CONSERVADOR EN ALASKA 2.0

27/07/2009

 

Comencé a escribir este blog el pasado 14 de marzo de 2009 con una intención muy simple, la misma que aparece diariamente en su cabecera: contar la verdad sobre Sarah Palin a quien quiera escucharla. Tras cuatro meses ya y 58 entradas en total, considero que ese objetivo, el de proporcionar la información suficiente para que cualquier persona interesada en su figura pueda saber con certeza quién es ella, se ha cumplido.

A lo largo de todo este tiempo, he repasado con todo el detalle que me ha sido posible su historia y las muchas mentiras que sobre ella se han vertido, las cuales han sido refutadas una por una, desde las más bobas (“Sarah le fue infiel a su marido, Todd, con un socio de éste”) hasta las más perversas (“Sarah no es la madre de su hijo Trigg sino su abuela” o las ethics complaints). Con ello, confío en haber demostrado a mis lectores que soy una persona que sabe de lo que habla y que proporciona información veraz en su blog.

Todo esto viene a cuento de que a partir de mañana voy a empezar mis vacaciones con lo que dejaré de publicar más entradas hasta septiembre. Sin embargo, nadie debe preocuparse porque ya les digo que en septiembre volveré. Y lo haré con un blog mejorado; estas vacaciones que pienso tomarme no van a ser en absoluto de holganza sino laboriosas (que son las mejores, por cierto). Y es que pienso que con la decisión de Sarah de dimitir como gobernadora de Alaska se abre un nuevo camino ante ella, un camino que posiblemente acabe llevándola a lanzar su propia candidatura presidencial en 2012 (o no), pero que en cualquier caso supone un auténtico game changer en el panorama político estadounidense. Con Sarah libre de ir y venir a su antojo por todos los Estados Unidos y de hablar sin cortapisas, nada va a ser lo mismo allí; que se prepare el presidente de los Estados Unidos porque se le acabó la luna de miel. Por fin va a tener un rival de verdad y estoy seguro de que lo va a disfrutar realmente (esto último es irónico, ¿eh?).

En cuanto a las mejoras que tengo previstas realizar en el blog no son ningún secreto. Sencillamente, se trata de:

  • Incluir un apartado con la biografía (estilo timeline) de Sarah que esté siempre disponible para que todos podamos consultarla rápidamente y así comprobar fechas y hechos de su vida sin necesidad de hacer una búsqueda adicional.
  • Incluir otro apartado con una recopilación de todas las actuaciones públicas de Sarah desde aquel glorioso 29 de agosto de 2008, tanto si se trata de discursos o actos públicos como si se trata de entrevistas o artículos suyos, incluyendo el enlace correspondiente.
  • Elaborar un blogroll lo más exhaustivo posible de páginas web y blogs palinistas para que todos podamos estar en contacto con todos y así saber unos de otros y apoyarnos mutuamente.

Además, el estilo de mis entradas también va a cambiar. Hasta ahora he estado redactando entradas que repasaban la vida de Sarah Palin, proporcionando información. A partir de ahora, eso ya no va a ser así porque me voy a centrar en dar mi opinión. Voy a convertirme en comentarista de la actualidad sobre Sarah Palin (¡que Dios me coja confesado!). En consecuencia, mis entradas serán más cortas (lo que no dejarán de agradecerme mis lectores) y concisas. Por supuesto, dando mi opinión en lugar de limitarme a relatar hechos me arriesgo a decir muchas tonterías y meter la pata más de lo recomendable, pero es un riesgo que voy a correr. Además, como si alguien fuera a hacerme caso… Por supuesto, mis sarcasmos seguirán siendo tan mortíferos como siempre. Eso no cambiará; prometo conservar las uñas afiladas.

Y como que no queda mucho más que decir, me voy a despedir con dos fotos: la primera, la misma que utilicé para abrir este blog allá un lejano 14 de marzo de 2009, una foto soberbia de Sarah que, tal y como dije entonces, confío en que se haga realidad en noviembre de 2012 cuando este blog pueda encabezar la entrada de ese día con el tan ansiado titular: ¡SARAH PALIN, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS!

Presidente

La segunda es mucho más tontorrona y es simplemente una foto mía en mi primer día de vacaciones (aún estoy deshaciendo las maletas), disfrutando de la paz y sosiego del campo en un lugar donde el progre más próximo se encuentra a 45 kilómetros de distancia (allí hay un manicomio, ¿saben?). Con mis mejores deseos para este mes de agosto que viene, que pasen unas buenas vacaciones. Y recuerden, en septiembre volvemos a encontrarnos todos. Pasaré lista, ¿eh?

Moose fresco

Moosecon will return


NUEVOS TIEMPOS, NUEVAS CALUMNIAS: EL QUE TONTO VA A LA GUERRA, TONTO VUELVE DE ELLA (II)

24/07/2009

 

Como que lo prometido es deuda, ésta es la lista de ethics complaints (quejas por falta de ética) presentadas hasta este momento en el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) contra Sarah Palin:

QUEJAS PRESENTADAS ANTES DE LA CAMPAÑA ELECTORAL A LA PRESIDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS

  • 6 de agosto de 2008: Queja presentada por Andree McLeod (Anchorage)
    Se queja de que Sarah Palin y Frank Bailey, su antiguo Governor’s Director of Boards and Commissions (director de Consejos y Comisiones de la Gobernadora) habían usado su influencia para conseguir un puesto de trabajo como surveyor (perito) en la administración del Estado de Alaska a Tom Lamal, un antiguo recaudador de fondos para Sarah. Fue rechazada, aunque se advirtió a Bailey que algunos comentarios suyos hechos por e-mail eran impropios de su cargo.
  • 20 de agosto de 2008: Denuncia presentada por Brian Kraft (Bristol Bay) ante el Alaska Public Offices Commission (Comisión de Cargos Públicos de Alaska), organismo encargado de supervisar los procesos electorales de alcance estatal (o sea, circunscritos a Alaska)
    Denuncia que Sarah Palin violó la ley electoral al pronunciarse públicamente (a favor del no) seis días antes de la celebración de un referéndum sobre una polémica propuesta minera en Bristol Bay. Además, Kraft se quejó también de que un grupo opositor al suyo había utilizado el retrato oficial de Sarah en un anuncio a favor del no publicado en el Anchorage Daily News. La investigación descubrió que dicho grupo había hecho uso del retrato sin autorización y que, en consecuencia, Sarah no podía ser culpada por ello. Fue rechazada. Y encima ganó el no en el referéndum.

QUEJAS PRESENTADAS DURANTE LA CAMPAÑA ELECTORAL A LA PRESIDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS

  • 1 de septiembre de 2008: Queja presentada por la propia Sarah Palin
    Revelada por ella misma (self-disclosure), su intención era que fuera el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) quien investigara el Troopergate, tal y como es su potestad según la legislación del Estado de Alaska. La investigación concluyó que Sarah no violó ninguna ley ni se comportó con falta de ética cuando destituyó de su cargo al antiguo Public Safety Commissioner (comisionado de Seguridad Pública) Walt Monegan.
  • 3 y 16 de septiembre de 2008: Queja presentada por el Public Safety Employees Association (PSEA) (Asociación de Empleados de Seguridad Pública)
    Se queja de que Sarah Palin o algún miembro de su equipo de gobierno habían tenido acceso no autorizado, y además revelado la información obtenida, a la hoja de servicios del trooper Mike Wooten. La queja se amplió con posterioridad para incluir la acusación de acoso laboral contra ese mismo trooper. La misma investigación que resolvió la queja anterior rechazó ambas acusaciones.
  • 13 de octubre de 2008: Queja presentada por Walt Monegan (Anchorage)
    Reclamaba una vista pública en la que pudiera limpiar su nombre de todo lo que había supuesto para él la controversia del Troopergate. La misma investigación que resolvió la queja original se opuso a ello por no estar contemplado este supuesto en la legislación estatal.
  • 23 de octubre de 2008: Denuncia presentada ante la Federal Election Commission (FEC) (Comisión Electoral Federal), organismo encargado de supervisar los procesos electorales de alcance nacional (o sea, todo Estados Unidos)
    Presentada por Citizens for Responsibility and Ethics in Washington (CREW) (Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington), una organización pro-demócrata, quejándose de que  los 150.000$ en vestuario para Sarah Palin gastados por el Partido Republicano durante la pasada campaña electoral violaban la Federal Election Campaign Act (Ley de Campañas Electorales Federales) al no permitir ésta que el dinero donado a las campañas se utilice para gatos personales de los candidatos. Rechazada por la FEC al comprobarse que el dinero empleado para esas compras no procedía de donaciones sino que era propio del Partido Republicano y, en consecuencia, no está incluido dentro de las estipulaciones de la Federal Election Campaign Act (Ley de Campañas Electorales Federales).
  • 24 de octubre de 2008: Queja presentada por Frank Gwartney  (Anchorage)
    Se queja por el hecho de que Sarah Palin cargue a costa del Estado de Alaska el coste de llevar a sus hijos con ella cuando viaja. Fue rechazada al no apreciarse impropiedad en ello, pero el investigador encargado de ella recomendó a la administración que se modificaran algunos aspectos de la ley para contemplar más detalladamente estos supuestos, así como que la gobernadora accediera a cumplir las nuevas disposiciones (a pesar de que no se le podía obligar legalmente a ello de ninguna manera) para dejar clara su buena voluntad. Sarah estuvo de acuerdo en revisar todos sus viajes hechos hasta entonces (72 en total), accediendo finalmente a devolver los gastos cargados por su familia (10.000$) en diez de ellos en que, de acuerdo con la nueva redacción de la ley, no entraban dentro del concepto de viajes realizados “en interés del Estado”.

QUEJAS PRESENTADAS CONCLUIDA LA CAMPAÑA ELECTORAL A LA PRESIDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS

  • 13 de noviembre de 2008: Queja presentada por Zane Henning (Wasilla)
    Se queja de que Sarah Palin hubiera hecho por dos veces declaraciones a la prensa sobre la recién concluida campaña electoral en su despacho oficial de gobernadora de Alaska en el edificio Atwood de Anchorage. Fue rechazada.
  • 2 de diciembre de 2008: Queja presentada por Anthony Martin (Talkeetna)
    Se queja de que Sarah Palin, acompañada por su ayudante Kris Perry, hubiera hecho campaña a favor de la reelección del senador Saxby Chambliss de Georgia. Fue rechazada.
  • 14 de enero de 2009: Queja presentada por (desconocido)
    Se queja por el hecho de que Sarah Palin haya utilizado fondos del Alaska Seafood Marketing Institute (Instituto del Mercado del Marisco de Alaska), una empresa pública, para promocionar su carrera política nacional mediante anuncios que la retrataban a ella publicados en la prensa (el National Fisherman) durante el último año y que llegaron hasta noviembre de 2008. Fue rechazada al comprobarse que la autorización dada para emplear su imagen fue concedida bastante antes de ser nominada siquiera por el Partido Republicano como candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos.
  • 23 de enero de 2009: Presentada por Andree McLeod (Anchorage)
    Se queja de que Kris Perry, el director (director) de la Governor’s Anchorage Office (director de la Oficina de la Gobernadora en Anchorage), haya trabajado en beneficio de Sarah Palin durante su pasada campaña electoral. Fue rechazada.
  • 30 de enero de 2009: Presentada bajo pseudónimo (se firmó con el nombre de Edna Birch, un personaje de una serie de televisión británica) por un desconocido
    No se pudo identificar nunca a la persona que la presentó y la queja, referida a la concesión irregular de una beca a Levi Johnston, el antiguo novio de la hija de la gobernadora, Bristol Palin, por parte de la administración del Estado de Alaska, fue rechazada sin más.
  • 18 de marzo de 2009: Presentada por Andree McLeod (Anchorage)
    Se queja de que Bill McAllister, press secretary (portavoz de Sarah Palin), haya trabajado en beneficio de Sarah Palin durante su pasada campaña electoral al haber emitido un comunicado oficial explicando que la gobernadora Palin había sido elegida candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos, además de haber respondido a la prensa durante la pasada Convención Nacional Republicana cuando le preguntaron sobre la experiencia ejecutiva de Sarah y de haber explicado los planes de Sarah de acudir en junio de este año a un acto de recaudación de fondos a favor del Partido Republicano. Fue rechazada.
  • 1 de abril de 2009: Presentada por Linda Kellen Biegel (Anchorage)
    Se queja de que Sarah Palin vistiera ropa de la marca Arctic Cat durante la última edición de la Tesoro Iron Dog Snowmobile Race cuando su marido, Todd, corría bajo el  patrocinio de esa misma marca. Fue rechazada.
  • 17 de abril de 2009: Presentada por Andree McLeod (Anchorage)
    Se queja de que Sarah Palin haya utilizado indebidamente personal, equipamiento, tiempo y material pertenecientes al gobierno de Alaska para impulsar su carrera política al haber publicado en SarahPAC tres comunicados oficiales de la Oficina de la Gobernadora. Fue rechazada.
  • 22 de abril de 2009: Presentada por Sondra Tompkins (Anchorage)
    Se queja de que el SarahPAC viola dos preceptos de la Alaska Executive Branch Ethics Act (Ley Ética del Poder Ejecutivo de Alaska) al abusar Sarah de su posición como gobernadora para apoyarlo, en primer lugar, y además aceptar “trabajo” fuera de su cargo oficial, en segundo lugar, refiriéndose concretamente a dos viajes realizados por Sarah el pasado 16 de abril cuando fue hasta Evansville (Indiana) para dar un discurso durante la cena de la asociación anti-abortista Vanderburgh County Right to Life y reunirse al día siguiente durante el desayuno con miembros de SMILE, una organización no lucrativa de apoyo a las familias con personas aquejadas de síndrome de Down. Fue rechazada.
  • 22 de abril de 2009: Presentada por Andree McLeod (Anchorage)
    Se queja de que la aceptación por parte de Sarah de la invitación que recibió a dar un discurso durante la cena de la asociación anti-abortista Vanderburgh County Right to Life supone una grave violación de la Alaska Executive Branch Ethics Act (Ley Ética del Poder Ejecutivo de Alaska) al confesar ésta que los organizadores la convencieron finalmente de acudir cuando le regalaron una caja de bombones y una bandeja de rosquillas, además de un palo de hockey que le enviaron los miembros de un equipo juvenil de hockey (¡soborno!). Y por si fuera poco, supuso el abandono de sus obligaciones como gobernadora de Alaska al dejar el Estado durante 36 horas. Fue rechazada.
  • 23 de abril de 2009: Presentada por Kim Chatman (Eagle River)
    Se queja de que el Alaska Fund Trust, el fondo creado por Sarah para recoger dinero destinado al pago de la deuda que mantiene con sus abogados por sus gastos legales, supone una violación de la Alaska Executive Branch Ethics Act (Ley Ética del Poder Ejecutivo de Alaska) al abusar Sarah de su posición como gobernadora de Alaska para obtener beneficios personales. Pendiente de resolver todavía.
  • 8 de mayo de 2009: Presentada por Andree McLeod (Anchorage)
    Ampliación de la queja presentada por ella misma el 18 de marzo quejándose de una nueva comunicación oficial de la Oficina de la Gobernadora publicada al mismo tiempo en SarahPAC, así como de que la hija de la gobernadora, Bristol Palin, obtuvo un empleo en Candies Foundation, una asociación que trata de informar a los adolescentes de las consecuencias de la maternidad precoz, utilizando los recursos del Estado.

QUEJAS PRESENTADAS CON POSTERIORIDAD AL ANUNCIO DE DIMISIÓN DE SU CARGO COMO GOBERNADORA DE ALASKA (hay que aprovechar el tiempo, ¿no?)

  • 6 de julio de 2009: Presentada por Zane Henning (Wasilla)
    Se queja de que Sarah cobró dietas del Estado de Alaska irregularmente al pernoctar en su propio domicilio. Pendiente de resolver.
  • 10 de julio de 2009: Presentada por Ray Ward (Anchorage)
    Se queja de que Sarah cobró por conceder entrevistas a diversos medios de comunicación. Fue rechazada.
  • 14 de julio de 2009: Presentada por Andree McLeod (Anchorage)
    Se queja de que Sarah continuó cobrando su sueldo como gobernadora del Estado de Alaska mientras hacía campaña como candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos, además de contar con la ayuda de algunos de los miembros de su equipo de gobierno en Alaska. Fue rechazada.
  • 20 de julio de 2009: Presentada por Andree McLeod (Anchorage)
    Se queja de que Sarah no ha declarado todos los regalos que ha recibido durante todo el tiempo que ha sido gobernadora de Alaska. Pendiente de resolver.

Si se han fijado bien, habrán visto que la perseguidora más tenaz de Sarah es una tal Andree McLeod, que tiene el record de tanto de quejas presentadas y como de estupideces esgrimidas. ¿Y quién es esa tal McLeod? Pues lo suyo es de circo porque se trata de una antigua funcionaria del gobierno de Alaska que trabajó para el anterior gobernador Frank Murkowski. Cuando Sarah fue elegida nueva gobernadora, la tal McLeod, ni corta ni perezosa, fue a verla y le pidió el puesto de directora del Alaska Public Offices Commission (Comisión de Cargos Públicos de Alaska). Sarah se lo negó y desde entonces no ha parado en su persecución contra ella. De hecho, se rumorea que no está bien de la cabeza y que entre ella y una regadera no hay comparación: la regadera es la que está cuerda.

McLeod

Mochales, mochales. La tal McLeod… Como para ponerle una camisa de fuerza.

¿Y cuál es la opinión de los alasqueños sobre todo esto? Como que para muestra basta un botón, me ha parecido interesante un editorial del Anchorage Daily News titulado “Our view: Abuse of ethics complaints turns good law into bad politics. Enough” (“Nuestro punto de vista: el abuso de las quejas sobre ética convierte la buena ley en mala política. Ya es suficiente”) publicado el pasado 3 de mayo en el que este periódico, que si de algo puede ser acusado no es precisamente de simpatía por Sarah, expresaba el hartazgo de todos los alasqueños por tanta tontería.

Alaska citizens have a right to file ethics complaints against their elected representatives. State law guarantees it. But when Alaskans use the ethics law to score political points, they abuse that right — and may put it at risk.

Case in point: The latest complaint against Gov. Sarah Palin. Kim Chatman complains the governor has violated state ethics law by having her old friend Kristan Cole set up and run the «Alaska Fund Trust,» a legal defense fund to cover Palin’s legal bills.

We don’t like the title any more than Kim Chatman does. The governor should play it straight and call the fund what it is — the Sarah Palin Legal Defense Fund. And if someone else named it, the governor should get him or her to rename it.
 
But she’s within her rights to create a fund to cover her legal expenses — and complaints like Chapman’s only win sympathy for the governor and run up the legal bills.

Another case is from Andree McLeod, who has made some legitimate complaints against the Palin administration, most notably in keeping private e-mails about state business archived and open to public viewing.

But she complained earlier this year that a press release issued by Palin on the state Web site last August was a misuse of state resources. Spare us. The governor’s release sought to reassure Alaskans that she would continue to govern the state while running for vice president. Part of the release — that it was great to be running with John McCain and taking the spirit of reform to D.C. etc. — was political boilerplate and arguably out of place under state letterhead. But that was not worth an ethics complaint.

State ethics law is not a megaphone for crying foul every time the governor or any other elected official does something someone doesn’t like. Complaints are supposed to be confidential until an investigation finds probable cause. That limited confidentiality is supposed to prevent undue publicity and political harm from frivolous complaints.
If you file a complaint against a legislator and then blab to the media about it, your complaint is automatically dismissed. That protection doesn’t apply to ethics complaints involving the executive branch. It should.

Ethics law is for serious inquiries into possible violations of public integrity and civic duty. The «Troopergate» investigation was an example of a valid pursuit of ethics issues, no question. When and whether the state should cover the travel expenses of Palin family members led to another fair complaint — one that prompted the governor to say she’d be reimbursing the state for some of her children’s travel.

When Alaskans make the ethics law a vehicle for gadfly politics, they weaken even valid ethics complaints in the public eye — cynics dismiss every complaint as political. And they strengthen the hand of those lawmakers who want to weaken Alaskans’ ability to hold elected officials accountable.

Let’s not play politics with ethics complaints. Let’s make them fearlessly, but only with just cause.

BOTTOM LINE: Ethics law is a means to hold leaders accountable, not a political plaything.

(Los ciudadanos de Alaska tienen derecho a presentar quejas por falta de ética contra sus representantes electos. Lo garantiza la ley estatal. Pero cuando los alasqueños utilizan la Ley sobre Ética para marcarse puntos políticos, abusan de ese derecho -y lo pueden poner en peligro.

¿A qué nos referimos? A la más reciente queja contra la gobernadora Sarah Palin. Kim Chatman se queja que la gobernadora ha violado la Ley sobre Ética del Estado por poner a su vieja amiga Kristan Cole como organizadora y gestora del Alaska Fund Trust, un fondo de defensa legal para cubrir las deudass legales de Palin.

No nos gusta más el título más que a Kim Chatman. La gobernadora debería jugar limpio y llamar al fondo tal y como lo que es – el Sarah Palin Legal Defense Fund. Y si alguien ya está usando esa denominación, la gobernadora debería conseguir de él o ella que lo renombrara.

Pero ella está en su derecho de crear un fondo para cubrir sus gastos legales – y quejas como la de Chapman sólo hacen que ganar simpatía a la gobernadora y ayudarle a que pague sus facturas legales.

Otro caso es el de Andree McLeod, que ha presentado algunas quejas totalmente legítimas contra la Administración Palin, principalmente por mantener mensajes de correo electrónico privados sobre asuntos estatales archivados y ofrecerlos a la vista de todos.

Pero ella se quejó a comienzos de este año de que un comunicado de prensa publicado por Palin en la página web del  Estado fue un abuso de recursos del Estado. Sensacional. El anuncio de la gobernadora buscaba asegurar a los alasqueños que ella seguiría gobernando el Estado mientras competía por la vicepresidencia. Parte del anuncio – que era fantástico el competir junto a John McCain y llevar el espíritu de la reforma a [Washington] D.C. – era repetitivo y posiblemente fuera de lugar bajo el membrete del Estado. Pero por eso no vale la pena presentar una queja por falta de ética.

La Ley sobre Ética del Estado no es un megáfono para gritar “falta” cada vez que el gobernador o cualquier otro cargo público hace algo que a alguien no le gusta. Las quejas se supone que son confidenciales hasta que una investigación encuentra la probable causa de ellas. Esta limitada confidencialidad tiene el objetivo de evitar publicidad indebida y el daño político de las quejas frívolas. Si usted presenta una queja contra un legislador y luego va corriendo a contárselo a los medios de comunicación, automáticamente se rechaza su queja. Esta prevención no se aplica a las quejas por falta de ética presentadas contra miembros del Poder Ejecutivo. Y debería.

La Ley sobre Ética está pensada para investigaciones serias sobre posibles violaciones de la integridad y el deber públicos. La investigación del Troopergate fue un ejemplo de una búsqueda válida de cuestiones de ética, sin duda. Cuándo y hasta qué punto el Estado debería asumir  los gastos de viaje de los miembros de la familia Palin condujo a otra queja justa–una que movió a la gobernadora a aceptar reembolsar al Estado los gastos de algunos de los viajes de sus hijos.

Cuando los alasqueños hacen de la Ley sobre Ética un medio para la política fastidiosa, debilitan incluso las quejas válidas a los ojos del público – los cínicos rechazan así cualquier queja como “política”. Y fortalecen la mano de aquellos legisladores que quieren debilitar la capacidad de los alasqueños de exigir responsabilidades  a sus cargos electos.

No juguemos a política con las quejas sobre falta de ética. Hagámoslo sin temor, pero sólo con una causa justa.

EN RESUMEN: La Ley sobre Ética es un medio para responsabilizar a los líderes, no un juguete político).

E incluso unos días después, el 7 de mayo, en su página web publicaban la noticia de que los miembros del State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) estaban tan hartos ellos también de Andree McLeod y su manía persecutoria que habían preguntado al acting Alaska Attorney General (Fiscal General de Alaska en funciones) si era posible cobrarle los gastos a una persona que presentase ethics complaints (quejas por falta de ética) frívolas o sin fundamento. La respuesta fue que no, pero la cuestión está sobre la mesa porque hasta el momento, la lista de quejas presentadas contra Sarah (todas ellas desestimadas) ha supuesto un coste de alrededor de 300.000$, correspondiendo unos 190.000$ solamente a la investigación del Troopergate. La Junta no puede revelar el coste de cada queja ya que, bajo la ley, las ethics complaints (quejas por falta de ética) son secretas a menos que el denunciante levante expresamente esa confidencialidad.

En cuanto a la propia Sarah, la más afectada por esta persecución, ¿qué opina ella? La respuesta la tenemos en dos sitios. La primera, en una entrevista por e-mail que los del Anchorage Daily News le realizaron en relación con este mismo tema, cuando declaró, al final de ella:

On August 29, it seems the political landscape changed in Alaska. Now, it seems in order to do this job as Governor, with the political blood sport some are playing today, only the independently wealthy or those willing to spend their income on legal fees to defend their official actions in office, or just normal gubernatorial duties, can serve. I reject that dichotomy and continue to believe that a representative government can be, and should be, comprised or regular Alaskans. First Family travel is just such an example. The trips my family took were fully disclosed, documented and legitimate. The First Family was invited and their participation was requested. However, because of a politically-motivated complaint, I now have to pay for expenses that other governors were never questioned about, despite their children having traveled on state aircraft. In order to avoid more political blood sport and distraction, and because the applicable regulations were circular and incomprehensible, and because it was simply the right thing to do, I sought resolution of this matter.

(Parece que el 29 de agosto el escenario político de Alaska cambió. Ahora, parece que para hacer este trabajo de gobernadora, con el sangriento deporte político al que se juega hoy en día, sólo los ricos o aquellos que dispuestos a gastarse sus ingresos en minutas legales para defender sus decisiones tomadas en el ejercicio de su cargo o sus obligaciones normales como gobernador, pueden permitírselo. Rechazo esta dicotomía y continúo creyendo que un gobierno representativo puede estar, y debería estar, compuesto de alasqueños normales y corrientes. Los viajes de la Primera Familia son precisamente un ejemplo. Los viajes de mi familia fueron totalmente claros, documentados y legítimos. La Primera Familia fue invitada y su participación requerida. Sin embargo, a causa de una queja exclusivamente política, ahora tengo que pagar unos gastos que a otros gobernadores nunca se les exigieron, a pesar de haber viajado con sus hijos en un avión oficial. Para evitar más cacería política y distracciones de mi labor, y porque las normas legales son confusas e incomprensibles, y porque simplemente es lo que debía hacer, busqué una solución al problema).

Esta es la respuesta formal. La informal, la verdadera, la que realmente siente dentro de sí es la que aparece en un comunicado oficial emitido cuando supo el 24 de marzo pasado que había sido acusada por Linda Kellen Biegel de hacer publicidad de la marca de ropa que patrocinaba a su marido, Todd, durante la última edición de la Tesoro Iron Dog Snowmobile Race:

Are Alaskans outraged, or at least tired of this yet – another frivolous ethics charge by a political blogger? This would be hilarious if it weren’t so expensive for the state to process these accusations and for me to defend against these bogus harassments. Yes, I wore Arctic Cat snow gear at an outdoor event, because it was cold outside, and by the way, today, I am wearing clothes bearing the names of Alaska artists, and a Glennallen Panthers basketball hoodie. I am a walking billboard for the team’s fundraiser! Should I expect to see an ethics charge for wearing these, or the Carhartts I wear to many public events? How much will this blogger’s asinine political grandstanding cost all of us in time and money?

¿No están los alasqueños indignados o al menos hartos ya de todo esto? Otra queja frívola a cargo de una bloguista política. Sería hilarante si no fuera tan caro para el Estado proceder con estas acusaciones y para mí defenderme contra estas falsas acusaciones. Sí, llevé ropa de la marca “Arctic Cat” en un acontecimiento al aire libre porque hacía frío y, por cierto, hoy llevo ropa con el nombre de artistas de Alaska y una gorra de baloncesto del equipo de las Glennallen Panthers. Soy una valla publicitaria andante para el recaudador de fondos del equipo. ¿Debo esperar a encontrarme con una queja por falta de ética por llevar todo esto, o tal vez por los pantalones Carhartts que llevo a muchos acontecimientos públicos? ¿Cuánto nos costará en tiempo y dinero la estupidez presuntuosa de esta bloguista tonta?

Ciertamente es para estar harto de todo, sí.


NUEVOS TIEMPOS, NUEVAS CALUMNIAS: EL QUE TONTO VA A LA GUERRA, TONTO VUELVE DE ELLA (I)

22/07/2009

 

Terminó la campaña electoral y el que Sarah saliera de ella con más popularidad que nunca y un cuantioso número de partidarios dispuestos a apoyarla en el futuro era algo que los demócratas no podían comprender. No podían, pero tampoco querían porque eso supondría para ellos el tener que enfrentarse al hecho de que la victoria de su candidato estaba lejos de haber sido tan aplastante como habían estado pronosticando desde el principio. Antes al contrario, los resultados electorales daban esperanzas a los republicanos de que  con un buen candidato en 2012, (republicano if possible porque llevamos una racha que ya, ya…) un candidato que hable claro y no se avergüence de los principios tradicionales republicanos de responsabilidad individual, libertad de elección y gobierno reducido, cambien las tornas y el landslide que tanto vaticinaron esos profetas se acabe produciendo, pero a la inversa, en el mejor estilo Reagan (bendita sea su memoria).

Es por ello que, muertos de miedo ante la espectacular irrupción de Sarah Palin en el firmamento político nacional, y conscientes de que es ella la persona que podría devolver al partido Republicano a la senda correcta, abandonando el estúpido mantra de esos malditos RINO de “abrirse al centro” (o sea, pasarse a la izquierda), los demócratas y sus simpatizantes están decididos a entorpecer en todo los posible la actuación de Sarah con la esperanza de que su futura candidatura a presidente de los Estados Unidos no llegue nunca a cuajar. Y para ello, han dado una vuelta de tuerca al viejo sistema de las Palin smears que tan buen resultado les dio durante la campaña electoral. Y digo “buen” porque aunque es cierto que ni una sola era verdad (y eso es algo que podemos decir muy alto después de habernos pasado estos últimos meses repasándolas una por una), sin embargo cumplieron con su objetivo de dejar una mala impresión de Sarah en el ánimo de la gente corriente, ésa que sólo lee los titulares de los periódicos y cree a pies juntillas que el actual presidente de los Estados Unidos no sólo traerá la paz al mundo sino que también les curará la halitosis. Para ellos, Sarah es una peligrosa extremista (de derechas porque si lo fuera de izquierdas, como el presidente, sería meritorio) de ideas antediluvianas y aferrada a su religión y a sus armas.

Sin embargo, como quiere que este tipo de personas son votantes demócratas sin remedio (casos perdidos, vamos), poca importancia tiene en mi opinión lo que piensen de Sarah. Al contrario, la gente que se preocupa por leer algo más que los titulares de los periódicos, la página de deportes y su horóscopo, y que además es consciente de que la prensa en la actualidad miente nueve de cada diez veces (y la décima no lo hace porque con los resultados del beisbol no se juega que si no…), buen cuidado tienen ellos de procurarse información veraz por otros medios, fundamentalmente por Internet (este blog por ejemplo, modestia aparte).

Pero me estoy distrayendo. A lo que íbamos: ¿y que han pensado los malos para continuar con su operación de acoso y derribo a Sarah? Pues continuar calumniándola, pero ahora aprovechando las posibilidades que les brinda la legislación estatal de Alaska para ello. Me explico: recordemos que cuando Sarah fue nombrada gobernadora de Alaska en diciembre de 2006, una de sus primeras medidas fue la de reformar la legislación referida a lo que podían y no podían hacer los miembros del gobierno para así cortar de una vez por todas con tantos y tantos escándalos de corrupción como se habían dado durante el mandato de sus antecesores, especialmente Frank Murkowski. El resultado de esa iniciativa fue la Alaska Executive Branch Ethics Act (Ley Ética del Poder Ejecutivo de Alaska). Uno de los mecanismos previstos por esa ley son las ethics complaints (quejas sobre ética), quejas escritas que pueden ser presentadas por cualquier alasqueño ante el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) cuando crean que un miembro del gobierno de Alaska ha cometido una impropiedad en el ejercicio de su cargo. Dichas quejas son oportunamente investigadas por el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), quien dictamina finalmente si hay motivo cierto de queja o no (recordemos el Troopergate y la ethics complaint que presentó Sarah en contra de sí misma).

Pues bien, éste es el sistema elegido por los demócratas  para continuar presionando a Sarah. Una catarata de ethics complaints presentadas por los motivos más ridículos (algo ya esperado tratándose de demócratas lo de hacer el ridículo) y que, hasta el momento, han acumulado el increíble resultado de diecisiete ethics complaints presentadas y estudiadas y diecisiete ethics complaints rechazadas. ¡Genial! Pero cuidado porque si bien Sarah está siendo exonerada de todas y cada una de las acusaciones vertidas contra ella, eso no quiere decir que no esté pagando un precio por ello: el primero, económico, porque el total de dinero que le ha costado hasta el momento su defensa legal (llevada en todos los casos por el abogado Thomas V. Van Flein, a quien ya conocemos) es de 500.000$, una cantidad tan elevada que le ha obligado a fundar el Alaska Fund Trust (su enlace está aquí y permanentemente en la columna de al lado en la sección “Apoyo a Sarah”) para intentar pagar su deuda con las aportaciones de sus partidarios; y segundo, moral, porque pese a que ninguna de esas trece quejas haya prosperado, muchas personas se quedan simplemente con el titular: “Palin acusada de falta de ética de nuevo”, sin molestarse en sabe cuál ha sido el resultado de esa queja y si ha sido admitida o rechazada. Pero como ya he dicho antes, esas personas no creo que puedan ser nunca partidarias de Sarah, sino más bien del Gran Hermano de Orwell (reencarnado por fin para ellos en el actual presidente de los Estados Unidos), esclavos natos orgullosos de serlo sólo porque la libertad les da tanto miedo que antes preferirían estar muertos que ser libres. Pues muy bien; allá ellos. Pero nosotros no le tenemos miedo a la libertad y antes al contrario la ansiamos y estamos dispuestos a luchar lo indecible por ella.

Antes he dicho que Sarah lleva acumuladas dieciséis ethics complaints, pero no es exacto porque el número real es de veintiuna, pero es que cuatro de ellas todavía están pendientes de resolución (además de otras dos que se presentaron ante otras instancias diferentes del State Personnel Board y que fueron rechazadas también). En la próxima entrada vamos a repasarlas todas y veremos también la opinión que les empieza a merecer a los alasqueños esta persecución. Les adelanto que no es positiva precisamente.

Goosing

Esta foto es de una aparición de Sarah en el Saturday Night Live. Pero me imagino que Sarah se pone igual de contenta cada vez que se entera de que han desestimado una nueva ethics complaint. Supongo que además estará pensando: ¡Toma McLeod! (en la próxima entrada les explicaré quién es la chiflada esa).


LA MADRE DE TODAS LAS CALUMNIAS: EL TROOPERGATE (y X)

20/07/2009

 

Nota: Después de todo este tiempo dedicado a comentar la sorprendente dimisión de Sarah como gobernadora de Alaska, reemprendo la serie sobre el Troopergate y otra muy breve posterior sobre las dichosas ethics complaints y así concluiré mi repaso de la biografía de Sarah.

Sarah contraataca

Como ya hemos visto, Sarah no se conformó en absoluto con el papel de muñeca del pim-pam-pum que había reservado el Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) sino que respondió exigiendo que, dado que la investigación iba a centrarse en lo ético o no de su actuación, el órgano competente para ello era el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado). No quisieron verlo así los demócratas que manejaban los hilos de la investigación Branchflower, los senadores estatales demócratas Kim Elton y Hollis French, conscientes de que su capacidad de influencia en el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) era mínima por lo que se negaron en redondo a ceder la investigación. En respuesta a ello, Sarah decidió no colaborar con Branchflower y, en consecuencia, se negó en redondo a prestar declaración ante él.

En la primera entrada de esta serie hablamos un poco sobre el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), pero como quiera que ya ha llovido desde entonces vamos a recordarlo. El State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) es una junta compuesta por tres miembros nombrados por el gobernador (o gobernadora) de Alaska y confirmados posteriormente por el Poder Legislativo. Su mandato es de seis años, pudiendo ser renovado, y sólo un máximo de dos de los tres miembros pueden pertenecer al mismo partido político. En ningún caso puede nombrarse a un funcionario del Estado de Alaska y sus reuniones suelen celebrarse 2 ó 3 veces por año, durando cada una de ellas alrededor de 2 ó 3 días, aunque pueden convocarse reuniones extraordinarias siempre que la situación lo requiera. Sus funciones, estrictamente hablando, son las siguientes:

Approves / disapproves amendments to personnel rules; considers extensions of the partially exempt and classified service; hears appeals under AS 39.25.170; and hears complaints under the Alaska Executive Branch Ethics Act.

(Aprueba o desaprueba enmiendas a las regulaciones sobre Personal; considera ampliaciones  a las exenciones parciales o a los servicios reservados; entiende de apelaciones referidas al Estatuto de Alaska (AS) 39.25.170; y entiende de quejas presentadas bajo la Ley Ética del Poder Ejecutivo de Alaska).

En el momento del Troopergate, los tres miembros del State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), todos ellos nombrados por el anterior gobernador, Frank Murkowski (sí, sí, el chulo ése del jet de lujo) eran:

  • ­Debra E. English, nombrada el 8 de enero de 2004 y renovado su mandato por la nueva gobernadora, Sarah Palin, el 29 de enero de 2008. Mandato a expirar el 1 de marzo de 2014.
  • Laura Plenert, nombrada el 10 de marzo de 2004. Mandato a expirar el 1 de marzo de 2010.
  • Alfred L. Tamagni, Sr., nombrado el 1 de marzo de 2006. Mandato a expirar el 1 de marzo de 2012.

Como gobernadora, Sarah tiene la potestad de separar a los miembros del State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), pero sólo por una causa justificada.

El 1 de septiembre Sarah presentó una queja ante el State Personnel Board (Junta de Personal del Estado) contra sí misma, lo que dio lugar al consabido conflicto de jurisdicción entre ellos y el Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska). Mientras se resolvía, la Junta inició su trabajo y contrató para ayudarles a un investigador independiente, el abogado Timothy Petumenos, quien, para más inri, es un votante demócrata registrado. Al Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) no le hizo maldita la gracia, pero se limitó a no hacer caso. Tal y como declaró el senador Hollis French, titiritero mayor de Alaska:

We’re going to proceed. If they want to proceed, that’s perfectly within their right but it doesn’t diminish our right to do so.

(Vamos a proseguir. Si ellos quieren proseguir también, están perfectamente en su derecho pero eso no disminuye ni un ápice el nuestro a hacerlo también).

En esta ocasión, la investigación se llevó a cabo sin declaraciones fuera de tono y sin ese pestazo a manipulación y electoralismo que tumbaba de espaldas en el caso de la investigación Branchflower. Hasta tal punto fue todo correcto que Sarah aceptó declarar ante Petumenos, cosa que hizo el 24 de octubre, en plena campaña electoral.

El 3 de noviembre, Petumenos entregó su informe al State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), quien lo hizo público al consentir Sarah a ello con la única salvedad de mantener la confidencialidad de su declaración del día 24 de octubre. Para quien quiera más información, puede consultar el texto completo del informe aquí. Las conclusiones de Petumenos se pueden resumir en una sola frase:

There is no probable cause to believe that the governor, or any other state official, violated the Alaska Executive Ethics Act in connection with these matters [Monegan, Wooten].

(No existe motivo alguno que lleve a pensar que la gobernadora, o cualquier otro de los cargos del Estado, violaron la Ley Ética del Ejecutivo de Alaska en relación con estos asuntos [Monegan, Wooten]).

O sea, justamente todo lo contrario de lo que concluyó Branchflower. ¿Y saben qué? Justamente lo mismo que yo pienso después de casi un mes dedicado en exclusiva a repasar todo este asunto, el Troopergate, que nunca hubiera debido dar para tanto si no fuera por un par de ambiciosos políticos estadounidenses dispuestos a todo para favorecerse a sí mismos y no a los ciudadanos de Alaska que confiaron una vez en ellos para hacer sus vidas mejores y no peores. Es a ello a lo que conduce la Política cuando se convierte en un fin por sí misma (la obtención del Poder por el Poder en sí mismo) y no en un medio (la obtención del Poder para cumplir la voluntad de los ciudadanos). Esto último, el pensamiento de que la Política es un medio y que su objetivo es reflejar la voluntad de los ciudadanos, ha encontrado su mejor abanderada en Sarah Palin y ése es el motivo en concreto por el cual yo estoy hoy aquí, escribiendo estas líneas, confiando en que todavía no sea demasiado tarde para recuperar ese viejo sueño que una vez en 1776 pareció que por fin se iba a hacer realidad: el del gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo. May God bless America again.

Seguiremos en la brecha.


LA BATALLA DE ALASKA

15/07/2009

 

Introducción

Reconoce John Keegan, el historiador militar británico, en su obra Historia de la Guerra, que “no estaba yo destinado a ser guerrero”. Yo tampoco. En ambos casos, una enfermedad infantil se encargó de cortarnos ese camino. Sin embargo, si bien ninguno de los dos iba a encontrarse nunca en la situación de hacer la guerra como soldado, nada nos impedía en cambio el dedicarnos a estudiarla como así ha sido. Y aunque el nombre de John Keegan goza de un merecido prestigio en este campo mientras que el mío es desconocido porque no he escrito nunca una sola palabra sobre esa materia, eso es sencillamente porque no creo poder añadir nada valioso a lo que ya se ha escrito. O al menos así lo creía.

Mi opinión varió observando lo sucedido a raíz de la dimisión de Sarah Palin como gobernadora de Alaska el pasado 3 de julio. Durante toda una semana he estado intentando comprender sus motivos para dar ese paso y finalmente llegué a unas conclusiones que expuse en mis entradas anteriores “Sarah Palin es Sarah Palin” y “Más sobre Sarah Palin es Sarah Palin”. Con ellas, pensaba que dejaba zanjada la cuestión al menos en lo que a mí se refiere. Y cuando por fin había publicado dichas entradas y estaba decidido a tomarme un par de días de descanso, mi torpe cerebro logró encajar finalmente todas las piezas que había ido recogiendo aquí y allá y tuve una visión de conjunto de todo lo que había pasado que no es que se contradiga con mis conclusiones ya expuestas, pero que las clarifica y me permite apreciar verdaderamente la excelencia de Sarah como estratega (no sé si consciente o inconsciente) y aumentar mi admiración por ella un poco más aún.

El resultado de ello es esta entrada que he titulado así: “La batalla de Alaska” porque voy a presentar todo lo que ha sucedido como si del desarrollo de una batalla se tratara y empleando los conceptos y el lenguaje militar, lo que en mi opinión redundará en una mejor comprensión de la actuación de Sarah. Y como quiera que una batalla no suele ser más que uno de los muchos sucesos de una guerra, servirá también para revelar esa guerra que ya se está librando aunque todavía haya mucha gente que aún no se ha dado cuenta y que considero que bien podría llamarse: “La II Guerra de la Independencia Americana” (en la primera, iniciada en 1776 y concluida en 1783, los entonces colonos lucharon por librarse de un gobierno despótico que los amenazaba desde Londres; en la segunda, iniciada en 2008 y aún por concluir, los ya estadounidenses luchan por librarse de otro gobierno despótico que vuelve a amenazarlos, pero ahora desde Washington).

El conflicto

Políticamente, el año 2006 será recordado en Estados Unidos por el tremendo varapalo que recibió el Partido Republicano en las elecciones del midterm, cuando perdió el control tanto de la Cámara de Representantes como del Senado nacionales. Sin embargo, no todo fueron reveses y en una de sus pocas alegrías, Sarah Palin fue elegida gobernadora del Estado de Alaska. Fue una gran sorpresa que una mujer joven, sin conexiones con el establishment y con la única experiencia de dos mandatos (de tres años cada uno de ellos) como alcaldesa de una pequeña localidad llegase a ocupar el máximo cargo administrativo del Estado. Hay quien opina que su victoria no debería computarse estrictamente como una victoria republicana ya que, de hecho, ella concurrió a las elecciones tanto contra el Partido Demócrata como contra su propio partido, el Republicano (o al menos contra una buena parte de él, la de los good old boys de la “politics as usual”, como gusta ella de decir). El caso es que su mensaje de “ya es hora de hacer limpieza” caló entre los votantes y nada más ser elegida, y contando con el apoyo en las cámaras del Partido Demócrata, Sarah se puso manos a la obra de devolver Alaska a los alasqueños, algo que apenas dos años después había logrado en tan buena medida que le mantenía con unos índices de popularidad tan altos que el entonces candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, John McCain, no pudo dejar de pensar que sería su partenaire ideal: mujer, joven, maverick y bipartisan. ¿Alguien podía dar más?

Sin embargo, de pronto todo cambió en Alaska. Aterrorizados, los estrategas electorales del Partido Demócrata comprendieron que Sarah podía ser el factor que impulsara definitivamente la candidatura de John McCain y la convirtiera en una verdadera alternativa a la suya. Y los hechos no les quitaban la razón. Por primera vez, la candidatura demócrata se vio por detrás de la republicana en las encuestas de intención de voto. En consecuencia, las órdenes fueron claras: había que destruir a Sarah Palin. De pronto, la mayoría bipartidista que gobernaba Alaska se resquebrajó y Sarah se encontró en minoría en la Cámara de Representantes y el Senado estatales. Una feroz campaña de calumnias recorrió todo Estados Unidos de arriba abajo y se la puso en la picota diariamente por cualquier motivo, fuera cierto o no.

La candidatura republicana perdió las elecciones y Sarah regresó a Alaska pensando que todo volvería a ser como antes y así lo anunció públicamente, pero estaba equivocada. Las elecciones habían tenido un efecto insospechado: nunca antes un candidato perdedor (y encima a la vicepresidencia) había salido tan fortalecido de la derrota como lo había hecho Sarah. Los estrategas demócratas, conscientes de que el nuevo presidente iba a ver sus índices de popularidad disminuir rápidamente porque, dejando aparte sus discursos (siempre y cuando el teleprompter no se averiara), poco tenía realmente que ofrecer a la nación, consideraron que Sarah era una rival demasiado peligrosa como para olvidarse de ella. En consecuencia, la campaña de calumnias que tan eficazmente habían levantado contra ella se reconvirtió en una campaña de denuncias por falta de ética (ethics complaints), aprovechándose para ello de las posibilidades ofrecidas por una de las leyes promulgadas por la propia Sarah, la Alaska Executive Branch Ethics Act. El resultado fue que Sarah volvió a verse expuesta a diario, acabando por resultarle imposible ejercer el gobierno al tener que estar ella y su gabinete dedicados prácticamente en exclusiva a la refutación de todas y cada uno de esas denuncias, sin contar con la ruina que suponía para su familia el coste de su defensa legal, además de la incomodidad de la situación. Y todo ello con la perspectiva de que la persecución se recrudeciera el año próximo cuando llegaran las nuevas elecciones del midterm y el Partido Republicano se enfrentara a otra sonada derrota si Sarah no se ponía a hacer campaña en “los 48 de abajo” y galvanizaba los ánimos de un movimiento conservador acosado y huérfano de líderes en quienes confiar.

Éste era la situación el día 2 de julio de 2009, una situación ciertamente fea y que presagiaba un desastre. ¿Y cómo respondió finalmente a ella nuestra “pequeña generala de Alaska”? Brillantemente, en mi opinión.

Tácticamente

Simplificando, y en mi propia definición, el aspecto “táctico” de cualquier operación militar se refiere a la manera como dos ejércitos enfrentados combaten cara a cara. En el caso que nos ocupa, me refiero a la manera como Sarah se enfrentó a sus rivales políticos hurtándoles un triunfo decisivo sobre ella.

En términos militares, podemos asimilar a Sarah Palin a la comandante en jefe (la gobernadora) de un ejército acantonado en una fortaleza (la sede del gobierno de Alaska). Sin embargo, esa fortaleza está siendo sitiada por el enemigo (los demócratas), que utiliza contra ella una poderosa artillería (las ethics complaints). La fortaleza es sólida y el bombardeo sólo no podrá con ella, pero lo que sí está consiguiendo en cambio es que el ejército de Sarah tenga que dedicarse exclusivamente a reparar los desperfectos causados, no pudiendo pensar en otra cosa. A sus tropas no les importa, pero a los civiles refugiados en la fortaleza, sí. Aunque su moral es alta, el bombardeo constante no deja de afectarles y poco a poco el número de descontentos se va incrementando (el 2 de julio estaba ya en un 46%). Cabía la posibilidad de un motín el año que viene, en 2010, cuando tocara renovar el mandato de Sarah, con la posibilidad de perderlo todo: la fortaleza y todos los avances conseguidos hasta entonces (especialmente, el gasoducto) si volvían a ejercer el mando los mismos de antes.

Consciente de ello, Sarah ideó una respuesta rápida, sorprendente, contundente y hábil, digna de un gran general: dimitir como comandante en jefe y traspasar el mando inmediatamente a su lugarteniente, Sean Parnell. Con ello, conseguía tres cosas:

  • Romper el asedio: Al no ser ya la comandante en jefe y haber dejado voluntariamente la fortaleza, no hay motivo justificado para continuar con el bombardeo; o sea, las ethics complaints dejaban de pronto de suponer una amenaza para ella. En consecuencia, su ejército, que sigue en la fortaleza, deja de estar ocupado en reparar las brechas en las murallas y puede en cambio volver a ocuparse de sus quehaceres cotidianos (gobernar el Estado).
  • Conservar la fortaleza: Al hacer entrega inmediatamente del mando a su lugarteniente, Sean Parnell, Sarah facilita a éste los medios para hacerse lo bastante popular entre los civiles como para afrontar con garantías de éxito las próximas elecciones a comandante en jefe, evitando la derrota frente a sus rivales, tanto de su propio partido (en las primarias del Partido Republicano) como del partido rival (en las elecciones propiamente dichas a gobernador de Alaska).
  • Evitar el motín: Sin asedio y sin bombardeo, la próxima campaña a comandante en jefe del principal rival de Sarah Palin (el demócrata Hollis French) se convierte en agua de borrajas. Pensando en conducirla como una campaña contra Sarah por lo hartos que estaban todos de bombardeo y más bombardeo cuando el enemigo lo único que quiere es su cabeza, ahora se encuentra de repente con que va a tener que basarla en cosas como la energía, la economía, la seguridad pública, los transportes, la educación, etc. Es decir, todas esas cosas en las que Sarah Palin les ha estado dando cuarto y raya durante estos dos años y medio y cuyos logros podrá exhibir orgullosamente su sucesor, Sean Parnell.

Mantener una posición indefendible es siempre un error. Y para Sarah, la fortaleza de la gobernación de Alaska se había convertido en indefendible. El enemigo había descubierto la manera de sitiarla y tenerla sometida a un fuego continuo. Sólo podía pensar en defenderse, pero una defensa en una fortaleza asediada no puede mantenerse indefinidamente sino que tiene que tener la perspectiva de poder romper el asedio, ya sea mediante una salida con éxito de los sitiados (algo improbable en su caso porque su condición de comandante en jefe le restringía mucho su libertad de acción) o porque lo hace otro ejército que acude en su auxilio (algo más improbable aún porque los gerifaltes del Partido Republicano no están precisamente por la labor de apoyar a Sarah). Así pues, y dado que la única excusa para mantener el asedio era ella, su dimisión del cargo libera a la fortaleza del asedio. Además, la dimisión le permitía escoger a su sucesor, siendo Sean Parnell el primero de esos líderes a los que Sarah ha prometido apoyar a partir de ahora.  ¿Y todo ello a cambio de qué? ¿De un título delante de su nombre? ¡Pero si a ninguno de nosotros nos hace falta que sea “tal” o “cual”! Para nosotros, ella siempre será Sarah y ganas tenemos de que llegue el próximo 26 de julio para verla libre de una vez… y con ganas de contraatacar.

Operacionalmente

Simplificando de nuevo, y en mi propia definición también, el aspecto “operacional” de cualquier operación militar se refiere a la manera como dos ejércitos maniobran en el campo de batalla antes de llegar a trabar combate. En el caso que nos ocupa, me refiero a la manera como Sarah ha vuelto la situación a su favor una vez se ha librado de la trampa que suponía para ella el continuar siendo la gobernadora de Alaska.

Y es que Sarah continúa conservando su ejército intacto porque sus partidarios no la han abandonado (las encuestas demuestran que a pesar de haber dimitido sigue conservando el apoyo del 72% del electorado conservador), al igual que la red de blogs que la apoyan a ella exclusivamente. Además, SarahPAC continúa funcionando y siendo un punto de referencia para todos nosotros y es más que probable que su papel se acentúe ahora que Sarah podrá volcarse plenamente en su promoción.

Para un ejército, nada puede ser peor que encontrarse “fijado” por el enemigo; es decir, puesto en una situación en que no puede avanzar ni retroceder, viéndose obligado a librar una batalla defensiva. Y eso es lo que estaba pasando con Sarah en Alaska: estaba “fijada”. El cargo de gobernadora la mantenía obligatoriamente en Alaska donde era permanentemente bombardeada por sus enemigos con una ethics complaint tras otra y sus escasas salidas del Estado (Evansville, Washington, Auburn y para de contar) eran también motivo de controversia. Y ello a pesar del enorme interés que despierta su figura en cualquiera de “los 48 de abajo”. Estaba claro que si quiere jugar un papel mínimamente relevante durante las elecciones del midterm de 2010, Sarah debía gozar de libertad de movimientos. Una libertad como la que disfrutó el actual presidente de los Estados Unidos quien, a pesar de su cargo de senador nacional, se pasó los últimos dos años haciendo campaña incesantemente (lo que también fue el caso de John McCain, dicho sea de paso).

Habiéndose pues librado del bloqueo al que le sometía el ejército enemigo en Alaska, Sarah goza ahora de plena libertad para elegir sus próximas batallas. Será ella y sólo ella quien decida a quién apoya y dónde, acudiendo a su lado sorpresivamente, dando discursos que serán sin duda verdaderos killer speeches y pudiendo hablar todo lo claro que considere oportuno. Se acabaron las medias tintas para ella. Digamos que una vez concluida la Batalla de Alaska, Sarah va a practicar la guerra de guerrillas convirtiéndose en una especie de Johnnie Reb (o de Sarah Reb, en su caso): actuará donde menos se lo espere el enemigo, golpeándole y retirándose rápidamente, y con preferencia sobre sus líneas de abastecimiento (las próximas elecciones del midterm), apoyando a tantos candidatos conservadores como considere merecedores de ello y evitando en consecuencia la elección de otros demócratas (o de una larga ristra de candidatos republicanos de pega, esos de la rama bastarda de los RINO, porque quien quiera contar con su apoyo ya sabrá a qué atenerse: estado reducido, responsabilidad fiscal y libertad de elección). Todos sabemos que la cúpula del Partido Republicano no la soporta porque su mera existencia les pone en evidencia a todos ellos, pero ahora mismo ella es la única que puede movilizar a un gran número de partidarios tanto en Indiana como en Nueva York y recaudar fondos en la misma medida. ¿Pueden acaso Romney, Huckabee, Pawlenty, Jindal, Barbour, Steele o Rice hacer eso? No, por supuesto. Sarah es el único factor desequilibrante con que cuenta el Partido Republicano y eso le va a permitir el empezar a crearse una base de poder propia en el seno del partido, reclutando leales y situándolos en posiciones clave de cara a posibles metas más altas, cuyo primer ejemplo lo tendremos en Alaska, un Estado gobernado ahora interinamente pero muy seguramente definitivamente por Sean Parnell quien, para empezar, ya ha anunciado que no sólo conservará el mismo gabinete de Sarah sino que también seguirá su misma política. Y con Alaska asegurada, espléndido banco de pruebas para las Palinomics, Sarah podrá redactar tranquilamente su autobiografía y con el dinero que saque obtener la seguridad económica que ella y su familia se merecen, una seguridad lejos de la que disfruta Romney, por ejemplo, pero que a ella le bastará para no tener que angustiarse por si acaso no logra finalmente su objetivo, sea éste el que sea.

Estratégicamente

Finalmente, el aspecto “estratégico” se refiere a los objetivos de cualquier conflicto militar: ¿qué es lo que se pretende? ¿Cuál es la razón última de ello? En el caso que nos ocupa, me refiero a qué busca realmente Sarah. Si no quiere ser gobernadora de Alaska, ¿qué es realmente lo que está buscando? E incluso, ¿está buscando algo?

Ciertamente, todos estamos ilusionados con la idea de que Sarah sea candidata a presidente de los Estados Unidos en 2012 (menos algunos que lo consideran prematuro y que bien podrían tener razón). El caso es que mi opinión es que ni ella misma sabe actualmente si va a presentarse o no. Todo dependerá de cómo evolucionen las cosas en Estados Unidos y en el resto del mundo durante estos tres años que quedan hasta entonces. Pero vaya a presentarse o no, lo que sí que está haciendo es dejándose todas las puertas abiertas.

Una vez concluida la Batalla de Alaska y con Sarah convertida en Sarah Reb, dando hachazos aquí y allá, su objetivo debe ser el de convertirse en un referente para los estadounidenses. Para ello, Sarah debe conseguir convertirse en eso mismo a tres niveles:

  • Ser el referente del movimiento conservador, siendo la voz que recuerde a los estadounidenses los principios de ese movimiento que tantos han dado por muerto ya, algo que ya ha hecho en su comunicado del pasado día 3 de julio, cuando anunció su intención de luchar “por la libre empresa y un gobierno reducido, por una política de seguridad nacional fuerte y el apoyo a las tropas de los Estados Unidos, por la independencia energética y a favor de aquellos que protegerán la libertad, la igualdad y la vida”.
  • Ser el referente del Partido Republicano, evitando su cierre por liquidación como tantos y tantos pretenden (RINO sobre todo). No soy partidario de que Sarah abandone el partido y se postule como “tercer partido”, pero sí de que utilice su creciente fuerza gracias al poder que le dan sus millones de partidarios para reorientar la línea de actuación del partido que, si se tratara de un barco, sería considerada de zozobra y próxima a encallar. Basándose en esos principios que ya detalló en su comunicado del 3 de julio, Sarah debería ser capaz de “forzar” al Partido Republicano a recuperar sus ideales y, con ellos, el apoyo de tantos estadounidenses que siguen declarándose orgullosamente conservadores.
  • Ser el referente de la oposición al actual gobierno, proporcionando a los estadounidenses una alternativa a la política de “Gran Hermano” puesta en marcha. El Partido Republicano está demostrando no tener una idea clara de lo que haría si estuviera en el poder y ello lleva a muchas personas a pensar que no hay otra cosa que se pueda hacer. Con el espantajo de la crisis, los demócratas han puesto en marcha un vasto programa de ingeniería social y mi temor es que si no se les detiene en cuatro años, tras ocho sea ya imposible. El actual presidente debe sentirse obligado a responder personalmente cada crítica que le dirija Sarah, reconociendo así públicamente que ella es su más directo rival (y muy posiblemente el único).

Un ejército dividido es una mala opción. El mando debe ser único y despertar confianza en todos los soldados, suboficiales y oficiales. La estrategia debe estar clara y saber todos qué parte les corresponde. Ello no quiere decir que se disuada la iniciativa de los mandos o que no se admita la crítica constructiva (la destructiva nunca, pero de eso no hay que preocuparse porque bien sabe Sarah como tratar a los obstruccionistas; bien que lo demostró en Alaska). No se trata de tener un ejército de corte soviético, sino un ejército como precisamente el actual de los Estados Unidos donde prima la flexibilidad.  Es por ello que opino que la actual parálisis del Partido Republicano o su peligrosa tendencia a la disgregación (¿Texas independiente?) debe ser cortada en seco y eso sólo lo logrará cuando exista un líder con las ideas claras que, en el estado actual de las cosas, sólo puede ser Sarah Palin.

También es posible que Sarah no quiera presentarse como candidata en 2012, pero eso no tiene importancia porque de lo que se trata es que quien se presente en esa fecha lo haga con un programa de gobierno verdaderamente republicano y no medio-demócrata-acomplejado. Es por ello que considero muy acertada la dimisión de Sarah si su objetivo es el de tomar las riendas del movimiento conservador para, a su vez, tomar las riendas del Partido Republicano y con ello hacer verdadera oposición a la actual administración, revelándola como el tigre de papel (¡qué buenos son los chinos con sus metáforas!) que realmente es. Si el resultado final de ello es un candidatura de Sarah Palin en 2012, magnífico; si no, también siempre y cuando el candidato que sea finalmente defienda esos principios que son el alma del partido y que le han llevado al éxito siempre que se han respetado y al fracaso cada vez que se han olvidado.

Conclusión

 La Batalla de Alaska ha supuesto una victoria para Sarah Palin por mucho que los del otro bando clamen que la victoria es suya. No sólo Sarah conserva Alaska a través de Sean Parnell, quien continuará aplicando su manera de hacer política, sino que además se libra de la amenaza constante de las ethics complaints y lo que ello implicaba de descrédito de su imagen además de ruina económica y angustia familiar. Libre ya de las pequeñeces de la gobernación de Alaska, Sarah podrá postularse como lo que realmente es: una estrella nacional (¡cuánta razón tiene Ann Coulter!) y tratar de poner un poco de orden en el movimiento conservador, en el Partido Republicano y en la oposición a la actual administración. ¿Y todo ello a cambio de qué? De un título que, bien nos ha dicho ella misma, “no cree que necesite para cambiar las cosas y para ayudar a la gente”. ¿Que los demócratas piensan que han acabado finalmente con ella? Allá ellos, pero yo, al igual que otros, pienso que no van a tardar en lamentarlo. ¡Y será muy divertido verlos entonces!


MÁS SOBRE SARAH PALIN ES SARAH PALIN

09/07/2009

 

Una de las premisas del periodismo es que la actualidad manda. Y es cierto. Todos queremos saber qué es lo que está sucediendo y lo queremos saber ahora, no dentro de una semana, un mes o un año, cuando todo esté claro y se puedan sacar las oportunas conclusiones y comprender qué causas produjeron qué consecuencias. Con la dimisión como gobernadora de Alaska de Sarah Palin pasa lo mismo. Todos queremos saber qué es lo que ha sucedido realmente; no exactamente el hecho de su dimisión sino por qué ha dimitido. Desde el pasado día 3 de julio, todos los bloguistas pro-palinistas estamos desesperados intentando responder a esa pregunta. Y yo el primero. A mí la noticia me llegó el domingo por la mañana y ese día y el lunes por la mañana los dediqué a averiguar todo lo posible. El resultado fue una entrada titulada “Sarah Palin es Sarah Palin” y que publiqué el lunes por la noche. En ella doy mi opinión sobre lo que ha pasado y me aventuro un poco sobre lo que va a pasar. Sin embargo, al haberla escrito con precipitación, no pude incluir algunos datos que me parecen bastante relevantes, pero que en aquel momento no veía como encajar en lo que estaba escribiendo. Podría optar por una actualización de esa entrada, pero no me convence porque se trataría de una actualización demasiado extensa, así que he decidido publicar una nueva entrada, ésta, y ofrecer a todos esos datos que, en su momento, se quedaron en el tintero.

La entrada anterior ya fue demasiado extensa. No me gusta alargarme tanto; ése fue uno de los motivos de que no incluyera finalmente esos datos de los que les hablo. En ésta no quiero hacer lo mismo y voy a tomarme la libertad de no escribir un texto convencional, sino lo que voy a llamar una entrada “impresionista”. Presentaré los datos sueltos con mis comentarios, pero no los hilvanaré en una narración clásica. Serán pequeñas pinceladas que, juntamente con mi entrada anterior, confío en que lleguen a transmitir con fidelidad la que cada vez más se está convirtiendo en una certeza para mí: que el 3 de julio de 2009 empezó todo realmente y que el envite esta vez es definitivo. Será todo o nada. Y Sarah lo sabe. ¿Estaremos a su lado en este momento cuando más nos necesita o vamos a abandonarla? Por si acaso alguien tiene alguna duda todavía, ella nos lo ha dicho muy claramente: “I’m not a quitter”. Y yo le creo y le pido perdón por haber podido pensar que sí lo era. Y estaré a su lado ahora que por fin la lucha va en serio. I’m not a quitter either.

PRIMERA IMPRESIÓN

A comienzos de 2003, tras su fallido intento de obtener la nominación republicana al cargo de lieutenant governor (vicegobernador) en 2002, Sarah Palin fue nombrada por el entonces gobernador de Alaska, Frank Murkowski, chair (presidente) de la Alaska Oil and Gas Conservation Commission (Comisión para la salvaguarda del Petróleo y el Gas de Alaska), su primer cargo político importante. Hasta entonces, su historial político se limitaba a dos mandatos como alcaldesa de Wasilla, lo que no es realmente mucho ya que Wasilla está lejos de ser una localidad importante de Alaska. Así pues, el cargo era una bicoca y Sarah tenía que ser consciente de que podía ser un trampolín perfecto para ella. Sin embargo, apenas un año después, en enero de 2004, Sarah dimitió sorprendentemente en protesta por lo que ella misma calificó como “lack of ethics” de sus compañeros de comisión (y de partido). Incluso presentó una protesta formal contra uno de ellos, Randy Ruedrich, que, para más inri, era entonces el chair (presidente) del Partido Republicano en Alaska, acusándole de trabajar para el partido durante su jornada laboral como miembro de la comisión y de compadreo con una empresa a la que se suponía que debía controlar. Como resultado de la investigación, unos meses más tarde Ruedrich accedió a reconocerse culpable de haber violado la ley y pagar una multa de 12.000 dólares.

Evidentemente, cualquiera que hubiera leído los periódicos entonces hubiera pronosticado sin el menor asomo de duda que su carrera política estaba acabada. No sólo echaba a perder su primer cargo político importante sino que además se embarcaba en una campaña de denuncias acusándoles de “falta de ética”. El establishment no se lo iba a perdonar y para todos estos sesudos expertos, Sarah ya podía pedir perdón lo antes posible o no conseguiría ni un puesto de ordenanza en la administración de Alaska.

¿Qué pasó realmente? Seremos breves: en agosto de 2006, Sarah se presentó como candidata a gobernador en las primarias del Partido Republicano, venciendo al entonces gobernador Frank Murkowski, que optaba a la reelección, y a otros tres candidatos más. Más tarde, Sarah hizo tándem con el senador estatal Sean Parnell, quien había ganado la nominación al puesto de lieutenant governor¸ y se presentó a las elecciones, ganándolas a pesar de no contar siquiera con el apoyo de su propio partido.

¿Realmente cree alguien que a Sarah le importa un pito lo que opinen sobre ella los comentaristas políticos y cuáles son sus “recetas” supuestamente infalibles para llegar a presidente? Políticamente, Sarah nunca estuvo más “muerta” que cuando dimitió del cargo de presidente de la Alaska Oil and Gas Conservation Commission y, sin embargo, su reacción a ello fue doblar la apuesta: no sólo dimito y tiro de la manta sino que encima me presento a las elecciones a gobernadora en contra incluso de mi propio partido. Y ganó esa apuesta cuando nadie se hubiera atrevido a ello. Algún crédito habrá que concederle entonces, ¿no? Además, ya lo dijo ella en su comunicado: “I’ve never believed that I, nor anyone else, needs a title to do this – to make a difference… to help people” (Nunca he creído que ni yo ni nadie necesite un título para hacer esto – para cambiar las cosas… para ayudar a la gente).

SEGUNDA IMPRESIÓN

El pasado día 16 de abril, Sarah Palin viajó a Evansville (Indiana), una localidad demócrata en un estado demócrata, para asistir a la cena de la asociación pro-vida Vanderburgh County Right to Life. Su presencia desató un enorme entusiasmo, agotando inmediatamente los 2.180 boletos para asistir a la cena, además de otros 21.500 para poder seguir la cena en el exterior a través de una pantalla gigante de televisión. Sin embargo, con ser una importante demostración del poder de convocatoria de Sarah (¿qué otro líder republicano sería capaz de hacer lo mismo?), lo más impresionante fue que aunque los líderes republicanos de Indiana le ofrecieron organizar un acto de recaudación de fondos para SarahPAC, su comité de acción político, ella rechazó la oferta porque no quería que su presencia en apoyo del derecho a la vida se viera enturbiado por mezquinas acusaciones de interés económico. Casi 24.000 personas ansiosas de verla. Imagínense una cuestación y que cada uno de ellos hubiera apoquinado una media de 10 dólares, una cifra ridícula, lo que hubiera supuesto 240.000 dólares para el SarahPAC. Pero no quiso. ¿Quién más que ella podría haberse negado? Y encima para aparecer públicamente como una abanderada de la causa pro-vida, una cuestión sobre la cual la gran mayoría de políticos prefieren pasar de puntillas (especialmente sus supuestos rivales por la nominación republicana en 2012). Y es que tal y como dijo entonces el director de la asociación Vanderburgh County Right to Life:

[Palin] walks the walk and talks the talk. She could… be doing other things, but she chose to do this.

[Palin] hace lo que dice y dice lo que piensa. Podría… estar haciendo otras cosas, pero escogió hacer esta.

Ciertamente, Sarah hace lo que dice y dice lo que piensa. Y se escribe sus propios discursos (muchos de ellos los piensa mientras corre, algo que a mí también me gusta hacer con estas entradas). Y si sus discursos levantan olas de entusiasmo es porque son sinceros y están escritos para ser entendidos por todos y no sólo por esa elitista minoría que cada vez más está apoderándose de los resortes del Estado en su propio beneficio. Es por ello que la gente corriente la adoramos: porque nos sentimos plenamente identificada con ella. Sabemos que es una de nosotros y que podemos confiar en ella porque no nos va a decepcionar. Como ha escrito recientemente Jay Valentine en American Thinker (ver aquí):

The fight is between an out of control government led by media and government elites and common sense Americans, of both parties, who have had enough. Sarah Palin is in the enviable, although personally painful position, of being the “anti elite” voice of common sense and shared American values.

(La lucha es entre un gobierno fuera de control dirigido por los medios de comunicación y una serie de elites y los americanos con sentido común, de ambos partidos, que ya han tenido bastante. Sarah Palin está en la envidiable, aunque para mí personalmente dolorosa posición, de ser la “anti elite” voz del sentido común y de los compartidos valores americanos).

Y como señala un poco después:

Ayn Rand said that there is right and there is wrong and everything in the middle is evil. Sarah Palin is not a person from the middle. She has her beliefs and lives them in her daily life. Her children are her life’s work, they are not accessories.

(Ayn Rand dijo que existe el bien y el mal y que todo lo que está en el medio es malo. Sarah Palin no es una persona para estar en el medio. Tiene sus creencias y vive su vida de acuerdo a ellas. Sus hijos son el trabajo de su vida, no son unos meros complementos).

Con Sarah no hay lugar para compromisos o medias tintas; con ella es todo o nada. Por eso podemos estar seguros de que es una de los nuestros.

TERCERA IMPRESIÓN

En su primera entrevista televisada (en la cadena Fox precisamente) después de la derrota electoral del 4 de noviembre de 2008, Sarah hizo unas declaraciones que en su momento levantaron ampollas, pero que a mí personalmente me parecieron muy valientes y de alguna manera me ataron aún más estrechamente a ella. Son estas (ver aquí el vídeo):

I’m like. OK, God. If there is an open door for me somewhere, this is what I always pray, I’m like. Don’t let me miss the open door. Show me where the open door is. Even if it’s cracked up a little bit, maybe I’ll plough right on through that and maybe prematurely plough through it. But don’t let me miss an open door.

(Estoy lista. OK, Dios. Si hay alguna puerta abierta para mí en algún sitio, esto es lo que siempre ruego, estoy lista. No permitas que pase de largo una puerta abierta. Enséñame dónde está esa puerta abierta. Incluso si está un poco rota, tal vez la empuje y tal vez la empuje prematuramente. Pero no permitas que pase de largo una puerta abierta).

Sarah cree en Dios. Sí, ya sé que eso no es nada nuevo, pero es que ella cree verdaderamente en Dios. No como muchos de nosotros que decimos que creemos en Dios, pero a la hora de la verdad actuamos como si Él no existiera. Sarah cree en Dios y ciertamente piensa que si Dios tiene decidido que ella sea presidente de los Estados Unidos, nada de lo que ella haga o deje de hacer podrá impedirlo, y a la inversa, si Dios no tiene decidido ese destino para ella, ya puede desgañitarse dando discursos y cortejando votantes, que nunca lo será. Es por ello que le trae sin cuidado todo lo que puedan decirle sobre cuál es la mejor manera de llegar a la Casa Blanca. Ella actuará siempre como crea que debe hacerlo: rigiéndose únicamente por su fe, sus principios y el bienestar de su familia ante todo. Y no venderá su alma al diablo por la presidencia. Con esto no pretendo decir que Sarah vaya a sentarse cómodamente en el sofá de su casa de Wasilla y esperar a que la elijan sin presentarse siquiera, sino que la certeza que tiene ella de que no está realmente en sus manos el ser presidente sino en las manos de Dios le permite desentenderse de todo aquello que tanto odiamos en la política: trampas, mentiras, cambalaches e hipocresías y que esa es la fuerza secreta que le permite ser siempre ella misma y no pretender moldearse al gusto del asesor político de turno. Ojalá mi propia fe fuera la mitad solo de firme que la suya. Lo confieso. Con una fe así, la vida alcanza toda su plenitud.

CONCLUSIÓN

Creo que ya he escrito bastante y confío en haber podido dar a mis lectores la impresión que pretendo dar sobre Sarah. Una impresión que se puede resumir en una frase de The Aged P, uno de mis bloguistas favoritos, que además sirve de título a uno de sus últimas entradas en Conservatives4Palin (ver aquí):

Sharpen those sabres – The day has come.

Afilad esos sables – El día ha llegado.

Y es cierto. El desconcierto de los primeros momentos no tiene ya ninguna razón de ser y aquellos que hayan caído en la desesperación deberían plantearse si su fe en Sarah es lo suficientemente firme como para continuar a su lado, tal y como ella misma nos ha pedido a todos sus partidarios en su página de Facebook (ver aquí):

I shared with you yesterday my heartfelt and candid reasons for this change; I’ve never thought I needed a title before one’s name to forge progress in America. I am now looking ahead and how we can advance this country together with our values of less government intervention, greater energy independence, stronger national security, and much-needed fiscal restraint. I hope you will join me. Now is the time to rebuild and help our nation achieve greatness!

God bless you! And I look forward to making a difference – with you!

(Compartí ayer con vosotros mis sinceras y francas razones para este cambio; nunca he creído que necesitara de un título antes de mi nombre para forjar el progreso de América. Voy a mirar adelante y ver cómo podemos hacer avanzar juntos este país con nuestros valores de menos intervención del gobierno, mayor independencia energética, una seguridad nacional más fuerte y una muy necesitada moderación fiscal. Confío en que os uniréis a mí. Ha llegado el momento de reconstruir y ayudar a nuestra nación a alcanzar la grandeza.

Que Dios os bendiga. ¡Estoy deseando poder cambiar las cosas – con vosotros!)

Por mi parte, aquí estoy. Y ahora con el doble de ganas que antes. Por fin ha llegado la hora. Estoy listo, you betcha!


SARAH PALIN ES SARAH PALIN

06/07/2009

 

Y esto que parece una perogrullada es algo que no deberíamos perder nunca de vista aquellos de sus partidarios que además nos atrevemos a opinar sobre ella. No sólo porque pretendiendo que actúe tal y como lo haríamos nosotros la convertimos en otra persona distinta sino también porque entonces le negamos la capacidad de sorprendernos y de ser la misma Sarah Palin que nos entusiasmó a todos aquel 3 de septiembre de 2008 cuando dio su acceptance speech durante la Convención Nacional Republicana de de Saint Paul (Minnesota).

Con esto no quiero decir que no me haya dejado estupefacto la noticia de su dimisión como gobernadora de Alaska. ¡Y tanto que sí! Es lo último que me esperaba: existe una entrada mía en este blog (a lo mejor la borro y todo) en la que vaticinaba que se presentaría a la reelección y que la ganaría. Que me sirva de lección para no volver a jugar nunca más a adivinar el futuro. Sin embargo, una vez pasada la sorpresa del primer momento, el de la noticia, empecé a reflexionar y a intentar comprender los motivos que le habían llevado a actuar así.

Lo primero que debo decir es que si Sarah es Sarah (y ya sé que los amigos de Conservatives4Palin me echarían inmediatamente de su blog por atreverme a hablar de ella usando su nombre de pila, pero yo creo que eso la hace más cercana a todo el mundo, además de ser precisamente una de sus características más relevantes: su sencillez), el segundo lema a la hora de hablar de ella es que Sarah siempre dice precisamente lo que está diciendo. Con esto me refiero a que una lectura atenta de su comunicado de este 3 de julio pasado debería bastar a todo el mundo para saber cuáles son las razones que le han movido a dar este paso sin necesidad de tener que leer entre líneas ni pretender encontrar significados ocultos, claves secretas o combinaciones cabalísticas. Así, Sarah explica que su preocupación es que Alaska tenga que verse reducida a una gobernadora impedida de ejercer correctamente su cargo a causa de la avalancha de ethics complaints que se le ha venido encima. Y más que vendrían cuando en 2010 se celebren las mid-term elections y Sarah se vea seguramente requerida por un gran número de candidatos republicanos para prestarles su apoyo en un intento de evitar una nueva debacle similar a la de 2006. Ciertamente, una situación como ésa sería un sueño para la chiflada de Andree McLeod y otras como ella. Algo así como acertarle a un elefante en un pasillo a tres metros con un trabuco.

¿Así pues, le estoy echando la culpa de la dimisión de Sarah a las malditas ethics complaints? Sí, efectivamente. En mi opinión, si no hubiera sido por ellas, por el mal uso hecho por la oposición de un mecanismo que, para más inri, fue perfeccionado con la mejor intención por la propia Sarah con su Alaska Executive Branch Ethics Act, ésta no se hubiera visto obligada a tomar una decisión en la que le otorgo un 50% del peso a este factor, incluyendo dentro de él no sólo el entorpecimiento de su acción diaria de gobierno sino también el coste económico (que ya conocemos) y moral (que sólo lo conocen ellos, pero que todos nos podemos imaginar) que para ella y su familia está suponiendo esta constante sangría. Pues ya está; se acabaron los ankle-biters rabiosos.

Que Sarah está más que harta de tener que bregar con esas estupideces y no con lo que de verdad importa a los alasqueños (parafraseando a un pobre político español que sé cree la sal de la tierra y no es más que un nabo) es algo muy comprensible. Y lo es más cuando nos imaginamos lo que podrían haber sido las próximas elecciones a gobernador de Alaska a celebrar el año que viene con una Sarah Palin a quien su propio partido, o al menos una parte importante de él, la parte de los Good Old Boys o los “politics as usual”, está en abierta rebelión contra ella (recordemos que el Poder Legislativo de Alaska está controlado por los demócratas en alianza con una parte de los republicanos, la anti-palinista precisamente).

Recientemente, Hollis French, el senador estatal demócrata de tan infausto recuerdo por su papel como titiritero principal del Troopergate (el otro, Kim Elton, ya ha recibido su recompensa de manos de su amo) ha anunciado su intención de presentarse a las elecciones con un programa anti-palinista, por supuesto, pero anti-palinista de estar en contra de ella personalmente y no de estar en contra de su manera de gestionar la administración del Estado. O sea, calumnias y más calumnias aderezadas con muchos ataques personales que hagan que hasta los alasqueños mejor intencionados acaben por odiar a Sarah y ansíen volver a aquellos tiempos en los que los de los 48 de abajo no tenían ni idea de dónde está Alaska. No dudo que Sarah podría salir victoriosa incluso de una campaña así, pero a un alto precio: el hartazgo de gran parte de la población por tener que oír siempre escándalos cuando se trata de Sarah Palin. Recuerden el último que parece que va a quedar en nada después de su dimisión: el que iban a bautizar como Homegate (una mentira descarada pretendiendo que Sarah construyó su casa de Wasilla aprovechándose de la construcción del Wasilla Multi-Use Sports Complex para distraer material, pretendiendo incluso que el FBI estaba investigando el caso). Otra Palin Smear. Pues a esta posibilidad bastante cierta de una campaña electoral no sucia sino hasta repulsiva le otorgo otro 25% de peso en la decisión de Sarah de dimitir.

De alguna manera pues, todos en Alaska intuían que Sarah no se iba a presentar a un segundo mandato. Lo que no se imaginaban es que fuera a dimitir y mucho menos dejar el cargo casi inmediatamente. Sin embargo, una vez tomada la decisión de dimitir, era lo más acertado si quería que todo lo que ha trabajado por Alaska durante estos 30 meses no se vaya al garete. Su lieutenant governor, Sean Parnell, podría ser el primero de esos políticos “palinistas” a los que ha declarado que tiene la intención de apoyar directamente. Cediéndole el puesto a un año vista de las elecciones, le ofrece la oportunidad de partir con ventaja durante las primarias de su partido y siendo como es un político (me han dicho) hábil y eficaz, no tengo ninguna duda de que podrá llevar a buen puerto tanto el impresionante proyecto del gasoducto como todas y cada una de esas actuaciones de gobierno que Sarah tuvo buen cuidado de recordarnos a todos en su comunicado del otro día como ejemplo de que no se trata tanto de ocupar un cargo político durante ocho años como de lo que se haga durante el tiempo que se ocupe, tanto si son ocho años como tres. Y en lo que a ella se refiere (a ella y a Parnell, seamos justos) es cierto que sus tres años de mandato han cundido como ocho de otros. Para mí, esta voluntad de preservar su “legado” y de no permitir que Alaska vuelva a ser lo que fue antes de su llegada a la gobernación ha supuesto el 25% restante de su decisión.

Han sido tres años muy intensos ciertamente. Tres años durante los cuales Sarah ha pensado, ha puesto en marcha y ha culminado. Y no sólo eso sino que también ha demostrado principios firmes, frescura de ideas, sentido común, espíritu de trabajo y una enorme fuerza de voluntad. Algunos piensan que la falta de una larga experiencia ejecutiva la incapacita directamente para optar al puesto de presidente de los Estados Unidos. Yo no; el actual presidente es el vivo ejemplo de ello. Él ha llegado a presidente sin experiencia y sin más talento que su labia; Sarah, en cambio, ya nos ha dado un ejemplo de lo que es capaz de hacer en un cargo ejecutivo y además nos ha descubierto un talento sustentado en esas cinco virtudes a las que me he referido más arriba.

Hasta aquí creo que uno puede entender perfectamente la decisión de Sarah de dimitir. Ahora viene otra cuestión más peliaguda: ¿qué va a hacer? Y es más peliaguda porque si bien tenemos algunos datos para entender una decisión (su dimisión) que es consecuencia de ciertos hechos que podemos entrar a valorar, no tenemos en cambio ningún dato que nos pueda servir para adivinar lo que va a pasar cuando esa misma decisión (su dimisión) se convierte al mismo tiempo en causa de otros hechos aún por venir.

Reconozco que cuando leí los titulares anunciando la dimisión de Sarah se me cayó el alma a los pies. Me gustaba hablar de ella como de “la gobernadora” (por más que en mi blog prefiriese llamarla “Sarah” a secas) y el pensar que dejaba de serlo me pareció un desastre. Después de reflexionarlo y de leer su comunicado con más atención y menos desesperación (nada como un vaso de leche caliente para serenar el ánimo… ¡especialmente si le añades un chorrito de Jack Daniels!), comprendí que Sarah dimitía, pero que no abandonaba. Dejaba un cargo que la había reducido a no ser más que un muñeco del pim-pam-pum para diversión de sus rivales políticos (ya fueran demócratas o republicanos que todos sabemos que los republicanos del Beltway no son precisamente sus más firmes partidarios). Esto creo que lo escribí en una entrada anterior, supongo que en la misma en la que hacía gala de mis dotes de adivino (la cita no es literal):

Al escogerla como su candidata a la vicepresidencia, John McCain elevó a Sarah a otra esfera y la introdujo entre los mejores, aquellos que podían soñar con ser presidente de los Estados Unidos algún día. Y es en esa esfera donde ella está todavía y de dónde ya no va a poder salir más porque es imposible abandonarla sin llegar a presidente a menos que sea para ser absorbido por un agujero negro al estilo de Gary Hart.

¿Se acuerdan de Gary Hart? Yo sí porque él fue el primer político estadounidense cuya carrera seguí con toda la atención que un joven adolescente que empezaba a descubrir que el mundo no se acababa a las puertas de su colegio puede prestar a alguien de quien sólo sabía por lo que leía en los periódicos de su padre.

Estoy de acuerdo con mi admirada Ann Coulter (¡como muerde!): Sarah ya es una figura demasiado grande para ser una gobernadora-lame duck condenada a tener que vérselas cada día con licencias de pesca en Anchorage. Para Sarah, Alaska ya es demasiado pequeño. Tiene que dejarlo y pasar a los 48 de abajo. Ya es una figura nacional (uno de los daños colaterales de la atroz persecución demócrata, por cierto), pero es que ahora debe empezar a actuar como tal. Y actuar como lo que es, la punta de lanza del movimiento conservador estadounidense. ¿Sarah tiene un contrato para escribir su autobiografía? Ahora podrá cumplirlo sin obstáculos. ¿Sarah es invitada a dar una o mil conferencias? Ahora podrá aceptar esas conferencias y hasta mandarle una invitación a la turuta McLeod a ver si le da un ataque y le ponen al fin la camisa de fuerza. ¿Sarah es requerida por un candidato conservador que comparte sus puntos de vista para que le apoye? Ahora podrá ir siempre que quiera sin tener que pedir permiso a nadie y estar con él y con sus partidarios todo el tiempo que haga falta y no unas meras 36 horas (viajes incluidos) y hasta llevarse a su familia con ella. ¿Sarah necesita dinero para apoyar a ese u otro candidato? Ahora podrá volcarse a ello y recaudar más de lo que recaudó el actual presidente de los Estados Unidos vendiendo crecepelo, curalotodo y licor de serpiente. ¿Sarah quiere reunirse con figuras políticas de toda la nación o incluso del extranjero, viajar, leer, estudiar, escribir una columna semanal en un periódico, aparecer en la radio, la televisión y chatear con sus partidarios? Ahora podrá hacer todo eso. Estoy convencido de que es a eso a lo que se refería cuando terminó su comunicado refiriéndose al general MacArthur y a su comentario sobre que no se trataba de una retirada sino de un avance en otra dirección. Y eso es lo que creo que está haciendo Sarah: librándose de todo aquello que le impedía “crecer” y convertirse en la verdadera líder del movimiento conservador estadounidense.

Porque el GOP está en crisis. En mi opinión, está sopesando cuidadosamente si aceptan la OPA que les ha lanzado el Partido Demócrata y que es apoyada entusiastamente por los RINO. Por el momento, parece que la tendencia es a inclinarse hacia el “yes, we can” (be blue too). Existe una minoría que no está de acuerdo en venderse por un plato de lentejas por mucho chorizo que tenga y que prefieren el “red is beautiful and blue stinks”. ¿Qué necesita esta minoría para imponerse y devolver el GOP al buen camino, el de sus principios perdidos? Un líder. ¿Y quién es la única persona dentro del movimiento conservador con las condiciones para convertirse en ese líder? ¿Romney? ¡Ja! ¿Huckabee? ¡Horror! ¿Limbaugh? Eso no se lo cree ni Rahm. ¿Sarah? ¡Sí! Ella es la única. Por eso los del Beltway la temen tanto y han hecho piña con los demócratas para hundirla antes de que logre hacerse con las riendas del partido. Ciertamente como gobernadora de Alaska no podía pensar en ello, pero ahora sí. Con esto no pretendo decir que vaya a disputarle el puesto a Michael Steele sino que al ser ella la única figura republicana capaz de movilizar significativamente a la base social del partido (que, al fin y al cabo, es la que vota y la que gana elecciones), su opinión a partir de ahora va a tener que tomarse en cuenta.

Hace un tiempo tuve una idea loca durante una de mis noches de insomnio: ¿y si Sarah abandonase el Partido Republicano y se presentase a las próximas elecciones en una lista independiente? Teddy Roosevelt lo hizo y no le fue tan mal. Casi ganó. ¿Podría ser ella la primera presidente de los Estados Unidos no perteneciente a ninguno de los dos grandes partidos? Ahora que está tan de moda eso del bipartidismo, sería todo un desafío. Entonces lo descarté porque si bien ya será difícil para los republicanos ganar en 2012 teniendo en contra a los demócratas, pretender ganar teniendo a los dos partidos tradicionales en contra a la vez sería imposible. Ahora he vuelto a repescar esa idea y se me ha ocurrido que tal vez no esté tan desencaminada a la vista del patético espectáculo que está dando el Partido Republicano. Pienso incluso que no sería necesario que Sarah fundase un tercer partido para ello sino que bastaría con demostrar a los del Beltway que sin ella o al menos en contra de ella la derrota está cantada. Recaudación de fondos, asistencia a mítines, movilización en la Red a su favor… , estos son algunos de los parámetros que se me ocurren para hacer ver a los mandamases del GOP quién es la única que puede sacar petróleo de un pozo seco si es que finalmente se decide a dar el salto y presentar su candidatura en 2012, tal y como pienso que va a hacer. Y yo, por mi parte, confío en estar aquí para verlo y contárselo.

Así pues, estoy sorprendido pero en absoluto desmoralizado. Todo lo contrario. Después de haberlo reflexionado bien he decidido que mientras Sarah no diga expresamente que lo deja todo y que se retira a su casa de Wasilla a cantarle nanas a Trig, yo voy a seguir brindándole todo mi apoyo que, ya que no puede ser económico porque no soy ciudadano estadounidense ni efectivo porque no puedo votar por ella, lo haré mediante este blog. No olvidemos que Sarah es una corredora de larga distancia. Precisamente estos días pasados estuve releyendo la entrevista que concedió a los de Runner’s World y ella que es tan dada a las metáforas deportivas no dejó de despertar mi curiosidad cuando señaló como su mejor virtud corriendo su endurance (resistencia), reconociendo que podría batir a cualquiera cuando se trate de eso. Creo que por ahí van los tiros de todo lo que ha pasado durante este último fin de semana. No sólo la fecha de su anuncio, que algunos interpretan como su propia declaración de independencia (de todo lo que le ataba hasta ahora y le impedía tener el control de su propia carrera política) sino también la idea que imagino que se ha hecho ella de que su carrera a la presidencia es una carrera de larga distancia y que si es necesario cambiar el recorrido porque un alce guasón se planta en medio del camino, se cambia y se sigue, sobrellevando los bajones y no cejando nunca en el empeño.

No, Sarah no abandona; somos sus partidarios quienes flojeamos de vez en cuando. En mi caso, reconozco mi debilidad, pero es que yo siempre he sido corredor de 200 metros y es ahora cuando por cuestiones de edad he empezado a dedicarme al medio fondo, haciendo carreras de 5 km. Y me cuestan aunque poco a poco voy aprendiendo a mantener la concentración, dosificar mis esfuerzos y sobre todo no dejarme vencer por el desánimo que me invade siempre a media carrera. Por eso tenemos que confiar en que Sarah sabe lo que está haciendo y, sobre todo, no pretender que actúe como lo haríamos nosotros porque a la vista está que ninguno de nosotros llegará nunca a presidente de los Estados Unidos mientras que ella igual sí. Sarah es Sarah y tiene su manera de actuar. Pretender cambiarle eso sería echarla a perder y bastante nos ha costado encontrarla como para ahora hacer una burrada semejante. Sarah no está acabada en absoluto; tal vez el pasado 3 de julio fuera el día en que finalmente echó el resto y le descubrió el farol al actual presidente. De momento, tomo nota de esta fecha. El año que viene recapitularemos todo lo que ha pasado hasta entonces y veremos entonces quién estaba equivocado. Mientras tanto, fe y paciencia. Por Sarah.

P.D. Una impresión particular: mucho ojo con Meghan Stapleton que me parece que puede darle alguna lección a David Axelrod. Y si no, al tiempo.


LA MADRE DE TODAS LAS CALUMNIAS: EL TROOPERGATE (IX)

06/07/2009

 

Las conclusiones del informe Branchflower

El investigador contratado por el Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska), Stephen Branchflower, entregó su informe al Consejo el día 10 de octubre de 2008 y, tras un día de deliberaciones por parte de los miembros de éste, se decidió por unanimidad hacer público ese informe. Para quien quiera ampliar su información o sufra de insomnio, puede consultar aquí el texto completo. Fue éste el informe que tanta expectación levantó durante la pasada campaña electoral, cuando todos los medios de (des)información abrieron sus ediciones con el vomitivo titular: “Palin, culpable de abuso de poder en Alaska”.

Sin embargo, como siempre, entre la verdad y lo que los medios de (des)información dicen que es la verdad suele haber un trecho. En este caso no podía ser menos y así, algunas puntualizaciones deberían ser hechas. La primera, que nadie había declarado todavía culpable de nada a Sarah porque lo que el Consejo había hecho en realidad es simplemente recibir el informe de Branchflower y acordar hacer público su contenido a la espera de que se reúna el Poder Legislativo de Alaska (que no lo haría hasta enero de 2009) para aprobar dicho informe o no. La segunda puntualización estriba en que no se trata realmente del informe completo sino de su primer volumen de 263 páginas, constando el informe completo de varios volúmenes y varios miles de páginas; ése será el “Informe Branchflower” de verdad y ése será el que será estudiado por el Poder Legislativo de Alaska y aprobado o no en su debido momento. La tercer puntualización se refiere a que, precisamente debido a que no se ha hecho entrega de todo el informe, muchos de sus documentos siguen siendo secretos y no han sido hecho públicos. La Oficina de la Gobernadora, de acuerdo con sus declaraciones desde el principio de la investigación, ha ofrecido toda su colaboración en este aspecto y ha ofrecido toda la documentación que se le había requerido libremente, publicándola incluso en Internet cuando ha sido posible para que todos los alasqueños puedan consultarla y sacar sus propias conclusiones, tal y como lo he hecho yo durante la redacción de esta serie.

Lo que sí es cierto es que el primer volumen de ese informe incluye sus conclusiones y que son esas las que han servido para condenar a Sarah antes de tiempo. En concreto, el dichoso informe incluye en sus páginas estas dos conclusiones (además de otras dos que no nos interesan realmente ya que se refieren a la veracidad o no de una baja por enfermedad presentada en su momento por Wooten):

Primera conclusión:

For the reasons explained below, I [Branchflower] find that Governor Sarah Palin abused her power by violating Alaska Statute 39.52.110(a) of the Alaska Executive Branch Ethics Act. Alaska Statute 39.52.110(a) provides

“The legislature reaffirms that each public officer holds office as a public trust, and any effort to benefit a personal or financial interest through official action is a violation of that trust.”

(Por las razones explicadas más adelante, yo [Branchflower] creo que la gobernadora Sarah Palin abusó de su poder al violar el Estatuto de Alaska  39.52.110(a) de la Ley Ética del Poder Ejecutivo de Alaska. El Estatuto de Alaska  39.52.110(a) señala que:

“El Poder Legislativo se reafirma en que todo funcionario público ejercer su cargo disfrutando de la confianza pública y cualquier esfuerzo destinado a la obtención de un beneficio personal o un interés económico a través de su actuación oficial supone una violación de dicha confianza”).

Segunda conclusión:

I [Branchflower] find that, although Walt Monegan’s refusal to fire Trooper Michael Wooten was not the sole reason he was fired by Governor Sarah Palin, it was likely a contributing factor to his termination as Commissioner of Public Safety. In spite of that, Governor Palin’s firing of Commissioner Monegan was a proper and lawful exercise of her constitutional and statutory authority to hire and fire executive branch department heads.

(Yo [Branchflower] encuentro que, a pesar  de que la negativa de Walt Monegan a despedir al Patrullero Michael Wooten no fue la única razón de que fuera despedido por la Gobernadora Sarah Palin, sí que fue probablemente un factor añadido a los que llevaron a su destitución como comisionado de Seguridad Pública. A pesar de ello, el despido por parte de la gobernadora Palin del comisionado Monegan fue un buen y legítimo ejercicio de su autoridad constitucional y estatutaria para nombrar y separar a los jefes ejecutivos de departamento).

En definitiva, que Sarah hizo bien en destituir a Monegan si no le gustaba la manera como ejercía su cargo, pero que como quiera que entre los motivos que pueden haber pesado en su ánimo a la hora de decidirse a ello había uno personal, su actuación fue legal pero abusona. Hizo lo correcto, pero lo que hizo fue feo y puesto que la gente no lee las noticias ni mucho menos se preocupa por leer por su cuenta informes como el de Branchflower para saber si les están dando gato por liebre, sino que les basta con los titulares, pues eso: “Palin, culpable de abuso de poder en Alaska”. A veinte días escasos de las elecciones. Para que la gente se quede con esa idea.

Tenía la intención de poner aquí mis propias conclusiones sobre el informe de marras, pero mientras las redactaba me he dado cuenta de que coinciden palabra por palabra con las que en su momento publicó Rillot en su magistral blog “Sarah Palin en español” (12 de octubre de 2008), así que me he tomado la libertad de copiarlas, agradeciéndole al autor su amabilidad pues estoy seguro de que no le molestará.

La lectura del informe deja una sensación extraña. Parece que Branchflower ha superpuesto una conjetura (Palin quería que se despidiese a Wooten, y no que se le amonestase, retirase temporalmente, trasladase…), una inferencia o deducción sobre pruebas frágiles (cuando Todd Palin le manifestó a Monegan su preocupación por Wooten, lo que estaban haciendo era amenazar a Monegan con su despido si no despedía a Wooten), y una insinuación (Palin despidió a Monegan al menos en parte por no haber despedido a Wooten). Todas las intervenciones, conversaciones, contactos de la Gobernadora Palin y de su marido Todd que recoge este primer informe son transparentes: en ninguna se pide el despido de Wooten a nadie. Algunas de ellas son las que ya se conocían, y son muy anteriores a la elección de Palin. En la página 67 del informe, Branchflower otra vez hace una inferencia:

“estas afirmaciones de que tenían miedo no fueron hechas de buena fe y se ofrecieron para proporcionar cobertura para los motivos reales de la familia Palin: conseguir que despidiesen al Patrullero Wooten por motivos familiares personales”.

Estas interpretaciones a mí personalmente me sorprenden. Más si tenemos en cuenta que el Cuerpo de Seguridad de la Gobernadora sí se tomó en serio las amenazas e inició una investigación por su cuenta sobre Wooten.

Además, Branchflower interpreta el Estatuto sobre Ética de forma estricta: un funcionario del Estado no puede tomar ninguna decisión que beneficie al Estado o al público en general si esa decisión beneficia también al funcionario sin romper el Estatuto de Etica.

Pero las cosas no quedaron así. Sarah tenía un as en la manga: la investigación del State Personnel Board (Junta de Personal del Estado). A ella me referiré en mi próxima entrada.


SARAH PALIN DIMITE… ¿QUÉ?

05/07/2009

 

Después de un par de días desconectado de Internet por motivos familiares, vuelvo a conectarme y a repasar la actualidad de Sarah y me encuento con que ésta ha anunciado su dimisión como gobernadora del Estado de Alaska y su abandono inmediato del cargo. Para quien quiera consultar el texto del comunicado, puede hacerlo aquí. La traducción pueden leerla en el blog de Rillot: Sarah Palin en español, porque yo, la verdad, no he tenido ánimos de hacer mi propia traducción del que es precisamente el único comunicado de Sarah del que no hubiera querido tener que saber nunca.

¿Qué significa esto? ¿Es un movimiento táctico de Sarah de cara a conseguir más espacio para maniobrar de cara a una futura candidatura en 2012 ó incluso en 2016 o es realmente un adiós definitivo? No tengo ni idea. De momento estoy demasiado desconcertado para hacer cálculos. Lo único que sé es estoy completamente a oscuras. Si es un movimiento táctico con la intención de librarse de los ankle-biters que tanto le están amargando la vida en Alaska con sus malditas ethics complaints es una jugada realmente arriesgada y que, si le sale bien, demuestra que Sarah es una jugadora galáctica políticamente hablando. Si es un abandono definitivo del mundo de la política, es un desastre para todos aquellos que, como yo, veíamos a Sarah como la única opción que nos quedaba para continuar confiando en una vuelta del gobierno a las manos del pueblo. No lo sé, no tengo ni idea. De momento, aún estoy intentando asimilarlo. Me estoy leyendo el comunicado oficial una y otra vez y tratando de encontrar una clave en él que me diga por dónde van los tiros.

De momento, hasta que tenga tiempo de reflexionarlo todo más calmadamente y pueda obtener más datos, continuaré publicando este blog como si no hubiera pasado nada. De hecho, iba a tomarme unas vacaciones a partir del 15 de julio con la intención de hacer algunas reformas en él y ampliarlo adecuadamente de cara a la nueva temporada. Por supuesto, ahora mismo todo queda en stand-by y no sé qué va a ser de él. En una de mis primeras entradas les explicaba a todos que este blog seguiría funcionando mientras Sarah fuera la candidata a la que votaría si tuviera la nacionalidad estadounidense. Si ella abandona la política, evidentemente este blog habrá dejado de tener sentido y lamentándolo mucho lo cerraré. Pero de momento no me comprometo a nada. Como ya he dicho, necesito más tiempo para reflexionar y hacer acopio de datos. Más adelante hablaremos. Y sea lo que sea que pase finalmente, que Dios bendiga a Sarah por la ilusión que ha despertado en nosotros durante todo este tiempo.

palin despedida

Sarah Palin. ¿Realmente han podido con ella? Algo en mi interior me dice que no, pero no sé si es un presentimiento o un mero intento de animarme. Me agarro a la última frase de su comunicado como a un clavo ardiendo: In the words of General MacArthur said, “We are not retreating. We are advancing in another direction.” (En palabras del general MacArthur: «No nos estamos retirando. Estamos avanzando en otra dirección»).


LA MADRE DE TODAS LAS CALUMNIAS: EL TROOPERGATE (VIII)

03/07/2009

 

La investigación Branchflower

La investigación del Troopergate llevada a cabo por el Alaska Attorney General (fiscal general de Alaska), Talis Colberg, a instancias de Sarah concluyó el 13 de agosto de 2008, cuando éste entregó su informe descartando la existencia de cualquier tipo de abuso de poder por parte de la gobernadora en la destitución del comisionado Monegan. Sin embargo, estaba claro que semejantes conclusiones estaban lejos de satisfacer a los demócratas, quienes, gracias a que ostentaban la presidencia del Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska), ocupada por el senador demócrata Kim Elton, así como la dirección de la investigación propiamente dicha (supervisada por el senador también demócrata Hollis French), no estaban dispuestos a dejar pasar la oportunidad de cebarse en Sarah.

El 11 de agosto de 2008, Branchflower inició su investigación (que, recordemos, estaba limitada a un tiempo máximo de 3 meses, debiendo haber concluido el 31 de octubre) y dado que tal y como establece la ley, el Alaska Attorney General (fiscal general de Alaska), Talis Colberg, no podía representar a la gobernadora a causa de su vinculación previa en el caso, Sarah tuvo que contratar los servicios de un abogado particular, Thomas V. Van Flein del bufete Clapp, Peterson, Van Flein, Tiemessen & Thorsness de Anchorage (Alaska), cuyos gastos serían costeados por el Estado de Alaska, tal y como establece también la ley. Van Flein comienza su trabajo el 21 de agosto.

El abogado de Sarah. Desde entonces ha defendido a ésta contra todo tipo de acusaciones.

No tardaron en empezar a surgir calumnias en el sentido de que el Estado de Alaska no tenía en absoluto la obligación de pagar el abogado de Sarah, lo cual es falso ya que sí que tiene esa obligación cuando por el motivo que fuere el Alaska Attorney General (fiscal general de Alaska) no  puede defender a la gobernadora. Es más, Sarah tenía derecho a un total de 95.000$ con cargo a los Presupuestos del Estado de Alaska para sufragar los costes de su defensa legal, dinero asignado para tal fin por los propios legisladores encargados de la investigación que, por otra lado, se asignaron a sí mismos otra partida de 100.00$ para ello (gastándose finalmente 75.000$). De todas formas, la controversia a este respecto apenas duró porque el 17 de septiembre Van Flein informó públicamente que había concluido su contrato con el Estado de Alaska y que a partir de ese mismo día iba a representar a los Palin (a Sarah y a Todd) particularmente y sin que fuera a pasar ninguna minuta a nombre del Estado de Alaska por los servicios prestados desde que fue contratado en agosto. Sarah pensaba que al tratarse de unas acusaciones sin más justificación que la más vil politiquería, los ciudadanos de Alaska no tenían porqué pagarle su defensa y renunció a esos fondos a su disposición. Que se trataba efectivamente de una mera maniobra política quedó confirmado poco después cuando se enteró a través de la CNN que los asesores electorales del entonces candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos habían entrado en contacto con el PSEA, el sindicado de los troopers para obtener información sobre el Troopergate. Poco más tarde, cuando Sarah fue nominada como candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos formando ticket con John McCain, al tratarse entonces de un asunto que afectaba directamente a la campaña electoral, Van Flein pasó a ser contratado por el Partido Republicano y pagado por ellos.

Pronto se les ve el plumero a los demócratas. Después de la sorpresa general que supuso la nominación de Sarah, Hollis French, el senador estatal demócrata que manejaba los hilos de la investigación Branchflower, vio su oportunidad de prestar un buen servicio al candidato de su partido y no tuvo el más mínimo empacho en declarar el 2 de septiembre, sin que la investigación hubiese concluido siquiera, que los resultados de ésta:

It’s likely to be damaging to the Governor’s administration. (…) She has a credibility problem. (…) Now they may have to deal with an “October surprise”.

(Es probable que sea perjudicial para la administración de la gobernadora. (…) Ella tiene un problema de credibilidad. (…) Ahora podrían tener que vérselas con una “sorpresa de octubre”).

Lo de la “October surprise” (“sorpresa de octubre”) se refiere, para quienes no entiendan la referencia, a la costumbre de que aparezcan noticias sorprendentes sobre uno u otro candidato en el último tramo de la campaña electoral.

Fue tan descarada esa presunción que el senador estatal republicano John Coghill presentó una moción exigiendo que French fuera relevado de su puesto como supervisor de la investigación Branchflower y sugiriendo que, dadas las circunstancias (la candidatura de Sarah a la vicepresidencia de los Estados Unidos), lo mejor sería cancelarla del todo. La moción no fue aprobada, pero al menos French tuvo que retractarse públicamente:

I made some remarks I should not have made. The point to remember is I’m not doing the investigation; Steven Branchflower is. He is independently gathering the facts and he will issue the report, which he will have to defend.

(Hice algunos comentarios que no debería haber hecho. Lo que debe recordarse es que no soy yo quien hace la investigación, sino Steven Branchflower. Él es quien está recopilando datos de manera independiente y quien hará entrega de su informe, que deberá defender).

Aún habría quién se la creyera, digo yo. Especialmente la última frase.

Por lo que se refiere a la investigación  en sí, los problemas surgieron a raíz de la intención del Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) de enfocar el asunto como una investigación sobre lo ético de la actuación de Sarah. Cuando ésta se enteró de ello, replicó con toda razón que para dirimir cuestiones éticas en la actuación de los miembros del gobierno o de la administración de Alaska ya existe un órgano específico para ello, la State Personnel Board (Junta de Personal del Estado). De pronto, se plantea un grave problema de jurisdicción al no ponerse de acuerdo las dos partes sobre qué órgano es el competente para hacerse cargo de la investigación. El abogado de Sarah, Van Flein, pidió oficialmente al Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) el 1 de septiembre que dejase la investigación y la remitiera al State Personnel Board (Junta de Personal del Estado), que es el órgano competente en asuntos de ética. Y no sólo eso, sino que ese mismo día, la propia Sarah presentó una demanda contra sí misma ante el State Personnel Board  (Junta de Personal del Estado) para que investigase su actuación. Para quien quiera más información, puede consultar aquí la demanda presentada por Sarah. Por si fuera poco, al día siguiente, el 2 de septiembre, Van Flein escribió a Branchflower advirtiéndole que:

It appears that the [State Personnel] Board has jurisdiction over this matter… [therefore you should] suspend your investigation pending the outcome of the Personnel Board investigation.

(Parece que la Junta [de Personal del Estado] tiene jurisdicción sobre este asunto… [por lo tanto debería] suspender su investigación a la espera del resultado de la investigación de la Junta de Personal).

Tanto el Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) como Branchflower se niegan en redondo a ceder el caso y ésta último, además, hace algunas declaraciones rimbombantes en el sentido de que volará a donde haga falta para tomar declaración a Sarah (que, recordemos, en aquel entonces estaba en plena campaña electoral). El caso se enconó cuando del 12 de septiembre, la comisión de investigación constituida en el seno del Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) llamó a declarar a trece testigos de los hechos, a saber:

  • Todd Palin, marido de la gobernadora.
  • Ivy Frye, special assistant to the Governor (ayudante especial de la gobernadora).
  • Randy Ruaro, Governor’s deputy chief of Staff (vicejefe de Gabinete de la gobernadora).
  • Frank Bailey, Governor’s Director of Boards and Commissions (director de Consejos y Comisiones de la Gobernadora).
  • John Bitney, Alaska Legislative director (director legislativo de Alaska).
  • Annette Kreitzer, Alaska Administration Commissioner (comisionada de Administración de Alaska).
  • Diane Kiesel, deputy director (subdirectora) del Personnel and Labor Relations Department (Departamento de Personal y Relaciones Laborales).
  • Nicki Neal, director (directora) del Personnel Division (División de Personal).
  • Brad Thompson, Risk Management director (director de Gestión de Riesgos).
  • Michael Nizich, Governor’s acting chief of Staff (jefe de Gabinete de la Gobernadora en funciones).
  • Kris Perry, director (director) de la Governor’s Anchorage Office (director de la Oficina de la gobernadora en Anchorage).
  • Janice Mason, Governor’s Scheduler and Executive Secretary (secretaria ejecutiva de la gobernadora).
  • Murlene Wilkes, propietaria de Harbor Adjusting Services, una compañía de revisiones médicas ligada a diversas compañías de seguros.

Además, la comisión reclamó la transcripción de la ya famosa conversación telefónica entre Frank Bailey y el teniente Dial.

Al día siguiente, 13 de septiembre, Sarah hizo unas declaraciones insistiendo en que no era el Alaska Legislative Council (Consejo Legislativo de Alaska) quien se tiene que hacer cargo de la investigación sino la State Personnel Board (Junta de Personal del Estado). Los demócratas a cargo de la investigación se negaron de nuevo y el día 16 de septiembre un portavoz de la campaña republicana anunció que Sarah definitivamente no iba a colaborar con la investigación de Branchflower. Y así concluyó la investigación de marras porque el 10 de octubre aparecieron sus conclusiones (la «october surprise» tal vez). Lo veremos en la siguiente entrada.