UN AÑO DE SARAH PALIN

01/01/2010

 

Sí, ya sé que hoy es uno de enero y que no hay nadie que esté pegado al ordenador a estas horas, que están todos durmiendo la mona todavía o buscando desesperadamente las aspirinas para aliviarse la resaca, ja, ja, ja. El caso es que me hacía ilusión empezar el año publicando algo y pensando, pensando, me he acordado de un artículo que había enviado hacía tiempo a los de Semanario Atlántico y que estos nunca publicaron (y que le había prometido a Santi como respuesta a una pregunta que me hizo en su momento). Como a todo juntaletras. me fastidiaba la idea de que nadie lo leyera y puesto que me parece un artículo muy apropiado para empezar con buenos ánimos éste que sin duda va a ser un año decisivo para Sarah, no lo he dudado más. Aquí lo tienen. Confío en que les guste.

Si hubo una imagen que quedó grabada en las retinas de todos aquellos que seguimos la pasada campaña electoral en Estados Unidos fue la de la profunda tristeza de Sarah Palin en el estrado del Biltmore Hotel de Phoenix (Arizona), acompañando a John McCain mientras éste reconocía su derrota.

No es habitual que los políticos muestren sus emociones en público, al menos las auténticas, y es por eso que nos impresionó tanto la expresión de su rostro. Sarah estaba realmente triste y sabiendo como sabemos ahora lo que verdaderamente sucedió en el bando republicano durante la campaña, estoy convencido de que esa noche, una vez que por fin se quedó a solas con Todd, Sarah lloró amargamente. Y estoy convencido también de que sus lágrimas no eran de pena por haber perdido, sino de rabia por no haber ganado. Sarah es una deportista nata y sabe aceptar la derrota cuando el rival ha sido superior y no hay nada que objetar a su triunfo, pero otra cosa es cuando el rival ha ganado porque tu propio equipo no ha perseguido la victoria con todas sus fuerzas. En ese caso, las cosas son diferentes y si me dijeran que más de un jarrón voló por los aires esa noche destinado a la imaginaria cabeza de unos cuantos asesores de campaña de McCain, no me sorprendería lo más mínimo.

¿Qué se puede hacer cuando uno ha sido parte destacada de la campaña electoral peor dirigida de los últimos veinticinco años? Poca cosa. Si se trata de un político típico, lo mejor es salir de ahí lo antes posible, volver a tu pueblo y guardar un discreto silencio a la espera de que el tiempo haga su trabajo y nadie se acuerde ya de quién fue el candidato a vicepresidente por el Partido Republicano en 2008. Sin embargo, eso que es lo que haría un político típico, no es en absoluto lo que haría alguien como Sarah Palin, que no es realmente una política, sino una persona normal y corriente que por circunstancias de la vida se dedica a la política.

Es cierto que una vez terminada la campaña electoral, Sarah regresó inmediatamente a Alaska a continuar con su tarea de gobernadora del Estado. Y si bien antes he dicho que estoy convencido de que aquella noche del 4 de noviembre Sarah lloró por no haber ganado, también estoy convencido de que fue durante su viaje de vuelta a casa, mientras volaba cruzando Estados Unidos, cuando tomó la firme decisión de no permitir que esa experiencia acabara convertida simplemente en un mal recuerdo sino que iba a intentarlo de nuevo, pero esta vez ella sola, como lo ha hecho siempre que se ha presentado a unas elecciones. Había invertido tanto esfuerzo en esa campaña y seguro que hubiera estado encantada de haber invertido mucho más, de haber peleado hasta el último momento en estados en los que tal vez hubiera podido arrancar algún voto electoral más; de haberse reunido con la prensa todos los días de la campaña y no sólo para esas tres entrevistas televisadas de las cuales dos parecían preparadas ex profeso para su fracaso; de haber puesto las cartas sobre la mesa y haber sacado todos los trapos sucios de un candidato, el demócrata, que parecía el anuncio andante de una lavandería propiedad de la prensa tradicional… En definitiva, Sarah hubiera querido luchar hasta el final, pero los cabezas huecas que dirigían la campaña de McCain no parecían tener el más mínimo interés en ello. Y cuando en un equipo, sólo hay un jugador con ganas de seguir corriendo mientras todos los demás ya se están desatando las zapatillas, poco puede hacer éste por evitar la derrota.

Ha pasado algo más de un año desde esa noche de noviembre, posiblemente la más dura que haya tenido que afrontar Sarah en su vida pública. Pero como quiera que siempre es noche cerrada antes del amanecer más hermoso, incluso para Sarah ha llegado el nuevo día. Ha sido un año de mucho trabajo, un año en el que ha tenido que tomar muchas decisiones sin saber si eran acertadas o no, un año en el que quizás haya pensado más de una vez si no se estaría metiendo en un berenjenal del que igual no podrá salir luego, pero tal y como ya he dicho antes, Sarah no es una política típica, sino una persona normal y corriente que se dedica a la política. Y como que no lo es, no son las encuestas y las opiniones de los expertos de los medios de comunicación los que le dictan su devenir, sino su propia intuición y su fe en que el camino está ahí y sólo Dios sabe adónde la conducirá, pero ella tiene confianza y sabe que se hace camino al andar.

Ha pasado algo más de un año y han pasado muchas cosas en ese intervalo: Sarah ha vuelto a Alaska y ha dejado de ser su gobernadora, forzadamente, pero con la certeza de que cuando una puerta se cierra, otra se abre; Sarah ha soportado una campaña de acoso por parte de los medios de comunicación y de activistas políticos rivales que no ha tenido parangón en ningún momento de la historia de Estados Unidos, pero la ha resistido y hasta la ha silenciado en gran parte; Sarah ha puesto las bases de lo que algún día será su propia organización política, una organización compuesta por gente de su absoluta confianza y que trabajará por ella y no contra ella; Sarah está reuniendo a su alrededor un equipo de personas que comparten sus ideas y sus ganas de luchar por Estados Unidos y que la asesoran completando sus conocimientos; Sarah ha conservado la esperanza de tantos y tantos estadounidenses que confiaron en ella durante la pasada campaña electoral y supieron nada más verla que era una de ellos y ahora que está de nuevo lista para luchar siguen dispuestos a apoyarla de la misma manera que hace un año: con todo su corazón y todas sus fuerzas.

Es cierto que ha pasado un año y que ese año ha sido uno de esos que nunca se olvidan, pero también es cierto que es la adversidad lo que nos prueba y nos fortalece y Sarah es demasiado buena corredora de fondo como para no saber que en toda carrera siempre hay momentos de desfallecimiento y que sólo la voluntad de continuar hasta el final y mantener la vista fija en la carretera te permiten superarlos. Y como que lo sabe, no será con tonterías como una nueva calumnia aquí o un nuevo insulto allí con lo que lograrán doblegarla.

Fue el pasado 6 de noviembre cuando Sarah dio uno de sus contados discursos en Milwaukee (Wisconsin) en un acto a beneficio del Wisconsin Right to Life. Una de las asistentes a dicho discurso, K. Carpenter, una de las bloguistas de ese magnífico blog que es Conservatives4Palin, señaló que “su sonrisa había vuelto a ella y era más grande y más brillante que cualquier otra que le haya visto en mucho tiempo. Para mí, lo más llamativa de su aspecto eran sus ojos. Brillan de nuevo y su mirada revoloteaba alrededor de la sala. Se le veía saludable, feliz y llena de vida”.

Sí, es cierto. Sarah Palin ha vuelto a ser la que fue un 29 de agosto de 2008, cuando muchos de nosotros la descubrimos por primera vez y conocimos por fin a una persona como nosotros, que pensaba como nosotros y que prometía trabajar por nosotros. Y esa promesa suya nos llegó directamente al corazón y no tuvimos la más mínima duda de que era sincera. Y es ahora, después de todo un año, cuando Sarah ha vuelto y ha vuelto para ser ella misma y nunca más la segundona de nadie. Y nosotros también hemos vuelto. Con ella. A su lado. Juntos de nuevo. A ver quién nos para ahora.


SARAH PALIN TOMA PARTIDO… Y NO ES POR EL GOP PRECISAMENTE

30/10/2009

 

Hace un tiempo, haciendo cábalas sobre cuáles podrían ser los próximos pasos de Sarah Palin, aventuré la posibilidad de que pudiera optar por desmarcarse completamente de un Partido Republicano que no la apoyaba en absoluto y con el que no había tenido más que conflictos y disputas e ir por libre al mejor estilo de Theodore Roosevelt en 1912 cuando, descontento con la política desarrollada por su sucesor, William Howard Taft, trató de conseguir de nuevo la nominación del Partido Republicano y, al no obtenerla, se unió al recién creado Partido Progresista y se presentó finalmente a las elecciones presidenciales de ese año, obteniendo mejores resultados que Taft, pero favoreciendo indirectamente al candidato demócrata, Woodrow Wilson, al dividir el voto republicano.

PressConference

Doug Hoffman, candidato del Partido Conservador de Nueva York al puesto de representante en la Cámara de Representantes (House of Representatives) en Washington por el 23º distrito de la ciudad, y que desde el pasado jueves día 22 cuenta con el apoyo expreso de Sarah Palin. ¡Oído al parche! Candidato del Partido Conservador de Nueva York, no del Partido Republicano, quien presenta a su propia candidata, Dierdre Scozzafava. ¿Qué significa esto? ¿Acaso el GOP se está cuarteando?

Primero, los antecedentes

Todos sabemos que este no es año electoral así que, ¿qué es eso de que en Nueva York va a haber elecciones? ¿Y a la Cámara de Representantes ni más ni menos? ¿Se ha muerto alguien acaso? No, en absoluto. Ahora les explico por qué.

El 23º distrito de Nueva York estaba representado en Washington hasta hace poco por el republicano Johh M. McHugh (había sido reelegido en 2008), el cual tuvo que dimitir de su puesto al ser nombrado el 21 de septiembre pasado (habiendo sido confirmado previamente por el Senado) United States Secretary of the Army (que en España sería algo así como Subsecretario de Estado para el Ejército), algo no demasiado sorprendente si recordamos que el United States Secretary of Defense (que en España sería algo así como el Ministro de Defensa) es el también republicano Robert M. Gates, nombrado inicialmente para el cargo por el anterior presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y confirmado en él (imaginamos que al coste de una úlcera sangrante) por el actual.

Debido a las circunstancias, el puesto de representante de McHugh, pese a que el año que viene será uno de los cargos que se cubrirán dentro de las elecciones del midterm, no podía quedar vacante durante tanto tiempo, un año prácticamente, y una vez que el gobernador de Nueva York, el demócrata David Paterson, fue informado oficialmente de ello, anunció el pasado 29 de septiembre la apertura de un proceso electoral especial para cubrir el puesto, proclamando la fecha del 3 de noviembre de este año para ello (lo que coincide con la fecha del Election Day de este año, el martes después del primer lunes de noviembre).

Después, un poco de historia (electoral)

El 23º distrito de Nueva York es uno de los 29 distritos en los que está dividida la ciudad de Nueva York a efectos políticos para la elección de sus miembros de la Cámara de Representantes (House of Representatives), una división que está en vigor desde el año 2000, cuando se suprimieron dos de ellos. Situado al nordeste de la ciudad, abarca los siguientes condados:

  • Clinton
  • Essex (parcialmente)
  • Franklin
  • Fulton (parcialmente)
  • Hamilton
  • Jefferson
  • Lewis
  • Madison
  • Oneida (parcialmente)
  • Oswego
  • Saint Lawrence

NY23

Plano del 23º distrito electoral de Nueva York. Un safe seat (escaño asegurado) de toda la vida para los republicanos que, ahora mismo, no está tan asegurado como dicen. Y es que cuando se tira demasiado de la cuerda, ¿qué pasa? Que, al final, se rompe.

Poíticamente, tiene un historial de republicanismo que llama la atención en una ciudad tan asociada desde siempre con los demócratas, ya que un demócrata no ha representado al distrito desde 1871, habiendo partes del distrito que retrasan tal marca hasta 1851 (deben de ser los aires o tal vez el agua, que preserva la sensatez de sus habitantes). John M. McHugh ha mantenido tal historial ganando una elección tras otra en este distrito desde 2003 y nunca bajando del 60% de los votos.

A priori, no parecía que fuera a ser una elección muy interesante, cantada como estaba la victoria republicana. Sin embargo, no hay que fiarse nunca y todo comenzó cuando el Partido Republicano decidió nominar a Dierdre Scozzafava, representante republicana en la asamblea del Estado, como su candidata a sustituir a McHugh mientras que el Partido Demócrata hacía lo mismo con Bill Owens, abogado y hombre de negocios. El caso es que la nominación de Scozzafava no sentó demasiado bien entre los conservadores (“conservador” no es lo mismo que “republicano” y en estos tiempos que corren cada día se parecen menos lamentablemente) y algunos de entre ellos se negaron en redondo a apoyar a Scozzafava. Uno de esos grupos “rebeldes”, el constituido por el Partido Conservador del Estado de Nueva York (del que hablaremos acto seguido), decidió que tururú y que a Scozzafava la iba a votar su señora madre y que ellos nominarían a su propio candidato, lo que al final hicieron nombrando candidato a Doug Hoffman, un contable y hombre de negocios.

¿Existe un Partido Conservador del Estado de Nueva York?

Pues sí que existe y es ciertamente muy activo. De hecho, fue fundado en 1962 por una serie de personas indignadas con la creciente inclinación hacia posturas liberales (entendido a la estadounidense; es decir, izquierdistas) que percibían en el Partido Republicano del Estado de Nueva York. Para ello, aprovecharon el llamado “fusion voting”, un arreglo que permite a dos o más partidos políticos apoyar a un mismo candidato, recogiendo los votos de ambos partidos. Este sistema, que sólo se admite en ocho Estados de los Estados Unidos (Connecticut, Delaware, Idaho, Mississippi, Nueva York, Oregon, Carolina del Sur y Vermont), permite que partidos políticos minoritarios puedan tener alguna influencia en los programas políticos de los candidatos de los dos partidos mayoritarios.

En Nueva York, el “fusion voting” es una característica propia, existiendo partidos minoritarios tales como el Working Families Party, Right to Life Party, Liberal Party, Independence Party y el que ahora nos interesa, el Conservative Party, un partido que ha contado con el apoyo de William F. Buckley, el fundador de National Review, que se presentó en 1965 como su candidato al puesto de alcalde de Nueva York. En 1970, su hermano, James, se presentó al Senado como el candidato del Partido Conservador y fue elegido frente a los candidatos republicano y demócrata, aunque en 1976 perdió la reelección ante el candidato demócrata, Daniel Patrick Moynihan.

No es habitual que el Partido Conservador presente a sus propios candidatos, pero tampoco inusual. De hecho, suele apoyar a los candidatos del Partido Republicano, pero hay ocasiones en que se le hace demasiado cuesta arriba y entonces se plantan. Una de esas ocasiones se produjo cuando Rudy Giuliani se presentó como candidato a alcalde de Nueva York en 1989 (y en 1993 y 1997, para su reelección) con el apoyo del Liberal Party, otro de esos partidos minoritarios típicos de Nueva York y que, como bien podemos todos suponer, con semejante nombre no puede ser que un conservador de bien se sienta demasiado a gusto si su candidato lo es también de ellos. Su apoyo es considerado esencial por parte del Partido Republicano, dado que desde 1974 nunca un candidato republicano ha ganado unas elecciones a un cargo estatal (como es el caso de un congresista) sin el apoyo del Partido Conservador. ¡Ah, y para que no se diga! En ocasiones, el Partido Conservador ha apoyado al candidato demócrata si ha considerado que se trataba de un demócrata de fiar (por ejemplo, Jimmy Griffin como senador estatal entre 1967 y 1977; Frank Hogan como fiscal del distrito entre 1941 y 1973; y Michael McNulty como congresista en Washington por el 21º distrito entre 1989 y 2009), lo cual aleja de ellos la fácil acusación de sectarios. Para ellos, los principios son lo primero y antes prefieren a un demócrata moderado que a un republicano liberal (a la manera estadounidense, o sea, un RINO).

En 2008, el Partido Conservador apoyó expresamente la candidatura republicana presentada por John McCain y Sarah Palin. Actualmente, su presidente es Michael R. Long, teniendo su sede en Hamilton Station (NY).

Los candidatos de los partidos mayoritarios: pena, penita, pena

Antes que nada, aclarar que para la selección de los diferentes candidatos no se recurrió al habitual procedimiento de las primarias sino que fueron elegidos por los dirigentes locales del distrito que se reunieron a puerta cerrada y lo escogieron a dedo, tanto en el caso del Partido Demócrata como del Republicano.

Por parte demócrata, hubo algunas dudas sobre su candidato ya que los dos más valiosos, los senadores estatales David Valeski y Darrel Aubertine, tenían el problema de que en caso de victoria dejarían un escaño vacío en la asamblea estatal cuando sólo tienen una mayoría de dos votos (32 a 30) frente a los republicanos. Una mayoría exigua dado que durante este mes de junio y julio dos senadores demócratas (Pedro Espada Jr. y Hiram Monserrate) se aliaron con los republicanos para crear una nueva mayoría, lo que fue todo un espectáculo (de los lamentables, por supuesto) que terminó con los dos “traidores” volviendo al redil. Además, por si fuera poco, uno de esos senadores (Monserrate) ha sido condenado recientemente por agredir a su novia y está pendiente de ser destituido o no de su cargo, lo cual es un punto más a favor de que no se presente ningún senador estatal a las elecciones por lo que pudiera pasar. En consecuencia, la nominación fue a parar a Bill Owens, un abogado de Plattsburgh.

¿Quién respalda a Bill Owens? Pues como es de suponer, el presidente de Estados Unidos además de el anterior presidente Bill Clinton.

Por lo que se refiere a los republicanos, estos se decidieron ràpidamente a favor de Dierdre Scozzafava, una senadora estatal, descartando durante el proceso de selección, entre otras, la candidatura de Doug Hoffman (de quien hablaremos acto seguido). En cuanto a Scozzafava, no se trata simplemente de que tenga poco de conservadora, ya que es partidaria del aborto, del matrimonio homosexual y de subir los impuestos, sino que además hay habladurías según las cuales su marido había tenido conversaciones con miembros del Partido Demócrata con el objetivo de pactar el pase de su esposa a dicho partido antes de ser nominada, lo cual es toda una garantía para el futuro, ¿verdad? ¡Ah! Y para que quede claro lo mucho que confían los dirigentes nacionales del GOP en ella, el National Republican Congressional Committee (Comité Nacional Republicano del Congreso) ha contribuido con cerca de un millón de dólares a su campaña.

Si será progre ella que Mark Steyn la ha calificado de DIABLO (Democrat In All But Label Only, demócrata en todo salvo en la etiqueta), creando un nuevo neologismo que está llamado a tener éxito. ¿Que si un DIABLO es peor que un RINO? Por ahí, por ahí… Tal vez sea peor ciertamente. Lo que es seguro es que no es bueno, no.

¿Y quién respalda a Dierdre Scozzafava? Pues aparte de la NRA (National Rifle Association) y de Newt Gingrich en lo que parece una espectacular metedura de pata por parte de éste si realmente quiere postularse como candidato a las presidenciales de 2012 como parece que tiene la intención, ni más ni menos que… Markos Moulitsas, fundador del blog Daily Kos, el más izquierdista de entre todos los blogs izquierdistas. ¡Chúpate ésa! Con semejantes apoyos, cualquiera que sea conservador tiene más de un motivo para pensárselo, ¿no? Por cierto, los supuestos “presidenciables” del GOP no han dicho ni pío todavía sobre la candidatura de Scozzafava alegando que “no siguen las noticias al respecto”. Así pues, Mitt Romney, Mike Huckabee y Tim Pawlenty, tal vez conscientes de que salir avalando públicamente la candidatura de Scozzafava puede causarles más perjuicios que beneficios, han preferido callarse lo que no ha hecho Gingrich quien anda por ahí defendiendo su apoyo a la DIABLO ésa y jurando que a pesar de sus posturas de izquierda, Scozzafava es una auténtica conservadora. ¡Ay, quién te ha visto y quién te ve, Newt!

El tercero en discordia o los conservadores de verdad se lo piensan

Y como quiera que hay más que motivos para pensárselo, los del Partido Conservador del Estado de Nueva York decidieron que no estaban ellos para comulgar con ruedas de molino del tamaño de Scozzafava y negaron su apoyo al Partido Republicano en estas elecciones. ¿Y a quién postularon ellos como su candidato? Pues a Doug Hoffman, uno de los anteriores candidatos a la nominación por parte del Partido Republicano. Había otros candidatos, pero los tres se pusieron de acuerdo en retirar sus respectivas candidaturas y apoyar la de Hoffman

¿Quién es Doug Hoffman? Se trata de un contable (cualificado como censor jurado de cuentas) y hombre de negocios residente en Lake Placid (NY). Casado desde 1973, tiene tres hijos y cuatro nietos a pesar de no tener todavía 60 años. Antiguo miembro de la Guardia Nacional (1970-1973) y de la Reserva del Ejército de Estados Unidos (1973-1976), Hoffman participó en la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno que tuvieron lugar en Lake Placid en 1980.

¿Quién respalda a Hoffman? Pues entre otras personas e instituciones, las siguientes:

  • El antiguo senador Fred Thompson.
  • Steve Forbes, editor del semanario Forbes y antiguo candidato a la nominación por el Partido Republicano a la presidencia en 1996 y 2000.
  • La asociación de conservadores fiscales Club for Growth.
  • La asociación pro-vida The Susan B. Anthony List.
  • Mi admirada comentarista política Michelle Malkin (¡hurra!).
  • El editor del semanario The Weekly Standard, Bill Kristol.
  • El periódico The Wall Street Journal, a través de un editorial.
  • La revista National Review.
  • El comentarista de radio Mark Levin.
  • El comentarista de radio Rush Limbaugh.
  • El comentarista de radio y televisión Glenn Beck.
  • El comentarista de radio Hugh Hewitt.
  • El antiguo líder de la mayoría republicana en la House of Representatives (Cámara de Representantes), el texano Dick Armey.
  • La representante Michelle Bachmann.

y…

  • ¡SARAH PALIN!

Y es que donde para algunos impera el “Party first, principles second” (Gingrich, por ejemplo), Sarah se presenta ante todos como la única conservadora con firmes convicciones y redaños para defenderlas contra viento y marea. ¡Tres hurras por Sarah! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra!

Totos

Bonita foto de familia. Los tres rivales para el puesto de representante por el 23º distrito de Nueva York. Dos progres y un conservador. ¿Adivinan cuál es el conservador? Una pista: lleva gafas.

Dos programas a cuál más diferente

Para muestra, un botón. Y para comprender más fácilmente porqué los conservadores de verdad neoyorquinos han desenterrado el hacha de guerra contra Dede Scozzafava, nada mejor que comparar los programas de los dos candidatos supuestamente republicanos en liza. Dicho y hecho, helo aquí (tomado de la propia pàgina del candidato conservador, Doug Hoffman):

Doug Hoffman, candidato conservador (pero conservador de verdad):

  • Cree que las actuales leyes sobre impuestos favorecen la corrupción.
  • Cee que los déficits son un error.
  • Cee que el aborto es un error.
  • Cee en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
  • Se opone a la ley del “card-check” (por la cual, todos los trabajadores se verán obligados a afiliarse a algún sindicato aunque no quieran).
  • Se opone a que se derogue el sistema de “don’t ask, don’t tell” (en el Ejército, a los homosexuales no se les pregunta expresamente si lo son y a cambio se espera de ellos que no revelen públicamente su condición).
  • Apoya la reforma de las leyes sobre pleitos en lo que se refiere a las supuestas negligencias médicas, una de las medidas apoyadas por Sarah Palin para reformar de verdad el sistema sanitario estadounidense.
  • Se opone al proyecto de reforma de la Sanidad Pública propuesto por los demócratas.
  • Apoya firmemente la guerra contra el terrorismo.
  • Se opone a las leyes de cuotas de emisión de CO2.

Dede Scozzafava, candidata republicana (pero liberal, ¿eh?)

  • Ha votado ya dos veces a favor de legalizar el matrimonio homosexual.
  • Apoya el aborto en todos los casos.
  • Apoya que el aborto sea costeado por la Seguridad Social.
  • Apoya la ley del “card-check”, la misma a la que se opone su rival.
  • Apoya el gasto masivo por parte del Estado aunque ello suponga subir los impuestos.
  • Apoya a los sindicatos.
  • En una escala de 0 a 100, puntuó sólo 15 puntos como conservadora (menos aún que muchos demócratas en la asamblea estatal).
  • Apoya subir los impuestos a los “ricos”, sea lo que sea que ella entienda por tales, aunque ello suponga castigar a quienes crean puestos de trabajo levantando empresas.
  • Votó a favor de que los maestros de escuela sindicados puedan jubilarse anticipadamente sin merma en su pensión.
  • Tiene el apoyo expreso de una de las organizaciones afiliadas a ACORN (en concreto, el Working Families Party).

La gran sorpresa… ¿o no tan grande?

El pasado jueves día 22 saltó la sorpresa y como viene siendo habitual últimamente, saltó por Facebook. Sarah Palin había publicado una nota desmarcándose de la candidata republicana oficial, Dede Scozzafava, y prestando su apoyo (moral y económico) al candidato del Partido Conservador del Estado de Nueva York, Doug Hoffman. El texto de la nota en su original en inglés lo pueden leer aquí, pero les ofrezco su traducción al español.

¡La gente del 23º distrito congresional de Nueva York están listos para cambiar las cosas y Doug Hoffman se vuelve cada vez más fuerte según se va acercando el gran día de las Elecciones! Él necesita de nuestra ayuda ahora.

Los votos de cada miembro del Congreso afectan a todos los estadounidenses, lo que es importante que todos nosotros prestemos atención a esta importante campaña congresional en la parte alta del Estado de Nueva York. Estoy muy satisfecha de anunciar mi apoyo a Doug Hoffman en su lucha para ser el próximo representante del 23º distrito congresional de Nueva York. Es un honor para mí el apoyar a Doug y hacer todo lo que pueda para ayudarle a ganar, incluyendo el que mi comité de acción política, SarahPAC, doné a su campaña la contribución máxima permitida por la ley.

Nuestra nación está en una encrucijada y es de nuevo «tiempo para elegir».

El gobierno federal toma, gasta e imprime demasiado dinero mientras nuestra deuda nacional alcanza un nivel récord. El gobierno crece mientras que el sector privado se reduce y el desempleo aumenta. Doug Hoffman se ha comprometido a poner fin al derroche irresponsable en Washington, DC, y al enorme aumento en el tamaño y alcance del gobierno federal. También está plenamente comprometido a apoyar a nuestros hombres y mujeres de uniforme que tratan de completar sus misiones en el extranjero con honor.

Y lo mejor de todo, Doug Hoffman no ha sido ungido por ninguna maquinaria política.

Doug Hoffman representa los principios que deberían compartir todos los republicanos: un gobierno más pequeño, impuestos más bajos, una defensa nacional fuerte y el compromiso con la libertad individual.

Los partidos políticos deben estar para algo. Cuando los republicanos cruzaban el desierto a finales de los años 70, Ronald Reagan sabía que la doctrina de la «difuminación de las líneas» entre las partes no era un medio adecuado para ganar las elecciones. Lamentablemente, el Partido Republicano de hoy ha decidido elegir a un candidato que difumina más que sobradamente las líneas y que no supone ninguna diferencia real entre los demócratas y los republicanos en esta carrera. Esta es la razón por Doug Hoffman se presenta por el Partido Conservador.

Los republicanos y los conservadores de todo el país están enviando un importante mensaje al establishment republicano con su excelente apoyo a Doug Hoffman: no más política como siempre.

Usted puede ayudar a Doug visitando su sitio web oficial indicada debajo y unirse a mí en el apoyo a su campaña: http://www.doughoffmanforcongress.com/donate3.html.

 Sarah Palin

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¿Puede ganar Doug?

La respuesta es que lo tiene ciertamente difícil aunque no es de descartar la sorpresa. De hecho, la candidatura de Hoffman ha despertado mucho entusiasmo entre los buenos votantes conservadores de Nueva York que se han volcado en su apoyo, recolectando cientos de miles de dólares y teniendo un plan preparado para estos últimos días antes de las elecciones con el que se pretende emitir 800 cuñas publicitarias radiofónicas, repartir 80.000 panfletos y reclutar más de 200 voluntarios para trabajar en los colegios electorales el próximo martes.

Algunos protestan contra Hoffman alegando que su candidatura resta votos a la republicana (aunque poco republicana la veo yo; si acaso demócrata bis) y puede terminar favoreciendo la elección de Owens, el candidato demócrata. Es cierto, pero todos son conscientes de ello y les parece un riesgo asumible porque no es realmente la elección de un demócrata o de un republicano lo que está en juego en estas elecciones sino otra cosa que Marilyn Musgrave, antigua representante republicana por Colorado, ha señalado perfectamente al decir:

This is the shot that needs to be fired to Republican leaders to wake them up.

(Éste es el tiro que necesitamos disparar a los líderes republicanos para que despierten de una vez).

O como ha señalado Marjorie Dannenfelser, presidente de la The Susan B. Anthony List, la organización pro-vida:

The No. 1 victory will be to defeat Dede.

(La principal victoria sera derrotar a Dede).

A lo que la susodicha, Dede Scozzafava, ha replicado muy ufana ella:

All of this outside noise, it’s a distraction. But it does add a little fuel to my fire.

(Todo este ruido molesto de fuera no es más que una distracción. Pero si que añade un poco de gasolina a mi fuego).

Réplica a la que el propio Hoffman ha contestado recordando sencillamente cuál es la causa de su candidatura:

She certainly doesn’t hold the Republican values that I hold which is smaller government, less taxes, fiscal responsibility and not spending money you don’t have.

(Ella ciertamente no respalda los valores republicanos que yo respaldo y que son un gobierno más pequeño, menos impuestos, responsabilidad fiscal y no gastarte el dinero que no tienes).

El meollo de la cuestión no está en si Hoffman resulta elegido o no, sino en que si resulta elegida Scozzafava, que de conservadora no tiene nada, el año que viene cuando se vuelva a elegir al representante del 23º distrito, será muy difícil que lo logre un conservador. Y eso sin contar con la posibilidad de que Scozzafava acabe cambiando de chaqueta y pasándose a los demócratas llevando como “precio de la novia” el codiciado escaño. Si ganase en cambio Hoffman, no solo tendríamos a un conservador de verdad en el escaño, sino que además se habría mandado un mensaje estruendoso a la asténica dirección del GOP en el sentido de que basta ya de blanduras y centrismos y un poco más de principios conservadores o vais a acabar todos de patitas en la calle porque no os vamos a votar. Algo que sería estupendo, la verdad sea dicha porque hay cada uno por ahí diciendo que es conservador que es como para pensárselo…

¿Y si al final gana Owens? ¿Qué pasa entonces? Pues nada. Los demócratas tienen tal mayoría en la Cámara de Representantes (alrededor de 70 votos) que uno más o uno menos no supone ninguna diferencia. Pero la diferencia sería que aún en el caso de perder, Hoffman se convertiría en la major baza para derrotar a Owens el año que viene, el único que supondría una diferencia con respect o a lo que ofrece Owens a sus votantes.

O sea, que ésta no es realmente una elección entre demócratas y republicanos sino, y tal y como ya dije hace tiempo en una de mis entradas, el primer tiro de la guerra civil que se va a vivir en el GOP entre conservadores y no conservadores (o RINO o DIABLO o malbichos) y que terminará, sea cual sea su resultado, con una nueva definición del partido, ya sea para convertirse en un Partido Demócrata bis (Dios no lo quiera) o para volver a los viejos principios conservadores que nunca debió abandonar y ser de nuevo el partido de Reagan, ojalá que con Sarah Palin como figura relevante. Y es que como ha declarado recientemente Dick Armey, el president de FreedomWorks y antiguo líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes:

I think the Republican Party missed its first big opportunity to differentiate itself from big government liberalism and get back to being the party of Reagan. When we’re like us, we win. And when we’re like them, we lose.

(Creo que el Partido Republicano ha perdido su primera oportunidad de diferenciarse claramente del liberalismo del gran gobierno y volver a ser el partido de Reagan. Cuando somos como somos, ganamos. Y cuando somos como ellos, perdemos).

En definitiva, una gran apuesta de Sarah Palin que nos demuestra que sabe perfectamente lo que hace. El martes sabremos el resultado. ¿Habrá sorpresa? ¿Será el “efecto Palin”? Estaremos atentos a ello.


EL MENSAJE DE SARAH PALIN EMPIEZA A CRUZAR LAS FRONTERAS

24/09/2009

 

Si le preguntamos a cualquier progre cuál es su ideal de sociedad, la inmensa mayoría de ellos se inclinarán por los celebérrimos países escandinavos, el paraíso de la socialdemocracia europea. Admirados, hablarán maravillas de ellos (aunque muy posiblemente serán incapaces de citar ni uno sólo de ellos por su nombre o de situarlos siquiera en el mapa) y terminarán su perorata con un suspiro de pena por no haber nacido allí que casi levantará el techo. ¡Pues muy bien! Vamos a darnos una vuelta por uno de esos supuestamente tan afortunados países, Noruega, y vamos a comprobar a quien admiran ellos. Y el resultado mejor no se lo decimos a nuestro progre-vikingo honorario porque si se llega a enterar de que ellos admiran a Sarah Palin igual le da un ataque… ¿O sí se lo decimos?

Jensen

Siv Jensen, de cuya existencia me enteré gracias a Adam Brickley de Conservatives for Palin (¡gracias, Adam!). Un soplo de aire fresco en el enrarecido ambiente de los países escandinavos donde no es todo tan bonito como parece. Créanme, conozco uno de ellos, Dinamarca en concreto, y siempre he pensado que si Europa estalla por algún lado, no será precisamente por el Sur sino por el Norte. Son una serie de países bajo cuya limpísima fachada, late un auténtico polvorín. Y seguir con las recetas socialdemócratas supone darle a un pirómano un bidón de gasolina y una cerilla para que juegue.

Nacida en Oslo el 1 de junio de 1969, Siv Jensen tiene un año menos que yo, lo cual no es que sea demasiado importante pero me hace ilusión decirlo y dicho queda. Actualmente es la líder de su partido, el Partido del Progreso (Fremskrittspartiet en noruego o simplemente FrP) y su reciente segundo puesto en las elecciones generales celebradas el pasado 14 de septiembre ha hecho que muchos noruegos empiecen a ser conscientes de que muy probablemente ella será su próxima Primera Ministra. Y quizás antes de 2013, que es cuando está previsto que se celebren las próximas elecciones generales.

El nombre de Siv Jensen saltó por primera vez a la luz en 1998 cuando fue nombrada primer vicepresidente por el entonces líder del partido, Carl I. Hagen. En 2005 su buen hacer le llevó a ocuparse además de la supervisión de la tarea de todos los parlamentarios del partido en el Storting (el parlamento noruego). Al año siguiente, Hagen, líder del partido desde 1978, dimitió y se retiró de la vida pública, pasando Jensen a asumir el liderazgo del Partido del Progreso, por aquel entonces el segundo partido en importancia en Noruega con el 22% de los votos y 38 escaños en el Storting de un total de 169. En 2008, tras el congreso de su partido, Jensen fue elegida formalmente líder del partido y, en consecuencia, su candidata al puesto de Primer Ministro en las próximas elecciones generales de 2009.

Así pues, Jensen heredó un partido en buena forma y con fundadas posibilidades de llegar al poder en un corto plazo de tiempo. El caso es que Noruega, como en casi todas las naciones democráticas, el sistema electoral es algo curioso: aquí prima el voto rural sobre el urbano concentrado fundamentalmente en la capital, Oslo. El resultado es la casi imposibilidad de que un único partido logre la mayoría absoluta en las elecciones, obligando a los partidos políticos a pactar alianzas de gobierno. Desde las elecciones generales de 2005, la alianza de partidos que ocupa el gobierno noruego es la llamada “coalición verdirroja”, formada por el Partido Laborista Noruego (Det Norske Arbeiderparti), el Partido Socialista de la Izquierda (Sosialistisk Venstreparti) y el Partido del Centro (Senterpartiet), todos ellos entusiastas partidarios de la socialdemocracia al mejor (¿peor?) estilo europeo.

El liderazgo de Jensen al frente del Partido del Progreso empezó a notarse cuando decidió que había que empezar a tener mejores relaciones con el resto de partidos no socialdemócratas de Noruega, tales como el Partido Conservador (Hoyre), con la esperanza de lograr trabar una alianza que les permita alcanzar algún día el gobierno del país. Los conservadores se han mostrado receptivos a los esfuerzos de Jensen y, como resultado, el resto de partidos han emprendido una campaña de descrédito del Partido del Progreso con la intención de minar su apoyo electoral aprovechando que Jensen es una mujer que no le tiene el más mínimo miedo a dar la batalla de las ideas en un país, Noruega, en el cual cualquier intento de cuestionar la socialdemocracia imperante es tabú.

¿Y qué es lo que cuestiona Jensen que le ha valido el odio de sus adversarios? Pues lo razonable: que la lasitud de las leyes noruegas en la cuestión de la inmigración procedente de países musulmanes supone un peligro para la estabilidad del país, que los impuestos deben bajar para que sean los propios ciudadanos quienes decidan qué prefieren hacer con su propio dinero y que el omnipresente estado socialdemócrata debe reducirse al mínimo nivel posible y, para empezar, debe dejar de intervenir en la economía noruega. Como pueden ver, anatema todo y merecedor de la pena de hoguera por hereje. ¡Bravo Siv!

Pero lo peor de todo, visto desde el punto de vista del cegato socialdemócrata, es que Jensen es una firme defensora del derecho de Israel a existir y a hacerlo en paz y seguridad. Así, el pasado 8 de enero, Jensen fue una de las oradoras en un meeting en apoyo de Israel celebrado en Oslo, en plena ofensiva del ejército israelí en Gaza. El meeting pretendía apoyar a Israel, comprendiendo las razones que tenía para efectuar esa acción, al tiempo que pedían que se lograra un alto el fuego lo antes posible y que se permitiera el reparto de ayuda humanitaria a la población civil de Gaza. El resultado fue un monumental altercado cuando una multitud hostil se enfrentó a los asistentes. En palabras del doctor Asle Toje, asesor en política exterior del Partido del Progreso, y uno de los asistentes al acto al periódico Jerusalem Post (ver la fuente aquí):

«I have never experienced this kind of hatred in Norway. There were people throwing stones at and spitting on rally-goers. Afterward, people carrying Israeli flags were randomly attacked in the streets».


(Nunca había experimentado este tipo de odio en Noruega. Había gente tirando piedras y escupiendo a los asistentes. Después, la gente que llevaba banderas israelíes fueron agredidos al azar en las calles.)

Como resultado de todo ello, Jensen empezó a recibir amenazas de muerte y ahora tiene que llevar protección policial las 24 horas del día. ¡Para que luego digan de la pacífica Escandinavia! Y esto no es un caso aislado, sino lo acostumbrado. El doctor Asle Toje lo confirma en la misma entrevista:

“Norway, a country that used to be very pro-Israel, has turned into one of the most anti-Israel countries in Europe today,» within both government and public opinion”.

(Noruega, un país que solía ser muy proisraelí, se ha convertido en uno de los más antiisraelíes de Europa hoy en día, tanto en el gobierno como en la opinión pública.)

Gracias a Dios, Jensen no es cobarde y nada le impide seguir diciendo alto y claro que la orientación socialdemócrata del gobierno que dirige Noruega está llevando el país al desastre, acusándole de “ingenuo”. La mejor manera de acceder a su pensamiento está en esta amplia entrevista realizada el pasado 21 de enero por Bruce Bawer (uno de mis escritores favoritos, por cierto) y Daniel Johnson para, de nuevo, el periódico Jerusalem Post (léala aquí). Se trata de una entrevista magnífica en la que Jensen no sólo se demuestra como una política sólida y responsable sino también como una mujer íntegra y consciente. Y valiente, muy valiente. Y merecedora de todo mi respeto y de una entrada en este blog sólo por esta respuesta:

Who are the other politicians you admire in Europe – or indeed, in the US? I see Sarah Palin as a very strong and vital woman who can do good things for the US in future years. I think that Sarkozy is a strong and good leader for France, with the ability and strength to reform his country. It’s absolutely necessary to do that. I’m curious about the renewal of the Tories. It’s interesting what is happening there these days, and I have had the pleasure of meeting with a few of their politicians. They have good ideas, good plans, good reforms, and what I see is that they have gotten back some of the guts that you saw under Margaret Thatcher, who is one of my political heroes. She stood up as so strong in everything that she did, and she fought fights – all necessary ones. This made the UK into a better country, and it made it better for the average British woman after the reforms that she made.

(¿Quiénes son los otros políticos a los que usted admira en Europa –o incluso en los Estados Unidos? Veo a Sarah Palin como una mujer muy fuerte y vital que puede hacer grandes cosas por los Estados Unidos en los años que vienen. Creo que Sarkozy es un líder bueno y fuerte para Francia, con la habilidad y la capacidad de reformar su país. Es absolutamente necesario que haga eso. Tengo curiosidad por la renovación de los tories. Es interesante lo que está pasando estos día y he tenido el placer de encontrarme con algunos de sus políticos. Tienen buenas ideas, buenos planes, buenas reformas y lo que yo ve es que han recuperado algunos de los arrestos que uno veía cuando Margaret Thatcher, que es uno de mis héroes políticos. Ella se mantuvo todo lo firme que se podía en todo lo que hizo y luchó siempre que fue necesario. Ella hizo que Reino Unido fuera un país mejor y a la mujer británica corriente le fue mejor tras sus reformas.)

Admiradora de Sarah Palin, admiradora de Margaret Thatcher, sin miedo al enfrentamiento… Esta mujer se merece un respeto y mi atención a partir de ahora. Prometo seguir su trayectoria atentamente.

¿Y qué ha pasado en las recientes elecciones generales noruegas? Porque Jensen no ha ganado, ¿verdad? Ciertamente. Los tres partidos actualmente en el poder, la coalición verdirroja, ha logrado la mayoría de los escaños del Storting: 86, perdiendo uno con respecto a 2005. Los otros cuatro partidos han conseguido los 83 restantes. Por la cuenta que nos trae, el Partido del Progreso de Jensen ha obtenido su mejor resultado en toda su historia: 41 escaños, subiendo 3 con respecto a 2005.

Pero lo más interesante es lo que ha pasado con los otros tres partidos no pertenecientes a la coalición de gobierno: el Partido Conservador (Hoyre), que ha ganado 7 escaños y ahora dispone de 30 en total; el Partido Cristiano Democrático (Kristelig Folkeparti), que ha perdido 1 y ahora dispone de 10; y el Partido Liberal (Venstre), que ha perdido 8 y se ha quedado con solo 2. ¿Recuerdan que les comenté al principio que uno de las características del nuevo Partido del Progreso dirigido por Jensen era su apertura hacia otros partidos con la intención de empezar a perfilar una futura coalición de gobierno? Pues bien, a esta apertura sólo respondió favorablemente el Partido Conservador mientras que los otros dos se negaron en redondo a sentarse siquiera en la misma mesa que ella. Pues a la vista están los resultados: los dos han perdido votos y escaños que han ido a parar al Partido Conservador, el único que ha aceptado la mano tendida por Jensen. El líder del Partido Liberal, Lars Spondheim, ya ha presentado su dimisión. Bien merecido lo tiene.

En definitiva, que una nueva generación de líderes mundiales está empezando a surgir y esa generación tiene clara una cosa: tienen ojos para ver y agallas para tomar decisiones. No necesitan las anteojeras (ideológicas) que con tanto orgullo lucen dirigentes como el presidente de Estados Unidos. Justo lo que necesitamos en estos tiempos tan convulsos que vivimos cuando cada día que pasa parece que es un día menos para el desastre final. Veo el final de una época, tal vez la definitiva muerte del monstruo marxista que aún anda por ahí camuflado, y el inicio de otra nueva y esa época la inaugurarán personajes como Siv Jensen en Noruega y, Dios lo quiera, Sarah Palin en Estados Unidos. Recemos por ello.


EN ESPAÑA, ¿A QUIÉN LE IMPORTA SARAH PALIN?

22/09/2009

 

Por una vez, el título de esta entrada no es un recurso literario sino que se trata de una pregunta que me han hecho hace poco. Y es una pregunta que hasta ahora no había tenido que plantearme realmente porque la mayoría de mis lectores proceden de la comunidad hispanoparlante de Estados Unidos, gente que tiene todos los motivos para interesarse por quien algún día, Dios mediante, se convertirá en su presidente. Sin embargo, la reciente publicación de un artículo mío (ver aquí) en el suplemento de Exteriores de Libertad Digital, ha provocado que el interés por mi blog entre mis compatriotas haya subido como la espuma y uno de ellos, con la mejor de sus intenciones, me ha hecho esta pregunta. Y estoy presto a responderle.

Imagínense esta noticia en su periódico habitual: “Sarah Palin y su marido visitan España. Miles de personas les reciben entusiasmados a su llegada al aeropuerto a pesar del frío reinante”. Sueño con eso. Por supuesto, yo sería uno de los más entusiastas y ya podría llover, nevar o caer chuzos de punta que ahí estaría gritando “Sarah, Sarah, Sarah”. ¡Y tirándole una bola de nieve (con una piedra dentro) al alcalde de turno que pretendiera hacerse una foto a su lado cuando seguro que no es más que un maldito politicastro de los que se han reído mil veces de ella!

Sobre mi despertar político, creo que ya está todo dicho. Los habituales de este blog lo conocen de sobras porque lo han leído en la página etiquetada como “Autor”. Los que no lo hayan hecho, tal vez sería mejor que lo leyeran primero y luego volviesen a esta entrada. El caso es que a raíz de ese despertar y de las mil y una preguntas que empezaron a rondarme por la cabeza y que debía encontrar como fuera la manera de responder acabé comprendiendo que, por mucho que pretendan algunos, España no es una auténtica democracia, sino lo que yo denomino una “democracia de papeleta”, o sea, un timo. Una falsa democracia que lo único que tiene de eso es el ritual del día de las elecciones, ya sean locales, regionales o nacionales. En España, para desgracia nuestra, no existe la discusión política, una verdadera discusión en la que se propongan diversas alternativas de gobierno, se valoren sus pros y sus contras y los españoles podamos escoger libremente entre una y otra. Y no existe porque la única ideología que se tolera es la del estatismo rapaz, un estatismo tan desenfrenado que cada uno de nosotros cuenta con un estado nacional, su respectivo pseudoestado regional y en muchos casos hasta otro pseudoestado local, lo cual ya es el colmo del estatismo: un estatismo elevado al cubo. O sea, tres administraciones públicas a las que sostener con nuestros impuestos. Tres clases políticas a las que mantener en la riqueza. Tres amos a los que obedecer. Y lo que es peor, no existe manera de romper ese corsé que nos oprime porque está todo atado y bien atado, que diría aquél. Tan atado que hasta alguno de esos politicastros que nos engañan a diario se arroga el derecho a decidir qué es lo que nos importa y qué es lo que no.

En consecuencia, esa “democracia de papeleta” resulta ser una vulgar oligarquía en la que la clase dirigente es una clase política, la misma clase sea cuál sea el partido político al que digan pertenecer, enquistada como un parásito en el organigrama y los presupuestos del Estado. El Estado nos gobierna absolutamente y el ciudadano, desesperado al ver que no puede librarse de sus garras, acaba pensando que cuánta razón tenían sus padres cuando le aconsejaban que no se metiera en política.

Lo malo es que quienes no hicieron caso a sus padres y sí que se metieron en política tras la muerte de Franco en 1975 han acabado siendo la generación más mentirosa de la historia de España, una generación de ambiciosos que clamaban pidiendo libertad por todas partes y al final lo único que nos trajeron fueron unos nuevos amos: ellos. Porque una de las esencias del poder, aquí y en todas partes, es el miedo cerval que siente a que los ciudadanos puedan tomar sus propias decisiones sin contar antes con su beneplácito. En 1975, conscientes de que ya no podían continuar como llevaban haciéndolo desde hacía cuarenta años, la vieja elite política se retiró de la escena pública, dio paso a la nueva elite que llegaba ansiosa y “con mejor prensa” y ambas compartieron el verdadero poder que la vieja elite nunca cedió del todo y que la nueva pronto descubrió que es el que realmente importa: el económico.

¿Y el pueblo? Como siempre, el pueblo debía seguir estando a lo que le mandasen. Nunca fue más cierto que en la España de 1975 aquello que escribió Lampedusa en su obra El Gatopardo cuando decía que todo debía cambiar para que nada cambiara. Hoy igual que antes, el pueblo no cuenta para nada a la hora de decidir sus propios destinos. Y lo peor es que lo sabe y lo acepta y su única aspiración ya es que los que gobiernan le tiren alguna migaja del pastel que se están comiendo a ver si le da para sobrevivir y si para ello hay que levantar el puño, se levanta. Total, sus padres tuvieron que pasar por lo mismo y levantar el brazo. En la práctica, el gesto es el mismo. Perverso sistema que ha sabido pasar de un autoritarismo de derechas a otro de izquierdas sin el más mínimo rubor.

¿Y qué pinta Sarah Palin en todo esto? Pues pinta y mucho. Y pinta no porque sea Sarah Palin sino por lo que ella representa: ni más ni menos que el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Repítanselo a uno de los miembros de nuestra clase política y no tardarán ni diez segundos en verlo caer redondo al suelo y morirse rabioso echando espumarajos por la boca. Un exorcismo muy eficaz. Téngalo siempre a mano, por si acaso.

Sarah Palin es una estadounidense normal y corriente. Tan normal y corriente que asusta y es por eso que sus adversarios la temen de esa manera: porque no es una hipócrita y no pretende ser lo que no es, la primera regla para poder aspirar a incorporarse algún día a la elite dirigente. Los hipócritas tienen mucho que ocultar y una persona así puede ser fácilmente controlada ya que tiene una debilidad y la elite que nos dirige vive de las debilidades de sus miembros, el mejor remedio para estar seguros de que no van a poner nunca en cuestión el sistema. Desgraciadamente para ellos, Sarah no tiene ninguna debilidad y eso la convierte en invulnerable: su vida es sencilla, no tiene nada que esconder y su única ambición es la de creer que puede hacer algo por mejorar las vidas de sus compatriotas, mientras que su fe la pone a salvo de la amargura de sentirse fracasada si no lo consigue, que es cuando más de uno se siente entonces tentado a vender su alma al Diablo. Si Dios quiere que Sarah sea presidente de Estados Unidos, lo será, con independencia de calumnias, encuestas y la opinión de Charles Krauthammer. Y ella lo sabe y lo asume. Y ésa es su fuerza.

¿Y de dónde ha sacado esa fuerza? De sus padres y de su familia. Justamente del mismo sitio donde deberíamos haberla sacado nosotros. Criada junto a tres hermanos más, un varón y dos mujeres, Sarah nunca se sintió distinta ni sus padres la trataron de otra manera que al resto de sus hijos. Con un padre profesor de colegio y entrenador deportivo, preocupado tanto por sus notas como por inculcarle la constancia, el esfuerzo y el afán de superación que implica la práctica de cualquier disciplina deportiva, Sarah es consciente de sus limitaciones y de que debe compensar su falta de dotes innatas con un mayor sacrificio. Los deportes son una excelente herramienta para formar el carácter ya que te revelan mejor que nadie tus propias limitaciones y te enseñan a compensarlas. Jugando al baloncesto, Sarah aprendió que un equipo es mucho más que cinco jugadores sueltos, y haciendo carreras de larga distancia, aprendió que la vista debe estar siempre puesta al frente, a marcarse pequeñas metas que le permitieran llegar a la meta final y a superar los inevitables momentos de desfallecimiento que siempre se producen. Si a todo ello le añadimos una sólida formación moral que le hace estar segura de que el Bien y el Mal no sólo existen sino que pueden ser distinguidos sin ninguna duda, ¿cuál puede ser el punto débil de una mujer como ella? Ninguno.

Que Sarah iniciara una carrera política, allá en Wasilla, fue algo que no dejó de sorprender a todos los que la conocían, incluso a su propia familia y a su marido, Todd. Y si lo hizo fue porque pensó que las cosas se estaban haciendo mal en su pueblo y que tocaba arremangarse y no esperar a que algún día llegara otra persona que les sacara las castañas del fuego. Ésa es su principal diferencia con la mayoría de nuestros políticos: que ella llegó al cargo sabiendo perfectamente qué es lo que iba hacer durante su mandato, lo que no suele suceder muy a menudo. Porque para Sarah, un cargo político no es una meta en sí misma sino un medio para llevar a cabo un programa de gobierno aprobado con sus votos por la mayoría de los electores. Y si para llevarlo adelante tenía que enfrentarse con el establishment en Wasilla, en Juneau o en Washington, estaba dispuesta a ello. “Gajes del oficio”, imagino que pensaría cada vez que le pasaba. Es cierto que a raíz de cualquiera de esos enfrentamientos podría haber acabado con su carrera política hecha añicos, pero ella es así: no hay compromiso. Si no puede hacer lo que prometió a los electores que haría, entonces mejor presenta su dimisión y se va a su casa. Sarah no está para fingir que hace cuando no hace y engañar así a quienes han confiado en ella, tal y como nos demostró cuando dimitió de su puesto como gobernadora de Alaska. Sarah está para hacer lo que le han ordenado sus votantes con sus votos que haga. Y el verbo “ordenar” en la frase anterior no es mera retórica porque Sarah realmente cree que son sus votantes quienes la han puesto ahí para que trabaje en su beneficio y que en cualquier momento pueden pedirle cuentas y ella está obligada a demostrarles la bondad de su gestión. Eso es algo que tiene siempre muy presente y que, después de haber visto sus fortalezas personales, constituye su mayor fortaleza política.

No es extraño pues que alguien como ella haya surgido de Alaska que, aún hoy en día, es un lugar donde sobrevivir supone ser capaz de cazar, pescar y hasta de construirte tu propia vivienda. La última frontera vio crecer a la última pionera que, como sus antecesoras, compartía arado y fusil con su marido y los dos juntos levantaban de la nada una granja de maíz y una familia. Asfixiados por su opulencia, ensoberbecidos por sus diplomas de la Ivy League y enamorados de su propia imagen, la elite actual se cree una clase “superior” dotada de manera innata con el derecho a dirigir a las “inferiores” y piensa que Metrópolis (1927) de Fritz Lang es una mala película mientras que sus estúpidos seguidores ni siquiera saben que es una película y, en consecuencia, nunca la han visto.

Y justo cuando esa elite creía que había logrado el premio final: poner a uno de los suyos en la Casa Blanca por mil años, aparece Sarah Palin y pone en duda la idoneidad del “elegido”. ¡Indignante! ¡Cómo se atreve la palurda esa! Y lo peor es que no pueden con ella; pensaban que bastaría con unas cuantas mentiras y otras tantas groserías para que se echara atrás asustada y no ha sido así. Y encima, las adhesiones que despierta son innumerables y hasta en un lugar tan lejano como España hay dos chiflados (Rillot y yo mismo) que pierden encantados su escaso tiempo libre dedicándose a escribir frenéticamente sobre ella cuando podrían estar tan a gusto viendo el fútbol por la tele. Y lo peor de todos estos “palinistas” irritantes es que están tan obsesionados con la palurda esa que no hay manera de razonar con ellos, ni siquiera prometiéndoles panem et circenses, un seguro sanitario que les curará siempre y cuando no enfermen y la certeza de que todo el mundo es bueno y que no hay problema que no se pueda resolver echando un buen discurso y clamando que es peace for our time.

Y es que los que amamos la vida, la libertad y creemos por encima de todo en nuestro derecho inalienable a la búsqueda de la felicidad, sabemos que cuanto más grande sea el gobierno bajo el que nos encontremos, menos vida, libertad y posibilidades de buscar la felicidad tendremos. Y ésa es la esencia del mensaje de Sarah Palin, el meollo de la cuestión, lo que la hace tan importante para todo el mundo, ya sea en Estados Unidos o en España, y por lo que tantas personas diferentes en tantos lugares distintos la hemos escogido como nuestra abanderada y ella ha accedido a serlo con la ayuda de Dios. Cuando Sarah habla, habla como la voz reconocida de los muchos contra los pocos, de los pequeños contra los grandes, de los pobres contra los ricos y de los que tenemos que trabajar cada día para ganarnos nuestro pan y el de nuestra familia contra los que sólo hablan, hablan y hablan y no dicen nada y aún así necesitan tener un teleprompter al lado para hacerlo. Y que si además les interrumpes porque no te gusta lo que están diciendo te tratan de racista. O de nazi. O de antiamericano.

Es cierto que estoy hablando de Estados Unidos, pero también lo estoy haciendo de España, de mi propio país, porque lo mismo que está pasando en Estados Unidos pasa también en España, pero con una “ventaja” adicional para nosotros porque si bien Estados Unidos tiene detrás de sí una gloriosa tradición de levantarse contra el tirano, España la tiene en cambio de levantarse con el tirano. Y es que nunca una nación estuvo mejor preparada para aceptar no sólo al pulpo como animal de compañía sino a la zorra como guardián de las gallinas. En Estados Unidos, los Tea-Parties, la feroz contestación ciudadana al plan de reforma de la Sanidad y la caída en picado de la popularidad del presidente antes de un año siquiera desde su elección evidencian que los estadounidenses pueden ser engañados una vez, pero que a la larga su sentido común acaba siempre prevaleciendo y que el fondo de patriotismo, laboriosidad y espíritu de sacrificio que les ha distinguido a lo largo de su historia pervive aún y es prácticamente imposible que alguien logre desarraigarlo algún día. España, en cambio, no puede decir lo mismo. Estados Unidos tiene una declaración de independencia que es, no lo olvidemos, una declaración de guerra; España tiene en cambio un “Manifiesto de los Persas” que es, avergoncémonos, una declaración de sumisión y que se repite a cada Constitución que proclamamos, incluida la sobrevalorada y muy perjudicial de 1978.

En un mundo como el actual, nada de lo que pase en Estados Unidos, la primera potencia del mundo, nos puede dejar indiferentes. Su actual presidente es un enamorado de la decadencia europea, la debilidad de sus instituciones políticas y el derrotismo de sus ciudadanos y ansía implantarlos en su país (del cual su esposa, nada desafortunada en la vida y que pocas miserias y sufrimientos ha pasado, no hace mucho que renegaba). El actual presidente de Estados Unidos no es más que un esnob de los que creen que por hablar en francés se es chic, por vestir trajes ingleses se es elegante y por tomarse un capuccino se es sibarita. Por eso, cuando un tipo así ocupa la Casa Blanca y sólo una persona le hace frente con las únicas armas de lo mejor que ha producido Estados Unidos en 250 años, la seguridad de saberse libre y recordárselo al poder cuando éste pretende volverse abusivo, conviene prestar mucha atención a lo que esa persona dice y hace. Sobre todo a lo que hace porque Sarah predica con el ejemplo y los ejemplos, en un tiempo de tanta hipocresía, valen más que mil discursos. Yo, que durante los cuatro primeros meses de vida de este blog he repasado su vida de arriba abajo, puedo dar fe de que ni una sola vez he encontrado un rastro de hipocresía en su conducta. Al contrario, lo que he encontrado es la historia de una mujer de su tiempo que es hija, esposa, madre y abuela y todo ello lo lleva con alegría porque sabe que ésa es la voluntad de Dios.

Y si Sarah Palin predica con el ejemplo, otros como Rillot o yo (y él mucho mejor que yo) nos hemos empeñado en dar a conocer ese ejemplo a nuestros compatriotas para que en estos tiempos de zozobra sepan que existe una esperanza simbolizada en una pequeña estrella que brilla allá en el lejano Norte y que se llama Sarah Palin. Su luz es todavía muy tenue, pero es una guía segura y poco a poco va iluminando más y más rincones de la Tierra. El primero ha sido Estados Unidos, claro. Pero el segundo puede que sea Noruega. Lo veremos el próximo día.


CONJETURAS, CONJETURAS, CONJETURAS

23/04/2009

 

Parafraseando a Shakespeare y siguiendo la sugerencia de una amistad que, tras leer mi entrada anterior, me ha pedido que me arriesgue y dé mi propia opinión sobre cuál va a ser el futuro de Sarah, me pongo rápidamente manos a la obra. Para ello, plantearé algunas preguntas y acto seguido trataré de responderlas. Igual acierto, ¿eh?

Pregunta nº 1
¿Está Sarah interesada en continuar con su carrera política?

En mi opinión, sí. Es muy joven, acaba de cumplir los 45 años, y por lo que sabemos de su carácter, no es una persona asustadiza, sino todo lo contrario. Ya lo demostró precisamente cuando aceptó el desafío de compartir candidatura con McCain, optando a la vicepresidencia. No dudo que todo lo vivido durante estos últimos meses puede haberla decepcionado, ya que evidentemente no es lo que se esperaba, pero tampoco tengo ninguna duda de que no va a disuadirla de presentarse de nuevo a unas elecciones.

¿Cómo puedo estar tan seguro de ello? Sencillamente, por la creación de SarahPAC apenas dos meses después de las elecciones. Para mí, eso es una señal de que Sarah no se rinde y piensa seguir en la brecha. Sabedora de que la mayor parte de la base republicana está con ella, Sarah ha pretendido con ello crear un punto de referencia al que esa base “palinista” pueda dirigir su atención y mantenerse de alguna forma en contacto con ella mientras espera a que llegue el momento oportuno. Y mientras llega, Sarah se verá libre de llevar a cabo actividades políticas que, como gobernadora de Alaska, en algún momento podrían resultar incompatibles con su cargo, para así, poco a poco, difundir sus ideas, las de verdad, no las de Tina Fey.

En cuanto a qué cargo puede aspirar Sarah ahora, evidentemente siendo gobernadora y habiendo sido candidata a la vicepresidencia, Sarah sólo puede pretender ya la presidencia. Cualquier otra cosa, como senadora en Washington, se le queda pequeña y sólo podría interpretarse como un paso hacia la presidencia. McCain la descubrió y la puso en la órbita de los elegidos, a la que ella sola tal vez nunca hubiera llegado; el asteroide de los medios de (des)información colisionó violentamente con ella, pero, aunque algo maltrecha, sigue en esa órbita; no han logrado que se estrelle contra algún planeta desierto. Y ahora que sabe mucho más acerca de navegación interestelar, no volverá a pasar.

Conjetura nº 1: Sarah continuará su carrera política y acabará presentándose como candidata a la presidencia de Estados Unidos.

Pregunta nº 2
¿Cuál puede ser su estrategia ahora?

Si observamos el desarrollo de su carrera política hasta ahora, concejal-alcaldesa-gobernadora, comprobaremos que existe un cierto patrón en su comportamiento: Sarah siempre ha buscado la reelección. Lo hizo como concejal, por mucho que apenas reelegida como tal se presentase a las elecciones como alcaldesa, y lo hizo como alcaldesa. ¿Lo hará como gobernadora? En mi opinión, sí. Primero, porque lo tiene fácil para lograr la reelección dentro de dos años, en 2010. Su índice de popularidad en Alaska se mantiene estable alrededor del 60% y sus paisanos, que la conocen desde que llevaba calcetines, no están en absoluto impresionados por toda la basura que le han echado encima los de los medios de (des)información durante estos últimos meses. La valoran por su gestión diaria y ésta es buena. Segundo, porque el puesto de gobernadora es un puesto con responsabilidades ejecutivas y Sarah necesita que sus compatriotas, todos ellos y no sólo los alasqueños, sepan de su buen hacer. La oferta de McCain le llegó demasiado pronto, apenas dos años después de haber tomado posesión, y dado que el estado de Alaska no es uno de los más populares de Estados Unidos, poca gente aparte de sus paisanos conocían los detalles de una gestión que ha sido fresca y llena de sentido común, pero que necesita de un segundo mandato para demostrar plenamente su efectividad, sobre todo ahora que gran parte de los estadounidenses empieza a prestar atención a lo que sucede por ahí. Su gestión de la crisis económica en Alaska será, si es acertada, un valioso punto a su favor de cara a un enfrentamiento directo  con el actual presidente, ya que así ambos podrían poner encima de la mesa actuaciones reales que contrasten unas con otras. Y tercero, porque un segundo mandato como gobernadora la llevaría hasta 2012 con todas sus posibilidades intactas, pero es que aún en el caso de que no fuera ése su año presidencial, le permitiría llegar hasta 2014 como gobernadora en activo y de allí con todas las posibilidades igualmente intactas a tan sólo dos años de las elecciones presidenciales de 2016, a las que el actual presidente no se podría presentar ya y su vicepresidente tampoco lo haría (lástima, porque entonces sería pan comido para Sarah). O sea, que se las tendría que ver con un candidato demócrata sin el valor añadido que da el haber pasado por la Casa Blanca.

Conjetura nº 2: Sarah se presentará a la reelección como gobernadora de Alaska en 2010 y la ganará (esto último no es una conjetura).

Pregunta nº 3
¿Se presentará como candidata presidencial en 2012 ó en 2016?

En mi opinión, ahora mismo no existe nadie en el mundo (ni siquiera la propia Sarah) que pueda decir a ciencia cierta cuándo se va a presentar. Y ello es así porque el decidir sobre uno u otro año no es potestad exclusiva suya, sino que va a venir determinado por una variable imprevisible que es el resultado de la presidencia actual. Como quiera que hasta 2011 (con la reelección como gobernadora ya ganada) no sería necesario que declarase formalmente sus intenciones, será en ese momento cuando, a la vista de la situación en Estados Unidos, Sarah tome su decisión. Porque de una cosa sí que podemos estar todos seguros y es que si Sarah lanza una candidatura presidencial será para ganar y eso no lo conseguirá a menos que la popularidad del actual presidente haya caído en picado (lo que ya está empezando a pasar) y gran parte del país lo vea por fin como el lamentable, embaucador y grandilocuente cascarón vacío que siempre ha sido. Sarah es muy joven y puede esperar perfectamente hasta 2016 si hace falta. En ese caso, yo me inclinaría a pensar que en 2014, cuando llegue a su fin su segundo mandato como gobernadora, Sarah lance su candidatura al Senado con la intención de recuperar el escaño senatorial por Alaska que ahora mismo está en manos de los demócratas, perfeccionando de paso su currículo con un cargo a escala nacional que la mantenga en la escena política hasta 2016, cuando se lance de una vez a por todas. Pero todo esto a expensas siempre de lo que suceda durante estos próximos años.

Conjetura nº 3: Sarah aún no sabe si se presentará a las presidenciales de 2012 ó 2016, dependiendo ello de lo que suceda con la actual presidencia. Si es un fracaso, lo hará en 2012; si es aceptable, esperará hasta 2016.

Ésta es mi opinión, pues. ¿Mi deseo? No hay duda: ¡Sarah 2012! No soporto al actual presidente y quisiera que lo echaran lo antes posible de la Casa Blanca. Realmente todo va a depender de cómo gestione la crisis económica (de momento lo está haciendo mal, mal, mal) porque en cuestiones de política exterior creo que se va a limitar a mantener las posturas tradicionales de Estados Unidos (para desesperación de los más izquierdistas) y a dar algún que otro patinazo no demasiado grave (roguemos para que no sea en el asunto de Irán). Si la crisis empeora y la economía estadounidense se hunde, creo que tendremos Sarah 2012; si logra mantenerla a flote, será Sarah 2016. Si es que ya lo dijo aquél: ¡Es la economía, estúpido!

sarah2012

Una estupenda foto para el cartel electoral: Palin for president. E imagínense que David Petraeus fuera el candidato a vicepresidente. Es una idea, ¿no?


UN AGRADECIMIENTO

15/04/2009

 

Hago una breve interrupción en esta serie de entradas sobre Sarah, la campaña electoral de 2008 y sus consecuencias para expresar mi agradecimiento a Rillot, mi compañero bloguista de “Sarah Palin en español” (y ahora también de «Rillot in English»), quien ha tenido la gentileza de hacerse eco de la existencia de este blog y hasta de dedicarle una (inmerecida) entrada en el suyo propio, lo que me ha hecho mucha ilusión ya que Rillot es un bloguista a quien admiro extraordinariamente y a quien llevo siguiendo casi desde que inició su andadura.

rillot

La entrada de “Sarah Palin en español” a la que me refiero. No se me ocurre un honor mayor.

Sólo puedo decir que, en mi opinión, dos blogs dedicados a la difusión de la verdad sobre Sarah Palin pueden más que uno, aunque uno de ellos, el mío, sea el de un ratón comparado con un león como es Rillot. Sería imposible para mí el enumerar la cantidad de cosas que he aprendido gracias a él y que confío en seguir aprendiendo.

De nuevo, muchas gracias.