DOS ENTREVISTAS DONDE A SARAH PALIN SE LE ENTIENDE TODO

19/01/2010

 

Interesante la que se ha armado en la Fox con la contratación de Sarah Palin. Ahora resulta que todo el mundo allí la quiere tener en su programa como sea y tal vez haya más de un torta por los pasillos entre las estrellas de la cadena. Lógico si tenemos en cuenta que cualquier programa que cuente con Sarah Palin experimenta un incremento de sus índices de audiencia directamente proporcional a la rabia que acumulan los medios de comunicación rivales, y eso es una verdad científicamente demostrada. O si no, repasen los comentarios que han hecho esos medios de comunicación rivales a la noticia del fichaje de Sarah por parte de la Fox. Sobre todo la CNN parece que está sumida en un grave desconcierto y la otrora arrogante “Clinton News Network” está pensando si tirar la toalla y dedicarse a emitir exclusivamente programas del corazón (o de la entrepierna, que viene a ser lo mismo).

Hace un tiempo publiqué una imagen de Sarah triste, aquella de la noche de las elecciones. Cada vez que la veo me da tanta pena que casi me echo a llorar. No puedo soportar el ver a Sarah así y por ello llevo unos días buscando fotos suyas en la que salga sonriente a más no poder. Porque ésa es la Sarah que queremos nosotros y la que nos da ánimos y nos hace sentir que las cosas pueden mejorar y van a mejorar. ¡Sarah, Sarah, Sarah!

La entrada que les tengo preparada para hoy es breve, pero muy sustanciosa. Ya les anuncié hace unos días que les tenía preparada una pequeña sorpresa y confío en que les agrade. Se trata simplemente de dos entrevistas con Sarah que tuvieron lugar en la Fox el pasado miércoles. La primera, consiste en una serie de preguntas que los lectores de la página web de la Fox le hicieron a Sarah. Está muy bien porque son preguntas “no profesionales” y, aunque son pocas, de las que se pueden responder sin que el interrogado, en este caso Sarah, tenga el seguro puesto. Vamos, que son las preguntas que te hace un amigo en la cafetería del pueblo después del trabajo. La segunda es la transcripción de unos breves fragmentos de la entrevista que le hizo Glenn Beck a Sarah Palin al día siguiente de su debut como comentarista de la Fox en el programa de Bill O’Reilly. Son unos pocos párrafos, pero tan reveladores que valen por una entrevista de una hora entera. Les dejo que se las lean y luego les hago un breve comentario explicándoles por qué me parecen tan reveladores.

TIME OUT WITH SARAH PALIN!
Fox News Channel
Miércoles, 13 de enero de 2010

[Las negritas son mías]

FOX FAN: ¿Qué piensan sus hijos acerca de que su madre comience un nuevo trabajo en Fox News? ¿Piensa traerlos a la ciudad a menudo? (Ashley – West Palm Beach, FL).

SARAH PALIN: Mis hijos piensan que esto es genial porque los niños son lo suficientemente agudos como para saber que las preguntas están para ser hechas. ¿Qué haríamos sin Fox News? Y están entusiasmados con todo esto; ellos ven la cadena también! Les gusta New York… Les gusta la energía y la actividad de aquí. En la medida en que pueden seguir sintiéndose arraigados a Alaska, es algo que va a funcionar. ¡Vamos a hacer algunas idas y venidas!

FOX FAN: ¡Es un largo viaje en avión!

SARAH PALIN: Es un largo viaje en avión… ¡con un montón de tiempo para leer!

FOX FAN: ¿Su anterior trabajo como reportera deportiva en Alaska va a ayudarle con su nuevo papel en Fox? (Brian – Marblehead, MA).

SARAH PALIN: Sí – aunque todo ha cambiado mucho en los últimos veinte años. La tecnología ha cambiado tanto. Sí, creo que mis padres finalmente van a poder decir: “¡Muy bien! ¡Al fin estás haciendo servir algo de toda esa educación universitaria!» Por lo tanto, estamos muy emocionados por ello y muy emocionados por ser capaz de emplear algunas de las cosas que aprendí hace tantos años, y me encantó trabajar en el negocio por aquel entonces… ¡y va a encantarme este trayecto también! Quiero decir, ¡teníamos máquinas de escribir en aquel entonces! No teníamos BlackBerry entonces.

FOX FAN: Su libro, Going Rogue, se ha vendido mucho y ha tenido un claro eco entre la gente. ¿Cuál es tu libro favorito? (Victoria – New Jersey).

SARAH PALIN: Team of Rivals de Doris Kearns Goodwin… Cómo formó Lincoln su equipo al tiempo que gestionaba las políticas que ayudaron a asegurar la Unión y ganar la guerra. Goodwin realizó un gran trabajo de investigación y de recopilación de tanta información. Me encanta ese libro.

FOX FAN: Dado el éxito de su libro, ¿vamos a ver otra obra literaria de Sarah Palin pronto? (Chad – Forest City, IA).

SARAH PALIN: Me encantó escribir un libro. Siempre me ha gustado escribir. Es simplemente una parte de mí – he llevado diarios toda mi vida, escribiendo todo lo que podía, siempre que podía. Y voy a escribir otro.

FOX FAN: ¡Tiene una gran familia y aún así está en tan buena forma! ¿Cómo lo hace? (Bonnie – Boston, MA).

SARAH PALIN: OK, vamos a ser honrados… Saliendo de las vacaciones de Navidad, ¡gracias por decir eso! Pero tengo la misma determinación que cualquier otra persona. Voy a dejar un poco aparte la comida basura y voy a trabajar un poco más… Lo necesito. Me encanta correr, me encantan las clases de kickboxing, me encanta el levantamiento de pesas. Sudar es mi cuerda de salvación. Me gusta mantenerme activa. Pero gracias por el cumplido… ¡Aunque no sea completamente exacto!

FOX FAN: ¿Cómo ha afectado el hecho de tener un hijo con necesidades especiales sus puntos de vista tanto como madre como impulsora de políticas? (Pat – Fort Pierce, FL).

SARAH PALIN: Para mi sorpresa, no lo hubiera hecho de otra manera. Cuando nos enteramos de que Trig nacería con síndrome de Down, estábamos aterrorizados, no teníamos ni idea de lo que nos esperaba, tenía miedo incluso de lo desconocido y, sin embargo, cuando nació, descubrí que Dios había respondido a mis oraciones… Mi oración era que Dios, por favor, simplemente haz que mi corazón esté listo para esto. Y mi corazón estaba listo. Me he vuelto más apasionada y una persona más paciente y más comprometida que nunca para asegurarme de que las personas, los grupos, las familias tengan la capacidad de ayudar a estas bellas personas que necesitan y merecen atención un poco más que otros – no necesariamente buscando que sea el gobierno quien se la proporcione, sino dando la posibilidad a esos que tienen un corazón compasivo, y yo creo que cada americano tiene ese deseo, de hacer este mundo más acogedor para esas personas. Yo nunca hubiera tenido ese punto de vista sobre esta cuestión si Trig no se hubiera incorporado a nuestra familia.

FOX FAN: Si usted pudiera decir algo a sus partidarios, ¿qué sería?

SARAH PALIN: Creo que los partidarios del mensaje que he ido articulando, un mensaje de valores, ideales e ideas conservadoras de sentido común – valores e ideas que creo que Estados Unidos puede y debe abrazar de nuevo. Sólo quisiera agradecer a la gente que apoye ese mensaje, no a mí como persona porque no se trata de mí, pero el mensaje que muchos de nosotros compartimos y queremos ver perpetuarse… ¡Sólo darles las gracias por ese apoyo!

BECK (fragmentos)
Fox News Channel
Miércoles, 13 de enero de 2010

[Las negritas son mías]

Sobre Dios y sobre la fe

SARAH PALIN: No hay nada más importante en mi vida que mi relación con Dios y mi fe y en este último año sobre todo – el último año y medio. Me he visto tan obligada a arrodillarme para rezar pidiendo Su orientación, Su sabiduría, Su gracia y Su fuerza. Y yo nunca voy a decirle a nadie cómo vivir, yo nunca voy a predicar a nadie y decirle que debe hacer eso. Pero claro que me gustaría ver a más estadounidenses darle una oportunidad y buscar la orientación que nuestros Padres Fundadores buscaron y consiguieron para [entonces] forjar los documentos que permitieron a América convertirse en la más grande, fuerte, saludable, la nación más próspera de la Tierra.

Sobre las ramificaciones eternas

SARAH PALIN: Creo que hay ramificaciones eternas sobre la base de lo que hacemos aquí.

GLENN BECK: ¿Eso la motiva?

SARAH PALIN: Eso me motiva, lo hace. Me permite saber que lo que hago no se trata de mí y ni siquiera sobre el futuro de mis hijos; es algo mucho más duradero que eso.

¿Futuras aspiraciones políticas?

SARAH PALIN: Yo sería muy feliz volviendo a Wasilla, Alaska, con mis cinco hijos y mi nieto y criar una familia feliz y saludable que compartiese nuestro amor al aire libre – haciendo las cosas que hacemos en Alaska. Pero, si yo creo que de alguna manera puedo ayudar a esta gran nación, voy a estar dispuesta a sacrificarme y cambiar algunas cosas en mi estilo de vida para, con el fin de servir. Eso no tiene que significar, sin embargo, ser el mandamás. Eso no tiene que significar realmente – el tener cualquier tipo de título.

GLENN BECK: ¿Es usted republicana?

SARAH PALIN: Soy afiliada republicana.

GLENN BECK: ¿Cómo se siente sobre eso?

SARAH PALIN: Hay veces en que me siento tentada a distanciarme del partido, ha habido momentos en mi carrera política – hum- y ser una independiente. Pero reconozco que somos un sistema de dos partidos. El Partido Republicano, las maderas de nuestro armazón son, son las mejores, las más fuertes maderas sobre las que construir un gran estado, Alaska, un gran país. Voy a seguir siendo republicana, pero existen esas tentaciones.

GLENN BECK: ¿Eso descarta un tercer partido para usted – no quiero decir una candidatura. ¿Estaría usted a favor de un tercer partido?

SARAH PALIN: No creo que exista esa necesidad de un tercer partido si los republicanos vuelven a lo que dicen las maderas. Ahora bien, si los distintos candidatos, campañas y luego funcionarios electos no van a hacer lo que prometieron hacer – permaneciendo firmemente sobre las maderas de ese armazón – hay que echarlos, hay que deshacerse de ellos.

MI COMENTARIO

Ésta ya es la segunda vez que tengo noticias de que el libro favorito de Sarah Palin es Team of Rivals de Doris Kearns Goodwin. Interesante elección dado que trata de la manera como el presidente Lincoln logró sacar adelante su mandato con un gabinete en el que todos y cada uno de sus componentes eran rivales encarnizados entre ellos. O sea, la aplicación práctica de aquello tan romano de divide et impera, sólo que en este caso no se trató de aplicárselo a los enemigos sino a los amigos. Un virtuosismo prácticamente, algo que sólo un genio de la política como lo fue sin duda el presidente Lincoln pudo llevar a buen término sin que la Casa Blanca se derrumbara sobre sus cimientos. Evidentemente, me ha picado la curiosidad y voy a comprar el libro y leérmelo. Y prometo darles cuenta de lo que me ha parecido tan pronto como lo haya terminado.

Por otra parte, el hecho de que Sarah se haya sentido fascinada por este libro y sabiendo como sabemos que ya ha hecho sus pinitos en esa cuestión de los “equipos de rivales” porque su gabinete en Alaska cuando era gobernadora incluía no sólo a republicanos sino también a demócratas e independientes (aparte del hecho de que la mitad de los republicanos, su propio partido, la detestaban), me lo tomo como una señal de que no está en absoluto dispuesta a encerrarse dentro de las estrechas paredes del Partido Republicano y que tanto una futura, posible y deseable candidatura a la presidencia en 2010 como su presidencia en sí (¡porque si se presenta, ganará!) va a sorprender a más de uno por la heterogeneidad de sus nombramientos e igual vemos a personas que nunca nos hubiéramos imaginado ocupando cargos con ella. Que luego sea capaz de gestionar esa jaula de fieras, ya lo veremos. Pero si ella cree que sí, ¿quién soy yo para dudarlo?

Ya en un tono más jocoso, me ha entusiasmado saber que Sarah practica kickboxing… ¡Ahora sí que no hay ninguna duda de que se está preparando para una campaña electoral! Es una actividad que le será más que útil a la hora de gestionar su futuro gabinete para que no se le salga de madre y de tratar con la oposición demócrata. ¡Y aún dice que no está en buena forma! Pues qué quieren que les diga; yo soy más joven que ella, me machaco a base de correr (que no me gusta nada), levantar pesas (que me gusta más) y darle puñetazos a un saco de boxeo (¡que me gusta mucho!) y ya quisiera yo tener el buen aspecto físico que tiene ella, ya… ¡Si es que es guapísima! (suspiro).

Conmovedora la declaración que hace sobre lo mucho que ha cambiado su visión de la vida desde que tiene a su hijo Trig. Y muy sincera. Un politicastro al uso diría que toda la vida ha estado preocupado por los niños con necesidades especiales y que siempre se ha sentido muy vinculado a ellos y que si patatín, patatán… Todo hipocresía. ¿La verdad? ¿La única verdad? Pues que estas cosas sólo te preocupan cuando te afectan a ti y no hay más. Igual que no te preocupas por los cojos hasta que tienes un accidente y te quedas cojo, nadie se preocupa realmente por esos niños hasta que se ve en la tesitura de tener que hacerse cargo de uno de ellos. Y eso no es ni bueno ni malo; es sencillamente la vida. Y lo honrado es reconocerlo y no pretender dárselas de santo cuando no lo eres. Y que conste que Sarah utiliza también la expresión “más paciente”. Por supuesto que más de una vez se habrá desesperado con Trig, pero poco a poco ha ido aprendiendo y adaptándose a su ritmo de vida que no es el mismo que el de un bebé normal. Y aún tendrá que aprender y adaptarse mucho más según Trig vaya creciendo.  En mi opinión, un rasgo de sinceridad que la honra. ¡Bravo, Sarah!

Dentro ya de la entrevista de Glenn Beck, Sarah deja claro que ella de fanática, nada de nada. Tal y como dice, no le va a decir a nadie cómo vivir, algo que es precisamente lo que más disfruta haciendo la izquierda en Estados Unidos y en todas partes: decirnos lo que tenemos que pensar, decir, hacer… O sea, convertirnos en autómatas que es la única manera en que pueden tolerar a sus conciudadanos. Pero Sarah no. Y ya lo ha demostrado muchas veces, tanto en Wasilla como alcaldesa como en Alaska como gobernadora. Ella no le dice a nadie lo que tiene que hacer, pero tampoco quiere que nadie le diga lo que tiene que hacer ella o, por ejemplo, que le digan que se siente y se calle. Porque la libertad, al final, es eso: que cada uno se responsabilice de sí mismo y tome sus propias decisiones, solo o en comunidad con otros, pero siempre voluntariamente.

Y, por fin, la parte que más me ha entusiasmado es aquella en la que Sarah reconoce que siente tentaciones de mandar al Partido Republicano a freír espárragos. Coincide con la opinión que yo tengo de que Sarah tomó hace ya tiempo la decisión de ser una independiente dentro del Partido Republicano; seguir afiliada, pagar las cuotas, conservar el carnet en buen estado, cambiar la foto si es antigua, pero hacer lo que considere más oportuno y si los dirigentes del partido la respaldan, mejor para ellos y si no, que se aguanten. ¿Fundar un tercer partido? ¿Presentarse como candidata en una plataforma liderada por el Tea Party? ¿Presentarse como independiente? No, de ninguna manera. Pero, ojo, eso mientras el Partido Republicano se mantenga fiel a sus valores tradicionales. A la que el Partido Republicano pretenda convertirse en el Partido Demócrata bis, entonces habrá que pensárselo. Entonces puede que sí que fuera necesario el crear un nuevo partido, que sería el viejo partido, el GOP de toda la vida, el fundado por Abraham Lincoln. Pero mientras las cosas no se vuelvan tan feas, no. Pero no estaría tampoco de más el hacer un poco de limpieza y, aprovechando que este es un año electoral, echar a todos los RINO del partido de una vez por todas. Qué momento mejor que esté para decirles a todos esos sinvergüenzas que han usurpado nuestros votos que ya está bien, que hasta aquí hemos llegado y que arrieritos somos y en el camino nos encontraremos o para ser breves: ¡Fuera de mi escaño, so caradura! ¡No te he votado para eso! ¡Ah, qué ganas tengo que llegue noviembre!

Y en la próxima entrada, concluiré mi repaso a las elecciones de 2010 con las elecciones a gobernador. Que ya llevo retraso.


EN ESPAÑA, ¿A QUIÉN LE IMPORTA SARAH PALIN?

22/09/2009

 

Por una vez, el título de esta entrada no es un recurso literario sino que se trata de una pregunta que me han hecho hace poco. Y es una pregunta que hasta ahora no había tenido que plantearme realmente porque la mayoría de mis lectores proceden de la comunidad hispanoparlante de Estados Unidos, gente que tiene todos los motivos para interesarse por quien algún día, Dios mediante, se convertirá en su presidente. Sin embargo, la reciente publicación de un artículo mío (ver aquí) en el suplemento de Exteriores de Libertad Digital, ha provocado que el interés por mi blog entre mis compatriotas haya subido como la espuma y uno de ellos, con la mejor de sus intenciones, me ha hecho esta pregunta. Y estoy presto a responderle.

Imagínense esta noticia en su periódico habitual: “Sarah Palin y su marido visitan España. Miles de personas les reciben entusiasmados a su llegada al aeropuerto a pesar del frío reinante”. Sueño con eso. Por supuesto, yo sería uno de los más entusiastas y ya podría llover, nevar o caer chuzos de punta que ahí estaría gritando “Sarah, Sarah, Sarah”. ¡Y tirándole una bola de nieve (con una piedra dentro) al alcalde de turno que pretendiera hacerse una foto a su lado cuando seguro que no es más que un maldito politicastro de los que se han reído mil veces de ella!

Sobre mi despertar político, creo que ya está todo dicho. Los habituales de este blog lo conocen de sobras porque lo han leído en la página etiquetada como “Autor”. Los que no lo hayan hecho, tal vez sería mejor que lo leyeran primero y luego volviesen a esta entrada. El caso es que a raíz de ese despertar y de las mil y una preguntas que empezaron a rondarme por la cabeza y que debía encontrar como fuera la manera de responder acabé comprendiendo que, por mucho que pretendan algunos, España no es una auténtica democracia, sino lo que yo denomino una “democracia de papeleta”, o sea, un timo. Una falsa democracia que lo único que tiene de eso es el ritual del día de las elecciones, ya sean locales, regionales o nacionales. En España, para desgracia nuestra, no existe la discusión política, una verdadera discusión en la que se propongan diversas alternativas de gobierno, se valoren sus pros y sus contras y los españoles podamos escoger libremente entre una y otra. Y no existe porque la única ideología que se tolera es la del estatismo rapaz, un estatismo tan desenfrenado que cada uno de nosotros cuenta con un estado nacional, su respectivo pseudoestado regional y en muchos casos hasta otro pseudoestado local, lo cual ya es el colmo del estatismo: un estatismo elevado al cubo. O sea, tres administraciones públicas a las que sostener con nuestros impuestos. Tres clases políticas a las que mantener en la riqueza. Tres amos a los que obedecer. Y lo que es peor, no existe manera de romper ese corsé que nos oprime porque está todo atado y bien atado, que diría aquél. Tan atado que hasta alguno de esos politicastros que nos engañan a diario se arroga el derecho a decidir qué es lo que nos importa y qué es lo que no.

En consecuencia, esa “democracia de papeleta” resulta ser una vulgar oligarquía en la que la clase dirigente es una clase política, la misma clase sea cuál sea el partido político al que digan pertenecer, enquistada como un parásito en el organigrama y los presupuestos del Estado. El Estado nos gobierna absolutamente y el ciudadano, desesperado al ver que no puede librarse de sus garras, acaba pensando que cuánta razón tenían sus padres cuando le aconsejaban que no se metiera en política.

Lo malo es que quienes no hicieron caso a sus padres y sí que se metieron en política tras la muerte de Franco en 1975 han acabado siendo la generación más mentirosa de la historia de España, una generación de ambiciosos que clamaban pidiendo libertad por todas partes y al final lo único que nos trajeron fueron unos nuevos amos: ellos. Porque una de las esencias del poder, aquí y en todas partes, es el miedo cerval que siente a que los ciudadanos puedan tomar sus propias decisiones sin contar antes con su beneplácito. En 1975, conscientes de que ya no podían continuar como llevaban haciéndolo desde hacía cuarenta años, la vieja elite política se retiró de la escena pública, dio paso a la nueva elite que llegaba ansiosa y “con mejor prensa” y ambas compartieron el verdadero poder que la vieja elite nunca cedió del todo y que la nueva pronto descubrió que es el que realmente importa: el económico.

¿Y el pueblo? Como siempre, el pueblo debía seguir estando a lo que le mandasen. Nunca fue más cierto que en la España de 1975 aquello que escribió Lampedusa en su obra El Gatopardo cuando decía que todo debía cambiar para que nada cambiara. Hoy igual que antes, el pueblo no cuenta para nada a la hora de decidir sus propios destinos. Y lo peor es que lo sabe y lo acepta y su única aspiración ya es que los que gobiernan le tiren alguna migaja del pastel que se están comiendo a ver si le da para sobrevivir y si para ello hay que levantar el puño, se levanta. Total, sus padres tuvieron que pasar por lo mismo y levantar el brazo. En la práctica, el gesto es el mismo. Perverso sistema que ha sabido pasar de un autoritarismo de derechas a otro de izquierdas sin el más mínimo rubor.

¿Y qué pinta Sarah Palin en todo esto? Pues pinta y mucho. Y pinta no porque sea Sarah Palin sino por lo que ella representa: ni más ni menos que el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Repítanselo a uno de los miembros de nuestra clase política y no tardarán ni diez segundos en verlo caer redondo al suelo y morirse rabioso echando espumarajos por la boca. Un exorcismo muy eficaz. Téngalo siempre a mano, por si acaso.

Sarah Palin es una estadounidense normal y corriente. Tan normal y corriente que asusta y es por eso que sus adversarios la temen de esa manera: porque no es una hipócrita y no pretende ser lo que no es, la primera regla para poder aspirar a incorporarse algún día a la elite dirigente. Los hipócritas tienen mucho que ocultar y una persona así puede ser fácilmente controlada ya que tiene una debilidad y la elite que nos dirige vive de las debilidades de sus miembros, el mejor remedio para estar seguros de que no van a poner nunca en cuestión el sistema. Desgraciadamente para ellos, Sarah no tiene ninguna debilidad y eso la convierte en invulnerable: su vida es sencilla, no tiene nada que esconder y su única ambición es la de creer que puede hacer algo por mejorar las vidas de sus compatriotas, mientras que su fe la pone a salvo de la amargura de sentirse fracasada si no lo consigue, que es cuando más de uno se siente entonces tentado a vender su alma al Diablo. Si Dios quiere que Sarah sea presidente de Estados Unidos, lo será, con independencia de calumnias, encuestas y la opinión de Charles Krauthammer. Y ella lo sabe y lo asume. Y ésa es su fuerza.

¿Y de dónde ha sacado esa fuerza? De sus padres y de su familia. Justamente del mismo sitio donde deberíamos haberla sacado nosotros. Criada junto a tres hermanos más, un varón y dos mujeres, Sarah nunca se sintió distinta ni sus padres la trataron de otra manera que al resto de sus hijos. Con un padre profesor de colegio y entrenador deportivo, preocupado tanto por sus notas como por inculcarle la constancia, el esfuerzo y el afán de superación que implica la práctica de cualquier disciplina deportiva, Sarah es consciente de sus limitaciones y de que debe compensar su falta de dotes innatas con un mayor sacrificio. Los deportes son una excelente herramienta para formar el carácter ya que te revelan mejor que nadie tus propias limitaciones y te enseñan a compensarlas. Jugando al baloncesto, Sarah aprendió que un equipo es mucho más que cinco jugadores sueltos, y haciendo carreras de larga distancia, aprendió que la vista debe estar siempre puesta al frente, a marcarse pequeñas metas que le permitieran llegar a la meta final y a superar los inevitables momentos de desfallecimiento que siempre se producen. Si a todo ello le añadimos una sólida formación moral que le hace estar segura de que el Bien y el Mal no sólo existen sino que pueden ser distinguidos sin ninguna duda, ¿cuál puede ser el punto débil de una mujer como ella? Ninguno.

Que Sarah iniciara una carrera política, allá en Wasilla, fue algo que no dejó de sorprender a todos los que la conocían, incluso a su propia familia y a su marido, Todd. Y si lo hizo fue porque pensó que las cosas se estaban haciendo mal en su pueblo y que tocaba arremangarse y no esperar a que algún día llegara otra persona que les sacara las castañas del fuego. Ésa es su principal diferencia con la mayoría de nuestros políticos: que ella llegó al cargo sabiendo perfectamente qué es lo que iba hacer durante su mandato, lo que no suele suceder muy a menudo. Porque para Sarah, un cargo político no es una meta en sí misma sino un medio para llevar a cabo un programa de gobierno aprobado con sus votos por la mayoría de los electores. Y si para llevarlo adelante tenía que enfrentarse con el establishment en Wasilla, en Juneau o en Washington, estaba dispuesta a ello. “Gajes del oficio”, imagino que pensaría cada vez que le pasaba. Es cierto que a raíz de cualquiera de esos enfrentamientos podría haber acabado con su carrera política hecha añicos, pero ella es así: no hay compromiso. Si no puede hacer lo que prometió a los electores que haría, entonces mejor presenta su dimisión y se va a su casa. Sarah no está para fingir que hace cuando no hace y engañar así a quienes han confiado en ella, tal y como nos demostró cuando dimitió de su puesto como gobernadora de Alaska. Sarah está para hacer lo que le han ordenado sus votantes con sus votos que haga. Y el verbo “ordenar” en la frase anterior no es mera retórica porque Sarah realmente cree que son sus votantes quienes la han puesto ahí para que trabaje en su beneficio y que en cualquier momento pueden pedirle cuentas y ella está obligada a demostrarles la bondad de su gestión. Eso es algo que tiene siempre muy presente y que, después de haber visto sus fortalezas personales, constituye su mayor fortaleza política.

No es extraño pues que alguien como ella haya surgido de Alaska que, aún hoy en día, es un lugar donde sobrevivir supone ser capaz de cazar, pescar y hasta de construirte tu propia vivienda. La última frontera vio crecer a la última pionera que, como sus antecesoras, compartía arado y fusil con su marido y los dos juntos levantaban de la nada una granja de maíz y una familia. Asfixiados por su opulencia, ensoberbecidos por sus diplomas de la Ivy League y enamorados de su propia imagen, la elite actual se cree una clase “superior” dotada de manera innata con el derecho a dirigir a las “inferiores” y piensa que Metrópolis (1927) de Fritz Lang es una mala película mientras que sus estúpidos seguidores ni siquiera saben que es una película y, en consecuencia, nunca la han visto.

Y justo cuando esa elite creía que había logrado el premio final: poner a uno de los suyos en la Casa Blanca por mil años, aparece Sarah Palin y pone en duda la idoneidad del “elegido”. ¡Indignante! ¡Cómo se atreve la palurda esa! Y lo peor es que no pueden con ella; pensaban que bastaría con unas cuantas mentiras y otras tantas groserías para que se echara atrás asustada y no ha sido así. Y encima, las adhesiones que despierta son innumerables y hasta en un lugar tan lejano como España hay dos chiflados (Rillot y yo mismo) que pierden encantados su escaso tiempo libre dedicándose a escribir frenéticamente sobre ella cuando podrían estar tan a gusto viendo el fútbol por la tele. Y lo peor de todos estos “palinistas” irritantes es que están tan obsesionados con la palurda esa que no hay manera de razonar con ellos, ni siquiera prometiéndoles panem et circenses, un seguro sanitario que les curará siempre y cuando no enfermen y la certeza de que todo el mundo es bueno y que no hay problema que no se pueda resolver echando un buen discurso y clamando que es peace for our time.

Y es que los que amamos la vida, la libertad y creemos por encima de todo en nuestro derecho inalienable a la búsqueda de la felicidad, sabemos que cuanto más grande sea el gobierno bajo el que nos encontremos, menos vida, libertad y posibilidades de buscar la felicidad tendremos. Y ésa es la esencia del mensaje de Sarah Palin, el meollo de la cuestión, lo que la hace tan importante para todo el mundo, ya sea en Estados Unidos o en España, y por lo que tantas personas diferentes en tantos lugares distintos la hemos escogido como nuestra abanderada y ella ha accedido a serlo con la ayuda de Dios. Cuando Sarah habla, habla como la voz reconocida de los muchos contra los pocos, de los pequeños contra los grandes, de los pobres contra los ricos y de los que tenemos que trabajar cada día para ganarnos nuestro pan y el de nuestra familia contra los que sólo hablan, hablan y hablan y no dicen nada y aún así necesitan tener un teleprompter al lado para hacerlo. Y que si además les interrumpes porque no te gusta lo que están diciendo te tratan de racista. O de nazi. O de antiamericano.

Es cierto que estoy hablando de Estados Unidos, pero también lo estoy haciendo de España, de mi propio país, porque lo mismo que está pasando en Estados Unidos pasa también en España, pero con una “ventaja” adicional para nosotros porque si bien Estados Unidos tiene detrás de sí una gloriosa tradición de levantarse contra el tirano, España la tiene en cambio de levantarse con el tirano. Y es que nunca una nación estuvo mejor preparada para aceptar no sólo al pulpo como animal de compañía sino a la zorra como guardián de las gallinas. En Estados Unidos, los Tea-Parties, la feroz contestación ciudadana al plan de reforma de la Sanidad y la caída en picado de la popularidad del presidente antes de un año siquiera desde su elección evidencian que los estadounidenses pueden ser engañados una vez, pero que a la larga su sentido común acaba siempre prevaleciendo y que el fondo de patriotismo, laboriosidad y espíritu de sacrificio que les ha distinguido a lo largo de su historia pervive aún y es prácticamente imposible que alguien logre desarraigarlo algún día. España, en cambio, no puede decir lo mismo. Estados Unidos tiene una declaración de independencia que es, no lo olvidemos, una declaración de guerra; España tiene en cambio un “Manifiesto de los Persas” que es, avergoncémonos, una declaración de sumisión y que se repite a cada Constitución que proclamamos, incluida la sobrevalorada y muy perjudicial de 1978.

En un mundo como el actual, nada de lo que pase en Estados Unidos, la primera potencia del mundo, nos puede dejar indiferentes. Su actual presidente es un enamorado de la decadencia europea, la debilidad de sus instituciones políticas y el derrotismo de sus ciudadanos y ansía implantarlos en su país (del cual su esposa, nada desafortunada en la vida y que pocas miserias y sufrimientos ha pasado, no hace mucho que renegaba). El actual presidente de Estados Unidos no es más que un esnob de los que creen que por hablar en francés se es chic, por vestir trajes ingleses se es elegante y por tomarse un capuccino se es sibarita. Por eso, cuando un tipo así ocupa la Casa Blanca y sólo una persona le hace frente con las únicas armas de lo mejor que ha producido Estados Unidos en 250 años, la seguridad de saberse libre y recordárselo al poder cuando éste pretende volverse abusivo, conviene prestar mucha atención a lo que esa persona dice y hace. Sobre todo a lo que hace porque Sarah predica con el ejemplo y los ejemplos, en un tiempo de tanta hipocresía, valen más que mil discursos. Yo, que durante los cuatro primeros meses de vida de este blog he repasado su vida de arriba abajo, puedo dar fe de que ni una sola vez he encontrado un rastro de hipocresía en su conducta. Al contrario, lo que he encontrado es la historia de una mujer de su tiempo que es hija, esposa, madre y abuela y todo ello lo lleva con alegría porque sabe que ésa es la voluntad de Dios.

Y si Sarah Palin predica con el ejemplo, otros como Rillot o yo (y él mucho mejor que yo) nos hemos empeñado en dar a conocer ese ejemplo a nuestros compatriotas para que en estos tiempos de zozobra sepan que existe una esperanza simbolizada en una pequeña estrella que brilla allá en el lejano Norte y que se llama Sarah Palin. Su luz es todavía muy tenue, pero es una guía segura y poco a poco va iluminando más y más rincones de la Tierra. El primero ha sido Estados Unidos, claro. Pero el segundo puede que sea Noruega. Lo veremos el próximo día.


OTRO CUENTO

13/05/2009

 

Dedicado a todos los bloguistas pro-Sarah Palin. Never surrender!

Érase una vez una candidata republicana a la presidencia de los Estados Unidos que se llamaba Sarah. Sarah era una mujer joven y muy inteligente que ya se había visto metida en un berenjenal similar una vez. Había sido cuatro años antes, cuando John, el entonces candidato republicano (aunque de republicano tenía poco), le pidió que le acompañase en su ticket como candidata a la vicepresidencia. Sarah, con toda su buena fe, aceptó y seguro que en las semanas siguientes se arrepintió más de una vez de haberlo hecho.

Tan pronto como se anunció su presencia en el ticket republicano, los medios de comunicación estadounidenses, que estaban casi todos entregados en cuerpo y alma al candidato rival, fascinados por su labia y su mensaje de paz y amor universales, se lanzaron sobre ella como fieras, mintiendo sin rubor. Sarah lo pasó mal, sobre todo cuando vio que no se detenían siquiera ante su familia, que era lo que ella más quería, pero como quiera que es una luchadora nata y sabe que nunca hay que darse por vencida, lo soportó todo sin perder la sonrisa por más que la procesión fuera por dentro.

Tanto mintieron sobre ella que todas las buenas personas de Estados Unidos no pudieron sino darse cuenta de que realmente existía un complot en su contra. Y como quiera que los ataques no cesaban, muchas de esas mismas buenas personas empezaron a preguntarse asombrados el porqué de ese odio. Así pues, se pusieron a investigar y dado que no podían fiarse ya de los medios de comunicación, tuvieron que buscar la información en otros sitios, en Internet, por ejemplo. Y fue allí donde la encontraron. La encontraron precisamente en cientos de blogs creados con mucho esfuerzo por personas anónimas que, animados por el mensaje de esperanza que Sarah encarnaba, surgieron desde el primer día en que se conoció la noticia de su candidatura para contrarrestar a esos medios de comunicación tan empeñados en hundirla. Gracias a ellos, la verdad sobre Sarah fue poco a poco abriéndose paso y alcanzando a todos aquellos que no se conformaban y que aún conservaban en sus corazones un atisbo de coraje para rebelarse.

Llegó el día de las elecciones y la candidatura republicana, acosada por los medios  de comunicación, fue derrotada por la de su rival. El pobre candidato John fue rápidamente olvidado, como siempre pasa con los perdedores que además de perder juegan un mal partido. Pero ¿y Sarah? ¿Sarah también fue olvidada? Todo lo contrario. Sarah surgió de la derrota más fortalecida que nunca pues su imagen y su mensaje habían calado en los votantes republicanos como nunca lo había hecho nadie desde el gran presidente Ronald. Sarah había llegado al corazón de la gente humilde desde el primer día, cuando se dio a conocer con un memorable discurso. Y sólo con ese discurso, se había convertido en la esperanza de millones de personas para quienes su fe en Estados Unidos como una tierra de libertad es mucho más que una frase hecha. Ese día, Sarah hizo la promesa de ser la abanderada de todos ellos para devolver al pueblo el gobierno que una élite avariciosa hacía tiempo que les había arrebatado y el pueblo la había creído y confiaba en ella para convertir esa promesa en realidad. Todos sabían que no era todavía el momento y que las cosas aún tenían que empeorar mucho más antes de empezar a mejorar; lo sabían y sabían que debían esperar. Y esperaron. Y Sarah esperó con ellos también.

Sin embargo, el momento acabó por llegar. Pasó lo más oscuro de la noche y empezó a vislumbrarse el amanecer. Un día, el pueblo se dio cuenta de que el gobierno casi había triunfado en su empeño por arrebatarles su libertad. Con una u otra excusa, el gobierno pretendía arrogarse el derecho a decidir por ellos, pretendía que su camino en la vida ya estaba escrito y que lo habían escrito precisamente en alguna oficina del gobierno, y pretendía también que no tenían derecho a perseguir sus sueños y ni siquiera a soñar. Cuando la gente comprendió lo muy cerca que estaba el gobierno de unos pocos de destruir la nación de todos, recordaron a sus antepasados, miraron a sus hijos, se miraron a sí mismos y el genio americano que forjó una nación y la dotó de la mayor prosperidad que jamás conoció el mundo en toda su historia despertó de su letargo y demostró que los hijos de hoy no desmerecían en absoluto de sus padres de ayer. Como en 1776, la nación se alzó contra el gobierno tiránico y como en 1776, cuando necesitaron un líder que los condujera a la victoria, ésta vez también lo encontraron. Cientos de bloguistas anónimos habían mantenido su recuerdo vivo durante todos este tiempo para que cuando llegase este momento, supieran adónde dirigirse. Sarah estaba lejos, pero no lo estaba realmente porque llevaba todos estos años en el corazón de todos ellos. Estaba esperando, como ellos habían esperado también, y mientras esperaba, se había esforzado en mejorar y hacerse más fuerte, más sabia y más humilde. Ahora, por fin, había llegado su momento. Otras elecciones, el momento de la verdad. El destino del mundo libre estaba en las manos de todos ellos, en las del pueblo y en las de Sarah. Era una gran responsabilidad, pero ninguno tenía miedo. Ellos porque confiaban en Sarah y sabían que no les defraudaría; lo sabían desde aquel día. Y Sarah tampoco tenía miedo porque amaba a su patria y a sus compatriotas y sabía que todos marchaban ahora juntos en pos del mismo objetivo, un objetivo tan simple como lo era la defensa de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. El mismo objetivo que en 1776 sirvió para romper un imperio y crear una nación. Ni más ni menos.

God bless America.

President

Falta poco para 2012. Entonces llegará la hora de los gigantes. Y será el momento de Sarah. No doubt about it.


CONJETURAS, CONJETURAS, CONJETURAS

23/04/2009

 

Parafraseando a Shakespeare y siguiendo la sugerencia de una amistad que, tras leer mi entrada anterior, me ha pedido que me arriesgue y dé mi propia opinión sobre cuál va a ser el futuro de Sarah, me pongo rápidamente manos a la obra. Para ello, plantearé algunas preguntas y acto seguido trataré de responderlas. Igual acierto, ¿eh?

Pregunta nº 1
¿Está Sarah interesada en continuar con su carrera política?

En mi opinión, sí. Es muy joven, acaba de cumplir los 45 años, y por lo que sabemos de su carácter, no es una persona asustadiza, sino todo lo contrario. Ya lo demostró precisamente cuando aceptó el desafío de compartir candidatura con McCain, optando a la vicepresidencia. No dudo que todo lo vivido durante estos últimos meses puede haberla decepcionado, ya que evidentemente no es lo que se esperaba, pero tampoco tengo ninguna duda de que no va a disuadirla de presentarse de nuevo a unas elecciones.

¿Cómo puedo estar tan seguro de ello? Sencillamente, por la creación de SarahPAC apenas dos meses después de las elecciones. Para mí, eso es una señal de que Sarah no se rinde y piensa seguir en la brecha. Sabedora de que la mayor parte de la base republicana está con ella, Sarah ha pretendido con ello crear un punto de referencia al que esa base “palinista” pueda dirigir su atención y mantenerse de alguna forma en contacto con ella mientras espera a que llegue el momento oportuno. Y mientras llega, Sarah se verá libre de llevar a cabo actividades políticas que, como gobernadora de Alaska, en algún momento podrían resultar incompatibles con su cargo, para así, poco a poco, difundir sus ideas, las de verdad, no las de Tina Fey.

En cuanto a qué cargo puede aspirar Sarah ahora, evidentemente siendo gobernadora y habiendo sido candidata a la vicepresidencia, Sarah sólo puede pretender ya la presidencia. Cualquier otra cosa, como senadora en Washington, se le queda pequeña y sólo podría interpretarse como un paso hacia la presidencia. McCain la descubrió y la puso en la órbita de los elegidos, a la que ella sola tal vez nunca hubiera llegado; el asteroide de los medios de (des)información colisionó violentamente con ella, pero, aunque algo maltrecha, sigue en esa órbita; no han logrado que se estrelle contra algún planeta desierto. Y ahora que sabe mucho más acerca de navegación interestelar, no volverá a pasar.

Conjetura nº 1: Sarah continuará su carrera política y acabará presentándose como candidata a la presidencia de Estados Unidos.

Pregunta nº 2
¿Cuál puede ser su estrategia ahora?

Si observamos el desarrollo de su carrera política hasta ahora, concejal-alcaldesa-gobernadora, comprobaremos que existe un cierto patrón en su comportamiento: Sarah siempre ha buscado la reelección. Lo hizo como concejal, por mucho que apenas reelegida como tal se presentase a las elecciones como alcaldesa, y lo hizo como alcaldesa. ¿Lo hará como gobernadora? En mi opinión, sí. Primero, porque lo tiene fácil para lograr la reelección dentro de dos años, en 2010. Su índice de popularidad en Alaska se mantiene estable alrededor del 60% y sus paisanos, que la conocen desde que llevaba calcetines, no están en absoluto impresionados por toda la basura que le han echado encima los de los medios de (des)información durante estos últimos meses. La valoran por su gestión diaria y ésta es buena. Segundo, porque el puesto de gobernadora es un puesto con responsabilidades ejecutivas y Sarah necesita que sus compatriotas, todos ellos y no sólo los alasqueños, sepan de su buen hacer. La oferta de McCain le llegó demasiado pronto, apenas dos años después de haber tomado posesión, y dado que el estado de Alaska no es uno de los más populares de Estados Unidos, poca gente aparte de sus paisanos conocían los detalles de una gestión que ha sido fresca y llena de sentido común, pero que necesita de un segundo mandato para demostrar plenamente su efectividad, sobre todo ahora que gran parte de los estadounidenses empieza a prestar atención a lo que sucede por ahí. Su gestión de la crisis económica en Alaska será, si es acertada, un valioso punto a su favor de cara a un enfrentamiento directo  con el actual presidente, ya que así ambos podrían poner encima de la mesa actuaciones reales que contrasten unas con otras. Y tercero, porque un segundo mandato como gobernadora la llevaría hasta 2012 con todas sus posibilidades intactas, pero es que aún en el caso de que no fuera ése su año presidencial, le permitiría llegar hasta 2014 como gobernadora en activo y de allí con todas las posibilidades igualmente intactas a tan sólo dos años de las elecciones presidenciales de 2016, a las que el actual presidente no se podría presentar ya y su vicepresidente tampoco lo haría (lástima, porque entonces sería pan comido para Sarah). O sea, que se las tendría que ver con un candidato demócrata sin el valor añadido que da el haber pasado por la Casa Blanca.

Conjetura nº 2: Sarah se presentará a la reelección como gobernadora de Alaska en 2010 y la ganará (esto último no es una conjetura).

Pregunta nº 3
¿Se presentará como candidata presidencial en 2012 ó en 2016?

En mi opinión, ahora mismo no existe nadie en el mundo (ni siquiera la propia Sarah) que pueda decir a ciencia cierta cuándo se va a presentar. Y ello es así porque el decidir sobre uno u otro año no es potestad exclusiva suya, sino que va a venir determinado por una variable imprevisible que es el resultado de la presidencia actual. Como quiera que hasta 2011 (con la reelección como gobernadora ya ganada) no sería necesario que declarase formalmente sus intenciones, será en ese momento cuando, a la vista de la situación en Estados Unidos, Sarah tome su decisión. Porque de una cosa sí que podemos estar todos seguros y es que si Sarah lanza una candidatura presidencial será para ganar y eso no lo conseguirá a menos que la popularidad del actual presidente haya caído en picado (lo que ya está empezando a pasar) y gran parte del país lo vea por fin como el lamentable, embaucador y grandilocuente cascarón vacío que siempre ha sido. Sarah es muy joven y puede esperar perfectamente hasta 2016 si hace falta. En ese caso, yo me inclinaría a pensar que en 2014, cuando llegue a su fin su segundo mandato como gobernadora, Sarah lance su candidatura al Senado con la intención de recuperar el escaño senatorial por Alaska que ahora mismo está en manos de los demócratas, perfeccionando de paso su currículo con un cargo a escala nacional que la mantenga en la escena política hasta 2016, cuando se lance de una vez a por todas. Pero todo esto a expensas siempre de lo que suceda durante estos próximos años.

Conjetura nº 3: Sarah aún no sabe si se presentará a las presidenciales de 2012 ó 2016, dependiendo ello de lo que suceda con la actual presidencia. Si es un fracaso, lo hará en 2012; si es aceptable, esperará hasta 2016.

Ésta es mi opinión, pues. ¿Mi deseo? No hay duda: ¡Sarah 2012! No soporto al actual presidente y quisiera que lo echaran lo antes posible de la Casa Blanca. Realmente todo va a depender de cómo gestione la crisis económica (de momento lo está haciendo mal, mal, mal) porque en cuestiones de política exterior creo que se va a limitar a mantener las posturas tradicionales de Estados Unidos (para desesperación de los más izquierdistas) y a dar algún que otro patinazo no demasiado grave (roguemos para que no sea en el asunto de Irán). Si la crisis empeora y la economía estadounidense se hunde, creo que tendremos Sarah 2012; si logra mantenerla a flote, será Sarah 2016. Si es que ya lo dijo aquél: ¡Es la economía, estúpido!

sarah2012

Una estupenda foto para el cartel electoral: Palin for president. E imagínense que David Petraeus fuera el candidato a vicepresidente. Es una idea, ¿no?


CALUMNIA QUE ALGO QUEDA

19/03/2009

 

A lo largo de la pasada campaña electoral estadounidense, todos aquellos que la seguíamos cotidianamente nos vimos sometidos de pronto a un constante bombardeo de noticias sobre la por aquel entonces sorprendente candidata republicana a la vicepresidencia con John McCain: Sarah Palin, la gobernadora de Alaska.

La mayoría de esas noticias eran negativas, por no decir muy negativas, y para cualquier persona con dos dedos de frente, no podían ser ciertas a menos que McCain y su equipo se hubieran vuelto todos demócratas de golpe y estuvieran haciéndole la campaña gratis a su adversario. Era imposible que hubieran escogido para completar su ticket a alguien como Sarah si realmente ésta era la mitad siquiera de todo lo que estaban repitiendo machaconamente los medios de (des)información.

Yo no me lo creí, la verdad. Pero reconozco que sentí un cierto malestar hasta que logré encontrar información veraz sobre ella en Internet. Luego, a raíz de mis investigaciones, empecé a comprender que se había desatado por parte de los medios de (des)información la más feroz campaña de descrédito contra una persona de los últimos tiempos.

Y ahora que la campaña electoral ha concluido y la expresión «Palin smears» se ha convertido casi en una frase hecha, soy de los que creen que no se puede consentir que todas esas mentiras permanezcan y es por ello que voy a intentar hacer un poco de luz sobre la verdadera historia de la gobernadora Palin y darle al César lo que es del César y devolverle a los basureros de los medios de (des)información lo que es suyo: la basura.

smear

Un ejemplo de basura: “Bebés, mentiras y escándalo”. Y ésta portada aún fue de las menos ofensivas.


UNAS ACLARACIONES ANTES DE EMPEZAR

17/03/2009

 

Este blog es personal; es decir, lo redacto yo en exclusiva y no tiene otra intención que la de permitirme expresar mis propias opiniones sobre Sarah Palin y su actividad política, en la confianza de que alguno de mis lectores las encuentre si acaso interesantes. Por supuesto, no pretendo convencer a nadie de nada, sino simplemente ofrecer mi punto de vista sobre ella. Y es que para mí, tal y como opinaba T. E. Lawrence (1888-1935), el undécimo mandamiento debería ser: “No convertirás”. En consecuencia, nadie debería preocuparse porque pueda intentar captar partidarios para la causa porque nada más lejos de mi intención. Solamente pretendo ofrecer información veraz y opiniones fundadas en hechos ciertos. Otra cosa es que alguien, a la luz de dicha información, sienta voluntariamente la necesidad de revisar, confío en que para bien, su opinión sobre Sarah Palin. Para mí, eso no es en absoluto proselitismo y si se diera el caso, me sentiría muy satisfecho de haber sido la causa de ese cambio de opinión (entre otras cosas porque yo también “funciono” así: me gusta obtener toda la información fiable que pueda sobre el tema de que se trate y sacar luego mis propias conclusiones).

Acto seguido, detallo las cinco premisas a las que voy a ceñirme para el desarrollo de este blog:

1. Me defino políticamente como conservador, identificándome plenamente con esa definición de Edmund Burke (1729-1797) que dice que el conservadurismo muestra “la disposición de preservar y la habilidad de mejorar”. En consecuencia, la mayoría de mis opiniones adoptarán este punto de vista, aunque eso no implica que no pueda dar la sorpresa algún día expresando alguna opinión que no pueda ser considerada claramente como tal. Y es que no pretendo ser la quintaesencia del conservadurismo; de hecho, no creo que nadie pueda pretender arrogarse esa calificación cuando incluso Ronald Reagan fue visto con suspicacia durante la mayor parte de sus dos mandatos por muchos que se consideraban “conservadores de verdad”.

2. Como conservador que soy, constato con tristeza que mis valores no son defendidos por ningún partido político español o europeo, sino únicamente por el Partido Republicano estadounidense (y hablo en general; los republicanos estadounidenses están lejos de ser un bloque monolítico y dentro del partido coexisten diversas corrientes de opinión, pero los que hasta ahora son sus principios tradicionales, esos nadie los ha puesto en duda y es a ellos a los que me adscribo; sobre el resto, admito la discusión). Es una lástima, pero Europa, hastiada de su prosperidad por lo que parece, ha dejado de ser ella misma y de creer, en consecuencia, en la bondad del orden, el respeto a la ley y la necesidad de la moral.

3. Dentro del Partido Republicano estadounidense, y sobre todo ahora que ha terminado la presidencia de George W. Bush y sus funestos compassionate conservatives, veo a Sarah Palin como la figura que mejor encarna esos valores en los que creo, de acuerdo con sus declaraciones públicas y contrastadas con lo que ha sido hasta ahora su actuación como gobernadora del estado de Alaska.

4. No niego que puedan existir dentro del Partido Republicano estadounidense otras figuras tan o más valiosas que Sarah Palin, pero ahora mismo, y eso es algo que debemos agradecer sin reparos a John McCain, es ella la única que disfruta de la proyección nacional necesaria para suponer un rival creíble para el actual presidente de los Estados Unidos.

5. En consecuencia, de poder yo votar en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, Sarah Palin sería ahora mismo mi elección y es a ella a quien dirijo actualmente toda mi atención.

Si en algún momento, alguna de estas premisas se revela falsa, me comprometo a clausurar inmediatamente el blog, ya que a partir de entonces carecería de sentido. Sin embargo, estoy convencido de que no va a ser así y confío en poder desarrollarlo como mínimo hasta el martes después del primer lunes de noviembre de 2012, con la esperanza de poder publicar al día siguiente una entrada con este título:

¡SARAH PALIN, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS!

Quiera Dios que pueda ser verdad y que esté profetizando sin saberlo. Queda un largo camino hasta entonces, pero estoy seguro de que será de lo más interesante y que valdrá la pena.  Dicho lo cual, doy inicio a este blog sin más preámbulos.

¡Ah, se me olvidaba! Mi nombre es Bob Moosecon. Ahí va una foto mía para que me puedan reconocer si nos encontramos cualquier día por la calle.

moose

El autor del blog tomando un tentempié en la calle después de un duro día de trabajo (y no saquen conclusiones precipitadas con respecto a los cuernos porque soy soltero, ¿eh?).


¿OTRO BLOG MÁS? ¿PARA QUÉ?

16/03/2009

 

Este blog nace con una única intención: ayudar a que Sarah Palin, la gobernadora del estado de Alaska, sea mejor conocida en España y con ella, el ideario conservador que representa. ¿Y por qué Sarah Palin precisamente y no cualquier otra persona? Pues porque ella es la única política estadounidense actual cuyos hechos están a la altura de sus principios, que son también los nuestros. Y porque se lo merece además.

Cuando Sarah Palin fue escogida por John McCain como su candidata a la vicepresidencia el pasado día 29 de agosto de 2008, todos aquellos españoles que seguíamos la carrera presidencial (por supuesto, no a través de los medios de (des)información tradicionales, ya que en España carecen de toda credibilidad desde el 11-M) nos encontramos de pronto ante la figura de una mujer de la cual no habíamos oído hablar nunca. Tal vez alguien, algún fanático de “Doctor en Alaska”, pudiera saber que ella era la gobernadora de Alaska y la última responsable del bienestar de Cicely y de sus habitantes (alces incluidos), pero en lo que se refiere al público en general y aún a los que nos preciamos de conocer razonablemente bien la actualidad de los Estados Unidos, Sarah Palin era una desconocida. Se trataba de una jugada sorprendente por parte de McCain y que parecía un verdadero gambito: sacrificar la pieza de la falta de experiencia de su rival en aras de una posición más cómoda para él dentro del espectro de votantes habitualmente identificados con el Partido Republicano. Sí, ciertamente era todo un riesgo, pero ¿valía la pena semejante movimiento? Para decidir la respuesta muchos de nosotros nos lanzamos sobre la Wikipedia a buscar y leer el artículo “Sarah Palin” y luego nos fuimos a la página web oficial del estado de Alaska, que devoramos igualmente. Y lo que vimos y leímos en ambos sitios nos gustó. Y mucho. Sarah era una mujer joven, decidida y con las ideas claras que no había tenido el más mínimo reparo en enfrentarse con la casta política dominante en su propio estado (que, para más inri, estaba compuesta por miembros de su propio partido, el Republicano). Había comenzado como alcaldesa, había sido reelegida y ahora era gobernadora, estando dentro de su primer mandato como tal, y no había ninguna duda de que lo estaba haciendo bien, ya que su índice de aceptación entre los alasqueños, un 68% a principios de septiembre de 2008, era muy elevado. Además, era una mujer que no había sentido en absoluto la necesidad de sacrificar su vida familiar por una carrera política y, en consecuencia, no sólo estaba casada (y su marido, a decir de una amiga mía, es guapísimo y macizo a más no poder, ¡ejem!), sino que tiene cinco hijos, el último de los cuales padece el síndrome de Down, algo que supieron ambos durante la gestación, pero que no les indujo a optar por el aborto.

Según íbamos investigando y conociendo más detalles sobre ella, cada vez nos sentíamos más entusiasmados. Ciertamente, McCain había jugado fuerte y lo había hecho magistralmente. Sólo había que ver la cara que les había quedado a los del otro bando: estaban lívidos. Y cuando Sarah pronunció su discurso de aceptación en la convención republicana de Saint Paul (Minnesota) el 3 de septiembre de 2008 y soltó aquello de las hockey moms y el pintalabios que es la única diferencia entre una hockey mom y un pit bull, todos nos enamoramos de ella. Oh, my God! I wanna vote for her! No se había visto un entusiasmo semejante desde los tiempos de Reagan. Se ve que el frío de Alaska mantiene la mente despejada porque alguien como Sarah es impensable en Washington, Nueva York… o Chicago. Sin embargo, el otro bando no tardó en reaccionar y trataron de recuperar el terreno perdido.

Durante la campaña electoral, prácticamente todos los medios de (des)información se lanzaron sobre Sarah como fieras salvajes. Era un espectáculo repulsivo. Cada día aparecía una calumnia (smear) nueva y cada día esa nueva calumnia era aún más indigna que la anterior. La verdad es que nos sorprendió. No era eso lo que esperábamos. Es cierto que ya suponíamos que habría una cierta cantidad de juego sucio por parte de los habituales medios sensacionalistas, como en todas las campañas electorales, pero lo que nunca se nos hubiera ocurrido es que el juego sucio fuera a ser la norma incluso en los hasta entonces considerados medios “respetables”. Aquello no fue un ejercicio de espíritu crítico, sino mero afán de destrucción, una humillación pública cuya víctima era alguien cuyo único “pecado” era el haberse atrevido a desafiar de nuevo el establishment, tal y como dejó bien claro en su discurso de aceptación:

“I’m not going to Washington to seek their good opinion. I’m going to Washington to serve the people of this country”.

(No voy a Washington en busca de su buena opinión [en referencia al establishment]. Voy a Washington a servir a la gente de este país).

convencion

Sarah Palin durante su discurso de aceptación en la Convención Republicana del pasado año.

Toda esta animadversión era comprensible si se tiene en cuenta que era la primera vez que McCain iba por delante en las encuestas, claramente a consecuencia del empuje proporcionado por Sarah Palin a su candidatura. Pero por otra parte, semejante campaña supuso para muchos de nosotros la publicación del acta de defunción por podredumbre del periodismo tradicional estadounidense, ya fuera en prensa, radio o televisión (el español ya está muerto desde hace cinco años, tal y como mencionamos más arriba). Así pues, dado que ya no podíamos contar con ellos para que nos proporcionaran información objetiva y veraz, no tuvimos más remedio que buscar esa información por otro lado; en Internet, por ejemplo. Y gracias a Dios que la encontramos, principalmente en esos dos sensacionales blogs que son Democracia en América y Sarah Palin en español, a cuyos autores nunca podremos agradecer lo suficiente todo su esfuerzo y dedicación.

La campaña terminó y McCain perdió las elecciones. No es este el momento de repasar los errores cometidos, pero es evidente que uno de los peores fue el de no dejar a Sarah el mostrarse tal y como es, el ser ella misma, la mujer que se ganó por méritos propios el título de the most popular Governor in America. La prueba es que ahora que todo ha terminado es ella quien está en el candelero y quien concita la mayor adhesión por parte de los votantes republicanos mientras que McCain bastante ocupado está él en intentar conseguir que se olvide el hecho de que una vez formó ticket con ella y recuperar así su imagen “centrista”(o sea, medio demócrata). De desagradecidos el mundo está lleno, ¡bah!

En cambio, para Sarah, su verdadera campaña comienza justo ahora. La señal de partida ha sido la creación de SarahPAC, su propio PAC (Political Action Commitee). Es un paso muy importante y que nos dice que es la propia Sarah quien se está moviendo.

sarahpac

La página de presentación de SarahPAC, el nuevo desafío de Sarah Palin.

Evidentemente, todavía no sabemos con certeza en qué dirección lo hace, pero lo más atinado es pensar que va a centrarse en su campaña de reelección como gobernadora en 2010, al tiempo que no renuncia a mantener una cierta presencia en la vida pública nacional, procurando eso sí que no resulte en ningún caso agobiante porque ahora es el momento del actual presidente y estamos seguros de que Sarah es perfectamente consciente de que el suyo todavía está lejos y no llegará por lo menos hasta 2011. Pero mientras esperamos a que sea su turno, todos nuestros esfuerzos se dirigirán a hacer llegar la verdad sobre ella a cuantas más personas mejor para que no vuelva a pasar otra vez lo que ha sucedido durante esta pasada campaña electoral, cuando la mentira se ha enseñoreado de los medios de (des)información y ha calado en tantas personas que no han sabido defenderse de ella. Esa es nuestra meta, la de este blog, y a ello nos comprometemos.


DE ENTRADA, UN CUENTO

15/03/2009

 

Érase una vez, un candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos llamado McBlandito (otros dicen que se llamaba realmente McFlojo, McCastaña o incluso McPatata, pero eso no es lo más importante ahora). Éste, que era un hombre serio, honrado y valiente, tenía tan sólo un problema para ganar las elecciones y es que, a pesar de ser el candidato republicano, él no era republicano, sino medio demócrata, y eso despertaba muchos recelos entre quienes debían ser sus votantes naturales que, hartos ya del presidente republicano menos republicano de la historia (o sea, George W. Bush o Bush 43), no sentían mucho entusiasmo ante la idea de que quien le sucediera fuera el presidente republicano más demócrata de la historia.

McBlandito lo sabía, por supuesto, y listo como era tuvo una idea: buscaría a un candidato a vicepresidente que fuera todo lo republicano que él no era y utilizaría su figura para atraer a esos votantes que no se fiaban ni un pelo de él con la tranquilidad de que una vez elegido presidente, su vicepresidente desaparecería en algún pasillo de la Casa Blanca y nunca más se sabría de él. Así pues, McBlandito se puso a buscar por todas partes y al final dio con una tal Sarah Palin, gobernadora del estado de Alaska, allí donde Santa Claus tiene su cabaña de troncos. Sarah era republicana de verdad (no como él, que lo era de pega), estaba teniendo mucho éxito como gobernadora y encima era mujer y estaba estupenda, lo que añadiría a su candidatura un matiz muy interesante que seguro que fastidiaría mucho a los del otro bando. Sarah aceptó el envite y McBlandito se frotó las manos pensando que había hecho una jugada maestra, lo que era cierto dado que, de repente, pasó a encabezar las encuestas de intención de voto, algo que no le había sucedido nunca hasta entonces.

Sin embargo, todo se vino abajo cuando una terrible crisis económica se desató sobre los Estados Unidos y McBlandito se convirtió en McVeleta, sembrando la duda entre muchos votantes que se temieron que ya estaba un poco chocho. Y mientras McBlandito intentaba capear el temporal, Sarah se veía sometida día sí y día también a una lluvia de calumnias por parte de los medios de (des)información, todos ellos pasados con armas y bagajes a las filas del otro bando, quienes, conscientes de lo mucho que valía y de que era la única carta ganadora por parte de McBlandito, se lanzaron sobre ella a degüello. McBlandito estaba más perdido que un pato en un garaje y bastante tenía él con intentar averiguar por dónde soplaba el viento, a diferencia del otro bando que permanecía tan ricamente a resguardo, pero es que además toda esa carretada de asesores empingorotados que rodeaban a McBlandito parecían tener menos luces que un farol apagado y en lugar de responder y morder ellos también, se desentendieron de Sarah y la dejaron expuesta a la humillación pública, permitiendo que el otro bando consiguiera su objetivo de desacreditarla sin apenas esfuerzo. Naturalmente, McBlandito perdió las elecciones y esto último es probablemente cierto: las perdió él, no es que las ganara el otro. Luego, cuando recapitularon sobre lo que había pasado (todos menos Sarah, a quien ya no querían ver ni en pintura y devolvieron ipso facto a Alaska), comprendieron que habían jugado mal sus cartas y que era precisamente la única baza que no habían querido jugar a fondo la que les hubiera podido salvar: Sarah Palin. Y todos se sintieron tontos y McBlandito más que nadie, ya que se había convertido de pronto en McPifia. Y como que estaban tan avergonzados y muchos de ellos temían que ya no les contrataran como asesores ni para unas elecciones al bebé más mofletudo del condado, algunos de ellos quisieron disimular su estupidez culpando a Sarah e inventando más embustes todavía sobre ella que la hicieran responsable de la derrota.

Así pues, Sarah regresó a Alaska mucho más sabia que cuando salió de allí a ver qué pasaba por ahí abajo y McBlandito volvió a Arizona a contar en el bar del pueblo que una vez estuvo a punto de ser presidente a ver si alguien se lo creía y le invitaba a una cerveza. Pero Sarah, que es una luchadora nata y que tiene más valor ella sola que un pelotón de marines entero, decidió que no iba a quedarse en la tonta del bote de la historia y que la próxima vez que lo intente será ella quien lleve las riendas. Para ello, cuenta con el apoyo de la mayoría de los votantes republicanos, que, a despecho de todo lo que los medios de (des)información han dicho y escrito sobre ella, saben que Sarah es una de ellos y por eso la admiran y esperan el momento en que se decida a regresar with a vengeance, devolviéndoles la fe en una nación como la que soñaron los Padres Fundadores y sus propios antepasados, generación tras generación, antes de que los de la secta esa que se han adueñado de la Casa Blanca puedan arruinar su futuro y el de sus hijos.

Y colorín, colorado, este cuento no se ha acabado…

mcblandito

Sarah Palin y McBlandito cuando éste último todavía no se había convertido en McPifia y hasta parecía McAnudo.