sarah.
Sarah contraataca
Como ya hemos visto, Sarah no se conformó en absoluto con el papel de muñeca del pim-pam-pum que había reservado el Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) sino que respondió exigiendo que, dado que la investigación iba a centrarse en lo ético o no de su actuación, el órgano competente para ello era el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado). No quisieron verlo así los demócratas que manejaban los hilos de la investigación Branchflower, los senadores estatales demócratas Kim Elton y Hollis French, conscientes de que su capacidad de influencia en el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) era mínima por lo que se negaron en redondo a ceder la investigación. En respuesta a ello, Sarah decidió no colaborar con Branchflower y, en consecuencia, se negó en redondo a prestar declaración ante él.
En la primera entrada de esta serie hablamos un poco sobre el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), pero como quiera que ya ha llovido desde entonces vamos a recordarlo. El State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) es una junta compuesta por tres miembros nombrados por el gobernador (o gobernadora) de Alaska y confirmados posteriormente por el Poder Legislativo. Su mandato es de seis años, pudiendo ser renovado, y sólo un máximo de dos de los tres miembros pueden pertenecer al mismo partido político. En ningún caso puede nombrarse a un funcionario del Estado de Alaska y sus reuniones suelen celebrarse 2 ó 3 veces por año, durando cada una de ellas alrededor de 2 ó 3 días, aunque pueden convocarse reuniones extraordinarias siempre que la situación lo requiera. Sus funciones, estrictamente hablando, son las siguientes:
Approves / disapproves amendments to personnel rules; considers extensions of the partially exempt and classified service; hears appeals under AS 39.25.170; and hears complaints under the Alaska Executive Branch Ethics Act.
(Aprueba o desaprueba enmiendas a las regulaciones sobre Personal; considera ampliaciones a las exenciones parciales o a los servicios reservados; entiende de apelaciones referidas al Estatuto de Alaska (AS) 39.25.170; y entiende de quejas presentadas bajo la Ley Ética del Poder Ejecutivo de Alaska).
En el momento del Troopergate, los tres miembros del State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), todos ellos nombrados por el anterior gobernador, Frank Murkowski (sí, sí, el chulo ése del jet de lujo) eran:
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Debra E. English, nombrada el 8 de enero de 2004 y renovado su mandato por la nueva gobernadora, Sarah Palin, el 29 de enero de 2008. Mandato a expirar el 1 de marzo de 2014.
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Laura Plenert, nombrada el 10 de marzo de 2004. Mandato a expirar el 1 de marzo de 2010.
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Alfred L. Tamagni, Sr., nombrado el 1 de marzo de 2006. Mandato a expirar el 1 de marzo de 2012.
Como gobernadora, Sarah tiene la potestad de separar a los miembros del State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), pero sólo por una causa justificada.
El 1 de septiembre Sarah presentó una queja ante el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) contra sí misma, lo que dio lugar al consabido conflicto de jurisdicción entre ellos y el Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska). Mientras se resolvía, la Junta inició su trabajo y contrató para ayudarles a un investigador independiente, el abogado Timothy Petumenos, quien, para más inri, es un votante demócrata registrado. Al Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) no le hizo maldita la gracia, pero se limitó a no hacer caso. Tal y como declaró el senador Hollis French, titiritero mayor de Alaska:
We’re going to proceed. If they want to proceed, that’s perfectly within their right but it doesn’t diminish our right to do so.
(Vamos a proseguir. Si ellos quieren proseguir también, están perfectamente en su derecho pero eso no disminuye ni un ápice el nuestro a hacerlo también).
En esta ocasión, la investigación se llevó a cabo sin declaraciones fuera de tono y sin ese pestazo a manipulación y electoralismo que tumbaba de espaldas en el caso de la investigación Branchflower. Hasta tal punto fue todo correcto que Sarah aceptó declarar ante Petumenos, cosa que hizo el 24 de octubre, en plena campaña electoral.
El 3 de noviembre, Petumenos entregó su informe al State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), quien lo hizo público al consentir Sarah a ello con la única salvedad de mantener la confidencialidad de su declaración del día 24 de octubre. Para quien quiera más información, puede consultar el texto completo del informe aquí. Las conclusiones de Petumenos se pueden resumir en una sola frase:
There is no probable cause to believe that the governor, or any other state official, violated the Alaska Executive Ethics Act in connection with these matters [Monegan, Wooten].
(No existe motivo alguno que lleve a pensar que la gobernadora, o cualquier otro de los cargos del Estado, violaron la Ley Ética del Ejecutivo de Alaska en relación con estos asuntos [Monegan, Wooten]).
O sea, justamente todo lo contrario de lo que concluyó Branchflower. ¿Y saben qué? Justamente lo mismo que yo pienso después de casi un mes dedicado en exclusiva a repasar todo este asunto, el Troopergate, que nunca hubiera debido dar para tanto si no fuera por un par de ambiciosos políticos estadounidenses dispuestos a todo para favorecerse a sí mismos y no a los ciudadanos de Alaska que confiaron una vez en ellos para hacer sus vidas mejores y no peores. Es a ello a lo que conduce la Política cuando se convierte en un fin por sí misma (la obtención del Poder por el Poder en sí mismo) y no en un medio (la obtención del Poder para cumplir la voluntad de los ciudadanos). Esto último, el pensamiento de que la Política es un medio y que su objetivo es reflejar la voluntad de los ciudadanos, ha encontrado su mejor abanderada en Sarah Palin y ése es el motivo en concreto por el cual yo estoy hoy aquí, escribiendo estas líneas, confiando en que todavía no sea demasiado tarde para recuperar ese viejo sueño que una vez en 1776 pareció que por fin se iba a hacer realidad: el del gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo. May God bless America again.
Seguiremos en la brecha.